ARTÍCULO DE ESTUDIO 16

Demos siempre gracias por el rescate (21-27 de junio)

Demos siempre gracias por el rescate (21-27 de junio)

“El Hijo del Hombre vino [...] para dar su vida como rescate a cambio de muchas personas” (MAR. 10:45).

CANCIÓN 18 Gracias por el rescate

AVANCE *

1, 2. ¿Qué es el rescate, y por qué lo necesitamos?

 CUANDO Adán —que era perfecto— pecó, perdió la oportunidad de que tanto él como los hijos que tuviera vivieran para siempre. Lo que Adán hizo no tenía excusa, pues pecó voluntariamente. Merecía morir. Pero ¿y sus hijos? Ellos no tenían nada que ver en el pecado de Adán (Rom. 5:12, 14). ¿Se podría hacer algo para rescatarlos de la pena de muerte? Claro que sí. Poco después de que Adán pecara, Jehová fue revelando cómo rescataría a los millones de descendientes de Adán de la maldición del pecado y la muerte (Gén. 3:15). En su debido momento, Jehová enviaría a su Hijo desde el cielo “para dar su vida como rescate a cambio de muchas personas” (Mar. 10:45; Juan 6:51).

2 ¿Qué es el rescate? En las Escrituras Griegas Cristianas, es el precio que Jesús pagó para recuperar lo que Adán había perdido (1 Cor. 15:22). ¿Por qué lo necesitamos? Porque, según la Ley, la norma de justicia de Jehová exigía que se diera “vida por vida” (Éx. 21:23, 24). Adán perdió su vida humana perfecta. Así que, para cumplir con la norma de justicia divina, Jesús tenía que dar su vida humana perfecta (Rom. 5:17). De esta manera, llega a ser el “Padre Eterno” de todos los que ponen su fe en el rescate (Is. 9:6; Rom. 3:23, 24).

3. Según Juan 14:31 y 15:13, ¿por qué estuvo Jesús dispuesto a sacrificar su vida humana perfecta?

3 Jesús estuvo dispuesto a sacrificar su vida por el gran amor que siente por su Padre y por nosotros (lea Juan 14:31; 15:13). Ese mismo amor lo motivó a ser leal hasta la muerte y a hacer la voluntad de su Padre. Gracias a eso, se cumplirá el propósito original de Jehová para los seres humanos y para la Tierra. En este artículo, veremos por qué Dios permitió que Jesús sufriera tanto antes de morir. También repasaremos brevemente el ejemplo de un escritor bíblico que agradecía profundamente el rescate. Y, por último, analizaremos cómo nosotros también podemos demostrar nuestra gratitud y valorar cada vez más el sacrificio que Jehová y Jesús hicieron por nosotros.

¿POR QUÉ PERMITIÓ DIOS QUE JESÚS SUFRIERA?

Pensemos en todo lo que Jesús sufrió para pagar el rescate. (Vea el párrafo 4).

4. Describa cómo murió Jesús.

4 Tratemos de imaginar cómo fue el último día de Jesús en la Tierra. Se dejó apresar y golpear sin piedad por los soldados romanos a pesar de que podía haber llamado a varias legiones de ángeles para que lo protegieran (Mat. 26:52-54; Juan 18:3; 19:1). Lo azotaron con un látigo que le desgarraba la carne. Después, le hicieron cargar con un pesado poste sobre su espalda ensangrentada. Jesús comenzó a arrastrar el madero hasta el lugar de la ejecución. Pero enseguida los soldados romanos obligaron a un hombre a cargarlo por él (Mat. 27:32). Cuando por fin Jesús llegó al lugar donde moriría, sus verdugos le clavaron las manos y los pies al madero. El peso de su cuerpo le abría todavía más las heridas de los clavos. Mientras sus amigos y su madre sufrían y lloraban, los gobernantes judíos se burlaban de Jesús (Luc. 23:32-38; Juan 19:25). Esta agonía se prolongó durante horas. Su corazón y sus pulmones estaban al límite de sus fuerzas, y cada vez le costaba más respirar. Sabiendo que había sido leal, con su último aliento oró a Jehová. Entonces, inclinó la cabeza y entregó su vida (Mar. 15:37; Luc. 23:46; Juan 10:17, 18; 19:30). ¡Qué muerte tan lenta, dolorosa y humillante!

5. Para Jesús, ¿qué era peor que la manera en que murió?

5 Para Jesús, lo peor no fue la manera de morir, sino la acusación por la que lo ejecutaron. Lo acusaron falsamente de blasfemia, es decir, faltarle el respeto a Dios o a su nombre (Mat. 26:64-66). La idea de ser acusado de blasfemia atormentaba tanto a Jesús que esperaba que su Padre lo librara de esa humillación (Mat. 26:38, 39, 42). ¿Por qué permitió Jehová que su querido Hijo sufriera y muriera? Veamos tres razones.

