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Nicaragua

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NICARAGUA está situada en el mismo corazón de la América Central; es la más grande de las cinco repúblicas centroamericanas. La mayoría de su población vive en la porción sudoeste del país en términos generales en paralelo con la costa del Pacífico. La mayor parte de esta zona consiste en llanuras costeras y lacustres, con algunas montañas bajas y volcanes espectaculares. El suelo volcánico es muy fértil, y el clima es tropical. En cuanto a estaciones, hay dos: la estación cálida y seca de noviembre a abril, y la estación cálida y lluviosa de mayo a octubre.

La conquista española, a principios del siglo dieciséis, implantó aquí la religión católica romana y el idioma español. Por lo tanto, los habitantes son mayormente descendientes de los indios y los conquistadores españoles. Son, en general, de disposición amigable y tienen profunda reverencia a la Biblia y a Dios. Saben escuchar. Aunque son un pueblo alegre y jovial, no se inclinan a burlarse de la religión. Hasta los que al principio se oponen responden a la bondad y se envuelven en una consideración de asuntos. En una palabra, son afectuosos.

LLEGADA DE LOS PRIMEROS MISIONEROS DE LA WATCH TOWER

Fue el 28 de junio de 1945 que Francis Wallace y su hermano Fred llegaron al aeropuerto de Las Mercedes. Era una mañana cálida cuando las ruedas del DC-3 de dos motores rodaron sobre la pista de asfalto negro. Estos dos jóvenes, ambos de unos dos metros de altura, notaron el verde intenso de la hierba que se extendía como alfombra en los campos circundantes, y el agradable olor de la brisa ligera. Dentro de un día o dos hallaron un apartamento que se alquilaba, se establecieron en éste y comenzaron su obra misional. Así se estableció el primer hogar misional en Managua, que ha sido la capital del país desde 1855.

¿Le hubiera gustado a usted efectuar ese trabajo en un territorio donde no había ni un solo publicador informando? Es cierto que una hermana precursora había visitado a Nicaragua unos dos años antes y había colocado literatura en diferentes partes del país. También, un hombre de la zona minera del país había pedido una caja de libros Hijos para distribuirlos. No obstante, la mayoría de la gente de Managua jamás había oído acerca de los testigos de Jehová.

Estos hermanos habían traído un fonógrafo portátil y unos cuantos discos. Por eso, por alrededor de dos meses, o hasta que los discos se gastaron, usaron este instrumento en su ministerio. Era una muy interesante novedad para la gente. Casi todo el mundo escuchaba —705 personas oyeron el mensaje por fonógrafo el primer mes— y tomaron la literatura que se les ofreció. Al principio los hermanos solo podían mostrar un ejemplar de “La Verdad Os Hará Libres” y anotar pedidos, o colocar unos cuantos folletos que habían traído con ellos. Obreros en el lugar de construcción de un nuevo teatro se reunieron para escuchar el disco, y la mayoría de ellos pidieron el libro. Era muy fácil colocar libros; lo difícil era mantener suficientes existencias. En julio de aquel año un misionero colocó 98 libros y 164 folletos; en agosto, 53 libros (el abastecimiento se agotó el 13 de agosto) y 621 folletos; la marca fue de 34 libros en un solo día.

Estudios bíblicos de casa, usando el libro “La Verdad Os Hará Libres” como libro de texto, se establecieron en muchos hogares. Personas honradas reconocían el sonido de la verdad en las publicaciones de la Sociedad Watch Tower. Una señora, anteriormente adventista, le dijo a un misionero que su conciencia nunca estaba tranquila como adventista; sabía que no estaba observando el sábado correctamente, y sabía que otros adventistas no lo estaban observando tampoco; estaba cansada de ser una hipócrita. Un joven sastre necesitó solo unos cuantos estudios para quedar convencido de que su religión evangélica no le había enseñado toda la verdad. Este hombre, Juan Beteta, más tarde llegó a ser precursor especial. Dolores Abaunza, una joven que vendía zapatos en el Mercado Central, oyó con aprecio y aceptó un estudio. Con el tiempo fue precursora y todavía está sirviendo felizmente en ese ministerio de tiempo cabal.

En octubre de 1945 llegaron más misioneros, de modo que quedó cabalmente ocupado el piso que los misioneros originales habían alquilado sobre un establecimiento comercial en el centro de la ciudad. En este segundo grupo de misioneros había dos matrimonios y cuatro hermanas solteras, entre ellas Jane Wallace, la hermana carnal de los primeros misioneros. Se hicieron mapas convenientes del territorio y se comenzó una intensa campaña de testificación de casa en casa.

Managua en aquel tiempo era una ciudad pequeña de unas 120.000 personas (hoy, en 1971, ha aumentado a 400.000 personas). Solo el centro de la ciudad, una sección de unas doce manzanas en cuadro, estaba pavimentado. Las demás calles eran polvo profundo en la estación seca, o se llenaban de agua durante la precipitación torrencial de la temporada de las lluvias. Después de una lluvia los niños obtenían dinero por medio de colocar tablones de un lado a otro de las calles y cobrándole a cada persona que tuviera que cruzar. Era penoso soportar el sol caliente y el polvo volador que llevaban los vientos de la temporada seca. El paludismo, el tifo, la hepatitis y otras enfermedades tropicales eran comunes.

Aunque nominalmente católicos romanos, grandes cantidades de personas de ningún modo eran católicos practicantes. Había las grandes procesiones de la “Semana Santa” y el “llevar el santo” el 1 de agosto, cuando millares de personas de toda Nicaragua iban a un pueblecito a unos ocho kilómetros fuera de Managua, pasaban la noche en desorden, bebiendo y jugando, y el día siguiente llevaban a Managua la pequeña imagen de “San” Dominico, el santo patrón de Managua. Otra gran fiesta para ellos era la del 8 de diciembre, la fecha supuesta de la “inmaculada concepción” de María, cuando muchas personas cantaban canciones a la “Virgen” alrededor de un altar, y las calles se llenaban de miles de personas que disparaban petardos y cohetes, y gritaban. Esta costumbre católica particular de Nicaragua ha llegado a ser conocida como la “gritería.” Aparte de participar en estas ocasiones especiales, muchas personas prestaban poca atención a la Iglesia Católica.

Por lo tanto la obra marchó bien. Personas que nunca habían tenido la Biblia en sus manos comenzaron a aprender lo que ésta decía y a amarla. El estudio semanal de La Atalaya y la reunión de servicio fueron organizados en el hogar misional en Managua poco después de la llegada del segundo grupo de misioneros. Para abril de 1946 treinta y cuatro personas asistían a la reunión de servicio los jueves y cuarenta y cinco al estudio de La Atalaya los domingos. Uno de los primeros que asistió con regularidad fue un joven carpintero, Arnoldo Castro, y dos amigos. Cuando se anunció que habría una asamblea internacional en Cleveland, Ohio, en agosto de 1946, Arnoldo decidió asistir. Declara: “Ahora me doy cuenta de cómo Jehová bendijo mi esfuerzo, porque el dinero que reuní de ninguna manera era suficiente para un viaje de nueve a once mil kilómetros. La guía de Jehová me puso en comunicación con personas que, aunque no me dieron ayuda financiera, me mostraron cómo realizar mi propósito. La ayuda de estas personas bondadosas, todas testigos dedicados de Jehová, hizo que me sintiera aun más seguro de que había hallado la organización verdadera de Jehová. Por eso, en la Asamblea Teocrática de ‘Naciones Alegres’ fui bautizado en las aguas del lago Erie.” Fue el primer nicaragüense que asistió a una asamblea internacional fuera del país. Ahora él y uno de sus hijos son precursores especiales.

El año 1946 fue un tiempo muy feliz para los misioneros y los nuevos publicadores que estaban comenzando a participar en la obra de dar testimonio. Los hermanos Knorr y Franz, presidente y vicepresidente respectivamente de la Sociedad Watch Tower, visitaron a Nicaragua en abril. Llegando jueves, los visitantes asistieron a la reunión de servicio y entonces, con el hermano Franz de intérprete, el hermano Knorr habló a un auditorio de treinta y cuatro personas incluso los misioneros. El misionero William E. Call, recientemente transferido de Costa Rica, estuvo entre ellos. El domingo en la tarde el hermano Knorr habló en una reunión pública acerca del tema “¡Regocijaos, oh naciones!” Un total de 158 personas llenaron el jardín en el techo de uno de los edificios más altos de Managua para escuchar este mensaje de esperanza.

