¿Por qué debemos mantenernos alerta?
“No saben en qué día viene su Señor” (MAT. 24:42).
CANCIONES 16 Y 54
1. ¿Por qué es importante estar atentos al tiempo en el que vivimos y a lo que sucede a nuestro alrededor? Ponga un ejemplo (vea la foto del principio).
CINCO, cuatro, tres, dos, uno... Cuando vemos la cuenta atrás en las pantallas de video de la asamblea regional, sabemos que debemos estar sentados para disfrutar del preludio musical que da inicio al programa. Ha llegado el momento de escuchar en silencio la hermosa música de la orquesta de la Watchtower y, lo que es más importante, de preparar la mente y el corazón para los discursos de la asamblea. Pero algunas personas quizás estén distraídas, caminando por los pasillos o conversando con sus amigos, sin darse cuenta de que el programa ya ha comenzado. ¿Qué les ha pasado? Es evidente que no están al tanto de la hora que es y de lo que ocurre a su alrededor: el presidente de la sesión está en la plataforma, la música está sonando y todos los demás están sentados. Este ejemplo nos ayuda a ver la importancia de mantenernos alerta ante otro acontecimiento mucho más trascendental que ocurrirá en el futuro cercano. Y la “cuenta atrás” ya ha comenzado. ¿De qué estamos hablando?
2. ¿Por qué les dijo Jesús a sus discípulos que se mantuvieran alerta?
2 Cuando Jesús habló de “la conclusión del sistema de cosas”, les dijo a sus discípulos: “Sigan mirando, manténganse despiertos, porque no saben cuándo es el tiempo señalado”. Después, les repitió varias veces: “Manténganse alerta” (Mat. 24:3; lea Marcos 13:32-37). El relato de Mateo de este mismo episodio también revela que Jesús advirtió a sus seguidores que debían estar alerta: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor [...;] demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre”. Luego, volvió a decirles: “Manténganse alerta, pues, porque no saben ni el día ni la hora” (Mat. 24:42-44; 25:13).
3. ¿Por qué debemos prestar atención a la advertencia de Jesús?
3 Los testigos de Jehová tomamos muy en serio esta advertencia de Jesús. Sabemos que estamos muy adentrados en “el tiempo del fin” y que falta poco para que comience la “gran tribulación” (Dan. 12:4; Mat. 24:21). La inmoralidad y la delincuencia son cada vez más comunes. Por todo el mundo hay guerras horribles, confusión religiosa, hambrunas, epidemias y terremotos. Además, el pueblo de Dios está predicando las buenas nuevas del Reino a una escala sin precedentes (Mat. 24:7, 11, 12, 14; Luc. 21:11). Esperamos con mucha emoción la venida del Señor y lo que significará para nosotros y para el cumplimiento del propósito de Dios (Mar. 13:26, 27).
LA CUENTA ATRÁS YA HA COMENZADO
4. a) ¿Por qué creemos que Jesús sabe cuándo tendrá lugar Armagedón? b) Aunque no sabemos cuándo comenzará la gran tribulación, ¿de qué podemos estar seguros?
4 En las asambleas, sabemos a qué hora comenzará cada sesión del programa. Sin embargo, por mucho que nos esforcemos, no podemos averiguar con exactitud en qué año comenzará la gran tribulación, y mucho menos el día y la hora. Cuando estuvo en la Tierra, Jesús dijo: “Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mat. 24:36). Pero Cristo recibió autoridad en el cielo para combatir contra el mundo de Satanás (Rev. 19:11-16). Por lo tanto, es razonable creer que ahora sí sabe cuándo tendrá lugar Armagedón. Nosotros, en cambio, no lo sabemos. Por eso, es imprescindible mantenernos alerta hasta que comience la tribulación. Claro, Jehová siempre ha sabido cuándo llegará el fin, pues él ha determinado el momento exacto en que vendrá. La cuenta atrás está en marcha, y el inicio de la gran tribulación “no llegará tarde” (lea Habacuc 2:1-3). ¿Por qué estamos seguros?
5. Ponga un ejemplo que demuestre que las profecías de Jehová siempre se cumplen en el momento exacto.
5 Las profecías de Dios siempre se han cumplido en el momento exacto. Por ejemplo, fijémonos en la fecha en que liberó a los israelitas de Egipto. Esto sucedió el 14 de nisán del año 1513 antes de nuestra era. Refiriéndose a ese día, Moisés dijo: “Aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día, que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto” (Éx. 12:40-42). Esos “cuatrocientos treinta años” comenzaron cuando el pacto que Jehová estableció con Abrahán entró en vigor, en 1943 antes de nuestra era (Gál. 3:17, 18). Algún tiempo después, Dios le dijo a Abrahán: “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años” (Gén. 15:13; Hech. 7:6). La evidencia señala que esos años de aflicción comenzaron en 1913 antes de nuestra era, cuando Ismael se burló de Isaac el día en que este fue destetado, y terminaron cuando los israelitas salieron de Egipto, en 1513 (Gén. 21:8-10; Gál. 4:22-29). Así es, con cuatro siglos de antelación, Jehová fijó el momento exacto en que liberaría a su pueblo.
6. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová salvará a su pueblo?
6 Josué, que salió de Egipto junto con el resto del pueblo, les recordó a los israelitas: “Ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado” (Jos. 23:2, 14). Podemos estar seguros de que la promesa de Jehová de liberarnos en la gran tribulación tampoco fallará. Ahora bien, si queremos sobrevivir a la destrucción de este sistema, tenemos que mantenernos alerta.
ESTAR ALERTA ES ESENCIAL PARA SOBREVIVIR
7, 8. a) ¿Qué hacía un vigilante en la antigüedad, y qué lección aprendemos? b) ¿Qué podía suceder si el vigilante se quedaba dormido? Ponga un ejemplo.
7 Aprendemos una lección sobre la importancia de mantenernos alerta si analizamos lo que pasaba en la antigüedad. Muchas ciudades grandes, como Jerusalén, estaban rodeadas de grandes murallas que ofrecían protección contra los enemigos. Estos muros también proporcionaban puntos estratégicos elevados desde donde vigilar los alrededores. Día y noche había atalayas o vigilantes sobre los muros y en las puertas. Tenían que avisar a los habitantes de la ciudad de cualquier peligro (Is. 62:6). Era una cuestión de vida o muerte que el atalaya se mantuviera en su puesto, despierto y atento (Ezeq. 33:6).
8 El historiador judío Josefo cuenta que, en el año 70 de nuestra era, el ejército romano tomó la Fortaleza Antonia debido a que los guardias de las puertas se habían quedado dormidos. Desde esa fortaleza, que estaba junto a la muralla de Jerusalén, los romanos tomaron el templo y lo quemaron. Así terminaron los días más angustiosos que Jerusalén y la nación judía habían experimentado jamás.
9. ¿De qué no se da cuenta la mayoría de las personas?
9 Aunque hoy en día los países no tienen “atalayas”, la mayoría cuenta con patrullas fronterizas y sistemas sofisticados de vigilancia. Así tratan de impedir la entrada de cualquier cosa o persona que pudiera poner en peligro la seguridad del país. Sin embargo, estos “atalayas” solo pueden detectar las amenazas provocadas por personas o por gobiernos humanos. No están al tanto de la existencia del Reino celestial de Dios. Tampoco saben qué actividades lleva a cabo ese gobierno en las manos de Cristo ni el papel que desempeñará en la inminente destrucción de las naciones (Is. 9:6, 7; 56:10; Dan. 2:44). Nosotros, en cambio, estaremos preparados si nos mantenemos espiritualmente alerta, no importa cuándo llegue ese día (Sal. 130:6).
QUE NADA NOS IMPIDA PERMANECER ALERTA
10, 11. a) ¿Qué cuidado debemos tener, y por qué? b) ¿Por qué está usted convencido de que el Diablo ha logrado que la gente no haga caso de las profecías de la Biblia?
10 Imagínese a un atalaya que ha estado despierto en su puesto toda la noche. Hacia el final de su guardia, está más cansado, y es más fácil que se quede dormido. Algo parecido puede pasarnos a nosotros: mientras más cerca estemos del fin de este sistema de cosas, más difícil será seguir despiertos. Sería una tragedia que no nos mantuviéramos alerta hasta el final. Por eso, analicemos tres influencias negativas que pueden impedirnos permanecer alerta si nos descuidamos.
11 El Diablo está adormeciendo a la gente para que no vea la importancia de las cosas espirituales. Poco antes de morir, Jesús les advirtió a sus discípulos tres veces que tuvieran cuidado con “el gobernante de este mundo” (Juan 12:31; 14:30; 16:11). Jesús sabía que el Diablo mantendría a la gente en oscuridad mental para que no percibiera la urgencia que transmiten las profecías de Dios sobre el futuro (Sof. 1:14). Satanás utiliza el imperio mundial de la religión falsa para cegar a las personas. ¿Qué ha notado usted en sus conversaciones con la gente? ¿Verdad que el Diablo “ha cegado las mentes de los incrédulos” para que no se den cuenta de que el fin de este sistema está cerca y de que Cristo ya está gobernando el Reino de Dios? (2 Cor. 4:3-6). Cuando tratamos de decirles a las personas lo que le espera a este mundo, la mayoría responde con indiferencia. ¿Cuántas veces nos han dicho: “No me interesa”?
12. ¿Por qué no debemos permitir que el Diablo nos engañe?
