Informe mundial
Informe mundial
Hay que ir a donde está la gente
El apóstol Pedro y algunos compañeros suyos eran expertos pescadores; sin embargo, hubo ocasiones en que trabajaron toda la noche y no sacaron nada. En dos de ellas, Jesús les indicó dónde echar las redes. Ellos siguieron sus instrucciones, y en ambos casos sacaron una cantidad inusitada de peces. Jesús aprovechó estas oportunidades para dar a los discípulos instrucciones sobre el ministerio. (Lucas 5:1-11; Juan 21:1-17.) Mediante “el esclavo fiel y discreto”, él sigue dando instrucciones sobre el modo más fructífero de realizar el ministerio. (Mat. 24:45-47.)
Durante el pasado año se instó a todos los testigos de Jehová a tomar medidas prácticas para llegar a más personas con las buenas nuevas. Primero se recalcó la importancia de estar atentos a las oportunidades de dar testimonio todos los días. Luego se nos aconsejó que si había poca gente en los hogares, convenía pensar seriamente en testimoniar donde pudiera hallársela.
El lema de los hermanos de Perú en los últimos meses ha sido: “Hay que ir a donde está la gente”. Damos testimonio a la
gente, no a las casas. Son muchas las personas que están fuera del hogar los domingos o los días entre semana por la mañana. ¿Dónde se encuentran? En el trabajo, en las estaciones de autobuses y de ferrocarril, en la calle, en el mercado, sentadas en el parque. Y allí es a donde los hermanos van a buscarlas.La predicación de casa en casa sigue siendo el principal medio para llevar las buenas nuevas del Reino de Dios en México. No obstante, el año pasado, conforme los hermanos trataban de contactar con la gente dondequiera que se hallara, comenzó a verse a los publicadores y los precursores en las paradas de autobuses temprano por la mañana, en las salas de espera de los hospitales, en las calles, en los estacionamientos, en los parques públicos. A los Testigos se los encuentra predicando en todas partes y a cualquier hora del día y de la noche. Una congregación cuenta con cinco horarios al día para que los grupos trabajen en la calle, es decir, en las paradas de autobuses y dondequiera que la gente suela congregarse durante el día. Comienzan a las seis de la mañana, y encuentran a personas que nunca antes habían hablado con los testigos de Jehová. Un hombre al que abordaron cuando iba al trabajo por la mañana, vio a más publicadores al regresar a casa por la noche; entonces pensó que quizás debía pedir a uno de ellos que lo visitara en su casa.
Al principio, a algunos publicadores les cohibía acercarse a la gente en los lugares públicos, pero los que lo hicieron empezaron a obtener buenos resultados. Una hermana de Australia relató: “Soy una persona tímida y reservada; de hecho, me cuesta mucho hablar de la verdad cuando surge la oportunidad. Se me animó a explorar otras formas de predicación. Sabía que tenía que intentarlo. Le expresé a Jehová mis inquietudes y decidí empezar de una vez; pero seguía nerviosa y me retraía, lo que me atormentaba la conciencia”. Finalmente, un día le sonrió a una joven que iba sentada a su lado en el autobús y comenzó a hablarle. Al día siguiente, la hermana le ofreció un tratado. Una
semana después volvieron a encontrarse, y la publicadora le comentó que se dirigía a dar un estudio bíblico. Para su sorpresa, la joven se ofreció a acompañarla. Pronto se comenzó un estudio con ella utilizando el libro Conocimiento.Los publicadores de la Argentina observaron que algunas personas que no atendían a los Testigos a la puerta conversaban con ellos en la calle. Todo lo que se requería era una pregunta sencilla y oportuna, como “¿está usted de acuerdo con la pena de muerte?”. En cierta ocasión encontraron a una mujer que siempre había querido hablar con los Testigos, pero cuyo esposo no se lo permitía. Como estaba lejos de su casa, pudo hablar libremente. Tras una larga conversación, concordó en estudiar la Biblia en el hogar de uno de los Testigos.
Dos publicadoras de Estados Unidos ofrecieron las revistas a una joven que estaba sentada dentro de un auto estacionado. Relatan: “Cuando tomó las revistas, se echó a llorar. Vimos que estaba leyendo la Biblia. Dijo que quería agradar a Dios, pero que no sabía cómo”. La joven agregó: “He estado pidiéndole a Dios que envíe alguien a ayudarme”. No fue difícil iniciar un estudio con ella.
Un entusiasta grupo de Testigos de Nueva Zelanda escribió con respecto a su campaña de predicación en el territorio de negocios: “Hemos visitado 650 establecimientos comerciales y, pese a estar ocupados, la mayoría de los gerentes y propietarios han reaccionado muy bien. Un número sorprendente de ellos tiene la Biblia en el trabajo”.