Antes de partir, el hermano Knorr estableció una sucursal de la Sociedad Watch Tower en Nicaragua, nombrando siervo de sucursal al hermano Call. En aquel tiempo él era un joven de veintiséis años en cuyo cabello negro asomaban unas canas prematuras en las sienes. Dos años más tarde, un representante especial de la Sociedad, J. S. Steelman, visitó a la sucursal nicaragüense... algo de cierto modo parecido a la visita de un siervo de zona. Esto dio más ímpetu a la obra.

En mayo de 1946, los hermanos Wallace fueron a León para tratar de hallar a un hermano de quien se sabía que había participado en la obra con la hermana precursora que había visitado a Nicaragua dos años antes de la llegada de los misioneros. Este hombre acompañó a los dos misioneros en el ministerio de en casa en León y en varios pueblos vecinos. Más tarde fue asignado a testificar en la ciudad de Chinandega... ¡nuestro primer precursor especial!

En febrero de 1948, el siervo de sucursal, el hermano Call y dos misioneros hicieron un viaje por avión a la costa del Caribe de Nicaragua, para determinar si se necesitaban misioneros allí. Se observó que había mucho interés y dejaron muchos miles de piezas de literatura en manos de la gente en su viaje de una semana que los llevó a Bluefields, Puerto Cabezas y Siuna, una ciudad con minas de oro en las montañas.

Habiendo oído informes de que había interés en la zona de Rivas, en las riberas meridionales del Gran Lago de Nicaragua, un grupo de misioneros fue a investigar. Descubrieron que en el pueblo de San Jorge había muchas personas que estaban dispuestas a escuchar. Se decidió que la ciudad cercana de Rivas sería un buen lugar para precursores especiales cuando los hubiera disponibles.

En julio de 1948 se colocó un fundamento para la obra del Reino en Granada, la tercera entre las más grandes ciudades de Nicaragua, cuando el precursor especial José Estrada fue enviado a aquel lugar. Granada era el puerto principal del Gran Lago, una ciudad de unas 30.000 personas.

EXPANSIÓN TEOCRÁTICA

Mientras tanto, en diciembre de 1946 los misioneros se mudaron una nueva casa alquilada. Esta casa, un edificio de dos pisos con los pisos embaldosados, tenía un excelente salón grande para un Salón del Reino, y comodidades para la oficina de la Sociedad. Esta casa llegó a ser el centro de la obra teocrática en Nicaragua por cinco años.

A principios de 1947 Francis Wallace fue nombrado siervo de circuito de tiempo parcial. En aquel tiempo había una congregación en Managua y, también, había personas interesadas en Chinandega y la ciudad portuaria de Corinto, en la costa del Pacífico. No había carretera a estas ciudades occidentales de Nicaragua, pero un ferrocarril de vía estrecha las enlazaba con la capital. Él recuerda uno de estos viajes en tren para servir durante una semana en Chinandega:

“El tren había de partir de Managua a las cinco de la mañana. No había posibilidad de conseguir un taxímetro a aquella hora, ni un coche (vehículo del que tiraban caballos, entonces muy comunes en Managua). De modo que caminé las diez manzanas hasta la estación del tren, cargando mi pesada maleta. El tren hacía todas las paradas y llevaba carga además de pasajeros, con vagones de tercera clase, abiertos al viento, y muchos de los pasajeros eran mujeres que iban al mercado con sus canastos llenos de productos agrícolas. Era agradable sentarse y observar el tranquilo lago Xolotlán (Managua) mientras el tren avanzaba ruidosamente a lo largo de sus riberas y la aurora teñía de luz rosada el cielo. Pero cuando salíamos de la ribera del lago y el sol calentaba y el polvo que el tren agitaba subía, ya no era tan agradable la situación. Debido al calor teníamos que mantener las ventanas abiertas la mayor parte del tiempo. En las estaciones a lo largo de la ruta la gente entraba en el tren vendiendo pescado frito y “quesillo,” un manejar delicioso hecho de queso y servido en una hoja de plátano.

“En el viaje iba leyendo el nuevo libro ‘Sea Dios Veraz’ y algunos de mis compañeros en los asientos se interesaron en él. Le coloqué un ejemplar a una dama amigable y conseguí su nombre y dirección para una revisita. El tren llegó a Chinandega al mediodía. Yo estaba incómodo debido al calor, cansado y polvoriento, de modo que llamé un coche, fui a una pensión y me di una refrescante ducha. Entonces, después de almorzar y dormir una corta siesta, fui a la casa del hermano, y visitamos a personas que habían mostrado interés. Algunas de ellas eran miembros de la Iglesia Pentecostal, y quisieron que yo pronunciara un discurso en la iglesia aquella noche. Este lugar estaba en la última calle y la calle no estaba iluminada. Carretas de bueyes con sus muy pesadas ruedas de madera habían estado usando esta calle y el polvo tenía varios centímetros de espesor. Metí el pie en un hoyo en la oscuridad y caí cuan largo era. Pronto llegué a la iglesia, iluminada por una lámpara de carburo que chisporroteaba y titilaba en la brisa. Unas cincuenta personas escucharon muy atentamente, interrumpiendo el discurso a veces con exclamaciones de: ¡Amén! Después hubo una sesión de preguntas y respuestas y me pidieron que orara. El hermano y otras personas interesadas caminaron conmigo de regreso a la pensión y continuamos la conversación hasta casi la medianoche. Estaba seguro de que aquellos interesados pronto serían hermanos.”

El agua de los pueblos pequeños a menudo estaba contaminada, y moscas y mosquitos invadían los hoteles, de modo que con frecuencia los siervos de circuito regresaban de aquellos viajes con paludismo o disentería. Pero había medicinas disponibles y cuando se recuperaban estaban listos para volver.

En julio de 1947 se celebró la primera asamblea de circuito en Managua, con una concurrencia de cincuenta personas; tres se bautizaron. Las sesiones se celebraron en el hogar misional, y el discurso público fue pronunciado en el Teatro Trébol, un gran teatro al aire libre a unas dos manzanas de distancia.

En 1949 tuvimos la primera asamblea de circuito que se celebró fuera de Managua. Se hicieron arreglos para tenerla en Corinto, donde un excelente auditorio escuchó el discurso público alrededor del quiosco de música del parque central. Aquel año, también, el hermano Knorr y Robert Morgan visitaron en diciembre, y aquélla fue la ocasión para la más grande asamblea hasta entonces. Seis grandes carteles colgantes de tela con el anuncio del discurso público se habían extendido a través de las calles principales y se utilizaron 50.000 hojas sueltas además de carteles para anunciar en las calles y en las tiendas. El discurso “Libertad a los cautivos,” con su electrizante desenmascaramiento de la Inquisición, produjo mucho comentario. La visita del hermano Knorr se recuerda especialmente por el consejo que dio a los hermanos sobre “Prediquen la Palabra.” A él le agradó el que la obra estuviera extendiéndose a otras partes de Nicaragua, habiendo en aquel tiempo cuatro congregaciones y cinco grupos aislados. Hizo arreglos para mayor expansión de la obra en la forma de hogares misionales.

MÁS HOGARES MISIONALES

En julio de 1949 el hermano Sydney Porter y su esposa Phyllis y dos hermanas solteras fueron asignados a un hogar misional en Jinotepe, ubicado en el centro de la zona del cultivo del café a cuarenta y ocho kilómetros al sur de Managua. Aunque se hicieron muchos esfuerzos para dar un testimonio cabal, pareció que el terreno literal era más productivo que el espiritual. Pasaron cinco años y solo un puñado de publicadores informaba. Pareció más práctico transferir el hogar a una zona más productiva, de modo que el hogar de Jinotepe fue cerrado. No obstante, la semilla excelente había sido sembrada. En 1969 la chispa de interés se convirtió en llamarada y para abril de 1971 la congregación informaba cuarenta y cuatro publicadores y tres precursores especiales. Más tarde se compró cierta propiedad y los hermanos ahora han terminado de construir su propio Salón del Reino.

