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Brasil

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JEHOVÁ DIOS busca a los que quieren adorarlo “con espíritu y con verdad.” En el Brasil ya ha recogido a un gran número de ellos... unos 72.900 hasta abril de 1972. La búsqueda de adoradores verdaderos ya ha estado efectuándose por más de cincuenta años en este inmenso territorio, y ha tenido resultados maravillosos.—Juan 4:24.

Pero, ¿qué clase de país es el Brasil? ¿Cómo son sus habitantes? ¿Qué idiomas hablan? ¿Cuáles son las religiones prominentes del país y sus prácticas religiosas? Primero tratemos de obtener una idea general del país con su fondo geográfico e histórico. Los europeos descubrieron originalmente este país en la primavera del año 1500. Entonces fue llamado isla Vera Cruz; más tarde, Tierra de la Santa Cruz, y, finalmente, Brasil, debido al palo brasil, que adquirió gran valor debido a su tinte que se usó en la industria textil.

El Brasil, un gigante entre los países, tiene una superficie de 8.516.050 kilómetros cuadrados y se extiende por unos 4.308 kilómetros de norte a sur. Su territorio limita con todos los países sudamericanos excepto Chile y el Ecuador. Naturalmente, en un país que se extiende tanto de norte a sur, se puede esperar que haya variaciones en el clima y la temperatura.

La población en 1970 fue de 92.391.521, compuesta de 54 por ciento blancos, 34 por ciento caboclos (mezcla de blancos y amerindios), mulatos (blancos y negros) y cafusos (negros y amerindios), 10 por ciento negros y 2 por ciento orientales, principalmente de origen japonés. Hay mucho casamiento interracial.

Los brasileños son un pueblo bondadoso y franco y de inclinación religiosa, y les gusta la música y los deportes. El catolicismo romano es la religión predominante, aunque hay una cantidad considerable de protestantes, judíos y mahometanos. El espiritismo, tanto en sus formas supuestamente superiores como inferiores (macumba, la magia negra), así como la superstición y la astrología, se practican extensamente aun entre católicos.

El principal de los idiomas que se hablan es el portugués. También se habla alemán, inglés y japonés, así como italiano y otros idiomas de inmigrantes de primera generación que han venido principalmente de Europa.

El país en general disfruta de gran prosperidad material. La clase media disfruta de la mayoría de las comodidades de la vida así como de las facilidades modernas, mientras que la clase obrera todavía lucha con un salario mensual mínimo de unos 45 dólares. Por todo el país, al este y al oeste, al norte y al sur, se han extendido carreteras y sistemas de comunicación, de modo que el país pueda explotar sus recursos y llevar sus productos a los mercados de las ciudades grandes. Ahora hay setenta y cinco ciudades que tienen más de 100.000 habitantes. En Rio de Janeiro hay unos siete millones de personas, y el Gran São Paulo va acercándose rápidamente a la marca de ocho millones. Teniendo presente este fondo de progreso material y mundano, será de interés notar cómo fue que empezó la búsqueda de las personas que tenían hambre de la verdad en este vasto territorio.

CÓMO LLEGÓ EL MENSAJE DEL REINO AL BRASIL

No fue de evangelizadores de otra nacionalidad que hubieran sido enviados aquí, sino de los labios de ocho humildes marineros brasileños, que la gente del Brasil oyó originalmente acerca del mensaje del Reino, para el año 1920. Estos jóvenes marineros, ninguno de los cuales había cumplido los treinta años, mientras estaban ausentes con permiso de su barco atracado en Nueva York pasaron algún tiempo observando en una vitrina una exhibición intitulada “Mapa de las edades.” Esta exhibición estaba en un lugar de reunión de un grupito de Estudiantes de la Biblia, como se conocía entonces a los testigos de Jehová, cerca de las oficinas de la Sociedad Watchtower Bible and Tract en Nueva York. Los marineros sabían que el mapa o cuadro tenía que ver con la Biblia, porque uno de ellos podía leer algún inglés. No obstante, el salón estaba cerrado, de modo que no pudieron averiguar nada más aquella vez. Pero tenían el deseo de aprender más acerca de Dios y su Palabra, de manera que hicieron planes para regresar. Mientras se estuviera reparando su barco, el “São Paulo,” tendrían en los domingos otras oportunidades de investigar el asunto.

La vez siguiente el salón estaba abierto y ellos entraron y escucharon las explicaciones útiles que les dio un Estudiante de la Biblia que hablaba español y comenzaron a captar con aprecio el significado profundo del cuadro. Obtuvieron la única literatura que la Sociedad Watch Tower tenía entonces disponible en portugués, a saber, una Biblia. Pero al mismo tiempo pudieron obtener unos ejemplares de La Torre del Vigía y El Plan Divino de las Edades, literatura en español que podían entender hasta cierto grado.

Estos marineros continuaron estudiando las publicaciones, por lo general en secreto, puesto que vacilaban algo en cuanto a afrontar el ridículo y oprobio de parte de sus compañeros. También, asistieron a las reuniones cuando pudieron, siempre en sus uniformes de azul marino. Mientras tanto, en el barco mismo un elemento ateo, comunista, empezó a ejercer influencia en la tripulación, y los oficiales hicieron una lista de los marineros de inclinación comunista que habrían de ser enviados de vuelta al Brasil. Debido a que estos ocho estudiantes de la Biblia siempre estaban juntos y estudiaban en secreto, también se dio de ellos el informe de que tenían tendencias subversivas. Sin embargo, cuando se reveló que solo se reunían con el propósito de estudiar la Biblia, sus nombres fueron removidos de la lista. ¡Evidentemente lo que Jehová tenía pensado para ellos era otra cosa!

Movidos por celo y entusiasmo por las cosas que aprendían, empezaron a hablar a otros acerca de las buenas nuevas del Reino hasta llegar a veces a tener cuarenta marineros en una reunión con ellos. Hermanos de los Estados Unidos que hablaban portugués los ayudaron también. Uno de éstos fue Frank Silva, que vino desde New Bedford, Massachusetts, a visitarlos de vez en cuando. Más tarde, John Perry también los ayudó.

Cuando terminaron las reparaciones el buque de guerra regresó al Brasil, llevando a por lo menos ocho sinceros estudiantes de la Biblia que estaban deseosos de esparcir las buenas nuevas a otros. El buque llegó a Rio de Janeiro el 10 de marzo de 1920, y ellos decidieron hallar un lugar adecuado donde pudieran convivir, todos en la misma casa. El dueño de la casa donde se alojaron, un portugués, que al principio sospechó de ellos, más tarde se unió al grupo. Su familia también comenzó a estudiar. Todos enviaron pedidos de suscripción a Brooklyn para La Torre del Vigía, y además les ayudó el hecho de que Frank Silva y John Perry continuaron escribiéndoles, animándolos a continuar sus estudios.

Tenían un profundo deseo de esparcir el mensaje del Reino y por eso tradujeron lo que pudieron al portugués e imprimieron unos tratados, entre ellos uno intitulado “Milenio.” Tomaron el material de la literatura que habían podido obtener, y uno de ellos, el hermano Pinho, recuerda haber distribuido estos tratados a las puertas de las iglesias después de los servicios religiosos. Otros, como su compañero el hermano Diniz, iban a parques públicos y trataban de predicar sermones.

AYUDA DESDE LA OFICINA CENTRAL

El interés que despertó el grupo original de ocho marineros resultó en que se enviaran muchas suscripciones para la revista en español a la oficina central de la Sociedad en Brooklyn. Sin duda esto llamó la atención del hermano Rutherford, entonces presidente de la Sociedad, y sus asociados. Así fue que cierta mañana en marzo de 1922 George Young, alto, fuerte, en buena condición física, llegó a Rio de Janeiro como representante especial del hermano Rutherford, con el objetivo de ayudar a consolidar el interés en el Brasil y esparcir el mensaje en sus extensas reuniones. El hermano Young ciertamente se ganó el cariño de los que lo conocieron. Aunque no podía hablar portugués, alquilaba intérpretes y hablaba a grandes auditorios.

En marzo de 1922 se hicieron arreglos para celebrar una reunión pública especial en el auditorio del Club Automóvil en Rio de Janeiro, y el tema del discurso que se presentó fue “¡Millones que ahora viven no morirán jamás!” Esto despertó tanto interés que se hizo aconsejable alquilar un buen salón que sirviera de lugar regular de reuniones para los Estudiantes Internacionales de la Biblia, como se conocía entonces a aquellos primeros Testigos. Este fue el Auditorio del Instituto de Literatura Portuguesa. Se celebraron reuniones allí todos los domingos. Entre ellas hubo consideraciones de “El Plan Divino de las Edades,” estudios de La Torre del Vigía y exhibiciones del Foto-Drama de la Creación.

Fue en este salón que aconteció el primer bautismo de aquel grupo el 10 de octubre de 1922. Un receptáculo pequeño hecho de lona, con forma de baño, sirvió de piscina de bautismo. Por lo menos dos de los que se bautizaron en aquella ocasión todavía viven... Aristides Corrêa Pinho y Januário da Silva Diniz.

Pronto se le hizo patente al hermano Young que se necesitaba un buen surtido de publicaciones en portugués para buscar a los que sinceramente querían adorar a Jehová en espíritu y verdad. Se halló un buen traductor y se le dio trabajo, y pronto comenzaron a salir de la prensa publicaciones en portugués, a saber, ¿Pueden los vivos hablar con los muertos?, Infierno, ¿Dónde están los muertos?, El Arpa de Dios, Millones que ahora viven no morirán jamás, La Vuelta de Nuestro Señor y El Estandarte para los pueblos.

A pesar de las dificultades del viaje en un ferrocarril primitivo, el hermano Young se las arreglaba para visitar a las personas que mostraban interés. Por ejemplo, visitó a la familia Green en los hermosos terrenos agrícolas cerca de Ipojuca, al noroeste de São Paulo. Catarina Green había sabido originalmente acerca del mensaje por medio de una persona amiga que se había suscrito a The Watch Tower. Después de estar unos quince días con aquella familia y enseñarles doctrinas fundamentales de la Biblia, el hermano Young bautizó por lo menos a siete personas que estaban dentro de aquella relación de familia.

SE ESTABLECE SUCURSAL

Mientras tanto el hermano Young estaba interesado en establecer firmemente la posición de la obra en el Brasil. Por lo tanto, alquiló una oficinita en el número 76 de la calle Rosario, segundo piso, Rio de Janeiro. Más tarde cuando se hizo disponible la literatura y fue necesario tener un local mayor, el almacén de la literatura y las oficinas fueron mudados al número 90 de la calle Ubaldino do Amaral. La Sociedad Watch Tower organizaba su primera oficina sucursal de la América del Sur.

Hasta este punto las personas a quienes interesaba la obra tenían que usar en sus reuniones, como podían, La Torre del Vigía, que era la edición en español de The Watch Tower. Ahora se hicieron arreglos con un impresor comercial, y se imprimió el primer número en portugués de A Tôrre de Vigia, un número que abarcaba los meses de octubre a diciembre de 1923. En su segunda página anunciaba: “Con la aprobación plena del juez J. F. Rutherford, presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Brooklyn, Nueva York, se estableció en el Brasil una oficina sucursal de dicha Sociedad con oficinas en la calle Rosario número 76, Rio de Janeiro.” Se invitó a todos los que deseaban suscribirse a enviar sus pedidos a esa dirección. Esta nota estaba firmada por “George Young, Administrador.”

Apropiadamente, lo primero que se consideró en A Tôrre de Vigia estuvo basado en Sofonías 3:16: “No se dejen caer tus manos.” Hubo otros artículos sobre temas como “El amor, lo principal,” y “¿Está usted usando su mina?” este último basado en Lucas 19:13. Estos artículos llevaban preguntas preparadas que podían usarse para estudiar en clases. En uno de aquellos primeros números de A Tôrre de Vigia el artículo principal consideró “El bautismo de la nueva creación.” Esto fue verdaderamente adecuado. La clarificación de este asunto hizo que varias personas se ofrecieran para bautizarse. Por ejemplo, el 11 de marzo de 1924, en un riachuelo cerca de la ciudad de São Paulo, varios miembros de la familia Ferguson se bautizaron. El hermano Virgil Ferguson, que más tarde habría de participar en traducir muchas de las publicaciones de la Sociedad al portugués, fue gran ayuda al hermano Young. Por un tiempo también sirvió de superintendente de sucursal en Portugal. Abrió mucho territorio a la predicación en el estado de Goiás, y varias congregaciones nuevas se organizaron allí. Hoy, aunque tiene más de noventa años de edad, todavía continúa fiel en el servicio de Jehová.

EXTENDIÉNDOSE DESDE RIO DE JANEIRO

Aunque al principio la obra tuvo su centro en Rio, también se despertó considerable interés en São Paulo. En una de sus visitas allí en 1923, el hermano Young pronunció el discurso “La Biblia y el espiritismo,” en el Conservatorio de Música. Uno de los que escucharon atentamente fue Jacintho Pimentel Cabral. Pimentel al fin se declaró de parte de la verdad y gustosamente ofreció su hogar como lugar de reunión para los Estudiantes de la Biblia en São Paulo. Más tarde llegó a ser miembro de la familia de Betel en el Brasil.

Para este mismo tiempo, el hermano Felino Bonfim d’Almeida, empleado del departamento de sanidad de Rio de Janeiro, quiso emprender una gira de predicación por todo el país. Logró buen éxito, porque colocó una gran cantidad de literatura en manos de la gente. Todavía hay personas que recuerdan a aquel humilde hombre de color de habla apacible que les llevó el mensaje por primera vez.

Años más tarde, también, tuvo el privilegio de trabajar en edificios de apartamentos exclusivos en el famoso distrito de balnearios de Copacabana, en Rio. Sabía que estas personas necesitaban el mensaje de la Biblia, aunque habría que vencer obstáculos para llegar a ellas con él. Una hermana portuguesa blanca, Maria Piedade, aparentaba ser una señora que regresaba del mercado con un saco lleno de vegetales. Por supuesto, el saco lo llevaba su “sirviente,” que no era otro sino el hermano Felino. Cuando señoras de aquellos apartamentos regresaban de igual manera del mercado a su hogar, los dos se mezclaban con estas personas y así podían entrar en los edificios de apartamentos. Pero, en vez de llevar comestibles y vegetales en su saco, llevaban libros y folletos que explicaban la Biblia para colocarlos por docenas en aquellos apartamentos exclusivos. El hermano Felino continuó fiel hasta la muerte, terminando su ministerio terrestre el 24 de agosto de 1955.

Cerca de la ciudad de Rio de Janeiro está el estado de Minas Gerais, rico en mineral de hierro, oro, recursos hidroeléctricos y ganado. También está poblado por católicos firmes, muchos de los cuales jamás pensarían en cambiar de religión. No obstante, Jehová se encargó de que el mensaje llegara a esa parte del Brasil. ¿Cómo?

Cierto día, en febrero de 1924, Isaías Lourenço Ferreira, en lecho de enfermo en el Hospital Central de la Armada en Ilhas das Cobras, en Rio, leía un folleto que contenía el Evangelio de Juan cuando uno de aquellos primeros ocho marineros se encontró con él y le preguntó: “¿Le gusta leer estas cosas?” Isaías contestó: “Me gusta leer de todo. Lo que es bueno lo retengo, pero lo demás lo dejo.” Después de una conversación breve, Isaías pidió una Biblia y la recibió. Más tarde, cuando dejó el hospital, comenzó a asistir a las reuniones y se bautizó el 10 de agosto de 1924, y escribió la fecha de su bautismo en aquella primera Biblia, que todavía posee. Poco después se mudó a Guarani, Minas Gerais, y empezó a predicar allí, mientras trabajaba en un pequeño establecimiento de limpiar café. Muchas y gozosas fueron sus experiencias.

Cierto día, mientras le predicaba a una señora, el sacerdote del pueblo se detuvo y le dijo a ella: “No le preste atención a este hombre. Esto es protestantismo” Isaías abrió su Biblia en 2 Timoteo 3:8 y leyó: “Ahora bien, de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos siguen resistiendo a la verdad, hombres completamente corrompidos de mente, desaprobados en cuanto a la fe.” El cura se fue apresuradamente.

