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Informe mundial

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África e islas cercanas

El continente africano está fraccionado en muchos países, y estos, a su vez, en diversas tribus y lenguas. Aunque los estallidos de violencia entre grupos étnicos son un tanto habituales, más de seiscientas treinta y seis mil personas de dichas naciones, tribus y lenguas están unidas en la adoración del Dios verdadero, Jehová. Ellas exhortan a todos a que “teman a Dios y [le den] gloria”, y muchos están respondiendo con aprecio a dicha recomendación. (Rev. 14:6, 7.)

Algunos que estaban sumidos en las supersticiones y la brujería, se han liberado de todo ello para servir a Jehová. Por ejemplo, cuando unos Testigos de África del Sur llamaron a cierta puerta, les abrió una mujer ataviada con toda la parafernalia de un sangoma (médico brujo). Aunque la primera intención de los hermanos fue marcharse enseguida, la mujer insistió en que le comunicasen su mensaje. Uno de los Testigos se remitió a Deuteronomio 18:10-12 para mostrarle el punto de vista bíblico sobre las prácticas espiritistas. La mujer aceptó la oferta de un estudio bíblico y dijo que si al estudiar la Biblia se convencía de que ejercer de sangoma iba en contra de los deseos de Jehová, dejaría de hacerlo.

Tras estudiar el capítulo 10 del libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, cotejándolo con la Biblia, quemó todos los objetos que tenía de hechicería y empezó a asistir a las reuniones en el Salón del Reino. Aunque estaba legalmente casada, llevaba diecisiete años separada de su cónyuge. Finalmente vio la necesidad de corregir esa situación, y en la actualidad ambos son Testigos dedicados y bautizados.

Durante más o menos el último año, nos han llegado noticias muy emocionantes de Malaui. ¡Cuánto se alegraron los testigos de Jehová de todo el mundo cuando se enteraron de que el 12 de agosto de 1993 se levantó la proscripción bajo la que habían estado sus hermanos de Malaui durante veintiséis años! Poco después, el 15 de noviembre de 1993, se registró legalmente la Watch Tower Bible and Tract Society, y el 25 de febrero de 1994 se levantó también la proscripción de las publicaciones de los testigos de Jehová. Curiosamente, tan solo unas semanas después del registro de la Sociedad, destrozaron la sede de las Malawi Young Pioneers (Juventudes Pioneras de Malaui), grupo que con tanta brutalidad había maltratado a los testigos de Jehová. El ejército cerró todas sus oficinas y a muchos de sus miembros los persiguió y les dio muerte. Otros huyeron a Mozambique para salvar la vida.

Los hermanos de Malaui están aprendiendo de nuevo a ir de casa en casa, ofrecer publicaciones y empezar estudios bíblicos en los hogares de las personas. Tan pronto como se levantó la proscripción de las publicaciones de la Sociedad, se organizó una campaña para distribuir por todo el país durante el mes de abril el tratado ¿Qué creen los testigos de Jehová? Los publicadores distribuyeron más de un millón en tres idiomas.

Durante más de treinta años, el puñado de cristianos verdaderos de Santo Tomé y Príncipe, frente a la costa occidental de África, han sido perseguidos, golpeados y encarcelados por reunirse para estudiar la Biblia. Pero en 1993 se concedió libertad religiosa a los testigos de Jehová, y en enero de 1994 gozaron de una Asamblea de Distrito “Enseñanza Divina” de tres días de duración en el mejor auditorio del país, un local moderno y con aire acondicionado. Hasta Radio Nacional emitió extractos del programa.

Cuando el Tribunal Supremo de Zaire volvió a conceder legalidad a los testigos de Jehová, de nuevo pudieron celebrarse asambleas de distrito en el país. ¿Tuvieron una buena acogida? A principios del año de servicio, más de setenta mil personas abarrotaron el estadio de Kinshasa en el que se celebró una de estas asambleas. La asistencia a las seis primeras asambleas de distrito “Temor Piadoso” de 1994 fue de 120.127, con 1.155 bautizados, y todavía quedaban por celebrarse otras diecinueve asambleas de esa misma serie.

En la Congregación Koumassi Prodomo, de Côte d’Ivoire, hay un siervo ministerial conocido por ser un hermano muy apacible. Pero no siempre tuvo esa reputación. Antes de aprender la verdad, solía beber en exceso y fumar, tenía malas compañías y a menudo resolvía sus problemas con los puños. Los que lo conocieron en ese entonces dicen que lo mejor era o ser su amigo, o mantenerse alejado de él. Él mismo admite: “Jehová se apiadó de mí”. Empezaron un estudio bíblico con él, y poco a poco fue haciendo cambios en su vida, hasta que, con el tiempo, se bautizó. Ahora bien, ¿había cambiado por completo? Un mes antes de bautizarse, su apacibilidad fue puesta a prueba cuando varios hombres lo atacaron. Él no se desquitó. Unas semanas después de su bautismo sucedió algo similar. De nuevo demostró que había desechado la vieja personalidad que se conformaba a su manera de proceder anterior, que había sido hecho nuevo en la fuerza que impulsaba su mente y que se había vestido de veras de una nueva personalidad que reflejaba el espíritu de Jehová. (Gál. 5:22-24; Efe. 4:22-24.)