6. ¿Por qué tenía que ser colgado Jesús en un madero?

6 En primer lugar, Jesús tenía que ser colgado en un madero para liberar a los judíos de una maldición (Gál. 3:10, 13). Recibieron esa maldición porque habían prometido obedecer la Ley de Dios y no lo habían hecho. A esta se le añadía la condena que habían heredado por el pecado de Adán (Rom. 5:12). La Ley que Dios le había dado a Israel establecía que un hombre que cometía un pecado que merecía la pena de muerte tenía que ser ejecutado. Después, en algunos casos, el cadáver se colgaba en un madero (Deut. 21:22, 23; 27:26). * Así que, al ser colgado en un madero, Jesús hizo posible que la misma nación que lo había rechazado se beneficiara de su sacrificio.

7. ¿Cuál es la segunda razón por la que Dios permitió que su Hijo sufriera?

7 En segundo lugar, Dios permitió que su Hijo sufriera a fin de prepararlo para su papel de Sumo Sacerdote. Jesús experimentó lo difícil que es obedecer a Dios al pasar por pruebas severas. Sintió tanta presión que tuvo que pedir ayuda en oración “con fuertes clamores y lágrimas”. Sin duda, después de pasar por una angustia emocional tan intensa, Jesús nos comprende y “está capacitado para ayudar a los que son puestos a prueba”. Qué agradecidos estamos de que Jehová haya nombrado a un Sumo Sacerdote que “pueda compadecerse de nuestras debilidades” (Heb. 2:17, 18; 4:14-16; 5:7-10).

8. ¿Cuál es la tercera razón por la que Dios permitió que Jesús fuera probado hasta el límite?

8 En tercer lugar, Jehová permitió que Jesús sufriera tanto para responder a esta importante pregunta: ¿pueden los seres humanos mantenerse leales a Jehová hasta bajo las pruebas más duras? Satanás dice que no, pues afirma que servimos a Dios por egoísmo. Además, cree que, al igual que nuestro antepasado Adán, no amamos a Jehová (Job 1:9-11; 2:4, 5). Como Jehová estaba convencido de que su Hijo sería leal, permitió que Jesús fuera probado hasta el límite. Con su lealtad, Jesús demostró que Satanás es un mentiroso.

UN ESCRITOR BÍBLICO QUE AGRADECÍA PROFUNDAMENTE EL RESCATE

9. ¿Qué ejemplo nos puso el apóstol Juan?

9 La enseñanza del rescate ha fortalecido la fe de muchos cristianos. Han seguido predicando a pesar de la oposición y, durante toda su vida, han aguantado diferentes pruebas. Veamos el ejemplo del apóstol Juan. Predicó lealmente la verdad acerca de Cristo y del rescate seguramente por más de 60 años. Tenía casi 100 años de edad cuando el Imperio romano lo consideró tal amenaza que lo exiliaron a la isla de Patmos. ¿Cuál fue su delito? “Hablar acerca de Dios” y “dar testimonio acerca de Jesús” (Apoc. 1:9). ¡Qué ejemplo tan extraordinario de fe y aguante!

10. ¿Cómo mostró Juan su gratitud por el rescate en los libros bíblicos que escribió?

10 En los libros bíblicos que escribió, Juan expresa su profundo amor por Jesús y su gratitud por el rescate. En ellos, hace más de 100 referencias al rescate o a sus beneficios. Por ejemplo, escribió: “Si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante que está junto al Padre: Jesucristo, uno que es justo” (1 Juan 2:1, 2). Además, destacó la importancia de “dar testimonio acerca de Jesús” (Apoc. 19:10). Está claro que Juan agradecía profundamente el rescate. ¿Cómo podemos demostrar que sentimos lo mismo?

¿CÓMO PODEMOS DEMOSTRAR NUESTRA GRATITUD POR EL RESCATE?

Si valoramos el rescate de verdad, resistiremos la tentación de pecar. (Vea el párrafo 11). *

11. ¿Qué puede ayudarnos a no caer en la tentación?

11 Resistamos la tentación de pecar. Si de verdad agradecemos el rescate, no pensaremos: “No hace falta que me resista a la tentación. Puedo pecar y después pedir perdón”. En vez de eso, cuando nos enfrentemos a la tentación de hacer algo malo, diremos: “¡No! ¿Cómo podría hacer algo así después de todo lo que Jehová y Jesús han hecho por mí?”. Aparte de eso, podemos pedirle fuerzas a Jehová y rogarle: “No nos dejes caer en la tentación” (Mat. 6:13).

12. ¿Cómo podemos seguir el consejo que leemos en 1 Juan 3:16-18?

