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Informe mundial

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África

A escala mundial, la recolección de quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna” continúa a un ritmo rápido (Hech. 13:48). En gran parte de África es particularmente elevada la afluencia de personas que desean andar en el camino de Jehová. Como ayuda, durante el pasado año de servicio se publicó la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en yoruba (idioma que hablan 23.000.000 de personas) y las Escrituras Griegas Cristianas en tsonga (que hablan 4.000.000 de personas).

Durante los pasados cinco años, Angola y Uganda informaron aumentos de más del setenta por ciento en la cantidad de alabadores públicos de Jehová. Guinea Ecuatorial, Gambia, Mozambique y Ruanda tuvieron cada uno un incremento muy superior al ciento por ciento. Guinea-Bissau arrojó un crecimiento del 300%. El promedio habitual de publicadores en Nigeria es de más de doscientos mil. Tanto en la República Democrática del Congo como en Zambia hay más de cien mil proclamadores del Reino dando un buen testimonio, muchas veces en medio de graves dificultades.

En Burkina Faso hay muchas personas que anhelan conocer el contenido de la Biblia. Durante el año, cuatro precursores especiales predicaron por tres meses en 169 aldeas situadas en un radio de 140 kilómetros [85 millas] de la capital, Ouagadougou. En algunas zonas, prácticamente no existen carreteras, así que cuando estos celosos precursores iban de una aldea a otra, caminaban un mínimo de 15 kilómetros al día, con temperaturas de hasta 45 °C [110 °F] a la sombra. Hablaron con personas que nunca habían oído de Jehová ni habían conocido a ningún Testigo. En los últimos años, las autoridades han emprendido una campaña para enseñar a la población local a leer y escribir en mossi, su lengua materna. Pero hay pocas publicaciones que leer. A fin de cubrir esa necesidad, la Sociedad ha producido varias obras en su idioma. Los precursores cuentan: “La reacción de la población es muy conmovedora, lo cual nos anima. [...] Vemos la alegría que les da tener por fin publicaciones en su idioma, sobre todo obras que hablan de las buenas nuevas de Dios”. Durante los tres meses que pasaron en la región, los precursores distribuyeron 3.615 libros, 22.228 folletos y 368 revistas.

En una ciudad de Nigeria, los publicadores se disponían a dar testimonio en un sector donde estaba aumentando la tensión peligrosamente a causa de los conflictos étnicos. Los hermanos hicieron caso del consejo que se les dio y emprendieron el camino a casa. Pero una multitud de jóvenes airados detuvieron el vehículo de los publicadores y exigieron que les dieran combustible para quemar unas casas. Los hermanos les explicaron su postura neutral, pero los jóvenes no les prestaban atención (Juan 17:16; Rom. 12:18). Entonces los publicadores les dieron a cada uno de ellos un ejemplar de Noticias del Reino núm. 35, que planteaba la pregunta “¿Se amarán algún día todas las personas?”. Los jóvenes se quedaron admirados del tratado, aplaudieron a los hermanos y les dejaron irse a su hogar en paz.

Un Testigo que trabajaba un territorio aislado de Ruanda el pasado año, encontró a un señor que se alegró mucho de recibir el libro Conocimiento y tener un estudio de la Biblia. Desde el mismo principio demostró que valoraba las reuniones de congregación (Heb. 10:24, 25). Pese a faltarle una pierna de la rodilla para abajo, cruzaba un lago en piragua y caminaba cuatro horas para llegar al lugar de reunión, al que asistía asiduamente. Se matriculó en la Escuela del Ministerio Teocrático y ayudó a sus hijos a conocer al Creador. Cuánto le alegró la esperanza de que pronto caminará de nuevo con ambas piernas (Isa. 35:6).

Un hombre llamado Jackson estudiaba con los Testigos en Monrovia (Liberia), pero la guerra le obligó a huir a una aldea de Bopolu, su distrito natal. Pasado algún tiempo, la sucursal recibió una carta de ese señor en la que pedía urgentemente ayuda para construir un Salón del Reino y organizar a las personas interesadas. ¿Por qué? El señor contó: “Todos los domingos, me dedico a dar estudios desde las seis y media de la mañana hasta las nueve de la noche [...]. Ya no puedo atender a todas las personas que necesitan un estudio bíblico, así que he designado a cuatro de mis estudiantes para que me ayuden dirigiendo ellos mismos varios estudios de las Escrituras. [...] El mayor problema que tengo actualmente es cómo atender esta creciente congregación. Yo mismo soy un niño y necesito leche espiritual; ¿cómo puedo alimentar a otras personas?”. Un superintendente de circuito que visitó Bopolu informó de que Jackson dirigía estudios de la Biblia a 37 personas y que aún más deseaban estudiar. El superintendente de circuito recomendó que se enviara con urgencia a un precursor especial a Bopolu. Finalmente, Jackson mismo llenó los requisitos para ser publicador no bautizado.

