¿Qué aprendemos de las mujeres de la Biblia?
La respuesta que da la Biblia
La Biblia habla de muchas mujeres de las que podemos aprender importantes lecciones (Romanos 15:4; 2 Timoteo 3:16, 17). En este artículo veremos brevemente lo que hicieron algunas de ellas, pues sus vidas nos sirven de ejemplo o de advertencia (1 Corintios 10:11; Hebreos 6:12).
Eva
¿Quién fue? Eva fue la primera mujer que existió y también la primera que se menciona en la Biblia.
¿Qué hizo? Eva desobedeció un mandato claro que Dios había dado. Al igual que su esposo, Adán, ella también era un ser humano perfecto. Jehová los había creado con la capacidad de tomar sus propias decisiones y de cultivar cualidades divinas como el amor y la sabiduría (Génesis 1:27). Eva sabía que Dios le había dicho a Adán que morirían si comían de cierto árbol. Sin embargo, Satanás la engañó y le hizo creer que no moriría. De hecho, la convenció de que le iría mejor si desobedecía a Dios. Así que comió del fruto y luego hizo que su esposo también comiera (Génesis 3:1-6; 1 Timoteo 2:14).
¿Qué aprendemos de ella? El ejemplo de Eva nos enseña lo peligroso que es alimentar los deseos incorrectos. El intenso deseo que Eva desarrolló por conseguir algo que no le correspondía la llevó a desobedecer un mandato claro de Dios (Génesis 3:6; 1 Juan 2:16).
Sara
¿Quién fue? Sara fue esposa de Abrahán y madre de Isaac.
¿Qué hizo? Sara estuvo dispuesta a dejar la vida cómoda de la ciudad de Ur porque tenía fe en las promesas que Dios le había hecho a su esposo, Abrahán. Dios le había dicho a Abrahán que se fuera de la moderna ciudad de Ur a la tierra de Canaán. Le prometió que le daría muchas bendiciones y haría que su familia fuera una gran nación (Génesis 12:1-5). Es posible que Sara tuviera unos 60 años para ese tiempo. Desde entonces, ella y su esposo vivieron en tiendas de campaña yendo de un lugar a otro.
Aunque ese tipo de vida era peligroso, Sara apoyó la resolución de Abrahán de obedecer a Dios (Génesis 12:10, 15). Durante muchos años, Sara no tuvo hijos, lo que la hacía sentir muy triste. Pero Dios había prometido que bendeciría a los descendientes de Abrahán (Génesis 12:7; 13:15; 15:18; 16:1, 2, 15). Más tarde, Dios le confirmó a Sara que tendría un hijo de Abrahán. Y, a pesar de que ya se le había pasado la edad para ser madre, pues ella tenía 90 años y su esposo 100, tuvieron un hijo (Génesis 17:17; 21:2-5). El niño se llamó Isaac.
¿Qué aprendemos de ella? El ejemplo de Sara nos enseña que Dios siempre cumple sus promesas, aunque a veces pudieran parecer imposibles (Hebreos 11:11). También es un ejemplo para las esposas, pues resalta la importancia del respeto en el matrimonio (1 Pedro 3:5, 6).
▸ Si desea saber más sobre Sara, lea los artículos “Una mujer hermosa” y “Dios la llamó ‘Princesa’”.
La esposa de Lot
¿Quién fue? La Biblia no menciona el nombre de la esposa de Lot. Pero nos cuenta que tuvo dos hijas y que vivió en la ciudad de Sodoma con su familia (Génesis 19:1, 15).
¿Qué hizo? La esposa de Lot desobedeció un mandato de Dios. Jehová había decidido destruir Sodoma y otras ciudades cercanas por sus terribles prácticas inmorales. Como Dios amaba al justo Lot y a su familia, envió a dos ángeles para sacarlos de allí y llevarlos a un lugar seguro (Génesis 18:20; 19:1, 12, 13).
Los ángeles les dijeron a Lot y a su familia que huyeran y que no miraran atrás. Si no obedecían, morirían (Génesis 19:17). La esposa de Lot empezó a mirar atrás “y se convirtió en columna de sal” (Génesis 19:26).