En 1938, en una ciudad más grande, Juiz de Fora, Isaías caminaba por la calle del mercado cierto día cuando se encontró con Antônio Pereira Junior, un vendedor de frutas que mostró mucho interés en las Escrituras. Después de unas visitas a su hogar, el hermano Ferreira hizo un arreglo para ir al mercado y ayudar a Antônio a vender sus frutas, y después saldrían juntos a predicar. Puesto que Antônio tenía que ir con regularidad a Rio de Janeiro para obtener su surtido de frutas, también pasaba por la sucursal y obtenía su surtido de literatura.

Con el transcurso del tiempo, el hermano Antônio hizo arreglos en cuanto a su negocio para viajar a otras ciudades. De esta manera otros baluartes del catolicismo como Santos Dumont, Barbacena, Conselherio Lafaiete, Belo Horizonte, Sabará, Nova Lima y Sete Lagoas fueron visitados, y se sembraron muchas semillas de la verdad. A veces, en Nova Lima hasta se condujeron estudios en las minas, a 1.980 metros bajo tierra. En todas estas ciudades y muchas otras, con el tiempo surgieron congregaciones florecientes.

Mientras tanto, Jehová estaba reuniendo a sus “ovejas” de muchas otras maneras también. Por ejemplo, en 1922 hubo un grupo de ex-bautistas que organizaron una clase disidente porque no creían en la Trinidad. Un día el director del grupo averiguó dónde se reunían los Estudiantes de la Biblia, asistió a una reunión y se convenció de que había hallado la verdad. No pasó mucho tiempo antes que todo el grupo de once personas se uniera a los Estudiantes de la Biblia en sus reuniones regulares. Entre estas personas estuvo una viuda, Julieta Silva e Souza, una señora de color que había perdido a su esposo en la epidemia de influenza española. Se hizo una sincera estudiante de la Biblia. Trabajando como ama de llaves para mantenerse, encontraba tiempo para distribuir el mensaje del Reino en forma impresa.

En una ocasión llevó 1.000 folletos a Resende, que entonces estaba a un viaje bastante largo por tren desde Rio de Janeiro, y los distribuyó. Hasta fue a la iglesia bautista local a convencer a algunos de sus miembros, hasta que la echaron. Esta hermana más tarde estuvo entre los primeros precursores especiales nombrados en el Brasil. Todavía es publicadora activa en su vejez.—Sal. 37:28.

CAMBIOS EN EL PERSONAL DE LA SUCURSAL

En 1924 George Young partió del Brasil para seguir en su obra en la Argentina y más tarde en Europa. A cargo de la obra quedó Manley Dienst. Éste era empleado de la Compañía Canadiense de Luz y Energía en Rio. Aunque era excelente estudiante de las Escrituras, evidentemente no tenía mucha experiencia en tratar con los “lobos” de la cristiandad. (Hech. 20:29) Durante este período no les fue bien a las reuniones y la obra en general entró en un período de decadencia. Entonces en 1925 el hermano Rutherford envió a John C. Rainbow a servir de superintendente de sucursal para el Brasil. También hubo en este tiempo un cambio en el asunto de la impresión de las publicaciones de la Sociedad en portugués. Hasta este tiempo una firma comercial se había encargado de esto, pero la central de la Sociedad ahora suministró una pequeña prensa, y el hermano Rainbow invitó al hermano José Rufino da Silva a venir al Betel de Brasil y ponerla a funcionar. El hermano Rufino había sido marinero y había aprendido la verdad de parte de su compañero marinero, Januário S. Diniz, y fue bautizado en diciembre de 1925 por el hermano Felino. Hizo del servicio de Betel la obra de su vida.

El primer número de A Tôrre de Vigia en portugués de la propia prensa de la Sociedad fue el número de enero de 1926. Desde su pequeño principio de 300 ejemplares, ese fluir de alimento espiritual ha continuado creciendo, hasta su total actual de más de 220.000 revistas de cada número, impresas ahora en Brooklyn.

El vigor de aquella organización pequeña del pueblo de Jehová no podía menos que ser notado por el clero educado en los seminarios, y éste empezó a temer los resultados de aquella campaña bíblica. Trataron de ridiculizarla ante la vista del público. Un clérigo presbiteriano se expresó abusivamente de los Estudiantes de la Biblia, se burló de su libro Millones que ahora viven no morirán jamás, lo arrojó al suelo y lo pisoteó. Fue un gran espectáculo ante su auditorio en la iglesia, pero solo sirvió para abrir los ojos de los sinceros que estaban presentes.

A principios de 1926 al hermano Rainbow se le hizo necesario regresar a los Estados Unidos, y en su lugar Domingos Denovais Neves fue asignado superintendente de la sucursal. Durante los diez años y medio de su administración de la sucursal brasileña surgieron dificultades entre los Estudiantes de la Biblia mismos, y por consiguiente hubo muy poco progreso en la obra. Más tarde se supo que el hermano Denovais perdió el espíritu de cooperación de todo corazón con la oficina central de Brooklyn de la Sociedad Watch Tower. En 1932 comenzó por su propia cuenta otra publicación mensual, una publicación conocida como A Luz da Verdade (A la luz de la verdad). Esta era principalmente una publicación para debates estériles con el clero protestante. Aunque a veces llevaba artículos de The Golden Age (ahora ¡Despertad! en español), la verdad es que Denovais estaba promoviendo su propia publicación. En poco tiempo la publicación de A Tôrre de Vigia cesó por completo, mientras que esta otra publicación, A Luz da Verdade, siguió saliendo de la prensa.

ENLACES MÁS ESTRECHOS CON LA CENTRAL INTERNACIONAL

Evidentemente todavía había que vencer muchos obstáculos para que la obra en el Brasil progresara como en otros países. Un informe acerca de la obra en el Brasil apareció en The Messenger del 26 de julio de 1931, publicado en una asamblea internacional del pueblo de Jehová en Columbus, Ohio. El informe hablaba de grupos de Estudiantes de la Biblia, húngaros, alemanes y portugueses, y daba alguna indicación de que estaban diligentemente ocupados en esparcir las buenas nuevas. No obstante, ese informe no daba el cuadro completo. Durante septiembre hubo solo veintiún trabajadores en el campo de la predicación en todo el país. El mes siguiente el número bajó a catorce, ocho de ellos en São Paulo y cuatro en Rio. Ciertamente había necesidad urgente de ayuda para que la obra del Reino en el Brasil siguiera adelante con buen éxito.

Jehová se encargó fielmente de que su organización en el Brasil recibiera ayuda al tiempo apropiado. Antes que se detuviera la publicación de A Tôrre de Vigia, la revista presentó dos artículos acerca de la organización de Jehová, mostrando claramente que los ancianos electivos no tenían ningún lugar en ella. Servicio habría de ser la palabra clave. Pocos años después, el presidente Rutherford de la Sociedad Watch Tower envió a otro hermano, Nathaniel A. Yuille, para administrar la obra del Reino como representante de sucursal para la Sociedad. Él era ingeniero de profesión, pero, debido a que no le funcionaba bien una válvula cardíaca, se había retirado en 1929. Poco después de eso entró en el servicio de tiempo cabal como proclamador del Reino. Por muchos años había estado a cargo de la testificación en San Francisco, California. Aunque tenía sesenta y tres años de edad cuando recibió notificación de su nuevo nombramiento, de buena gana aceptó su nueva asignación y llevó consigo a su esposa y a un compañero precursor, Antônio Pires de Andrade. La hermana Yuille participó con su esposo en la obra de la oficina sucursal y continuó sirviendo fielmente con él. El hermano Andrade también resultó ser una excelente ayuda para el hermano Yuille, particularmente como intérprete.

El hermano Yuille pronto vio que el local de la sucursal sería demasiado pequeño para una familia que ahora era mayor y para la nueva literatura, fonógrafos y discos, que pronto llegarían desde Brooklyn al puerto cercano de Santos. Al fin se encontró un lugar apropiado, un espacioso edificio de dos pisos con sótano, en el distrito de Vila Mariana.

Habiendo disfrutado de las bendiciones de las asambleas grandes en los Estados Unidos, el hermano Yuille podía apreciar los rasgos unificadores de esas reuniones. Por eso, uno de los primeros pasos que dio fue hacer arreglos para una asamblea en São Paulo en julio de 1936, la cual habría de celebrarse en el Salón Vasco de Gama en el distrito de Bras. Ciento diez personas asistieron a esta asamblea. El hermano Yuille dio asignaciones a varios hermanos para que hablaran, incluso a José Rufino da Silva y Leoncio R. Turano, hombres fieles que ya se habían ganado el cariño de sus hermanos en el Brasil. Tal como se esperaba, esta asamblea resultó en gran estímulo para los hermanos.

EL MENSAJE SE EXTIENDE A VARIAS REGIONES

Más de una década antes de esto, en las regiones del nordeste la obra del Reino comenzó por los esfuerzos del hermano Aristides Corrêa Pinho, que entonces estaba en la marina mercante, y que, en 1925, viajó a varios puertos, llevando consigo grandes cantidades de los libros y los folletos de la Sociedad. Iba a una iglesia y se presentaba como Estudiante de la Biblia. Puesto que casi nadie sabía lo que eso envolvía, le permitían hablar a la congregación. En João Pessoa, Paraíba, aunque había hablado en una iglesia pequeña acerca de su esperanza de vida, cuando trató de hacerlo de nuevo se le negó la oportunidad, pues el clérigo local temía perder todas sus “ovejas.”

En 1938 este mismo hermano viajó al estado de Alagoas, formando en su ciudad capital, Maceió, el núcleo de una congregación futura. En 1940 el hermano Pinho fue enviado como precursor al estado de Pernambuco. En su ciudad capital, Recife, conocida como la “Venecia brasileña” debido a su puerto y muchos ríos, ayudó a organizar una congregación, una de las quince de todo el país en aquel tiempo. Un año más tarde se llevó a cabo allí el primer bautismo, y dos de las siete personas bautizadas entraron inmediatamente en el servicio de precursor. El hermano Pinho recuerda que en aquel tiempo había considerable hambre y sed de la verdad en Pernambuco. Colocaba unos 175 libros encuadernados y 500 folletos al mes, además de todas las revistas que podía obtener. Cuando no tenía un gran abastecimiento de literatura, sencillamente les pedía a los que la obtenían que la pasaran adelante a otra persona después de leerla. Recuerda que hasta recogía algunas de las revistas, las planchaba con una plancha de carbón y las usaba de nuevo, esparciendo de esta manera el mensaje del reino más ampliamente durante aquel período en que había escasez de literatura.

En el sur del país, también, se sembraban semillas. Para más o menos 1927, Alexandre Gauze estuvo hablando con uno de sus vecinos cerca de la ciudad de Erechim y vio en manos de éste un folleto acerca de la Biblia. Parece que el vecino había recibido el folleto de un pariente que vivía en Nueva York. Alexandre preguntó si podía leer el folleto, y más tarde escribió a la Sociedad pidiendo más información. Después de leer las otras publicaciones disponibles las prestó a su cuñado, Bronislau Komka (nacido en Kraczewice, Lubin, Polonia). Komka, quien había sido adventista que guardaba el sábado, leyó estas preciosas verdades en las publicaciones de la Watch Tower y trató de comunicar la información a sus parientes políticos, pero con poco éxito.

Mientras tanto, Alexandre Gauze fue visitado por un “peregrino” o representante viajante de la Sociedad, a saber, Paulo Sadove. Sadove también estuvo de visita en Santa Rosa, donde vivía ahora el hermano Komka, y se alojó con él por más o menos diez días. Durante ese tiempo pudo repasar algunas enseñanzas bíblicas fundamentales y reveló la falsedad de las enseñanzas de la inmortalidad del alma, el tormento en un infierno de fuego, la Trinidad, y así por el estilo. También dio énfasis a la necesidad de predicar para ayudar a otros.

Con el tiempo el hermano Gauze se mudó a Santa Rosa, y él y el hermano Komka salieron juntos a predicar. Cuando el predicador adventista oyó esto sufrió una sacudida, porque todavía se les consideraba miembros de su iglesia. Se enfureció y los expulsó de la secta adventista. Ellos estuvieron muy conformes con esto. Ahora se sintieron libres para predicar, y tuvieron excelente éxito.

En aquellos días no era asunto fácil predicar. Había muchos alemanes que decididamente estaban a favor de Hitler y a favor de los nazis, y varias veces levantaron amenazas contra la vida del hermano Komka y sus asociados. En una ocasión los hermanos aceptaron la hospitalidad de un hombre bondadoso, y después de hablarle por horas acerca de la verdad se prepararon para acostarse. Súbitamente se oyeron voces fuertes fuera de la casa. Varias personas que habían obtenido literatura durante aquel día habían leído para entonces parte del folleto Escape al Reino en polaco. No les gustó la representación exacta de su clero que se daba en aquel folleto, y por eso trataron de convencer al dueño de la casa de que debía echar de su hogar a los hermanos. No obstante, él se mostró valeroso, rechazó sus exigencias y no dejó a nadie entrar en su casa para causar daño a sus huéspedes.

Por la perseverancia de estos hermanos el mensaje se esparció a muchos lugares. En 1940 el hermano Komka fue nombrado superintendente de la congregación de Erechim. En agosto de 1943 se formó otra congregación en Getúlio Vargas, con Manoel Skrzek, también de origen polaco, como superintendente.

En el estado de Santa Catarina había la más grande colonia alemana del Brasil. En verdad, si uno no hablaba alemán se le hacía difícil estar en aquella parte del país. Hasta personas de color en algunas haciendas del interior hablaban solo alemán. Sin embargo, con el tiempo el gobierno decidió que las escuelas que utilizaban idiomas extranjeros estaban induciendo un espíritu nacionalista que sería divisivo en el Brasil. Por eso se decretó que todos los cursos escolares se enseñaran en portugués. Con el tiempo esto resultó beneficioso para la predicación.

Las condiciones de incertidumbre en Europa hicieron que muchas personas inmigraran al Brasil, y, en la mayoría de los casos, se establecieron en Santa Catarina. Por ejemplo, en 1935 Theodor y Alexander Mertin, ambos precursores procedentes de Alemania, se establecieron en Blumenau. Continuaron su servicio de precursor y visitaron a la gente en las ciudades y aldeas del valle del río Itajaí. Más tarde invitaron a otra pareja, Leopoldo Koenig y su esposa Ida, a trabajar con ellos en esta hermosa región, que recuerda mucho a Suiza. El hermano Koenig, nacido en Austria, así como su esposa, habían sido precursores en Europa desde los años veinte. En el Brasil continuaron sirviendo de precursores. Él era un Testigo entusiástico que solía ir a las puertas y decir: “Estoy predicando las buenas nuevas del reino de Dios.”

En el estado de Bahía, en el nordeste, podían verse las evidencias del período en que se compraban esclavos de África para servir a los colonos portugueses. Aquí se puede encontrar prueba innegable de que la religión falsa es verdaderamente un lazo y una estafa. Aunque abundan las iglesias ornamentadas, la mayoría de la gente, mayormente de color, sufrió bajo gran aflicción, sin escuelas y sin las amenidades fundamentales de la vida. Con el tiempo muchos reconocieron a los responsables de esta condición y pronto las iglesias se vaciaron. Para evitar la vergüenza de edificios religiosos en decadencia, el gobierno decidió hacer algo, usando un departamento especial, el Servicio del Patrimonio Histórico. Este restauró algunas de estas iglesias como lugares de exhibición y museos, donde todavía la gente puede ir y visualizar “las cosas exquisitas y las cosas suntuosas” que antes eran parte de Babilonia la Grande.—Rev. 18:14-17.

En el año 1934 el profesor George Shakhashiri, un Testigo, llegó en barco a Salvador, capital del estado de Bahía, de camino a visitar a su hermano carnal en São Paulo. En este puerto usó su tiempo para visitar a amigos y parientes libaneses y colocar mucha literatura bíblica en árabe. Alguien le habló acerca de un tal Amim Jorge Jacob Darzé que también era testigo de Jehová. Después de buscarlo, finalmente lo halló el día antes de la fecha de partida de su barco.

Darzé había nacido cerca de los cedros del Líbano, el 20 de mayo de 1914. Su familia había inmigrado al Brasil en 1925. Puesto que eran muy pobres, él se puso a vender cuanto llegaba a sus manos, llegando a ser lo que en el Brasil se conoce como mascate o vendedor ambulante. Se casó con una muchacha bautista y llegó a estar activamente asociado con esa religión, pero la hipocresía y prácticas de aquella religión aumentaron su sed de la verdad. Durante su breve comunicación con Shakhashiri todas las preguntas de Darzé en cuanto al alma, el cielo, el infierno y la Trinidad le fueron contestadas satisfactoriamente, y él se regocijó sobremanera por haber hallado al fin lo que buscaba. Aquel mismo día se puso de parte de la verdad. Shakhashiri le dejó mucha literatura árabe y prometió enviarle más literatura en portugués desde São Paulo.

