El 26 de junio de 2020, los encargados de la prisión de Lgov encerraron ilegalmente a Dennis Christensen en una celda especial de castigo, algo que suele hacerse solo con delincuentes muy peligrosos. Puesto que su salud se ha deteriorado, parece que la intención de las autoridades es lograr que nuestro hermano se derrumbe. También parece que la fiscalía está presentando acusaciones falsas contra él para impedir su liberación. Y todo esto pese a que, tan solo unos días atrás, la fiscalía había apoyado ante el tribunal la decisión de liberarlo.
Dennis ya ha cumplido más de la mitad de su condena de seis años de cárcel. Desde hace más de un año, cumple con los requisitos para solicitar la libertad condicional o la libertad anticipada. Por eso presentó tres solicitudes, pero las tres fueron ignoradas. Finalmente, la cuarta solicitud llegó al tribunal. El 23 de junio de 2020, el Tribunal del Distrito de Lgov ordenó que el tiempo restante de su condena se le conmutara por una multa. Artiom Kofánov, uno de los fiscales que estuvo en la audiencia, apoyó la decisión de reducir la condena.
Dos días después, otro fiscal, Alexéi Shatúnov, afirmó que el fallo del tribunal era ilegal, exigió que se anulara y pidió que se celebrara un nuevo juicio en ese mismo tribunal pero con un juez diferente. Shatúnov basó su solicitud en informes negativos de la administración de la prisión de Lgov que afirmaban que Dennis no tenía “un buen historial de trabajo ni de buena conducta en el centro penitenciario”.
En la audiencia del 23 de junio, los representantes del centro penitenciario ya habían intentado presentar argumentos similares, pero el juez consideró que estos argumentos no tenían base. El abogado defensor había presentado un informe médico como prueba de que la salud de Dennis no le permitía hacer trabajo físico dentro de la prisión. Además, un representante de la prisión había reconocido durante su testimonio que la prisión no disponía de ningún trabajo que Dennis, con sus problemas de salud, pudiera realizar.
Mientras la fiscalía buscaba la manera de apelar la liberación anticipada de Dennis, las autoridades penitenciarias prepararon dos informes contra él. El primero decía que habían encontrado a Dennis en el comedor en horas no permitidas, y el segundo, que lo habían visto en camiseta y sin llevar puesta la chaqueta reglamentaria en el recinto de la prisión. Por estas razones, lo encerraron en una celda especial de castigo durante 10 días. Según las leyes de Rusia, esas medidas solo pueden adoptarse cuando un preso comete repetidamente una falta grave contra las normas de la prisión y, aun así, primero tendría que ser sometido a un examen médico. Como Dennis no había cometido ninguna falta grave ni le habían hecho un examen médico, no había ninguna base para ponerlo en una celda de castigo.
Dennis está con otro preso en una celda llena de moho y con poca ventilación que mide alrededor de 2 por 3 metros (7 por 10 pies). Esto amenaza el deteriorado estado de salud de Dennis, que tuvo neumonía hace solo unos meses. Y no solo eso, también se le diagnosticó un serio problema en la columna vertebral. Según el abogado de Dennis, “aunque la administración de la prisión conoce su situación, el lugar donde lo tienen encerrado lo obliga a dormir en una cama dura, y eso le produce un dolor insoportable”.
Dennis le contó a su abogado que, en el momento de cometer esas supuestas faltas, había otros prisioneros con él, pero que solo a él lo enviaron a la celda de castigo. El abogado de Dennis dijo: “Esto nos lleva a pensar que todo es parte de una estrategia para evitar que el tribunal lo ponga en libertad”.
Las autoridades rusas siguen buscando maneras cada vez más crueles de atacar a nuestros hermanos, pero confiamos en que Jehová seguirá siendo un refugio seguro para ellos. Sigamos orando para que Jehová les dé a Dennis y a Irina, su esposa, todo lo que necesitan para mantenerse fieles en estos momentos tan duros (Salmo 94:13, 21, 22).