¿Por qué le entristeció tanto a Jesús la actitud de los líderes religiosos judíos? Porque le añadieron una incontable cantidad de restricciones a la ley del sábado y la convirtieron en una carga. Por ejemplo, en sábado no se podía matar una pulga. Tampoco podían tratarse esguinces ni huesos rotos. Solo se atendían casos de vida o muerte. Está claro que, a esos líderes religiosos, aquel hombre no les importaba en absoluto.