ARTÍCULO DE ESTUDIO 4

Una sencilla celebración refleja las cualidades de nuestro Rey celestial

Una sencilla celebración refleja las cualidades de nuestro Rey celestial

“Esto significa mi cuerpo [...;] esto significa mi ‘sangre del pacto’” (MAT. 26:26-28).

CANCIÓN 14 Alabemos a Jehová por su Hijo, el Ungido

AVANCE *

1, 2. a) ¿Por qué es lógico que Jesús nos enseñara a conmemorar su muerte de un modo sencillo? b) ¿Qué cualidades de Jesús vamos a analizar?

 ¿PUEDE usted describir lo que hacemos todos los años en la Conmemoración de la muerte de Cristo? Seguro que sí, pues esta ceremonia no es nada complicada. No obstante, puede que alguien se pregunte: “¿Cómo es posible que una celebración tan importante sea tan sencilla?”.

2 Cuando Jesús vivió en la Tierra, siempre enseñó verdades importantes de una manera sencilla, clara y fácil de entender (Mat. 7:28, 29). De forma parecida, nos enseñó a conmemorar * su muerte de un modo sencillo pero con mucho significado. Analicemos en profundidad esta ceremonia junto con algunas de las cosas que Jesús hizo y dijo. Esto nos permitirá comprender aún mejor su humildad, valentía y amor. Además, veremos qué hacer para parecernos todavía más a él.

LA HUMILDAD DE JESÚS

3. Al leer Mateo 26:26-28, ¿por qué decimos que la Conmemoración que instituyó Jesús fue sencilla, y qué representan el pan sin levadura y el vino?

3 Jesús instituyó la Conmemoración de su muerte en presencia de los once apóstoles fieles. Para esta ceremonia, solo usó el pan sin levadura y el vino que habían sobrado de la Pascua (lea Mateo 26:26-28). Les dijo a los apóstoles que estos dos sencillos productos eran símbolos que representaban su cuerpo perfecto y su sangre, que poco después ofrecería por ellos. A los apóstoles no debió sorprenderles que esta nueva cena fuera tan sencilla. ¿Por qué no?

4. ¿Qué consejo de Jesús a Marta nos ayuda a entender por qué la Conmemoración es tan sencilla?

4 Recordemos algo que sucedió unos meses antes, durante el tercer año del ministerio de Jesús. Mientras estaba de visita en casa de sus amigos Lázaro, Marta y María, comenzó a enseñarles. Aunque Marta se encontraba en la casa, estaba distraída preparando una complicada comida para aquel invitado tan importante. Pero Jesús la corrigió con cariño diciéndole que no siempre era necesario hacer una comida elaborada (Luc. 10:40-42). Tiempo después, cuando solo quedaban horas para que diera su vida, hizo lo mismo que le había dicho a Marta. Preparó una ceremonia sencilla. ¿Qué nos enseña esto sobre Jesús?

5. ¿Qué nos enseña sobre Jesús el que la Conmemoración sea sencilla, y qué relación tiene esto con Filipenses 2:5-8?

5 Todo lo que hizo y dijo Jesús mostró que era humilde. Así que no es de extrañar que demostrara esta cualidad la noche antes de morir (Mat. 11:29). Sabía que estaba a punto de ofrecer el mayor sacrificio de toda la historia y que Jehová lo resucitaría y lo haría Rey en los cielos. Aun así, no atrajo indebidamente la atención sobre sí mismo creando una compleja celebración para conmemorar su muerte. Al contrario, les dijo a sus discípulos que lo recordaran una vez al año mediante una ceremonia sencilla y apropiada (Juan 13:15; 1 Cor. 11:23-25). Así dejó claro que no era orgulloso. Cuánto nos alegra que la humildad sea una de las maravillosas cualidades de nuestro Rey celestial (lea Filipenses 2:5-8).

6. ¿Cómo podemos imitar la humildad de Jesús cuando pasamos por dificultades?

6 Una forma de imitar la humildad de Jesús es poniendo los intereses de los demás por encima de los nuestros (Filip. 2:3, 4). Pensemos en lo que hizo la noche antes de morir. Aunque sabía que estaba a punto de sufrir una muerte horrible, se preocupó sobre todo por el dolor de sus discípulos fieles. Así que pasó esa última noche enseñándoles, animándolos y consolándolos (Juan 14:25-31). Demostró que le preocupa más el bienestar de los demás que el suyo propio. Qué magnífico ejemplo de humildad nos dio.

LA VALENTÍA DE JESÚS

7. ¿Cómo demostró Jesús una enorme valentía justo después de instituir la Cena del Señor?