12 Amemos a nuestros hermanos. Cuando lo hacemos, también demostramos gratitud por el rescate, ya que Jesús no dio su vida solo por nosotros, sino también por nuestros hermanos. Si él estuvo dispuesto a morir por ellos, es porque los ama mucho (lea 1 Juan 3:16-18). La manera en que los tratamos es un reflejo de nuestro amor por ellos (Efes. 4:29, 31-5:2). Los ayudamos cuando están enfermos o cuando están pasando por duras pruebas, como por ejemplo un desastre natural. Pero ¿cómo debemos reaccionar cuando un hermano hace o dice algo que nos ofende?

13. ¿Por qué debemos perdonar?

13 ¿Tenemos la tendencia a guardar rencor a quienes nos ofenden? (Lev. 19:18). Si es así, pongamos en práctica este consejo: “Sigan soportándose unos a otros y perdonándose con generosidad incluso si alguno tiene una razón para quejarse de otro. Jehová los perdonó con generosidad a ustedes, así que hagan ustedes igual” (Col. 3:13). Cada vez que perdonamos a un hermano, le demostramos a nuestro Padre celestial que agradecemos el rescate de verdad. ¿Cómo podemos valorar cada vez más este regalo de Dios?

¿CÓMO PODEMOS VALORAR CADA VEZ MÁS EL RESCATE?

14. ¿Qué nos ayudará a valorar más el rescate?

14 Démosle gracias a Jehová por el rescate. Joanna, una hermana de 83 años que vive en la India, dice: “Creo que es importante mencionar el rescate en mis oraciones cada día y darle gracias a Jehová por él”. En nuestras oraciones personales, pensemos en los errores que hemos cometido durante el día y pidámosle a Jehová que nos perdone. Aunque, si hemos cometido un pecado grave, también tendremos que pedirles ayuda a los ancianos. Ellos nos escucharán y nos aconsejarán con cariño usando la Biblia. Además, orarán con nosotros y le pedirán a Jehová que nos perdone gracias al sacrificio de Jesús para que nos podamos recuperar espiritualmente (Sant. 5:14-16).

15. ¿Por qué deberíamos apartar tiempo para leer sobre el rescate y meditar en él?

15 Meditemos en el rescate. Una hermana de 73 años llamada Rajamani dice: “Cuando leo todo lo que Jesús sufrió, los ojos se me llenan de lágrimas”. Puede que nosotros también nos emocionemos al pensar en lo mucho que sufrió el Hijo de Dios. Pero, cuanto más meditemos en el sacrificio que Jesús hizo, más los amaremos a él y a su Padre. A fin de conseguir esto, ¿por qué no incluimos el rescate en nuestro estudio personal?

Por medio de una comida sencilla, Jesús les mostró a sus discípulos cómo recordar su sacrificio. (Vea el párrafo 16).

16. ¿Cómo nos beneficia enseñarles a otros sobre el rescate? (Vea la imagen de la portada).

16 Enseñemos a otros sobre el rescate. Cada vez que les hablamos a otros sobre el rescate, lo valoramos más. Tenemos muy buenas herramientas para explicar por qué Jesús tuvo que morir por nosotros. Por ejemplo, podemos usar la lección 4 del folleto Buenas noticias de parte de Dios, que se titula “¿Quién es Jesucristo?”. O podemos usar el capítulo 5 del libro ¿Qué nos enseña la Biblia?, titulado “El rescate, el mayor regalo de Dios”. Y cada año nuestra gratitud por el rescate aumenta al asistir a la Conmemoración de la muerte de Jesús y al invitar con entusiasmo a otros a hacer lo mismo. ¡Qué honor es que Jehová nos haya encargado enseñarles a otros sobre su Hijo!

17. ¿Por qué es el rescate el mayor regalo de Dios para la humanidad?

17 Estamos convencidos de que tenemos buenas razones para valorar el rescate y no dejar de sentirnos agradecidos por él. El rescate hace posible que tengamos una buena amistad con Jehová aunque seamos imperfectos. Gracias al rescate, se desharán por completo las obras del Diablo (1 Juan 3:8). Además, se llevará a cabo el propósito original de Jehová de que la Tierra sea un paraíso y de que todos lo amen y le sirvan. Así que busquemos cada día maneras de mostrar nuestra gratitud por el rescate, el mayor regalo de Dios para la humanidad.

CANCIÓN 107 Dios nos enseñó a amar

^ párr. 5 ¿Por qué tuvo que pasar Jesús por una muerte cruel? Este artículo contestará esta pregunta y aumentará nuestra gratitud por el rescate.

^ párr. 6 Los romanos tenían la costumbre de clavar o atar a un madero a los condenados mientras todavía estaban vivos. Jehová permitió que su Hijo muriera de esta manera.

^ párr. 55 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Un hermano resiste la tentación de mirar imágenes inapropiadas; otro, la de fumar tabaco, y otro, la de aceptar un soborno.