Eduquemos nuestra conciencia

Eduquemos nuestra conciencia

“El objetivo de este mandato es amor procedente de un corazón limpio y de una buena conciencia.” (1 TIM. 1:5)

CANCIONES 26 Y 48

1, 2. a) ¿Quién creó la conciencia? b) ¿Por qué debemos estar agradecidos de tener conciencia?

JEHOVÁ creó a los seres humanos con la libertad de decidir por sí mismos. Además, les dio una herramienta que, bien usada, les ayudaría a tomar buenas decisiones: la conciencia. ¿Qué es la conciencia? Es una voz interna que nos ayuda a distinguir lo bueno de lo malo. Al dárnosla, Jehová nos ha demostrado que nos quiere y que desea lo mejor para nosotros.

2 Todos los seres humanos tenemos una conciencia (lea Romanos 2:14, 15). Aunque la mayoría no la escucha y pasa por alto las normas de Dios, hay quienes prefieren hacer lo bueno y odian las cosas malas que pasan en el mundo. Su conciencia los detiene de actuar con maldad y crueldad. ¿Se imagina cómo estarían las cosas si nadie tuviera conciencia? ¡Muchísimo peor! No cabe duda de que le debemos mucho a Dios por habernos dado esta valiosa herramienta.

3. ¿Por qué son una buena influencia en la congregación los hermanos que tienen educada la conciencia?

3 A diferencia de la gente en general, los siervos de Jehová se esfuerzan por que su conciencia esté bien educada. Por eso tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones. Esa clase de personas son una buena influencia en la congregación. Ahora bien, para tener una conciencia educada no basta con conocer las normas de la Biblia. También debemos amar esas normas y tener fe en que son para nuestro bien. Pablo escribió: “El objetivo de este mandato es amor procedente de un corazón limpio y de una buena conciencia y de fe sin hipocresía” (1 Tim. 1:5). Cuando educamos la conciencia y la escuchamos, crece nuestro amor por Jehová y nuestra fe en él. Además, la manera en que usamos nuestra conciencia demuestra qué clase de relación tenemos con Dios y si de verdad deseamos hacer su voluntad. En otras palabras, nuestra conciencia revela la clase de persona que somos.

4. ¿Cómo se educa la conciencia?

4 ¿Cómo se educa la conciencia? La clave está en que estudiemos la Biblia con regularidad —siempre comenzando con oración—, que meditemos en lo aprendido y que lo apliquemos en nuestra vida. Claro, como hemos dicho, no es solo cuestión de llenar la cabeza de información o de aprender reglas. El estudio de la Biblia debe ayudarnos a conocer cada día mejor a Jehová: su forma de ser, lo que le gusta y lo que no. La conciencia se acostumbra a funcionar como Jehová quiere, y poco a poco nuestra manera de pensar se hace más parecida a la de él.

5. ¿Qué veremos en este artículo?

5 Es importante que nos hagamos las siguientes preguntas: ¿Cómo nos ayuda una conciencia educada a tomar buenas decisiones? ¿Por qué debemos respetar las decisiones de nuestros hermanos? ¿Y qué cosas buenas nos impulsa a hacer la conciencia? En este artículo veremos que la conciencia es una herramienta muy útil para tomar decisiones en temas como 1) la salud, 2) el entretenimiento y 3) la predicación.

LA SALUD

6. ¿En qué campo tiene que tomar decisiones el cristiano?

6 La Biblia aconseja que evitemos las costumbres que nos hacen daño y que comamos y bebamos con moderación (Prov. 23:20; 2 Cor. 7:1). Quienes siguen estos consejos protegen su salud, aunque, claro está, no se pueden evitar del todo las enfermedades ni la vejez. Para hacerles frente existen tratamientos médicos, tanto convencionales como naturistas. Con frecuencia, las sucursales reciben cartas de hermanos que tienen que escoger entre varias opciones. Es muy común que pregunten: “¿Puede un testigo de Jehová aceptar tal o cual tratamiento?”.

7. ¿Qué puede ayudarnos a tomar decisiones en cuestiones de salud?