7 Justo después de instituir la Cena del Señor, Jesús demostró una enorme valentía. ¿Cómo? Estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios aunque sabía que eso implicaba sufrir la vergüenza de que lo acusaran de blasfemia y lo ejecutaran (Mat. 26:65, 66; Lucas 22:41, 42). Fue totalmente íntegro y honró el nombre de Dios, defendió su derecho a gobernar e hizo posible que tengan vida eterna los seres humanos que se arrepientan de sus pecados. Además, preparó a sus discípulos para las situaciones que pronto iban a enfrentar.

8. a) ¿Qué les dijo Jesús a los apóstoles fieles? b) Durante los años posteriores a la muerte de Jesús, ¿cómo demostraron sus discípulos que seguían su ejemplo de valentía?

8 Jesús también demostró valor dejando a un lado sus propias preocupaciones y centrándose en las necesidades de los apóstoles fieles. Después de pedirle a Judas que se fuera, instituyó una ceremonia sencilla que les recordaría a quienes serían sus discípulos ungidos los beneficios de la sangre derramada de Jesús y de formar parte del nuevo pacto (1 Cor. 10:16, 17). Para ayudarlos a ser fieles y estar con él en el cielo, les dijo lo que él y su Padre esperaban de ellos (Juan 15:12-15). También les habló de las pruebas que tendrían que enfrentar. Luego, les dijo que fueran valientes igual que lo era él (Juan 16:1-4a, 33). Muchos años después, sus discípulos continuaban imitando su ejemplo de valentía y su espíritu de sacrificio al estar dispuestos a sufrir por ayudarse unos a otros (Heb. 10:33, 34).

9. ¿Cómo podemos imitar la valentía de Jesús?

9 Hoy día, también copiamos el ejemplo de valor de Jesús. ¿Cómo? Por ejemplo, ayudando a los hermanos que son perseguidos debido a sus creencias. A veces, a algunos se les encarcela injustamente. En esos casos, debemos hacer todo lo posible por ellos, como orar y defenderlos ante los funcionarios del gobierno e incluso en los tribunales (Filip. 1:14; Heb. 13:19). Otra manera de mostrar que somos valientes es no dejando de predicar “con denuedo” (Hech. 14:3). Al igual que Jesús, estamos decididos a proclamar el mensaje del Reino aunque suframos oposición y persecución. Ahora bien, ¿qué podemos hacer si a veces sentimos que nos falta valor?

10. ¿Qué debemos hacer durante las semanas anteriores a la Conmemoración, y por qué?

10 Algo que nos ayudará a ser más valientes es pensar en la esperanza que tenemos gracias al sacrificio de Jesús (Juan 3:16; Efes. 1:7). Un buen momento para profundizar el agradecimiento que sentimos por el rescate son las semanas anteriores a la Conmemoración. Durante esos días, sigamos la lectura para la Conmemoración y meditemos con detenimiento en los sucesos que llevaron a la muerte de Jesús. Entonces, cuando nos reunamos para la Cena del Señor, captaremos mejor el profundo significado del pan y el vino, y del sacrificio sin igual que representan. Cuando entendemos lo que Jesús y Jehová han hecho por nosotros, así como los beneficios para nosotros y nuestros seres queridos, se hace más fuerte nuestra esperanza y crece nuestro valor para aguantar hasta el fin (Heb. 12:3).

11, 12. ¿Qué hemos visto hasta ahora?

11 Hasta ahora hemos visto que la Cena del Señor no solo nos recuerda el valor del rescate, sino también la humildad y valentía de Jesús. Agradecemos de corazón que siga manifestando estas maravillosas cualidades ahora que intercede por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote en el cielo (Heb. 7:24, 25). Para demostrar esa gratitud, debemos obedecer fielmente el mandato que nos dio de conmemorar su muerte (Luc. 22:19, 20). Lo hacemos todos los años el día que corresponda en nuestro calendario con el día 14 del mes judío de nisán, la fecha más importante del año.

12 Al reflexionar en la sencillez de la Cena del Señor, observamos una cualidad de Jesús que lo motivó a morir por nosotros. Esta cualidad lo caracterizó mientras vivió en la Tierra. Veamos cuál fue.

EL AMOR DE JESÚS

13. ¿Cómo describen Juan 15:9 y 1 Juan 4:8-10 el amor de Jehová y Jesús, y a quiénes beneficia su amor?

