Su cónyuge dice o hace algo que a usted le enoja, y usted trata de disimular. Pero, cuando su esposo o esposa se da cuenta de que algo no está bien, empieza a hacerle muchas preguntas para averiguar qué pasa. Eso le molesta todavía más. ¿Qué puede hacer para controlar la ira en situaciones como esta?
Darle rienda suelta a la ira es malo para la salud. Las investigaciones indican que no controlar la ira aumenta el riesgo de padecer presión arterial alta, enfermedades del corazón, depresión y problemas digestivos. La ira también se ha relacionado con el insomnio, la ansiedad, los problemas en la piel y los ataques cerebrales. Con razón, la Biblia dice: “¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso sólo trae daño” (Salmo 37:8, Nueva Traducción Viviente).
Reprimir la ira también hace daño. La ira reprimida se puede comparar a una enfermedad que ataca desde dentro. Por ejemplo, usted podría desarrollar una actitud cínica o crítica. Y una actitud como esa podría convertirlo en una persona con la que es difícil vivir y provocar graves problemas en su matrimonio.
Lo que puede hacer
Fíjese en las buenas cualidades de su cónyuge. Escriba tres cualidades que admire de su cónyuge. La próxima vez que se enoje por algo que haga, piense en las cualidades que anotó. Eso lo ayudará a controlar la ira.
Aprenda a perdonar. Para empezar, intente ver las cosas desde el punto de vista de su cónyuge. Esto lo ayudará a tener empatía, o como dice la Biblia, a entender los “sentimientos” de los demás (1 Pedro 3:8). Luego, pregúntese: “¿De verdad me hizo algo tan grave que no puedo perdonar?”.
Texto bíblico clave: “Es hermosura [...] pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11).
Exprese sus sentimientos con amabilidad y tacto. Hable en primera persona. Por ejemplo, en lugar de decir “Eres muy desconsiderado cuando no me llamas para decirme dónde estás”, diga “Me preocupo cuando se hace tarde y no sé si te ha pasado algo”. Expresarse con calma puede ayudarlo a controlar la ira.
Texto bíblico clave: “Que su habla siempre sea con gracia” (Colosenses 4:6).
Escuche con atención. Después de hablar, permítale a su cónyuge responder y no lo interrumpa. Cuando termine, haga un resumen de lo que le acaba de decir para ver si lo entendió bien. El simple hecho de escuchar lo ayudará a controlar la ira.
Texto bíblico clave: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar” (Santiago 1:19).