“¿Me amas más que a estos?”
“Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?” (JUAN 21:15).
1, 2. Después de pasar la noche pescando, ¿qué le pasó a Pedro?
SIETE discípulos de Jesús han pasado toda la noche pescando en el mar de Galilea, pero no han atrapado nada. Jesús, que ya ha resucitado, los observa desde la playa. Les dice que hallarán peces si echan la red al lado derecho de la barca. Ellos obedecen, y se les hace muy difícil sacar la red “a causa de la multitud de peces” (Juan 21:1-6).
2 Después de servirles el desayuno, Jesús se dirige a Simón Pedro y le pregunta: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?”. ¿A qué se refiere? A Pedro le gusta mucho pescar, así que parece que le pregunta qué es lo que ama de verdad: el negocio de la pesca o a Jesús y sus enseñanzas. Su respuesta es: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño” (Juan 21:15). Pedro demostró que hablaba en serio. De ahí en adelante, se entregó a la obra de hacer discípulos y fue una columna de la congregación del primer siglo. Así mostró el cariño que sentía por Cristo.
3. ¿Con qué peligros debemos tener cuidado?
3 ¿Qué nos enseña lo que Jesús le dijo a Pedro? Debemos tener cuidado para que nada debilite nuestro amor a Cristo o impida que pongamos primero el Reino. Jesús conocía bien la presión que ejercen las preocupaciones que hay en este sistema. En la parábola del sembrador, dijo que algunos aceptarían “la palabra del reino” y progresarían, pero que al final “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas” ahogarían dicha palabra (Mat. 13:19-22; Mar. 4:19). Si no tenemos cuidado, las inquietudes cotidianas pueden engañar a nuestro corazón para que tomemos las cosas espirituales con más calma. Por eso, Jesús les hizo esta advertencia a sus discípulos: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida” (Luc. 21:34).
4. ¿Qué podemos hacer para saber cuánto amamos a Cristo? (Vea las fotos del principio).
4 Igual que hizo Pedro después de este encuentro con Jesús, nosotros demostramos la profundidad de nuestro cariño a Cristo poniendo en primer lugar la misión que nos ha encomendado. ¿Cómo podemos estar seguros de no dejar de hacerlo? Es necesario que nos preguntemos de vez en cuando: “¿A qué cosas les tengo verdadero cariño? ¿Qué actividades me hacen más feliz? ¿Las espirituales o las del mundo?”. Analicemos tres cosas que pueden debilitar nuestro amor a Cristo y a la congregación si no las mantenemos en el lugar que les corresponde: el empleo, las diversiones y las posesiones.
PONGAMOS EL EMPLEO EN EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE
5. ¿Qué responsabilidad les asigna la Biblia a los cabezas de familia?
5 Pescar no era el pasatiempo de Pedro; era su forma de ganarse la vida. Los cabezas de familia saben que la Biblia les manda cubrir las necesidades materiales de los suyos (1 Tim. 5:8). Para lograrlo, tienen que trabajar mucho. Pero, además, el empleo suele ser un motivo de ansiedad en estos últimos días.
6. ¿Qué presiones sufren hoy los trabajadores?
6 Como la competencia para conservar uno de los pocos empleos disponibles es muy intensa, mucha gente se siente obligada a trabajar más horas, a veces por menos dinero. Además, se presiona constantemente a los empleados para que aumenten la producción. Eso tiene graves consecuencias físicas, mentales y emocionales. Quienes no están dispuestos a hacer esos sacrificios por su empresa se arriesgan a perder el trabajo.
7, 8. a) ¿A quién le debemos lealtad en primer lugar? b) ¿Qué importante lección aprendió un hermano de Tailandia sobre su empleo?
7 La lealtad principal del cristiano es hacia Jehová, no hacia su patrono (Luc. 10:27). El trabajo es tan solo un medio para conseguir un fin: cubrir nuestras necesidades básicas y apoyar la predicación. Pero, si no tenemos cuidado, podría estorbar el servicio que le damos a Dios. Veamos un caso. Un hermano de Tailandia cuenta: “Reparaba computadoras, un trabajo muy interesante, pero que me ocupaba muchas horas. Así que no tenía prácticamente tiempo para los asuntos espirituales. Al final me di cuenta de que debía cambiar de trabajo si quería poner primero el Reino”. ¿Qué hizo?
