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Reunión

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LOS primeros viajeros que arribaron a la isla de Reunión —muy probablemente mercaderes árabes— descubrieron por casualidad un paraíso tropical. La isla, que semeja una esmeralda incrustada en el azul marino del océano Índico, posee una belleza natural y una diversidad comparables a las de un continente. Entre sus múltiples atractivos destacan playas de arena volcánica, innumerables cascadas, bosques tropicales, abundancia de flores silvestres, valles profundos, escarpados picos volcánicos, calderas de kilómetros de anchura rebosantes de vegetación y un volcán activo.

Aunque la isla donde viven es encantadora, muchos de sus pobladores han llegado a apreciar y amar una belleza aún mayor que la de sus paisajes: la de las valiosísimas verdades de la Palabra de Dios. El misionero Robert Nisbet, asignado a la cercana Mauricio, fue el primer proclamador del Reino que llegó a Reunión, en septiembre de 1955. Pasó allí tan solo unos días, pero logró despertar en la gente gran interés por la Biblia, distribuyó muchas publicaciones y obtuvo varias suscripciones a ¡Despertad! Posteriormente siguió en contacto por carta con los interesados.

Entre 1955 y 1960, Robert y el superintendente de zona Harry Arnott hicieron algunas visitas cortas a la isla. En 1959, la sucursal de Francia envió a Reunión a Adam Lisiak, un minero jubilado que era precursor en Madagascar. Este francés de origen polaco pasó todo el mes de diciembre de 1959 en la isla y escribió: “El 90% de los habitantes son católicos fervientes, pero a muchos les gustaría saber más de la Palabra de Dios y del nuevo mundo. El clero está intentando impedir la difusión de la verdad. Un hombre le dijo a un suscriptor de ¡Despertad! que el sacerdote local quería que le prestara el libro ‘Sea Dios veraz’. El suscriptor contestó que se lo prestaría si acudía en persona a pedírselo. El sacerdote nunca se presentó”.

LLEGA AYUDA DE FRANCIA

La sucursal de Francia, que en aquel entonces atendía la obra en la zona, invitó a publicadores hábiles a mudarse a Reunión. La familia Pégoud —André, Jeannine, y su hijo de seis años, Christian—, junto con una pariente suya llamada Noémie Duray, aceptaron la invitación. Desembarcaron en el puerto en enero de 1961. Noémie, conocida como Mimi, fue precursora especial durante dos años antes de volver a Francia.

Desde el principio encontraron mucha gente interesada e incluso celebraron reuniones en la habitación de su hotel en la capital, Saint-Denis. Tan pronto como la familia se mudó a una casa, empezaron a reunirse allí. Aproximadamente un año después, el nuevo grupo de Saint-Denis alquiló un pequeño salón con capacidad para unas treinta personas. Se trataba de un edificio de madera con techo de cinc, dos ventanas con contraventanas y una puerta. Los hermanos pidieron permiso para eliminar los tabiques internos, construyeron una pequeña plataforma e instalaron bancos de madera sin respaldo.

En una soleada mañana tropical de domingo, el techo de cinc se convertía en un potente calefactor, y en poco tiempo todos los asistentes —en especial quienes subían a la plataforma y cuyas cabezas quedaban a muy poca distancia del techo— empezaban a sudar profusamente. Además, como el salón solía llenarse, muchos se quedaban afuera de pie, escuchando frente a las ventanas y la puerta, así que la ya escasa ventilación se reducía aún más.

‘NOS SENTIMOS ABRUMADOS’

A pesar de las incomodidades, todo el mundo era bien recibido en las reuniones, y a finales del primer año asistían regularmente unas cincuenta personas. La cifra de publicadores del Reino aumentó a 7, y la de estudiantes, a 47. Algunos nuevos estudiaban dos veces a la semana. Los hermanos informaron: “Nos sentimos gozosos, muy gozosos, pero un tanto abrumados”.

Entre aquellos nuevos estaba Myriam Andrien, que había comenzado a estudiar en 1961 en Madagascar. Ella recuerda que en el salón antes mencionado también se improvisaba un Salón de Asambleas. Los hermanos sencillamente preparaban un área de sombra utilizando ramas de palmera. Aquellas primeras asambleas tuvieron hasta 110 asistentes.

Entre los bautizados en una asamblea celebrada en Mauricio en octubre de 1961 estuvieron David Souris, Marianne Lan-Ngoo y Lucien Véchot, quienes ayudaron mucho en la obra de predicar. Al año siguiente, la cifra de publicadores había aumentado a 32, y se llegó a un punto en que cada precursor dirigía hasta treinta estudios. En las reuniones del domingo, la concurrencia era de unas cien personas, que procedían de grupos étnicos muy diversos.

Muchos de los habitantes de origen indio de Reunión practicaban una amalgama de dos religiones: catolicismo e hinduismo. Para algunos, dejar sus antiguas costumbres supuso una lucha. Pero con frecuencia, la paciencia, amabilidad y firmeza con que los hermanos defendían los principios morales dio buen resultado. Por ejemplo, una mujer llevaba dos años estudiando con una precursora, pero seguía practicando la religión falsa y la adivinación, y vivía con un hombre sin casarse. La precursora pensó que quizás le ayudaría estudiar con otra hermana. Y así fue. La segunda hermana escribió: “Pasados unos meses, su entendimiento bíblico aumentó y, para mi gran alegría, dejó las prácticas espiritistas. Pero aún no había legalizado su matrimonio, pues decía que el hombre se negaba a casarse. Al final decidió permanecer con él, así que no me quedó más remedio que descontinuar las sesiones de estudio.

”Un día me encontré con la mujer por la calle, y me pidió que volviera a darle clases. Yo le prometí hacerlo si ella mostraba su sinceridad poniendo en práctica lo que ya había aprendido y le aconsejé que pidiera ayuda a Jehová en oración. Cuando lo hizo, se armó de valor para hablar francamente con su compañero. Entonces, descubrió con gran satisfacción que él estaba de acuerdo en casarse. Lo que es más, empezó a asistir a las reuniones con su flamante esposa.”

Durante el año de servicio de 1963, la cifra de publicadores aumentó en once ocasiones hasta llegar a 93, y Reunión pasó a tener dos congregaciones y un grupo. En diciembre de 1962 se celebró el primer bautismo en la isla, en la playa de St.-Gilles-les Bains, y se bautizaron veinte nuevos discípulos. En el segundo, en junio de 1963, hubo 38 bautizados. En 1961, la proporción de publicadores en Reunión era de 1 por cada 41.667 habitantes. Tres años después era de 1 por cada 2.286. Sin duda, Jehová estaba haciendo “crecer [la Palabra]” en esta isla tan fértil desde el punto de vista espiritual (1 Cor. 3:6).

