LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Y si estudiar no es lo mío?
“Algunos de mis compañeros llegan a clase sin libros ni nada; solo se sientan y se ponen a escuchar música en vez de escuchar al profesor. ¡Y luego se preguntan por qué les va mal! Por otro lado está la gente como yo, que nos esforzamos mucho, estudiamos como locos, pero ni con eso nos va bien en los exámenes. La verdad, no sé lo que pasa. Es frustrante, sobre todo si llevas toda la semana estudiando hasta muy tarde” (Yolanda).
¿Alguna vez te has sentido como Yolanda? Lo cierto es que, cuando sacas malas notas o calificaciones, te sientes fatal.
Algunos jóvenes se dan por vencidos y ya no se esfuerzan por mejorar, y otros hasta dejan los estudios. Aunque podrías sentirte tentado a tomar alguno de esos dos caminos, hay otro que es mejor. Aquí tienes seis sugerencias que pueden ayudarte.
Lo que puedes hacer
No faltes a clase. A lo mejor te parece superobvio, pero si faltas mucho a clase es imposible que te vaya bien.
“En mi escuela, los que faltaban a clase eran los que no se preocupaban por sus notas..., y así les iba” (Matthew).
Texto bíblico clave: “Lo que uno esté sembrando es lo que cosechará” (Gálatas 6:7).
Aprovecha al máximo cada clase. Estar presente no está mal para empezar. Pero tienes que hacer algo más que calentar el asiento. Aprovecha bien la clase, toma buenos apuntes, trata de seguir la lógica de lo que está diciendo el maestro y, si se puede, pregunta lo que no hayas entendido.
“Yo hago muchas preguntas en clase. He notado que, si el profesor se da cuenta de que alguien no entiende algo, se esfuerza por explicarlo mejor” (Olivia).
Texto bíblico clave: “Fíjense bien en cómo escuchan” (Lucas 8:18).
Resiste la tentación de copiar. Hay muchas maneras de hacer trampa en clase; una de ellas es copiar. Pero copiar está mal, es como mentir, y se puede volver en tu contra.
“Si no te sabes algo, no copies las respuestas de tus compañeros. Eso no te ayuda para nada. En vez de aprender a resolver tus propios problemas, te estás acostumbrando a depender de los demás” (Jonathan).
Texto bíblico clave: “Haz bien tu propio trabajo, y así tendrás algo de lo que sentirte orgulloso” (Gálatas 6:4, Contemporary English Version [Versión en inglés contemporáneo]).
Haz la tarea cuanto antes. Si puedes, hazla antes de hacer cualquier otra cosa, sobre todo si estás pensando en divertirte. a Seguro que con los deberes hechos vas a disfrutar mucho más.
“Hacer la tarea era muy importante para mí y gracias a eso sacaba buenas notas. Cuando llegaba a casa, muchas veces me daban ganas de echarme una siesta o escuchar música, pero intentaba hacer la tarea primero, y luego lo demás” (Calvin).
Texto bíblico clave: Asegúrate “de qué cosas son las más importantes” (Filipenses 1:10).
Pide ayuda. Que no te dé vergüenza hacerlo. Habla con tus padres o con alguno de tus maestros para que te ayuden a mejorar. También te puede ayudar ir a clases particulares.
“Habla con tu profesor. Explícale que no entiendes bien la materia y que quieres mejorar. Seguramente le impresionará que eso te importe tanto y entonces intente ayudarte” (David).
Texto bíblico clave: “Con muchos consejeros se consiguen buenos resultados” (Proverbios 15:22).
Usa todas las opciones que tengas. En algunos países, los exámenes tienen preguntas adicionales para subir la calificación. ¿Por qué no las aprovechas? También podrías entregar algún trabajo extra o pedir que te dejen hacer el examen de nuevo.
“Mejorar mis calificaciones depende de mí. Hay que moverse. Yo les pregunto a mis maestros si puedo hacer algo extra o volver a hacer algo que me haya salido mal” (Mackenzie).
Texto bíblico clave: “Todo trabajo duro genera beneficios” (Proverbios 14:23).
a Para aprender a organizarte mejor para estudiar, lee el artículo “Los jóvenes preguntan: ¿Qué hago si tengo mucha tarea?”.
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