En Mozambique se imparten clases de alfabetización en 372 congregaciones de las 637 que hay en el país. En este momento asisten a ellas unos cinco mil ochocientos estudiantes, y 1.525 aprendieron a leer el pasado año. Es digno de mención que el porcentaje de testigos de Jehová mozambiqueños que saben leer y escribir es actualmente del 72%. Las clases de alfabetización han contribuido mucho a que las personas de este país lleguen a tener un conocimiento exacto de la verdad bíblica (1 Tim. 2:3, 4).

Cierta mañana, cuando las madres de dos niños de cuatro y cinco años de edad, respectivamente, fueron a dejar a sus hijos en la escuela de Windhoek (Namibia), la directora les dijo que la clase iba a tener una fiesta de cumpleaños. Como había leído el folleto Escuela, preguntó a una de las madres qué debía hacer. La hermana explicó nuestra postura, pero dijo que los niños eran capaces de tomar su propia decisión.

Cuando una de las hermanas regresó al final del día para recoger a su hijo, la directora le contó: “Pueden estar orgullosas de estos dos pequeños. Les dije a ambos que salieran de clase cuando los demás cantaron el ‘cumpleaños feliz’. Al pasarse el bizcocho, el más pequeño preguntó si era un bizcocho ‘de cumpleaños feliz’. Le dije que sí, y me contestó: ‘No, gracias’. El otro niño respondió lo mismo”. Posteriormente, uno de los niños preguntó a la maestra si sabía cuál era el nombre de Dios, y le dio testimonio sobre Jehová. El otro niño llevó por su propia iniciativa el vídeo Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Como consecuencia de su buen ejemplo y valeroso testimonio, la maestra asistió a la Conmemoración cuando la invitaron. Una de las madres le empezó un estudio de la Biblia, y ella dijo: “Me he comprometido a actuar a la manera de Dios a partir de ahora, y estoy decidida a no permitir que nada se interponga en mi camino”.

Un celoso anciano de Zambia utiliza eficazmente las publicaciones de la Sociedad en casete para predicar en las calles. ¿Cómo? Estaciona su automóvil a un lado de la carretera y pone la grabación del libro El secreto de la felicidad familiar. Invita a los transeúntes a acercarse y escuchar la lectura, y enseguida le preguntan de qué se trata. El hermano les dice que están escuchando una sección del libro Felicidad familiar. Como consecuencia, en un mes distribuyó veintinueve libros y comenzó dos estudios bíblicos.

América

Actualmente, la cosecha es más abundante en unos países que en otros, pero aún resulta cierto que ‘los campos están blancos para la siega’ (Juan 4:35). En los pasados cinco años, Brasil tuvo un aumento del 33% en la cantidad de proclamadores del Reino; México, del 36%; Cuba, del 64%, y Colombia, del 65%. Durante el mismo período, en Estados Unidos simbolizaron su dedicación mediante el bautismo en agua 209.249 personas, y un nuevo máximo de 1.040.283 publicadores salieron al ministerio del campo.

Un precursor especial que sirve en el sur de Honduras dirigió un estudio que le causaba verdadero placer. Para cuando llegaron al capítulo 12 del libro Conocimiento, el estudiante se hizo publicador no bautizado. En menos de dos meses ya dirigía dos estudios bíblicos progresivos, y ambos estudiantes asistían a las reuniones. A los tres meses y medio, uno de ellos llegó a ser publicador no bautizado de las buenas nuevas, y tres meses después también comenzó a dar testimonio el segundo. Cuando el estudiante original estaba preparado para bautizarse, lo estaba asimismo su primer estudiante. El otro también está progresando bien. ¿Qué pasó después? El estudiante original, ahora nuestro hermano, ya dirige otro estudio bíblico, en esta ocasión con un matrimonio. ¡Qué gozo da la obra de hacer discípulos!

Se está haciendo un esfuerzo concienzudo por dar un testimonio cabal en la región amazónica de Brasil. La sucursal ha designado a veintiún precursores para predicar en esa zona, y con ese fin utilizan cuatro embarcaciones grandes. Todos estos precursores tienen experiencia en la navegación y, lo que es más importante, conservan un espíritu servicial y abnegado. Las embarcaciones tienen su zona de operaciones en los ríos Madeira, Purus, Solimões y Tocantins, así como en la región que está alrededor de la isla de Marajó. Estos ríos se extienden por unos 9.700 kilómetros [6.000 millas], y se calcula que en sus riberas o cerca de ellas viven 370.000 personas. Una carta reciente de los precursores de una de las embarcaciones dice en parte: “Finalmente llegamos a la ciudad de Chaves [...]. Tuvimos una reunión pública y pusimos la videocinta Unidos gracias a la enseñanza divina. Asistieron 70 personas. Un señor recibió el libro Vivir para siempre y lo leyó entero durante la semana que permanecimos allí. Nos dijo: ‘Si abren aquí una iglesia, quiero pertenecer a ella’”.

