Las Buenas Noticias según Mateo 5:1-48

5  Cuando Jesús vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña. Y, después de que se sentó allí, sus discípulos se le acercaron. 2  Y él tomó la palabra y se puso a enseñarles. Les dijo: 3  “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales,*+ porque el Reino de los cielos es de ellos. 4  ”Felices los que se lamentan, porque serán consolados.+ 5  ”Felices los que son apacibles,+ porque van a heredar la tierra.+ 6  ”Felices los que tienen hambre y sed+ de justicia, porque serán saciados.*+ 7  ”Felices los que son misericordiosos,+ porque serán tratados con misericordia. 8  ”Felices los que tienen un corazón puro,+ porque verán a Dios.+ 9  ”Felices los que fomentan la paz,+ porque serán llamados hijos de Dios. 10  ”Felices los que han sido perseguidos por causa de la justicia,*+ porque el Reino de los cielos es de ellos.+ 11  ”Felices ustedes cuando, por causa de mí, la gente los insulte,+ los persiga+ y, mintiendo, diga todo tipo de cosas malas sobre ustedes.+ 12  Estén felices y radiantes de alegría,*+ ya que su recompensa+ es grande en los cielos, porque a los profetas que vivieron antes que ustedes también los persiguieron así.+ 13  ”Ustedes son la sal+ de la tierra. Pero, si la sal pierde su fuerza, ¿acaso puede volver a ser salada? Ya no sirve para nada, sino para echarla afuera+ y que la gente la pisotee. 14  ”Ustedes son la luz del mundo.+ No se puede esconder una ciudad que está en lo alto de una montaña. 15  Nadie enciende una lámpara para luego taparla con una canasta, sino que la pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa.+ 16  De la misma manera, hagan brillar su luz a la vista de la gente.+ Que vean sus buenas obras+ y así le den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos.+ 17  ”No piensen que vine a anular* la Ley o los Profetas. No vine a anular, sino a cumplir.+ 18  Yo les aseguro que no desaparecerá ni la más pequeña letra ni un solo trazo de una letra de la Ley hasta que todo suceda.+ ¡Antes desaparecerían el cielo y la tierra! 19  Por eso, quien desobedezca uno de sus mandamientos más pequeños y les enseñe a otros a hacer lo mismo será considerado más pequeño con relación al Reino de los cielos. En cambio, quien los obedezca y se los enseñe a otros será considerado grande con relación al Reino de los cielos. 20  Les digo que, si ustedes no son más justos* que los escribas y los fariseos,+ nunca van a entrar en el Reino de los cielos.+ 21  ”Ya oyeron que a sus antepasados se les dijo: ‘No asesines,+ y todo el que cometa un asesinato tendrá que responder ante el tribunal de justicia’.+ 22  Pero yo les digo que tendrá que responder ante el tribunal de justicia todo el que siga furioso+ con su hermano. Y todo el que insulte con desprecio a su hermano tendrá que responder ante el Tribunal Supremo. Pero todo el que le diga ‘¡Eres un estúpido despreciable!’ se arriesga a acabar en la Gehena de fuego.+ 23  ”Por eso, si estás llevando tu ofrenda al altar+ y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24  deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete. Primero haz las paces con tu hermano, y luego vuelve y presenta tu ofrenda.+ 25  ”Si un adversario te lleva a juicio, trata de resolver las cosas cuanto antes, mientras aún van de camino al tribunal, no sea que tu adversario te entregue al juez, el juez te entregue al guardia del tribunal y tú acabes en prisión.+ 26  Te aseguro que de ningún modo saldrás de allí hasta que hayas pagado la última monedita. 27  ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘No cometas adulterio’.+ 28  Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer+ hasta el punto de sentir pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.+ 29  Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo tropezar, arráncatelo y échalo lejos.+ Es preferible que pierdas uno de tus miembros a que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.+ 30  Igualmente, si tu mano derecha te está haciendo tropezar, córtatela y échala lejos.+ Es preferible que pierdas uno de tus miembros a que todo tu cuerpo vaya a parar a la Gehena.+ 31  ”También se dijo: ‘Que todo el que se divorcie de su esposa le dé un certificado de divorcio’.+ 32  Pero yo les digo que todo el que se divorcia de su esposa —a menos que sea por inmoralidad sexual—* la pone en peligro de cometer adulterio, y cualquiera que se case con la divorciada también comete adulterio.+ 33  ”También oyeron que a sus antepasados se les dijo: ‘No jures para luego no cumplir;+ cumple los votos* que le hagas a Jehová’.+ 34  Pero yo les digo: no juren nunca.+ No juren ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35  ni por la tierra, porque es el banquillo para sus pies;+ ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.+ 36  Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes volver blanco o negro ni un solo cabello. 37  Simplemente, cuando digan ‘sí’, que sea sí, y, cuando digan ‘no’, que sea no.+ Cualquier cosa que se diga además de esto viene del Maligno.*+ 38  ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’.+ 39  Pero yo les digo: no le hagan frente a alguien malo. Más bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.+ 40  Y, si alguien quiere llevarte al tribunal para quedarse con tu túnica,* deja que se quede también con tu manto.*+ 41  Y, si alguien con autoridad te obliga a prestarle un servicio por una milla, ve con él dos millas. 42  Al que te pide algo, dáselo. Y, al que te pide que le prestes, no le des la espalda.+ 43  ”Ustedes oyeron que se dijo: ‘Ama a tu prójimo+ y odia a tu enemigo’. 44  Pero yo les digo que amen a sus enemigos+ y oren por los que los persiguen.+ 45  Así demostrarán que son hijos de su Padre que está en los cielos,+ ya que él hace salir su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos.+ 46  Porque, si aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen?+ ¿Acaso no hacen lo mismo los cobradores de impuestos? 47  Y, si solo saludan a sus hermanos, ¿qué tiene eso de especial? ¿Acaso no hace lo mismo la gente de las naciones? 48  Por lo tanto, sean perfectos, tal como su Padre celestial es perfecto.+