Asia y las islas del Pacífico

De los 514.847 alabadores de Jehová que hay en Oriente y las islas del Pacífico, 152.343 son precursores.

En Japón, un precursor que se propuso hacer 100 revisitas al mes decidió revisitar incluso a los que no habían manifestado interés en la primera visita. Con esa idea presente, comenzó a anotar a toda persona con la que hablaba en su predicación de casa en casa, y volvía a visitarlas antes de una semana. Cada vez que salía a dar testimonio de casa en casa, procuraba hacer también cinco revisitas. Se preparaba muy bien para el ministerio y efectuaba su servicio con total confianza en el mensaje que llevaba. A finales de mes había hecho 241 revisitas. En una de ellas logró empezar un estudio con una persona que dijo: “Siempre los había rechazado. Esta es la primera vez que los escucho”. La persistencia amorosa produjo resultados. Al terminar el mes informó un total de diez estudios bíblicos.

En estos últimos años, una gran cantidad de extranjeros, en particular asiáticos, han afluido a Nueva Zelanda. Recientemente se formaron grupos de estudio en coreano y tai (siamés), y los hermanos esperan que pronto llegue a formarse una congregación china en Auckland, donde se dice que la población china ha aumentado a más de cincuenta mil personas. Otras ciudades de la isla del Norte, como Wellington y Palmerston North, también dicen encontrar un gran interés en las comunidades chinas.

Algunos estudiantes de la Biblia han conseguido muy buenos resultados cuando han puesto en práctica la sugerencia de dar a conocer la verdad a sus parientes. En Tainan (Taiwan) empezó a estudiar un ama de casa joven que convive con varios familiares, muchos de los cuales eran miembros destacados de la Iglesia Presbiteriana. Como su religión muchas veces criticaba a los Testigos por ‘atacar a otras religiones’, tuvo mucho cuidado de no hacerlo y se concentró, más bien, en manifestar cualidades cristianas. Tenía que recorrer 16 kilómetros en motocicleta para llegar a las reuniones, pero asistía con regularidad. Sus familiares pronto empezaron a percatarse de los cambios de personalidad que estaba haciendo. Como resultado de ello y de su discreta testificación, su cuñada empezó a estudiar. Luego su propio esposo accedió a investigar lo que ella estaba aprendiendo. A continuación, el hermano y una prima del esposo también empezaron a estudiar. Para entonces, su suegra se interesó en lo que los diversos miembros de la familia estaban aprendiendo. Luego la joven dio testimonio a sus padres, que viven a 320 kilómetros de distancia, y ellos también empezaron a estudiar. La joven, su esposo y dos familiares ya se han bautizado, otros varios parientes están progresando muy bien en su estudio de la verdad y otro matrimonio de la misma iglesia acaba de renunciar a su religión para poder participar en la predicación. ¡Qué bendición de Jehová por haber recomendado la verdad a otras personas tanto de palabra como por medio de una conducta excelente!

Cuando C. T. Russell, el primer presidente de la Sociedad Watch Tower, visitó en 1912 Ceilán, como se conocía entonces a Sri Lanka, Matilda solo tenía 12 años. Es la niña que aparece sentada en el suelo, la segunda desde la derecha, en la fotografía de la página 239 del libro Proclamadores. Posteriormente sirvió de precursora especial durante varios años con su esposo, y en la actualidad, a los 94 años, sigue activa en la predicación. No hace mucho estuvo sirviendo de precursora auxiliar todos los meses durante un año entero. Apoyándose en un bastón puede caminar un poco, lo suficiente como para aprovechar las oportunidades que se le presentan cuando la visitan vecinos, amistades, parientes, vendedores, carteros o cualquier otra persona. Pero la mayor parte de su predicación tiene que hacerla por carta. Anota los nombres y direcciones que aparecen en la sección necrológica del diario y escribe a algunas de esas personas. Qué feliz se siente cuando recibe respuesta de alguien que agradece su carta.

En la República de Corea, el 31% de los Testigos son precursores regulares y miles hacen el precursorado auxiliar. Aunque algunos territorios se predican con mucha frecuencia, los publicadores procuran decir alguna frase pertinente, y están obteniendo resultados positivos incluso con aquellas personas que dicen no estar interesadas en el mensaje. A cierta señora católica que no quería escuchar el mensaje, una hermana le dijo: “No sé cuál es su esperanza”, y señalando el tratado La vida en un pacífico nuevo mundo añadió: “La mía es vivir en un mundo nuevo y pacífico como este”. Cuando una señora mayor mencionó que no tenía interés, una hermana le mostró el mismo tratado y le preguntó: “Si se le brindase la oportunidad de vivir en el paraíso que se representa en este dibujo, ¿no aceptaría la invitación?”. Ambas conversaciones condujeron a sendos estudios bíblicos, las dos señoras empezaron a asistir a las reuniones y ya están en vías de bautizarse.