EL MENSAJE DEL REINO LLEGA A LOS TERRITORIOS DISTANTES

Para el año 1965, tan solo cuatro años después de que llegara la primera familia de Testigos, la congregación de Saint-Denis tenía más de ciento diez publicadores que abarcaban todo su territorio en tres semanas. No obstante, en otras zonas apenas se había predicado. ¿Cómo solucionarlo? Los hermanos alquilaron autobuses y fueron a predicar en otras ciudades costeras, entre ellas Saint-Leu, Saint-Philippe y Saint-Pierre.

Llegar a ciertas zonas requería muchas horas, así que los hermanos emprendían el viaje por la mañana temprano, a menudo por caminos estrechos, empinados y tortuosos. El trayecto de Saint-Denis a la ciudad de Le Port, que ahora se hace en quince minutos, era una odisea de dos horas. Un hermano asegura: “Hacía falta fe para viajar por aquel camino”. La nueva calzada tampoco está exenta de riesgos, pues se producen desprendimientos. En algunos tramos, las montañas se alzan casi verticales junto a la carretera, y las fuertes lluvias a veces provocan la caída de rocas, algunas de muchas toneladas, por lo que con los años han muerto varias personas.

Christian Pégoud relata: “Cuando yo tenía unos ocho años, nuestro grupo solía ir a predicar a territorios aislados, y en esas ocasiones distribuíamos de 400 a 600 ejemplares de ¡Despertad! La revista La Atalaya estaba prohibida. Algunos esposos que no eran creyentes, pero sí amistosos, disfrutaban de la excursión, así que acompañaban a sus esposas aunque ellos no iban de casa en casa. Tras la predicación comíamos en el campo, algo que a los niños nos encantaba. Sin duda, aquellas actividades especiales influyeron enormemente en mi vida”.

LOS CAMBIOS EN LA ORGANIZACIÓN IMPULSAN LA OBRA

El primer representante de la sede mundial que visitó Reunión fue Milton G. Henschel, en mayo de 1963. Allí pronunció un discurso especial ante un auditorio de 155 personas. Como resultado de su visita, se nombraron cuatro precursores especiales para ayudar a las congregaciones y predicar en zonas a las que las buenas nuevas no habían llegado todavía. David Souris fue asignado a Le Port, Lucien Véchot a la ciudad de Saint-André, y Marianne Lan-Ngoo y Noémie Duray (en la actualidad Tisserand) a Saint-Pierre.

El 1 de mayo de 1964, la supervisión de la obra pasó de Francia a Mauricio. Además, se estableció un almacén de publicaciones en Reunión. Entretanto se sugirió a los publicadores que predicaran en más territorios sin asignar, y se animó a los varones a esforzarse por asumir más responsabilidades de congregación a fin de cuidar bien de los muchos nuevos que aceptaban la verdad. De hecho, durante el año de servicio de 1964 hubo 57 bautizados, 21 de ellos en una sola asamblea.

El año anterior, el grupo de Saint-André envió una solicitud para formar una congregación. La carta decía: “A finales de junio de 1963 contaremos con doce publicadores bautizados, y es posible que en los próximos dos meses haya cinco o seis publicadores nuevos. Los hermanos conducen treinta estudios”. La solicitud se aprobó, y dos hermanos se hicieron cargo de la congregación: Jean Nasseau como siervo de congregación, es decir, superintendente presidente, y Lucien Véchot como ayudante. Ambos llevaban menos de dos años en la verdad.

Jean, de 38 años, un hombre corpulento y de gran corazón, que era profesor en una escuela técnica además de albañil experto, se había bautizado en 1962. Gracias a sus habilidades pudo contribuir mucho al avance de la obra del Reino. De hecho, corrió con los gastos de edificar el segundo Salón del Reino de la isla en un terreno que poseía en Saint-André y que donó para tal fin. El salón era un hermoso edificio de madera de sólida construcción, que podía albergar cómodamente a más de cincuenta personas. Desde entonces se han formado ocho congregaciones en el territorio que atendía el grupo de Saint-André. Jean murió fiel a Jehová en 1997.

El tercer grupo que se formó a principios de la década de 1960 estaba en la ciudad portuaria de Le Port e incluía a las personas interesadas de Saint-Paul, situada unos ocho kilómetros [5 millas] al sur. En Le Port las casas eran simples, de madera, y estaban rodeadas de arbustos muy similares al cactus, pero sin espinas. David Souris alquiló una de esas casas, y allí se celebraban las reuniones. En diciembre de 1963, el grupo solicitó convertirse en congregación, pues había dieciséis publicadores, ocho de ellos bautizados, que dedicaban al servicio del campo un promedio de 22,5 horas al mes. Entre David y su ayudante impartían 38 estudios bíblicos. Cuando el superintendente de circuito los visitó ese mismo mes, presentó el discurso público ante un auditorio de 53 personas.

También se asignó a Le Port al matrimonio de precursores especiales Christian y Josette Bonnecaze. Christian, que se había bautizado en la Guyana Francesa, había llegado a Reunión a principios de los años sesenta cuando aún estaba soltero y era el único miembro de su familia en la verdad. Cuando Christian y Josette llegaron a Le Port, el hermano Souris tuvo la cortesía de mudarse a otra casa para dejarles espacio en el hogar donde se celebraban las reuniones. No obstante, con el tiempo la congregación creció tanto que la pareja también tuvo que mudarse.

Mientras tanto, el clero de aquella zona predominantemente católica empezó a poner a la gente en contra de los Testigos. Niños y jóvenes solían tirar piedras a los hermanos: de día se las tiraban a ellos, y de noche, a los techos de sus casas.

Una nueva estudiante de la Biblia, Raphaëlla Hoarau, conocía a algunos de los jóvenes. Tras uno de aquellos incidentes, siguió a los culpables hasta su casa y les dijo: “Si siguen tirándole piedras a mi hermano, se las tendrán que ver conmigo”.

Los muchachos contestaron: “Perdone, señora Hoarau. No sabíamos que era hermano suyo”.

Raphaëlla aceptó la verdad, al igual que sus tres hijas, y una de ellas, Yolaine, se casó con Lucien Véchot.