Notas

Lit. “los mendigos del espíritu”.
O “quedarán satisfechos”.
O “por hacer lo que es correcto”.
O “gozo”.
O “destruir”.
O “más obedientes”.
O “que ella le haya sido infiel”.
O “las promesas”.
O quizás “de lo que es malo”.
O “prenda de vestir interior”.
O “prenda de vestir exterior”.

Notas de estudio

a la ladera de una montaña. Según parece, estaba cerca de Capernaúm y el mar de Galilea. Todo indica que Jesús subió a un punto más alto de la montaña y desde allí comenzó a enseñar a las multitudes reunidas en un lugar llano frente a él (Lu 6:17, 20).

se sentó. Esta era la costumbre de los maestros religiosos judíos, especialmente cuando daban lecciones de manera formal.

sus discípulos. Esta es la primera vez que aparece la palabra griega mathētḗs, que se traduce como “discípulo”. Se refiere a un estudiante o alguien a quien se enseña. Incluye la idea de tener un vínculo personal con el maestro, un vínculo que moldea toda la vida del discípulo. Aunque había grandes multitudes reunidas para escuchar a Jesús, parece ser que él habló en especial para el beneficio de sus discípulos, que estaban sentados más cerca de él (Mt 7:28, 29; Lu 6:20).

él tomó la palabra. Lit. “él abrió la boca”. La traducción literal refleja una expresión idiomática semítica que significa que Jesús comenzó su discurso (Job 33:2; Da 10:16). En Hch 8:35 y 10:34, la expresión griega utilizada en este versículo se tradujo como “empezó a hablar” y “tomó la palabra”.

Felices. Aquí se usa la palabra griega makários. No implica una simple alegría pasajera, como la que siente una persona que se está divirtiendo. Más bien, cuando esta palabra se aplica a un ser humano, se refiere a la situación de la persona que tiene la bendición de Dios y cuenta con su favor. También se utiliza para describir a Dios y a Jesús en su gloria celestial (1Ti 1:11; 6:15).

los que reconocen sus necesidades espirituales. La expresión griega traducida “los que reconocen” significa literalmente ‘los pobres’, ‘los necesitados’, ‘los indigentes’ o ‘los mendigos’. En este contexto, se usa para hablar de aquellos que tienen una necesidad y están muy al tanto de ella. Cuando en Lu 16:20, 22 se menciona al mendigo Lázaro, se usa esta expresión. La frase griega que algunas versiones traducen como “pobres de espíritu” alude a quienes se dan cuenta de lo grave que es su pobreza espiritual y de que tienen una apremiante necesidad de Dios. Ver la nota de estudio de Lu 6:20.