¿Qué aprendemos de ella? Lo que le pasó a la esposa de Lot nos recuerda que es muy peligroso dejar que las cosas materiales sean más importantes que obedecer a Dios. Por eso, Jesús advirtió: “Acuérdense de la esposa de Lot” (Lucas 17:32).
Rebeca
¿Quién fue? Rebeca fue la esposa de Isaac, con quien tuvo a los gemelos Jacob y Esaú.
¿Qué hizo? Rebeca hizo la voluntad de Dios incluso cuando no era fácil. Un día, Rebeca fue a sacar agua de un pozo y un hombre le pidió que le diera un poco. Ella rápidamente le dio agua y se ofreció para darles de beber a los camellos (Génesis 24:15-20). Ese hombre era un siervo de Abrahán y había viajado desde muy lejos para buscar una esposa para Isaac, el hijo de su amo (Génesis 24:2-4). El siervo de Abrahán había orado para pedirle a Dios que lo ayudara. Cuando vio que Rebeca era una mujer tan trabajadora y hospitalaria, se dio cuenta de que Dios estaba respondiendo su oración y le estaba diciendo que ella era la elegida para Isaac (Génesis 24:10-14, 21, 27).
Cuando Rebeca supo por qué estaba allí aquel hombre, aceptó acompañarlo y casarse con Isaac (Génesis 24:57-59). Con el tiempo, Rebeca tuvo gemelos, y Dios le reveló que el mayor, Esaú, serviría al menor, Jacob (Génesis 25:23). El día que Isaac decidió darle la bendición al primogénito, que era Esaú, Rebeca hizo lo necesario para asegurarse de que Jacob fuera el que recibiera esa bendición. Lo hizo porque sabía que esa era la voluntad de Dios (Génesis 27:1-17).
¿Qué aprendemos de ella? Rebeca era una mujer modesta, trabajadora y hospitalaria. Gracias a esas cualidades, fue una excelente esposa y madre, así como una buena sierva del Dios verdadero.
▸ Si desea saber más sobre Rebeca, lea el artículo “Estoy dispuesta a ir”.
Lea
¿Quién fue? Lea fue la primera esposa del patriarca Jacob. Su hermana menor, Raquel, fue la otra esposa (Génesis 29:20-29).
¿Qué hizo? Lea fue la madre de seis de los hijos varones de Jacob (Rut 4:11). Jacob quería casarse con Raquel, no con Lea. Sin embargo, el padre de ellas, Labán, se encargó de que Lea tomara el lugar de Raquel. Cuando Jacob se dio cuenta de que lo habían engañado para que se casara con Lea, fue a hablar con Labán. Él le explicó a Jacob que la costumbre no era que la hija menor se casara antes que la mayor. Una semana después, Jacob se casó con Raquel (Génesis 29:26-28).
Jacob quería más a Raquel que a Lea (Génesis 29:30). Así que los celos llevaron a Lea a competir con su hermana por el cariño de Jacob. Dios conocía los sentimientos de Lea y la bendijo con seis hijos y una hija (Génesis 29:31).
¿Qué aprendemos de ella? Lea le confío sus preocupaciones a Dios en oración y no dejó que su difícil situación familiar le impidiera ver que Dios la estaba ayudando (Génesis 29:32-35; 30:20). Lo que Lea vivió nos muestra de forma realista los problemas que genera la poligamia, un sistema que Dios toleró durante un tiempo. La norma de Dios es que cada matrimonio esté compuesto solo por un hombre y una mujer (Mateo 19:4-6).
▸ Si desea saber más sobre Lea, vea el artículo “Dos hermanas rivales ‘edificaron la casa de Israel’”.
▸ Si quiere saber por qué toleró Dios la poligamia en el pasado, lea el artículo “¿Aprueba Dios la poligamia?”.
Raquel
¿Quién fue? Raquel era una de las hijas de Labán y la esposa favorita del patriarca Jacob.
¿Qué hizo? Raquel se casó con Jacob y tuvieron dos hijos, que fueron dos de los cabezas de las 12 tribus de Israel. La Biblia dice que Raquel conoció a su esposo cuando estaba cuidando a las ovejas de su padre (Génesis 29:9, 10). Comparada con Lea, su hermana mayor, Raquel era “de hermosa figura” (Génesis 29:17).