León, en Segundo lugar entre las ciudades grandes de Nicaragua, a unos ochenta kilómetros al oeste de la capital, es un centro agrícola y universitario. Es una ciudad muy antigua, fundada en 1523 por Francisco Hernández de Córdoba. Su catedral católica romana, comenzada siete años más tarde, según informes costó cinco millones de dólares. Al oeste de la ciudad se extienden llanuras fértiles hasta la costa del Pacífico. Al este, montañas y selva cobijan una cadena de volcanes activos. El algodón es rey en toda esta zona. Pero las siembras han sufrido mucho daño debido a varias erupciones volcánicas recientes. En diciembre de 1968 ocurrió la erupción de Cerro Negro, cubriendo los campos, que ya estaban blancos para la cosecha del algodón, de arena y ceniza volcánica. Entonces en febrero de 1971 una erupción más grave arrojó millones de toneladas de arena y ceniza sobre León y la zona circundante. Muchos techos se desplomaron debido al peso antes que la arena pudiera ser quitada de ellos.

Al llegar más graduados de Galaad, se abrió el tercer hogar misional, en León, el 1 de septiembre de 1952. León era un baluarte católico y a las seis hermanas se les hizo difícil hallar una casa para alquilarla. La obra había sido presentada en falsos colores como comunista y a los dueños de casas se les amenazaba con represalias si nos alquilaban un lugar. Las misioneras tuvieron que mostrar mucha paciencia para vencer la falsedad ampliamente esparcida de que ‘los testigos de Jehová son comunistas y reciben un cheque de Rusia cada mes.’ Pero al fin se encontró una casa y la obra continuó. Cinco años más tarde se formó una congregación de quince publicadores. Para abril de 1971 había dos unidades, con un total de 120 publicadores activos en León y sus alrededores.

Una generosa contribución le había hecho posible a la congregación comprar propiedad en 1963 y construir su propio Salón del Reino. Pocos años después un hogar misional fue añadido detrás de la propiedad. Aunque las seis hermanas misioneras originales ya no están en el hogar, otros han tomado su lugar, pero ahora no hay preocupación en cuanto a tener que mudarse debido a que se ejerza presión en los dueños de casas. No obstante, hay otros problemas que vencer, con la ayuda de Jehová. León es una zona plagada por el paludismo, y pocos misioneros han escapado de este azote. Pero los pasos para eliminar el paludismo y las medicinas para combatirlo han mejorado, de modo que ya no es el serio problema que solía ser.

Las erupciones repetidas de Cerro Negro también han sido una gran carga. Una misionera informa: “Día tras día durante la erupción nos sentíamos inmundas, sucias. En nuestros estudios bíblicos, aun cuando el viento soplaba ligeramente, la ceniza y la arena volcánicas se colaban desde los techos embaldosados y caía sobre nuestro cuello y espalda y se extendía sobre nuestra literatura de modo que teníamos que soplar para librarnos de aquello y comenzar de nuevo . . . hasta la siguiente brisa. Para los hermanos era muy irritador tratar de mantener sus hogares limpios. Hasta el barrer cuatro y cinco veces al día no era suficiente para quitar la suciedad y eliminar el crujido de los desprendimientos volcánicos de debajo de los pies. Pero durante todo este tiempo los hermanos no abandonaron el reunirse y la participación en el servicio. Aguantaron y se deleitaron en el ministerio.”

La lluvia, también, puede significar aumento de dificultades en este país. En noviembre de 1960 una precipitación intensa de diez días produjo condiciones de inundación por toda la zona. El suministro de agua quedó contaminado. Casas de las zonas rurales fueron barridas por el agua. Algunos de los hermanos perdieron todas sus pertenencias y se vieron en urgente necesidad de ayuda. Misioneros y otros hermanos penetraron en las secciones inundadas, cruzando ríos por medio de agarrarse firmemente de cuerdas para no ser llevados río abajo por las aguas. Atendieron hermanos que se enfermaron de paludismo y los ayudaron a mudarse a terreno más elevado. Se dio estímulo espiritual, y entonces en enero llegó ayuda material de parte de hermanos generosos de los Estados Unidos que habían contribuido ropa para los hermanos de Nicaragua lo que necesitaban. Más de 1.300 de piezas de vestir fueron distribuidas desde once diferentes Salones del Reino a más de 535 publicadores y otras personas que estudiaban la Biblia con ellos.

Un cuarto hogar misional se estableció cuando los misioneros fueron transferidos desde Jinotepe a Granada, cuarenta y ocho kilómetros al sudeste de Managua. El hogar aquí fue inaugurado en enero de 1955. Granada es la tercera entre las ciudades más grandes y tiene fecha de origen de 1523, habiendo sido fundada por Francisco Hernández de Córdoba, quien también fundó a León. Es puerto de lago y está ubicada en la ribera oeste del lago Nicaragua, uno de los diez lagos de mayor extensión del mundo. Granada se jactaba de ser sólidamente católica, pero ahora, debido a desunión interna, corrupción clerical e hipocresía, la influencia eclesiástica va disminuyendo.

Tres hermanas fueron asignadas a este hogar. Tenían una asignación difícil. Fue aquí que hubo acción de chusma organizada al principio de un discurso público en un parque en enero de 1951. El temor a los vecinos cundía en la ciudad. Era difícil comenzar estudios bíblicos de casa. Pero las visitas amigables con regularidad y la colocación de revistas ablandaron el territorio y sirvieron para hallar a las personas que tenían interés. En 1949, antes del establecimiento del hogar misional, se había formado una congregación, pero era algo débil. No había un crecimiento fenomenal; solo un lento fluir de interés se hacía patente a través de los años. Esto quizás se debía en parte al hecho de que por once años el hogar y el Salón del Reino estuvieron ubicados a la sombra, literalmente, de una iglesia y una escuela católicas que estaban enfrente, al cruzar la calle. Los hermanos se resolvieron a construir su propio salón, y en septiembre de 1966 finalmente se realizó el proyecto. Ahora se erigió un salón grande y espacioso, junto con habitaciones para precursores. Los hermanos locales han demostrado que están capacitados para atender la obra. En abril de 1971 cuarenta y cuatro publicadores se regocijaron al ver una concurrencia de 174 personas al Memorial . . . ¡casi cuatro veces el número de ellos!

A mitad de camino entre las ciudades de Managua y Granada está Masaya. Ubicada al lado de una grande y profunda laguna de un cráter, bien pudiera ser llamada la ciudad de los “recuerdos,” pues es el centro de pequeños artículos fabricados para turistas... artículos hechos de caracoles, caparazones de tortuga, diversas maderas, pajas, bambú, algodón y cuero. El hermano Francis Wallace, uno de los dos misioneros originales, se había casado con una hermana misionera. Se decidió asignarlos a Masaya y abrir un hogar misional allí, pues parecía haber buen interés y posibilidades para una congregación. En agosto de 1952 se estableció el hogar. Por dos años se efectuó obra misional en la ciudad. Como León y Granada, era un lugar en que dominaba el catolicismo. Se sembró mucha semilla y se hizo buen trabajo, pero hubo muy poca respuesta. Por eso,el hogar fue cerrado. Aun así, se había colocado un cimiento, y en febrero de 1965 dos publicadores locales, hermano y hermana carnales, fueron asignados como precursores especiales directamente desde las filas de los publicadores. El territorio resultó estar maduro y la pequeña congregación creció. Cuatro años más tarde se hizo necesario formar una segunda unidad debido al aumento en la asistencia en las reuniones. En preparación para esta nueva unidad se construyó un Salón del Reino en propiedad donada. Ahora, solo seis años después de haberse asignado precursores especiales a Masaya, hay más de ochenta publicadores en cada unidad.

La fresca ciudad de Matagalpa, anidada en la montañosa sección cafetera del norte de Nicaragua, fue el lugar de nuestro sexto hogar misional, en septiembre de 1957. Un matrimonio y dos hermanas fueron asignados a este lugar. La gente aquí se inclina a asuntos de sociedad y está muy consciente de los niveles sociales. Los misioneros se esforzaron arduamente por cinco años y dieron buen testimonio, pero terminaron con solo un publicador informando servicio del campo. Como en el caso de Masaya, se decidió descontinuar el hogar y utilizar a precursores especiales locales. Quizás a ellos se les recibiría mejor que a norteamericanos. Cuatro precursores especiales fueron asignados después que el hogar misional fue cerrado. Desde 1963 hasta 1971 los precursores especiales han trabajado industriosamente, pero hasta ahora solo seis publicadores están informando y no ha parecido aconsejable formar una congregación. Pero el testimonio se está dando y somos bien conocidos por toda la zona.

