Primera a los Corintios 16:1-24
Notas
Notas de estudio
la colecta. El término griego loguía, que se traduce como “colecta”, aparece solo dos veces en la Biblia: aquí y en el versículo 2. Tanto el contexto como las palabras que emplea Pablo indican que la colecta probablemente no incluía ropa ni alimentos, sino tan solo dinero. Al hablar de “la colecta”, Pablo da a entender que se trataba de una colecta en particular que los corintios ya conocían. Parece que era una colecta realizada especialmente para ayudar a los cristianos de Judea, que en ese momento estaban pasando mucha necesidad (1Co 16:3; Gál 2:10).
El primer día de cada semana. Pablo probablemente se refería en este versículo al día que venía a continuación del sábado judío. A diferencia de lo que afirman algunos, no estaba instituyendo el domingo como un nuevo sábado, un nuevo día sagrado para los cristianos (Col 2:16, 17). Estaba recomendando a los cristianos de Corinto que se fijaran como prioridad apartar algo de dinero, a principios de la semana, para los necesitados. Cada uno debía hacer su donativo en privado y según sus posibilidades (1Co 16:1).
enviaré a Jerusalén a los hombres […] para que lleven su bondadoso regalo. Hacia el año 55 de nuestra era, los cristianos de Judea habían caído en la pobreza. Para ayudarles, Pablo organizó una colecta de fondos entre las congregaciones de Galacia, Macedonia y Acaya (1Co 16:1, 2; 2Co 8:1, 4; 9:1, 2). En el año 56, emprendió junto con un grupo de hombres el largo viaje a Jerusalén para entregar los fondos donados. Llevaban el dinero que les habían confiado las congregaciones. Es posible que cada una de ellas hubiera proporcionado algunos hombres para que acompañaran a Pablo (Hch 20:3, 4; Ro 15:25, 26). Quizás se necesitaba un grupo tan grande para protegerse de los ladrones durante el viaje (2Co 11:26). Como los que entregarían los fondos serían únicamente Pablo y los hombres aprobados, no habría razones para sospechar que se usaría mal el dinero. Todos los que hicieron los donativos podían tener la seguridad de que se utilizarían como era debido (2Co 8:20).
si Jehová lo permite. Esta expresión y otras parecidas que se emplean en las Escrituras Griegas Cristianas destacan la importancia de tener presente la voluntad de Jehová a la hora de hacer o de planificar cualquier cosa (Heb 6:3; Snt 4:15). Ver la nota de estudio de 1Co 4:19. Para obtener más información sobre el uso del nombre de Dios en esta expresión, ver apén. C3 (introducción y explicación de 1Co 16:7).
me quedaré en Éfeso. Estas palabras son una clara indicación de que Pablo escribió esta carta en Éfeso. Algo que apoya indirectamente esta conclusión es que en 1Co 16:19 Pablo añade a sus propios saludos los de Áquila y Prisca (Priscila). Y, según Hch 18:18, 19, este matrimonio se había mudado de Corinto a Éfeso.
la Fiesta de Pentecostés. Ver glosario, Pentecostés, y apén. B15.
una puerta grande para trabajar más. Este es uno de los tres casos en los que Pablo emplea la palabra “puerta” en sentido metafórico (2Co 2:12; Col 4:3; ver la nota de estudio de Hch 14:27). La actividad de Pablo en Éfeso tuvo un gran impacto en la predicación en toda la región. Como resultado de sus tres años en Éfeso (c. 52-55 e.c.), las buenas noticias del Reino se difundieron por toda la provincia romana de Asia (Hch 19:10, 26; ver glosario, Asia). Llegaron a ciudades como Colosas, Laodicea y Hierápolis, situadas más al interior que Éfeso. Sin embargo, todo indica que Pablo no visitó personalmente estas ciudades. Tal vez envió a Epafras para que iniciara la predicación allí (Col 4:12, 13). Y es posible que las buenas noticias también llegaran a las ciudades de Filadelfia, Tiatira y Sardis durante este periodo de intensa actividad.
la obra de Jehová. Pablo se refiere aquí a la obra o ministerio que Dios les había encargado a él y a Timoteo. Como menciona Pablo en 1Co 3:9, los cristianos tienen el honor de ser “colaboradores de Dios”. Para obtener más información sobre el uso del nombre de Dios en esta expresión, ver apén. C3 (introducción y explicación de 1Co 16:10).
Con respecto a nuestro hermano Apolos. Parece que en ese momento Apolos se encontraba en Éfeso (donde Pablo escribió 1 Corintios) o en las cercanías. Apolos ya había estado predicando en Corinto antes (Hch 18:24-19:1a), y los hermanos de allí lo apreciaban mucho. Pablo le insistió para que fuera a visitar a la congregación de Corinto, pero Apolos no tenía la intención de hacerlo en ese momento. Tal vez temiera dividir aún más a la congregación (1Co 1:10-12). O quizás le quedara todavía trabajo por hacer donde estaba. En cualquier caso, la breve mención de “nuestro hermano Apolos” muestra que estos dos entusiastas misioneros no habían permitido que la relación que los unía se viera afectada por las divisiones en la congregación corintia, a pesar de que algunos biblistas hayan dicho lo contrario (1Co 3:4-9, 21-23; 4:6, 7).