En Hawai se están coordinando los esfuerzos por llegar a las personas dondequiera que se encuentren y comoquiera que se pueda contactar con ellas: las que viven en apartamentos de difícil acceso por razones de seguridad, las que se encuentran en su trabajo, en las calles, en los parques, en las playas, etcétera. Como consecuencia, ha habido que dibujar más mapas de territorio para las congregaciones y se abarca mejor el territorio. La predicación telefónica ha producido fruto. Una hermana se puso en contacto por teléfono con un joven que estaba en la Marina y que vivía en un edificio de apartamentos de acceso restringido. Percibió en él suficiente interés como para encargarse de que alguien le llevara un folleto. El hermano que lo visitó empezó un estudio bíblico con él mediante el libro Vivir para siempre. Al poco tiempo, el joven empezó a dar testimonio a los compañeros que vivían con él y a los de su tripulación. Hasta los iba invitando (uno a uno) a estar presentes en el estudio. Al cabo de unas semanas, preguntó: “¿Cómo encontrará Jehová, antes de que llegue el fin, a todos los que quieren conocer la verdad?”. El hermano respondió: “¿Crees que fue una casualidad el que se te localizara por teléfono en un edificio inaccesible, en el que nunca se ha predicado y a una hora en la que te encontrabas en casa?”. El hombre pensó por un momento y dijo: “Es curioso, pues justo antes de sonar el teléfono, me estaba preguntando si habría alguna manera de saber lo que realmente enseña la Biblia”.

¿Puede un Testigo seguir predicando aun cuando tenga que estar hospitalizado por mucho tiempo? Ese fue el reto al que se enfrentó una hermana de la isla de Tarawa (Kiribati), en el Pacífico central. Se puso enseguida a dejar el folleto “¡Mira!” en manos de todas aquellas pacientes que lo aceptaban. Una de ellas, al observar que nuestra hermana recibía visitas con regularidad, le preguntó si todas aquellas personas eran parientes suyos. Cuando le explicó que eran sus hermanos espirituales, incluidos los ancianos de la congregación, la mujer quedó profundamente impresionada. Dijo que la había decepcionado mucho que durante los tres meses que llevaba hospitalizada, ninguno de los miembros de su religión se hubiera preocupado por visitarla, aunque todos sabían que estaba muy enferma. Pidió un estudio bíblico, y con el tiempo su esposo y su madre también empezaron a estudiar. A la hermana le permitieron salir temporalmente del hospital para asistir a la asamblea de circuito. ¡Qué alegría le dio encontrarse allí con una de las pacientes con las que había estado hospitalizada y con varios familiares de otras pacientes!

Europa

En los países de Europa, entre los que contamos a Rusia —que se extiende hacia el oriente, más allá de la cordillera de los Urales—, el año pasado se dedicaron 248.763.468 horas a dar testimonio del Reino de Dios, y se bautizaron en símbolo de su dedicación a Jehová un total de 89.578 personas. ¿Cómo se llega a todos ellos con las buenas nuevas?

En los últimos años, miles de refugiados han buscado asilo en Bélgica, lo que ha abierto nuevos campos para los hermanos belgas. En un centro de refugiados que alberga a 480 personas, los hermanos han conducido 160 estudios bíblicos con refugiados de 43 diferentes nacionalidades durante el último trienio. A veces se reúnen grupos de hasta diez personas. En vista del gran interés manifestado, el director del centro cedió una oficina para que los hermanos dirigiesen en ella sus estudios bíblicos.

Un joven refugiado católico procedente de Eslovaquia pidió estudiar la Biblia dos veces a la semana. Cuando escribió a su madre y le dio testimonio, ella acudió a la congregación más cercana, allí en Eslovaquia, para ver la clase de personas con las que su hijo se estaba relacionando. Gratamente sorprendida por lo que vio, aceptó un estudio bíblico, y su hija también lo hizo. El joven también escribió a su novia, y aunque la hermana mayor de esta trató de desanimarla, al poco tiempo las dos estaban estudiando. Cada vez que el joven refugiado escribía a casa, toda su familia leía la carta. Actualmente se están conduciendo diez estudios bíblicos con familiares suyos en Eslovaquia.

Una precursora de la República Checa pudo comprobar que la paciencia da buenos resultados. Explica: “Hace un año empecé a estudiar con una joven. Durante los primeros dos meses, su concentración e interés en los pensamientos bíblicos duraba solo diez o quince minutos. Además, cambió el día y la hora del estudio varias veces. Aunque el tiempo es muy valioso para mí y con frecuencia tuve que invertir hasta dos noches a la semana para lograr estudiar con ella tan solo diez minutos, nunca le dije: ‘No tengo tiempo’, ni: ‘Este estudio es demasiado breve’. La paciencia acabó dando buenos resultados. A los dos meses la joven propuso que nuestros estudios durasen media hora, y más adelante, hasta una hora entera. Actualmente asiste a todas las reuniones, las prepara y ofrece comentarios. Ha abandonado la religión falsa y ya está en vías de bautizarse”.