TRABAJO EN LA COSTA ORIENTAL

Selvas y bosques galoneados con ríos cubren la porción oriental de Nicaragua. Zelaya, uno de los dieciséis departamentos de Nicaragua, se extiende desde cerca de la frontera de Costa Rica al sur casi hasta la frontera de Honduras al norte, y no solo es el mayor departamento, sino que es igual en área a los otros quince departamentos combinados. En esta vasta región, salpicada con algunas minas de oro y plata, solo vive el 6 por ciento de la población de Nicaragua, la mayoría en la costa del Caribe.

Muchos de los pequeños poblados llevan nombres de sonido extraño, debido a la influencia de los indios mosquitos que habitaban esta parte del país. No son fieros, y la mayoría de ellos afirman ser cristianos debido a la obra de misioneros moravos que se ubicaron en esta zona hace más de cien años. De modo que la religión aquí es predominantemente morava. Más tarde, los católicos romanos y otras religiones se establecieron.

Los dos pueblos principales son Bluefields y Puerto Cabezas, llamado anteriormente Bragman’s Bluff. Esta sección de la costa entre las dos ciudades, bajo control británico desde 1655, es llamada a veces la “Costa de los Mosquitos.” En 1860 se firmó un tratado por el cual Inglaterra renunciaba a todas sus pretensiones en Nicaragua, pero no fue sino hasta 1893 que Nicaragua asumió control completo. El nombre Bragman’s Bluff fue cambiado entonces a Puerto Cabezas. La zona de Bluefields se ha hecho famosa por su intensa precipitación tropical, de hecho, no es cosa fuera de lo común el que caigan más de 500 centímetros de lluvia durante un año.

La mayoría de la gente aquí tiene piel oscura, pues muchos emigraron originalmente de las Antillas, Jamaica, las islas Caimanes y Barbados para trabajar en las plantaciones de plátano o banana. También se construyeron aserraderos para cortar y exportar la caoba, el pino y el cedro que crecían abundantemente en los bosques. Pero gradualmente los bosques se agotaron o quedaron demasiado distantes de las zonas costaneras para ser explotados provechosamente. Las plantaciones de plátano fueron azotadas por plagas y pestes; tanto, que hoy no se exportan plátanos desde la costa oriental. Se dio atención entonces a la producción de arroz y habichuelas y también a las riquezas del mar. Ahora funciona una gran flota de botes que cargan camarones y langostas desde Bluefields y ésta ha llegado a ser la industria principal; toneladas de mariscos se envían anualmente al exterior.

Como ya se mencionó, algunos misioneros habían hecho visitas exploratorias a la costa oriental en la temprana fecha de octubre de 1946. El viaje por tierra estaba en condiciones muy primitivas, pero la línea aérea nacional sí suministraba una conexión. Los informes que se recibieron indicaron una gran cantidad de interés. Se colocaban cajas enteras de libros aun desde las esquinas de las calles. En una carta a la sucursal con fecha de 22 de septiembre de 1947, el hermano Knorr sugirió la posibilidad de asignar dos misioneros a Bluefields, pero solo fue cinco años más tarde que dos hermanos se hicieron disponibles para ir allí y abrir un hogar misional. En aquel tiempo Casimir Garbinski y Edwin Statland poco se imaginaban que serían el objeto de la ira del clero católico, con el resultado de que se impondría una proscripción temporal sobre nuestra obra.

En seis años se formó una pequeña congregación, pero los hermanos necesitaban más entrenamiento. No obstante, como uno de los misioneros se casó y se fue, se pensó que la obra en Bluefields podía ser atendida por precursores especiales, de modo que el hogar fue cerrado en julio de 1958. Algunas hermanas precursoras especiales fueron asignadas a trabajar con la congregación, pero no podían llevar la delantera en asuntos de organización. Más tarde un hermano fue nombrado superintendente y precursor especial, pero la obra quedó casi estancada. Sin embargo, es interesante notar que en casi todo hogar la gente tiene una Biblia y muchos de nuestros libros. Toman las revistas con regularidad. Parece que los hermanos sencillamente no tenían suficiente experiencia ellos mismos para llevar a otros a la madurez. La obra realmente obtuvo ímpetu cuando una familia que vino de los Estados Unidos se mudó allí a servir donde había más necesidad de ayuda. Más tarde otros vinieron, y ahora la congregación va creciendo y se conducen reuniones tanto en español como en inglés. Hay casi treinta publicadores informando, ¡y qué gozo fue ver, el 15 de mayo de 1971, a 107 personas asistir al programa de dedicación de su nuevo Salón del Reino!

La segunda entre las ciudades principales de la costa oriental, Puerto Cabezas, está ubicada a unos 225 kilómetros costa arriba. Este pueblo de 8.000 personas también llegó a ser el centro para un hogar misional en noviembre de 1957. Casimir Garbinski fue transferido a este hogar cuando el hogar de Bluefields fue cerrado en 1958. Él tuvo que ver con el comienzo de una congregación y llegó a ser conocido por toda la costa oriental y especialmente en Puerto Cabezas donde viajaba en bicicleta. En abril de 1961 quedó parcialmente paralizado debido a contacto con DDT, y casi murió. Puesto que no podía caminar ni alimentarse, fue llevado a la sucursal en Managua, donde los misioneros lo atendieron y donde pudo recibir atención médica. Cuando se hizo patente que su condición no le permitiría efectuar la obra de misionero, fue llevado al Betel de Nueva York. Allí mejoró y con su alegre ánimo llegó a ser una contribución valiosa a la familia de Betel. Trabajó de toda alma en sus asignaciones hasta su muerte en agosto de 1970. Muchas personas de Puerto Cabezas todavía preguntan acerca de él y hablan con cariño del “hermano Charlie,” como lo llamaban.

Literalmente toneladas de literatura han sido colocadas en las manos de la gente en esta zona. Todo el mundo se inclina a escuchar y hablar acerca de la Biblia. Pero la religión morava todavía tiene fuerte influencia en la gente; aunque no es tanto el temor de dejar la Iglesia lo que hace difícil el traer nuevos a la organización de Jehová como lo son los asuntos sociales a los cuales la gente está acostumbrada y por los cuales se rige. Se pueden comenzar muchos estudios bíblicos, y no es cosa fuera de lo común colocar 1.000 revistas en un mes, pero la mayoría de las personas no se separa de su religión falsa. todo el mundo conoce a todos los demás, y se les hace difícil separarse de personas en íntima relación con ellos. Pero la obra ha progresado, y en noviembre de 1959 se formó una congregación. Desde que se cerró el hogar en diciembre de 1963, los hermanos locales han llevado la responsabilidad de la predicación. Debido a las condiciones económicas locales algunos de los hermanos se han mudado a otros lugares, de modo que hay menos publicadores ahora que hace diez años. Pero puede que muchos todavía respondan si se les enseña debidamente. Esperamos que una familia o dos se hagan disponibles para servir aquí y ayudar a nuestros humildes hermanos que suplican más entrenamiento para poder ayudar a otros.

Otras zonas de este vasto departamento han estado casi sin tocar. En enero de 1966 seis misioneros sí visitaron una región donde el mensaje jamás había sido oído antes. Viajaron por furgoneta y embarcación fluvial a través de selva densa, el hogar de boas, monos y caimanes, hasta Bluefields en la costa del Atlántico. Allí pudieron hacer cambios a varias embarcaciones que iban hacia el norte por la “Costa de los Mosquitos.” En Prinzapolca, en la desembocadura del río del mismo nombre, se transfirieron a una barcaza para mineral para hacer el viaje río arriba a través de más territorio selvático a Siuna. Allí pudieron conseguir un vuelo para regresar a Managua. Durante el viaje presentaron por lo menos una exhibición de la película de la Sociedad y colocaron 823 libros empastados y Biblias así como grandes cantidades de revistas y folletos pequeños. Hallaron a muchas personas que verdaderamente estaban interesadas en la Biblia en este territorio que es predominantemente moravo en cuanto a religión. (Vea “Cuando la predicación llega a ser una a aventura,” ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1966) Pero hasta la fecha no hemos podido concentrar en estas zonas, porque están tan separadas unas de otras.

