LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Qué hago si tengo mucha tarea?
“Es supercansado tener que estar hasta la una de la mañana haciendo la tarea de la escuela. A esa hora, lo que quieres es irte a dormir” (David).
“A veces me quedaba estudiando hasta las cuatro y media de la mañana y me levantaba a las seis para ir a clase. ¡Era una locura!” (Theresa).
¿Estás hasta el cuello con tantas tareas? Te damos unas sugerencias para no ahogarte.
¿Por qué te ponen tanta tarea en la escuela?
Las tareas de la escuela te sirven para varias cosas.
Amplían tus conocimientos.
Te ayudan a ser responsable.
Te enseñan a organizar mejor tu tiempo.
Te permiten entender mejor lo que has visto en clase. a
“Los profesores te mandan tareas porque quieren asegurarse de que practiques lo que has aprendido, y de que la información no te entre por un oído y te salga por el otro” (Marie).
Por ejemplo, las asignaturas de ciencias y matemáticas te ayudan a desarrollar la capacidad para resolver problemas. Y, según los expertos, eso crea en tu cerebro nuevas conexiones y las fortalece. O sea, que hacer la tarea es como si tu cerebro fuera al gimnasio.
Así que, te guste o no, las tareas escolares son parte de tu vida. Pero ¡ánimo! Aunque la cantidad de tareas que te mandan no depende de ti, sí puedes aprender a hacerlas en menos tiempo. Veamos cómo.
Sugerencias para hacer la tarea
Si se te hace difícil terminar las tareas de clase, la solución podría estar en esta idea: no trabajes más sino mejor. ¿Qué opinas de estas sugerencias?
Sugerencia 1: Organízate. La Biblia dice: “Los planes del que es trabajador tendrán buenos resultados” (Proverbios 21:5). Antes de sentarte a hacer tus tareas, asegúrate de tener a la mano todo lo que necesitas; así no tendrás que estar levantándote.
Busca un sitio donde puedas concentrarte. Algunos prefieren estudiar en casa, en un lugar bien iluminado y tranquilo. Otros se sienten más a gusto fuera de casa, por ejemplo, en una biblioteca.
“Hacerte un horario te ayudará a organizar mejor tu tiempo. Llevar un control por escrito de tus tareas y de cuándo debes entregarlas te quitará estrés” (Richard).
Sugerencia 2: Decide por dónde empezar. La Biblia dice: “Háganlo todo de forma digna y ordenada” (1 Corintios 14:40). Con eso en mente, decide con qué tareas vas a empezar.
Hay quienes prefieren empezar por las más difíciles; a otros les gusta hacer primero las más fáciles porque así sienten que ya han acabado algo. Escoge lo que a ti te funcione.
“Preparar una lista te ayuda un montón, porque ves lo que tienes que hacer y en qué orden. Así sientes que tienes todo bajo control, y no te agobias” (Heidi).
Sugerencia 3: Pon manos a la obra. La Biblia dice: “Sean trabajadores, no holgazanes” o perezosos (Romanos 12:11). Por eso, no dejes que otras cosas, por mucho que te gusten, te distraigan y te quiten el tiempo que necesitas para hacer las tareas.
Los que dejan todo para después suelen correr para entregar los trabajos o no los entregan a tiempo. Y, claro, sus tareas son de baja calidad y no aprenden todo lo que deberían. Pero tú puedes ahorrarte muchos problemas y preocupaciones si te pones a hacer la tarea lo antes posible.
“Yo hacía las tareas justo al llegar de la escuela y empezaba los trabajos en cuanto me los mandaban. Así estaba más tranquila y tenía tiempo para otras cosas” (Serina).
RECOMENDACIÓN: Haz la tarea todos los días a la misma hora. Eso te ayudará a ser más responsable y a tener buenos hábitos.
Sugerencia 4: Mantente concentrado. La Biblia dice: “Mantén la vista fija delante de ti” (Proverbios 4:25). Lograrás eso si evitas distraerte, sobre todo con los dispositivos digitales.
Si estás mandando mensajes o navegando por Internet, puede que tardes el doble en acabar tu tarea. Pero, si te concentras en lo que estás haciendo, te estresarás menos y verás que hasta te queda más tiempo libre.
“Es muy difícil concentrarse con el teléfono, la computadora, los videojuegos y la televisión. Lo que a mí me ayuda es apagar el teléfono y desconectar cualquier otra cosa que haya por ahí y que pueda distraerme” (Joel).
Sugerencia 5: Sé equilibrado. La Biblia dice: “Que todos sepan que ustedes son personas razonables” (Filipenses 4:5). Cuando necesites relajarte un poco, haz una pausa. Sal a caminar o a correr, o da una vuelta en bici.
Si a pesar de todo todavía te sientes ahogado con tantas tareas, habla con tus profesores. Si ven que de verdad estás haciendo todo lo que puedes, es probable que decidan ayudarte de alguna manera.
“No dejes que las tareas te preocupen tanto que te roben la alegría. Tú haz todo lo que puedas, pero recuerda que hay cosas por las que no vale la pena volverse loco, y las tareas son una de ellas” (Julia).
Hazte estas preguntas:
¿Qué cosas necesitaré para hacer la tarea?
¿Cuándo me va mejor hacerla?
¿En qué lugar me concentro más?
¿Cómo evito dejar las cosas para después?
¿Qué cosas pudieran hacerme perder el tiempo?
¿Qué puedo hacer para no distraerme con el teléfono o con otras cosas?
¿Cómo puedo cumplir con mis tareas pero sin volverme loco?
IMPORTANTE: Antes de salir de clase, asegúrate de haber entendido bien lo que te han pedido que hagas. Si no, pregúntaselo al profesor.
a Ideas tomadas del libro School Power, de Jeanne Schumm.
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