Jacob se enamoró de Raquel y estuvo de acuerdo en trabajar siete años para poder casarse con ella (Génesis 29:18). Sin embargo, Labán lo engañó para que se casara primero con Lea, aunque luego permitió que se casara con Raquel (Génesis 29:25-27).
Jacob amaba más a Raquel y a sus dos hijos que a Lea y a sus hijos (Génesis 37:3; 44:20, 27-29). Por eso, había rivalidad entre las dos mujeres (Génesis 29:30; 30:1, 15).
¿Qué aprendemos de ella? Raquel soportó una difícil situación familiar sin perder la esperanza de que Dios escucharía sus oraciones (Génesis 30:22-24). Su historia confirma que la poligamia provocaba muchos problemas familiares. Lo que le pasó a Raquel demuestra que la norma que Jehová había establecido para el matrimonio es la mejor: cada hombre debe tener una sola esposa (Mateo 19:4-6).
▸ Si desea saber más sobre Raquel, lea el artículo “Dos hermanas rivales ‘edificaron la casa de Israel’”.
▸ Si quiere saber por qué toleró Dios la poligamia en el pasado, lea el artículo “¿Aprueba Dios la poligamia?”.
Míriam
¿Quién fue? Míriam fue la hermana de Moisés y Aarón. Es la primera mujer a la que la Biblia llama profetisa.
¿Qué hizo? Como era profetisa, se encargaba de transmitir los mensajes de Dios. Era una mujer muy importante en Israel. Cuando Dios destruyó al ejército egipcio en el mar Rojo, ella cantó una canción de victoria junto con los hombres (Éxodo 15:1, 20, 21).
Tiempo después, Míriam y Aarón empezaron a criticar a Moisés. Está claro que fue por orgullo y envidia. “Jehová estaba escuchando” y los disciplinó (Números 12:1-9). Dios castigó a Míriam con lepra, pues ella era la que había iniciado las críticas. Moisés le suplicó a Jehová que la curara, y él lo escuchó. Pero Míriam tuvo que estar siete días en cuarentena antes de volver al campamento de Israel (Números 12:10-15).
La Biblia indica que Míriam aceptó la disciplina. Siglos después, Dios habló del importante papel que tuvo en Israel cuando dijo: “Procedí a enviar delante de ti a Moisés, Aarón y Míriam” (Miqueas 6:4).
¿Qué aprendemos de ella? La historia de Míriam revela que Dios presta atención a lo que les decimos a nuestros hermanos y a lo que decimos de ellos. También aprendemos que, para agradar a Dios, debemos evitar el orgullo y la envidia, características que podrían hacer que mancháramos la reputación de los demás.
Rahab
¿Quién fue? Rahab fue una prostituta que vivió en la ciudad cananea de Jericó y que luego comenzó a adorar a Jehová.
¿Qué hizo? Rahab escondió a dos israelitas que habían ido a espiar la región. Lo hizo porque había escuchado que Jehová, el Dios de Israel, había salvado a su pueblo primero de los egipcios y después de los amorreos.
Rahab ayudó a los espías y les suplicó que la salvaran a ella y a su familia cuando los israelitas fueran a destruir Jericó. Ellos aceptaron, pero con algunas condiciones: primero, no podía contarle a nadie de esa misión secreta; segundo, ella y su familia tenían que quedarse dentro de la casa durante el ataque, y tercero, tenía que colgar un cordón rojo de la ventana para que supieran cuál era su casa. Rahab siguió todas las instrucciones, así que ella y su familia se salvaron cuando los israelitas capturaron Jericó.
Tiempo después, Rahab se casó con un israelita y así llegó a ser antepasada del rey David y de Jesucristo (Josué 2:1-24; 6:25; Mateo 1:5, 6, 16).
¿Qué aprendemos de ella? La Biblia dice que Rahab es un ejemplo sobresaliente de fe (Hebreos 11:30, 31; Santiago 2:25). Su historia nos ayuda a ver que Dios es misericordioso, trata a todos por igual y bendice a los que confían en él, sin importar su pasado.