PREDICANDO POR LA RIBERA DEL GRAN LAGO

A principios de 1950 una persona de personalidad muy colorida visitó la sucursal de Managua. Este fue Abraham Downs, hijo de un pastor adventista, que entonces vivía en San Carlos en el extremo sudeste del lago Nicaragua. Porque llevaba una barba abundante, al señor Downs algunos lo llamaban “padre Abraham.” Habiendo recibido alguna de nuestra literatura, descubrió que aclaraba cosas que la religión de su padre nunca pudo contestar. Como en San Carlos no vivían Testigos, ni visitaban aquel lugar, se decidió a visitarnos en Managua y obtener un entendimiento más claro de la verdad. ¡Y vino! Todos disfrutamos de su manera de hablar, que sonaba como el idioma inglés de los tiempos del rey Jaime, y de su aparentemente interminable fondo de información acerca del Gran Lago. El señor Downs estaba convencido de que los testigos de Jehová tenían la verdad, y pidió que se le bautizara.

En marzo de 1950 el siervo de circuito visitó a este hermano y al grupo de personas que él había interesado en la verdad. El viaje llevaba por autobús a Rivas, por coche a San Jorge en la costa, entonces por la vieja embarcación lacustre de dos pisos “Victoria” a San Carlos, un viaje de dieciséis horas en embarcación.

LIMPIANDO LA ORGANIZACIÓN

En Nicaragua la condición moral en general es baja. Muchos hombres y mujeres viven en concubinato franco; y muchos hombres tienen otras mujeres además de su esposa legal. Aproximadamente el 53 por ciento de los niños que nacen son ilegítimos. Se observa que muchas personas se casan jóvenes y más tarde se separan; como es difícil y costoso obtener un divorcio, gradualmente entran en arreglos consensuales laxos. Algunas de estas personas responden al mensaje de la Biblia y estudian con los testigos de Jehová.

Desde 1945 a agosto de 1951 algunas personas que no habían enderezado sus asuntos matrimoniales asistían a las reuniones de los testigos de Jehová y algunas participaban en el servicio del campo. Un sastre, activo irregularmente, vivía con una mujer que no era su esposa. Más tarde la dejó y comenzó a vivir con otra. Puesto que el segundo arreglo no prosperó, volvió a la primera mujer. Otro hermano bautizado que servía de precursor invitó a una mujer a vivir con él sin casarse con ella. Para agosto de 1951 se calculaba que de 133 publicadores la condición del matrimonio de treinta y cinco o cuarenta no estaba en conformidad con la norma bíblica. La obra había mostrado un aumento de publicadores cada año, pero ¿qué había de aquellos publicadores que practicaban la inmoralidad? Ni su dedicación ni su servicio podían ser aceptables a Jehová, quien dice: “Y tienen que resultar ser santos, porque yo soy santo.” Tampoco continuaría Jehová trayendo sus “ovejas” a una organización inmunda.

El 31 de octubre de 1951 el hermano Knorr dio instrucciones de enderezar todas las irregularidades y limpiar la organización en Nicaragua. Declaró que no estábamos solo tratando de tener números grandes; lo importante es una organización limpia. Entonces el siguiente enero un representante especial de la Sociedad, T. H. Siebenlist, habló a los hermanos en asamblea y explicó la norma de la Biblia sobre la moralidad y el matrimonio. Les explicó que los que no estuvieran dispuestos a limpiar su condición serían expulsados y no se recibirían más informes de los recién interesados hasta que sus vidas estuvieran en conformidad con la norma de la Biblia.

Esta limpieza no se logró en un solo día, por supuesto, ni siquiera en unos cuantos meses. Una dificultad al principio fue que algunos pensaban que habría solo habla y que no se tomaría acción para remover a los malhechores. Pero descubrieron que, aunque se les trataba con bondad, si no limpiaban sus vidas eran echados. Como resultado, el número de los publicadores bajó en 7 por ciento en 1951, en 7 por ciento en 1952 y en 4 por ciento en 1953. Entonces, con una organización limpia y fortalecida y con renovada evidencia de la bendición de Jehová, la obra siguió adelante en 1954 con un aumento de 20 por ciento en el número de publicadores. En cuanto a las respuestas de los individuos, los publicadores hallaron que una conciencia limpia traía gozo. Uno informó que estaba teniendo muchas dificultades, financieras y de otra índole, y decidió que la causa de ello era que vivía en fornicación. Después de su matrimonio las cosas le fueron mucho mejor. Otros que legalizaron su matrimonio se alegraron por haberlo hecho.

La baja norma de moralidad sigue existiendo en Nicaragua; de hecho, ha empeorado, tal como sucede por todo el mundo. Pero entre el pueblo de Jehová existe una buena condición espiritual, y muchas personas se dan cuenta de esto. Un joven le declaró a un misionero: “Yo nunca podría ser testigo de Jehová, soy muy mundano.” Pero dentro de un mes se comenzó un estudio con él y ahora, unos cuatro años más tarde, es un muy activo siervo congregación.

OPOSICIÓN

Desde el principio de nuestra obra en Nicaragua la mayoría de la gente, aunque nominalmente católica, desplegó tolerancia. Muchos funcionarios gubernamentales simpatizaban con nuestra obra y eran suscriptores de las revistas. José Frixione, ministro del Distrito Nacional, nos dio permiso para usar los parques de la ciudad para pronunciar discursos públicos, y pronunciamos varios discursos los domingos por la tarde en el parque Central de Managua, ubicado frente al Palacio Nacional y la catedral católica romana, sin oposición. Pero cuando se presentaron discursos públicos, bien anunciados, en los principales teatros de la ciudad, amenazas de un boicoteo católico hicieron que un propietario rehusara seguir permitiendo que los testigos de Jehová usaran su teatro.

A los misioneros que se gradúan de la Escuela de Galaad se les entrena para hablar bajo condiciones difíciles, y este entrenamiento fue puesto a una prueba severa el día de las elecciones, el 2 de febrero de 1947, cuando varios centenares de personas, por razones desconocidas, seleccionaron la calle donde está el Salón del Reino para hacer manifestaciones contra el gobierno. Guardias armados vinieron en camiones llenos para dispersar a manifestantes, y durante todo el discurso público hubo alboroto y disparos precisamente fuera de la puerta, pero los que estaban adentro escucharon atentamente la verdad bíblica. La semana siguiente se escuchaban rumores de revuelta armada, y por coincidencia los Testigos estaban distribuyendo invitaciones a un discurso con el tema “Ármese para la defensa.” Muchas personas vinieron a oír esto, pero las “armas de que aprendieron eran espirituales.

Nuestra actividad celosa y el crecimiento continuo de la obra comenzó a despertar el odio de los clérigos. Publicaron varios folletos y volantes difamando nuestra obra. Entonces en enero de 1951 vino un ataque franco contra la obra y los hermanos. Esto sucedió durante una asamblea de circuito celebrada en Granada. Como rasgo de conclusión se habría de pronunciar un discurso público en el parque Colón. Se había solicitado y recibido permiso del alcalde y del comandante militar local. Todo estaba en calma cuando los hermanos empezaron a llegar al parque, pero tan pronto como el orador dijo unas cuantas palabras de introducción comenzó a oírse el sonido de las bocinas de automóviles que estaban estacionados alrededor de todo el parque, y varias procesiones católicas, dirigidas por curas y portando imágenes, convergieron sobre el grupo de Testigos y el auditorio. El ruido aumentó hasta el desbarajuste, mientras los fanáticos católicos gritaban y chillaban. Hubo una lluvia de piedras y el orador fue cubierto de esputo. Los Testigos pensaron que era prudente retirarse.

La Noticia del 30 de enero de 1951 llevaba el titular: “Guerra religiosa desataron antier Católicos contra protestantes en Granada.” El artículo decía: “Esta ciudad estuvo bastante alborotada ayer . . . cuyo origen fue la conferencia pública que iba a dictar en el kiosko del parque Colón, Mr. W. E. Call, a las 4 de la tarde. . . . los católicos, ... llegando al parque Colón cuando el conferencista empezaba a hablar, no dejándolo dictar su conferencia debido a la gran bulla, insultos, amenazas, burlas, y hasta las sirenas de los carros que los católicos llevaron, desataron contra el conferencista. Los protestantes protestaron . . . pero dichosamente todo pasó. La autoridad llegó cuando todo había pasado.”

