El 1 de septiembre de 2022, los testigos de Jehová de todo el mundo reanudaron con muchísima alegría la labor por la que son tan conocidos: la predicación de casa en casa. Además, están muy emocionados porque este mes están participando en una campaña especial para ofrecer cursos de la Biblia. Para algunos de ellos, se trata de retomar una forma de predicar a la que ya estaban acostumbrados y que les encanta. Para otros, es la primera vez que visitan a sus vecinos en persona para hablarles de la Biblia. Le invitamos a leer las siguientes experiencias de diferentes países que tan solo son una muestra de lo emocionante que ha sido el inicio del año de servicio 2023.

El 2 de septiembre de 2022, Nicole y Tina, dos hermanas de Petershagen (Renania del Norte-Westfalia), estaban predicando en un edificio, pero no encontraron a nadie en casa. Cuando ya se iban, una mujer joven las llamó. La mujer les explicó que no había podido abrirles la puerta cuando tocaron y les pidió que, por favor, regresaran a hablar de la Biblia con ella. Al entrar en la casa, vieron encima de la mesa una Biblia que estaba muy usada, y les llamó la atención que era La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Ella les contó que los testigos de Jehová se la habían dado tres años atrás cuando vivía en Italia, pero que había perdido el contacto con ellos después de mudarse a Alemania durante la pandemia. Las hermanas la invitaron a las reuniones e intercambiaron sus números de teléfono para mantenerse en contacto. Dos días después, la mujer fue a una de nuestras reuniones con sus dos hijos, y se hicieron planes para que ella comenzara un curso de la Biblia.

Manuel y Karol Gastelum son precursores especiales en una zona donde se habla el idioma mam. Mientras estaban predicando, una señora muy amable los invitó a pasar a su casa. Como no conocía el nombre de Dios, empezaron a analizar con ella la lección 04 del libro Disfrute de la vida, que se titula “¿Quién es Dios?”. La mujer se quedó con la boca abierta cuando leyó en su propia Biblia, en Isaías 42:8, que el nombre de Dios es Jehová.

La mujer se puso a llorar y les dijo que ahora se daba cuenta de que tener la Biblia no era suficiente, también necesitaba aprender lo que dice para que pudiera vivir su vida de la manera que le agrada a Dios. Después de terminar la lección, les dio las gracias por todo lo que le habían enseñado y les dijo que le iba a contar a su esposo lo que había aprendido. Manuel y Karol quedaron en volver para seguir estudiando la Biblia con ella.

En la ciudad de Yokohama, el hermano y la hermana Nukamori tocaron el interfono de una casa mientras estaban predicando, y una mujer les contestó. Ellos se presentaron y le dijeron que eran testigos de Jehová. La mujer les pidió que esperaran y, al poco tiempo, les abrió la puerta y les dijo: “Estaba esperando que me visitaran los testigos de Jehová”.

Ella les contó que había empezado un curso de la Biblia cuando vivía en Nagasaki. Luego, durante la pandemia, se había mudado a Yokohama, pero siguió estudiando por Zoom. A principios de esa misma semana, su maestra le había dicho: “En septiembre va a haber una campaña especial, y seguramente los testigos de Jehová te visitarán. ¿Por qué no les pides que te den el curso de la Biblia de manera presencial?”. La señora estaba sorprendida de que la hubieran visitado tan pronto y les dijo que quería ir a las reuniones y fijar una fecha para su próxima clase de la Biblia, pero esta vez en persona.

Un matrimonio de Testigos le ofreció un curso de la Biblia a una mujer. Ella les contó que años atrás había estudiado con los testigos de Jehová, y hasta había asistido a las reuniones. Sin embargo, había perdido el contacto con ellos y, como no estaba viviendo de acuerdo con los principios de la Biblia, le daba mucha vergüenza volver a buscar a los Testigos. Después de decirles eso, se puso a llorar. Los hermanos le leyeron lo que dice Salmo 10:17 y le explicaron que Jehová no se había olvidado de ella. También la felicitaron porque ella deseaba vivir en armonía con las normas de Jehová. La mujer aceptó un curso bíblico y les dijo que su hijo de 16 años también quería aprender más de la Biblia.

Al día siguiente, los hermanos regresaron, y la mujer y su hijo ya los estaban esperando. Después de estudiar la lección 01 del folleto Disfrute de la vida, los Testigos los invitaron a la reunión del fin de semana. ¡Y allí estuvieron! Ahora, tanto la mujer como su hijo quieren seguir estudiando la Biblia y asistiendo a las reuniones.

El primer día que volvió a predicar de casa en casa, Ramon le pidió a Jehová que lo ayudara a encontrar a alguien con quien pudiera hablar de las buenas noticias del Reino. En la primera casa que visitó, una mujer abrió la puerta solo lo suficiente para ver quién había tocado. Ramon la saludó, se presentó y, antes de que pudiera seguir hablando, la mujer le dijo: “No se imagina cuánto tiempo había estado esperando este momento. Le había estado pidiendo a Dios que los Testigos vinieran a visitarme”.

La mujer le contó que había conocido a los Testigos hacía algunos años y había asistido a una de sus reuniones. Pero entonces se mudó, y perdió el contacto con ellos. Ramon le dijo que la predicación de casa en casa se había suspendido durante la pandemia. Luego le leyó Salmo 37:29 y le explicó cómo son nuestros cursos bíblicos. Sin pensarlo dos veces, la mujer aceptó un curso de la Biblia, y Ramon hizo planes para que una hermana la visitara.

Después de esta experiencia, Ramon dijo: “Estoy seguro de que Jehová y los ángeles nos guían para que encontremos a las personas que nos quieren escuchar”.

En el estado de Kentucky, la hermana Katelyn Thompson se acercó a una casa y observó que había algunos textos de la Biblia escritos en el buzón. También vio que en el jardín había un pequeño letrero que decía: “Jesús te ama”. Una mujer salió a la puerta. Nuestra hermana se presentó y le explicó a la señora que los testigos de Jehová no habían podido visitar a sus vecinos en persona por culpa de la pandemia de COVID-19. Además, le contó que los Testigos habían estado escribiendo cartas y haciendo llamadas telefónicas durante este tiempo para animar y consolar a las personas. Katelyn le preguntó a la señora cómo estaban ella y su familia, así que la mujer le contó a la hermana que su padre había fallecido en la pandemia. Luego le dijo: “Recibí las cartas que me mandaron y sentí como si Dios me estuviera dando lo que necesitaba justo cuando lo necesitaba. Katelyn le dijo que sentía mucho la pérdida de su padre y analizó con ella la lección 02 del folleto Disfrute de la vida. Leyeron los textos de la Biblia que hay en esa lección y se enfocaron en la esperanza de la resurrección. La mujer empezó a llorar y le dijo a la hermana que justo ese día se cumplía un año de la muerte de su papá. Luego le dio su número telefónico a Katelyn y aceptó que la visitara de nuevo. Más tarde, nuestra hermana recibió un mensaje de texto de la mujer que decía: “Muchas gracias. La verdad es que hoy necesitaba que me animaran”.

No cabe duda de que Jehová está bendiciendo nuestro regreso a la predicación de casa en casa y la campaña para empezar cursos de la Biblia. ¡Seguro que los resultados serán increíbles! (Juan 4:35).