7 Ni las sucursales ni los ancianos de congregación están autorizados para tomar decisiones por los hermanos en cuestiones de salud, aunque estos se lo pidan (Gál. 6:5). Lo que sí pueden hacer es mostrarles información bíblica que les ayude a tomar una decisión. Por ejemplo, las Escrituras mandan a los cristianos que se abstengan de sangre (Hech. 15:29). Por eso, el cristiano no puede aceptar tratamientos que exijan el uso de sangre o de cualquiera de sus cuatro componentes principales o primarios. Sin embargo, hay tratamientos que requieren el uso de fracciones menores de la sangre. En esos casos, cada uno debe tomar su propia decisión siguiendo los dictados de su conciencia. * ¿Qué otros consejos bíblicos pueden ayudarnos a la hora de escoger un tratamiento?

8. ¿Por qué es importante tener en cuenta Filipenses 4:5 al tomar decisiones de salud?

8 Antes de tomar cualquier decisión, deberíamos meditar en el consejo de Proverbios 14:15: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos”. No olvidemos que algunas enfermedades todavía no tienen cura. Por eso es bueno ser precavidos cuando nos recomienden tratamientos que prometen soluciones milagrosas. Por otro lado, el apóstol Pablo aconsejó lo siguiente a los cristianos de su época: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes” (Filip. 4:5). El cristiano que es razonable no descuida las actividades espirituales por estar demasiado pendiente de su salud. De lo contrario, corre el riesgo de terminar pensando solo en sí mismo. (Filip. 2:4). Tengamos presente que la salud espiritual es mucho más importante y que, mientras estemos en este sistema de cosas, es inevitable que nos enfermemos (lea Filipenses 1: 10).

¿Se empeña en hacer que los demás piensen como usted? (Vea el párrafo 9)

9. a) ¿Cómo puede ayudarnos Romanos 14:13, 19 a tomar decisiones sobre salud? b) ¿Por qué podríamos poner en riesgo la unidad de la congregación?

9 Si somos razonables, no trataremos de convencer a los demás de que piensen como nosotros. En un país europeo, un matrimonio comenzó a promover con mucho entusiasmo ciertos suplementos alimenticios, así como una dieta en particular. Aunque lograron convencer a algunos hermanos, los resultados no fueron tan buenos como se esperaba, y muchos se enfadaron. Está claro que la pareja tenía el derecho de tomar su propia decisión en este asunto. Pero ¿valió la pena poner en riesgo la unidad de la congregación? ¿Fue razonable lo que hicieron? En el siglo primero, los cristianos de Roma tenían opiniones distintas sobre el consumo de ciertos alimentos. También sobre si se debían celebrar o no ciertos días. Pablo les escribió el siguiente consejo: “Un hombre juzga un día como superior a otro; otro juzga un día como todos los demás; cada uno esté plenamente convencido en su propia mente”. Como vemos, hay que tener cuidado de no hacer tropezar a nuestros hermanos con nuestras decisiones (lea Romanos 14:5, 13, 15, 19, 20).

10. ¿Por qué debemos respetar las decisiones que toman nuestros hermanos en asuntos personales? (Vea la ilustración del principio.)

10 Si se nos hace difícil entender la decisión que un hermano tomó sobre algún asunto personal, no debemos juzgarlo ni presionarlo para que cambie de decisión. Es probable que su conciencia todavía sea “débil” y necesite más educación, o que sea demasiado restrictiva en ciertos temas (1 Cor. 8:11, 12). O tal vez sea nuestra conciencia la que necesite más educación para ajustarse mejor a las normas de la Biblia. Sea cual sea el caso, en temas como la salud, cada uno debe tomar sus propias decisiones y aceptar las consecuencias.

EL ENTRETENIMIENTO

11, 12. ¿Qué consejo bíblico debemos recordar al escoger nuestro entretenimiento?

11 Jehová nos creó con la capacidad de disfrutar del entretenimiento y el descanso. Aunque el rey Salomón reconoció que hay un “tiempo de reír” y un “tiempo de dar saltos”, debemos tener presente que no todo el entretenimiento es bueno o relajante (Ecl. 3:4). Tampoco está bien dedicarle demasiado tiempo. ¿Cómo nos ayuda la conciencia a elegir actividades que nos renueven en sentido físico y espiritual?

12 La Biblia dice que debemos rechazar “las obras de la carne”. Algunas de estas son: inmoralidad sexual, actos impuros, conducta desvergonzada, idolatría, ocultismo, odio, peleas, celos, ataques de ira, desacuerdos, divisiones, sectas, envidias, borracheras y fiestas desenfrenadas. El apóstol Pablo dijo que “los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gál. 5:19-21). Preguntémonos: “¿Evito los deportes que son agresivos o violentos? ¿Rechazo el espíritu competitivo y nacionalista que hay en muchos deportes? ¿Evito ver películas con escenas pornográficas o que presentan la inmoralidad, la borrachera y el ocultismo como algo normal?”. ¿Qué nos dice nuestra conciencia?