A pesar del prejuicio inspirado por el clero, el entusiasmo de los hermanos y la bendición de Dios produjeron en Le Port una celosa congregación, que no tardó en superar la capacidad del Salón del Reino. De hecho, solía haber más personas escuchando afuera que adentro. Se colocaban sillas en cualquier hueco, incluso en la plataforma, y un grupo de niños se sentaba sobre el borde de la plataforma de frente al auditorio. Con el tiempo, los hermanos construyeron un hermoso Salón del Reino, y en la actualidad, la zona cuenta con seis congregaciones.

LOS PRECURSORES VAN A LA VANGUARDIA DE LA PREDICACIÓN

Una de las primeras precursoras de Reunión fue Annick Lapierre. La hermana Myriam Thomas recuerda: “Mi madre y yo estudiamos con Annick. Ella me animó a esforzarme en el ministerio, y yo le dije que quería ser precursora. Me bauticé a los seis meses. Por entonces, nuestro territorio era toda la isla y solíamos desplazarnos a pie, pues había poquísimos automóviles y ningún autobús. No obstante, el hermano Nasseau tenía un vehículo y nos llevaba al territorio siempre que podía. Predicar era un placer, y todos nos sentíamos muy motivados”.

Henri-Lucien Grondin, un padre de familia, nos cuenta: “Siempre animábamos a los niños a que emprendieran el precursorado, pues los superintendentes de circuito nos habían mostrado la importancia de dar lo mejor a Jehová. Nuestro hijo mayor, Henri-Fred, que ahora tiene 40 años, ha hecho del servicio de tiempo completo su carrera en la vida”.

Henri-Fred explica: “En nuestra congregación había un numeroso grupo de jóvenes entusiastas. Algunos estaban bautizados, y otros, como yo, aún no lo estaban. Pero eso daba igual, en las vacaciones de verano todos dedicábamos sesenta horas al ministerio. Nunca perdimos de vista nuestras metas espirituales, y hoy día participo en la obra de circuito junto con mi esposa Evelyne”.

OPOSICIÓN DE LOS DEMONIOS

El espiritismo es común en Reunión. Jeannine Corino (antes Pégoud) relata: “En el pueblo de La Montagne, un hombre me dijo que me haría un maleficio pinchando alfileres en una muñeca. Yo no comprendía de qué me estaba hablando, así que le pedí a mi estudiante de la Biblia que me lo explicara. Ella me advirtió de que el hombre era un médico brujo e iba a invocar a los espíritus para que me hicieran daño. Yo le aseguré que Jehová protege a quienes confían plenamente en él. De más está decir que no me ocurrió nada malo”.

Un hermano recuerda que cuando era niño se celebraban en su casa sesiones espiritistas. En 1969 conoció a los testigos de Jehová y empezó a estudiar la Biblia, pero los demonios intentaron desanimarlo dejándolo sordo cuando iba a las reuniones. No obstante, no solo siguió yendo, sino que hizo que le grabaran los discursos para poder escucharlos en casa. Al poco tiempo, los demonios lo dejaron en paz, y pronto comenzó a participar en la predicación (Sant. 4:7).

En 1996, Roséda Caro, que era pentecostal, empezó a estudiar la Biblia con los Testigos. La mujer había perdido la vista tiempo atrás debido a que, haciendo caso de algunos miembros de su iglesia, había dejado de tomar sus medicinas para la diabetes. Su esposo, Cledo, vinculado al partido comunista de la isla, era temido en el pueblo por su carácter violento. Además, había practicado la brujería y participado en ceremonias hindúes; luego se había hecho pentecostal.

Cuando Roséda comenzó a estudiar, Cledo se opuso e incluso amenazó a los ancianos de la congregación, pero Roséda no se acobardó. Algunos meses después, Cledo ingresó en un hospital, donde entró en coma. Cuando recuperó la conciencia, dos Testigos lo visitaron y le llevaron una sopa, pero él creyó que era para su esposa.

—No, señor Caro, la sopa es para usted— le aseguraron las hermanas.

Cledo reconoce: “Aquello me conmovió. Ningún pentecostal me había visitado, sin embargo, dos testigos de Jehová —esa gente a la que yo me había opuesto tanto— me trajeron de comer. Reconocí para mis adentros que Jehová, el Dios de mi esposa, de veras existía. Entonces oré en silencio, pidiendo que Roséda y yo pudiéramos creer lo mismo”.

Cledo no hizo esta humilde súplica de buenas a primeras. Antes de enfermar, su actitud se había suavizado un tanto y ya permitía que su esposa estudiara en casa de una vecina. Entonces, un día le dijo a Roséda y a la hermana con la que ella estudiaba: “No es bueno que estudien allí. Háganlo en nuestra casa”. Las mujeres le hicieron caso. Pero, sin que ellas lo supieran, Cledo escuchaba en la habitación de al lado y le gustó lo que oía. De modo que, cuando se recuperó de su enfermedad, empezó a estudiar dos veces a la semana a pesar de ser analfabeto, y se bautizó en 1998. A pesar de los problemas de salud que suelen acompañar a la vejez, Cledo y Roséda continúan sirviendo a Dios fielmente.

SE LLEGA AL INTERIOR

Un pequeño porcentaje de los habitantes de Reunión vive lejos de la costa en profundos valles encerrados entre abruptas montañas que se elevan a más de 1.200 metros [4.000 pies]. Otros viven a gran altitud en las extensas y verdes calderas de imponentes volcanes ya extintos. Algunos de ellos nunca, o rara vez, ven el océano. Por ejemplo, la caldera que constituye el circo de Mafate solo es accesible a pie o en helicóptero.

Louis Nelaupe, descendiente de esclavos africanos, se crió en el circo de Mafate. Cuando era joven, ayudaba a cargar en los hombros al obispo católico en una silla de manos. Con el tiempo, Louis se mudó a Saint-Denis, donde aceptó la verdad. Naturalmente, quiso dar a conocer sus nuevas creencias a sus parientes. Por eso, un día de 1968, él y su esposa, Anne, junto con otras dos hermanas de 15 y 67 años, emprendieron viaje hacia el interior. Llevaban una mochila, una maleta y un maletín lleno de publicaciones.

Al principio caminaron por el lecho de un río. Después ascendieron por un paso montañoso, estrecho y lleno de curvas, que en algunos tramos discurría entre una pared rocosa vertical y un precipicio. Predicaron en todas las viviendas que encontraban a su paso. Louis afirma: “Esa noche, Jehová se valió del único comerciante de la zona para atender nuestras necesidades. El hombre nos ofreció una cabaña que tenía una cocina y dos dormitorios con cama. Por la mañana nos pusimos en marcha de nuevo y subimos hasta la cima de una montaña de 1.400 metros [4.500 pies] para después bajar a la caldera, un enorme anfiteatro natural.