Cuando Darzé rompió sus conexiones con la Iglesia Bautista, el clérigo bautista vino a visitarlo, tratando de averiguar qué le había sucedido a su favorito maestro de la escuela dominical. Pero esta vez se le predicó a él, en vez de ser él el predicador. Se excusó diciendo que no tenía tiempo y prometió regresar y considerar la Biblia en otra ocasión. Hasta este día esa promesa no ha sido cumplida. El hermano Darzé se bautizó en 1935. Su hogar llegó a ser un centro para el estudio de la Biblia. En junio de 1945 al fin se organizó una congregación en Salvador con el hermano Darzé como superintendente.

El estado de Amazonas, con sus vastas selvas, también está incluido en “toda la tierra habitada” en la cual hay que predicar las buenas nuevas del Reino. (Mat. 24:14) Es una de las pocas secciones inmensas de la Tierra que, en gran medida, han escapado de ser contaminadas por la civilización. Su población está esparcida ampliamente, y aquí todavía se puede hallar a los indios en su ambiente nativo. En 1931 alguien envió tratados bíblicos a varias iglesias bautistas de esta región. En la ocasión de una visita a su hermana, Zeno de Oliveira Simões, quien encabezaba una de esas iglesias del distrito de Pesqueira, notó uno de los tratados acerca del infierno y otro acerca de la esperanza de la resurrección fijados con tachuelas a la pared de la sala de la casa de ella. Varias veces Zeno había considerado estos temas con su hermano carnal, Guilherme, quien no creía en un infierno de fuego porque, según decía: “un Dios de amor no podría crear un lugar como ése.” Zeno decidió llevar los tratados a su hermano y mostrarle que había una religión que creía como él. En aquel tiempo Guilherme vivía en Manaquiri, una pequeña población cerca del lago del mismo nombre. Guilherme no perdió tiempo. Inmediatamente escribió a la oficina sucursal en São Paulo pidiendo literatura. Sin ninguna otra ayuda estos dos hombres aprendieron la verdad y convencieron a sus familias también. En aquel año, 1931, se organizó la primera congregación en la selva del Amazonas en Manaquiri. Pronto llegó a tener setenta asociados, incluso muchos niños, y por algún tiempo fue la mayor congregación del pueblo de Jehová en el Brasil. Para participar en la predicación de las buenas nuevas, este grupo entusiástico viajaba por bote de remos a diferentes poblados a lo largo del río Solimões y sus tributarios.

TRANSMITIENDO DENODADAMENTE LAS BUENAS NUEVAS

En el esfuerzo por alcanzar a más personas de la enorme población del Brasil, en 1937 los hermanos que estaban en la sucursal de São Paulo hicieron arreglos para que la estación de radio de aquella ciudad transmitiera los discursos de cinco minutos del juez Rutherford tres veces a la semana en español, inglés y alemán. El contrato había de durar un año. Por casi cuatro meses el programa siguió adelante, pero entonces, en abril, la estación sucumbió ante la presión directa de la jerarquía católica y rehusó presentar más programas. Se transmitieron otros programas en Rio Claro, en el estado de São Paulo, pero en cierta ocasión se tocó el disco sobre el “Purgatorio,” y eso fue demasiado para el cura del pueblo. El disco se tocó hasta que terminó, pero la estación rehusó presentar más programas de la Sociedad.

Sin embargo, otro poderoso instrumento en el adelanto de la predicación en São Paulo fue el automóvil con altavoz, puesto en operación por primera vez en marzo de 1937. Este automóvil con altavoz era un Chevrolet de 1936 con un altavoz encima. Por unos ocho meses y medio se usó esta manera de proclamar el mensaje del Reino cada semana en los parques públicos, como el Jardim da Luz y la Praça República, en el mismo centro de la ciudad. Los discos se tocaban en varios idiomas. El automóvil con altavoz se usó también eficazmente en días de fiesta, y en los cementerios en el “Día de Difuntos.” Por supuesto, el clero se indignó por esta denodada proclamación pública y ejerció presión en las autoridades locales. Uno de los oficiales de la ciudad, el señor Carlos Lopes, detuvo a la fuerza un discurso. Demandó que se obtuviera una licencia de la ciudad para el automóvil con altavoz antes de usarlo con este propósito especial.

Cuando la Sociedad hizo la solicitud debida al alcalde de la ciudad, no hubo respuesta. Entonces el 31 de diciembre se presentó otra petición, con el mismo resultado. No obstante, el automóvil continuó siendo usado para proclamar las buenas nuevas. En enero de 1938 se compraron las placas de la licencia y se le ajustaron al auto y se pagó el impuesto debido, pero las autoridades de tránsito rehusaron sellar las placas. El resultado fue que la policía continuamente detenía el automóvil para preguntar por qué no estaban selladas las placas. Esto daba oportunidad para un buen testimonio en cada ocasión, y a menudo se colocaba literatura. Finalmente, el hermano Yuille le preguntó al Dr. Pio Alvin, el subdirector del departamento del tránsito, por qué se negaba el sello. Un caballero que por casualidad estaba presente sugirió: “Sr. Yuille, ¿por qué no quita usted el altavoz, sella las placas, y entonces vuelve a poner el altavoz?” El Dr. Alvin interrumpió, diciendo: “No. El Sr. Yuille es demasiado honrado para hacer tal cosa. ¡Voy a dar órdenes de que las placas de la licencia sean selladas hoy!”

En aquel tiempo se había introducido también el fonógrafo como medio de declarar las buenas nuevas del Reino, y para 1937 los publicadores ya llevaban consigo al servicio ministerial en el campo veinte de éstos. Aunque en aquel tiempo no había discos disponibles en portugués se usaban discos en español con eficacia. También había discos en inglés, italiano, alemán, holandés, polaco y francés. En octubre de 1938 se hizo disponible el primer disco en portugués, con, por un lado, el discurso intitulado “Jehová,” y por el otro lado el discurso “Riquezas.” Estos discos fueron verdaderamente un deleite para los hermanos y se utilizaron con eficacia para dar a conocer las buenas nuevas.

UNA FUENTE DE FORTALEZA ESPIRITUAL

A medida que el ministerio del campo siguió adquiriendo intensidad se sintió una urgente necesidad de comenzar de nuevo la publicación de A Tôrre de Vigia. Así, en marzo de 1937 salió, el primer número con Isaías 43:10-12 en la cubierta del frente. Habría de ser una publicación mensual que seguiría tan estrechamente como fuera posible el material de la revista en inglés.

Mientras se reanudaba la publicación de A Tôrre de Vigia, el país pasaba por grandes cambios. La tendencia era hacia un gobierno de forma dictatorial. Se hicieron arreglos para registrar la Sociedad ante el gobierno, y estos esfuerzos finalmente fueron coronados por el buen éxito en noviembre de 1937. La Sociedad se registró con el nombre en inglés, Watch Tower Bible and Tract Society, como sucursal de la Sociedad americana. En aquel tiempo esto se consideró un paso sabio, que hasta cierto grado protegía la propiedad de la Sociedad contra el que fuera expropiada.

Precisamente unos días antes que se completara el registro, se ganó una victoria en la Tercera Cámara de la Corte de Impuestos e Ingresos en São Paulo cuando se eximió a la Sociedad de pagar impuestos por su literatura. Bajo la ley, los publicadores, como ministros del evangelio, no tendrían que pagar impuestos a la venta, y también la literatura podría cruzar libremente los límites estatales sin interferencia alguna.

En los años 1937, 1938 y 1939 se celebraron unas excelentes asambleas en ciudades como São Paulo, Rio de Janeiro y Curitiba, asambleas felices en las cuales los hermanos pudieron disfrutar de compañerismo y regocijarse con el bautismo de muchos nuevos que entraban en grandes cantidades en la organización del pueblo de Jehová. Fue en estas asambleas que los hermanos llegaron a apreciar cómo Jehová dirige su organización terrestre en un arreglo estrictamente teocrático.

En los primeros años se consideraba que las reuniones eran principalmente para hermanos varones. No se daba énfasis a la concurrencia de mujeres y niños. No obstante, en 1938 se publicaron artículos sobre el tema “Hijos” en los números de invierno de A Tôrre de Vigia. Pronto varios jovencitos comenzaron a ser llevados a las reuniones y empezaron a acompañar a sus padres al ministerio del campo. Esto fue solo el principio de su participación rápidamente aumentante en la obra como “Hijos del Rey.”

EL “AMO DE LA MIES” ENVÍA MÁS OBREROS

Para 1939 la situación en Europa se había deteriorado rápidamente. Muchos precursores, que no podían continuar su servicio allí, se ofrecieron voluntariamente para ser utilizados por la Sociedad en campos extranjeros. La transferencia se efectuó a través de la oficina Central Europea de la Sociedad. Algunos de estos hermanos habían servido de precursores por muchos años. Otros habían trabajado en sucursales que el régimen nazista tenía cerradas ahora, mientras que otros habían tenido experiencia como superintendentes de circuito (conocidos entonces como siervos de zona).

Entre los recién llegados al Brasil estuvieron muchos que mostraban celo sobresaliente por Jehová. Otto Estelmann, nacido en Alemania, había sido “siervo de zona” en Checoslovaquia. Testigo bautizado desde el 26 de diciembre de 1920, sabía lo que significaba caer en las manos de la policía secreta nazi, y casi fue atrapado por la Gestapo cuando transfería a Suiza los registros de la sucursal checoslovaca cerrada. Cuando llegó al Brasil en 1939 tenía cuarenta y cuatro años de edad. Trabajó en Curitiba, en el estado de Paraná, y en varias otras ciudades tales como Santa Maria, Ijuí y Santa Cruz en Rio Grande do Sul. Sufrió mucha persecución en el Brasil... el país donde había esperado seguir con libertad su misión sagrada en la vida. Cumplió varias condenas en la cárcel, la más larga de las cuales fue de veintidós meses. ¿Por qué? ¡Se sospechaba que era espía alemán! Sin embargo, el hermano Estelmann era un fiel siervo de Jehová.

Otro Testigo europeo que vino al Brasil fue Erich Kattner, que había servido en el hogar Betel en Praga. Su primera asignación en el Brasil fue la zona rural del noroeste de Rio Grande do Sul. No era asunto fácil predicar en aquellas zonas rurales. Para llegar a su territorio tenía que pasar cuatro días y noches viajando en un tren que marchaba a sacudidas, y entonces viajar los últimos cincuenta kilómetros por camión. Después de días o una semana de trabajo duro en la finca agrícola con los hermanos, él y otros iban de hacienda en hacienda testificando a polacos, alemanes, rusos e italianos. Muchas veces tenían que dormir a campo raso, usando su maletín de literatura como almohada. Puesto que la mayoría de la gente trabajaba en los campos, los hermanos se levantaban temprano por la mañana y testificaban hasta las 7 de la mañana, ajustando su horario al de los agricultores. A menudo la testificación continuaba hasta tarde en la noche.

El hermano Kattner pronto adquirió un buen dominio del portugués y fue invitado a trabajar en el Betel del Brasil en 1944. Entonces asistió a la decimosexta clase de Galaad y fue asignado de nuevo al Brasil, donde sirvió por algún tiempo tanto de superintendente de circuito como de distrito antes de regresar a Betel en 1953. Todavía sirve fielmente allí en el departamento de traducción.

Herman Bruder y Horst Wild, con sus esposas, también vinieron al Brasil desde Europa. El barco en que venían cambió su ruta y fue al Marruecos francés, donde los hermanos fueron aprisionados y maltratados por sospecharse que eran nazis. Cuando finalmente llegaron al Brasil en febrero de 1940, fueron echados en prisión de nuevo por la misma razón, por sospecharse que eran espías alemanes. No obstante, aguantaron sus pruebas y han mostrado que están dispuestos a ser usados de cualquier manera posible en el adelanto de la obra del Reino. El hermano Wild ha servido por muchos años como superintendente de ciudad en São Paulo, y, hasta junio de 1971, como uno de los directores de la Sociedad en el Brasil.

Así, aunque todos estos hermanos partieron de una Europa amenazada por la dictadura militar nazi, hallaron en el Brasil un país que estaba entre dos extremos. Por una parte estaban los católicos italianos bajo la influencia del fascismo y los católicos alemanes que querían estar con los nazis, mientras que, por otra parte, había muchos que estimaban altamente la democracia. Fue solo después que los adherentes del nazi-fascismo, entonces llamados “integralistas,” trataron de matar al presidente del Brasil, Getulio Vargas, el 11 de mayo de 1938, que los ojos del gobierno brasileño comenzaron a abrirse a la verdadera fuente de peligro.

AUMENTAN LAS PRESIONES CONTRA EL REINO

En 1939 el poderoso mensaje que contenían los folletos Enfréntense a los hechos y Fascismo o libertad recibió denodada publicidad en el Brasil. Para anunciar las reuniones especiales que tenían que ver con esos folletos y su distribución se usaron marchas de información por Testigos que llevaban cartelones grandes. Esto provocó de parte del clero una reacción vigorosa. La policía de la ciudad y otros funcionarios comenzaron a hostigar a los hermanos de la oficina sucursal y a levantar toda clase de obstáculos contra el progreso libre de nuestra obra. El 26 de agosto de 1939 unos treinta Testigos se colocaron sus cartelones, uno enfrente y otro atrás, y se situaron en muchos de los lugares más transitados de la ciudad. Unos cuantos lograron completar su trabajo y regresar a su hogar sin novedad. Pero la mayoría, incluso el superintendente de la sucursal, fueron arrestados y puestos en prisión por unas veintidós horas bajo condiciones difíciles.

Dos semanas más tarde un agente de la policía fue enviado a la sucursal para arrestar de nuevo al superintendente de la sucursal y, más tarde, otros agentes fueron enviados a confiscar todos los folletos. Unos dos mil folletos ofensivos ya habían sido confiscados y la policía ordenó que las cincuenta cajas restantes fueran retenidas hasta que se entregara un fallo superior. Mientras tanto, la gente del Brasil empezaba a notar que esta obra no era algo pequeño que se estuviera haciendo en un lugar escondido; era una obra mundial de predicación, ordenada por Jehová mismo. Por ejemplo, el 23 de julio de 1939 el periódico Fólha do Brasil, de São Paulo, publicó una foto de un hermano que fue atacado por alborotadores de la Acción Católica que trataron sin buen éxito de desbaratar una asamblea de los testigos de Jehová en el Madison Square Garden de Nueva York. A los lectores se les informó que hubo 18.000 personas en aquella asamblea, la mayoría de ellas interesadas en el mensaje bíblico especial que pronunció J. F. Rutherford.

La presión contra la obra siguió aumentando hasta que, el 31 de mayo de 1940, la Sociedad recibió notificación de que el ministro de Justicia había ordenado la proscripción de la Sociedad en el Brasil. El 30 de junio, el representante oficial de la Sociedad fue a la oficina del ministro de Justicia acompañado por el abogado de la Sociedad y le entregó una carta que explicaba en detalle la obra de la Sociedad. Sin embargo, la decisión de proscribir la Sociedad quedó en pie. Entonces, en diciembre, las autoridades arrestaron de nuevo al superintendente de la sucursal, el hermano Yuille, deteniéndolo por unas cuantas horas, mientras se confiscaban unos 20.000 mil ejemplares del folleto Fascismo o libertad.

Este fue verdaderamente un tiempo de prueba para todos los hermanos. Al principio siguieron reuniéndose en el Salón del Reino en la calle Riachuelo, en São Paulo, pero siempre con alguien vigilando por si la policía venía. Puesto que el salón tenía dos entradas, el vigilante se mantenía en la entrada principal y, por eso, para cuando la policía llegaba, los hermanos ya habían salido por la otra puerta. Más tarde las autoridades cerraron el salón, pero los hermanos siguieron reuniéndose en hogares privados. La sucursal también operaba en medio de grandes dificultades, pero los hermanos tenían fe en la protección de Jehová, y no faltó ni un solo número de las revistas. Más que eso, el servicio en el campo siguió adelante a pesar de los encarcelamientos y las confiscaciones. Los 20.000 folletos que habían sido confiscados fueron devueltos más tarde y se les dio buen uso.