A la videocinta de la Sociedad Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre, se le está sacando mucho partido. Un matrimonio de precursores de las Islas Feroe, localizadas entre Islandia y Noruega, tienen dos de esas videocintas, y se las prestan a otros. Una vez tuvieron a catorce personas en lista de espera para ver el vídeo. Algunos de los que lo toman prestado lo enseñan a su vez a otros. Así lo hizo un maestro de escuela retirado que lleva muchos años suscrito a La Atalaya y ¡Despertad! Cuando el hermano fue a recoger el vídeo, el hombre estaba entusiasmado y le dijo que se lo había enseñado a catorce personas del pueblo. Pero el hermano no pudo recuperar la videocinta porque la tenía una mujer de una aldea cercana. Posteriormente el hermano se enteró de que aquella mujer había invitado a otras quince personas de su aldea a ver la filmación. Durante las fiestas de Semana Santa, el maestro pasó el vídeo a otras seis personas más. Las últimas noticias eran que lo tenía un pescador. El maestro se lo había dejado con la condición de que lo enseñase a los once miembros de su tripulación.

Mientras conducía la reunión para el servicio del campo cierta mañana, un anciano de Finlandia dijo al grupo: “No sabemos a quiénes nos conducirá Jehová hoy durante nuestro ministerio, pero es muy importante que participemos, porque así Jehová podrá utilizarnos como mejor le parezca”. Más tarde, ya en el territorio, al pasar frente a cierta casa, el anciano sintió un fuerte impulso de llamar a la puerta. Su compañero dijo que allí no vivía nadie, pero él quiso intentarlo de todas formas. Encontraron a una señora que les mencionó que su esposo y ella se habían mudado allí recientemente. Cuando los hermanos se identificaron como testigos de Jehová, los invitó a pasar y les dijo que su esposo llegaría de un momento a otro. Después que entraron, la mujer añadió: “Acababa de orar a Dios para que nos enviara a algún testigo de Jehová, pues nos hemos mudado a esta ciudad hace muy poco. Pero ¿cómo han podido venir tan pronto? Apenas hace diez minutos que se lo pedí a Dios en oración”. Cuando llegó su esposo, también manifestó interés, y al momento se empezó un estudio con ambos. El progreso fue muy rápido, y se bautizaron en mayo de 1994.

Un paso importante hacia la madurez cristiana es tomar la firme decisión de poner los intereses espirituales por delante de los materiales. Así lo hizo un pescador de Francia llamado Jacques, que se hace a la mar desde un puerto del Mediterráneo. Llevaba poco tiempo estudiando con los testigos de Jehová, y quería asistir a la asamblea de distrito del verano; pero esta coincidía con la mejor temporada de pesca del año, cuando la mayoría de los pescadores trabajan día y noche para obtener el máximo rendimiento de la temporada. Además, Jacques tenía doce empleados en su barco. ¿Cómo iba a explicarles que estarían unos días sin pescar en pleno apogeo de la temporada? Aunque muchos dijeron que era un tonto y fue objeto de bastante burla, Jacques fue firme en poner los intereses espirituales en primer lugar y asistió a la asamblea con su esposa y sus dos niños.

El lunes después de la asamblea salió de nuevo a pescar con su tripulación. Cuando subieron las redes, en lugar de encontrar los aproximadamente 300 kilogramos de sardinas que suelen pescarse, se asombraron de ver casi una tonelada de besugos, un pescado muy apreciado. Aquella redada valía cinco veces más que todo lo que posiblemente habrían pescado los días que no salieron al mar durante la asamblea. Ningún pescador de la aldea podía recordar una captura como aquella.

A un joven de los Países Bajos le dieron testimonio durante unas vacaciones invernales para esquiar. Aunque no estaba verdaderamente interesado, decidió asistir a una reunión cuando regresara a su ciudad, solo para ver cómo era. Después de ir al Estudio de Libro de Congregación durante varias semanas, aceptó un estudio bíblico con el libro Vivir para siempre. Al cabo de unos meses empezó a asistir también a las reuniones de los domingos; pese a todo, no se le veía ninguna intención de tomar la decisión de servir a Jehová. El joven se había criado sin creer en Dios. Ahora bien, cuando vio la videocinta La Biblia: Historia exacta, profecía confiable, le impresionó tanto que solicitó tenerla una semana más. Finalmente dijo: “Dios realmente existe, y la Biblia es su Palabra”. Su progreso fue rápido a partir de entonces, y ya es un celoso testigo de Jehová.

América Central y del Sur

¡Qué campo tan fructífero ha llegado a ser esta parte del mundo en lo que respecta a hacer discípulos! El año pasado se condujeron 1.613.268 estudios bíblicos en esos países, y 91.126 estudiantes progresaron hasta el bautismo en agua.

En Bolivia, nuestros hermanos han tenido algunas experiencias muy agradables al dar testimonio cerca del lago Titicaca, en lo alto de los Andes. Por ejemplo, notaron que cuando se presentaban como testigos de Jehová en cierta comunidad rural llamada Atahuallpani, muchas personas decían que eran testigos de Jesucristo. Al preguntarles por qué habían adoptado ese nombre, respondían haciendo alusión a Hechos 1:8. Tras una discusión positiva en presencia de los pastores del grupo sobre muchos temas, como por ejemplo, la base bíblica para el nombre Testigos de Jehová, los publicadores invitaron a todos al Salón del Reino de Corpa.

