Primera a los Corintios 8:1-13
Notas
Notas de estudio
Ahora bien, con respecto a la comida que se ha ofrecido a los ídolos. En el siglo primero de nuestra era, tanto los griegos como los romanos sacrificaban animales a ídolos. Algunas partes del animal se colocaban en el altar. Una porción se la quedaban los sacerdotes y otra era entregada a los adoradores para que la usaran en una comida o banquete. Y, cuando sobraba carne, se solía vender en la “carnicería” (1Co 10:25). Los cristianos de Corinto le habían escrito a Pablo para preguntarle si estaba bien comer esa carne (1Co 7:1a). Inspirado por el espíritu santo, Pablo los ayudó a entender que, para el cristiano maduro, “un ídolo no es nada” (1Co 8:4). Aun así, les aconsejó que no fueran a comer carne a un templo de ídolos. Eso podría dar una impresión equivocada a un cristiano que tuviera la conciencia débil, ya que podría hacerle pensar que estaban adorando un ídolo. De este modo, podría llegar a tropezar e incluso dejarse llevar y comer la carne en ceremonias idolátricas (1Co 5:9, 10; 8:9, 10). Y esto sí sería una violación directa de un mandato de los hermanos que servían de cuerpo gobernante, el mandato registrado en Hch 15:28, 29. Ver las notas de estudio de 1Co 8:4; 10:25.
con respecto a comer comida que se ha ofrecido a los ídolos. La palabra griega que aquí se traduce como “comida que se ha ofrecido a los ídolos” también aparece en Hch 15:29, donde se traduce como “cosas sacrificadas a ídolos”. Este término tiene un sentido amplio y puede incluir tanto la carne de un sacrificio que se usó en una ceremonia religiosa como la que sobró de ese sacrificio. En este versículo, Pablo se refiere a la carne sobrante que se vendía al público en el mercado (1Co 10:25). En 1 Corintios 8 y 10 y en Romanos 14, Pablo no les estaba dando permiso a los cristianos para participar en actos de idolatría o en banquetes en honor de un ídolo. Más bien, por inspiración divina, les estaba indicando que, cuando esa carne era vendida al público, podían comerla en una comida normal. No era impura ni estaba contaminada tan solo porque viniera de un templo pagano. Ver las notas de estudio de 1Co 8:1; 10:25.
muchos “dioses”. En las Escrituras Griegas Cristianas se usa el mismo término griego (theós, en singular o plural y en masculino o femenino) para referirse tanto a dioses y diosas paganos como al Dios verdadero (Hch 7:40; 14:11; 19:27, 37; Flp 3:19). Sin embargo, Jehová es el Dios todopoderoso, “un Dios, el Padre, de quien vienen todas las cosas y para quien existimos nosotros” (1 Co 8:6). Al revelar su nombre personal, Jehová se distingue de los dioses falsos. Y puede exigir, con todo el derecho, que le den devoción exclusiva (Éx 20:4, 5).
un Dios. Esta expresión es muy parecida a otras declaraciones de las Escrituras Hebreas que destacan que Jehová no tiene igual y es el único Dios verdadero. Por ejemplo, en Dt 6:4, Moisés dice: “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová”, y en Dt 32:39 cita estas palabras de Jehová: “No hay otros dioses aparte de mí” (Is 43:10, 11; 44:6; 45:6). Ver la nota de estudio de Mr 12:29.
conciencia. Ver la nota de estudio de Ro 2:15.