13. ¿Por qué nos ayudan 1 Timoteo 4:8 y Proverbios 13:20 a escoger bien el entretenimiento?

13 La Biblia contiene algunos principios que nos ayudan a educar nuestra conciencia y tomar buenas decisiones. Por ejemplo, 1 Timoteo 4:8 dice que “el entrenamiento corporal es provechoso”, y muchas personas están de acuerdo en que el ejercicio es bueno para nuestra salud física y mental. Pero ¿qué hay si nos gusta practicar deporte en grupo? ¿Hay algún principio que debamos tener en cuenta? Sí. Proverbios 13:20 dice: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”. Como vemos, es importante buscar la guía de la Biblia para decidir qué haremos en nuestro tiempo libre y con quién lo haremos.

14. ¿Cómo usó un padre Romanos 14:2-4 para ayudar a su hija?

14 Christian y Daniela tienen dos hijas adolescentes. Christian recuerda: “En una ocasión hablamos en la Noche de Adoración en Familia sobre el entretenimiento. Todos estuvimos de acuerdo en que hay formas de divertirse que están bien y otras que no. También hablamos de las personas con las que nos relacionamos. Una de nuestras hijas nos contó que otros jóvenes Testigos de su escuela hacían cosas que no son correctas y que ella se sentía presionada a hacer lo mismo. Sin embargo, le explicamos que cada uno tiene su propia conciencia y que debe usarla para decidir qué hacer y con quién juntarse” (lea Romanos 14:2-4).

Una conciencia bien educada es una protección para el cristiano (Vea el párrafo 14)

15. ¿Cómo nos ayuda Mateo 6:33 a usar bien nuestro tiempo?

15 También piense en los momentos que elige para divertirse. ¿Deja el entretenimiento para el tiempo que le queda libre de las reuniones, la predicación y el estudio? ¿O hace lo contrario y les dedica a las actividades espirituales solo el tiempo que le sobra? ¿Qué es más importante para usted? Jesús dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas” (Mat. 6:33). ¿Lo impulsa su conciencia a seguir este mandato de Jesús?

LA PREDICACIÓN

16. ¿Por qué decimos que la conciencia nos impulsa a predicar?

16 Una conciencia educada no solo evita que hagamos cosas malas; también nos impulsa a hacer cosas buenas, como aprovechar toda oportunidad para predicar de casa en casa o en otras ocasiones. Así es como funcionaba la conciencia de Pablo. Él dijo: “Necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas!” (1 Cor. 9:16). Si seguimos el ejemplo de Pablo y hacemos todo lo posible en la predicación, nuestra conciencia nos dirá: “¡Bien hecho!”. Además, tendremos más oportunidades de despertar la conciencia de las personas a las que hablamos. Es como Pablo explicó: “Mediante poner de manifiesto la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana a vista de Dios” (2 Cor. 4:2).

17. ¿Qué hizo Jacqueline motivada por su conciencia?

17 Jacqueline es un buen ejemplo de cómo debe funcionar nuestra conciencia. Cuando tenía 16 años tuvo una clase de biología en la que se habló sobre la evolución. Ella comenta: “Siempre participaba en clase, pero en aquella ocasión mi conciencia no me lo permitió, pues no podía apoyar la teoría de la evolución. Hablé con el profesor y, para mi sorpresa, fue muy amable y me dio la oportunidad de hacer una presentación sobre la creación ante mis compañeros”. Jacqueline le hizo caso a su conciencia y eso le produjo gran satisfacción. ¿Hace usted lo mismo?

18. ¿Por qué debemos educar nuestra conciencia?

18 Sigamos esforzándonos por obedecer las normas de Jehová. Nuestra conciencia nos ayudará, pero debemos educarla. Estudiemos con empeño la Palabra de Dios, meditemos en ella y pongamos en práctica sus consejos. Una conciencia confiable es una de las herramientas más valiosas que puede tener el cristiano.

^ párr. 7 Consulte el artículo “Preguntas de los lectores” de La Atalaya del 15 de junio de 2004, páginas 29 a 31.