▸ Si desea saber más sobre Rahab, lea el artículo “Fue declarada justa por obras”.
Rut
¿Quién fue? Rut era una moabita que dejó su país y a sus dioses para servir a Jehová en Israel.
¿Qué hizo? Rut demostró un gran amor a Noemí, su suegra. Noemí, su esposo y sus dos hijos se habían ido a vivir a Moab debido al hambre que había en Israel. Después, los hijos se casaron con dos moabitas, Rut y Orpá. Sin embargo, con el tiempo, el esposo y los hijos de Noemí murieron. Así que las tres mujeres quedaron viudas.
Noemí decidió regresar a Israel, pues la sequía ya había terminado. Rut y Orpá querían ir con ella, pero Noemí les dijo que volvieran con sus familiares. Orpá lo hizo (Rut 1:1-6, 15). Pero Rut se quedó con su suegra, pues la quería mucho y quería adorar al Dios de Noemí, Jehová (Rut 1:16, 17; 2:11).
Rut era una buena nuera y una mujer muy trabajadora, por eso se ganó una excelente reputación en la ciudad de Noemí, Belén. Un hombre llamado Boaz, que era rico y dueño de muchas tierras, quedó tan impresionado con Rut que le dio abundante alimento para ella y Noemí (Rut 2:5-7, 20). Con el tiempo, Rut se casó con Boaz y así llegó a ser antepasada del rey David y de Jesucristo (Mateo 1:5, 6, 16).
¿Qué aprendemos de ella? Rut estuvo dispuesta a abandonar su país y a su familia por el gran amor que sentía por Noemí y por Jehová. Demostró que era una mujer trabajadora, devota y leal, aun en momentos difíciles.
▸ Si desea saber más sobre Rut, lea los artículos “A donde tú vayas yo iré” y “Una mujer excelente”.
Débora
¿Quién fue? Débora era una profetisa de Jehová, el Dios de Israel. Jehová la utilizó para revelarles a los israelitas lo que tenían que hacer y para solucionar problemas entre ellos (Jueces 4:4, 5).
¿Qué hizo? La profetisa Débora apoyó con valor a quienes adoraban a Dios. Jehová le dijo que mandara llamar a Barac para decirle que llevara al ejército israelita a luchar contra los cananeos (Jueces 4:6, 7). Luego Barac le pidió a Débora que lo acompañara. Ella no tuvo miedo y aceptó ir con él (Jueces 4:8, 9).
Dios ayudó a los israelitas a conseguir una victoria aplastante. Entonces, Débora compuso por lo menos parte de la canción que ella y Barac cantaron para relatar lo que había pasado. En esa canción, Débora mencionó que Jael, otra mujer valiente, fue muy importante para derrotar a los cananeos (Jueces, capítulo 5).
¿Qué aprendemos de ella? Débora se sacrificaba por los demás y era valiente. Animaba a otros a hacer lo correcto a los ojos de Dios. Y, cuando lo hacían, no dudaba en darles el reconocimiento que merecían.
▸ Si desea saber más sobre Débora, lea el artículo “Me levanté como madre en Israel”.
Jael
¿Quién fue? Jael era la esposa de Héber, que no era israelita. Fue una mujer muy valiente que se puso de parte del pueblo de Dios.
¿Qué hizo? Jael hizo algo muy valiente cuando Sísara, el jefe del ejército cananeo, entró en el campamento donde ella vivía. Sísara había perdido la batalla contra Israel y ahora buscaba dónde esconderse. Jael lo invitó a entrar en su tienda y descansar. Mientras dormía, lo mató (Jueces 4:17-21).
Lo que hizo Jael cumplió estas palabras de la profetisa Débora: “En la mano de una mujer Jehová venderá a Sísara” (Jueces 4:9). Por su valor, la Biblia describe a Jael como “muy bendita entre las mujeres” (Jueces 5:24).
¿Qué aprendemos de ella? Jael demostró que tenía iniciativa y valor. Su historia prueba que Dios puede hacer lo que sea necesario para que se cumplan las profecías.
Dalila
¿Quién fue? Dalila fue la mujer de la que se enamoró Sansón, un juez de Israel (Jueces 16:4, 5).