En un movimiento para desviar atención del nombre A Tôrre de Vigia, que entonces estaba bajo investigación por las autoridades, se decidió en 1940 cambiar el nombre de nuestra publicación principal a A Atalaia, Anunciando o Reino de Jeová. Sin embargo, los adventistas, que tenían una revista con un nombre similar, ejercieron presión en el Departamento de la Prensa y Propaganda del gobierno, el cual, a su vez, le ordenó a la Sociedad que no usara aquel nombre. Así, pues, en enero de 1943 el nombre fue cambiado a A Sentinela, que significa Sentinela o Vigía. La palabra ‘sentinela’ aparece en Isaías 21:6 en la Versión Brasileira de la Biblia. Bajo este nuevo nombre la revista ha continuado suministrando alimento espiritual para los hermanos hasta hoy mismo.

El entusiasmo con el cual los hermanos efectuaban la obra bajo dificultades impulsó al clero a aumentar la presión contra ellos. Algunos de los hermanos que habían ido desde Rio de Janeiro para ayudar a efectuar la obra en el estado de Amazonas sufrieron severa persecución. Bajo influencia clerical la gente los apedreó, les fue confiscada la literatura y algunos de ellos fueron echados en la cárcel. La presión no disminuyó sino hasta 1945, después que se había llevado al tribunal un caso y se había ganado.

Los hermanos Estelmann y Kattner, en Rio Grande do Sul, fueron arrestados el 29 de agosto de 1940, y pocos días después fueron llevados a Livramento, en la frontera uruguaya, y fueron amenazados de maltratamiento físico y muerte, y se les dijo que dejaran el país, como si hubieran entrado en él ilegalmente. No hubo mejora en su situación sino hasta dos años más tarde, al apelarse a autoridades más altas en Rio de Janeiro.

MUDADA LA OFICINA SUCURSAL

Allá en 1939 el presidente de la Sociedad, el hermano Rutherford, recomendó que la oficina sucursal fuera mudada a Rio de Janeiro, la capital del país. Se creía que esto haría posible hacer la obra con menos interferencia y que la sucursal se hallaría en un lugar más céntrico. Después de aproximadamente dos años de búsqueda, finalmente se halló un local conveniente en el número 330 de la calle Licínio Cardoso.

En la preparación para la mudanza a Rio, la impresión de las revistas fue adelantada para garantizar el suministro de éstas durante la transferencia. Esto fue providencial, porque el 31 de diciembre de 1940 el Departamento de Higiene de São Paulo, no pudiendo hallar ninguna otra falta, decidió que la imprenta estaba en un lugar que no era conveniente y no podía ser operada hasta que se hallara mejor lugar. De todos modos la prensa necesitaba reparaciones y limpieza antes de la mudanza a Rio, así que la Sociedad utilizó un establecimiento de impresión de afuera hasta que la propia prensa de la Sociedad comenzó a funcionar de nuevo en su nuevo hogar en Rio de Janeiro. Los hermanos se alegraron de contribuir o prestar dinero para ayudar a comprar esta nueva ubicación. La casa estaba rodeada de hermosos árboles florecientes que más tarde suministraron sombra tranquilizadora y deliciosas frutas para la familia, mientras que un huerto pequeño en la parte de atrás suministró alimento sano. Este cambio también trajo nueva vida a la congregación de Rio de Janeiro, que en aquel tiempo casi no mostraba adelanto.

Una vez que estuvo establecida en la nueva ubicación, la organización de la sucursal rápidamente organizó asambleas para aquel año de 1941, una en Rio de Janeiro y la otra en São Paulo, en las cuales hubo una concurrencia total de 230 personas, y 24 se bautizaron. Este mismo año se hicieron arreglos para que varios hermanos se mudaran a regiones diferentes y trabajaran el territorio de manera sistemática. Los resultados fueron verdaderamente espléndidos.

FAMILIA DE PRECURSORES EN MOVIMIENTO

En el estado de Minas Gerais, por ejemplo, una zona donde mucho tiempo antes se habían plantado semillas de la verdad a pesar de la dominación del clero católico, comenzó una obra intensa de riego. A principios de 1941 el hermano Basilio Korolkovas con sus dos hijos y una nuera fueron asignados a trabajar todas las ciudades y zonas a lo largo del ferrocarril “Central,” desde Afonso Arinos hasta Belo Horizonte, la capital del estado.

Comenzando en Juiz de Fora como su base de operaciones, visitaron al jefe de la policía y se les aseguró que tendrían libertad plena para hacer su obra. Sin embargo, el obispo protestó, y desde el altavoz de la iglesia principal siguió gritando sus acusaciones contra los hermanos y contra el hermano Rutherford. Pero muchas personas de aquel lugar no concordaron con él, y obtuvieron más de 300 libros y 2.000 folletos.

Cuando siguieron adelante a Santos Dumont, hallaron que las condiciones no eran favorables allí. El cura del pueblo hizo que fueran arrestados y arrojados en una celda de la cárcel. El policía encargado, bajo fuerte influencia católica, dijo que la literatura favorecía al comunismo y que los hermanos eran sediciosos. Finalmente, cuando no se pudo hacer nada contra ellos, porque, todos sus documentos como extranjeros estaban en regla, se les puso en libertad. Sin desanimarse, siguieron viajando a Barbacena, la siguiente ciudad en la ruta que se habían fijado de antemano, un lugar alto en el fresco aire de las montañas. Sus fichas, o registros policíacos, ya estaban allí antes que ellos llegaran, y el jefe de la policía les permitió trabajar con toda libertad todos los pueblos de aquella vecindad.

La familia Korolkovas había trabajado también en la zona de São Paulo y en ciudades como Baurú, Lins, Marília, Cafelândia, Pompéia, Araraquara y Jaboticabal. Descubrieron que el seguir la sugerencia de la organización de visitar primero al jefe de la policía resultaba en que pudieran trabajar con gran tranquilidad en la mayoría de estos lugares. En toda esta zona distribuyeron muchos ejemplares del libro Enemigos y del folleto El Juez Rutherford, desenmascara la quinta columna.

En su territorio se encontraba la gran colonia japonesa de esta región, especialmente alrededor de Marília, Garça, Gália y Tupã, donde se presentó un testimonio cabal, y algunas personas se declararon de parte de Jehová. Por medio de la sucursal el hermano Korolkovas pudo obtener libros en japonés, algunos de ellos bastante viejos. El hermano Korolkovas colocaba estos libros por la contribución que quisieran darle. Había días en que personalmente colocaba hasta 30 libros en manos de la gente, y en un solo mes colocó 403 libros y 501 folletos.

Esta verdadera familia de precursores confiaba completamente en Jehová. Habían dejado las comodidades de São Paulo, entregando su hogar para que lo usaran otros precursores que no podían viajar, y se habían mudado a zonas donde había verdadera necesidad de que se diera el testimonio del Reino. Cuando llegaban a una ciudad conseguían alojamiento en una pensão (una pensión de la clase media) razonablemente barata. Trabajaban de casa en casa primero en la zona comercial y después en las haciendas y aldehuelas cercanas. Es fácil imaginarse lo difícil que esto era en la temporada de las lluvias cuando había lodo en todas partes. Después de trabajar de ocho a diez horas en el campo, a menudo caminaban unos quince kilómetros de regreso a la pensão para bañarse y obtener un buen descanso aquella noche. Traían los bolsos o maletines de literatura llenos de naranjas, plátanos y las frutas de la temporada, que habían recibido en cambio de literatura.

Las dos muchachas más jóvenes de la familia, Zina y Zenaide, eran denodadas y valerosas a pesar de su tierna edad. En Garça, un centro de colonización japonés, estas jóvenes estaban trabajando en el pueblo mientras su padre y su hermano fueron a trabajar en la zona rural. Después de trabajar por cuatro horas en la mañana, se sentaron a la sombra para almorzar. Un investigador de la policía vino y les dijo que le dejaran ver lo que llevaban en sus bolsos. Cuando vio los libros Riquezas en japonés, llevó a las muchachas a la delegación de policía. Toda la literatura les fue quitada, y se les dijo que dejaran de predicar. La policía pensaba que sus amenazas bastarían para detener a estas jovencitas. No obstante, cuando salieron de la delegación ellas sencillamente regresaron a su pensão, llenaron de literatura sus bolsos, y siguieron adelante haciendo su trabajo en otra parte del pueblo. La mañana siguiente fueron a la delegación de policía para recobrar su literatura. El jefe de la policía, que ya la había examinado, devolvió todo excepto un ejemplar, que insistió en retener para sí.

El servicio de esta familia fue realmente bendecido, pues en esta zona florecieron varios grupos en los años posteriores. Los resultados de estas actividades celosas se pueden medir por el número de personas que aceptaron las buenas nuevas. El primer bautismo que se celebró en São José do Rio Preto, donde había estado trabajando la familia Korolkovas, fue de diez personas, tres de las cuales más tarde sirvieron de precursores en Curitiba. También se bautizó en aquella ocasión João Batista Siqueira, que había sido ministro presbiteriano. A la edad de setenta y tres años había aprendido la verdad y había llegado a ser el primer publicador en São José do Rio Preto. La familia japonesa de Suzo Sakiama también se declaró de parte de la verdad. En un período de dos años la congregación de aquel lugar llegó a tener veintiocho publicadores además de los precursores.

Además de inducir a la policía a estorbar continuamente a los publicadores del Reino, el clero también usó a los funcionarios que tenían que ver con los impuestos para hostigar a los precursores. Estos funcionarios detenían a los precursores y solicitaban el pago del impuesto de venta por “vender” libros. En Itápolis, librerías y establecimientos impresores, a instancia de los curas, se quejaron en cuanto a la venta no autorizada de libros. Sin embargo, el pueblo de Jehová había ganado una victoria en cuanto a esto en los Estados Unidos, y el artículo acerca de esta victoria en el Tribunal Supremo se publicó en la Consolação de febrero de 1944. El mostrar este artículo a los funcionarios que tenían que ver con los impuestos les ayudó a entender que ésta no era una campaña de vender libros, sino, más bien, una buena obra cristiana. Como resultado de esto, en Itápolis y en ciudades vecinas se colocaron 678 libros y 1.511 folletos así como centenares de revistas. La victoria en los Estados Unidos, además de alegrar el corazón del pueblo de Jehová allá, también contribuyó al adelantamiento de la obra en el Brasil.

UN AGRICULTOR Y SU FAMILIA PARTICIPAN EN EL RECOGIMIENTO

En la parte meridional del estado de São Paulo, Adolphe Messmer, uno de los hermanos europeos que vino al Brasil en 1939, se mantenía ocupado predicando las buenas nuevas y colocando en manos de la gente miles de piezas de literatura. Cerca de Cândido Mota se encontró con Antônio Pestana Junior, un agricultor, y, después de dejarle escuchar un disco en español, le ofreció el libro Riquezas. Antônio le dio su dirección y le pidió a Messmer que le escribiera. ¡Imagínese su sorpresa el año siguiente cuando recibió una invitación del hermano Messmer para asistir a una asamblea en São Paulo!

Antônio tenía poco dinero, porque en aquel tiempo los agricultores pasaban por una grave crisis financiera. Pero preparó su maleta para viajar, y de camino a la estación de ferrocarril le tomó dinero prestado a un amigo para el viaje. Su fe fue recompensada. Después de asistir a la asamblea y disfrutar de ella Antônio regresó a casa, habiendo decidido hacerse Testigo y ayudar a su familia, una familia grande, a aprender la verdad. Todo su grano había sido comprado por un comprador del gobierno que lo estaba esperando al regresar, de modo que pudo pagar todas sus deudas. A medida que pasó el tiempo, él y otros de su familia progresaron en la verdad y comenzaron a esparcir el mensaje en pueblos vecinos. La primera congregación que fue organizada en aquella zona en 1943 en un lugar llamado Água do Almôço fue uno de los resultados inmediatos.

En la vecindad de Antônio vivía un barbero, Manoel Luiz de Oliveira, que amaba las peleas y acostumbraba llevar un cuchillo grande o una hoz. Éste había jurado en público que no permitiría que ninguno de aquellos “protestantes” predicara en su vecindad y le había prometido a Antônio que le daría una paliza tan grande que se alegraría de dejar de predicar. Cierto domingo se presentó en la casa de Antônio, pero en vez de llevar una hoz llevaba un folleto intitulado “La Crisis.” Su visita era pacífica. Había venido a pedirle a Antônio que le explicara el mensaje que contenía el folleto y a constatarlo con la Biblia. En aquel tiempo Antônio era uno de los muy pocos individuos del distrito que poseían una Biblia. Manoel también le tomó prestado el libro Riquezas a Antônio y concordó en estudiar. Más tarde se hizo compañero de predicación de Antônio, y se bautizaron el mismo día en octubre de 1939 en un hoyo que habían cavado cerca de un río con ese fin.

Antônio Pestana también fue abundantemente bendecido en su propia familia, porque tres de sus hijos, Édison, Steffenson y Emerson, se hicieron precursores y sirvieron en Betel y en la obra de circuito. Sus dos hijas se casaron con hermanos fieles que sirvieron en la obra de circuito y de distrito, y una de ellas, la hermana Enides Dias, es ahora miembro de la familia de Betel. El hijo de Antônio, Édison, que comenzó a servir de precursor en la adolescencia, tuvo el privilegio de abrir a la predicación muchos territorios nuevos en Campinas, Assis y otros lugares. Más tarde sirvió en Betel y entonces, después de casarse, sirvió en la obra de circuito hasta que nació su primer hijo. Ahora es padre de varios hijos, y todavía sirve de superintendente en la ciudad de São Vicente en el estado de São Paulo.

MUDÁNDOSE A ZONAS DE MAYOR NECESIDAD

El mensaje del Reino se extendió a las regiones más remotas del país por medio de personas que obtuvieron un conocimiento de la verdad en la ciudad y más tarde se mudaron adonde había mayor necesidad de ayuda. Un caso de eso fue el de la hermana Maria Bérgamo de Souza y su familia. Allá en 1941 había obtenido los libros Riquezas y Religión. No obstante, cuando comenzó a leer el libro Riquezas encontró que no contenía ninguna fórmula secreta para adquirir riquezas materiales. Leyó el libro Religión y aprendió que toda la religión falsa es inspirada por los demonios. Pero por alguna razón puso los libros a un lado por algún tiempo. Fue solo después que una de sus hijas había muerto y una Testigo la visitó para darle consuelo que su interés verdaderamente cobró intensidad. Entonces pidió que se condujera un estudio en su hogar y comenzó a cultivar un interés profundo en las cosas espirituales. Se dio cuenta de que para progresar en el conocimiento de la Biblia tendría que aprender algo en cuanto al orden en que se encontraban los libros en la Biblia. Por eso, preparó sesenta y seis hojas de papel, cada uno con el nombre de un libro bíblico en ella. Entonces las mezclaba y después trataba de ponerlas en el orden correcto de nuevo. Pronto pudo manejar la Biblia con facilidad.

Cuando la familia se mudó a Assis a principios de 1943 cinco de sus miembros ya eran Testigos. La madre de ella no podía leer, de modo que ella pacientemente le enseñó a leer la Biblia. Más tarde, cuando la congregación de Cândido Mota fue organizada, toda la familia asistió a su lugar de reunión allí, aunque esto significaba mucho viajar para ellos. Finalmente, en septiembre de 1947, se formó una congregación en Assis, y el hermano, y la hermana Souza recibieron la bendición de ver a su hijo mayor, Sílvio, asignado a ayudar a superentender la congregación, con el hermano Édison Pestana Borges como superintendente de congregación. Más tarde, cuando el hermano Édison fue a trabajar en Campinas, Sílvio llegó a ser superintendente a la edad de diecisiete años. Las bendiciones de la hermana Souza habrían de aumentar todavía más, porque Sílvio fue invitado a servir en la obra de circuito en la región nordeste del Brasil, y el otro hijo de ella, Valdemar, entró en el servicio de precursor especial y fue asignado a trabajar en Franca. Entonces, para coronar las bendiciones de esta familia, David, hermano de la hermana Souza, quien había sido mariano (miembro de una orden católica que honra a María), aceptó la verdad y participó en esparcir el mensaje del Reino.