A otras personas tal vez es difícil encontrarlas, no porque vivan en zonas remotas, sino porque viajan de vacaciones a tales lugares. Casi un millón de personas que van a Alaska en el verano procuran ver el monte McKinley, que tiene 6.194 metros [20.320 pies] de altura. ¿Podríamos llevarles allí algo que les ayudara a pensar en Dios y en su propósito? Los testigos de Jehová locales consiguieron un permiso especial para montar un puesto de publicaciones en el Parque Nacional de Denali. Se seleccionaron temas pertinentes de ¡Despertad!, como “Las montañas, obras maestras de la creación” (8 de octubre de 1994), “¿Quién salvará nuestra fauna?” (8 de julio de 1997), “¿Es posible salvar las pluviselvas?” (8 de mayo de 1998) y “La carrera Iditarod, diez siglos de fragua” (8 de octubre de 1995). El resultado de este intento de llegar a donde están las personas fue que contactaron con visitantes de Australia, Grecia, Canadá, Inglaterra, Alemania, Italia, Escocia, Suecia, Suiza, Taiwan y China. También dieron testimonio a mucha gente de otras partes de Estados Unidos.

El territorio de México se trabaja actualmente con frecuencia: en muchas ciudades, cada una o dos semanas. La mayoría de los habitantes de la ranchería de Las Nubes, en el estado de Chiapas, son testigos de Jehová. Solo hay tres hogares donde vive gente que no es Testigo. En San Antonio Buenavista hay actualmente ocho congregaciones y solo 64 casas de personas que no son Testigos a las que visitar. Los hermanos del lugar caminan varias horas para llegar a territorio en el que predicar y dirigir estudios bíblicos.

Al finalizar una reunión en un Salón del Reino de Nicaragua, una Testigo saludó a dos jóvenes. Pensó que se trataba de Testigos de otra congregación que estaban de visita. Cuando se dio cuenta de que no era así y de que sencillamente habían asistido por curiosidad, les ofreció un estudio de la Biblia, el cual aceptaron. Ambas pertenecían a una confesión religiosa conocida por el nombre de Vida Joven, de la que eran líderes departamentales. Una de ellas, Karelia, se puso a enseñar a su grupo lo que aprendía en su estudio de la Biblia, y empezó por el nombre de Dios. Un pastor de la iglesia trató de que dejara de hacerlo, alegando que Jehová no es en realidad el nombre divino. Karelia le contestó que si era cierta tal afirmación, él no podía seguir utilizando su Biblia, pues esta contenía el nombre Jehová. El pastor no supo qué contestar. Después, Karelia enseñó al grupo la verdad sobre la Trinidad y la cruz. Los pastores no tardaron en quitarle el privilegio de orar en sus reuniones porque se dirigía a Jehová en el nombre de Jesucristo. No la invitaron a la siguiente concentración. Así que en una de sus reuniones anunció que dejaba la confesión para hacerse testigo de Jehová. Tomó esa decisión tras haber estudiado solo los primeros cuatro capítulos del libro Conocimiento. En menos de siete meses se bautizó.

Asia

El Oriente también está respondiendo a la invitación: “¡Alaben a Jah! [...] Toda cosa que respira... alabe a Jah (Sal. 150:1, 6). Los testigos de Jehová han predicado las buenas nuevas en todos los países asiáticos, y la cantidad de Testigos aumenta cuando las personas tienen la oportunidad de escuchar el mensaje. En algunos países, el crecimiento es rápido. Israel, Bangladesh y Macao han tenido aumentos de más del ciento por ciento durante los pasados cinco años. Nepal, Georgia y Kazajstán informan un crecimiento muy por encima del doscientos por ciento. En la República de Corea predican habitualmente las buenas nuevas unas ochenta y cinco mil personas. En Japón sirven lealmente a Jehová más de doscientas veintidós mil.

Qué gozo hubo el 30 de abril de 1998, cuando se concedió reconocimiento legal a la obra de los testigos de Jehová en Kirguizistán. El presidente de la comisión estatal encargada de la inscripción quedó sorprendido cuando los hermanos le presentaron un ejemplar del libro Conocimiento, que ya se había editado y estaba disponible para su distribución en el idioma kirguiz.

En ocasiones, los niños pequeños, aunque todavía no estén bautizados, contribuyen mucho a atraer a las personas a la adoración verdadera. El hijo de tres años y medio de una familia de Testigos de la India era muy amigo de sus vecinos y los trataba como si fueran su hermano y su hermana mayores. Invitaba con frecuencia a su “hermano” para que le acompañara a las reuniones de congregación los domingos, pero su vecino iba al cine los fines de semana. No obstante, por fin accedió a asistir a la reunión. Entonces el niño insistió en que se vistiera apropiadamente para ir al Salón del Reino. Cuando su vecino trató de poner excusas, el niño lo agarró de la mano, lo llevó a su cuarto y le mostró qué ropa sería adecuada. Ya en la reunión, el joven se sorprendió de ver que le gustaba lo que estaba escuchando. Desde entonces en adelante, ni él ni su hermana carnal se perdieron las reuniones. Más adelante, cuando descubrió que el niño obedecía a sus padres estuvieran o no delante, porque ‘Jehová lo estaba viendo’, el joven se quedó realmente asombrado. Actualmente, él y su hermana están deseando llegar a ser Testigos bautizados.