8 Él sigue contando: “Después de hacer planes por más o menos un año, decidí dedicarme a vender helados en la calle. Al principio, me costó ganar suficiente dinero, y me sentí desanimado. Cuando veía a mis antiguos compañeros, se reían de mí y me preguntaban por qué creía que vender helados era mejor que arreglar computadoras en un lugar con aire acondicionado. Le pedí a Jehová que me ayudara a aguantar y alcanzar mi meta de tener más tiempo para actividades espirituales. Las cosas no tardaron en mejorar. Conocía mejor los gustos de mis clientes y mis helados eran mejores. Al poco tiempo, vendía a diario todo el helado que hacía. La verdad es que ganaba más que cuando reparaba computadoras. Soy más feliz porque no tengo la presión ni las preocupaciones que tenía antes. Y, lo más importante, me siento más cerca de Jehová” (lea Mateo 5:3, 6).
9. ¿Qué nos ayudará a ser equilibrados con relación al empleo?
9 A Jehová le gusta que seamos buenos trabajadores, y trabajar duro produce satisfacción (Prov. 12:14). De todos modos, como descubrió el hermano mencionado antes, el empleo debe ocupar el lugar que le corresponde. Jesús dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas [las necesidades materiales básicas] les serán añadidas” (Mat. 6:33). Tenemos que determinar si es equilibrado nuestro modo de ver las actividades espirituales y las que no lo son. Para ello, conviene que nos preguntemos: “¿Siento que mi empleo es interesante y emocionante mientras que las actividades espirituales me parecen rutinarias o aburridas?”. Meditar en la respuesta nos ayudará a ver qué es lo que de verdad nos interesa.
10. ¿Qué importante lección enseñó Jesús sobre lo que debe ser más importante?
10 Jesús nos enseñó a mantener en su lugar las cosas espirituales y las actividades cotidianas. En una ocasión, estaba de visita en la casa de María y Marta, que eran hermanas. Mientras Marta corría de un lado a otro para preparar la comida, María prefirió sentarse a los pies de Jesús y escucharlo. Marta se quejó de que su hermana no la ayudaba, y Jesús le dijo: “María escogió la buena porción, y no le será quitada” (Luc. 10:38-42). De esta manera, le enseñó una valiosa lección: tenemos que seguir escogiendo “la buena porción”, dar prioridad a las cosas espirituales, para que no nos distraigan los asuntos del mundo y demostrar así nuestro amor a Cristo.
CÓMO DEBEMOS VER LAS DIVERSIONES
11. ¿Qué dice la Biblia sobre el descanso?
11 Todos necesitamos tiempo para relajarnos y descansar del trabajo y de nuestras muchas ocupaciones. La Palabra de Dios dice: “En cuanto al hombre, no hay nada mejor que el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo” (Ecl. 2:24). Jesús reconoció que a veces hay que descansar. Después de una campaña de predicación especialmente intensa, les dijo a sus discípulos: “Vengan, ustedes mismos, en privado, a un lugar solitario, y descansen un poco” (Mar. 6:31, 32).
12. ¿Qué cuidado hay que tener respecto al entretenimiento? Dé un ejemplo.
12 Desde luego, el entretenimiento tiene un papel importante. Sin embargo, existe el peligro de que pasar un buen rato se convierta en lo principal para nosotros. En el siglo primero, la manera de vivir de muchas personas se resumía con la frase “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Cor. 15:32). Esa misma actitud ante la vida predomina hoy en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, hace años un joven de Europa occidental comenzó a asistir a las reuniones. Pero dejó de hacerlo porque le gustaba mucho divertirse. Con el tiempo, comprendió que ese interés exagerado solo le había causado problemas y decepciones. Por eso, volvió a estudiar la Biblia y con el tiempo llegó a ser publicador. Después de bautizarse, dijo: “Lo único que lamento es haber perdido tanto tiempo antes de darme cuenta de que servir a Jehová te hace mucho más feliz que tratar de aprovechar las diversiones que ofrece el mundo”.
13. a) ¿Cuáles son los peligros del entretenimiento? Dé un ejemplo. b) ¿Qué nos ayudará a ver el entretenimiento con equilibrio?
13 El propósito del entretenimiento es sentirse mejor y recuperar fuerzas. ¿Cuánto tiempo necesitamos para conseguirlo? Pongamos un ejemplo. A muchos nos encanta comer postre de vez en cuando, pero sabemos que arruinaríamos nuestra salud si solo comiéramos dulces y postres. Por eso, normalmente tomamos alimentos nutritivos. Algo parecido pasará si dedicamos demasiado tiempo a las diversiones: nuestra salud espiritual sufrirá. Lo evitaremos si nos mantenemos muy ocupados con las actividades espirituales. ¿Cómo saber si el tiempo que dedicamos al entretenimiento es equilibrado? Durante una semana, podemos anotar las horas que pasamos en actividades espirituales, como asistir a las reuniones, predicar y estudiar solos o con la familia. Luego, comparemos esas horas con las que dedicamos, por ejemplo, a deportes, pasatiempos, la televisión o los videojuegos. El resultado nos dirá si hace falta que “comamos menos postre” (lea Efesios 5:15, 16).