Mientras tanto, la parte oriental del estado de São Paulo también recibía un testimonio. En 1940, João Stein y Henrique Raif recibieron su primera asignación de trabajar los pueblos desde Mogí das Cruzes hasta Aparecida do Norte, fuerte centro del catolicismo. El hermano Stein nació en Alemania en 1899 y había experimentado los horrores de la I Guerra Mundial. Oyó la verdad por primera vez de un compañero minero en Alemania en 1920. Con el tiempo se mudó al Brasil y, para 1936, mientras trabajaba en el taller de trabajos en metal de su hermano carnal, fue visitado por Leopold Koenig, que también había venido de Europa. Koenig invitó a Stein a acompañarlo en el servicio ministerial en el campo, y la invitación fue aceptada. Él ya se había dedicado, pero no comprendía plenamente la importancia de la predicación. Sin embargo, después de simbolizar su dedicación por bautismo en agua en junio de 1940 el hermano Stein se presentó voluntariamente para el servicio de precursor, estando listo para ir dondequiera que se le necesitara.

La primera ciudad en que trabajó el hermano Stein fue Taubaté, un importante centro de la industria textil ubicado en medio de plantaciones de café. La presencia de dos extranjeros causó gran sensación en el pueblo, según recuerda el hermano Stein, y no colocaron mucha literatura. El obispo publicó un fuerte artículo en el periódico de la parroquia mencionando los peligros de la literatura que distribuían “estos extranjeros.” El compañero del hermano Stein se atemorizó y decidió irse. El hermano Stein continuó solo en el distrito. Mientras trabajaba en un pueblecito llamado São Luiz do Paraitinga, fue arrestado y el jefe de la policía le ordenó que no predicara más. El jefe temía que mataran a Stein, porque anteriormente a unos protestantes les habían destrozado sus instrumentos musicales y algunos de ellos tuvieron que ser hospitalizados. El hermano Stein le dijo al oficial de la policía que él no temía a los hombres, de modo que el jefe lo envió a su superior en el puerto marítimo de Ubatuba. El viaje se hizo de noche en un camión que llevaba baldosas, y Stein llevó consigo una carta al jefe de la policía de aquel lugar.

El hermano Stein se sorprendió agradablemente al no encontrar oposición en Ubatuba. Cuando completó su trabajo allí decidió viajar al norte a una ciudad llamada Sapé. Mientras esperaba un camión que fuera en aquella dirección se encontró con un sacerdote que también esperaba en la estación terminal de los camiones. El cura, que también era ciudadano alemán, comenzó a preguntarle a Stein a dónde iba. Después de hablar por un rato le reveló a Stein que el jefe de la policía de Ubatuba le había preguntado que hacer con Stein. El cura había observado la manera bondadosa en que actuaba Stein mientras estaba en Ubatuba y le aconsejó al jefe que dejara quieto a Stein. Cuando el camión finalmente llegó, el chofer dijo que no podía llevar a nadie sin un permiso policíaco, cosa que Stein no tenía. Sin embargo, el sacerdote usó su influencia para obtener el permiso para Stein de modo que éste pudiera viajar al siguiente lugar en que predicaría.

Años más tarde el hermano Stein regresó a São Paulo debido a problemas de salud y tuvo el privilegio de servir allí de precursor y superintendente de una congregación que se dividió repetidas veces para la formación de nuevas congregaciones. Hasta en su edad avanzada, en 1958 aceptó la invitación de la Sociedad de trabajar donde había mayor necesidad de ayuda y se mudó a São Carlos en el estado de São Paulo, donde todavía sirve fielmente de precursor y superintendente de una congregación que ayudó a organizar. En sus más de treinta años de servicio continuó como precursor el hermano Stein siempre ha recordado la promesa de Jehová: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé.”—Heb. 13:5.

La hermosa ciudad de Santos, puerto principal del Brasil y a solo cincuenta y seis kilómetros de São Paulo, también recibió su oportunidad de oír la verdad. Fue en 1940 que Alfred Antunes Isidoro comenzó a trabajar la ciudad sistemáticamente. También Predicó en los lugares de veraneo de la playa Guarujá, la isla de São Sebastião y Caraguatatuba, usando un bote. Entonces en 1941 Antônio Pires de Andrade, que había venido al Brasil con el hermano Yuille y su esposa, fue a trabajar en Santos. Para 1945 se formó una congregación allí y sirvió como lugar desde el cual las buenas nuevas se llevaron a todas las ciudades de la vecindad.

Para este mismo tiempo una inmigrante suiza, Anna Ott, recibió un testimonio mientras visitaba el hogar de una amistad en Salvador. Anna había pertenecido a una iglesia evangélica en Suiza. Allá en 1922 su padre y madre habían sabido de los Testigos o habían oído acerca de sus actividades. Pero nadie en la familia realmente entendía lo que tenía que ver con los Testigos en aquel tiempo. No obstante, cuando el mensaje de nuevo alcanzó a Anna Ott en el Brasil muchos años después, se interesó profundamente en aprender acerca de los “millones que ahora viven” que sobrevivirían al fin de este sistema de cosas.

Anna se había casado con un criador de ganado y cultivador de cacao suizo y vivía en una aldehuela llamada Itapebi en la parte meridional del estado de Bahía. Cuando esperaba su primer hijo viajó a Salvador para obtener mejor atención médica, y fue allí que el mensaje la alcanzó. La persona que la hospedaba no estaba interesada en el mensaje que le presentaba la Testigo a su puerta y le preguntó a Anna si le interesaría esta nueva religión. Anna escuchó, y pocos días después la Testigo regresó para traerle no solo uno, sino ocho libros y varios folletos en alemán, inglés, francés, italiano y portugués. Dos meses después, cuando ella había regresado a su hogar en el interior, estos libros llenaron sus horas libres de una actividad que le dio un conocimiento fundamental de las Escrituras así como una fe fuerte.

Cuando regresó a Salvador un año después la misma Testigo que le había llevado el mensaje a ella en la ocasión anterior la visitó de nuevo. Ella le preguntó a la Testigo cómo sabía que estaba de nuevo en Salvador. La Testigo respondió: “Bueno, sucede que recordé que no había trabajado esta calle por mucho tiempo y decidí hacerlo hoy. Y ahora, en cuanto a nuestro estudio... ¿qué le parece si empezamos?” Invitada al Salón del Reino, Anna aceptó, pero mientras iban en dirección al Salón el tranvía se descarriló. “Esto es mala señal,” dijo Anna, expresando su deseo de regresar a casa. “No, vamos a seguir,” dijo la Testigo. “Sé que es el Diablo quien quiere detenernos.” Bueno, Anna asistió a la reunión y en febrero de 1942 se bautizó. Años después sus esfuerzos incesantes resultaron, no en una sola congregación en el interior, sino en varias de ellas con cientos de personas que compartían su fe firme.

PRINCIPIO DEL PERÍODO DE ELISEO

Tal como la obra de Elías el profeta terminó y fue sucedida por la actividad celosa de Eliseo su sucesor, así también, después de un período de testificación comparable al de Elías, pareció que se dio un nuevo empuje a las actividades de los hermanos aquí en el Brasil. Aunque la muerte del hermano Rutherford, el segundo presidente de la Sociedad, fue una sacudida para los hermanos, sus corazones afligidos recibieron alivio cuando supieron que Nathan H. Knorr había sido nombrado nuevo presidente de la Sociedad. Confiaban en que la obra adelantaría victoriosamente bajo la dirección de Jehová por medio de Cristo.

En septiembre de 1942 el Brasil estuvo incluido en la cadena de ochenta asambleas que estarían enlazadas con la que se celebraría en Cleveland, Ohio, la “Asamblea Teocrática del Nuevo Mundo.” Para el discurso público se hicieron arreglos para utilizar el Hotel Terminus, un lugar exclusivo en el centro de São Paulo. Un total de 721 personas estuvieron presentes el domingo cuando el hermano Adelino dos Anjos Gomes pronunció el discurso especial “Paz... ¿será duradera?”

Al crecer la organización se hizo patente que, debido a las grandes distancias que había que considerar, una sola asamblea ya no podría atender bien a todos los hermanos y los interesados en el Brasil. Por eso, en 1943 se organizaron seis asambleas, en São Paulo, Salvador, Pôrto Alegre, Manaus, Rio de Janeiro y en Curitiba. El resultado fue que muchos hermanos del Brasil pudieron asistir a una asamblea por primera vez, acompañados por muchas personas recientemente interesadas. Se utilizaron cartelones y miles de hojas sueltas para anunciar el discurso público en estas asambleas. Es verdad que la acción del clero logró silenciar el discurso público en Salvador, pero no antes que se hubiera dado mucho y excelente anuncio al Reino. Para la asamblea de Manaus, en la misma selva del Amazonas, los hermanos no tuvieron la ayuda de nadie de la sucursal. Sin embargo, apartaron los días para la asamblea y celebraron reuniones y participaron en el ministerio del campo, con el resultado de que 16 publicadores dedicaron 249 horas en el campo, hicieron 28 revisitas y colocaron 153 piezas de literatura. Demostraron su confianza plena en la organización de Jehová. Jehová ciertamente estaba preparando a su pueblo aquí en el Brasil para la mayor expansión que todavía vendría.

Mientras tanto los hermanos en el Brasil recibían entrenamiento en el asunto de la oratoria pública porque, principiando en agosto de 1942, comenzó a publicarse una serie de artículos en la Consolação bajo el tema “Presentando este evangelio del Reino.” Esto explicaba cómo estudiar, cómo preparar un bosquejo, cómo usar las publicaciones de la Sociedad, cómo presentar el mensaje, por qué razones hay diferentes traducciones de la Biblia, composición, argumentación, y así por el estilo. Y ciertamente este entrenamiento pudiera muy bien considerarse una de las razones por las cuales las asambleas de 1944 fueron más entusiásticas que cualesquiera de las anteriores. Para el tiempo del Memorial la Sociedad hizo arreglos para tener asambleas en Pôrto Alegre, Curitiba, São Paulo, Rio de Janeiro, Salvador y Manaus. En esta ocasión la asamblea de São Paulo tuvo una concurrencia de 436 personas. En Salvador, donde la policía había estorbado la asamblea el año anterior, se alquilaron las mismas comodidades, y el hermano Darzé hizo una solicitud escrita a la policía solicitando permiso para celebrar la asamblea. Al no recibir respuesta, fue personalmente a ver al jefe de la policía, y resultó ser un hombre muy imparcial y sin prejuicios. No había otorgado el permiso porque, aparentemente, uno de sus subordinados había retenido la solicitud debido a prejuicio. Sin embargo, solo dos días antes de la asamblea se otorgó la aprobación, para gran gozo de los publicadores, y 108 personas se presentaron para oír el discurso público.

ENFRENTÁNDOSE A LA OPOSICIÓN CON DENUEDO

Se recordará que, cuando las naciones se vieron precipitadas en la II Guerra Mundial, el Brasil al principio expresó simpatía por los poderes del Eje, con los cuales estaba estrechamente enlazado por su gran número de inmigrantes alemanes e italianos, así como fuerte influencia católica. No obstante, después del ataque derechista contra el palacio presidencial en 1938, el presidente Getulio Vargas, investido ya con autoridad dictatorial, cambió de opinión. Más tarde, cuando los Estados Unidos fueron atacados en Pearl Harbor en diciembre de 1941, el presidente Vargas envió a Roosevelt un telegrama de solidaridad.

El Brasil ya había firmado la Declaración de la Habana de 1940, según la cual un ataque contra cualquier nación de las Américas sería considerado un ataque contra todas ellas. Además, el Brasil tomó la iniciativa de convocar una conferencia especial de todos los cancilleres americanos que se reuniría en su capital, Rio de Janeiro, en enero de 1942. Al concluir ésta, Oswaldo Aranha anunció que el gobierno brasileño había cortado relaciones diplomáticas con las potencias del Eje.

Naturalmente las tensiones de aquellos tiempos afectaron la predicación de las buenas nuevas en el país. Toda asamblea experimentó restricciones e interferencia. La oficina sucursal tuvo que ser mudada de São Paulo a Rio de Janeiro debido al hostigamiento continuo. Hubo confiscación de literatura, y parte de ella se perdió completamente. Las batallas jurídicas también requirieron fondos y energía de parte de siervos celosos que quisieron mantener abierta la puerta para buscar y alimentar a las “ovejas” del Señor en el Brasil.

La Sociedad en el Brasil hizo todo lo que pudo para llamar la atención de las autoridades gobernantes a la persecución que se estaba efectuando contra el pueblo de Jehová, y, particularmente durante la celebración de la Conferencia de Cancilleres Americanos en Rio en 1942, se les suplió información al Dr. Oswaldo Aranha, secretario de Asuntos Exteriores del Brasil, a Sumner Welles, secretario de Estado para los Estados Unidos, y a John Caffery, embajador estadounidense en el Brasil. Estas cartas fueron entregadas personalmente en la noche del 14 de enero de 1912 por el hermano Yuille y el hermano Januário Diniz.

Para 1942 había ante el Tribunal de Seguridad Nacional un caso jurídico que envolvía a los testigos de Jehová del estado de Amazonas. ¿Cómo empezó este caso? En 1940 la Sociedad había invitado a un grupo de precursores a ir a Amazonas para ayudar a los entusiásticos Testigos locales en la obra del recogimiento. Tan pronto como llegaron a Manaus, uno de los precursores, que había sido piloto de la Fuerza Aérea de la Armada, se comunicó con el comandante naval del puerto para explicar la obra que había venido a hacer allí y solicitar su cooperación. Este fue un paso sabio. Hay que tener presente que en Manaus el clero todavía ejercía considerable influencia. Para consternación del clero pronto se organizó una congregación pequeña y ésta comenzó a trabajar aquella zona sistemáticamente.

Finalmente, un solo territorio quedaba por ser trabajado, el distrito de São Raimundo al otro lado del río. Los hermanos cruzaron en bote, y un grupo comenzó a trabajar en la calle principal y los demás en las calles secundarias. Después de hora y media de servicio, uno de los hermanos, el hermano Kambach, estaba tocando su fonógrafo en un restaurante cuando entraron tres jóvenes, y uno dijo: “¡Ése es!” señalando al precursor. Con eso, lo llevaron a la delegación de policía local, donde halló a su esposa y otros del grupo que ya habían sido arrestados. Al entrar Kambach, la puerta fue cerrada y se celebró una breve audiencia. El comisionado de la policía estaba muy nervioso, temiendo que no podría controlar a la chusma.

En la audiencia estuvo un fraile franciscano y, cuando se tocó el disco fonográfico y éste anunció el libro Enemigos, el fraile abrió el maletín de Kambach y sacó el libro, abriéndolo directamente en la página en que se ilustra a la religión falsa montada sobre una bestia salvaje. Mostrando la ilustración a la muchedumbre, dijo: “¡Miren! ¡Dicen que nuestra santa madre iglesia es una prostituta!” Después de una hora durante la cual los hermanos fueron objeto de amenazas y burlas, llegó una orden del cuartel policíaco de que se transfiriera a los prisioneros a aquel lugar. Al salir de la delegación podían ver que la multitud que gritaba insultos había hecho pedazos la literatura y la había arrojado al suelo. En el cuartel fueron puestos en libertad pronto, pero se les puso una demanda.

Desde que la Sociedad Watch Tower había sido disuelta en el Brasil en 1940, se habían hecho esfuerzos por clarificar el asunto delante de las autoridades, pero todo había sido en vano. En 1943 se decidió formar otra sociedad. No obstante, en vez de formar otra sociedad civil, el asesor legal formó una sociedad comercial con la central en São Paulo y con su carta constitucional registrada en la Asociación Comercial de São Paulo. Esta carta constitucional fue aprobada en la Asamblea General de la sociedad comercial en mayo de 1943. No obstante, aunque las intenciones eran buenas, la forma en que esta sociedad fue organizada la pondría bajo legislación comercial que envolvía impuestos comerciales, y así por el estilo, los cuales, por supuesto, no aplicaban a la obra filantrópica y de educación gratis del pueblo de Jehová. Así, pues, la lucha para obtener reconocimiento legal fue larga y ardua.

PUNTO DE VIRAJE EN LA HISTORIA DE LA OBRA

En 1945 la obra de los testigos cristianos de Jehová en el Brasil fue señalada por nuevas mejoras en organización en la sucursal y en las congregaciones.

No hay duda de que el acontecimiento sobresaliente del año fue la visita del hermano Knorr al Brasil en su capacidad de presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract. En esta ocasión se celebró una asamblea en São Paulo en el bien conocido y respetado Gimnasio Pacaembu, ubicado en un impresionante valle cubierto de hermosos árboles florecientes.