Varios hermanos de Austria han tomado a pecho las recomendaciones que se han dado, y salen a predicar a las cinco y media de la mañana. Van a un lugar cerca de la frontera donde pernoctan los camioneros. Muchos de estos vienen de Europa Oriental, y algunos nunca han oído de los testigos de Jehová. Los hermanos van provistos de publicaciones en veinte idiomas, y tres o cuatro publicadores pueden distribuir entre cincuenta y setenta revistas en tan solo un par de horas. Aunque es difícil hacer Ecl. 11:1.)
revisitas, esperan que algunas semillas echen raíces y crezcan. (Una hermana de Italia pensó que algunos de los que no están en casa se encuentran en la playa. Y fue allí donde halló a un joven senegalés a quien dejó el libro El hombre en busca de Dios, con la siguiente dedicatoria: “Es mi deseo que encuentres al Dios verdadero, Aquel que nos enseñó a mi familia y a mí a respetar a los hombres de toda raza, color y lengua”. El joven resolvió buscar a los testigos de Jehová cuando regresara a Senegal. ¡Qué sorpresa se llevó al descubrir que durante su ausencia su madre había estado estudiando con los Testigos! No pasó mucho tiempo antes de que toda la familia se uniera al estudio.
Un superintendente de circuito de Perú organizó un grupo para dar testimonio en una terminal de autobuses al aire libre. El lugar estaba atestado de gente. Había autobuses alineados en todas partes. Era fácil abordar a los policías que estaban de servicio, a los que vendían alimentos preparados a los viajeros..., en fin, a todo el mundo. Un hermano subió a un autobús que estaba lleno y, con el permiso del conductor, dijo levantando las dos revistas: “Tengo los números más recientes de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! para que lean durante el viaje”. Luego de un silencio prolongado, un hombre sentado en la parte trasera dijo: “Déme las dos”. Enseguida otros comenzaron a pedir las revistas e hicieron pequeños donativos para la obra. El hermano preguntó si alguien quería que lo visitaran en el lugar de destino; en efecto, varios pasajeros dieron sus nombres y direcciones. Una anciana dijo en voz alta para que todos la escucharan: “Asegúrese de que alguien me visite, pues quiero entender mejor la Biblia”.
Una publicadora de Estados Unidos notó que los estudiantes de secundaria se reunían en ciertas calles aledañas a la escuela durante la hora de almuerzo. Un grupo de publicadores bien preparados procedieron a abordarlos, y obtuvieron excelentes resultados.
Con el fin de llegar a ciertas comunidades, algunos publicadores han aprendido otro idioma. Dos precursores de las islas Shetland, al norte de Escocia, aprendieron ruso para dar testimonio a los marineros rusos que pasan seis meses todos los años pescando en esas aguas. Utilizando una lancha motora llegan hasta los barcos donde trabajan estos hombres.
Una precursora de Hawai se ofreció a predicar en el aeropuerto. Muchos recibieron con agrado las publicaciones. En su primer viaje se comenzaron varios estudios. La hermana habló con dos jóvenes militares que acababan de volver de Egipto, donde habían estado de servicio. Uno de ellos dijo que su madre era Testigo; fue al Salón del Reino y aceptó un estudio bíblico. El otro tenía muchas preguntas profundas porque había cosas en su trabajo que le hacían plantearse qué propósito tiene la vida; también él fue al Salón del Reino y pidió un estudio bíblico.
Una precursora de la Argentina aprovecha el teléfono para dar testimonio. Todos los días hace una o dos llamadas al volver del servicio. Relata: ‘Cierto día contestó una joven. Le pregunté si creía que era posible confiar en alguien, a lo que respondió con un cortante “No”. Me presenté y le expliqué que el objetivo de mi llamada era asegurarle que hay personas en quienes podemos confiar a pesar de las condiciones mundiales. Ella insistió en que no podía confiar en nadie, ni en su propia familia, incluida su madre. Empecé a usar la Biblia. Comentó que había intentado leerla, pero que no la había entendido. Le mencioné que Dios y Jesús se interesan en la gente, al igual que nosotros. Quedamos en vernos a la entrada del Salón del Reino, pero no apareció. La llamé de inmediato, y me explicó que habían tenido que hospitalizar a su padre y que había tratado de llamarme. Quedamos nuevamente en vernos. Esta vez fue, y le admiró la bienvenida que le dieron, especialmente los Testigos jóvenes. Ahora estudia dos veces por semana, va bien adelantada en el libro
Conocimiento y asiste a todas las reuniones. ¡Excelente resultado de una llamada telefónica!’.En Islandia aún supone una gran tarea llevar las buenas nuevas a los habitantes de las zonas remotas. Un misionero de la costa oriental hace buen uso del teléfono. Todos los meses viaja unos 300 kilómetros [180 millas] para visitar y dar estudios a un grupo. Además, en cada visita pronuncia un discurso público y conduce el Estudio de La Atalaya. Después, estas personas interesadas realizan su estudio bíblico semanal por teléfono. Combinando dos líneas y utilizando teléfonos con altavoz y micrófono, se ha logrado que hasta cinco personas en tres hogares diferentes estudien simultáneamente. Al usar esta modalidad, el conductor del estudio asigna las respuestas antes de leer las preguntas. Todos reciben mucho ánimo de estudiar la Biblia por este medio. Cuando menos seis estudios se conducen todas las semanas.