ellos. Es decir, los discípulos de Jesús, ya que les estaba hablando principalmente a ellos (Mt 5:1, 2).

los que se lamentan. La palabra griega penthéō, que se traduce “lamentarse”, se usa para hablar tanto de quien siente un dolor profundo en general como de quien está destrozado a causa del pecado. En este contexto, “los que se lamentan” son la misma clase de personas que, según Mt 5:3, “reconocen sus necesidades espirituales”. Puede ser que se lamenten por su pobreza espiritual, por ser pecadores o por las angustiosas consecuencias del pecado de la humanidad. Pablo usó esta palabra cuando corrigió a los cristianos corintios por no lamentarse debido al grave caso de inmoralidad sexual que había tenido lugar en su congregación (1Co 5:2). En 2Co 12:21, Pablo dice que sentía temor de tener que lamentarse por aquellos de la congregación de Corinto que pecaban y no se arrepentían. El discípulo Santiago aconsejó a algunos con estas palabras: “Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos. Estén desconsolados, laméntense y lloren” (Snt 4:8-10). Los que están realmente tristes por ser pecadores son consolados al aprender que sus pecados pueden ser perdonados si ponen su fe en el sacrificio redentor de Cristo y demuestran verdadero arrepentimiento haciendo la voluntad de Jehová (Jn 3:16; 2Co 7:9, 10).

apacibles. La apacibilidad es una cualidad que nace del interior de aquellos que se someten de buena gana a la voluntad y la guía de Dios y que no tratan de dominar a otros. La palabra griega no da la idea de cobardía ni debilidad. En la Septuaginta, se usó como equivalente de la palabra hebrea que se puede traducir como “manso” o “humilde”. Se empleó para hablar de Moisés (Nú 12:3), de los que se dejan enseñar (Sl 25:9), de los que “heredarán la tierra” (Sl 37:11) y del Mesías (Zac 9:9; Mt 21:5). Jesús se describió a sí mismo como una persona apacible o mansa (Mt 11:29).

heredar la tierra. Es probable que Jesús estuviera haciendo referencia a Sl 37:11, donde se dice que “los mansos heredarán la tierra”. Tanto la palabra hebrea (ʼérets) como la griega (guē) para “tierra” pueden referirse a todo el planeta o a una parte específica de él, por ejemplo, la Tierra Prometida. Las Escrituras indican que Jesús es el mejor ejemplo de una persona apacible (Mt 11:29). Varios versículos de la Biblia muestran que, en calidad de Rey, él heredaría autoridad sobre toda la tierra, no solamente sobre una parte de ella (Sl 2:8; Ap 11:15), y sus discípulos ungidos participarían de esta herencia (Ap 5:10). Por otra parte, los discípulos de Jesús que tienen la esperanza de vivir en la tierra también la heredarán, pero de otra manera. Esas personas mansas no serán dueñas de la tierra, sino que tendrán el privilegio de disfrutar de la vida en el Paraíso como súbditos del Reino en su dominio terrestre. Ver la nota de estudio de Mt 25:34.

los que tienen hambre y sed de justicia. Es decir, los que están deseando que desaparezcan la corrupción y la injusticia, y que, en su lugar, todo el mundo respete las normas de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal. Ellos ya se esfuerzan por vivir de acuerdo con estas normas.

misericordiosos. En la Biblia, el uso de los términos traducidos como “misericordioso” y “misericordia” no está limitado a la idea de perdonar o ser menos severo al juzgar. La mayoría de las veces describe los sentimientos de compasión y lástima que llevan a una persona a tomar la iniciativa para ayudar a quienes lo necesitan.

los que tienen un corazón puro. Son personas puras y limpias por dentro, en sentido moral y espiritual. Sus sentimientos, deseos e intenciones son limpios.

verán a Dios. Esta expresión no necesariamente se debe entender de manera literal, pues ningún ser humano puede ver a Dios y seguir con vida (Éx 33:20). La palabra griega usada aquí para “verán” también puede significar ‘ver con la mente’, ‘percibir’ o ‘conocer’. Así que los siervos de Jehová en la tierra ven a Dios en el sentido de que conocen cada vez mejor su personalidad. Lo logran mediante un estudio de la Palabra de Dios que fortalece la fe y prestando atención a lo que él hace por ellos (Ef 1:18; Heb 11:27). Por otra parte, los cristianos ungidos literalmente verán a Jehová “tal como es” cuando sean resucitados para vivir en el cielo (1Jn 3:2).