Flecha del 6 de febrero de 1951 imprimió palabra por palabra una larga carta de los testigos de Jehová presentando los hechos; la carta concluía con estas expresiones: “Personas sinceras y honradas están pasmadas por este suceso justamente cuando la libertad y cultura deben estar en su punto máximo. Encarcelan, golpean y degüellan a los testigos de Jehová en los países dominados por los comunistas, . . . pero . . . en una ciudad cristiana con habitantes oponentes declarados contra el comunismo impío, ¿por qué se sufre igual trato impío y salvaje?”

Quizás la Iglesia Católica no había contado con las muchas voces de protesta de personas asombradas. De todos modos, los testigos de Jehová no fueron molestados de nuevo en Granada. Por otra parte, la oposición oficial crecía. Así sucedió que, cuando el siervo de sucursal, el hermano Call, fue transferido a la sucursal de Costa Rica, y el hermano D. R. Munsterman ocupó su lugar en Nicaragua, el nuevo siervo de sucursal afrontaba un gran problema.

LA OBRA DEL REINO PROSCRITA

El primer indicio de dificultades vino de Bluefields. Los misioneros, Casimir Garbinski y Edwin Statland, habían sido asignados a esta ciudad y habían sido bien recibidos por la gente. Entonces al fin de septiembre de 1952 fueron llamados a la oficina del comandante Carolos Silva M., jefe político (correspondiente a gobernador) del departamento de Zelaya. El comandante Silva les dijo a los misioneros que estaban en el país ilegalmente y les dio tres días para poner sus documentos en orden o salir de allí. El siervo de sucursal llevó el asunto al capitán Arnoldo García, jefe del Departamento de Inmigración, quien declaró que los documentos de los hermanos estaban en condición correcta. Ante la solicitud de información por parte del capitán García, el comandante Silva envió un largo telegrama que el capitán García le mostró a Munsterman. El telegrama decía que los testigos de Jehová atacaban a la Iglesia Católica despiadadamente y que él, el comandante Silva, había recibido muchas quejas de los cuerpos eclesiásticos de Bluefields. En aquel tiempo había misioneros católicos de los Estados Unidos activos en Bluefields.

Al siervo de sucursal se le dijo que tenía que tener permiso del ministro de Gobierno y Religiones, el Dr. Modesto Salmerón, para la obra. El Dr. Salmerón consideró el asunto y rechazó la solicitud de permiso para efectuar nuestra obra. Como resultado de esto, el 17 de octubre de 1952 se emitió una orden que prohibía todas las actividades de los ministros de los testigos de Jehová en Nicaragua. Esta orden fue firmada por el capitán García del Departamento de Inmigración y enviada a los comandantes militares de todos los departamentos de Nicaragua. Los misioneros en Bluefields, León, Jinotepe y Managua fueron notificados de la proscripción.

El siervo de sucursal, después de hacer llamamientos infructuosos al Ministerio de Gobierno y Religiones y al presidente Anastasio Somoza García, dio unos pasos de emergencia. Esperaba que los misioneros fueran deportados en cualquier momento y que los publicadores locales fueran arrestados y echados en la cárcel. Como precaución razonable, el Salón del Reino, un edificio alquilado, fue cerrado y los hermanos comenzaron a reunirse en grupos más pequeños. Se descontinuó la obra con las revistas en las calles y la literatura de la sucursal se distribuyó a varios lugares seguros. Se obtuvieron los servicios de un abogado y se decidió apelar el asunto ante la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua. El abogado, el Dr. Eduardo Conrado Vado, era entonces miembro del Congreso, perteneciente al partido de la oposición o Partido Conservador. Para hacer la apelación hizo un estudio cabal de nuestra literatura, y le gustó lo que leyó. Como declaró: “¿Saben una cosa? No me tomaría mucho ser uno de ustedes.”

Un Recurso de Amparo fue presentado a la Corte Suprema el 2 de diciembre de 1952. Después de presentar una corta historia de los Testigos y un resumen de sus creencias, el Recurso declaraba los hechos que habían conducido a la proscripción, como sigue “Los religiosos católicos de la Diócesis Nicaragüense, han desatado una campaña sistemática en contra de . . . los testigos de Jehová. Tal campaña ha repercutido y encontrado eco en el criterio de algunos funcionarios y autoridades del gobierno de Nicaragua, y han influenciado de tal manera a dichos funcionarios y autoridades que han puesto en peligro la libertad de cultos con flagrante violación del principio constitucional que la garantiza.” Después de declarar los siete artículos de la Constitución que garantizan la libertad de religión y creencia, el Recurso pedía que la Corte anulara la orden inconstitucional contra la actividad de los testigos de Jehová.

La proscripción de la actividad de los Testigos y el Recurso de Amparo contra ésta resultaron en una inundación de publicidad periodística. Por ejemplo, El Gran Diario, de Managua, con fecha de 6 de diciembre de 1952, llevó estos titulares en tipo grande: “Nicaragua igual que Alemania nazi, Italia fascista y la Rusia soviética.” El artículo decía, en parte: “‘¿Querrá también Nicaragua figurar en el rol de los países antidemocráticos de la América que pisotean el principio ya consagrado universalmente de la Libertad de Culto?’ Tal es la interrogación que establecen en un extenso escrito los Misioneros de la secta Testigos de Jehová, en el Recurso de Amparo interpuesto ante la Corte Suprema de Justicia . . . En otra parte del escrito y bajo el título ‘¿Dónde se les persigue?’ dicen: ‘Es muy digno de notarse, honorables Magistrados, que a los Testigos de Jehová solamente se les persigue o se les restringen sus derechos en los países antidemocráticos y totalitarios, así como en todos los países detrás de la cortina de hierro, en Italia fascista de Mussolini y la Alemania nazi. En cambio, gozan de toda libertad en países democráticos.’”

Los periódicos también insinuaron la fuente de la presión que se ejerció en el gobierno que resultó en la proscripción. Por ejemplo, La Prensa citó palabras del arzobispo católico nicaragüense Gonzáles y Robleto en las que decía que los testigos de Jehová eran comunistas. En aquel tiempo, nuestra obra estaba proscrita en la República Dominicana bajo el dictador Trujillo, y el embajador nicaragüense a la República Dominicana envió información contra nosotros, según se señaló en Flecha. El embajador envió “un recorte del periódico El Nacional, en el que se hace público que dicha secta es política, de origen comunista . . .” Nuestros enemigos religiosos querían producir en Nicaragua la misma condición que existía en la República Dominicana.

La proscripción y la publicidad resultante ciertamente pusieron a los testigos de Jehová a la vista del público. ¿Cómo responderían los Testigos? ¿Sostendrían denodadamente el gran nombre de Jehová y continuarían predicando? La mayoría de los hermanos hicieron eso. Pero los informes revelan que algunos no se fortalecieron por medio de asistencia regular a las reuniones y estudio personal y se hicieron temerosos. Si se mencionaba la verdad bíblica o la obra del Reino, hablaban en susurros. El número de publicadores bajó en 4 por ciento. Los misioneros, debido a su madurez e impavidez, fueron una torre de fortaleza para los hermanos locales.

A principios de enero de 1953, durante la proscripción, los misioneros comenzaron a trabajar de casa en casa usando solo tratados “¿Qué creen los Testigos de Jehová?” y “Testigos de Jehová, ¿comunistas o cristianos?” como respuesta a las acusaciones contra nuestra obra. Los periódicos se enteraron de esta actividad y La Prensa así como El Gran Diario la llamaron a la atención de sus lectores. El Gran Diario del 5 de enero de 1953 llevó el titular: “Continuarán sus prédicas testigos de Jehová en la forma acostumbrada.” Además, el 17 de enero comparó nuestra obra bajo la proscripción a la actividad de los cristianos del primer siglo y sus reuniones en las catacumbas. Puesto que los hermanos locales no habían sido molestados en su predicación, y con los tratados no había traído ninguna represalia de parte de las autoridades, los misioneros comenzaron a usar la literatura de casa en casa de nuevo el 1 de febrero de 1953, sin dificultades.