14. ¿Qué nos ayudará a escoger entretenimiento adecuado?
14 Todos tenemos la libertad para escoger el entretenimiento que más nos guste o el que creamos mejor para nuestra familia. No obstante, siempre debemos tomar en cuenta que lo que elijamos esté de acuerdo con los principios de la Biblia. * Las diversiones sanas son un “don de Dios” (Ecl. 3:12, 13). Por supuesto, no todas las personas escogen lo mismo a la hora de divertirse (Gál. 6:4, 5). Pero, hagamos lo que hagamos, mantengamos el entretenimiento en el lugar que le corresponde. Jesús dijo: “Donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón” (Mat. 6:21). Así que el amor sincero que sentimos por Jesús resultará en que nuestros pensamientos, conversaciones y acciones giren principalmente alrededor del Reino, no de los asuntos cotidianos (Filip. 1:9, 10).
LA LUCHA CONTRA EL MATERIALISMO
15, 16. a) ¿Cómo podría llegar a ser el materialismo una trampa para el cristiano? b) ¿Qué buen consejo dio Jesús sobre las cosas materiales?
15 Muchas personas están obsesionadas con lo último en cosas como la moda y los aparatos electrónicos. Por eso, los cristianos necesitamos analizar con frecuencia cuáles son nuestros deseos haciéndonos preguntas como estas: “¿Paso más tiempo mirando o pensando en los últimos automóviles o modas que en prepararme para las reuniones porque las cosas materiales son más importantes para mí? ¿Me preocupan tanto los asuntos cotidianos que dedico menos tiempo a orar y leer la Biblia?”. Si descubrimos que el amor por las cosas materiales es mayor que el que sentimos por Cristo, debemos reflexionar en sus palabras: “Guárdense de toda suerte de codicia” (Luc. 12:15). ¿Por qué dio esta seria advertencia?
16 Jesús dijo que “nadie puede servir como esclavo a dos amos” y que no podemos ser esclavos de Dios y de las riquezas. ¿Por qué? Porque ambos “amos” exigen devoción exclusiva. Quien trata de servir a los dos “odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro”, dijo Jesús (Mat. 6:24). Como somos imperfectos, todos debemos seguir luchando contra “los deseos de nuestra carne”, entre ellos el materialismo (Efes. 2:3).
17. a) ¿Por qué les cuesta a las personas carnales ver con equilibrio las cosas materiales? b) ¿Qué nos ayudará a luchar contra el materialismo?
17 A las personas con mente carnal les cuesta ver con equilibrio las cosas materiales, pues les cuesta darse cuenta de qué cosas son importantes para Dios (lea 1 Corintios 2:14). Cuando esto ocurre, les resulta más difícil ver la diferencia entre lo bueno y lo malo (Heb. 5:11-14). Como resultado, algunas desarrollan un deseo desmedido e insaciable por lo material (Ecl. 5:10). Afortunadamente, existe un antídoto para este problema: tomar con regularidad una dosis de la Palabra de Dios, la Biblia (1 Ped. 2:2). Tal como meditar en las verdades de Dios fortaleció a Jesús para resistir las tentaciones, seguir los principios de la Biblia nos ayuda a nosotros a luchar contra el materialismo (Mat. 4:8-10). Cuando lo hacemos, le demostramos a Jesús que lo amamos más que a cualquier cosa material.
18. ¿Qué está usted decidido a hacer?
18 Cuando Jesús le preguntó a Pedro: “¿Me amas más que a estos?”, le recordaba que tenía que poner en primer lugar las cosas espirituales. El nombre de Pedro significa “Trozo de Roca”, y él le hizo honor a su nombre, ya que mostró cualidades como las de una roca (Hech. 4:5-20). Nosotros también estamos decididos a seguir teniendo un amor inquebrantable por Cristo y poner en su debido lugar el empleo, las diversiones y las posesiones. Deseamos que las decisiones que tomemos demuestren que sentimos lo mismo que Pedro, que le contestó a Jesús: “Señor, tú sabes que te tengo cariño”.
^ párr. 14 Vea el artículo “¿Son sanas nuestras diversiones?”, de La Atalaya del 15 de octubre de 2011, páginas 9 a 12, párrafos 6 a 15.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)