Una publicadora de Kagoshima (Japón) está aprovechando bien las videocintas de la Sociedad. Convencida de que son tremendamente eficaces para llegar al corazón de las personas, decidió verlas todas ellas con su esposo, que no era creyente. En primer lugar vieron Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Como consecuencia, su esposo aceptó un estudio bíblico regular. Luego, al ver el vídeo Unidos gracias a la enseñanza divina, le impresionó la realidad de la hermandad mundial y se despertó en él el deseo de ser testigo de Jehová. No obstante, por causa de su trabajo y de las presiones de sus familiares, le parecía imposible. Pero cuando vio los volúmenes 1 y 2 de la grabación La Biblia: libro de hechos y profecías, empezó a poner en práctica los principios bíblicos. Al poco tiempo salía al servicio del campo en calidad de publicador no bautizado. Por fin, el vídeo Los testigos de Jehová se mantienen firmes ante el ataque nazi lo convenció de que Jehová fortalece a su pueblo. Ya estaba preparado para bautizarse, y así lo hizo en octubre de 1997.

Valkim, una mujer muy religiosa de Myanmar, entró en la Iglesia Metodista. Cuando su pastor dejó esa Iglesia y se hizo pastor de otra, ella lo siguió porque no hallaba verdadero gozo en el metodismo. Posteriormente, el pastor volvió a cambiar de religión, y entró en la Iglesia Evangélica, donde llegó a ser pastor. También en esta ocasión le siguió Valkim. Pero con el tiempo ella se sintió enormemente desilusionada con toda religión porque ninguna satisfacía su necesidad espiritual. No mucho después, murieron sus tres hijos en menos de tres años, por lo que se sumió en la desesperación. Sus amigos le sugirieron que viera videocintas y leyera novelas para conseguir cierto alivio, pero fue en vano. Un día fue a visitar a una pariente que se había hecho testigo de Jehová. Coincidió que en ese momento se encontraba en la casa un anciano, a quien se le contó la difícil situación de Valkim. Él la invitó a las reuniones del Salón del Reino y le dijo que después de ellas podía plantear todas las preguntas que tuviera. La mujer aceptó la invitación. Cuando se le dieron las respuestas bíblicas a las cuestiones que la desconcertaban, al fin se sintió satisfecha. Aceptó de buena gana un curso bíblico. Progresó rápidamente, y ahora es una publicadora bautizada.

Suele requerir paciencia superar las barreras del prejuicio religioso para llevar las buenas nuevas a otras personas, pero algunas escuchan agradecidas y demuestran su aprecio haciendo un esfuerzo serio por asistir asiduamente a las reuniones de congregación. Nataliya, que tiene unos 60 años, vive en las montañas de Kazajstán. Para llegar a la reunión del Salón del Reino, que está a 30 kilómetros [20 millas] de su casa, tiene que tomar dos autobuses. En el primero desciende 12 kilómetros [8 millas] hasta el valle, y en el segundo, recorre los otros 18 kilómetros [12 millas] que le separan del Salón del Reino. En invierno, el autobús normalmente no llega hasta las montañas debido al peligro que entrañan el hielo y la nieve. Pero para Nataliya no es muy peligroso bajar a pie hasta el valle a fin de tomar el segundo autobús. Dice: “Tengo que ir a casa”, es decir, al Salón del Reino. Explica: “Tengo dos casas. Una es donde duermo, y la otra, el Salón del Reino”.

La población israelí es un mosaico de razas, lenguas y religiones. La gente invita con frecuencia a los Testigos de Israel a pasar a su hogar para que expliquen el motivo de su visita. Muchos expresan su agradecimiento sincero por el mensaje del Reino. No obstante, dentro de la comunidad judía ultraortodoxa hay una pequeña minoría a la que inquieta esta respuesta cada vez más favorable al mensaje del Reino. En diciembre de 1997 se organizó una manifestación de unas trescientas personas en el exterior de una asamblea de distrito celebrada en Jaffa, cerca de Tel Aviv. A la mayoría de los manifestantes los habían llevado allí en autobús desde otras partes del país y no tenían ni idea de contra quién se manifestaban.

La violencia organizada ha resultado en diversos incidentes. Por ejemplo, las turbas han golpeado con violencia a algunas hermanas y se han tendido emboscadas a hermanos que hacían revisitas. Los opositores tratan de suscitar odio contra los hermanos coreando consignas en las que se nos llama nazis y diciendo que pagamos a la gente para que se convierta a nuestra religión. Si bien los organizadores de esta campaña de odio contra nosotros saben que eso no es verdad, muchas personas engañadas se creen estas mentiras y están dispuestas a hacer lo que les pidan.

La oposición no ha hecho desistir a los hermanos ni ha impedido que las personas interesadas hallen la verdad. A la gran mayoría de los israelíes les indigna tal conducta ilegal. Muchos transeúntes que ven a los opositores religiosos manifestarse enfrente de Betel, se detienen para plantear preguntas y escuchan con gusto las respuestas bíblicas. Atraídos por los manifestantes, algunos hasta han empezado a estudiar con los testigos de Jehová y a asistir a las reuniones.

