Ezequías vio recompensada su fe
El rey asirio Senaquerib envió al Rabsaqué a Jerusalén para exigir la rendición de la ciudad. Los asirios utilizaron varios argumentos para que los judíos se rindieran sin pelear.
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Aislamiento. Aliarse con Egipto no sería de ninguna ayuda (Isa 36:6).
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Duda. Jehová no los salvaría porque estaba disgustado con ellos (Isa 36:7, 10).
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Intimidación. No tenían ninguna posibilidad de vencer al poderoso ejército asirio (Isa 36:8, 9).
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Tentación. Si se rendían a los asirios, su vida mejoraría (Isa 36:16, 17).