Una hermana de las Bahamas testimoniaba por carta mientras cuidaba de su esposo, que llevaba bastante tiempo enfermo. Todas las mañanas dedicaba un rato a escribir a las mujeres cuyos nombres figuraban en el directorio telefónico. Utilizaba información del libro Razonamiento y ofrecía un estudio bíblico gratis a domicilio. Cierto día, una mujer llamó a la hermana y le dijo que agradecería muchísimo un estudio bíblico. Le contó que cuando recibió la carta, le mencionó a una compañera de trabajo que Dios le estaba diciendo que necesitaba estudiar la Biblia. Pese a la fuerte oposición de su madre y de un clérigo, la mujer hizo buen progreso. Empezó a acudir a las reuniones regularmente, renunció a su Iglesia y se bautizó.
Una hermana de 79 años que vive en una zona rural de Japón tiene graves problemas de salud. Con todo, en señal de gratitud a Jehová, es precursora. Diariamente camina dos o tres horas por motivos de salud, usando un bastón o apoyándose en un coche de niño. En el trayecto aborda a la gente de manera amistosa y habla con los granjeros en los campos, anotando concienzudamente las direcciones de los interesados. En consecuencia,
tiene rutas de revistas con más de un centenar de personas, distribuye unas seiscientas revistas al mes, informa cerca de doscientas revisitas y conduce tres estudios bíblicos.Algunos publicadores han echado las redes, hablando en sentido espiritual, en aguas donde se había pescado muy poco. En México, especialmente en las sierras del estado de Oaxaca, hay territorios que casi no se trabajan por su inaccesibilidad. Sus habitantes no hablan español, sino los dialectos mixe o mazateco. En los últimos años, algunos hermanos de Tehuacán, en el estado de Puebla, empezaron a viajar a varios pueblos de esta zona para predicar en ellos. Veinticinco precursores que fueron a ayudar se han quedado a vivir y trabajar allí, y hay otros quince precursores regulares oriundos de la región. Los buenos resultados saltan a la vista, pues ya existen trece congregaciones.
Un matrimonio que llevaba veintiocho años viviendo en el exterior se jubiló anticipadamente y regresó a las Filipinas para servir de precursores. Ir desde su hogar, en la ciudad de Cavite, hasta Trece Martires, donde hay necesidad especial, toma una hora de ida y otra de regreso. ¿Vale la pena hacer el viaje? Hace año y medio solo había diecinueve publicadores en la congregación. Este matrimonio ahora conduce veintiocho estudios bíblicos, y hace poco la congregación informó 98 estudios. ¡Un territorio verdaderamente fructífero!
Un buen número de hermanos han trabajado primero en zonas de su país donde había necesidad especial y luego se han mudado a otros países. Por ejemplo, en los últimos años, unos cuarenta hermanos (solteros y solteras, matrimonios jóvenes y familias enteras) de Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, España, Suecia y Japón se han mudado a Honduras. Muchos de ellos han llegado procedentes de Quebec, adonde habían ido para ayudar; pero cuando la obra quedó bien establecida en esa parte de Canadá, empezaron a buscar nuevas “pesquerías”. Y en este nuevo campo están obteniendo magníficos resultados.
África
En su primera carta a los Corintios, el apóstol Pablo escribió: “Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente”. (1 Cor. 2:12.) Este espíritu se ha manifestado en los testigos de Jehová de África, y los ha separado del mundo egoísta y turbulento que los rodea.
La neutralidad, la imparcialidad y el amor de los testigos de Jehová hacen que la gente se sienta atraída a la Palabra de Jehová y a Su organización. Un hermano de Zaire escribe al respecto: “En la aldea de Monigi, a las afueras de Goma, los hutus y los tutsis ya no asisten a las iglesias de la cristiandad a fin de evitar los ataques de una etnia a otra dentro de la iglesia. Dado que la mayoría de los refugiados ha regresado a Ruanda, la gente que se ha quedado en las dos aldeas vecinas sabe que el único lugar donde los hutus y los tutsis se reúnen pacíficamente es el Salón del Reino de los testigos de Jehová. Por consiguiente, muchos han pedido un estudio bíblico”.
Después de treinta años de guerra civil, Angola está comenzando a gozar de una paz relativa. Los testigos de Jehová la están aprovechando bien para dar testimonio del Reino de Dios. En algunas zonas la respuesta es impresionante. Después de un intervalo de cuatro años, un superintendente de circuito logró por fin visitar una congregación de la provincia septentrional de Uíge. Se hicieron planes para tener un discurso público, y a los 75 publicadores les emocionó contar con una asistencia de 794 personas. Al sur del país se abrieron hogares misionales en Benguela y Namibe. Aún hay mucho que hacer, pues a la Conmemoración asistieron 108.394 personas y hay 28.969 publicadores.
Una precursora de Addis Abeba (Etiopía) se dirigía a su hogar después de la predicación. A la entrada de una casa estaba una señora con su pequeña sentada en el regazo. De pronto, la niña, de cuatro años, se soltó de su madre y salió directa hacia nuestra hermana extendiendo el brazo para que la saludara. La hermana no conocía a la familia, pero aprovechó la oportunidad para saludar a la señora y preguntarle si podían conversar dentro de la casa. En cuanto la precursora comenzó a hablarle de la esperanza del Reino, la mujer se echó a llorar. Cuando la hermana le preguntó la razón, ella respondió que había planeado quitarse la vida ingiriendo veneno. Acababa de orar a Dios preguntándole por qué la había abandonado, cuando su hija atrajo la atención de la hermana. La señora procedió a contar a la hermana los muchos problemas que tenía. Nuestra hermana la consoló y comenzó de inmediato un estudio bíblico con ella. A pesar de la oposición de su familia, está progresando en la verdad.