los que fomentan la paz. O “los pacíficos”. La palabra griega eirēnopoiós deriva de un verbo que significa ‘hacer la paz’. Alude a quienes no solo mantienen la paz, sino que además siembran paz donde no la hay.

sal. Además de dar sabor a los alimentos, este mineral se puede usar para conservarlos. Aquí, parece ser que Jesús se estaba centrando en la propiedad conservante de la sal; sus discípulos podrían ayudar a otros a mantener, o conservar, su espiritualidad y sus altas normas morales.

pierde su fuerza. En tiempos de Jesús, la sal normalmente provenía de la zona del mar Muerto y contenía otros minerales que alteraban su pureza. Si esa mezcla perdía el componente salino, lo que quedaba era un residuo sin sabor que no servía para nada.

una ciudad que está en lo alto de una montaña. Jesús no estaba hablando de una ciudad en particular. En aquel tiempo, muchas ciudades se construían en lo alto de una montaña; eso normalmente las hacía más seguras contra los ataques. Estaban rodeadas por grandes murallas, de modo que se veían a kilómetros de distancia, no se podían esconder. Incluso las aldeas pequeñas eran muy visibles gracias a sus típicas casas blanqueadas con cal.

una lámpara. En tiempos bíblicos, la típica lámpara que se usaba en las casas era un pequeño recipiente de barro que se llenaba de aceite de oliva.

una canasta. Recipiente que se usaba para medir productos secos, por ejemplo, los cereales. El tipo de canasta que se menciona aquí (en griego, módios) tenía una capacidad de unos 9 L (8 dry qt).

Padre. Esta es la primera de las más de 160 veces que en los Evangelios Jesús se refiere a Jehová Dios como “Padre”. El uso que hace Jesús de este término demuestra que quienes lo escuchaban entendían que hablaba de Dios, pues en las Escrituras Hebreas ya se usaba de manera similar (Dt 32:6; Sl 89:26; Is 63:16). Siervos de Dios de la antigüedad usaron muchos títulos elevados para describir y dirigirse a Jehová, como por ejemplo “Todopoderoso”, “el Altísimo” y “Gran Creador” (Gé 17:1; Dt 32:8; Ec 12:1). Sin embargo, el hecho de que Jesús usara con frecuencia un término tan sencillo y común como “Padre” destaca la relación tan estrecha que Dios tiene con quienes lo adoran.

la Ley [...] los Profetas. “La Ley” abarca los libros de Génesis a Deuteronomio. “Los Profetas” son los libros proféticos de las Escrituras Hebreas. Pero, cuando se mencionan juntos, la expresión puede referirse a todas las Escrituras Hebreas (Mt 7:12; 22:40; Lu 16:16).

les aseguro. El término griego amḗn —transliteración de la palabra hebrea ʼamén— significa ‘así sea’ o ‘seguro’. Jesús lo dijo con frecuencia para introducir una declaración, una promesa o una profecía; así destacaba que lo que decía era totalmente cierto y confiable. Se dice que en la literatura sagrada nadie ha usado esta expresión como lo hizo Jesús. Cuando la palabra aparece dos veces seguidas (amḗn amḗn), la expresión de Jesús se traduce como “de verdad les aseguro”. Este es el caso en todo el Evangelio de Juan. Ver la nota de estudio de Jn 1:51.

la más pequeña letra. En el alfabeto hebreo de aquella época, la letra más pequeña era la yod (י).

un solo trazo de una letra. Algunas letras hebreas tenían un pequeño trazo que las diferenciaba de otras. Con esa hipérbole o exageración, Jesús enfatizó que la Palabra de Dios se cumpliría hasta el más mínimo detalle.

¡Antes desaparecerían el cielo y la tierra! Esta hipérbole equivale a “nunca”. Las Escrituras muestran que los cielos y la tierra literales existirán para siempre (Sl 78:69; 119:90).

