Hechos 15:1-41

  • Discusión en Antioquía sobre la circuncisión (1, 2)

  • Se plantea el asunto en Jerusalén (3-5)

  • Reunión de los ancianos y los apóstoles (6-21)

  • Carta del cuerpo gobernante (22-29)

    • Abstenerse de sangre (28, 29)

  • La carta anima a las congregaciones (30-35)

  • Pablo y Bernabé se separan (36-41)

15  Entonces unos hombres bajaron de Judea y se pusieron a enseñarles a los hermanos: “A menos que se circunciden de acuerdo con la costumbre* de Moisés,+ no pueden ser salvados”.  Pero Pablo y Bernabé no estaban de acuerdo con ellos y, tras mucha discusión,* se hicieron preparativos para que Pablo, Bernabé y algunos más subieran adonde estaban los apóstoles y los ancianos de Jerusalén+ para hablar de este asunto.*  Así que la congregación los acompañó durante una parte del camino. Después, ellos siguieron adelante a través de Fenicia y de Samaria. Y, al ir contando en detalle la conversión de gente de las naciones, alegraban muchísimo a todos los hermanos.  Cuando llegaron a Jerusalén, la congregación, los apóstoles y los ancianos los recibieron amablemente, y ellos les contaron todas las cosas que Dios había hecho por medio de ellos.  Sin embargo, algunos miembros de la secta de los fariseos que se habían hecho creyentes se levantaron de sus asientos y dijeron: “Es necesario circuncidarlos y ordenarles que obedezcan la Ley de Moisés”.+  De modo que los apóstoles y los ancianos se reunieron para tratar este asunto.  Después de discutirlo mucho, Pedro se levantó y les dijo: “Hermanos, ya saben que desde el principio Dios me eligió de entre todos ustedes para que la gente de las naciones oyera de mi boca el mensaje de las buenas noticias y creyera.+  Y Dios, que conoce el corazón,+ demostró que los aprobaba* dándoles el espíritu santo,+ tal como también hizo con nosotros.  Él no hizo ninguna diferencia entre ellos y nosotros,+ sino que purificó sus corazones con la fe.+ 10  Entonces, ¿por qué ponen a prueba a Dios imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo+ que ni nuestros antepasados ni nosotros pudimos llevar?+ 11  Más bien, nosotros tenemos fe en que somos salvados mediante la bondad inmerecida del Señor Jesús,+ igual que ellos”.+ 12  Al oír esto, el grupo entero se calló. Y se pusieron a escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron todos los milagros* y las cosas impresionantes* que Dios había hecho mediante ellos entre las naciones. 13  Cuando terminaron de hablar, Santiago dijo: “Hermanos, óiganme. 14  Symeón+ nos ha contado con todo detalle la primera vez que Dios dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre.+ 15  Y eso coincide con las palabras de los Profetas, tal como está escrito: 16  ‘Después de estas cosas volveré y levantaré de nuevo la tienda* de David, que está caída. Reconstruiré sus ruinas y la restauraré 17  para que los hombres que queden busquen diligentemente a Jehová* con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre. Así dice Jehová,* quien hace estas cosas,+ 18  que son conocidas desde la antigüedad’.+ 19  Por lo tanto, mi opinión* es que no hay que causarle problemas a la gente de las naciones que se está volviendo a Dios.+ 20  Más bien, hay que escribirles que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos,+ de inmoralidad sexual,*+ de animales estrangulados* y de sangre.+ 21  Pues desde tiempos antiguos Moisés ha tenido predicadores en cada ciudad, porque todos los sábados lo leen en voz alta en las sinagogas”.+ 22  Así que los apóstoles y los ancianos, junto con toda la congregación, decidieron elegir a algunos hombres de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Enviaron a Judas, también llamado Barsabás, y a Silas,+ que eran hombres con grandes responsabilidades entre los hermanos. 23  Esto fue lo que escribieron y mandaron con ellos: “De los apóstoles y los ancianos, sus hermanos, a los hermanos de Antioquía,+ Siria y Cilicia que son de las naciones: ¡Saludos! 24  Nos hemos enterado de que algunos de entre nosotros, sin recibir instrucciones nuestras, han ido y les han causado problemas con sus palabras+ tratando de confundirlos. 25  Así que de forma unánime decidimos elegir a unos hombres y enviárselos con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26  quienes han renunciado a sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.+ 27  Por eso, les enviamos a Judas y a Silas para que ustedes también oigan este mismo informe por boca de ellos.+ 28  Porque al espíritu santo+ y a nosotros nos ha parecido bien no imponerles más cargas aparte de estas cosas necesarias: 29  que se abstengan de cosas sacrificadas a ídolos,+ de sangre,+ de animales estrangulados*+ y de inmoralidad sexual.*+ Si evitan por completo estas cosas, les irá bien. ¡Que tengan buena salud!”.* 30  Después de despedirse, estos hombres bajaron a Antioquía. Allí reunieron a todo el grupo y les entregaron la carta. 31  Cuando la leyeron, se sintieron felices por las palabras de ánimo. 32  Y, como Judas y Silas también eran profetas, animaron a los hermanos con muchos discursos y los fortalecieron.+ 33  Pasaron un tiempo allí, y después los hermanos les desearon paz y los mandaron de vuelta a quienes los habían enviado. 34  * 35  Sin embargo, Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía enseñando y predicando con muchos otros las buenas noticias de la palabra de Jehová.* 36  Algunos días después, Pablo le dijo a Bernabé: “Regresemos ya* a visitar a los hermanos de todas las ciudades donde predicamos la palabra de Jehová* para ver cómo están”.+ 37  Bernabé estaba decidido a llevarse con ellos a Juan, al que llamaban Marcos.+ 38  Pero a Pablo no le parecía bien llevárselo porque se había separado de ellos en Panfilia y no los había acompañado en la obra.+ 39  Esto provocó un fuerte estallido de ira, y cada uno se fue por su lado. Bernabé+ se llevó a Marcos con él y se embarcó hacia Chipre. 40  Pablo eligió a Silas y se fue después de que los hermanos lo dejaron bajo el cuidado de la bondad inmerecida de Jehová.*+ 41  Y pasó por Siria y Cilicia fortaleciendo a las congregaciones.

Notas

O “Ley”.
O “disensión”.
O “esta discusión”.
Lit. “dio testimonio”.
Lit. “señales”.
O “los portentos presagiosos”.
O “cabaña”, “casa”.
O “decisión”.
O “de lo que se mata y no se desangra”.
En griego, pornéia. Ver glosario.
O “de lo que se mata y no se desangra”.
O “¡Adiós!”.
En griego, pornéia. Ver glosario.
O quizás “sin falta”.