”Finalmente llegamos a la casa de un viejo amigo, que nos brindó hospitalidad. Al día siguiente dejamos parte del equipaje allí y seguimos hacia nuestro destino, predicando a gente humilde que nunca había escuchado el mensaje del Reino y alimentándonos de pequeñas guayabas silvestres. Llegamos a casa de una pariente a las seis de la tarde. Contenta de vernos, ella preparó una deliciosa cena a base de pollo, que nos hizo pensar en la ocasión en que Abrahán y Sara dieron de comer a los ángeles de Dios (Gén. 18:1-8). Desde luego, le dimos testimonio mientras cocinaba. Por fin, a las once de la noche, cenamos.

”Al día siguiente, que era jueves, fuimos alrededor de la caldera, visitando todas las casas que veíamos y comiendo otra vez guayabas. Un hombre amable nos ofreció café, y por fin descansamos un poco de andar, aunque no de hablar. A este señor le gustó tanto nuestra conversación bíblica que nos acompañó a todos los hogares que había en un kilómetro a la redonda, tocando su armónica por el camino.

”Por último volvimos a donde habíamos dejado el equipaje y dormimos allí. Para cuando llegamos a nuestros hogares el viernes por la noche, los cuatro —incluida nuestra querida hermana de 67 años— habíamos caminado unos 150 kilómetros [100 millas], visitado sesenta casas y distribuido más de cien publicaciones. Si bien es cierto que nos sentíamos cansados físicamente, estábamos fortalecidos en sentido espiritual. Para mí, por supuesto, el viaje al circo de Mafate supuso además una vuelta a mis raíces.”

DE DOS PUBLICADORES A CINCO CONGREGACIONES

En 1974, Christian Pégoud y su madre se mudaron a la ciudad sureña de La Rivière, donde no había ninguna congregación. Christian, que entonces tenía 20 años, cuenta: “Celebrábamos las reuniones en nuestro garaje, y al poco tiempo la asistencia era de treinta personas. Empezaron a estudiar conmigo una mujer y su hija, Céline, que estaba comprometida con un militante comunista llamado Ulysse Grondin. Él no quería que su novia estudiara con nosotros. No obstante, Céline lo convenció de que nos escuchara, y mi madre fue a visitarlo a él y a sus padres. Tuvimos la satisfacción de que escucharan a mamá y les gustara lo que oyeron. Toda la familia empezó a estudiar, y en 1975, Ulysse y Céline se bautizaron y se casaron. Con el tiempo, Ulysse fue nombrado anciano”.

Christian continúa: “Además de La Rivière, nuestro territorio incluía pueblos del interior como Cilaos, Les Avirons, Makes, y L’Étang-Salé. Encontramos mucho interés en Makes. Más arriba del pueblo está Le Cap, que es parte del borde de un volcán extinto. Desde allí, en una mañana despejada, se puede ver a 300 metros [1.000 pies] más abajo un amplio anfiteatro lleno de vegetación”.

Una familia de apellido Poudroux vivía casi al pie de Le Cap, en una pequeña propiedad arrendada. Jean-Claude, el hijo mayor, habla de los viejos tiempos: “Mi padre cultivaba vegetales para vender, y mis cuatro hermanos, mis cinco hermanas y yo le ayudábamos. También cultivaba geranios y los destilaba para obtener una esencia que se utiliza en perfumería. Los niños caminábamos cinco kilómetros [3 millas] para llegar a la escuela del pueblo, y a menudo llevábamos productos de la huerta. Después de clase, a veces volvíamos cargados con 10 kilos [20 libras] de comestibles, ¡y todo sobre la cabeza!

”Nuestro padre era muy trabajador, por lo que lo respetábamos. Pero, como muchos hombres, bebía demasiado y se volvía violento bajo la influencia del alcohol. Debido a que solíamos presenciar escenas desagradables en casa, mis hermanos y yo temíamos por el futuro de nuestra familia.”

Jean-Claude sigue diciendo: “En 1974, mientras trabajaba de maestro en una escuela de La Rivière, un precursor conversó conmigo. La hipocresía y las injusticias que había visto en las iglesias me habían hecho un tanto ateo. No obstante, me quedé impresionado cuando el hermano utilizó la Biblia para responder a todas mis preguntas. Tanto mi esposa, Nicole, como yo empezamos a estudiar. Además, visitábamos a mi familia para contarles lo que estábamos aprendiendo, y a menudo nos quedábamos hablando con mis hermanos hasta avanzada la noche. A veces mis padres escuchaban.

”No pasó mucho tiempo antes de que mis hermanos Jean-Marie y Jean-Michel, y mi hermana Roseline, comenzaran a venir regularmente a casa para estar presentes en nuestro estudio. Todos progresamos espiritualmente, nos hicimos publicadores y nos bautizamos juntos en 1976. Por desgracia, mi padre me acusó de influir indebidamente en mis hermanos y dejó de hablarme. Incluso se volvió tan agresivo que tuve que evitarlo en público.

”Mi madre, aunque era analfabeta, comenzó a estudiar. Y me alegra decir que mi padre suavizó su actitud con el tiempo. De hecho, en el año 2002 aceptó un estudio de la Biblia. En la actualidad hay veintiséis miembros de nuestra familia bautizados, lo que incluye a mis nueve hermanos y a mí, a nuestros cónyuges y a mi madre, que es una publicadora entusiasta a pesar de su avanzada edad. Jean-Michel y Jean-Yves fueron superintendentes de circuito por un tiempo. Aunque tuvieron que dejar su asignación por problemas de salud, ambos son ancianos de congregación y Jean-Yves es precursor junto con su esposa, Roséda. Mi hijo mayor y yo prestamos servicio como ancianos.”

Cuando Christian Pégoud y su madre llegaron en 1974, no había congregaciones en La Rivière ni en las poblaciones vecinas, pero en la actualidad hay cinco. Una de estas congregaciones se halla en la ciudad de Cilaos, situada en la parte alta del circo de Cilaos y famosa por sus manantiales de montaña y su balneario de aguas termales. ¿Cómo se inició la congregación de Cilaos? Entre los años 1975 y 1976, los publicadores de La Rivière recorrían todos los jueves los 37 kilómetros [23 millas] de la carretera estrecha y llena de curvas que iba hasta Cilaos —la cual era célebre por sus avalanchas de rocas— y predicaban allí hasta las cinco de la tarde. Sus esfuerzos dieron fruto, pues actualmente hay unos treinta publicadores en la ciudad, y cuentan con un Salón del Reino propio.