Ya oyeron que [...] se les dijo. Esta frase puede referirse tanto a afirmaciones hechas en las Escrituras Hebreas inspiradas como a enseñanzas de la tradición judía (Mt 5:27, 33, 38, 43).

responder ante el tribunal de justicia. Es decir, ser juzgado por uno de los tribunales locales que había por todo Israel (Mt 10:17; Mr 13:9). Estos tribunales tenían autoridad para juzgar casos de asesinato (Dt 16:18; 19:12; 21:1, 2).

el tribunal de justicia. Es decir, el tribunal local.

siga furioso. Jesús relaciona esta mala actitud con el odio que puede llevar a una persona a matar a alguien (1Jn 3:15). Al final, Dios puede condenar a esa persona como si fuera un asesino.

insulte con desprecio. Esta expresión traduce la palabra griega rhaká (que tal vez venga del hebreo o el arameo) y significa ‘vacío’ o ‘cabeza hueca’. La persona que se dirigiera a un hermano en la fe con esta expresión tan despectiva no solo estaría alimentando odio en su corazón, sino que además les estaría dando rienda suelta a sus sentimientos con sus palabras.

el Tribunal Supremo. El Sanedrín en pleno, es decir, el consejo judicial con sede en Jerusalén, formado por el sumo sacerdote y 70 ancianos y escribas. Para los judíos, sus sentencias eran definitivas. Ver glosario, Sanedrín.

estúpido despreciable. La palabra griega para esta expresión sonaba como un término hebreo que significa ‘rebelde’ o ‘amotinado’. Da a entender que una persona no tiene ningún valor moral y es un apóstata. Llamar así a alguien era lo mismo que decir que merecía el castigo que se les daba a quienes se rebelaban contra Dios, es decir, la destrucción eterna.

Gehena. Este término viene del hebreo gueh hinnóm, que significa ‘valle de Hinón’. Ese valle se encuentra al sur y al suroeste de la antigua Jerusalén (ver apén. B12: mapa “Jerusalén y alrededores”). En los días de Jesús, el valle se había convertido en un lugar donde quemar basura, así que la palabra Gehena era un símbolo apropiado de destrucción total. Ver glosario.

tu ofrenda al altar. Jesús no hablaba de una ofrenda en particular hecha por un pecado específico. Se refería a cualquier sacrificio que se presentara en el templo de Jehová de acuerdo con la Ley mosaica. El altar que se menciona aquí era el de las ofrendas quemadas, que estaba en el templo, en el Patio de los Sacerdotes. Como los israelitas comunes no podían entrar allí, le entregaban sus ofrendas al sacerdote en la entrada del patio.

tu hermano. En algunos contextos la palabra griega adelfós (que se traduce como “hermano”) puede referirse a la relación de parentesco, y en otros se usa para hablar del prójimo en general. Sin embargo, aquí el contexto trata de una persona que iba a adorar a Jehová en el templo en los días de Jesús; por lo tanto, denota la relación espiritual con un hermano en la fe.

deja tu ofrenda allí [...] y vete. En la escena que Jesús describe, un israelita está a punto de entregar su sacrificio al sacerdote. Pero, para que Dios aceptara su ofrenda, primero debía ir a buscar a un hermano que estaba ofendido con él y resolver sus diferencias. Lo más probable es que él estuviera entre los muchos miles de personas que viajaban a Jerusalén para las fiestas periódicas, que era cuando normalmente se llevaban esos sacrificios al templo (Dt 16:16).

haz las paces. Esta expresión griega se ha definido como ‘cambiar la enemistad por amistad’, ‘reconciliarse’, ‘volver a tener una relación normal’ o ‘recuperar la armonía’. Así que el objetivo es cambiar la situación eliminando, si es posible, el resentimiento del corazón de la persona ofendida (Ro 12:18). Lo que Jesús quería enseñar es que es imprescindible mantener buenas relaciones con otros si queremos tener una buena relación con Dios.

la última monedita. Lit. “el último cuadrante”. Se necesitaban 64 cuadrantes para tener un denario, que era la paga de un día de trabajo. Ver apén. B14.

