Jehová se acuerda de que somos polvo
David utilizó comparaciones para explicar la misericordia de Jehová.
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Igual que no podemos comprender por completo la distancia que hay entre la Tierra y las estrellas, tampoco podemos comprender del todo la inmensidad del amor leal de Jehová.
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Jehová pone nuestros pecados tan lejos como es posible imaginar; igual de lejos que está el naciente del poniente.
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Así como un padre se compadece de su hijo cuando este sufre, Jehová es misericordioso con quienes se sienten aplastados por sus pecados y se arrepienten.