con los hermanos. Algunos comentaristas dicen que “los hermanos” que se mencionan aquí tal vez fueran Estéfanas, Fortunato y Acaico. Ellos visitaron a Pablo en Éfeso (1Co 16:17, 18) y posiblemente también les entregaron a los corintios esta carta.
sean valientes. O “pórtense como hombres”. Aquí se usa un verbo griego (andrízomai) que viene del sustantivo anḗr, que significa ‘hombre’ o ‘varón’. Aunque este verbo tiene el significado literal de ‘actuar como un hombre’, transmite la idea principal de ser valiente o demostrar valor, y así se refleja en muchas traducciones bíblicas. Pablo escribió estas palabras para todos los miembros de la congregación, así que las mujeres también tienen que demostrar esa clase de valor. Es cierto que Pablo anima a todos los cristianos a comportarse como hombres valientes, pero en otros lugares también dice que él y sus compañeros actuaban “con amabilidad”, como una madre que amamanta a sus hijos (1Te 2:7). Aunque en las Escrituras Griegas Cristianas el verbo griego andrízomai solo aparece en esta ocasión, en la Septuaginta se emplea más de 20 veces para traducir expresiones hebreas sinónimas que significan ‘ser valiente’ o ‘ser fuerte’. Por ejemplo, se usa tres veces en Dt 31:6, 7, 23, donde Moisés les ordena al pueblo y a Josué que sean valientes. Y también se utiliza tres veces en Jos 1:6, 7, 9, donde Jehová le dice a Josué que sea fuerte.
tengo que suplicarles algo. O “tengo que exhortarlos a algo”. Para ver un análisis del verbo griego que se usa aquí (parakaléō), consultar la nota de estudio de Ro 12:8.
Acaya. Ver la nota de estudio de Hch 18:12.
la presencia de. Aquí Pablo emplea el término griego parousía al hablar de que estaban con él tres colaboradores. Se usa con un significado parecido en otros cinco versículos de las Escrituras Griegas Cristianas (2Co 7:6, 7; 10:10; Flp 1:26; 2:12). Este término también se utiliza con relación a la presencia invisible de Jesucristo (Mt 24:3; 1Co 15:23). El hecho de que una parousía o “presencia” puede ser invisible se indica en los escritos del historiador judío Josefo. Escribiendo en griego, Josefo habla de la parousía de Dios en el monte Sinaí; esa presencia invisible se hizo evidente por los truenos y relámpagos (Antigüedades judías [trad. Luis Farré], libro III, cap. V, sec. 2). Pablo emplea un verbo relacionado, páreimi (“estar presente”), cuando habla de estar “presente en espíritu” pero “físicamente ausente” (1Co 5:3). Aunque muchas versiones bíblicas traducen el término parousía como “venida” o “llegada”, la traducción como “presencia” está respaldada por la forma en que Pablo usa este término en Flp 2:12. Allí, él habla de su “presencia” en contraste con su “ausencia”. Ver la nota de estudio de 1Co 15:23.
Las congregaciones de Asia. Es decir, de la provincia romana de Asia (ver glosario, Asia). En Hch 19:10 se explica que, durante el tiempo que estuvo Pablo en Éfeso, “todos los que vivían en la provincia de Asia […] oyeron la palabra del Señor”. Para cuando Pablo escribió 1 Corintios (c. 55 e.c.), mientras todavía se encontraba en Éfeso, probablemente estaba pensando en las congregaciones de Colosas, Laodicea y Hierápolis (Col 4:12-16). Además, puede que ya estuvieran fundadas las congregaciones de Esmirna, Pérgamo, Sardis, Tiatira y Filadelfia, que se mencionan en Apocalipsis (Ap 1:4, 11). En tal caso, es posible que también estuvieran incluidas en estos saludos.
Áquila y Prisca. Ver la nota de estudio de Hch 18:2.
la congregación que está en su casa. Los cristianos del siglo primero solían reunirse en casas particulares (Ro 16:3, 5; Col 4:15; Flm 2). La palabra griega para “congregación” (ekklēsía) se refiere a un grupo de personas convocado para un mismo propósito (1Co 12:28; 2Co 1:1). Algunas Biblias traducen el término griego ekklēsía como “iglesia” en este y otros versículos. Sin embargo, cuando la gente oye la palabra iglesia, por lo general piensa en un edificio religioso y no en un grupo de cristianos que se reúnen para adorar a Dios. Por eso es más apropiado hablar de una “congregación”.
un beso santo. Ver la nota de estudio de Ro 16:16.
con mi propia mano. Ver la nota de estudio de 1Co 1:1.
¡Oh, Señor nuestro, ven! Aquí Pablo usa una expresión aramea que se translitera al griego como Marána tha. Al igual que otras expresiones de origen semítico, como amén y aleluya, era al parecer un término bien conocido en la congregación cristiana. Por eso Pablo pudo emplearlo sin dar ninguna explicación. Expresa un deseo semejante a las palabras de conclusión de Ap 22:20, donde el apóstol Juan exclama: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”. En opinión de algunos especialistas, la expresión aramea debería transliterarse Marán athá, que podría significar ‘Nuestro Señor viene’ o ‘Nuestro Señor ha venido’.