Ustedes oyeron que se dijo. Ver la nota de estudio de Mt 5:21.

cometas adulterio. Aquí se usa el verbo griego moikhéuō. Jesús estaba citando de Éx 20:14 y Dt 5:18, donde se encuentra el verbo hebreo equivalente, naʼáf. En la Biblia, adulterio se refiere a las relaciones sexuales inmorales que tienen de manera voluntaria una persona casada y alguien que no es su cónyuge (comparar con la nota de estudio de Mt 5:32, donde se define la expresión inmoralidad sexual, traducción de la palabra griega pornéia). Mientras estuvo en vigor la Ley mosaica, tener relaciones sexuales de manera voluntaria con la esposa o la prometida de otro hombre se consideraba adulterio.

te está haciendo tropezar. En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra griega skandalízō significa ‘tropezar’ en sentido figurado. Esto puede incluir tanto caer en el pecado como hacer que otros pequen. En este contexto, también se puede traducir como “te está haciendo pecar” o “se está convirtiendo en una trampa para ti”. En el uso bíblico, el pecado puede ser violar una de las leyes de Dios sobre la moralidad, perder la fe o aceptar enseñanzas falsas. La palabra griega también puede tener el sentido de ‘ofenderse’ o ‘escandalizarse’. Ver las notas de estudio de Mt 13:57; 18:7.

Gehena. Ver la nota de estudio de Mt 5:22 y el glosario.

certificado de divorcio. La Ley mosaica no fomentaba el divorcio. Para conseguir un certificado, el esposo tenía que consultar a los hombres debidamente autorizados, quienes animarían a la pareja a reconciliarse. Por lo tanto, el certificado tenía como propósito motivar a los matrimonios a pensarlo dos veces antes de romper su relación. Además, era una protección para las mujeres (Dt 24:1).

todo el que se divorcia de su esposa. Ver la nota de estudio de Mr 10:12.

inmoralidad sexual. En griego, pornéia. Esta expresión general se usa en la Biblia para referirse a algunas prácticas sexuales prohibidas por Dios. Incluye el adulterio, la prostitución, las relaciones sexuales entre personas no casadas entre sí, la homosexualidad y el sexo con animales. Ver glosario.

la pone en peligro de cometer adulterio. El divorcio en sí no convierte a una mujer en adúltera, pero la pone en riesgo de cometer adulterio. Si un hombre se divorcia de su esposa por un motivo que no sea la inmoralidad sexual (en griego, pornéia), la expone a tener relaciones sexuales con otro hombre y convertirse en adúltera. Según las normas bíblicas, ella no está libre para volver a casarse a menos que cambien las circunstancias con respecto a su esposo, por ejemplo, que este muera o le sea infiel. Por supuesto, en el caso de los cristianos, se le aplican las mismas normas a un hombre si es su esposa la que se divorcia de él por un motivo que no sea la inmoralidad sexual.

la divorciada. Es decir, una mujer divorciada por un motivo que no sea “inmoralidad sexual” (en griego, pornéia; ver la nota de estudio de inmoralidad sexual en este mismo versículo). Como muestran las palabras de Jesús en Mr 10:12 (ver la nota de estudio), esa norma era válida tanto para los hombres como para las mujeres que quisieran divorciarse. Jesús es claro: cuando un hombre o una mujer consiguen el divorcio por un motivo que no sea inmoralidad sexual, cualquiera de los dos que vuelva a casarse comete adulterio. El hombre o la mujer solteros que se casaran con esa persona divorciada también serían culpables de adulterio (Mt 19:9; Lu 16:18; Ro 7:2, 3).

oyeron que [...] se les dijo. Ver la nota de estudio de Mt 5:21.

Jehová. Aunque no es una cita directa de un pasaje en concreto de las Escrituras Hebreas, los dos mandatos de los que habla Jesús se pueden encontrar en textos como Le 19:12, Nú 30:2 y Dt 23:21. En el texto hebreo original, en estos versículos aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. Ver apén. C.

no juren nunca. Aquí Jesús no estaba diciendo que no se podía hacer ningún juramento; de hecho, la Ley, que todavía estaba vigente, permitía hacer juramentos o votos por ciertas razones de peso (Nú 30:2; Gál 4:4). Más bien, Jesús estaba condenando hacer promesas a la ligera y por cosas de poca importancia, ya que esto no estaría de acuerdo con lo que decía la Ley sobre los juramentos.

ni por el cielo. Para darles más peso a sus palabras, los judíos acostumbraban jurar “por el cielo”, “por la tierra”, “por Jerusalén” e incluso por la “cabeza”, o la vida, de una persona (Mt 5:35, 36). Pero no se ponían de acuerdo sobre la validez de estos juramentos que se hacían por cosas creadas en vez de por el nombre de Dios, y por lo visto algunos pensaban que podían anularlos sin sufrir ninguna consecuencia.

del gran Rey. Es decir, de Jehová Dios (Mal 1:14).