¿Qué hizo? Dalila aceptó dinero de los gobernantes filisteos para traicionar a Sansón. Dios había estado utilizando a este juez para salvar a los israelitas de los filisteos. Estos enemigos no podían vencer a Sansón, pues Jehová le había dado una fuerza extraordinaria (Jueces 13:5). Por eso, los gobernantes filisteos le pidieron ayuda a Dalila.
Los filisteos sobornaron a Dalila para que descubriera por qué Sansón era tan fuerte. Ella aceptó el dinero y después de varios intentos logró averiguar el secreto de Sansón (Jueces 16:15-17). Dalila les reveló el secreto a los filisteos, y así pudieron capturar y encarcelar a Sansón (Jueces 16:18-21).
¿Qué aprendemos de ella? Dalila se dejó dominar por la codicia. Fue una mujer egoísta y desleal que traicionó a un siervo de Jehová. Nadie debería seguir su ejemplo.
Ana
¿Quién fue? Ana era la esposa de Elqaná y la madre de Samuel, quien llegó a ser un profeta importante en el antiguo Israel (1 Samuel 1:1, 2, 4-7).
¿Qué hizo? Ana buscó el consuelo de Dios porque no tenía hijos aunque llevaba muchos años casada. El esposo de Ana tenía otra esposa, que se llamaba Peniná, con la que sí tenía hijos. Peniná siempre se burlaba de Ana, por eso Ana le oró a Dios para pedirle consuelo. Además le hizo un voto en el que le prometió que, si le daba un hijo varón, ella se lo entregaría para que le sirviera en el tabernáculo. El tabernáculo era una tienda desmontable que los israelitas usaban para adorar a Dios (1 Samuel 1:11).
Dios respondió la oración de Ana y le dio un hijo, al que llamó Samuel. Como había prometido, Ana llevó al pequeño Samuel al tabernáculo para que sirviera allí (1 Samuel 1:27, 28). Todos los años, Ana le hacía a Samuel una túnica sin mangas y se la llevaba. Con el tiempo, Dios bendijo a Ana con cinco hijos más, tres niños y dos niñas (1 Samuel 2:18-21).
¿Qué aprendemos de ella? Ana pudo aguantar esa situación gracias a sus oraciones sinceras. En 1 Samuel 2:1-10 podemos leer la oración que le hizo a Jehová para darle las gracias. En ella se nota la gran fe que tenía.
▸ Si desea saber más sobre Ana, lea el artículo “Le abrió su corazón a Jehová”.
▸ Si quiere saber por qué toleró Dios la poligamia en el pasado, lea el artículo “¿Aprueba Dios la poligamia?”.
Abigail
¿Quién fue? Abigail era la esposa de un hombre rico y áspero que se llamaba Nabal. Era una mujer sensata y humilde, que además era hermosa y espiritual (1 Samuel 25:3).
¿Qué hizo? Abigail supo actuar con sabiduría e inteligencia, y así evitó una desgracia. Ella y Nabal vivían en la región donde David, futuro rey de Israel, se escondía de sus enemigos. Mientras David y sus hombres estaban allí, protegían de los ladrones a los rebaños de Nabal. Un día, David envió a unos mensajeros a pedirle comida a Nabal, pero Nabal se negó y fue muy grosero. Esto enfureció a David, así que salió para matar a Nabal y a todos sus hombres (1 Samuel 25:10-12, 22).
Abigail se enteró de lo que había hecho su esposo y reaccionó rápidamente. Mandó que sus sirvientes llevaran alimento a David y sus hombres. Ella fue detrás de los sirvientes y le suplicó misericordia a David (1 Samuel 25:14-19, 24-31). David no solo vio su regalo, también se dio cuenta de que era una mujer humilde. Luego escuchó su consejo y reconoció que Dios la estaba usando para evitar una tragedia (1 Samuel 25:32, 33). Al poco tiempo, Nabal murió y Abigail se convirtió en esposa de David (1 Samuel 25:37-41).
¿Qué aprendemos de ella? A pesar de ser una mujer hermosa y muy rica, tenía un punto de vista equilibrado de sí misma. Para mantener la paz, estuvo dispuesta a disculparse por algo que ella no había hecho. Abigail manejó una situación complicada con calma, tacto, valentía e inteligencia.
