CÓMO USAMOS LAS DONACIONES
Labores de socorro en el 2022: Nos mostramos amor de verdad
1 DE ENERO DE 2023
La Biblia predijo que en nuestros días habría guerras, terremotos, epidemias y otras “escenas espantosas” (Lucas 21:10, 11). En el año de servicio 2022 a vimos claramente que esta profecía se sigue cumpliendo. Por ejemplo, millones de personas vieron sus vidas afectadas por la persistente guerra en Ucrania. Gran parte del mundo todavía se estaba recuperando de la pandemia del COVID-19. Además, muchísimas personas sufrieron por culpa de desastres naturales, como terremotos en Haití y tormentas muy destructivas en Centroamérica, Filipinas y el sureste de África. ¿Cómo ayudaron los testigos de Jehová a los afectados?
Durante el año de servicio 2022, nuestra organización realizó labores de socorro para ayudar a las víctimas de unos 200 desastres. En total, gastamos casi 12 millones de dólares. b Veamos cómo usamos las donaciones para ayudar a las personas afectadas por dos desastres naturales.
Terremotos en Haití
El 14 de agosto de 2021, se registró un fuerte terremoto de magnitud 7,2 en el sur de Haití. Lamentablemente, dos de nuestras hermanas y un hermano murieron. Este terremoto dejó cicatrices físicas y emocionales a los sobrevivientes. Un Testigo llamado Stephane dice: “Murió tanta gente en la ciudad que, durante dos meses, hubo varios funerales todas las semanas”. Otro Testigo, Éliézer, nos cuenta: “Muchos Testigos se quedaron sin techo, sin ropa, sin zapatos y sin otras cosas básicas. Además, debido a las constantes réplicas, muchos vivieron con miedo durante meses”.
Enseguida, nuestra organización puso manos a la obra. La sucursal de Haití repartió tiendas de campaña, lonas, colchones, cargadores solares para teléfonos celulares y más de 53 toneladas de alimentos. También, se repararon o se reconstruyeron más de 100 casas. Se dedicó más de un millón de dólares a estas labores de socorro.
Nuestros hermanos se sienten profundamente agradecidos. Lorette explica: “El terremoto destrozó por completo nuestra casa y nuestro negocio. Ni siquiera teníamos qué comer. Pero la organización de Jehová estuvo a nuestro lado dándonos todo lo que necesitábamos en cada momento”. Micheline recuerda: “Mis dos hijos y yo vivíamos en una especie de choza que no era muy estable, así que el terremoto le causó muchos daños. Lo único que podía hacer era orar, y Jehová se encargó de responderme a través de su organización. Gracias a la ayuda de los hermanos, ahora tenemos una casa mucho mejor, que es más segura. Jehová ha hecho muchísimo por mí, y yo quiero demostrarle todos los días lo agradecida que estoy”.
Nuestras labores de socorro no pasaron desapercibidas para las autoridades locales. El director del ayuntamiento o municipalidad de L’Asile dice: “Quiero felicitarlos por lo rápido que vinieron a ayudar. ¡Y no solo eso! Además, siempre muestran mucho respeto a las autoridades. Me encanta ver que lo que les preocupa no es el dinero, sino las personas. Se nota que lo hacen todo por amor”.
La devastadora tormenta tropical Ana en Malaui y Mozambique
El 24 de enero de 2022, la tormenta tropical Ana llegó a Mozambique y más tarde se dirigió a Malaui. El ciclón provocó lluvias torrenciales y fuertes vientos de hasta 100 kilómetros (62 millas) por hora. Dañó líneas eléctricas, destruyó puentes y causó grandes inundaciones.
Más de 30.000 testigos de Jehová en Malaui y Mozambique se vieron afectados por la tormenta. Charles, un hermano que colaboró en las labores de socorro, dice: “Me sentí muy frustrado. Cuando vi el sufrimiento de los hermanos y todo lo que habían perdido, se me rompió el corazón”. Además, las escasas reservas de alimentos que tenían y los cultivos se perdieron por culpa de la tormenta. Muchos también perdieron sus hogares. Y, tristemente, uno de nuestros hermanos perdió a su esposa y a sus dos hijitas; murieron ahogadas cuando la lancha de rescate en la que iban se volcó.
La tormenta fue horrible. A la una de la mañana, en Nchalo, Malaui, la familia Sengeredo escuchó un sonido aterrador: el agua se acercaba a su casa. ¡Y es que dos ríos se habían desbordado! El hermano Sengeredo decidió que la familia tenía que abandonar la casa. Esta fue una decisión acertada porque, poco después de salir, el agua tiró abajo su casa, y todo lo que había dentro se echó a perder o se lo llevó el río. La familia se dirigió hacia el Salón del Reino, que está a 30 minutos de su casa, pero esta vez tardaron dos horas en llegar. Llegaron completamente empapados y cansados, pero sanos y salvos.
Las sucursales de Malaui y Mozambique enseguida organizaron las labores de socorro. Les pidieron a los superintendentes de circuito y a los ancianos que evaluaran las necesidades de los hermanos afectados y que les dieran apoyo emocional y espiritual. Se formaron varios Comités de Socorro para supervisar estas labores. Gracias a ellos, en poco tiempo, los hermanos pudieron empezar a recibir alimentos y otros artículos de primera necesidad. Se emplearon más de 33.000 dólares para dar ayuda humanitaria, y más de 300.000 dólares para reparar y reconstruir casas.
Los Comités de Socorro utilizaron las donaciones de forma muy sabia, algo que fue muy importante debido a la inflación. Por ejemplo, durante los siete primeros meses desde que comenzaron las labores de socorro, el precio de la harina de maíz —algo básico y cotidiano en Malaui— subió aproximadamente un 70 %. Además, el precio del combustible también aumentó. Para ahorrar dinero, los hermanos les compraron alimento a los proveedores locales en grandes cantidades. Así, recibieron descuentos y ahorraron mucho dinero en los envíos.
Todo este esfuerzo conmueve a los siervos de Jehová. Felisberto, un hermano de Mozambique, dice: “Nunca he visto una organización tan generosa: te dan materiales para construir, transporte, trabajadores, alimentos y te dirigen con cariño. Es un claro ejemplo de la clase de amor de la que Jesús habló en Juan 13:34, 35”. Ester, una hermana de Malaui que es viuda y que perdió su casa, nos cuenta: “¡Estaba desesperada! Yo no tenía dinero para construirme otra casa. Así que, cuando los hermanos llegaron y construyeron una para mí, me parecía que ya estaba en el Paraíso”.
Hasta que no llegue el nuevo mundo, seguirán aumentando los desastres naturales (Mateo 24:7, 8). Pero, gracias a sus generosas donaciones, estamos convencidos de que el pueblo de Jehová siempre recibirá la ayuda que necesite. En donate.pr418.com verán cómo pueden hacer donaciones. ¡Cuánto agradecemos su generosidad!