Stella, una universitaria de Nigeria, estaba buscando la verdad. Después de haber sido pentecostal por unos cuantos años, se convenció de que esa era la religión verdadera. De modo que decidió escribir un libro que mostrara que las demás religiones eran falsas. Hizo una lista de las religiones más importantes que conocía, y se dio cuenta de que no sabía gran cosa acerca de los
testigos de Jehová. “Asistiré tres meses a sus reuniones para recabar información sobre ellos”, pensó. Aquel fin de semana fue a una asamblea de circuito. Cuando finalizó el programa, comenzó a dudar de su propia religión. A la semana siguiente asistió al Salón del Reino. Además, leyó todas las publicaciones de los Testigos que pudo encontrar. Después de estar en su tercera reunión, se acercó a uno de los ancianos de la congregación y le dijo: “Hermano, bautíceme. Ahora soy una de ustedes”. El hermano le indicó que había cosas que debía conocer antes de bautizarse, y le dio un libro para que lo estudiara. Stella lo leyó en dos días y regresó a hablar con el anciano. Le dijo: “Ya he terminado el libro, hermano. Bautíceme”. El anciano se encargó de que estudiara con una hermana y, unos meses más tarde, Stella por fin se bautizó.Nuestros hermanos de Malí se dan cuenta de que las reuniones cristianas figuran entre las provisiones bondadosas que Dios ha dado a sus siervos. Quieren que las personas recién interesadas también las vean así, de modo que procuran que se sientan cómodas. Una de estas personas escribió lo siguiente: “La primera vez que fui al Salón del Reino realmente me impresionaron los rostros alegres y el amor que se me mostró. Llegué unos minutos tarde, de modo que me senté solo. Enseguida, un matrimonio joven me dio una Biblia y un ejemplar de La Atalaya. Después de la reunión, casi todos los que estaban en el Salón del Reino se acercaron para saludarme y hacer que mi visita fuera sumamente agradable. Me marché del Salón con tres libros: la Traducción del Nuevo Mundo de la Biblia, El hombre más grande de todos los tiempos y Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. Aquella misma noche comencé a leerlos y aprendí que el nombre de Dios es Jehová”.
Stephen, de Sierra Leona, era objeto del hostigamiento de sus compañeros de clase por no participar en sus conversaciones sobre inmoralidad sexual y por no cometer fornicación. Sin que él lo supiera, algunos de sus compañeros escribieron una carta
de amor en su nombre a cierta muchacha de la escuela. La muchacha se le acercó y le dijo: “Recibí tu carta y estoy de acuerdo, pero no has venido a donde mí”. El hermano se sorprendió y le contestó que no le había escrito nada. Al día siguiente llevó a la escuela el libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas. Reunió a la muchacha y a sus compañeros y trató con ellos el tema “Lo sexual y la moralidad”. Posteriormente, sus compañeros volvieron a hacerle lo mismo. De modo que nuestro hermano utilizó de nuevo el libro Lo que los jóvenes preguntan para razonar con ellos acerca de la conducta cristiana. Con el tiempo, la mayoría de sus “atormentadores”, como él los llama, se fueron de la escuela. Los pocos que quedaron lo respetan mucho por su integridad moral y su valor.A los publicadores de Suazilandia les resulta fácil distribuir el libro Conocimiento. Una precursora escribió acerca de una mujer con la que abarcó nueve capítulos en solo diez estudios. Dijo: “No se ha perdido una sola reunión de congregación desde el primer estudio. En Suazilandia escasea el trabajo, de modo que la gente suele aceptar cualquier empleo que se le ofrezca, aunque sea por un salario muy bajo. La vecina de mi estudiante la invitó a ir con ella al casino, donde estaban entrevistando a candidatos para crupier. Mi estudiante rechazó la oferta, alegando que no quería perderse el estudio bíblico que tendría esa noche. La vecina se ofreció a pagarle el taxi para que pudiera volver a tiempo, pero ella rehusó. Cuando me lo contó, le pregunté por qué creía que los cristianos no debían trabajar en un casino. Me dijo que, por lo que había aprendido de su estudio de la Biblia, Jehová no aprueba el juego de azar. Añadió: ‘Dado que amo a Jehová y quiero hacer su voluntad, ¿cómo podría trabajar en un casino?’”. La precursora la sondeó un poco más: “Pagan bastante dinero, lo cual te ayudaría a comprar muchas cosas que necesitas. ¿No lo comprendería Jehová?”. La estudiante señaló al libro Conocimiento y le dijo a la precursora que había leído en Mateo 6:33 que Jehová siempre la cuidaría y la ayudaría con sus problemas si ella lo ponía en primer lugar.
Asia e islas del Pacífico
La sucursal de la India supervisa un vasto campo: alrededor de una sexta parte de la población mundial. En julio informó su vigésimo tercer máximo consecutivo en el número de publicadores. Como resultado de haber intensificado su labor, el Departamento de Traducción ha hecho disponibles las publicaciones en más idiomas, algunos de los cuales cuentan con millones de hablantes. El año pasado se imprimió el libro Conocimiento en once idiomas, y el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?, en veinte.