PROGRESO ESPIRITUAL EN EL SUR

Los habitantes de la zona tienen buenas razones para llamar a la región sur de Reunión “el salvaje sur”. Olas enormes estrellan con furia su blanca espuma contra la costa casi yerma, que está dominada por el volcán activo de Reunión, el Piton de la Fournaise. Saint-Pierre es la ciudad más grande de la zona. Allí fueron asignadas, a finales de la década de 1960, las precursoras especiales Denise Mellot y Lilliane Pieprzyk. Después, cuando creció el interés, el precursor especial Michel Rivière y su esposa, Renée, se unieron a las dos hermanas.

Uno de los primeros estudiantes de la Biblia de la zona fue Cléo Lapierre, un albañil que conoció la verdad en 1968. Cléo explica: “La primera reunión a la que asistí se celebró bajo un árbol grande, pues el Salón del Reino, que era en realidad una cabaña de tres metros por tres [10 pies por 10], lo estaban demoliendo para poder levantar un edificio más grande, en cuya construcción pude participar”.

Ese mismo año, Cléo, que estaba en la reserva militar, fue llamado a filas. “Con el poco conocimiento bíblico que poseía —cuenta él— escribí a las autoridades explicándoles que ahora estaba a favor de la neutralidad. No me contestaron, de modo que me dirigí a la base militar de Saint-Denis, al otro lado de la isla, para investigar el asunto. Un oficial me dijo que me fuera a casa, pero que estuviera preparado para ir a la cárcel. Así que oraba a menudo y estudiaba diligentemente. Al poco tiempo me llamaron a la base. Cuando llegué, le pedí al hermano que me había llevado que me esperara durante una hora, y le dije que si para entonces no estaba de vuelta, lo más probable era que no regresara. Le rogué que, en ese caso, vendiera mi automóvil y le llevara el dinero a mi esposa.

”Cuando entré, observé que había oficiales discutiendo sobre qué hacer conmigo. Pasados unos cuarenta y cinco minutos, se me acercó un sargento.

‘¡Quítese de mi vista! —me gritó—. ¡Váyase a su casa!’

”No había caminado ni 45 metros [50 yardas] cuando me llamó para que volviera. Con un tono de voz diferente, me dijo: ‘Los admiro. Había oído hablar de los testigos de Jehová en Francia, pero usted es el primero que conozco’.

”En aquel momento, yo era el único hermano en Saint-Pierre, así que conducía todas las reuniones de congregación. No obstante, a veces recibía alguna ayuda, y en 1979 llegó un matrimonio de misioneros, Antoine y Gilberte Branca.”

CONSTRUCCIÓN DE SALONES DEL REINO

Al principio, los grupos y congregaciones se reunían en hogares privados y en casas acondicionadas como salones. Ahora bien, debido a que con frecuencia esta zona es azotada por ciclones, se necesitaban estructuras más sólidas, pero los edificios de albañilería resultaban caros y llevaba más tiempo construirlos. Aun así, la mano de Jehová no es corta, y con el tiempo empezaron a verse en Reunión ese tipo de Salones del Reino (Isa. 59:1).

Por ejemplo, en la ciudad de Saint-Louis, un hermano joven estaba asistiendo a un curso de albañilería cuando la congregación recibió los planos para su nuevo Salón del Reino. Entonces, el hermano le dio testimonio a su profesor, le habló del salón y le explicó que sería construido por voluntarios. ¿Cómo reaccionó el profesor? Llevó a sus alumnos al lugar para dar una clase práctica, y ellos ayudaron a excavar las zapatas. Posteriormente, el profesor donó acero para los cimientos.

Los hermanos eligieron un día festivo para echar el cemento, que formaría un bloque de 190 metros cuadrados [2.000 pies cuadrados], y temprano aquella mañana se presentaron más de cien voluntarios ansiosos de trabajar. Pero, por alguna razón desconocida, la ciudad había cortado el suministro de agua. Tomando la iniciativa, un hermano que conocía al jefe del departamento de bomberos le explicó el problema que había surgido. De inmediato, este hombre amable envió un camión cisterna con agua suficiente para realizar el trabajo.

Cuando se terminó de construir el Salón del Reino, un hombre recién interesado que había quedado impresionado por la actitud de los hermanos y por su trabajo sacó su chequera y donó casi todo el dinero necesario para comprar un equipo de sonido nuevo. En diciembre de 1988, Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, aprovechando que estaba de visita en Mauricio, viajó a Reunión para pronunciar el discurso de dedicación. El primer Salón del Reino de construcción rápida se terminó en 1996 en St.-Gilles-les Bains. En la actualidad, la isla cuenta con 17 salones donde se reúnen 34 congregaciones.

¿DÓNDE SE CELEBRARÍAN LAS ASAMBLEAS DE CIRCUITO?

La obra en Reunión había tenido tanto éxito desde sus comienzos que no era fácil encontrar lugares lo suficientemente grandes como para celebrar asambleas. En 1964, los hermanos planearon su primera asamblea de circuito local. Sin embargo, tras meses de búsqueda, solo encontraron un lugar en la planta alta de un restaurante de Saint-Denis. El edificio era viejo y de madera, y el alquiler, muy caro. Los propietarios aseguraron que sostendría el peso de unas doscientas personas, que era la asistencia que se esperaba.

Como no tenían otra opción, los hermanos reservaron el restaurante, y un hombre bien dispuesto hacia la verdad les regaló un equipo de altavoces. Cuando llegó el día y los hermanos comenzaron a llenar el edificio, el suelo crujió repetidamente, pero no se hundió. El domingo hubo 230 asistentes, y 21 se bautizaron.

Poco después, Louis Nelaupe, el hermano que se había criado en el circo de Mafate, ofreció bondadosamente parte de su terreno en Saint-Denis para la construcción de un Salón de Asambleas temporal. La estructura tenía un diseño sencillo, abierto por los lados, con armazón de madera, techo de cinc y paredes de hojas de palmera trenzadas.

La primera asamblea que se celebró allí fue de distrito, de tres días de duración. Myriam Andrien, que estuvo entre los asistentes, recuerda: “La primera mañana salimos a predicar y a la vuelta se sirvió una comida caliente, una verdadera comida criolla a base de arroz, frijoles y pollo acompañado de pimientos picantes. Para los paladares poco acostumbrados a los pimientos picantes, los cocineros prepararon un rougal marmaille, es decir, una salsa suave como la que se hace para los niños”.

