Absalón buscó gloria para sí mismo (2Sa 15:1; it-2 693).

Absalón se robó el corazón de la gente (2Sa 15:2-6; w12 15/7 13 párr. 5).

Absalón trató de quitarle el puesto de rey a su padre (2Sa 15:10-12; it-1 1113).

No debemos permitir que la ambición eche raíces en nuestro corazón. Más bien, tenemos que examinar nuestros motivos con frecuencia. En lugar de querer impresionar a los demás, estemos atentos a lo que necesitan (Flp 2:3, 4).