▸ Si desea saber más sobre Abigail, lea el artículo “Una mujer sensata”.
La sulamita
¿Quién fue? La sulamita fue una hermosa joven campesina que además es la protagonista del libro bíblico de El Cantar de los Cantares. La Biblia no dice su nombre.
¿Qué hizo? La joven sulamita fue leal al humilde pastor del que estaba enamorada (El Cantar de los Cantares 2:16). Sin embargo, su extraordinaria belleza atrajo la atención del rico rey Salomón, quien intentó conquistarla (El Cantar de los Cantares 7:6). Aunque hubo personas que trataron de convencerla para que aceptara a Salomón, la joven sulamita lo rechazó. Ella amaba al humilde pastor (El Cantar de los Cantares 3:5; 7:10; 8:6).
¿Qué aprendemos de ella? La joven sulamita no dejó de ser modesta a pesar de su belleza y de las atenciones que recibió, pues tuvo un punto de vista equilibrado de sí misma. No permitió que la presión de otros, las riquezas o el prestigio influyeran en sus sentimientos. Mantuvo sus emociones bajo control y permaneció limpia en sentido moral.
Jezabel
¿Quién fue? Jezabel era la esposa de Acab, el rey de Israel. Ella no era israelita y no adoraba a Jehová, sino a Baal, un dios cananeo.
¿Qué hizo? La reina Jezabel era una mujer dominante, despiadada y violenta. Fomentaba el culto a Baal y la inmoralidad sexual que era parte de esa religión. Además, intentó eliminar la adoración a Jehová, el Dios verdadero (1 Reyes 18:4, 13; 19:1-3).
Jezabel era capaz de mentir y asesinar para satisfacer sus caprichos egoístas (1 Reyes 21:8-16). Tal como Dios había predicho, murió de forma violenta y no fue enterrada (1 Reyes 21:23; 2 Reyes 9:10, 32-37).
¿Qué aprendemos de ella? Jezabel fue una mujer corrupta y sin escrúpulos. Su nombre ha llegado a ser un símbolo de mujer descarada, inmoral y desenfrenada. Nadie debería seguir su ejemplo.
Ester
¿Quién fue? Ester era una joven judía a la que Asuero, el rey persa, escogió para ser reina.
¿Qué hizo? La reina Ester usó su influencia para evitar la matanza de su pueblo. Se enteró de que se había emitido una ley que fijaba una fecha para matar a todos los judíos que vivían bajo el Imperio persa. Este plan malvado fue idea de Hamán, que era el primer ministro (Ester 3:13-15; 4:1, 5). A riesgo de su propia vida y con la ayuda de su primo Mardoqueo, Ester le reveló el malvado plan a su esposo, el rey Asuero (Ester 4:10-16; 7:1-10). Así que Asuero dejó que Ester y Mardoqueo emitieran otra ley que les permitiría a los judíos defenderse. Finalmente, los judíos obtuvieron una gran victoria contra todos sus enemigos (Ester 8:5-11; 9:16, 17).
¿Qué aprendemos de ella? La reina Ester dejó un excelente ejemplo de valentía, humildad y modestia (Salmo 31:24; Filipenses 2:3). A pesar de su belleza y posición, buscó la ayuda y el consejo de otros. Cuando habló con su esposo, tuvo tacto y fue respetuosa pero valiente. Además, no tuvo miedo de identificarse como judía en un momento muy peligroso para este pueblo.
▸ Si desea saber más sobre Ester, lea los artículos “Defendió al pueblo de Dios” y “Actuó con sabiduría, valor y altruismo”.
María (madre de Jesús)
¿Quién fue? María era una joven judía. Todavía era virgen cuando nació Jesús, pues concibió al hijo de Dios de manera milagrosa.