El Salón de Asambleas se fue ampliando a medida que crecía la asistencia y también sirvió como Salón del Reino. Con el tiempo, las familias que vivían en las casas alquiladas que había en el terreno se marcharon, y Louis donó toda la propiedad a la congregación. En la actualidad se erige allí un hermoso salón de ladrillo, que comparten dos congregaciones de Saint-Denis.

En 1997 se terminó de construir en la ciudad de La Possession, en una parcela de terreno comprada cinco años atrás, un Salón de Asambleas con capacidad para 1.600 personas. El edificio tiene los lados abiertos y una piscina en la plataforma. Se utiliza por lo menos doce veces al año para días especiales y asambleas. Al lado hay un hogar misional que puede alojar a nueve personas y que también cuenta con un almacén de publicaciones y una oficina que atiende el territorio de Reunión.

¿Y LAS ASAMBLEAS DE DISTRITO?

Antes de que los hermanos tuvieran su propio Salón de Asambleas, alquilaban el estadio olímpico de Saint-Paul para las asambleas de distrito. A pesar de eso, a menudo tenían que buscar otro lugar a última hora debido a actos culturales o deportivos a los que se daba prioridad. Con el tiempo, el municipio les pidió a los hermanos que utilizaran los terrenos de exposición que había al lado del estadio. La zona, reservada para ferias y exposiciones, no dispone de asientos ni de cubierta, así que los asambleístas debían traer sus propias sillas y sombrillas. Como resultado, los que estaban en la plataforma no veían una multitud de rostros atentos, sino una masa de sombrillas multicolores.

La oficina de Reunión informa: “En una ocasión, el municipio alquiló los terrenos a dos grupos diferentes en un mismo día. Un grupo éramos los Testigos, y el otro era un grupo musical de Martinica que tocaba zouk, una mezcla de ritmos africanos, reggae y calipso. Las autoridades preferían al grupo de zouk, así que a nosotros nos ofrecieron una zona de esparcimiento llamada La cueva de los primeros franceses, que era el lugar donde se habían asentado los primeros colonos. El entorno era hermoso, con altos acantilados como telón de fondo y gran cantidad de árboles que daban mucha sombra, pero no había asientos ni escenario y los baños eran escasos.

”Esta vez, sin embargo, nos alegramos de tener allí la asamblea, porque el sábado por la tarde se desató una tormenta y un rayo destruyó por completo la instalación eléctrica del estadio, lo que puso fin al concierto de zouk. Pero a cinco kilómetros [3 millas] de allí, carretera abajo, nosotros no nos vimos afectados. Los vecinos del lugar incluso decían que había sido ‘un castigo divino’.”

MEJORAS ORGANIZATIVAS

El 22 de junio de 1967 se creó la entidad legal Association Les Témoins de Jéhovah (Asociación de los Testigos de Jehová). En febrero de 1969, la isla recibió a su primer superintendente de circuito local, Henri Zamit, nacido en Argelia y criado en Francia. Su circuito incluía las seis congregaciones de Reunión y las cuatro de la isla de Mauricio, así como varios grupos aislados. En la actualidad hay dos circuitos tan solo en Reunión.

En 1975 se levantó en Francia la prohibición que había pesado durante veintidós años contra La Atalaya, y los hermanos enseguida usaron esta revista para predicar en Reunión. Habían estado utilizando la publicación Bulletin intérieur, impresa en Francia; esta contenía la misma información que se publicaba en La Atalaya, pero no se dejaba en manos del público. En enero de 1980, la sucursal de Francia comenzó a imprimir una edición de Nuestro Ministerio del Reino en francés adaptada a las necesidades de Reunión y de otras islas de la zona. Además, para beneficio de quienes hablan criollo de Reunión, ciertas publicaciones —entre ellas tratados, folletos, y los libros El conocimiento que lleva a vida eterna y Adoremos al único Dios verdadero— se han traducido a esta lengua. Estas excelentes provisiones espirituales han facilitado el avance de las buenas nuevas en esta remota parte del mundo.

Sin duda, Reunión es una simple mota de polvo en la vasta expansión del océano Índico. Pero desde allí ha ascendido hasta Dios un gran grito de alabanza. Eso nos trae a la mente las palabras del profeta Isaías: “Y en las islas anuncien hasta su alabanza [la de Jehová]” (Isa. 42:10, 12). Deseamos que los Testigos de Reunión sigan siendo tan fieles y constantes en dar esa alabanza como las grandes olas azules que llegan incesantemente hasta las orillas volcánicas de la isla.

[Recuadro y mapas de las páginas 228 y 229]

Información general: Reunión

Territorio

Reunión mide unos 65 kilómetros [40 millas] de largo y 50 kilómetros [30 millas] de ancho, lo que la hace la isla más grande del archipiélago de las Mascareñas, constituido por Mauricio, Reunión y Rodríguez. Cerca del centro de la isla hay calderas o hundimientos que forman tres circos bordeados de paredes escarpadas, los cuales se encuentran habitados. Estos se formaron por el derrumbe de un enorme volcán antiguo y tienen exuberante vegetación.

Población

Los 785.200 habitantes provienen en su mayoría de la mezcla de inmigrantes africanos, chinos, franceses, indios y del sudeste asiático. Aproximadamente el noventa por ciento de la población es católica.

Idioma

El idioma oficial es el francés, pero comúnmente se habla el criollo de Reunión.

Recursos económicos

La economía se basa sobre todo en el cultivo de la caña de azúcar y sus productos —como la melaza y el ron—, así como en el turismo.

Alimentación

Los alimentos principales son arroz, carne, pescado, frijoles y lentejas. Además de la caña de azúcar, también se produce coco, lichi, papaya, piña, repollo, lechuga, tomate y vainilla.

Clima

Por estar situada justo al norte del trópico de Capricornio, Reunión es tropical y húmeda, y la lluvia y la temperatura varían de una región a otra. Son comunes los ciclones.