Este año es la primera vez que aparece uno de nuestros folletos a todo color en assamés, khasi, konkani (devanagari), manipuri y tibetano. Con el objeto de llegar a 250 millones de personas del este y nordeste del país, se dio particular atención a ocho lenguas principales en las que disponemos de muy pocas publicaciones o no disponemos de ninguna. Los hermanos trabajan con ahínco en armonía con la promesa profética de que individuos de ‘todas las naciones y tribus y lenguas’ estarán de pie en condición aprobada delante del trono de Jehová cuando el viejo sistema llegue a su fin. (Rev. 7:9, 10.)
Las videocintas de la Sociedad han servido para enseñar a la gente la magnitud de la actividad que efectúan los testigos de Jehová. Resuelto a aprovechar este instrumento, un matrimonio de Australia confeccionó una lista de personas a quienes mostrar las diferentes cintas. Entre los que aceptaron gustosos ver uno o más de estos programas estuvieron su médico de cabecera, su contador, el cartero, un misionero de la cristiandad que conocieron en una cafetería y un ministro religioso de la localidad. En poco tiempo, la pareja exhibió los vídeos Organización, Profecía y Triángulos púrpuras a 70, 35 y 19 personas, respectivamente. Ocho de estas personas están estudiando el libro Conocimiento, y cuatro de ellas ya son publicadoras.
La presión para conformarse al esquema tradicional de la vida familiar dificulta mucho el que las personas interesadas abracen la verdad bíblica en algunos clanes de las Islas Salomón. Cierta mujer que aceptó estudiar la Biblia se halló enseguida bajo la presión de una multitud de parientes. Según la costumbre, los parientes pueden visitar a una familia durante largas temporadas, y a menudo llenan las casas y esperan que se les alimente. Pese a todo, la mujer continuó su estudio del folleto ¡Disfrute para siempre de la vida en la Tierra! Para su sorpresa, un día su esposo, que es funcionario estatal, aceptó estudiar. Al cabo de poco, el hombre vio la necesidad de tener un estudio bíblico en familia, e hizo comprender a los parientes que estaban de visita que no debían interrumpirlo. Asimismo les hizo saber que en su hogar ya no se permitiría masticar nuez de betel, fumar ni beber cerveza sin medida. La llegada continua de visitantes menguó rápidamente. Como el esposo es muy conocido, a la gente le asombró ver aquellos cambios. Nuestro nuevo hermano, ahora publicador bautizado, dedica muchas horas a comunicar la verdad a quienes desean saber de qué trata esta religión. Su esposa e hijos también están haciendo buenos progresos.
Cuando los Testigos de Tahití comenzaron a hablar con Rémy y la joven con quien vivía, él pertenecía a un club de kick-boxing
(deporte marcial que incluye la práctica del karate y cuyo objetivo es dejar fuera de combate al contrario, como en el boxeo profesional). Tras haber triunfado en numerosos encuentros, fue seleccionado para competir en el extranjero. Se creía invulnerable. Jugaba en los casinos y se peleaba con su compañera en el hogar. Su actitud era egotista. ¿Podría la verdad ayudar realmente a alguien así? Rémy aceptó un estudio pese a la oposición de su familia. La verdad bíblica moldeó su actitud paulatinamente. Renunció a un trabajo que era contrario a los principios bíblicos, abandonó el kick-boxing y dejó el juego. Las riñas en casa fueron menos frecuentes. Se casó, y su concepto de la vida cambió por completo. Ahora aprecia las cosas espirituales que ha conseguido para sí mismo y su familia gracias al conocimiento de Jehová, el Dios verdadero.Thongpliu es una hermana de Tailandia que recibió escasa educación. Sin embargo, como precursora regular que es, lo más importante en su vida es servir a Jehová. Un domingo por la tarde, mientras se dirigía al Salón del Reino, vio abierta la puerta de la calle de una casona donde nunca había habido nadie cuando la había visitado. Armándose de valor, se acercó a la entrada y llamó en voz alta. La dueña de la casa aceptó complacida dos revistas. En la siguiente visita, la mujer le preguntó cuántos años de educación tenía. Cuando la hermana respondió que solo había cursado hasta cuarto año, la señora le preguntó admirada: “¿Cómo es que sabe tantas cosas que yo ignoro, si yo tengo un título universitario?”. También confesó que había pasado muchas veces en su automóvil equipado con aire acondicionado y había visto a Thongpliu caminando bajo el sol ardiente. Y añadió: “No sabía a dónde iba, pero siempre la veía muy feliz y contenta. Quizás de lejos yo parezca feliz, pero si se fija notará que no lo soy. Debe de ser el conocimiento que usted tiene de la Biblia lo que la hace tan feliz. ¿Podría traerme una Biblia para estudiarla con usted?”.