¿Qué hizo? María fue humilde y obedeció a Dios. Estaba comprometida con José cuando se le apareció un ángel para decirle que quedaría embarazada y tendría al Mesías prometido (Lucas 1:26-33). Ella estuvo dispuesta a cumplir con su papel. Después de que Jesús nació, María y José tuvieron cuatro hijos y por lo menos dos hijas. Por lo tanto, María dejó de ser virgen (Mateo 13:55, 56). Aunque es verdad que tuvo un gran privilegio, nunca pidió ni recibió un trato especial. Y así fue durante el ministerio de Jesús y durante los primeros años de la congregación cristiana.
¿Qué aprendemos de ella? María fue una mujer fiel que aceptó una gran responsabilidad. Además, conocía muy bien la Palabra de Dios. Se calcula que hizo unas 20 referencias a las Escrituras cuando dijo las palabras que se hallan en Lucas 1:46-55.
▸ Si desea saber más sobre María, lea el artículo “Lecciones que aprendemos de María”.
Marta
¿Quién fue? Marta era la hermana de Lázaro y María. Los tres vivían en Betania, cerca de Jerusalén.
¿Qué hizo? Marta era amiga de Jesús. Por eso, la Biblia dice que Jesús “amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro” (Juan 11:5). Marta era una mujer hospitalaria. En una de las visitas que les hizo Jesús, María se quedó escuchándolo mientras Marta se encargaba de las tareas de la casa. Luego se quejó de que María no la estaba ayudando, pero Jesús corrigió a Marta con amabilidad (Lucas 10:38-42).
Cuando Lázaro se enfermó, Marta y su hermana mandaron llamar a Jesús, pues estaban seguras de que él podía curarlo (Juan 11:3, 21). Pero Lázaro murió. La conversación que Marta tuvo con Jesús demuestra que ella creía en la promesa de la resurrección y confiaba en que Jesús podía hacer que su hermano volviera a vivir (Juan 11:20-27).
¿Qué aprendemos de ella? Marta se esforzó por ser hospitalaria. Aceptó de buena gana los consejos que le dieron. Expresó abiertamente sus sentimientos y su fe.
▸ Si desea saber más sobre Marta, lea el artículo “He creído”.
María (hermana de Marta y Lázaro)
¿Quién fue? María, igual que su hermano Lázaro y su hermana Marta, era amiga de Jesús.
¿Qué hizo? María demostró en muchas ocasiones que respetaba a Jesús, el Hijo de Dios. Creía que Jesús podía haber evitado la muerte de su hermano Lázaro y estuvo presente cuando Jesús lo resucitó. Su hermana, Marta, la criticó cuando ella eligió escuchar a Jesús en lugar de ayudar con las tareas de la casa. Pero Jesús felicitó a María por dar prioridad a las cosas espirituales (Lucas 10:38-42).
Una vez, María le mostró extraordinaria hospitalidad a Jesús cuando le derramó un “costoso aceite perfumado” en la cabeza y en los pies (Mateo 26:6, 7). Algunos la acusaron de desperdiciar algo de mucho valor. Pero Jesús la defendió y dijo: “Dondequiera que se prediquen estas buenas nuevas en todo el mundo, lo que esta mujer ha hecho también se contará para recuerdo de ella” (Mateo 24:14; 26:8-13).
¿Qué aprendemos de ella? María llegó a tener una fe muy grande. Puso la adoración a Dios por encima de cualquier otro asunto. Fue humilde y le mostró gran respeto a Jesús, sin reparar en gastos.
María Magdalena
¿Quién fue? María Magdalena fue una discípula leal de Jesús.
¿Qué hizo? María Magdalena fue una de las mujeres que viajaban con Jesús y sus discípulos. Fue una mujer generosa que usó sus bienes para atenderlos (Lucas 8:1-3). Acompañó a Jesús hasta el final de su ministerio y se quedó cerca de él cuando lo ejecutaron. Tuvo el privilegio de ser una de las primeras personas que lo vieron resucitado (Juan 20:11-18).
¿Qué aprendemos de ella? María Magdalena apoyó de forma generosa el ministerio de Jesús y fue una discípula muy entregada.
Cuándo vivieron las mujeres de la Biblia
El Diluvio (2370 a. e. c.)
El éxodo de los israelitas (1513 a. e. c.)
El primer rey de Israel (1117 a. e. c.)
El bautismo de Jesús (29 e. c.)
La muerte de Jesús (33 e. c.)
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