En el Líbano, una bondadosa hermana ayudó a una joven que se había criado dentro del pueblo de Jehová. La joven asistía a las reuniones y parecía progresar bien hasta los 15 años. Pero de repente dejó de relacionarse con la congregación y no quiso hablar más de la verdad bíblica. Se mantuvo alejada de la congregación durante casi un año. Finalmente, una hermana, tras consultar con los ancianos y orar, telefoneó a la muchacha para preguntarle si le permitía visitarla. La respuesta fue: “¿Por qué quiere visitarme? Si pretende hablarme de la verdad, no venga, por favor”. La hermana le aseguró que la echaba de menos y que le gustaría hablar con ella de su reciente viaje a Europa. Le prometió respetar su deseo, pero añadió: “En realidad, tengo algunas preguntas que hacerte, y tus respuestas pudieran venirme bien para ayudar a jóvenes como tú”.

Cuando se encontraron, la hermana le contó a la joven su viaje a Europa y la asamblea a la que había asistido. Expresó el gozo que había sentido al estar con los hermanos y le habló sobre el amor que le demostraron. La muchacha parecía contenta de oír esas cosas y estaba impresionada. Luego la hermana le formuló algunas preguntas: “Durante el pasado año has vivido tu propia vida sin las restricciones de la verdad. Ahora, dime: ¿Te has sentido feliz y satisfecha? ¿Qué te perdías en la verdad que has encontrado en el modo de vivir del mundo? ¿Qué puedes decirme de los jóvenes con los que te has relacionado el pasado año? ¿Crees ahora que han sido mejores para ti que aquellos con los que te relacionabas antes?”. Le pidió a la joven que pensara en esas cuestiones y que le diera sus respuestas más adelante.

Diez días después volvieron a encontrarse. En respuesta a las preguntas, la joven dijo, entre otras cosas, que estaba aburrida y que trataba de llenar el tiempo trabajando en casa, escuchando música y viendo la televisión y videocintas, pero que no era feliz. También señaló que tenía novio y que esperaba que él se casara con ella. Con paciencia, la hermana utilizó algunos textos, algunos artículos de la sección “Los jóvenes preguntan”, de ¡Despertad!, y el libro Cómo lograr felicidad en su vida familiar para ayudarla a comprender qué es el amor verdadero y cómo demuestra un joven su amor e interés en la muchacha a la que ama de verdad. Durante varias visitas analizaron los cinco primeros capítulos del libro Vida familiar, y la joven llegó a la conclusión de que su novio no era el esposo que ella deseaba.

Volvió a dársele un estudio de la Biblia, y su progreso fue constante. Luego, otro joven se interesó en ella y en la verdad. Pero aunque estudiaba, no hacía ningún progreso. Ella cortó toda relación con él, pues decidió que quería casarse con alguien que sirviera a Jehová de todo corazón junto con ella. Un año después se bautizó. Encontró un trabajo a tiempo parcial y comenzó el precursorado. Ahora ya no se aburre, sino que es una feliz precursora. También puede ayudar a otros jóvenes que piensan que el mundo les hará felices, como ella creyó en un tiempo.

¿Cómo puede localizarse a las personas mansas como ovejas entre los más de ciento treinta millones de habitantes de Paquistán? Los hermanos hicieron lo que les correspondía el pasado año distribuyendo con entusiasmo publicaciones como Noticias del Reino núm. 35 en urdu e inglés. Meses después seguían llegando solicitudes del folleto Exige y de estudios bíblicos, incluso de ciudades donde no hay Testigos. Es patente que el ángel que vuela en medio del cielo, del que habla Revelación 14:6, desempeña un papel importante en esta obra.

Europa

Este es “el día de salvación” de Jehová (2 Cor. 6:2). Las personas aún tienen la oportunidad de escoger la vida. Europa oriental es una de las zonas donde mucha gente está ahora tomando esa sabia decisión. Desde 1993 ha habido aumentos de más del ciento por ciento en Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Estonia, Lituania, Moldova y Ucrania; de más del trescientos por ciento en Letonia y Rusia, pese a la creciente oposición procedente de diversas fuentes; en Bielorrusia fue de más del quinientos por ciento, y en Albania se produjo un extraordinario aumento del 830%. Es obvio que muchas más personas agradecen la oportunidad de escoger la vida cuando se les da el estímulo necesario.