[Mapas]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Madagascar

Rodríguez

Mauricio

Reunión

REUNIÓN

SAINT-DENIS

La Montagne

La Possession

Le Port

Saint-Paul

St.-Gilles-les Bains

CIRCO DE MAFATE

CIRCO DE SALAZIE

Cilaos

CIRCO DE CILAOS

Saint-Leu

Le Cap

Makes

Les Avirons

L’Étang-Salé

La Rivière

Saint-Louis

Saint-Pierre

Saint-Philippe

Piton de la Fournaise

Saint-Benoît

Saint-André

[Ilustraciones]

Esta foto se tomó desde el espacio

Corriente de lava

Saint-Denis

[Recuadro de las páginas 232 y 233]

Breve historia de Reunión

Entre los primeros en visitar la isla estuvieron los marineros árabes, quienes la llamaron Dina Morgabin (que significa “isla occidental”). Cuando los navegantes portugueses la descubrieron, aún deshabitada a principios del siglo XVI, la llamaron Santa Apolonia. En 1642, el francés Jacques Pronis ocupó la isla en nombre de Francia y deportó allí desde Madagascar a doce amotinados. En 1649 se le cambió el nombre a Île Bourbon (isla Borbón), en honor de la familia real de Francia. Con la caída de la casa de Borbón en 1793, durante la Revolución francesa, la isla recibió el nombre de Reunión en memoria de la unión de la Guardia Nacional de París con los revolucionarios de Marsella. Tras cambiar de nombre varias veces, en 1848 volvió a ser llamada Reunión. En 1946 se convirtió en un departamento francés de ultramar.

A principios de la década de 1660, Francia fundó una colonia en la isla y estableció plantaciones de café y de caña de azúcar en las que los trabajadores eran esclavos traídos de África oriental. Después de la abolición de la esclavitud en 1848, Francia contrató jornaleros, que en su mayoría procedían de la India y del sudeste asiático. Gran parte de la población mixta actual desciende de estos grupos. A comienzos del siglo XIX, disminuyó el cultivo de café, y la caña de azúcar se convirtió en el principal producto de exportación.

[Ilustraciones y recuadro de las páginas 236 y 237]

De fisioculturista a precursor especial

LUCIEN VÉCHOT

AÑO DE NACIMIENTO 1937

AÑO DE BAUTISMO 1961

OTROS DATOS En su día fue un famoso fisioculturista, luego sirvió de precursor especial de 1963 a 1968, y ha sido anciano de congregación desde 1975.

UN DÍA inolvidable de 1961 fui a casa de mi amigo Jean para “rescatarlo” de los testigos de Jehová. Su esposa me había pedido que lo visitara, pues temía que esos “falsos profetas” —como llamaba a los Testigos— se pusieran a discutir con él y lo agredieran.

“Si le ponen una mano encima —decía para mis adentros—, les daré una paliza.” Sin embargo, fueron agradables y razonables, y para nada agresivos. Pronto me encontré enfrascado en una conversación sobre la cruz, y los Testigos mostraron claramente con la Biblia que Jesús murió en un simple poste o madero.

Más tarde, pregunté qué quiso decir el profeta Daniel cuando indicó que Miguel el arcángel estaba “plantado” a favor del pueblo de Dios (Dan. 12:1). Los Testigos emplearon las Escrituras para explicar que Miguel es, de hecho, Jesucristo, y que ha estado “plantado”, o gobernando como Rey del Reino de Dios, desde 1914 (Mat. 24:3-7; Rev. 12:7-10). Quedé asombrado con esas respuestas y con el conocimiento bíblico que tenían los Testigos. De ahí en adelante, siempre que estaban en el vecindario, aprovechaba la oportunidad para hablar con ellos sobre la Palabra de Dios. Incluso los seguía mientras iban de casa en casa y participaba en sus conversaciones. Al poco tiempo empecé a relacionarme con el grupo aislado que se reunía en Saint-André.

Pese a que no leía muy bien, en mi primera reunión leí algunos párrafos del Bulletin intérieur, que en ese tiempo sustituía a La Atalaya. Luego, justo después de bautizarme, se me pidió que dirigiera el estudio de libro porque no había otros hermanos disponibles. “Pero ¿cómo dirijo un estudio de libro?”, me preguntaba. Jeannine Pégoud se dio cuenta de mi inquietud e incertidumbre, así que bondadosamente se ofreció a leer los párrafos y sugirió que yo hiciera las preguntas impresas del estudio. Eso fue lo que hicimos, y todo salió bien.

Cuando Milton Henschel visitó Reunión en 1963, animó a quienes llenaran los requisitos a plantearse el servicio de precursor especial. Yo quería hacer cuanto fuera posible para Jehová, de modo que llené la solicitud. Fui aceptado y se me asignó a la ciudad de Saint-André, donde, con el tiempo, llegué a dirigir nueve estudios bíblicos.

La recién formada congregación se reunía en el hogar de Jean Nasseau. Cuando Jean se fracturó la cadera en un accidente automovilístico, tuve que encargarme de la congregación durante seis meses. Eso significó pronunciar discursos, dirigir la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio y preparar informes para la sucursal, lo cual me proporcionó valiosa experiencia adicional.

En el territorio teníamos que hacer frente a supersticiones derivadas de una mezcolanza de catolicismo e hinduismo. Con todo, las personas reaccionaban bien a las buenas nuevas. De hecho, en una familia hubo al menos veinte miembros que aceptaron la verdad. Actualmente hay cinco congregaciones en la zona de Saint-André.

[Ilustraciones y recuadro de la página 238]

La burla puso a prueba mi fe

MYRIAM THOMAS

AÑO DE NACIMIENTO 1937

AÑO DE BAUTISMO 1965

OTROS DATOS Es precursora desde 1966.

CUANDO mi primo Louis Nelaupe y yo empezamos a predicar en 1962, casi todo el mundo nos invitaba a entrar y nos ofrecía café, limonada, ¡incluso ron! Sin embargo, el clero no tardó en lograr que muchos cambiaran de actitud. Algunos empezaron a burlarse de nosotros, y a veces alteraban la pronunciación del nombre de Dios para ridiculizarlo. En cierto pueblo, la gente nos apedreó.

Como resultado, algunos dejamos de usar el nombre de Dios en el ministerio. Cuando el superintendente de circuito se dio cuenta de ello, preguntó qué ocurría. Cuando le explicamos las razones, nos sentimos un poco avergonzados. No obstante, bondadosamente nos aconsejó que fuéramos más valerosos y nos dio ánimo. Agradecimos muchísimo su consejo, y lo aceptamos como disciplina de Jehová (Heb. 12:6). En realidad, sin la paciencia, la misericordia y el espíritu santo de Dios, yo habría dejado el precursorado hace mucho tiempo. No obstante, llevo más de cuarenta maravillosos años en el servicio de precursor.