Pocos días antes de la llegada del hermano Knorr los hermanos recibieron informes de que el Ministerio de Justicia había rechazado una nueva solicitud de registro de la Sociedad y también había prohibido la distribución de nuestras revistas. Sin embargo, a pesar de estas noticias desagradables, el hermano Knorr, en sus discursos a los hermanos en la sucursal y más tarde en las congregaciones locales, presentó palabras muy animadoras en cuanto al futuro de la obra educativa de ellos. Cuando el hermano Knorr y el hermano Franz llegaron al lugar de asamblea el sábado había 250 personas presentes. En la sesión de la noche ambos hermanos hablaron a 292 personas acerca de “La soberanía universal de Jehová vindicada.” Los hermanos se emocionaron muchísimo al oír al presidente y al vicepresidente de la Sociedad, y aplaudieron fuertemente al oír las noticias de que la Sociedad pronto esperaba enviar graduados de Galaad para ayudarlos en la expansión que daban a los intereses del Reino.

Otro rasgo de esta asamblea fue una reunión de cuarenta siete precursores con el hermano Knorr, quien señaló en esta reunión los propósitos y requisitos del servicio de precursor especial, que pronto habría de comenzar en el Brasil. Dieciocho de los cuarenta y siete precursores se ofrecieron voluntariamente para este servicio especial, y, de éstos, diez fueron nombrados más tarde como los primeros precursores especiales de este país.

Viendo las posibilidades de crecimiento en el futuro, el hermano Knorr dio pasos para mejorar el funcionamiento de la sucursal. Para este tiempo Charles D. Leathco, misionero de la primera clase de Galaad, esperaba su visado para viajar al Brasil. Mientras tanto fue asignado para recibir entrenamiento en la imprenta de la Sociedad en Brooklyn, Nueva York, para que pudiera encargarse de responsabilidad conectada con imprimir en el Brasil.

Más tarde el hermano Knorr también hizo arreglos para que los superintendentes de sucursal y sus esposas de varias partes del mundo recibieran un entrenamiento de seis meses en la central de la Sociedad. Este entrenamiento ayudaría mucho al hermano Yuille, que entonces tenía setenta y tres años de edad y no se encontraba en buena salud, en sus deberes de superintendente de sucursal. Dando otro paso para mejora de la obra el hermano Knorr escogió a Benedito Maximo da Silva, uno de los miembros de la familia de Betel de Rio de Janeiro, para que asistiera a la Escuela de Galaad. El hermano da Silva tomó un curso acelerado de inglés para tener mejores oportunidades de beneficiarse del curso de Galaad. Después de la rutina diaria del trabajo en Betel los hermanos que entendían inglés y portugués le enseñaron por turnos el nuevo idioma. En sus propias palabras, él pensaba que nunca lo lograría. Pero siguió adelante y estuvo allí para responder: “Presente” cuando la sexta clase de Galaad empezó su término el 27 de agosto de 1945. Cuando el hermano da Silva regresó al Brasil fue asignado siervo de los hermanos, como se conocía entonces a los superintendentes de circuito, en la parte norteña del Brasil donde pudo usar su entrenamiento para ayudar a los hermanos a dar adelanto a los intereses del Reino.

El año 1945 fue también un año de acción resuelta de parte de los hermanos en cuanto a pelear por la libertad de adoración. Aunque el gobierno estaba ejerciendo presión en la Sociedad, habiendo prohibido la distribución de las revistas y disuelto a la Sociedad misma, el pueblo de Jehová no iba a ceder. Así, el 13 de octubre de 1945 instituyeron una campaña de obtener firmas para una petición dirigida al presidente de la República. Decía como sigue:

“Al Honorable Presidente de la República de los Estados Unidos del Brasil:

“Los abajo firmantes, ciudadanos del Brasil, todos personas que viven en el territorio de la república, piden respetuosamente su bondadoso permiso para presentar los hechos y solicitar de Su Excelencia lo siguiente:

“Como brasileños, estando bien al tanto de las duraderas tradiciones que son características del Brasil, firmemente creemos en la necesidad de asegurar a todas las personas libertad de creencia, de adoración y religión, según se garantiza en la Constitución actual. Además, estamos convencidos que la Sociedad Watch Tower Bible and Tract funciona en armonía con las estipulaciones que hace la Constitución así como con el espíritu de libertad del pueblo, puesto que representa una valiosa contribución a un mejor entendimiento y esparcimiento de la Biblia, contribuyendo así al bienestar del pueblo brasileño, y por esta razón no debe ser restringida por las autoridades brasileñas en prejuicio contra la libertad, sino que de nuevo se debe permitir que circulen libremente sus publicaciones. Y así creemos que debe animarse y darse estímulo al estudio de la Biblia.

“En armonía con esto, se eleva la siguiente petición a Su Excelencia, que usted tenga a bien, junto con el Ministerio de Justicia, ordenar un cese a todos los obstáculos a la obra educativa de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, que, con respeto a las leyes brasileñas, siempre se ha esforzado por crear interés público en la manera sencilla en que están escritos los textos bíblicos, y que usted tenga a bien dar los pasos necesarios para renovar las actividades de la Sociedad a favor del buen orden de la sociedad brasileña y de la justicia. Y, especialmente, que Su Excelencia tenga a bien dar a Su Excelencia el ministro de Justicia instrucciones de proceder a registrar debidamente a dicha Sociedad, registración que ya ha sido solicitada, otorgándole permiso para distribuir esas publicaciones.

“Según estos términos esperamos su decisión favorable.”

Bajo esta petición, en cada hoja, se suministró espacio para veinte firmas. Mientras tanto a todas las personas que estaban suscritas a las revistas de la Sociedad se les invitó escribir al ministro de Justicia solicitando que se le otorgara reconocimiento legal a la Sociedad y que se le diera a la Sociedad permiso para continuar imprimiendo, A Sentinela y Consolação. Sacos y más sacos llenos de estas peticiones entregaron en el Palacio presidencial el 1 de abril de 1946 el hermano Yuille y el hermano Harry Black, uno de los primeros dos graduados de Galaad asignados a este país. La petición llevaba la firma de 44.411 personas. Para cuando la actividad conectada con la petición fue completada, el general Eurico Gaspar Dutra había ocupado la presidencia, y fue a él que fue presentada la petición en abril de 1946. No hubo respuesta inmediata de parte del gobierno brasileño.

Más o menos un año más tarde, obrando de acuerdo con consejo legal, se formó otra sociedad en armonía con las leyes que entonces estaban en vigor. Fue una sociedad civil brasileña, registrada bajo el Núm. 1,216 el 23 de junio de 1947, en el Libro A, Número 1, en la Tercera Oficina del Registro de las Corporaciones Legales en São Paulo. Sus propósitos eran esencialmente religiosos, y habría de actuar a favor de los testigos de Jehová. Ahora al fin la obra podría efectuarse con una sociedad registrada jurídicamente que podía apoyar a los Testigos contra cualesquier otras interferencias injustas por el clero.

EXPANSIÓN DE LA PREDICACIÓN DEL REINO

En 1915 la Consolação empezó a publicar una serie de artículos útiles tomados del nuevo libro Theocratic Aid to Kingdom Publishers (Ayuda teocrática para los publicadores del Reino), la edición inglesa del cual había sido presentado al público en agosto. Esta serie de artículos suministró la base para otra reunión para la educación teocrática de los hermanos alrededor del mundo. La Escuela del Ministerio Teocrático había empezado a funcionar en congregaciones de todos los Estados Unidos en la primavera del año 1943, y en enero de 1946 comenzó en las congregaciones del Brasil en que había hermanos capacitados para servir como instructores. De entonces en adelante los publicadores pudieron mejorar la calidad de su ministerio del campo y así obtener mejores resultados.

Para el mes de mayo de 1946 se planeó una campaña especial. Con este fin había llegado al Brasil un embarque del folleto Un solo mundo, un solo gobierno en portugués. Se hizo todo esfuerzo posible por distribuir este mensaje en todas partes del país. Hasta aquel tiempo el número máximo de folletos que se había colocado en un mes dado había sido de 48.000, en diciembre de 1940. Ahora, con la cooperación de todos los hermanos, se colocaron 116.000 folletos, lo cual constituyó un excelente testimonio para el Reino.

La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower también contribuyó generosamente al aceleramiento y aumento de la obra del Reino en el Brasil. Dos graduados de la primera clase llegaron al Brasil por avión en noviembre de 1945, y recibieron una entusiasta bienvenida de los publicadores y miembros de la familia de Betel. Estos dos graduados fueron asignados a trabajar en la sucursal. El hermano Harry Black habría de servir temporalmente de superintendente de sucursal durante el término de entrenamiento del hermano Yuille en la central de la Sociedad, mientras que el hermano Leathco atendería la impresión.

Por varios años después de eso el hermano Black sirvió de superintendente de circuito y llegó a ser bien conocido en todo su territorio. Aquí en el Brasil tuvo que enfrentarse a un nuevo modo de vivir. A veces dormía en casas excelentes, otras veces en casas pobres. Recuerda que una vez se le formaron úlceras grandes en las piernas debido a las picaduras de las pulgas, y que en otra ocasión fue despertado a mitad de la noche cuando sintió que algo le picaba todo el cuero cabelludo. Resultó que era un enjambre de hormigas grandes que pasaban por la casa. Todos los de la casa tuvieron que salir de aquel lugar hasta que las hormigas se fueron.

En cierta ocasión cuando visitó a un sargento de la policía que había mostrado interés, en Florianópolis, Santa Catarina, aceptó el único lugar disponible para dormir, la cárcel de la ciudad. Mientras estaba allí, el hermano Black notó muchas Biblias alemanas entre la literatura confiscada y obtuvo permiso para devolvérselas a los hermanos. También sucedió mientras estaba en este lugar que el sargento tuvo que viajar a un pueblo cercano, pero insistió en que Harry se quedara en su hogar de todos modos. Harry concordó, pero se sorprendió al ser despertado la mañana siguiente a las cinco de la mañana por el sargento, que había regresado a casa. Le dijo a Harry: “Tenemos que apresurarnos, porque todo el mundo está esperando en la iglesia.” “¿Qué iglesia es ésa?” preguntó Harry. El sargento le dijo que era su iglesia presbiteriana y que él había reunido a todos los miembros allí para oír a Harry pronunciar un discurso. El discurso se pronunció como se había planeado, usando la Biblia que había en el púlpito, y algunos quedaron tan impresionados que, cuando él partió temprano en la mañana siguiente, estuvieron allí para hacerle más preguntas bíblicas.

En otra ocasión el hermano Black visitó una colonia de leprosos con un hermano que había estado allí por dos años debido a un diagnóstico incorrecto de su condición artrítica. Aunque al fin lo dejaron salir, había utilizado bien su tiempo. Había comenzado una congregación pequeña mientras estuvo allí, y ésta progresó bastante bien después que él partió. No obstante, por algún tiempo no se recibieron informes de esta pequeña congregación, de modo que se decidió hacerles una visita. Se obtuvo un pase por medio del cual el hermano Black y el que había estado en aquel lugar pudieron entrar en la colonia. ¿Qué hallaron? Pues, el único hermano que sabía escribir estaba tan seriamente afligido por su enfermedad en los dedos que se le hacía imposible preparar y enviar los informes. Para gran deleite de los hermanos de esta colonia los dos visitantes pasaron muchas horas con ellos.

Al debido tiempo otros graduados de Galaad vinieron al Brasil, tanto hermanos como hermanas, y fue un deleite verlos usar su entrenamiento de Galaad para ayudar a establecer con firmeza la obra en este país sobre base teocrática.

Las asambleas también continuaron contribuyendo maravillosamente a la expansión de los intereses del Reino aquí, y, por supuesto, los graduados de Galaad con su mayor experiencia en aquellos asuntos pudieron ayudar a mejorar la organización de las asambleas. Es sorprendente el buen éxito que se logró en las asambleas de aquellos primeros días, por ejemplo, la de 1946, la Asamblea Teocrática “Naciones Alegres” en São Paulo. Aunque algunos hermanos tenían muy poca experiencia, su entusiasmo y celo más que compensaba por aquella falta. Un hermano, Oswaldo Monezi, recibió la asignación de encargarse del departamento del servicio ministerial en el campo, las compras, la obra de construcción y también de dirigir el departamento de servicio noticiero. ¡Pero nunca había servido en ninguno de estos departamentos antes y tenía poca idea de cómo funcionaban! Otro hermano celoso, Arlindo Barreto, estuvo a cargo de la cafetería. Aunque para los dos eran cosa nueva las operaciones en tan gran escala, la bendición del Señor se manifestó sobre sus esfuerzos y la experiencia resultó ser muy buena maestra para ellos. En esta asamblea se celebraron reuniones en varios idiomas, entre ellos polaco, húngaro, ruso, alemán e inglés. Aquí, también, por primera vez, se presentó la nueva revista Despertai!, una revista que tomaría el lugar de Consolação, y resultaría estar más a tono con el programa educativo que efectuaba en este tiempo la Sociedad por todo el mundo. Aquella asamblea, que empezó con una concurrencia de 500 personas el primer día, terminó con una concurrencia de 1.700 personas que con entusiasmo aplaudieron el discurso que presentó el hermano Edmundo M. Moreira.

En 1949 se celebraron dos memorables asambleas con relación a la visita de los hermanos Knorr y Henschel. La primera se celebró en el Clube Ginástico Paulista, en São Paulo, y hubo una excelente concurrencia de 843 personas el primer día. Un auditorio de 1.500 personas escuchó atentamente el discurso público “¡Es más tarde de lo que usted piensa!”

En esta asamblea la obra excelente que estaban haciendo los misioneros fue un estímulo a todos los concurrentes. Se relató una sobresaliente experiencia en cuanto a un viaje que hicieron los misioneros Orville Claus, Clifford Anderson y Albert Magno da Rocha. Estos viajaron aproximadamente mil seiscientos diez kilómetros por embarcación, tren, autobús, automóvil y camión para asistir a la asamblea. Por el camino, desde Salvador, Bahía, a Rio de Janeiro, aprovecharon las oportunidades de esparcir el mensaje del Reino. Comenzaron con 600 libros y mil folletos, con planes de visitar por el camino algunos lugares donde todavía no se había publicado el mensaje del Reino. Cuando llegaban a un pueblo, el viaje terminaba para ese día. Uno de ellos permanecía al lado de la literatura mientras los otros buscaban un lugar de alojamiento. Después de establecerse trabajaban el pueblo entero, y a veces colocaban una caja entera de libros. En algunos lugares su visita era tan apreciada que la gente de la localidad insistía en que volvieran el día siguiente para explicarles más acerca de la Biblia o hasta pronunciar un discurso. Algunas de las personas que conocieron tenían tan grande hambre espiritual que ni siquiera les permitían a los hermanos tiempo para dormir.

En la asamblea de Rio de Janeiro, que era el lugar adonde iban, para el discurso del domingo por la tarde hubo una concurrencia de 1.064 personas, una muchedumbre que resultó ser algo grande para el auditorio con aire acondicionado de la Asociación Brasileña de la Prensa. Muchos tuvieron que permanecer de pie en la sala de recepción y escuchar como mejor podían. Los discursos del hermano Knorr, incluso “El camino más excelente del amor,” fueron conferencias de las cuales todos disfrutaron mucho, y además los discursos del hermano Henschel y su comunicación personal con los diecinueve misioneros y otros que estuvieron en la asamblea fueron cosas que se recordarían por mucho tiempo. El precursor Edmundo Moreira pronunció el discurso público “¡Es más tarde de lo que usted piensa!”

CAMBIO EN LA ORGANIZACIÓN DE SUCURSAL

Cuando el hermano Yuille regresó de su viaje a los Estados Unidos en 1946 le iba fallando visiblemente la salud. De hecho, mientras estuvo en los Estados Unidos asistiendo a la asamblea de Cleveland algunos habían tratado de convencerlo de que no debía regresar. En cierta ocasión la hermana Yuille le preguntó qué pensaba de aquellas sugerencias, y el hermano Yuille simplemente contestó: “Mi asignación es el Brasil.” Fue fiel hasta su muerte el 21 de marzo de 1948. Antes de terminar su carrera terrestre, sin embargo, se alegró de poder firmar el informe mensual de servicio del campo para diciembre de 1947, en el cual, por primera vez, el Brasil había pasado la marca de mil en el número de publicadores del reino de Dios.