Varias semanas después se presentaron en el Salón del Reino tres de los pastores del grupo. Al concluir la reunión, hablaron mucho rato con los ancianos y los invitaron a su lugar de reunión para que siguieran explicándoles más de nuestras enseñanzas bíblicas. Los ancianos prepararon un simposio sobre “Armagedón”, “Quiénes van al cielo” y “El Paraíso en la Tierra”, al que asistieron unos cincuenta miembros del grupo. Al terminar los discursos, el hombre que presidía tomó la palabra e informó a todos los asistentes que habían estado ‘engañados y que practicaban una religión falsa’. Después de la reunión, los pastores y varias personas más abrazaron afectuosamente a los hermanos. Se empezaron muchos estudios bíblicos con miembros de aquel grupo. Al tiempo de escribir este informe, veinticinco son ya Testigos bautizados y otros diez están progresando muy bien en su estudio de la Biblia. Imagínese el gozo de estas personas sinceras cuando se dieron cuenta de que por fin habían encontrado el conocimiento exacto de la vivificante verdad divina.

En la parte oriental de El Salvador, los hermanos planearon predicar las buenas nuevas en las zonas más lejanas de su territorio rural. Después de caminar varias horas por senderos estrechos, subiendo y bajando cuestas, llegaron a una pequeña aldea que jamás habían visitado. En una de las casas salió a la puerta un niño ciego de 11 años de edad, que, tras escuchar un poco, sorprendió al hermano diciéndole: “Yo soy testigo de Jehová”. ¿De veras lo era? ¡Qué asombrado quedó el publicador cuando el muchacho empezó a entonar el cántico 32, titulado “De casa en casa”! Se lo sabía de principio a fin. Dijo que también se sabía otros, e inmediatamente se puso a cantar el 105: “¡Aclamemos al Primogénito de Jehová!”. A continuación le habló al hermano acerca de la Tierra paradisíaca. ¿Cómo había aprendido todo aquello un niño que vivía en un lugar tan remoto? Se lo enseñó otro muchachito que ni siquiera sabía leer. La madre de este último había trabajado para una familia de Testigos en una ciudad grande, y el niño había acompañado a su madre a las reuniones del Salón del Reino. Cuando regresaron a la aldea donde vivían, le contó a su amigo ciego todo lo que había aprendido. Actualmente el muchacho ciego reside en una población mayor, donde los hermanos le están ayudando a progresar aún más en la verdad.

Un precursor especial del norte de Brasil escribe que cuando llegaron a su asignación, se enteraron de que había cuatro publicadores que caminaban unos 10 kilómetros para asistir a las reuniones, pues los fines de semana no había servicio de autobuses. Los precursores decidieron celebrar reuniones en la población donde residían estos publicadores. El primer domingo hubo 40 personas presentes. Para la segunda reunión, la asistencia dentro de la casa fue la misma, pero fuera estaba el pastor local de la Iglesia de las Asambleas de Dios con quince de sus feligreses. Aunque se les invitó a entrar, prefirieron escuchar desde fuera. El precursor relata: “Al final de la reunión salí para hablar con ellos y contestar sus preguntas. Dije al pastor que yo también había sido pastor como él, a lo que me preguntó: ‘¿Cómo puede ser ahora testigo de Jehová?’. Para responder a su pregunta, le invité a pasar a nuestra casa, y aceptó. A las pocas semanas, tanto él como algunos de sus feligreses abandonaron su religión y empezaron a estudiar la Biblia con nosotros”.

A la primera Conmemoración que se celebró en esa población se presentaron 140 personas, y además, media hora antes. Lamentablemente, no tenían equipo de sonido. Una señora católica dijo que trataría de pedir prestado el de su iglesia. Cuando se lo pidió al sacerdote, este le preguntó: “¿Es para los testigos de Jehová?”. Ella respondió: “No. Solo hay ocho Testigos. El sistema de sonido se necesita para los más de cien católicos que hay allí”. No obstante, el argumento no dio resultados. Una señora protestante intentó lo mismo, pero su predicador le dijo: “¡Para los testigos de Jehová, no!”, a lo que la señora replicó: “Tanto yo como el resto de los miembros de la iglesia contribuimos para comprarlo, de modo que tenemos cierto derecho a usarlo”. Ante ese razonamiento, permitió que se lo llevara prestado. Después de aquella Conmemoración, se empezaron muchos estudios bíblicos. Todos los lugareños hablaban de cómo los testigos de Jehová ayudan de verdad a las personas que viven en zonas apartadas.

Una tarde, en el metro de Caracas (Venezuela), una Testigo buscaba la manera de predicar a la mujer que estaba a su lado. Empezó a hablar de cuánto está cambiando la sociedad humana y de cómo eso exige que nosotros también nos adaptemos.

La mujer opinaba lo mismo, pero comentó: “Eso es lo que yo le digo a mi marido, pero él es un tonto. Quiere criar a nuestros hijos a la antigua. Es testigo de Jehová”.