Cualquier cosa que se diga además de esto viene del Maligno. El que siente la necesidad de estar jurando siempre en vez de sencillamente decir “sí” o “no” está dando a entender que no es digno de confianza. Está mostrando que tiene el espíritu de Satanás, “el padre de la mentira” (Jn 8:44).

Ustedes oyeron que se dijo. Ver la nota de estudio de Mt 5:21.

Ojo por ojo y diente por diente. En los días de Jesús, se aplicaban mal estas palabras de la Ley (Éx 21:24; Le 24:20) para justificar la venganza personal. En realidad, era el tribunal quien debía aplicar esa ley, solo después de que los jueces designados decidieran cuál era el castigo merecido (Dt 19:15-21).

te dé una bofetada en la mejilla derecha. El verbo griego rhapízō, que aquí se traduce como “dar una bofetada”, en este contexto implica dar un golpe con la mano abierta para insultar o provocar más bien que para lastimar. Así Jesús indicó que sus discípulos debían estar dispuestos a soportar ofensas sin desquitarse.

deja que se quede también con tu manto. Los hombres judíos solían usar dos prendas de vestir: una túnica (en griego, khitṓn, parecida a una camisa con mangas largas o cortas, que llegaba hasta las rodillas o hasta los tobillos y se llevaba sobre la piel) y un manto (en griego, himátion, una capa o simplemente una pieza rectangular de tela que se llevaba suelta). La ropa se podía usar como garantía de pago de una deuda (Job 22:6). Por lo tanto, Jesús señala que, para mantener la paz, sus seguidores debían estar dispuestos a entregar no solo su túnica, sino también su manto, que tenía más valor.

te obliga a prestarle un servicio. Aquí se alude al servicio obligatorio que las autoridades romanas podían exigir de un ciudadano. Por ejemplo, podían obligar a personas o animales a realizar algún trabajo o podían disponer de cualquier cosa que consideraran necesaria para agilizar asuntos oficiales. Eso es lo que le sucedió a Simón de Cirene: los soldados romanos “lo obligaron a prestar el servicio de cargar con el madero de tormento” de Jesús (Mt 27:32).

milla. Probablemente la milla romana, que equivalía a 1.479,5 m (4.854 ft). Ver glosario y apén. B14.

prestes. Es decir, prestar sin cobrar intereses. La Ley prohibía a los israelitas cobrar intereses al prestarles dinero a sus hermanos judíos pobres (Éx 22:25). Más bien, los animaba a prestarles con generosidad lo que necesitaran (Dt 15:7, 8).

Ustedes oyeron que se dijo. Ver la nota de estudio de Mt 5:21.

Ama a tu prójimo. La Ley mosaica les mandaba a los israelitas amar a su prójimo (Le 19:18). Aunque el término prójimo sencillamente se refiere a otro ser humano, algunos judíos limitaban ese sentido para que solo incluyera a sus hermanos judíos, particularmente los que seguían las tradiciones orales. Todas las demás personas debían ser consideradas como enemigos.

odia a tu enemigo. Este mandamiento no figuraba en la Ley mosaica. Algunos rabinos judíos creían que el mandamiento de amar al prójimo implicaba que debían odiar a sus enemigos.

amen [...] oren. Aquí el verbo griego indica acción continua.

amen a sus enemigos. Este consejo de Jesús está en armonía con lo que enseñan las Escrituras Hebreas (Éx 23:4, 5; Job 31:29; Pr 24:17, 18; 25:21).

cobradores de impuestos. Muchos judíos cobraban impuestos para las autoridades romanas. La gente los odiaba porque no solo colaboraban con una potencia extranjera a la que se obedecía de mala gana, sino que también cobraban por encima de la tasa de impuestos oficial. Los cobradores de impuestos eran rechazados por sus hermanos judíos, quienes los ponían al mismo nivel que los pecadores y las prostitutas (Mt 11:19; 21:32).

saludan. Saludar a alguien implicaba desearle bienestar y prosperidad.

hermanos. Es decir, todos los miembros de la nación de Israel. Eran hermanos, porque descendían del mismo padre, Jacob, y los unía la adoración al mismo Dios, Jehová (Éx 2:11; Sl 133:1).