El hermano Knorr escogió al hermano Charles Leathco para servir de superintendente de sucursal en aquel tiempo. Éste había comenzado a servir de precursor en abril de 1938, y más tarde sirvió de precursor en California y al fin recibió su invitación para asistir a la primera clase de la Escuela de Galaad. Al llegar al Brasil en 1945 había empezado a servir en Betel.

Fue una fuente de verdadero gozo al hermano Leathco y sus asociados ver que la obra continuó creciendo en el Brasil y especialmente observar el progreso a la madurez de parte de muchos Testigos brasileños. La siguiente breve tabla da una idea del crecimiento de la obra en los años cuarenta:

1946 1948 1950

Promedio de publicadores 442 1.077 2.858

Núm. de congregaciones 36 57 99

Revistas sueltas distribuidas 20.513 48.300 88.122

Estudios bíblicos (prom.) 309 833 1.924

No hay duda de que mucho de este espléndido crecimiento se puede atribuir a la abundancia de alimento espiritual, por ejemplo, “La verdad os hará libres,” publicado en 1947, junto con su folleto de preguntas para estudio. Además, la campaña de reuniones públicas iniciada en el Brasil en abril de 1947 tuvo mucho que ver con el recogimiento de las “ovejas.” Antes de ese tiempo solo se informaban de cuatro a seis reuniones públicas cada mes, principalmente las de discursos pronunciados por los superintendentes de circuito. Sin embargo, con la nueva campaña la cantidad aumentó a cincuenta reuniones públicas en abril de 1947, y a 5.154 en mayo de 1971.

Otro factor importante en el progreso de la obra del Reino fue el seguir estrechamente las instrucciones teocráticas. (Rom. 6:16, 17) Fue en 1947 que los hermanos en el Brasil recibieron por primera vez el nuevo folleto Instrucciones de la Organización en portugués. Entonces, en marzo de 1949, se publicó el Consejo sobre la organización teocrática, y para el fin de aquel año la traducción en portugués estaba siendo aplicada en las congregaciones. Así Jehová estaba verdaderamente equipando a Su pueblo para que sirviera unidamente de todo corazón en el adelantamiento de los intereses del Reino.

Todo este aumento de actividad en el campo, a su vez, produjo necesariamente un aumento en la familia de Betel, con el resultado de que comenzó a haber apretujamiento en el alojamiento que el Betel del Brasil ofrecía. Había cajas de literatura almacenadas en cuartos que pudieran estar siendo usados como dormitorios; hasta el comedor tenía que utilizarse para dormir. Por lo tanto, ¡qué oportuna fue la provisión que permitió construir una nueva fábrica de dos pisos detrás del viejo hogar en 1952! La impresión también tuvo que mantenerse al paso con las necesidades de la organización en gran expansión del pueblo de Jehová en el Brasil. Así, pues, en 1951 la Sociedad envió una prensa vertical Miehle desde la fábrica de Brooklyn. Otra maquinaria de impresión necesaria como una linotipia, una prensa de platina de la sucursal alemana y otra Miehle vertical se añadió al equipo, así como una prensa de platina Victory-Front, dos máquinas de coser, un plegador y una moderna máquina de cortar. Todas estas cosas hicieron posible acelerar la producción de literatura en portugués, algo que se necesitaba muy urgentemente por todo el país. Aquí están algunas cifras que muestran el uso que se le dio a este equipo y la necesidad consecuente de engrandecer la familia de Betel:

Impresión 1951 1953 1955

“A Sentinela” 180.800 234.000 536.482

“Despertai!” 91.400 90.400 271.814

Otros impresos 2.922.595 3.329.695 3.586.630

Miembros de la

familia de Betel 17 27 28

Aunque hubo cambios en el personal de la oficina sucursal de vez en cuando, la obra del pueblo de Jehová en el Brasil continuó prosperando. Por unos cuantos años el hermano Richard C. Mucha, graduado de la clase decimoséptima de Galaad, sirvió de superintendente de sucursal cuando el hermano Leathco decidió salir de Betel para casarse en 1954. Entonces cuando el hermano Mucha también decidió casarse y entrar en el servicio de precursor regular por algún tiempo, el hermano John Kushnir lo reemplazó como superintendente de sucursal.

El hermano Kushnir nació en Saskatehewan, Canadá. Comenzó a publicar las buenas nuevas en 1934, y se bautizó en 1939. Cuando solo tenía quince años de edad tuvo que aprender a encargarse de la hacienda de la familia debido a la muerte de su padre. Adquirió mucha experiencia cuando la obra del Reino en el Canadá fue puesta bajo proscripción por el gobierno. Él y su esposa, Frieda, fueron invitados a asistir a la Escuela de Galaad, donde se graduaron en febrero de 1956. Poco después de llegar al Brasil fueron invitados a servir en Betel, donde el hermano Kushnir le fue muy útil al hermano Mucha en la organización de la obra en la sucursal. Ahora el hermano Kushnir tuvo aun mayor responsabilidad como superintendente de sucursal.

SALVAGUARDANDO LA PUREZA MORAL

Un asunto al cual hubo que dar atención considerable durante estos años, debido a la multitud de personas que mostraban interés que entraban en la organización teocrática en el Brasil, fue el de la moralidad cristiana apropiada. Muchos de los que venían a la organización no estaban viviendo en armonía con los requisitos cristianos. (Mat. 19:4-9; Heb. 13:4) Había un número considerable de personas cuya situación en cuanto al matrimonio no satisfacía la norma que exige la Palabra de Dios, la Biblia. Puesto que no hay ley de divorcio en el Brasil, era la práctica mundana el que las personas casadas sencillamente se separaran de su cónyuge legal y comenzaran una relación consensual con alguna otra persona. Centenares de estas personas llegaron a conocer la verdad mientras vivían en esta condición.

Al debido tiempo La Atalaya en portugués, en sus números de diciembre de 1952 y enero de 1953, llevó el artículo “Manteniendo limpia la organización.” Desde entonces en adelante se publicó suficiente información en las revistas de la Sociedad para ayudar a la gente a entender su verdadera posición delante de Jehová Dios y ayudarles a limpiar su vida para permanecer en la organización teocrática y tener el favor de Jehová. Los que no amaban verdaderamente los caminos de Jehová, por supuesto, tuvieron que ser expulsados de la organización, pero a muchos miles se les ayudó a poner su vida en armonía con lo que era recto y vivir de manera limpia a los ojos de Jehová. Estos fueron bendecidos al obtener gran libertad de expresión con relación a la proclamación de las buenas nuevas.

APRENDIENDO A LEER LA PALABRA DE DIOS

Como paso que llevaría a equipar a los Testigos para más servicio eficaz en el Brasil, el presidente de la Sociedad, el hermano Knorr, hizo arreglos para la organización de clases de lectura y escritura en las diferentes congregaciones por todo el Brasil. El gobierno brasileño deseaba enseñar a leer y escribir a sus muchos millones de ciudadanos, y había suministrado excelentes libros de texto. La Sociedad obtuvo surtidos de éstos directamente del Ministerio de Educación y los envió a las congregaciones. Al mismo tiempo, hermanos y hermanas capacitados fueron nombrados instructores en las congregaciones, y se les suministraron instrucciones específicas de modo que hasta maestros sin experiencia pudieran entender y aplicar el curso sin dificultad.

Después que los estudiantes habían aprendido los principios fundamentales de la lectura, se usaban otros libros de texto, como el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado. Para dar publicidad a lo que estaba haciendo el gobierno en este asunto, el Ministerio de Educación invitó a la Sociedad a enviar un representante a una reunión especial de unas 350 personas en 1959. Estas personas representaban a varias instituciones y religiones que habrían de dar un informe de lo que sus grupos estaban logrando en el campo de la educación. Al representante de la Sociedad el hermano Sergio Antão, se le dieron quince minutos para hablar. Usando una Biblia católica, él explicó la obra educativa de los testigos de Jehová y señaló que todos los verdaderos seguidores de Cristo deberían poder leer la preciosa Palabra de Dios. Ya porque quedaron completamente sorprendidos por este discurso extemporáneo, o, por la presentación de las razones bíblicas en cuanto a por qué se debe saber leer, el auditorio aplaudió de buena gana, y el profesor que presidía la reunión vino a darle la mano al representante de la Sociedad.

¡Imagínese lo emocionados que estuvieron los hermanos cuando, en las Asambleas de Distrito “Hombres de Buena Voluntad” de 1970 a 1971 en el Brasil, se presentó la propia ayuda para leer de la Sociedad, Aprenda a leer y escribir! Después de esta presentación, se añadió más incentivo a la obra de esparcir el conocimiento de la lectura y la escritura. El poder leer la Palabra de Dios ciertamente ha resultado en gran felicidad para multitudes de personas.

En Canoas una hermana de ochenta y dos años de edad había estado inactiva en cuanto a la predicación de las buenas nuevas por quince años, pero de nuevo se estableció comunicación con ella y empezó a estudiar. Cuando se presentó la ayuda para leer, inmediatamente empezó un estudio del folleto, y fue grande su gozo cuando descubrió que podía leer las Escrituras para sí misma en su propia Biblia. Es interesante el hecho de que la hermana de cincuenta y seis años de edad que la instruyó a ella había aprendido a leer solo dos años antes en la escuela de lectura que se tenía en el Salón del Reino.

Otro publicador escribió alegremente su experiencia, diciendo: “Es con placer que les escribo para darles las gracias en el nombre de Jehová por la maravillosa provisión que ha hecho la Sociedad para ayudar a personas como yo a leer y escribir. Cuando empecé a aprender la verdad no podía ir de casa en casa solo porque no sabía leer. Ahora me siento muy feliz porque puedo pronunciar mis sermones solo en las casas y puedo conducir mis propios estudios bíblicos.”

En 1958 una hermana de edad avanzada vino de Alemania como inmigrante al Brasil. Puesto que solo podía hablar alemán, no podía predicar en los lugares en que no se entendía este idioma. Vio que era necesario mejorar en aptitud y decidió aprender portugués. Asistió con regularidad a la escuela de lectura y escritura y perseveró hasta que, en varios meses y con tremendo esfuerzo de su parte, podía presentar sus sermones en portugués. La edad no es barrera cuando uno realmente desea aprender.

Otra experiencia indica cómo la escuela de lectura puede ayudar y sí ayudó indirectamente a mejorar relaciones de familia. Un esposo estaba produciendo serias dificultades porque su esposa asistía a las reuniones de los testigos de Jehová. Sin embargo, cierto día se dio cuenta de que su esposa, que ahora tenía cuarenta y cinco años de edad, había aprendido a leer y escribir como resultado directo de la escuela. Desde entonces en adelante le permitió asistir a las reuniones sin oposición.

¿A qué grado ha ayudado a los hermanos y hermanas este curso en lectura y escritura? Bueno, para 1971 se habían recibido informes de que 6.218 personas se habían valido de esta valiosa provisión aproximadamente un 9 por ciento de lo que era entonces el total de Testigos en el Brasil. El año máximo fue el de 1959, en el cual se ayudó a 735 personas a saber leer y escribir.

Otro factor que contribuyó al adelantamiento de la obra del Señor en el Brasil ha sido la prontitud en la traducción de las nuevas publicaciones del inglés al portugués, además de la prontitud en hacerlas disponibles para distribución. Particularmente desde 1965 casi todas las publicaciones de la Sociedad han sido presentadas en portugués unos seis meses después de ser presentadas al público en inglés.

Ciertamente estas provisiones de Jehová y las muchas otras que ha hecho por medio de Su organización teocrática han sido para la verdadera prosperidad entre el pueblo de Jehová en el Brasil. La siguiente tabla revelará brevemente los resultados:

1955 1965 1972

(a fin de mayo)

Prom. de publicadores 7.931 33.267 70.661

Núm. de congregaciones 163 745 1.239

Revistas sueltas distribuidas 414.892 3.499.521 4.477.722

Estudios bíblicos (prom.) 4.146 24.699 62.975

Concurrencia al Memorial 14.946 80.710 180.866

ESCUELA DEL MINISTERIO DEL REINO

Desde marzo de 1959 el programa educativo adelantado de la Sociedad también ha exigido el funcionamiento de la Escuela del Ministerio del Reino, con el propósito de entrenar a los superintendentes. Se han informado muchas experiencias interesantes en cuanto a los esfuerzos que han hecho los hermanos para asistir a esta escuela. Debe tenerse presente que la legislación obrera brasileña está construida de tal manera que hace indeseable el absentismo. Así, a algunas personas, especialmente a Testigos que tienen familias grandes, se les hace difícil arriesgarse a perder su empleo o beneficios concomitantes por asistir a esta escuela.

¿Estaban nuestros hermanos dispuestos a mostrar amor sobresaliente a Jehová con relación a ésta? Considere la siguiente experiencia que relató Raimundo S. Carvalho, de Jandaia do Sul, Paraná: “Yo trabajo en el departamento de servicio público federal y cuando recibí originalmente mi invitación y solicité permiso para ir, mi superior inmediato presentó muchas objeciones. Para desanimarme, dijo que perdería muchos de mis beneficios, tales como permiso especial para estar ausente, prioridad, derechos de vacaciones, y así por el estilo. No obstante, cuando se dio cuenta de que estaba resuelto, sugirió que fingiera que estaba enfermo y consiguiera un certificado médico. Expliqué que ese proceder sería contrario a los principios bíblicos y por conciencia yo no podía seguirlo. Al fin me dio su permiso, y, por supuesto, me deleitó el poder asistir a las dos semanas de instrucción. Cuando regresé a mi trabajo, encontré que los días de mi ausencia me habían sido acreditados sin pérdida de beneficios. De hecho, hasta recibí beneficios financieros durante ese tiempo además de los incontables beneficios espirituales.”

En este gran país se hizo necesario que la escuela viajara a sus estudiantes, más bien que hacer que todos los estudiantes viajaran a la escuela. Esto se logró haciendo que dos instructores de la escuela pasaran algún tiempo en diferentes centros grandes que eran fácilmente accesibles a muchas congregaciones. Desde agosto de 1961 la escuela ha celebrado sus sesiones en diez diferentes ciudades de este extenso país. En las ciudades donde se condujo la escuela los hermanos locales cooperaron amorosamente suministrando alojamiento y ayudando a suministrar el alimento a los estudiantes. Muchos de los mismos hermanos que disfrutaron de los beneficios de la escuela hicieron generosas contribuciones para ayudar a cubrir los gastos. Para 1971, más de 2.400 hermanos responsables de las congregaciones, así como precursores, habían tomado este valioso curso.

ASAMBLEAS CRISTIANAS EDUCATIVAS

A través de los años las asambleas continuaron desempeñando su parte en la predicación de las buenas nuevas del Reino y en la edificación de los Testigos por todo el Brasil. Hubo aumentos en números y en calidad en las asambleas de distrito. Se hizo cosa esperada el que las grandes asambleas que se celebraban en los Estados Unidos más tarde se copiaran en muchos grandes centros del Brasil. La tremenda publicidad que recibió en el Brasil la Asamblea Internacional “Voluntad Divina” celebrada en Nueva York en 1958 se usó para llamar atención a las ocho asambleas que se planearon para el Brasil aquel mismo año. En la sucursal se recibieron más de 1.000 centímetros de columna de publicidad de 20 estados y 70 diferentes ciudades. Por 39 estaciones de radio en 27 ciudades de 11 estados se transmitieron anuncios. En Rio de Janeiro y São Paulo se hicieron arreglos para programas especiales de televisión y entrevistas, y además se filmaron dos cortos noticieros programados para exhibición por dos años. Los resultados fueron sobresalientes. En São Paulo hubo una concurrencia de 10.487 personas, mientras que en Rio de Janeiro hubo 6.105. El total de los bautizados en las ocho asambleas de aquel año fue de 1.041. Jehová ciertamente estaba dando el aumento.