Una Testigo de Austria visitó a una señora que siempre decía que no tenía tiempo. En la siguiente visita, la hermana simplemente le enseñó el tratado La vida en un pacífico nuevo mundo, y antes de que pudiera decir “no tengo tiempo”, se lo dio e hizo una breve observación: “Tiene que ver con el futuro de su familia”. Lo que la señora leyó le despertó el deseo de saber más. Cuando la Testigo regresó, la señora pidió el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, que había visto expuesto fuera de un Salón del Reino. Mientras tanto, la familia recibió una hoja que anunciaba clases bíblicas patrocinadas por la iglesia local. Se presentaron la señora y su esposo. Cuando plantearon algunas preguntas al sacerdote, este contestó que durante la clase solo se debía meditar, no debatir. Sin embargo, la siguiente vez que la Testigo los visitó, les contestó las preguntas, y se dio comienzo a un estudio bíblico. Como cabía esperar, surgió oposición. El esposo era el sacristán de la iglesia y formaba parte del consejo parroquial. A causa de la presión, dejó de estudiar por algún tiempo, si bien se mantuvo contacto con él mediante llamadas telefónicas y llevándole las revistas. A los tres meses reanudó el estudio. Al aumentar su aprecio por Jehová, abandonó el consejo parroquial y dejó de ser sacristán. Tanto él como su esposa son ahora Testigos bautizados, y sus hijos son publicadores no bautizados.

Muchos europeos han emigrado a Estados Unidos para hacerse ricos. Ese fue el caso de Aleksander, un señor de Letonia. Pero la vida no fue fácil para él en esa tierra de promisión; de hecho, pasó graves apuros económicos. Lo que sí halló fueron riquezas espirituales. Al estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, se dio cuenta de que había encontrado la verdad, algo más valioso que el oro. Como es de carácter entusiasta, enseguida quiso compartir sus nuevas creencias. Antes de irse a Estados Unidos, se había divorciado de su esposa, Inara, y la había dejado cuidando a su hijo, Kim. Como consecuencia de las muchas cartas y llamadas de teléfono de Aleksander, su ex esposo, Inara se puso a estudiar con los Testigos en Letonia. Finalmente, Aleksander se bautizó en Nueva York, e Inara, en Lituania. Tras una ausencia de cinco años, Aleksander regresó a su país y volvió a casarse con su ex esposa, para gran alegría de Kim, que tenía entonces nueve años de edad.

Jesús nos enseñó a amar incluso a nuestros enemigos (Mat. 5:44, 45). Algunos de ellos, además, cambian sus caminos a fin de agradar a Jehová. Este hecho quedó patente cuando un anciano de la Congregación de Taurage (Lituania) repasaba las preguntas de bautismo con una señora de la ciudad de Panevezhis que deseaba bautizarse. Durante la conversación, esta señora, una mujer de edad, mencionó que le resultaba difícil vestirse de una personalidad afable debido a la naturaleza del trabajo que había realizado durante muchos años, pues había sido carcelera en la prisión de mujeres de Panevezhis. Ese comentario suscitó el interés del anciano. Este le preguntó si trabajaba allí en los años sesenta, a lo que la mujer contestó que sí. Entonces el hermano preguntó: “¿Conoció a alguna testigo de Jehová a la que se encarcelara por causa de la verdad en aquel tiempo?”. Ella se acordaba de dos o tres, entre ellas Petrute, la hermana que recientemente la había ayudado a aprender la verdad. También recordaba a una hermana a la que habían encerrado con su hija pequeña. Pues bien, cuando el anciano lo oyó, le dijo emocionado que se trataba de su madre, a la que habían detenido por predicar, y que por orden del tribunal le habían quitado todos sus hijos, menos la más pequeña, y se los habían entregado a otros familiares. Por aquel entonces el anciano tenía tres años, y ahora estaba repasando las preguntas de bautismo con la anterior carcelera de su madre. ¡Qué contento estaba de que hubiera aceptado la verdad!

Aunque el año pasado la cantidad total de Testigos en Finlandia aumentó solo un poco, estos se alegraron de que hubiera un nuevo máximo de 20.103 publicadores. Aún quedan personas en el país que buscan la verdad. Por ejemplo, un matrimonio Testigo estaba pensando en conocer mejor a una familia de vecinos. Pero antes de que pudieran llevar a cabo sus planes, la vecina fue a su casa. La conversación derivó a cuestiones espirituales, y la hermana le ofreció el libro Conocimiento.

La señora se lo llevó a casa, y su esposo lo leyó en menos de dos días, pero solo para criticarlo, pues estaba predispuesto contra los testigos de Jehová. No obstante, se dio cuenta de que deseaba saber más. Poco después la pareja comentó a los hermanos que llevaban mucho tiempo buscando la religión que tuviera la verdad. Habían investigado varias confesiones, pero descartaron a los testigos de Jehová porque todo el mundo hablaba contra ellos. Pensaban: “Difícilmente pueden tener los Testigos la verdad si otras religiones no la tienen”.

Se comenzó sin demora un estudio con la familia. El matrimonio dijo: “Mientras estudiábamos, muchos textos muy conocidos cobraban sentido. Al ir aprendiendo poco a poco la verdad, sentimos que se nos quitaba un velo. Cuando vimos un dibujo del Paraíso en un libro, pensamos al instante: ‘Ahí es donde queremos estar’”.