La publicadora decidió no identificarse como Testigo, y siguió conversando con ella: “Los que yo conozco son excelentes personas. Dígame, ¿es borracho su esposo?”. Cuando la mujer respondió: “¡Oh, no!”, la hermana prosiguió con una serie de preguntas: “Entonces, ¿es un drogadicto?”. “Debe ser un mujeriego y siempre llega a casa a altas horas de la noche.” “¿Enseña palabrotas a los niños?” “Ya sé. Usted tiene que trabajar para mantenerlo mientras él se queda sentado en casa.” La respuesta a cada una de esas preguntas era un rotundo “no”, seguido a menudo de comentarios sobre las buenas cualidades de su esposo. Ante esto, la Testigo añadió: “Pues, entonces, no lo entiendo. ¿Qué le pasa a su marido?”.

La mujer pensó por unos momentos y respondió: “Bueno, lo que sucede es que lleva a los niños a esas reuniones del Salón durante dos horas. Pero ya le he dicho que no los vuelva a llevar más”.

“¿Qué dicen en esas reuniones?”, le preguntó la Testigo, y añadió: “Cuando sus hijos no van a esas reuniones, ¿qué hacen?”. De nuevo la Testigo trató de ayudar a la mujer a razonar: “¿Cree que es mejor para ellos quedarse a ver la televisión, con su violencia, guerra, asesinatos y telenovelas inmorales, que aprender acerca de Dios? Le diré la verdad —continuó la Testigo—. Hay muchas mujeres hermosas por ahí, mujeres con carrera, que buscan marido. Tienen que aceptar al hombre tal y como es, con todo tipo de defectos. Algunos resultan ser borrachos, drogadictos o promiscuos; les transmiten el sida u otras enfermedades, y las mujeres dan pena. Lo que usted tiene es un santo; ¿no lo sabe valorar? La verdad es que no la comprendo. Si no lo quiere, démelo a mí. Es la clase de esposo que estoy buscando. Si alguien como él me dijera: ‘¡Vamos al Salón [del Reino]!’, yo le respondería: ‘¡Vamos!’. Y si me dijera: ‘Tenemos que llevar a los niños’, yo estaría encantada. Aprecie lo que tiene”. Cuando la mujer se bajó en su estación, estaba sonriendo y le dio las gracias a la Testigo. Esperamos que también haya seguido la sugerencia de investigar qué es lo que se hace en las reuniones.

La experiencia de una hermana de Paraguay ilustra lo sensato de confiar en Jehová cuando hacemos planes para asistir a las asambleas. La asamblea en cuestión se iba a celebrar en la capital, a 580 kilómetros de donde ella vivía, además tenía cinco hijos pequeños y muy poco dinero, pues su marido la había abandonado hacía unos años. A pesar de todos estos obstáculos, empezó a ahorrar todo lo que pudo para lograr asistir con todos sus hijos. Pero cuando llegó el día de emprender el viaje, aún no tenía dinero suficiente para pagarlo. ¿Qué haría? Como vivía en un pueblo pequeño, y la gente trata de solucionar las cosas de una manera cordial, se fue con sus cinco hijos a la terminal de autobuses. Explicó al encargado de los boletos que necesitaba viajar con sus hijos a la capital, pero que solo tenía dinero suficiente para dos boletos. El hombre le dijo que subiera al autobús con su familia, y ella, muy contenta, lo hizo. Una vez iniciado el viaje, cuando se dispuso a cobrar los boletos, solo le cobró uno, el suyo. Además, era un autobús de primera clase, el más caro del pueblo. ¡Qué agradecida se sintió aquella familia por no haberse perdido el alimento espiritual provisto en la asamblea de circuito!

América del Norte y las islas del Caribe

Fue precisamente en esta parte del mundo donde, hace más de ciento diez años, empezó a surgir la organización terrestre de Jehová de tiempos modernos. Aunque las buenas nuevas se han predicado muchísimo por toda esa zona, el Amo de la mies no ha dicho que la obra haya terminado. De hecho, el año pasado se bautizaron allí decenas de miles de personas.

Una precursora de Granada dice que estaba un tanto desanimada por tener que ir de nuevo a un territorio que se había predicado varias veces durante el mes anterior. Pero ¿qué sucedió? Ella escribe: “Cuando visité a Rossell (un muchacho de 16 años) aquella mañana, tenía una expresión de asombro en el rostro. Al verlo, me pregunté si se encontraba bien. Posteriormente me explicó que su ‘asombro’ se debía a que no esperaba que su oración recibiera respuesta tan pronto. Una semana antes había estado pidiéndole a Dios con toda sinceridad que le mostrase la manera correcta de adorarlo, y allí estaba yo hablándole de Jehová.

”Antes de un mes empezó a asistir a todas las reuniones del Salón del Reino. Como le encanta la lectura, a los dos meses ya había terminado de leer los libros ‘Hágase tu voluntad en la Tierra’, ‘Las naciones sabrán que yo soy Jehová’... ¿cómo?, Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, El hombre en busca de Dios, El hombre más grande de todos los tiempos, el libro Razonamiento, los Anuarios 1991 y 1992, la mayoría de los folletos grandes disponibles y los números recientes de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! [...] Se bautizó el pasado mes de julio en la asamblea de distrito. Ha podido ver a todas luces la veracidad de las palabras del salmista recogidas en Salmo 145:18: ‘Jehová está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan en apego a la verdad’.”

