Durante mucho tiempo los científicos han estado interesados en la baba gelatinosa que producen los mixinos o peces bruja. ¿Por qué? Porque a esta baba se la considera uno de los biomateriales elásticos más maleables que se conocen.
Piense en lo siguiente: El pez bruja es parecido a una anguila y vive en el fondo marino. Cuando un depredador intenta comérselo, segrega una sustancia gelatinosa por unas glándulas especiales. Esta sustancia contiene un moco formado de proteínas, además de miles de largas fibras de otras proteínas. Estas proteínas se combinan y convierten el agua que haya alrededor del pez bruja en una baba viscosa. La baba obstruye las branquias de los posibles depredadores, lo que los obliga a escupir al pez bruja y a huir.
La baba del pez bruja tiene propiedades especiales. Cada uno de estos hilos proteicos es 100 veces más fino que un cabello humano, pero hasta 10 veces más fuerte que el nailon. Cuando la mezcla de moco y fibras se libera en el agua de mar, forma una estructura similar a una red tridimensional muy tupida. Esta estructura puede retener una cantidad de agua 26.000 veces superior a su propio peso. De hecho, casi el 100 % de la baba es agua.
Los científicos no han podido reproducir la baba gelatinosa de este pez. “Este sistema natural es demasiado complejo”, dice un investigador. Sin embargo, los científicos están intentando reproducir genéticamente las fibras de proteínas usando bacterias. Su objetivo es desarrollar un producto que sea ligero, resistente, elástico y biodegradable. Los hilos de proteína sintéticos podrían usarse para desarrollar materiales sostenibles para la industria textil y para usos médicos. Las posibles aplicaciones de esta sustancia podrían ser infinitas.
¿Qué le parece? ¿Es la compleja estructura de la baba del pez bruja resultado de la evolución, o la diseñó alguien?