Europa
Predicando de puerta en puerta en Letonia, dos publicadores conocieron a Svetlana, que los escuchó leer Juan 17:3. Después de enseñarle la manera de estudiar la Biblia valiéndose del libro Conocimiento, le preguntaron cuándo le gustaría continuar. “Mañana”, respondió cortésmente. Al final de cada estudio, cuando le preguntaban sobre la siguiente cita, contestaba: “Mañana”. En cada visita examinaban un capítulo del libro.
Al cabo de diez días, Svetlana, mirando a la cara al que dirigía el estudio, le dijo: “Quiero ser una persona temerosa de Dios. ¿Qué debo hacer?”. Rápidamente hizo de las reuniones de congregación una parte fundamental de su vida y la de sus hijos conforme al consejo que le dieron. A la tercera reunión empezó a comentar. Terminó el libro Conocimiento en cuatro semanas y un día. Al estudiar el capítulo 12, tiró a la basura los libros espiritistas que poseía; después del 14, dejó de hacer todo tipo de fraude y empezó a pagar el pasaje cuando viajaba
en tren. “Con cada estudio me sentía más y más limpia”, confesó. Terminado el capítulo 15, inició un estudio de familia, si bien fue un tanto duro al principio. El capítulo 18 la convenció de la necesidad de participar en el servicio del campo y bautizarse.Antes de aprender la verdad, Svetlana había llevado una vida bastante desenfrenada. Tras sufrir una experiencia muy amarga, decidió abandonar su estilo de vida, pero se sentía vacía. Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar según adquiría conocimiento de Jehová. Ahora dice: “¡Soy tan feliz! [...] Amo a Jehová y a los hermanos, y espero que mis hijos y yo podamos vivir en el Paraíso”. Después de solo cuatro semanas se hizo publicadora no bautizada, y en la asamblea rusa de Riga se bautizó.
En Gran Bretaña, Ryan, de 12 años, tuvo que dar una charla ante la clase sobre el tema “La persona a quien más admiro”. ¡Qué excelente oportunidad para dar testimonio! Ryan decidió hablar de Jesucristo. Se preparó bien e hizo una disertación de diez minutos, sustentando sus argumentos con las Escrituras. Al concluir, ofreció el libro El hombre más grande de todos los tiempos a quienes estuvieran interesados. Enseguida dejó los dos ejemplares que llevaba, y le encargaron otros cinco. Al día siguiente llevó seis, los distribuyó y le pidieron seis más. Al otro día llevó siete, los repartió y aún le solicitaron dos más.
A ciertos estudiantes de las Islas Feroe les pusieron una tarea que requería buscar información sobre los testigos de Jehová. Lo que había en la escuela era insuficiente y engañoso. Una joven Testigo se ofreció a suministrarles material para su uso, oferta que aceptaron gustosos. Además, dio al maestro la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Este la exhibió ante su clase, y esa misma semana se presentó ante otras.
Cuando un joven que pertenecía a las fuerzas del orden público de Grecia comenzó a estudiar la verdad, se enfrentó a la recia oposición de la familia. El suegro llevó a la esposa del joven a los sacerdotes, a los teólogos y luego al obispo, quien la instó a divorciarse y prometió conseguirle otro marido. Al regresar al hogar, la muchacha vio la influencia positiva del estudio en la conducta de su esposo y observó el comportamiento de los Testigos, así que resolvió estudiar junto con él. No obstante, sus padres decidieron arbitrariamente hacer bautizar a la hija de esta joven pareja en la Iglesia Ortodoxa Griega. Además, el padre amenazó con golpear a su yerno, y fue al Salón del Reino con otros dos miembros de la familia para causar disturbios. Mas la tormenta cesó cuando el joven y su esposa adoptaron una postura firme en favor de la verdad. Ambos se bautizaron. Actualmente, el suegro y su mujer estudian la Biblia, y el cuñado, que fue uno de los que causó disturbios en el Salón del Reino, se bautizó con su esposa.
En Bulgaria, Blagomira, de nueve años de edad, necesitaba renovar el pasaporte para viajar con su madre y sus abuelos a la asamblea de distrito de este año en Rumania, pero precisaba la firma de su padre, quien había abandonado a la familia antes de que esta se hiciera Testigo. El padre rehusó rotundamente acceder a los deseos de su pequeña hija. Aunque ella lo llamaba con frecuencia para pedir que le diera su aprobación, todo era inútil. El lunes de la semana de la asamblea, la hermana mayor de Blagomira visitó sin previo aviso a la familia y dijo a la abuela que el padre aceptaría firmar la solicitud de pasaporte, después de lo cual se marchó sin dar más explicaciones. Nadie sabía cuándo ni cómo daría su firma el padre. Cuando Blagomira y su madre llegaron del servicio del campo y oyeron la noticia, oraron: “Jehová, si es tu voluntad que estemos juntas en la asamblea, por favor ayúdanos. Esperaremos
en la oficina de pasaportes mañana por la mañana”. Para asegurarse de ser las primeras en llegar, tomaron dos sillas y salieron de la casa a las cuatro y media de la mañana. Al poco rato, Blagomira caminó hasta la casa de su padre, que no estaba muy lejos de allí, lo besó y le dijo: “Papi, ¿quieres venir? Mamá y yo te hemos estado esperando frente a la oficina desde las cinco y diez de la mañana”. Él se vistió de inmediato y fue con ella para dar su firma. Aunque parezca increíble, el pasaporte estuvo listo al otro día, justo a tiempo para el viaje a la mañana siguiente. La madre de Blagomira ayudó a su hija a ver que aquel incidente era una clara prueba de que Jehová existía y de que la amaba. Le dijo que esto debería fortalecer aún más su decisión de servirle para siempre. Al regresar de la asamblea, Blagomira le regaló a su padre el nuevo libro El secreto de la felicidad familiar.Mientras predicaba en la calle, una precursora especial de Polonia se encontró con una joven que la invitó a ir a su casa e incluso le mostró cómo llegar. La Testigo fue a la hora acordada, pero nadie abrió la puerta, aunque oyó a alguien adentro. Al irse del bloque, la hermana dio testimonio a un señor mayor que mostró interés. En la siguiente visita inició un magnífico estudio con él y su esposa. También decidió volver a visitar a la joven. Al revisar las notas, se dio cuenta de que la vez anterior había ido al bloque equivocado. Corrió a la dirección correcta, y la señora se alegró de verla. Cuando la hermana empezó a disculparse, la mujer dijo: “Le comenté a mi esposo que había invitado a los testigos de Jehová, y estuvo esperándola para echarla. Tenía tanto miedo que le oré a Dios en mi habitación para que usted no viniera, pero me alegra mucho que haya venido hoy”. Ahora, la hermana tiene dos estudios bíblicos extraordinarios, y está convencida de que los ángeles contribuyeron a ello.