Lo curioso es que Rossell llevaba dos años viviendo en el sótano de aquella casa, y ni él ni su tía habían recibido la visita de los Testigos, aunque el territorio se predica con frecuencia. ¡Qué importante es llegar a todo rincón del territorio!

En Antigua, el último día de la Asamblea de Distrito “Temor Piadoso”, una mujer que empezaba a relacionarse con los Testigos se apeó de su automóvil cerca de la entrada del Salón de Asambleas. Durante la mañana se dio cuenta de que había perdido el bolso, en el que llevaba más de 2.000 dólares del Caribe Oriental (unos 740 dólares de E.U.A.). Recordaba haberlo visto por última vez justo antes de bajarse del auto. Tras volver sobre sus pasos con mucha atención y preguntar a los acomodadores que atendían el estacionamiento, el bolso no apareció. La Testigo que la había invitado le aseguró: “Si está en el estacionamiento o en el Salón de Asambleas, los hermanos lo devolverán, pues los testigos de Jehová somos gente honrada y amorosa”.

A la mañana siguiente, al recordar que dentro del bolso tenía un cheque sin cobrar a su nombre, telefoneó al establecimiento que se lo había extendido. Para su sorpresa, la dueña exclamó: “Acaba de llamar un testigo de Jehová preguntando si la conocía y dónde podía localizarla. Dijo que ayer encontró su bolso fuera del lugar de asamblea”. La mujer está más convencida que nunca de que los testigos de Jehová son verdaderamente personas temerosas de Dios.

Atender a los familiares enfermos es una responsabilidad de todos los cristianos, estén en el servicio de tiempo completo o no. Una hermana de Alaska encontró la manera de continuar siendo precursora a pesar de que la salud de su hija requería su ayuda en momentos inesperados, lo que limitaba su servicio del campo a dar testimonio por teléfono desde su casa. Más adelante, tras meditarlo bien y orar al respecto, decidió llevar un teléfono celular mientras participaba en el servicio del campo. De esta forma podía estar fuera de casa y al mismo tiempo localizable cuando se la necesitara. Lleva ya veintiocho años de precursora y no desea renunciar a ese precioso privilegio.

Una hermana de la isla de Santa Cruz, en el archipiélago de las islas Vírgenes estadounidenses, vio necesario llevar a su recién nacida a Puerto Rico para que recibiera atención médica. Un día la enfermera jefe llevó a la hermana a su despacho y le preguntó: “¿Cómo ha podido venir a ver a su bebé todos los días durante tres meses? La cuenta del hotel debe subir mucho. Todas las madres que vienen de las islas dejan aquí a sus bebés y tienen que regresar a casa”. La hermana le habló del Comité de Enlace con los Hospitales y le explicó que un matrimonio le había abierto las puertas de su casa, la estaba atendiendo, le proporcionaba transporte al hospital y demás. La enfermera le preguntó si conocía a esas personas de antes. Cuando la hermana contestó: “No, pero son mis hermanos”, la enfermera quedó asombrada. En realidad, todo el personal estaba impresionado. La enfermera jefe comentó: “Esta es la religión que el mundo necesita hoy día”.

‘¡Miren! Los campos están blancos para la siega’

Al recalcar a sus discípulos la importancia del ministerio para el que los estaba preparando, Jesús lo comparó a una siega: “¡Miren! Les digo: Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega”. (Juan 4:35.) Posteriormente añadió: “La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega”. (Mat. 9:37, 38.) ¡Qué oportunas son esas palabras hoy día!

El informe del último año de servicio indica que muchos países están produciendo una cosecha abundante de gozosos alabadores de Jehová. Algunos de los que informaron un aumento del 20% o más fueron Albania, Bulgaria, Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania, Angola y Mozambique.

En Mozambique se produjo una gran expansión teocrática durante el año de servicio de 1994 como consecuencia de varios sucesos positivos. El principal fue la entrada masiva de refugiados que regresaron de países vecinos, principalmente de Malaui. Durante 1993, cuando en todo Mozambique solo había diez circuitos, regresaron al país el equivalente a cuatro circuitos enteros. Otro factor fue la reorganización de congregaciones que habían perdido el contacto con la organización por causa de la guerra. Hay, además, muchas personas interesadas que están progresando hasta la dedicación y el bautismo.

En noviembre de 1993 se celebró una asamblea de circuito en la ciudad de Milange, en la provincia de Zambezia. Qué alegría les dio ver a las 505 personas que se presentaron para el bautismo (una cuarta parte de los 2.023 asistentes a la sesión del sábado por la mañana) ponerse de pie para contestar las dos preguntas planteadas por el orador. Luego, ante la hermosa vista del monte Mlanje, todos ellos empezaron a caminar cantando armoniosamente melodías del Reino, atravesaron el centro de la ciudad, pasando por delante de la iglesia católica, y recorrieron 6 kilómetros por una carretera hasta el río más cercano para bautizarse como testigos de Jehová.