Al poco tiempo empezaron a ir a las reuniones de la congregación. La esposa recuerda: “Nos recibieron muy afectuosamente. No podía creerlo”. A su esposo le impresionó el orden y la puntualidad. Su hijo, de 12 años, se estaba percatando de algo más: “Me di cuenta de que, gracias al estudio, papá y mamá se habían hecho más amables, y el ambiente en el hogar era más agradable y relajado”. Ahora el esposo dice agradecido: “Jehová ha tenido gran paciencia con nosotros. No quería que fuéramos destruidos, sino que nos ha llevado al arrepentimiento”. En unos siete meses toda la familia se bautizó (Rom. 2:4; 2 Ped. 3:9).

Un señor de Suiza aprendió la verdad cuando trabajaba de mecánico jefe en lo alto de las montañas. Le encantaba su empleo, pero prefirió volver a trabajar en una fábrica por menos sueldo a fin de poder asistir asiduamente a las reuniones de la congregación, que se celebraban en el valle. Pidió ayuda a Jehová en oración a fin de atender bien el trabajo de responsabilidad que se le encomendó y también prestar atención adecuada a sus demás obligaciones.

Al final del año, el director le llamó a su oficina y le dijo que estaban muy satisfechos con su trabajo y su actitud. Lo único que se preguntaba era por qué dejaba el trabajo todos los días a las cuatro de la tarde. Cuando el hermano le contestó que tenía otros dos contratos que cumplir, el director lo miró atónito y le preguntó qué quería decir. “Verá —dijo el hermano—, cuando me casé, le prometí a mi esposa que la atendería y pasaría tiempo con ella. Además de mi trabajo para mantener a mi familia, en mi vida hay una dimensión espiritual, mi relación con Dios, que exige tiempo. Así que estas tres actividades deben armonizar en mi vida diaria.” Añadió que, en realidad, su empleo le consumía la mayor parte del día: nueve horas de trabajo más el tiempo que invertía en ir y volver de la fábrica. El director comprendió lo que quería decir y le aseguró que podría continuar dejando el trabajo a las cuatro de la tarde. Así el hermano pudo dar testimonio al director, y también aprovecha las oportunidades para hablar con otros compañeros de trabajo, a algunos de los cuales no se les había predicado anteriormente.

Durante muchos años Fernando limpió los cristales del establecimiento de España en el que trabaja Carlos, un testigo de Jehová. Aunque mantenían conversaciones breves, Fernando no manifestaba un particular interés en la verdad. Pero tras visitar a su cuñada en Barcelona, le surgieron algunas preguntas. Se encontró con que el vecino de su cuñada, anteriormente un borracho y camorrista que le pegaba a su esposa, se había transformado por completo y era un buen esposo. Se le dijo que el hombre se había hecho testigo de Jehová. ¿Cómo era posible tal cambio? Carlos le explicó a Fernando que la Palabra de Dios puede hacer que las personas cambien de esa forma (Heb. 4:12). Fernando se interesó. En poco tiempo él también hizo cambios en su vida, y actualmente es publicador de las buenas nuevas.

Islas de la Tierra

Hay 84 islas y archipiélagos en los que los testigos de Jehová dan testimonio del Reino de Dios con afán. La respuesta a la verdad bíblica en algunas islas ha sido sobresaliente. En la Polinesia Francesa, en el sur del Pacífico, hay 1 Testigo por cada 114 habitantes. Guadalupe, en el Caribe, tiene una población de 410.000 habitantes, y como consecuencia de la predicación constante, la proporción es de 1 Testigo por cada 52 habitantes. En Santa Elena, en el sur del Atlántico, la proporción es de 1 por cada 31 personas.

La Digue es una isla muy pequeña del archipiélago de las Seychelles, en el océano Índico. Solo tiene unos dos mil habitantes, lo que significa alrededor de quinientas casas. Pero en ella está habiendo buenas experiencias. Freddy, que nació y creció en la isla de Mahé, aprendió cosas que cambiaron profundamente su vida cuando se mudó a La Digue. Se crió en el catolicismo, y a los 18 años entró en un seminario. Pensaba que allí le enseñarían la Biblia, y constantemente pedía un ejemplar; pero en lugar de eso, se le dijo que aprendiera las tradiciones de la Iglesia. Totalmente decepcionado, dejó el lugar tras unas cuantas semanas a fin de buscar a Dios por su propia cuenta. Obtuvo una Biblia, y conversaba de ella con todo el que estaba dispuesto. No obstante, su manera de vivir no era tan recta como sus intenciones. Era inmoral, consumía drogas, se emborrachaba y practicaba artes marciales.

Posteriormente, cuando vivía en La Digue, conoció a unos misioneros de los testigos de Jehová. Al poco tiempo se le impartía un curso de la Biblia, en ocasiones dos o tres veces por semana. Cuando supo cuál era el nombre de Dios, se emocionó mucho, y al día siguiente dijo: “Qué bueno es saber a quién se ora y no hablar ya con alguien desconocido. Oré toda la noche usando su nombre, y fue la primera vez que realmente sentí que Dios me escuchaba”.