América
A un hermano de Canadá le costaba mucho darse a conocer como testigo de Jehová en su trabajo y testimoniar de manera informal; mas habiendo orado al respecto, hizo acopio de valor y puso manos a la obra. Al principio, su compañero de trabajo no le hizo caso, pero la mención de la esperanza de la resurrección llevó a un estudio bíblico. Aquella noche, el hermano oró: “Jehová, prometo no desaprovechar nunca más la oportunidad de hablar a mi prójimo. Lo veré siempre como mi futuro hermano”. Y así ha hecho. En su siguiente lugar de empleo, los compañeros le pusieron el apodo de Moisés por su predicación celosa a la hora del almuerzo y durante los descansos. También ha sabido aprovechar muy bien la videocinta de la Sociedad Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Para comienzos del año pasado ya la habían visto 394 empleados de la fábrica donde trabaja, sin contar las familias y los amigos de estos, y muchos otros que desean verla están en lista de espera. En los catorce años que lleva trabajando en esta fábrica, el hermano ha ayudado a 34 personas a llegar al bautismo.
En Chile se llevó a cabo una campaña especial durante el verano a fin de alcanzar los territorios aislados. Muchas familias aprovecharon para ello sus vacaciones. Se halló a personas que estaban sedientas de la verdad. En las numerosas islitas de la región sur del país viven cerca de treinta mil habitantes, y los hermanos procuraron llegar hasta ellos en avión. Donde era posible, aterrizaban y daban testimonio; donde no, sobrevolaban los pueblos y lanzaban paquetes de dos revistas para que la gente de aquellos lugares también se enterara de lo que Jehová se propone mediante su Reino.
En la República Dominicana no es raro que los estudiantes de la Biblia se entusiasmen tanto con lo que aprenden, que empiecen a dar estudios antes de que siquiera se les apruebe como publicadores no bautizados. Un señor que había asistido varios meses a las reuniones en un pueblo grande, se mudó a su pueblo en la montaña y se puso a enseñar lo que había aprendido. Cuando dos precursores llegaron a este territorio “virgen”, los amos de casa dijeron, uno tras otro, que Radhamés ya les había dado el mensaje. Finalmente, los hermanos hallaron a Radhamés. Sin embargo, antes de que él y su familia empezaran su propio estudio bíblico, llevó a los precursores a visitar a algunas de las personas que estaban estudiando con él. En la actualidad, tanto Radhamés como su esposa están bautizados.
En Yacuiba (Bolivia), un grupo evangélico pidió a un canal de televisión que pasara una película que obviamente habían producido los apóstatas. En vista del efecto negativo que causó el programa, los ancianos contrataron dos canales de televisión para que presentaran al público los vídeos Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre y La Biblia: Libro de hechos y profecías. Cuando el dueño de una emisora vio los vídeos de la Sociedad, se indignó por la forma como el programa de los apóstatas había falseado los hechos, y se ofreció a transmitir anuncios gratis sobre la asamblea de distrito de los testigos de
Jehová que se celebraría próximamente. La asistencia fue excepcionalmente alta, y muchas personas de corazón honrado empezaron a hacer preguntas sinceras cuando los Testigos las visitaban en el ministerio.Los directivos de una gran fábrica de vidrio de Ecuador querían organizar un curso sobre valores morales y familiares para los trabajadores. El director de recursos humanos pidió a varios sacerdotes que lo dirigieran, pero todo fue en vano. Un Testigo que se enteró del asunto se presentó ante el director y le mostró una lista de los temas que tratan nuestras revistas. Impresionado, el funcionario seleccionó tres de ellos y pidió que se preparara un programa de dos horas para todo el personal, al cual dividió en siete grupos de treinta personas cada uno. Las sesiones estuvieron a cargo de tres hermanos capacitados, quienes invitaron a los asistentes a hacer comentarios y preguntas. Mientras examinaban el tema de la honradez, un guardia opinó que hurtar no era malo en algunas circunstancias. Otro concordó y dijo: “Si mi madre está enferma y no tengo dinero, tendré que robar. ¿O debo dejar que se muera?”. En respuesta, el hermano contó de un joven padre que adeudaba tres meses de alquiler, ingresó en una banda de ladrones y murió en una tentativa de robo, dejando una viuda y tres hijos. “Por otro lado —explicó el hermano—, las personas honradas suelen contar con buenos amigos que acuden en su ayuda en caso de emergencia.” Al final de las sesiones, muchos expresaban su agradecimiento; otros daban sus nombres y direcciones para que los hermanos los visitaran. La gerencia ofreció un ejemplar gratuito del libro Vida familiar a quien quisiera, y 66 empleados aceptaron. Entonces se exhibió en la recepción el libro El hombre más grande de todos los tiempos, seguido por Los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas. Al momento de redactarse esta experiencia continuaban los pedidos de libros. Impresionados por lo práctico de la información, los directivos quisieron tener otra sesión al cabo de seis meses.