Algunas personas de condición de oveja aceptan la verdad enseguida. Una misionera recién asignada a Camboya comenta: “Mientras predicaba de casa en casa cierto sábado, dejé un folleto a una joven. Le mostré el método que utilizamos para estudiar la Biblia y quedé en regresar a los dos días a fin de continuar la conversación. El lunes, después del estudio, le hablé de las reuniones y le di una hojita de invitación. La miró y dijo: ‘Hasta mañana’. En efecto, el martes asistió al Estudio de Libro de Congregación. Al terminar la reunión, le pregunté: ‘Bueno, ¿cuándo volvemos a vernos?’. Ella contestó: ‘¿Mañana?’. ‘Muy bien’, le respondí, así que tuvimos nuestro tercer estudio el miércoles. Al terminar dicho estudio, volví a preguntarle: ‘Y bien, ¿cuándo volvemos a vernos?’. La joven sacó su invitación y dijo: ‘Mañana, en la reunión’. De modo que en la primera semana que la encontré, estudió tres veces y asistió los tres días de reunión. Desde entonces ha seguido asistiendo a las reuniones con regularidad”.

Al comparar los informes de Rusia de agosto de 1993 y de junio de 1994, observamos un aumento del 49% en la cantidad de publicadores y del 87% en la de estudios bíblicos. La mayoría de los nuevos recibieron ayuda individualmente, pero en algunas zonas han abrazado la verdad grupos de tamaño considerable. A un hombre que vive en una ciudad próxima a San Petersburgo, unos parientes de la República de Georgia le dieron un libro Vivir para siempre. Como este joven habló con otros de lo que había aprendido, un grupo empezó a reunirse para estudiar con la ayuda del libro. En conformidad con lo que aprendieron, destruyeron sus imágenes e hicieron cambios en su trabajo seglar. Entonces se propusieron encontrar a los testigos de Jehová para que los ayudaran a organizar la predicación en aquella zona. Unos precursores acudieron al lugar, y en solo cuatro días iniciaron 50 estudios bíblicos. Actualmente hay veintidós publicadores en la ciudad, siete de ellos bautizados, y cada uno conduce nueve o diez estudios bíblicos. En la isla de Sajalín, mucho más al este, también ha habido una respuesta excelente. En enero de 1991 solo había ocho publicadores en la isla. En la actualidad hay más de trescientos entusiastas publicadores repartidos en seis congregaciones.

Todos los años la sucursal de Colombia hace una campaña para abarcar el territorio minuciosamente y, con la ayuda de precursores especiales temporeros, llegar a más pueblos de zonas remotas. Este año se asignaron precursores especiales a 33 pueblos de zonas remotas del país, especialmente en las llanuras orientales. La mayor parte de esta vasta región es una jungla, y hay pocas carreteras que conecten los pueblos aislados. A pesar de las difíciles condiciones, sus esfuerzos dieron por resultado la formación de veintidós grupos nuevos. En un pueblo, un hermano habló con un hombre que le dijo que a su esposa le gustaba leer la Biblia. Luego sugirió que también visitaran a su vecino. Este, a su vez, les presentó a otra familia que quería estudiar. En el transcurso de seis meses se bautizaron cinco miembros de estas tres familias, y actualmente dos de ellos son precursores regulares. Otros varios parientes y vecinos también empezaron a estudiar. Donde hace dieciocho meses no había ningún Testigo, hay ya 80 personas que asisten a los discursos públicos en su propio Salón del Reino.

Hasta hace poco, un grupo aislado del interior de Guyana solo contaba con una publicadora bautizada. Esta hermana ha predicado con empeño a los habitantes del lugar, que son indios caribes. Han construido un Salón del Reino muy bonito con los laterales descubiertos y asientos suficientes para más de quinientas personas. Dispone de un equipo de sonido y de micrófonos inalámbricos para el auditorio. Los domingos celebran el Estudio de Libro de Congregación y el Estudio de La Atalaya a partir de las 8.30 de la mañana. Por la tarde tienen la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio. Se traduce todo el programa al caribe, un idioma que no tiene escritura. Para llegar a las reuniones, algunos tienen que caminar 40 kilómetros el día anterior. No obstante, todos están sentados antes de que empiecen las reuniones, y aunque los asientos son bancos sin respaldo, apenas se mueven. Los miércoles por la noche se dan clases para aprender a leer y escribir en inglés, a las que asisten aproximadamente un centenar de personas. Al tiempo de escribirse este informe, cuatro parejas planeaban casarse legalmente antes de la asamblea de distrito, y otras dieciséis han dicho que están poniendo en orden su vida para poder ser también siervos dedicados de Jehová.

No cabe duda de que Jehová está favoreciendo a su pueblo. Como se predijo en Isaías 9:3, “has hecho populosa la nación; para ella has hecho grande el regocijo. Se han regocijado delante de ti como con el regocijo del tiempo de la siega”. Vivamos donde vivamos y sean cuales sean nuestras circunstancias, que todos los siervos de Jehová, el único Dios verdadero, participemos lo más plenamente posible en la importante obra de proclamar el Reino que se está llevando a cabo.