12 No permita que la indiferencia de los demás lo desanime o lo haga dudar de que es necesario permanecer alerta. El apóstol Pablo escribió a los cristianos: “Ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová viene”. ¿Cómo vendrá? “Exactamente como ladrón en la noche”, añadió Pablo (lea 1 Tesalonicenses 5:1-6). Jesús nos advirtió: “Manténganse listos, porque a una hora que menos piensen viene el Hijo del hombre” (Luc. 12:39, 40). Dentro de poco, Satanás hará creer a la gente que hay “paz y seguridad”, que todo está bien en el mundo. ¿Nos engañará a nosotros? No tiene por qué ser así. “Quedémonos despiertos y mantengamos nuestro juicio” para que el día en que Jehová ejecute su sentencia no nos “alcance como alcanzaría a ladrones”. Por eso tenemos que leer la Biblia todos los días y reflexionar en lo que Jehová nos dice.
13. a) ¿Qué efecto tiene el espíritu del mundo en las personas? b) ¿Qué podemos hacer para que no influya en nosotros?
13 El espíritu del mundo provoca sueño espiritual. Muchos están tan enredados en los asuntos cotidianos que no “tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mat. 5:3). Están absortos en conseguir las cosas materiales que el mundo ofrece y que despiertan “el deseo de la carne y el deseo de los ojos” (1 Juan 2:16). Además, la industria del entretenimiento presenta cada día más y más tentaciones, y ha conseguido que a mucha gente la domine el amor a los placeres (2 Tim. 3:4). Pablo les dijo a los cristianos que no hicieran “planes con anticipación para los deseos de la carne”, algo que produce sueño espiritual (Rom. 13:11-14).
14. ¿Qué advertencia encontramos en Lucas 21:34, 35?
14 Nosotros no queremos recibir la influencia del espíritu del mundo, sino la del espíritu de Dios. Por medio de este, Jehová nos ha ayudado a comprender claramente qué sucederá en el futuro próximo [1] (1 Cor. 2:12). Ahora bien, no hacen falta grandes cosas para adormecernos espiritualmente. Puede bastar con que permitamos que los asuntos cotidianos ocupen el lugar de las actividades espirituales (lea Lucas 21:34, 35). Además, algunos se burlan de nosotros porque nos mantenemos alerta. Pero no debemos escucharlos y perder el sentido de urgencia (2 Ped. 3:3-7). Más bien, tenemos que asistir siempre a las reuniones con nuestros hermanos, pues allí está el espíritu de Dios.
15. ¿Qué les pasó a Pedro, Santiago y Juan, y cómo nos podría pasar a nosotros lo mismo?
15 La imperfección puede hacernos difícil permanecer alerta. Jesús sabía que somos imperfectos y cedemos con frecuencia a nuestras debilidades. Pensemos en lo que sucedió la noche antes de que fuera ejecutado. Si quería ser leal, tenía que pedirle fuerzas a su Padre. A Pedro, Santiago y Juan les dijo que se mantuvieran alerta mientras él oraba. Lamentablemente, ellos no se dieron cuenta de la importancia de lo que iba a suceder. En vez de esperar despiertos a su Maestro, se dejaron vencer por el sueño. Jesús también estaba cansado, pero permaneció despierto, orándole intensamente a su Padre. Eso es lo que ellos deberían haber hecho (Mar. 14:32-41).
16. Según Lucas 21:36, ¿qué dijo Jesús que debemos hacer para mantenernos despiertos?
16 Para mantenernos despiertos espiritualmente, hace falta más que tener buenas intenciones. Unos días antes de que sucediera este incidente en Getsemaní, Jesús les había dicho a estos mismos discípulos que hicieran ruego a Jehová (lea Lucas 21:36). Así que, para mantenernos alerta, nosotros también tenemos que orar constantemente (1 Ped. 4:7).
ESTEMOS SIEMPRE ALERTA
17. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que estamos listos para lo que pronto vendrá?
17 Jesús les dijo a sus discípulos que el fin vendrá “a una hora que no piensan que es”. Así que no es el momento de quedarnos dormidos ni de ir tras las fantasías que ofrecen Satanás y su mundo y que desea nuestra carne (Mat. 24:44). La Biblia nos dice lo que Dios y Jesús tienen preparado para nosotros en el futuro cercano. Además, nos enseña cómo mantenernos alerta. Debemos cuidar nuestra espiritualidad, fortalecer la amistad con Jehová y buscar primero el Reino. Tenemos que estar al tanto del tiempo en que vivimos y de lo que ocurre a nuestro alrededor a fin de estar preparados para lo que vendrá (Rev. 22:20). Nuestra vida depende de ello.
^ [1] (párrafo 14): Vea el segundo artículo de La Atalaya 15 de junio de 2015.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)