Un día dijo: “Hay un joven que está muy interesado. Sé que ustedes no tienen tiempo para estudiar con él, así que tal vez pudiera hacerlo yo, pues ya he aprendido mucho”. El misionero lo animó a primero analizar su propia situación en oración a Dios. Dos días después, Freddy dijo: “Comprendo que ser un Testigo para Jehová no es solo conocer el consejo, sino aplicarlo. Me doy cuenta de que no estoy en condiciones de representar a Jehová. ¿Cómo voy a predicar a otras personas cuando mi vida familiar no es como debiera?”. Así que se separó de su concubina hasta que pudieran legalizar su unión, y al mes siguiente se casaron. Tras efectuar otros cambios, tuvo la alegría de disfrutar al fin del privilegio de participar en el servicio del campo. Después se bautizó.

A Elsie, una mujer de Mauricio, se la conocía en la ciudad como la Gros Mama, la hechicera. Todo el mundo la temía. Practicaba tenebrosos rituales en el cementerio y tenía fama de ser una curandera espiritista con grandes poderes. ¿Cómo llegó a aprender las verdades bíblicas? Con mucha paciencia, interés personal y por la bondad inmerecida de Jehová. Cuando la hija de Elsie se puso a estudiar, una Testigo fue a visitar a la madre también. La hermana se encontró con que esta no solo estaba muy metida en el espiritismo, sino que no sabía leer, tenía graves problemas familiares y fumaba mucho. No obstante, se comenzaron clases bíblicas utilizando Mi libro de historias bíblicas. La Testigo la visitaba tres veces a la semana, y la animaba y exhortaba constantemente a ‘poner su confianza en Jehová’.

Los cambios no fueron sencillos. Mientras luchaba por dejar de fumar, tuvo que aprender que Jehová ve todo lo que hacemos y que no podemos esconder nada de él (Heb. 4:13). Había visto el dibujo del libro Vivir para siempre en el que los primeros cristianos quemaban sus libros de artes mágicas, y se había hablado con ella de su significado, pero no abandonó inmediatamente los ritos demoníacos (Hech. 19:19). No obstante, tras una experiencia aterradora, tomó todo lo que había usado en la adoración falsa y lo arrojó al río.

A partir de entonces, cuando las personas acudían a ella solicitando servicios ocultistas, les explicaba que lo que antes hacía no le agradaba a Dios, y las animaba a estudiar la Biblia. Les decía que solo Jehová podía protegerlas del mal y las estimulaba a confiar en él. Aunque Elsie murió hace poco, algunos de sus anteriores clientes sirven ahora a Jehová.

La obra de casa en casa no se permite en todos los pueblos de las islas de Wallis y Futuna, en el sur del Pacífico, pero es posible visitar a los parientes y predicar informalmente. Un estudiante de la Biblia dio un ejemplar de Noticias del Reino núm. 35 a un amigo suyo, un hombre conocido por ser borracho y que llevaba el pelo largo y la barba descuidada. Además, solía pegar a su esposa y a sus hijos. Tras varias conversaciones, aceptó asistir al Estudio de Libro de Congregación. Valoró tanto lo que aprendió que preguntó si podía ir al Salón del Reino y llevar a su esposa. El discurso público de esa semana fue: “Un pueblo limpio honra a Jehová”, que les impresionó. Pidieron un estudio bíblico. El estudiante de la Biblia que los había invitado hizo que fueran a su casa y allí conocieran a dos Testigos. Cuando el matrimonio interesado llegó, el hombre estaba irreconocible. Se había afeitado, se había cortado el largo y enmarañado pelo y llevaba ropa limpia. Hasta su manera de hablar era distinta. Era un hombre completamente nuevo. Desde entonces han asistido a todas las reuniones de congregación. Es obvio que nuestra obra no es juzgar al prójimo, sino llevarle la verdad bíblica. Si su corazón es recto, el espíritu de Jehová les ayudará a hacer los cambios necesarios en su vida.

Muchas personas de Taiwan tienen que hacer frente a verdaderas pruebas de fe con relación a los funerales, el culto a los antepasados y cuestiones relacionadas. Meihua, una hermana recién bautizada, estuvo meses visitando bondadosamente a su suegro en el hospital en que agonizaba. Cuando este falleció, la suegra de Meihua insistió en que si esta no le rendía culto, el alma del muerto no tendría paz y regresaría para aparecerse a la familia. Meihua se mantuvo firme pese a todas las presiones. Su suegra quería forzarla a dejar a la familia y volver con sus padres. Aunque no aceptó participar en el culto al muerto, Meihua decidió pedirles permiso para presentar sus respetos a su modo. Sorprendentemente, estuvieron de acuerdo, así que preparó una oración adecuada. Cuando llegó el momento, con lágrimas corriéndole por las mejillas ofreció delante de toda la familia una oración sincera, en la que pidió a Jehová que ayudara a todos los familiares a comprender que su suegro ya no sufría, sino que estaba en paz. Mencionó la resurrección y cómo podría beneficiarse él (Hech. 24:15). El resultado fue asombroso. Su suegra; su esposo, que no era creyente, y toda la familia, ahora la respetan y la consideran una mujer buena y valerosa. Ella continúa expresando su agradecimiento a Jehová participando con celo en el ministerio.