Entonces el 17 de mayo de 1953 las mentiras y falsas represiones que se habían levantado contra Jehová y su pueblo fueron públicamente desenmascaradas y barridas a un lado cuando los cinco jueces de la Corte Suprema de Justicia votaron unánimemente a favor de los testigos de Jehová, reafirmando sus derechos constitucionales de libertad de cultos y de palabra. La decisión, según se dio oficialmente el 19 de junio de 1953, declara, en parte: ‘Es un hecho notorio que las personas adeptas a la secta nombrada ‘Testigos de Jehová’, recurrentes, no han hecho más que emitir y difundir en el territorio nacional, su propio pensamiento y las creencias que en la intimidad de su conciencia juzgan mejores y provechosas para la bienandanza del espíritu de los hombres, sin que los funcionarios contra quienes se ha dirigido propiamente este amparo, hayan justificado, ni tratado de justificar que en el ejercicio de la libertad que los Testigos de Jehová han ejercido, cometieron o intentaron cometer actos que las leyes castigan y reprueban . . . En consecuencia, es evidente que se han infringido las disposiciones constitucionales citadas por los recurrentes, y por lo mismo debe declararse con lugar el amparo.”

El fallo unánime de la Corte Suprema fue la señal para más comentario de parte de los periódicos. El Gran Diario del 19 de mayo de 1953 dijo que, como resultado del fallo, “los Testigos de ya podrán predicar su religión ‘libres de temor.’ “También declaro que el fallo “ha sorprendido al público, pues se esperaba que el recurso de amparo de los Testigos de Jehová sería encarpetado indefinidamente. Precisamente uno de los sorprendidos . . . fue el Arzobispo de Managua.” El Gran Diario declaró que en la opinión del arzobispo todos los testigos de Jehová deberían ser excomulgados; también que el obispo de León declaró que los Testigos eran comunistas y que por lo tanto pronto serían excomulgados. Puesto que los testigos de Jehová no son católicos romanos, y los de ellos que eran católicos en el pasado han dejado voluntariamente su comunión con el catolicismo, es obvio que su declaración no mostraba verdadero entendimiento de la situación.

Es clara la evidencia de que la conspiración contra la libertad de cultos había fracasado. ¿Por qué? Porque los testigos de Jehová continuaron efectuando su predicación; y porque muchas personas sinceras de Nicaragua, notablemente los cinco jueces de la Corte Suprema, se pusieron de parte de la libertad. Desde entonces en adelante nuestras relaciones con el gobierno regresaron a su condición anterior y, de hecho, han mejorado. Ha habido funcionarios que han sido amigables y han mostrado cooperación. Nuestros misioneros han recibido entrada libre al país y la obra no ha experimentado interferencia. Jehová ha abierto una puerta para el servicio, y sus testigos han entrado por ella. Desde solo poco más de 100 publicadores de las buenas nuevas en diciembre de 1952, bajo la proscripción, el informe anual de 1971 reveló que 1.654 están llevando ahora la verdad a la gente.—1 Cor. 16:9.

ORGANIZACIÓN MEJORADA ACELERA PROGRESO

El 1 de marzo de 1962 el hermano L. E. Witherspoon reemplazó al hermano Munsterman como siervo de sucursal. El hermano Witherspoon y su esposa habían servido de misioneros en Guatemala desde septiembre de 1960. Poco antes de su llegada se habían hecho arreglos para las primeras dos clases de la Escuela del Ministerio del Reino. Esta provisión para entrenamiento ha resultado ser un factor de importancia en ayudar a los siervos de las congregaciones. A misioneros, precursores especiales y superintendentes se les invitó a estas clases. El hermano A. Bivens, el siervo de sucursal de Costa Rica, fue asignado por la Sociedad como instructor. Durante abril y mayo de 1962, treinta y nueve hermanos y hermanas tomaron el curso, Entonces en octubre de 1967 el curso fue reanudado y treinta y un hermanos en dos clases recibieron los muchos excelentes beneficios de este entrenamiento. Esta vez el siervo de sucursal, el hermano Witherspoon, fue asignado como instructor. Esto fue muy ventajoso, porque muchas preguntas y problemas locales se pudieron incorporar en el curso para coordinar la obra entre la oficina sucursal y las congregaciones.

La clase final hasta la fecha en la Escuela del Ministerio del Reino se condujo durante noviembre de 1970, y en ésta diecisiete siervos recibieron este entrenamiento especial. Así, durante un período de ocho años ochenta y siete ministros han asistido a lo escuela. El resultado de este entrenamiento ha sido muy patente. No solo hay una organización con funcionamiento más eficaz en los circuitos y las congregaciones mismas, sino que también la ayuda que puede ofrecer la oficina sucursal ha mejorado debido a la coordinación mejorada entre los hermanos en el campo y la oficina sucursal.

CONSTRUCCIÓN DE UN HOGAR DE SUCURSAL Y OFICINA

Desde el principio de la obra la Sociedad ha alquilado varios edificios en Managua para servicio como hogares misionales y Salones del Reino. Sin embargo, edificios verdaderamente convenientes para nuestros propósitos no existían. ¡Cuánto nos regocijamos, pues, cuando en marzo de 1961 el hermano Knorr autorizó la construcción de un edificio de sucursal y Salón del Reino! En abril se compró cierta propiedad y la construcción misma comenzó en febrero de 1962. Sorprendentemente, esta estructura de concreto y acero se construyó sin instrumentos eléctricos. Hasta el grueso techo de concreto fue echado usando una brigada de cubos, es decir, los hermanos formaban una cadena y se pasaban los cubos llenos de cemento unos a otros hasta que llegaban arriba. Los cimientos fueron cavados a mano, la madera fue acepillada a mano, y todos los hoyos fueron horadados a mano. Casi un año más tarde hasta el mismo día, este hogar resistente de terremotos fue terminado y dedicado el 16 de febrero de 1963, para regocijo de las más de 300 personas que atestaron este nuevo Salón del Reino para oír el programa.

En el Segundo piso, donde viven los misioneros, hay seis cuartos dormitorios, mientras que en el primer piso está el Salón del Reino, la oficina sucursal y almacenamiento de literatura, y cocina. Un patio grande detrás y al lado separa el garaje del edificio principal. El código de construcción de la ciudad estipula que de 30 a 40 por ciento del área de cualquier lugar en que se construya tiene que ser patio abierto. Cuando el hogar fue construido se usó todo el espacio total permitido por la ley. Pero a medida que la obra aumentó se necesito más espacio para almacenar la literatura. El espacio de patio entre la cocina y el garaje era idealmente adecuado para la construcción de una añadidura de 32 metros cuadrados. Pero, ¿otorgarían permiso los funcionarios de la ciudad? El hermano Witherspoon llevó los planes al ministro de Urbanización, explicó nuestro problema y pidió sus sugerencias. El ministro hizo varias preguntas acerca de la naturaleza de nuestra obra y entonces nos otorgó una exención especial del Código y permiso para la añadidura inmediatamente. Puso sus iniciales en los planos y dijo que esto constituiría un permiso para construir, lo cual nos evitaba tener que archivar planos y pagar por un permiso de construcción. Un muy necesitado edificio para almacenaje de literatura fue terminado después de dos meses, en enero de 1970.

ASAMBLEA INTERNACIONAL DE 1966

La asamblea internacional de 1966 en la América latina, Asamblea de Distrito “Hijos de Libertad de Dios,” fue fijada para diciembre de 1966 y enero de 1967. La asamblea en Managua se celebró del 17 al 21 de diciembre en el Parque de Exposiciones y Ferias. Un punto sobresaliente de la asamblea fue la visita de los delegados extranjeros que estaban en gira especial. Estos hermanos empezaron a llegar el 16 de diciembre; en total, unos 320 llegaron en seis aviones.

Nicaragua se vistió con su mejor apariencia para los visitantes, haciéndose digna de lo que la llaman, “la tierra del verano eterno.” Muchos de los visitantes vinieron de lugares donde había hielo y nieve y hallaron días cálidos y soleados, cielos azules sin una nube y noches frescas y agradables. Pronto algunos de los delegados extranjeros decidieron que podrían disfrutar de este clima indefinidamente, y desde entonces han venido aquí a servir donde hay mayor necesidad de ayuda.

Puesto que la mayoría de los delegados extranjeros no hablaban español, se hicieron arreglos para un programa especial para ellos en inglés en tres de los días de la asamblea. En el muy espacioso Parque de Ferias los visitantes se sentaron en las hileras de concreto que salían de ambos lados de la amplia arena. Detrás de la plataforma adornada de flores se levantaba un enorme mapa en relieve de Nicaragua, con plantas de plátanos a los lados. Al otro lado de la arena había una típica casa rural nicaragüense con paredes de caña y techo de paja, en la cual había muchos departamentos de la asamblea. Bien arriba se levantaba el techo de la arena. Abierta en ambos extremos, la arena era refrescada por un constante viento del nordeste que a veces se hacía bastante fuerte.

