NUESTRA VIDA CRISTIANA
Mejore sus habilidades en el ministerio: Inicie conversaciones que quizás le permitan predicar
Jesús pudo predicar informalmente a una mujer samaritana porque primero conversó con ella sobre otro tema. ¿Cómo podemos cultivar nosotros el arte de empezar conversaciones con desconocidos?
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Sea amigable y converse con la gente. Aunque Jesús estaba cansado, empezó una conversación. ¿Cómo lo hizo? Sencillamente, pidiendo agua para beber. Usted puede empezar saludando amablemente y hablando quizás del tiempo o de algún suceso reciente. El objetivo es empezar una conversación, así que hable de temas que inviten a conversar. Si no obtiene la respuesta deseada, no pasa nada. Inténtelo de nuevo con alguien diferente. Pídale a Jehová que le dé valor (Ne 2:4; Hch 4:29).
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Esté atento a cualquier oportunidad que se presente para hablar de las buenas noticias del Reino, pero no se precipite. Deje que la conversación fluya de manera natural. Forzar las cosas puede hacer que la persona se sienta incómoda y corte la conversación. No se desanime si la conversación termina antes de que pueda hablar de Jehová. Si le cuesta empezar a dar testimonio, primero intente iniciar conversaciones sin la intención de predicar. [Ponga el video 1 y analícelo con el auditorio].
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Intente crear oportunidades para predicar haciendo un comentario sincero sobre nuestras creencias que tal vez motive a la persona a preguntar. Eso hizo Jesús: despertó la curiosidad de la samaritana, y ella comenzó a hacerle preguntas. Cuando Jesús le habló del Reino, sencillamente estaba respondiendo esas preguntas. [Ponga el video 2 y analícelo con el auditorio. Luego, haga lo mismo con el video 3].