13 En todo lo que hizo, Jesús reflejó a la perfección el profundo amor que Jehová siente por nosotros (lea Juan 15:9; 1 Juan 4:8-10). Por encima de todo, el amor lo impulsó a dar su vida a favor nuestro. Seamos ungidos o de las “otras ovejas”, nos beneficia el amor que Jehová y su Hijo nos han mostrado mediante ese sacrificio (Juan 10:16; 1 Juan 2:2). Veamos también cómo se perciben el amor y la consideración de Jesús por sus discípulos en la propia celebración de la Cena del Señor.

14. ¿De qué manera demostró Jesús amor por sus discípulos?

14 Como hemos visto, Jesús no les mandó a sus seguidores ungidos celebrar un complicado ritual, sino una cena sencilla. A lo largo del tiempo, han tenido que conmemorar su muerte todos los años en diferentes circunstancias, a veces incluso en prisión (Rev. 2:10). ¿Han logrado obedecer el mandato de Jesús? Por supuesto que sí.

15, 16. ¿Cómo han logrado celebrar la Cena del Señor algunos hermanos en circunstancias muy complicadas?

15 Los cristianos verdaderos siempre han hecho lo posible por conmemorar la muerte de Jesús y continúan haciéndolo. Tratan de seguir las instrucciones de Cristo lo mejor que pueden, a veces en circunstancias muy complicadas. Veamos el caso del hermano Harold King. Como estaba incomunicado en una cárcel de China, tuvo que ingeniárselas para celebrar la Conmemoración. Preparaba en secreto los símbolos o emblemas con lo que tenía a su disposición. Además, calculaba la fecha lo mejor que podía. Cuando llegaba el momento, en la soledad de su celda cantaba, oraba y presentaba un discurso bíblico.

16 Veamos otro ejemplo. Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de hermanas internadas en un campo de concentración arriesgaron la vida para celebrar la Cena del Señor. Gracias a que la ceremonia es sencilla, lograron hacerlo en secreto. Cuentan: “Nos colocamos de pie en círculo alrededor de un banco con un paño blanco, donde pusimos los emblemas. Como la luz eléctrica podía delatarnos, iluminamos la sala con una vela. [...] Renovamos nuestro voto ferviente a nuestro Padre de usar todas nuestras fuerzas para vindicar su santo nombre”. ¡Qué fe tan extraordinaria! Y sin duda el que podamos celebrar la Conmemoración incluso en circunstancias muy difíciles es una muestra del amor de Jesús.

17. ¿Qué es conveniente que nos preguntemos?

17 Al acercarse la Conmemoración, es conveniente que nos preguntemos: “¿Cómo puedo imitar mejor el amor de Jesús? ¿Pienso más en las necesidades de mis hermanos que en las mías? ¿Espero demasiado de ellos, o tomo en cuenta sus límites?”. Copiemos siempre el ejemplo de Jesús y mostremos empatía (1 Ped. 3:8).

NO OLVIDEMOS EL EJEMPLO DE JESÚS

18, 19. a) ¿De qué podemos estar seguros? b) ¿Qué se esforzará usted por hacer?

18 Dentro de poco, ya no será necesario volver a conmemorar la muerte de Cristo. Cuando Jesús “llegue” durante la gran tribulación, llevará al cielo a “los escogidos” que aún estén en la Tierra. A partir de ese momento, dejará de celebrarse la Conmemoración (1 Cor. 11:26; Mat. 24:31).

19 Podemos estar seguros de que, incluso cuando ya no se celebre la Cena del Señor, recordaremos con cariño esta sencilla ceremonia como un símbolo del mayor ejemplo de humildad, valentía y amor que jamás haya mostrado un ser humano. Sin duda, quienes alguna vez la celebraron les hablarán de ella a quienes vivan entonces. Cuánto les beneficiará escuchar esto. Ahora bien, para beneficiarnos ahora mismo de la Conmemoración, tenemos que esforzarnos por imitar la humildad, la valentía y el amor de Jesús. Si lo hacemos, no tenemos ninguna duda de que Jehová nos recompensará (2 Ped. 1:10, 11).

CANCIÓN 5 Cristo es nuestro modelo

^ párr. 5 Dentro de poco, vamos a asistir a la Cena del Señor para conmemorar la muerte de Jesucristo. Esta sencilla celebración nos enseña mucho sobre la humildad, la valentía y el amor de Jesús. En este artículo, veremos cómo imitar esas valiosas cualidades.

^ párr. 2 IDEA IMPORTANTE: Conmemorar significa recordar y honrar algo o a alguien mediante una celebración o un acto especial.

^ párr. 56 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES. Siervos de Dios celebrando la Conmemoración en diferentes épocas y circunstancias: en el siglo primero, a finales del siglo diecinueve, en un campo de concentración nazi y en un Salón del Reino sencillo y sin paredes en un país cálido de Sudamérica.