Algunos de los misioneros presentaron la historia de la obra en Nicaragua. Entonces otro, usando el mapa en relieve, señaló dónde estaba establecida la obra y dónde todavía había territorio aislado. Finalmente se presentó un programa de música, con acordeones tocados por hermanas misioneras y una interpretación coral de algunas de las canciones del nuevo libro de cánticos. Los visitantes quedaron muy complacidos con el programa. El hermano Knorr declaró que le vinieron lágrimas a los ojos ante la belleza del cántico “El amor leal de Dios.”

La asamblea, que comenzó con una concurrencia de 575 personas aumento a 1.654 para el discurso público del hermano Knorr el domingo. Este discurso, “El milenio de la humanidad bajo el reino de Dios,” fue traducido al español por el hermano Witherspoon. Los hermanos locales apreciaron mucho el haber tenido con ellos al presidente y el vicepresidente de la Sociedad y miembros de la junta de directores, y recibir su consejo.

Algo de lo cual disfrutaron la mayoría de los delegados extranjeros fue el viaje a la “Venecia de los trópicos,” las isletas del lago Nicaragua. Una lancha de motor los llevó por algunas 300 ó más isletas que se formaron cuando una erupción enorme volcán Mombacho derramó un río de lava en el lago. Las olas golpeantes han cortado canales a través de las islas de lava, que ahora están cubiertas con árboles tropicales, viñas trepadoras y flores multicolores.

La asamblea pareció terminar demasiado pronto y nos encontramos moviendo los brazos en despedida a los centenares delegados visitantes al partir ellos para la siguiente asamblea Costa Rica. Pero los efectos de esa asamblea todavía se notan a medida que año tras año se registran nuevos aumentos en nuestro ministerio.

OTRAS ASAMBLEAS DE DISTRITO

Nuestras asambleas de distrito para 1967, 1968 y 1969, que fueron realmente asambleas nacionales, se celebraron en el estadio de Fútbol Cranshaw en Managua. Este estadio está abierto al sol, de manera que los hermanos levantaron una tela que suministrara sombra sobre una gran sección de graderías. Puesto que las asambleas se celebraban en la estación seca, había poco peligro de lluvias. El Estadio Cranshaw está cerca del centro de la ciudad, y la facilidad de llegar a se refleja en la excelente concurrencia a estas asambleas, como sigue: 1967 . . . 1.407; 1968 . . . 1.657; 1969 . . . 2.020.

La siguiente asamblea nacional habría de celebrarse del 1 al 3 de enero de 1971. Se decidió celebrar la asamblea en el Hipódromo de León, nuestra segunda ciudad en tamaño. De modo que esta asamblea tuvo la distinción de ser la primera asamblea grande que celebramos fuera de Managua. ¿Sería más baja nuestra concurrencia? Al contrario, 2.513 personas asistieron discurso público, nuestra mejor concurrencia hasta entonces. En todas estas asambleas los dramas bien presentados añadieron intenso interés y valor educativo a los programas.

SIRVIENDO DONDE HAY MAYOR NECESIDAD DE AYUDA

Un artículo de cuatro páginas en La Atalaya en inglés del 15 de junio de 1968 (en español, 1 de noviembre) invitó a las personas que pudieran hacerlo a “echar sus redes” en zonas más productivas en la obra de “pescar hombres.” Acerca de Nicaragua, con sus muchos lagos, el artículo dijo: “Parece un lugar donde sería recompensador el ‘pescar hombres.’ Y lo es.” Se recibieron centenares de indagaciones, y en 1969 algunas familias comenzaron a llegar. La mayoría de los que llegaron se esforzaron primero por aprender algún español; entonces, según se les hizo posible presentar el mensaje, comenzaron a participar en la obra del campo. Publicadores que por algún tiempo no habían podido obtener o mantener un estudio de la Biblia en el Canadá y los Estados Unidos tenían más que suficientes estudios aquí.

En la actualidad (mayo de 1971) diecinueve familias con sesenta y un miembros están sirviendo en asociación con diez congregaciones en Nicaragua. En el caso de muchas familias que tienen hijos pequeños se necesitó mucha fe para desarraigarse de su lugar y viajar varios miles de kilómetros a un ambiente completamente nuevo. Un siervo de congregación canadiense consultó con su familia, y decidieron que había dos cosas principales que querían hacer antes del Armagedón: servir donde había mayor necesidad de ayuda y servir de precursores. Ahora están haciendo ambas cosas y se sienten felices. Todavía hay lugar para que muchos más disfruten de estos privilegios.

¿Le gustaría trabajar en un territorio donde dos sacerdotes en diferentes ocasiones estimularon a los miembros de su organización a estudiar con nosotros, porque creen que estamos haciendo una obra excelente? En una aldea, una viuda angustiada buscó consuelo y esperanza de parte de su sacerdote poco después de la muerte de su esposo. ¡Y ciertamente él le dio esperanza! Le entregó un libro Paraíso junto con una Biblia Traducción del Nuevo Mundo, diciendo que estos libros contenían la verdadera esperanza que ella necesitaba.

¿O ha oído usted de alguien que haya aprendido la verdad al levantar el ropaje de un hombre y mirar debajo? Una hermana informa cómo recibió una sacudida que la condujo a la verdad. Cierto día mientras limpiaba en la iglesia le levantó el ropaje a una imagen llamada Jesús el Nazareno para limpiar debajo. Para horror de ella él no tenía cuerpo, solo unas cuantas tablillas clavadas juntas. Esto la puso a pensar. Ahora su curiosidad había sido despertada y ella fue de iglesia en iglesia mirando debajo de las faldas y vestiduras de los “santos” para ver qué había allí. Los deformes cuerpos de yeso y las tablas polvorosas e infestadas de cucarachas redujeron su fe en los “santos” a escombros. Pensó en esto hasta que, poco tiempo después, un Testigo la visitó en su hogar. No hay que decir que el resultado de todo fue un estudio y que ella ahora es una hermana cuya fe no se apoya en tablillas.

VEINTICINCO AÑOS DE EXPANSIÓN

La siguiente tabla ilustra gráficamente nuestra expansión durante los pasados veinticinco años más uno. Note los resultados de la limpieza de la organización desde 1950 hasta 1955. Aunque no hubo aumento en publicadores en ese período de tiempo, los publicadores estaban creciendo espiritualmente, porque las horas aumentaron por casi 100 por ciento. En aumento desde entonces hasta 1971 ha sido firme y constante.

AÑO MÁXIMO TOTAL CONGREGACIONES GRADUADOS

PUBS. HORAS DE GALAAD

1945 3 2.571 0 2

1950 190 27.245 4 8

1955 190 50.034 9 19

1960 388 92.910 12 23

1965 692 154.075 18 16

1971 1.654 371.681 31 22

Aunque las cifras finales para el Censo de abril de 1971 no se han publicado, se calcula que Nicaragua tiene unos 2.000.000 de habitantes. ¿Están predicándoseles las buenas nuevas? Un número de publicadores de 1.654 hizo un esfuerzo resuelto por llegar al mayor número posible de personas en 1971 y en este solo año colocaron 30.847 Biblias y libros empastados, 10.328 folletos, 262.103 revistas La Atalaya y ¡Despertad!, además de obtener 1.472 nuevas suscripciones. También estuvieron enseñando en 1.913 hogares semanalmente, como promedio, por medio de estudios bíblicos de casa. Pero muchos pueblos, aldeas y zonas rurales extensas no han tenido un testimonio. Se necesitarán más precursores especiales para llegar a estas zonas, y ya tenemos aprobación para ochenta precursores especiales... solo tenemos cincuenta y siete ahora.

El que todavía hay muchísimas personas que desean oír y seguir la Biblia, si podemos alcanzarlas por medio de estudios bíblicos de casa, lo muestra el hecho de que 4.710 personas, casi tres veces el máximo de publicadores, asistieron al Memorial el 9 de abril de 1971.

Como se ve, veinticinco años más uno de expansión han terminado, pero sabemos que esto es solo el principio de cosas mayores para los siervos fieles de Jehová, porque “de la abundancia del gobierno principesco y de la paz no habrá fin.”—Isa. 9:7.