Cierta precursora de Paraguay dejó el libro Conocimiento a una mujer que mostró un poco de interés, pero que cambió de tema cuando se le ofreció un estudio bíblico. Con el tiempo, la mujer dijo que lo que la precursora le estaba mostrando en la Biblia no armonizaba con sus creencias, y que por eso no quería que los Testigos siguieran visitándola. No obstante, unos meses después, cuando la precursora fue a llevarle un número especial de ¡Despertad!, la mujer se comportó como si hubiera estado esperando pacientemente el regreso de la hermana. Dijo que había leído el libro Conocimiento, que era maravilloso y que había estado estudiando la Biblia con tres vecinas, basándose en lo que había aprendido en el capítulo 16. Cuando la hermana volvió con su esposo, la mujer los estaba esperando. Pero en vez de tener un estudio en su propia casa, los llevó a casa de una vecina que había estado presente en visitas anteriores; acompañados por esta, fueron luego adonde una segunda vecina; a continuación, los cinco se dirigieron a una tercera casa, donde la dueña los estaba esperando para estudiar la Biblia. Todas están progresando muy bien.
Predicando de casa en casa, una precursora de Uruguay tocó a una puerta donde respondió una niña. Como los padres estaban ausentes, la hermana dio testimonio a la niña, quien mostró verdadero interés. Al final, la Testigo le ofreció un estudio regular de la Biblia, pero le dijo que primero pidiera permiso a sus padres. ¿Cómo responderían estos? Para gran sorpresa de la precursora, la madre le dijo que estaba muy bien que estudiara la Biblia con su hija, y preguntó si el resto de la familia también podía participar. ¡Naturalmente que sí! Ahora se conduce un estudio bíblico regular con los cuatro miembros de esta familia, todo por haber dado testimonio a una niña.
Se calcula que en los Estados Unidos continentales hay más de dos millones de sordos que se comunican en el lenguaje americano de señas. Realizar el ministerio en este campo supone
múltiples dificultades. Algunos precursores viajan hasta 300 kilómetros [200 millas] al día para visitar a ocho o nueve personas, algunas de las cuales ni siquiera están en casa. Hay que mostrar iniciativa para localizar a los sordos en el territorio. En algunas ciudades donde se patrocinan actividades para los sordos, los publicadores que dominan el lenguaje de señas han conseguido permiso para instalar un mostrador o una caseta y exponer de forma atractiva nuestras publicaciones especializadas. También colocan aparatos de televisión y vídeo para exhibir las cintas en lenguaje americano de señas. Esto les brinda la magnífica oportunidad de conocer a más sordos, dejarles publicaciones y hacer planes para visitarlos en sus hogares. En uno de estos eventos, los hermanos obtuvieron los nombres y las direcciones de 40 personas con quienes no habían hablado anteriormente.Uno de los grandes acontecimientos en Guyana el año pasado fue la boda, en un día, de 79 parejas que asisten a las reuniones de la Congregación Baramita. Un miembro del Comité de Sucursal pronunció el discurso de bodas, que se tradujo al caribe, y luego cada pareja repitió en voz alta los votos en ese idioma. ¿Qué impulsó a estas 79 parejas a casarse? La verdad de la Biblia cambió su modo de ver la vida. Ante Jehová y a la vista de muchos testigos, se comprometieron a vivir con un solo cónyuge y a regirse por la norma bíblica del matrimonio honorable. Tres días después, 41 personas, en su mayoría parejas de las que se acababan de casar, se presentaron con sus maestros y expresaron el deseo de ser publicadores no bautizados.
Los caribes de esta región están decididos a aprender cuanto puedan acerca de Jehová y su organización, y a hacerlo lo antes posible. Caminan dos, tres o más horas para asistir a las reuniones todas las semanas. Muy pocos llegan tarde, aunque viajan por senderos selváticos en los que hay ríos, tigres, serpientes venenosas, etc. Son tantos los que quieren aprender la verdad de Dios, que los Testigos dirigen sus estudios bíblicos con grupos que oscilan entre cuarenta y setenta personas.