gente de las naciones. O sea, los no judíos que no tenían una amistad con Dios. Los judíos los consideraban irreverentes e impuros, y los evitaban.

perfectos. La palabra griega que se usa aquí puede significar ‘completos’, ‘maduros’ o ‘sin defectos’ según las normas establecidas por una autoridad. Solo Jehová es perfecto en sentido absoluto, así que cuando el término se aplica a seres humanos, simplemente describe una perfección relativa. En este contexto, un cristiano es “perfecto” si tiene un amor completo por Jehová Dios y el prójimo, algo que hasta una persona pecadora puede lograr.

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Orilla noroeste del mar de Galilea
Orilla noroeste del mar de Galilea

1. Llanura de Genesaret. Era un área fértil con forma de triángulo que medía unos 5 km (3 mi) de largo y 2,5 km (1,5 mi) en su punto más ancho. Fue en sus costas donde Jesús encontró a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, que eran pescadores, y los invitó a acompañarlo en su ministerio (Mt 4:18-22).

2. Según la tradición, este fue el lugar donde Jesús dio el Sermón del Monte (Mt 5:1; Lu 6:17, 20).

3. Capernaúm. Jesús se estableció en esta ciudad, y fue aquí o en sus alrededores donde encontró a Mateo (Mt 4:13; 9:1, 9).

Sal a la orilla del mar Muerto
Sal a la orilla del mar Muerto

En la actualidad, el agua del mar Muerto (mar Salado) es unas nueve veces más salada que el agua de los océanos (Gé 14:3). Los israelitas contaban con un buen suministro de sal gracias a la evaporación de las aguas del mar Muerto, aunque era de poca calidad porque contenía otros minerales. Es posible que también la adquirieran de los fenicios, que al parecer la extraían del mar Mediterráneo por evaporación. La Biblia dice que la sal se usaba para sazonar las comidas (Job 6:6). Jesús era un experto en el uso de comparaciones basadas en la vida diaria, y usó la imagen de la sal para enseñar importantes lecciones espirituales. Por ejemplo, en el Sermón del Monte llamó a sus discípulos “la sal de la tierra” para explicar que debían ayudar a otros a mantener, o conservar, su espiritualidad y sus altas normas morales.

Lámpara de aceite del siglo primero
Lámpara de aceite del siglo primero

Las típicas lámparas de barro que se usaban en las casas y otras construcciones se llenaban de aceite de oliva para alimentar la llama a través de una mecha. Para iluminar los espacios interiores, por lo común se colocaban sobre soportes de barro, madera o metal. También se ponían en huecos de las paredes o en repisas, o se colgaban del techo con una cuerda.

Candelero de uso doméstico
Candelero de uso doméstico

Este dibujo de un candelero de uso doméstico (1) se basa en objetos del siglo primero que se encontraron en Éfeso e Italia. Es probable que este tipo de candeleros se usaran en las casas de los ricos. En los hogares más pobres, las lámparas se colgaban del techo, se colocaban en un nicho de la pared (2) o se ponían sobre un soporte de barro o de madera.

Valle de Hinón (o Gehena)
Valle de Hinón (o Gehena)

El valle de Hinón, llamado Gehena en griego, es una quebrada al sur y suroeste de la antigua Jerusalén. En los días de Jesús, era un lugar donde se quemaba la basura, así que era un símbolo apropiado de destrucción total.

Valle de Hinón en la actualidad
Valle de Hinón en la actualidad

En la foto se pueden ver el valle de Hinón (1), llamado Gehena en las Escrituras Griegas Cristianas, y el monte del templo (2). El recinto del templo judío del siglo primero se encontraba en este segundo punto. Hoy en día, la estructura que más se destaca sobre el monte del templo es el santuario musulmán conocido como la Cúpula de la Roca. Ver el mapa del apéndice B12.

Certificado de divorcio
Certificado de divorcio

El certificado de divorcio que se muestra aquí, del año 71 o 72, está escrito en arameo. Se encontró en el desierto de Judea, en el lado norte del wadi de Murabbaat, el lecho generalmente seco de un torrente. Habla de dos personas que vivían en la ciudad de Masada. En él se menciona que, en el año sexto de la rebelión judía, José hijo de Nacsán se divorció de Míriam hija de Jonatán.