[Ilustración y recuadro de las páginas 246 y 247]

Jehová me ayudó a soportar las pruebas

SULLY ESPARON

AÑO DE NACIMIENTO 1947

AÑO DE BAUTISMO 1964

OTROS DATOS Es una de las primeras personas que se bautizó en Reunión; pasó tres años en prisión por negarse a servir en el ejército.

ACEPTÉ la verdad cuando tenía 15 años, y mis padres me echaron de casa. Pero eso no debilitó mi resolución de servir a Jehová. Emprendí el precursorado regular en 1964 y el especial en 1965. También tuve el privilegio de colaborar en la supervisión de las congregaciones de Saint-André y Saint-Benoît. Jean-Claude Furcy y yo solíamos viajar en bicicleta de una congregación a otra, que tenían doce y seis publicadores respectivamente.

En 1967 me llamaron a filas. Yo expliqué que era cristiano y que no podía tomar las armas. Sin embargo, como nunca había surgido un caso similar en Reunión, las autoridades no entendieron ni aceptaron mi postura. Un oficial me golpeó enfrente de 400 reclutas y me dejó cojeando. Luego me llevó a su oficina, colocó un uniforme sobre su escritorio y me ordenó que me lo pusiera. Dijo que si no me lo ponía, me golpearía de nuevo. Era un hombre mucho más grande que yo: medía casi 1,80 metros [6 pies] y era fornido. No obstante, me armé de valor y le dije: “Si me pega de nuevo, presentaré una demanda oficial, pues Francia garantiza la libertad religiosa”. Se me acercó enfurecido, pero se contuvo. Entonces me llevó ante el comandante, quien dijo que se me condenaría a tres años de trabajos forzados en Francia.

Cumplí mi condena de tres años, pero en Reunión. Y no me sometieron a trabajos forzados. Después de sentenciarme, el juez me invitó a su oficina. Sonriendo, me estrechó la mano y dijo que comprendía mi situación, pero me explicó que, en calidad de juez, tenía que hacer cumplir la ley. El subdirector de la prisión también fue amigable conmigo y me consiguió un trabajo en la sala del tribunal. Incluso me acompañó al área de visitantes para conocer a mis padres y a un miembro de la congregación.

Al principio, yo compartía celda con otros veinte o treinta reclusos, pero luego me cambiaron a una celda para dos personas, lo cual me dio más libertad. Solicité luz eléctrica y, para mi sorpresa, me lo concedieron. Por lo general se prohíbe tener aparatos eléctricos por el riesgo de que los presos intenten electrocutarse. Gracias a mi lámpara, pude estudiar la Biblia y terminar un curso de contabilidad por correspondencia. Cuando me pusieron en libertad en 1970, un amable juez me consiguió empleo.

[Recuadro de la página 249]

La amenaza de ciclones

En febrero de 1962, el ciclón Jenny barrió las islas de Reunión y Mauricio, transformando las aguas del océano Índico que las rodeaban en un monstruo de espuma que inundó las zonas costeras, sobre todo las de Reunión. En Saint-Denis, los edificios quedaron dañados; los árboles, sin hojas, y las carreteras, cubiertas de ramas rotas. Los postes eléctricos se inclinaban peligrosamente, y los cables colgaban a ras del suelo. Por increíble que parezca, el pequeño Salón del Reino no sufrió daños. El ciclón dejó 37 muertos, 250 heridos y miles sin vivienda. En esa fecha, los hermanos se hallaban en una asamblea en Mauricio, donde el ciclón no azotó con tanta fuerza. Aunque no pudieron volver a sus hogares durante varios días, al menos resultaron ilesos.

En 2002, el ciclón Dina causó un desprendimiento que obstruyó durante tres semanas la carretera hacia Cilaos. La sucursal de Reunión se encargó enseguida de enviar un vehículo con tracción en las cuatro ruedas cargado con provisiones para los treinta hermanos que había allí. Este se unió a una caravana de otros quince vehículos encabezada por la policía. Secciones del pavimento habían sido arrastradas hacia un río, así que la caravana tuvo que bajar al lecho del río y subir de nuevo a la carretera. ¡Cuánto se alegraron los hermanos de Cilaos cuando llegó el vehículo!

[Ilustraciones y tabla de las páginas 252 y 253]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

DATOS HISTÓRICOS: Reunión

1955 Visita de Robert Nisbet en septiembre.

1960

1961 Llega una familia de Testigos de Francia y encuentra a muchas personas interesadas.

1963 M. G. Henschel, de la sede mundial, habla ante un auditorio de 155 personas.

1964 La supervisión de la obra pasa de Francia a Mauricio; 230 asisten a la primera asamblea de circuito local.

1967 Se registra la entidad legal Asociación de los Testigos de Jehová.

1970

1975 Se levanta la proscripción de La Atalaya en Francia.

1980

1985 La cifra de publicadores sobrepasa los 1.000.

1990

1992 La cifra de publicadores sobrepasa los 2.000. Se compran terrenos en La Possession para construir una oficina, un Salón de Asambleas y un hogar misional.

1996 Se termina el primer Salón del Reino de construcción rápida.

1998 Se celebra la primera asamblea en el nuevo Salón de Asambleas de La Possession.

2000

2006 Reunión cuenta con unos 2.590 publicadores activos.

[Ilustración]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Publicadores

Precursores

3.000

2.000

1.000

1960 1970 1980 1990 2000

[Ilustraciones a toda plana de la página 223]

[Ilustración de la página 224]

Adam Lisiak predicó en la isla de Reunión durante un mes en 1959

[Ilustración de la página 224]

Noémie Duray, Jeannine Pégoud y su hijo, Christian, de camino a Reunión (1961)

[Ilustración de la página 227]

Salón del Reino de Le Port (1965)

[Ilustración de la página 230]

Se alquilaban autobuses con los lados abiertos para los viajes de predicación (1965)

[Ilustración de la página 230]

Josette Bonnecaze

[Ilustración de la página 235]

Jeannine Corino

[Ilustración de la página 235]

Predicación en Saint-Paul (1965)

[Ilustración de la página 243]

Cléo Lapierre

[Ilustraciones de las páginas 244 y 245]

Louis y Anne Nelaupe predicaron en pueblos aislados y se alimentaron de guayabas que encontraban por el camino

Circo de Mafate

[Ilustración de la página 248]

Salón del Reino de Saint-Louis terminado (1988)

[Ilustraciones de la página 251]

Asambleas

Primera asamblea de circuito local, celebrada en la planta alta de un restaurante (1964)

La cueva de los primeros franceses, lugar donde se celebró una asamblea de distrito

Lugar de reuniones temporal (Saint-Denis, 1965)