Probablemente una de las más sobresalientes asambleas fue la reunión internacional de delegados en enero de 1967 en São Paulo. Seis de los directores de las corporaciones de la Sociedad estuvieron presentes en esta ocasión, a saber, los hermanos Knorr, Franz, Henschel, Suiter, Couch y Larson. Los hermanos brasileños se deleitaron de tenerlos de huéspedes y escucharles hablar en el programa. El lugar de la asamblea fue el gran Estadio Pacaembu junto con el gimnasio detrás de éste. ¡Qué contraste con la asamblea de 1945 que se celebró en el gimnasio, cuando solo hubo 765 concurrentes! Ahora, para el discurso público presentado por el hermano Knorr por medio de un intérprete, hubo 46.151 deleitados oyentes. Su tema, “El milenio de la humanidad bajo el reino de Dios,” fue interrumpido por brotes repetidos de aplausos. El vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, el hermano Franz, sorprendió a todo el mundo cuando vino al micrófono y pronunció su discurso en portugués. La presentación entusiástica de su tema por este prominente hombre de más edad fue recibida por tanda tras tanda de aplausos. Aquí también se representaron por primera vez dramas bíblicos en el Brasil. ¡Qué gozo fue para los hermanos en esta ocasión oír del hermano Knorr que la Sociedad tenía planes para la construcción de un nuevo edificio de sucursal en São Paulo! Cuando el hermano Knorr terminó sus declaraciones de conclusión y salía de la plataforma, los hermanos y las hermanas sacaron sus pañuelos y los ondearon. Muchos lloraron de gozo y felicidad por las bendiciones que habían recibido en este festín espiritual. Fue inolvidable.

En el transcurso de los años desde entonces, se planearon más y mejores asambleas para atender al rebaño en expansión de las “ovejas” de Jehová en el Brasil. La tabla siguiente da alguna idea del buen éxito de estas asambleas medido por las grandes cantidades de personas que escucharon el programa y el número de los que se ofrecieron en dedicación para hacer la voluntad de Jehová:

Tema de la asamblea Año Núm. de Concurrencia Bautizados

locales

“Haciendo Discípulos” 1968 12 86.007 1.627

“Buenas Nuevas para

Todas las Naciones” 1969 11 95.780 2.370

“Paz en la Tierra” 1969-70 16 93.826 3.120

“Hombres de Buena

Voluntad” 1970-71 18 120.950 3.036

“Nombre Divino” 1971-72 18 138.343 3.610

Aunque los aumentos en la cantidad de publicadores del Reino continuaron, los aumentos no fueron tan espectaculares como en años anteriores. No obstante, durante los años sesenta ha sido el regocijo de los hermanos saber que cada año hubo por lo menos el esperado aumento de 10 por ciento sobre el promedio del año anterior en la cantidad de Testigos activos.

SUPERINTENDENCIA DE LA OBRA

En octubre de 1959 Grant D. Miller fue transferido de la sucursal del Uruguay para servir de superintendente de sucursal en el Brasil. Había obtenido conocimiento de la verdad mientras era todavía un adolescente y comenzó a participar en la predicación en 1937. Se bautizó en julio de 1940 en la asamblea de Detroit. Él y su esposa Eleanor se graduaron de la clase décimo séptima de Galaad y fueron asignados al Uruguay, donde el hermano Miller sirvió de superintendente de sucursal hasta que partió para el Brasil. En 1963 volvió a la central de Brooklyn para un curso de entrenamiento de diez meses suministrado en la Escuela de Galaad, y, al completar el curso, fue asignado de nuevo a la sucursal del Uruguay. Durante la ausencia del hermano Miller por estar en Galaad, John Kushnir trabajó como superintendente de sucursal temporero hasta diciembre de 1963, cuando el hermano William A. Bivens, quien también asistió al curso de diez meses en la Escuela de Galaad en 1963, llegó al Brasil y fue asignado de superintendente de sucursal. El hermano Bivens nació en 1911 en Kentucky. Empezó a servir de precursor con su esposa Bertha en 1942, y fueron invitados a la quinta clase de Galaad, que se graduó en julio de 1945. Pronto él y su esposa fueron a Guatemala como misioneros. En 1954 fueron asignados a Costa Rica, donde él fue nombrado superintendente de sucursal. Después de eso tuvo el privilegio de servir de superintendente de zona para la zona del Caribe y la América Central, donde obtuvo considerable experiencia en la organización teocrática.

Poco después que el hermano Bivens comenzó su servicio en la sucursal del Brasil se hizo otra muy excelente provisión para el adelanto de la obra en el Brasil. Eso fue la construcción de muchos nítidos y prácticos Salones del Reino, que fueron construidos en muchos pueblos y ciudades por todo el país desde Manaus en la región selvática del Amazonas hasta Pôrto Alegre en el sur. El nuevo edificio de sucursal en São Paulo también fue tomando forma en este tiempo, y durante su construcción al hermano Bivens se le hizo necesario hacer varios viajes a São Paulo personalmente para superentender muchos detalles del trabajo que se efectuaba en el edificio. Sin embargo, se hizo patente que el hermano Bivens estaba seriamente enfermo y cada vez se le hacía más difícil cumplir con sus deberes. Finalmente, se decidió que debería regresar a los Estados Unidos para recibir tratamiento, lo cual hizo en febrero de 1969. Pocas semanas después murió después de muchos años de fiel servicio de tiempo cabal. La familia del Betel de Brasil, ahora alojada en su bello nuevo lugar de habitación, que el hermano Bivens había ayudado a construir en São Paulo, echó mucho de menos su presencia.

Cuando el hermano Bivens regresó a los Estados Unidos, el hermano Knorr hizo arreglos para transferir a Fred Wilson y su esposa desde Chile al Brasil, donde el hermano Wilson podría trabajar de superintendente de sucursal. El trajo consigo la experiencia que había obtenido de varios años de variada actividad del Reino. En 1944, después de ser soltado de la prisión, donde había estado debido a la cuestión de la neutralidad, se le invitó al Betel del Canadá, donde su esposa había sido asignada y donde se estaba iniciando la obra de nuevo después de la proscripción. En diciembre de 1945 la Sociedad abrió un almacén de literatura en el oeste del Canadá y asignó al hermano Wilson a atenderlo. Dos años más tarde fue asignado a la obra de circuito en el valle Fraser, donde él y su esposa continuaron hasta que se les invitó a Galaad en 1949. Después de graduarse estuvieron entre los veinte felices misioneros asignados a Chile. Unos años después se les invitó a trabajar en la sucursal, y, desde 1959 en adelante, el hermano Wilson sirvió de superintendente de sucursal en Chile. En varias ocasiones tuvo el privilegio de servir a sus hermanos en otros países sudamericanos como superintendente de zona. De manera que el 3 de abril de 1969 él y su esposa llegaron a São Paulo para encargarse de sus nuevos privilegios de servicio.

MAYOR LIBERTAD PARA ADORAR A JEHOVÁ

La lucha por obtener reconocimiento legal para la Sociedad en el Brasil fue larga y dura. No fue sino hasta en abril de 1957 que el presidente recientemente electo y de pensamiento liberal del Brasil, el Dr. Jucelino Kubitschek de Oliveira, aprobó la opinión jurídica del fiscal general, Dr. A. Gonçalves de Oliveira, recomendando que se archivaran o abandonaran los procesos jurídicos contra la Sociedade Tôrre de Vigia. Su decisión fue publicada en el Diário Oficial el lunes 8 de abril de 1957. Cuando los hermanos Kushnir y Antão recibieron del abogado de la Sociedad la noticia de esta decisión, casi no pudieron contener su gozo. Los procedimientos jurídicos le habían costado a la Sociedad una gran cantidad de dinero, pero el dinero no podía compararse con el privilegio de trabajar libremente en su obra de predicación dada por Dios.

Por supuesto, había otros grandes problemas para nuestros hermanos en el Brasil. Por ejemplo, con el transcurso de los años, a medida que la organización crecía, muchos hombres jóvenes tuvieron que enfrentarse a la cuestión de ‘dar a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.’ (Mat. 22:21) El reclutamiento militar había estado en vigor en el país desde aproximadamente 1906. Particularmente después de la II Guerra Mundial, todos los hombres jóvenes dentro de ciertos límites de edad tenían la obligación de presentarse para ser reclutados y para recibir entrenamiento militar, sin que hubiera aparentemente provisión alguna que eximiera por razones de conciencia. A medida que fue creciendo el número de Testigos jóvenes que emprendían el ministerio cristiano en el Brasil, el número de casos de los que rehusaban tomar el entrenamiento militar por razones de conciencia fue creciendo correspondientemente. Finalmente, en 1950 surgieron para consideración ciertos casos críticos.

Maximiano Wenyk y Paulino Maciel rehusaron entrenamiento militar debido a su conciencia. Esto llevó a varias semanas de dificultades. El primer día un capitán del ejército le dio un puñetazo al hermano Wenyk en la cara, rompiéndole las gafas. Fueron sentenciados a pasar algún tiempo incomunicados, en celdas húmedas y fétidas, y se les hizo ver películas especiales de guerra en un esfuerzo por adoctrinarlos. Sin embargo, los hermanos permanecieron firmes, y después de unos cuatro meses fueron echados del ejército como individuos “incapacitados moralmente” para servir en las fuerzas armadas. No obstante, el registro mostraba que se negaron a llevar armas debido a sus creencias cristianas como testigos de Jehová.

Otro caso sobresaliente en aquel tiempo fue el del hermano W. B. Machado, que abordó el problema del reclutamiento desde otro punto de vista. Se esforzó por comunicarse con autoridades más encumbradas del ejército, hasta el ministro del Ejército, aunque sin buen éxito. Algunos oficiales lo reprendieron vigorosamente amenazándolo con castigo, mientras que otros, más liberales, le aconsejaron usar medios jurídicos de obtener exención. Por lo tanto se le suministró ayuda de abogado al hermano Machado, y los alegatos que se presentaron a favor de él se basaron en una provisión para exención del servicio militar en la Constitución liberal de 1946. Según lo que estipulaba la Constitución, cualquier individuo que tuviera objeción por conciencia podía ser eximido del servicio militar si perdía ciertos derechos políticos, como el derecho a votar y a ocupar un puesto político.

Después de una larga contienda jurídica, en 1953 el gobierno admitió que esta provisión constitucional aplicaba a los testigos de Jehová así como a otros objetores por conciencia. No obstante a pesar de este precedente, todavía hubo considerable prejuicio contra la posición que adoptaban los testigos de Jehová, con el resultado de que a algunos Testigos jóvenes les rehusaron la exención y otros sufrieron a manos de oficiales mal orientados. Finalmente, para aclarar el procedimiento y para eliminar irregularidades, el gobierno del mariscal Arthur da Costa e Silva publicó el 8 de junio de 1967 el Decreto Núm. 56, que daba instrucciones detalladas y completas en cuanto a cómo tratar todos los casos de exención del servicio militar que tuvieran como base convicciones religiosas.

Por supuesto, cada individuo tenía que poder verificar que sus alegadas objeciones por conciencia eran verdaderas. El superintendente de la congregación a la cual pertenecía el que solicitaba exención era entrevistado personalmente por un investigador enviado por el Ejército. Teniendo como base la información que se suministraba de los registros de la congregación, el investigador entonces recomendaba el otorgamiento o el rechazo de la solicitud de exención. Si se otorga, el solicitante es cassado, con la consecuente pérdida de ciertos derechos políticos.

Es un hecho reconocido que entre los testigos de Jehová en el Brasil cada individuo toma su propia decisión en cuanto a este asunto de si ha de solicitar exención como objetor por conciencia o no. Centenares de hombres jóvenes han aprovechado esta provisión jurídica y aprecian muchísimo la consideración que muestra el gobierno en cuanto a esto, por la cual pueden cumplir su ministerio cristiano sin obstáculos. Muchos de estos jóvenes están usando sabiamente su libertad sirviendo de predicadores de tiempo cabal de las buenas nuevas, enseñando los elevados valores morales que se dan en la Palabra de Dios para el provecho de multitudes de otras personas.

EL PROBLEMA DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS

Nuestros hermanos más jóvenes también han tenido que enfrentarse a pruebas severas de su integridad en las escuelas. Uno de los primeros casos que se registró ocurrió en 1950 cuando una hermana de dieciséis años de edad rehusó participar en una ceremonia cívica que hubiera violado su conciencia cristiana. Se hicieron esfuerzos por explicar a los maestros y al director por qué ella había rehusado, pero fue inútil. Los enemigos religiosos usaron su influencia para que este caso fuera incluido en el proceso jurídico que formó el Ministerio de Justicia que condujo al decreto que suspendió la actividad de la Sociedad legal (Tôrre de Vigia) por seis meses, antes de la posible proscripción de la Sociedad. Cuando este caso fue finalmente abandonado en 1957 después de varias entrevistas con las autoridades, la situación en las escuelas regresó a lo normal y continuó así por varios años.

En 1969 se emitió un decreto que instituía en las escuelas la enseñanza de materia sobre “Educación moral y cívica.” Poco después de eso empezó a haber casos aislados de expulsión de las escuelas cuando hermanos jóvenes rehusaron cantar el himno nacional o participar en ceremonias de saludo a la bandera como se exigía en estas clases. En Rio Claro, en el estado de São Paulo, el caso de doce estudiantes fue pasado a la policía, quienes, después de obtener declaraciones de los padres y el director de la escuela, enviaron el caso a autoridades superiores para que recibiera la consideración del DEOPS (un departamento de la Secretaría de Seguridad Pública). Los hermanos Oswaldo Monezi y Augusto Machado, entonces presidente y secretario respectivamente de la Sociedad local, fueron llamados para que dieran información en cuanto a la posición de la Sociedad en este asunto. Se hizo una declaración escrita que mostraba la base bíblica de la posición de los testigos de Jehová y que mostraba además que era asunto en que cada individuo actuaba según su conciencia cristiana. Después de debida consideración, el DEOPS emitió un certificado de buena conducta en lo que tenía que ver con la Sociedad.

Mientras tanto, otros treinta niños estaban siendo expulsados de la escuela en la ciudad de São Paulo. En un caso, en Santo André, el padre apeló al secretario de Educación del estado de São Paulo, explicando en detalle la posición de su hijo debido a su conciencia. El asunto fue pasado a la Comisión Estatal de Moralidad y Civismo, compuesto de diez miembros, entre los cuales había tres miembros de cada una de las fuerzas armadas, abogados, maestros y una monja. Esta comisión escribió una opinión favorable, pero el secretario de Educación prefirió pasarla por alto y enviar el caso a la Comisión Nacional de Moralidad y Civismo. En ambos casos los hermanos hicieron esfuerzos por comunicarse individualmente con cada miembro de la Comisión para presentar nuestra posición bíblica y contestar cualesquier preguntas que hicieran los miembros de las Comisiones. Puesto que la Opinión de esta Comisión Federal sería presentada al ministro de Educación, los directores de la Sociedad hicieron arreglos para tener entrevistas con los consejeros legales de éste, y uno de los directores también pudo considerar el asunto personalmente con el ministro de Educación.

La Opinión de la Comisión según fue publicada en el Diário Oficial, el vocero gubernamental, aunque no eximía a los hijos de los testigos de Jehová de las ceremonias cívicas, sí reconocía los derechos constitucionales de libertad religiosa y de libertad de conciencia. La Opinión citó directamente de la Constitución, diciendo: “Hay plena libertad de conciencia y a los creyentes se les asegura el ejercicio de adoración religiosa que no sea contraria al orden público y las buenas costumbres. Nadie será privado de ninguno de sus derechos debido a creencia religiosa o persuasión filosófica o política, excepto si éstos se usan para eximirse de las obligaciones legales que incumben a todos, en el cual caso la ley puede estipular la pérdida de derechos que sean inconsistentes con la objeción por conciencia.”

La misma Opinión daba debida consideración a la persona de Dios, diciendo: “Aunque las Patrias son perecederas, y hasta la Tierra misma, aun hablando científicamente, Dios es inmortal y eterno, transcendente, por espíritu, a todo lo que es temporal y transitorio.”

La Opinión también citó de la Declaración Dignitatis Humanae de 1965, observando que debe haber inmunidad de coacción para todos de modo que en asuntos religiosos a nadie se debe obligar a actuar contra su conciencia ni se debe evitar que actúe.

El escritor de la Opinión admitió que el castigo que habían impuesto algunos directores de escuela era extremadamente riguroso. El informe continuó diciendo: “Es necesario ejercer extrema cautela en este caso, para no violar la conciencia del niño y no aislarlo, puesto que jurídicamente está incapacitado y no puede ser considerado responsable de sus actos.”

Concluyendo, el escritor de la Opinión recomendó: “La suspensión y la expulsión, si están contenidas en las Reglamentaciones como penas disciplinarias, deben solo aplicarse en casos serios de repetición y falta de respeto, como medida excepcional y extrema.”

Fue una Opinión calmada y bien considerada y, aunque no era tanto como habían esperado los padres de los niños, sí indicó que el gobierno no deseaba causar daño a los niños ni a su educación futura. La Opinión ha tenido un efecto muy sosegador en la mayoría de las autoridades escolares y desde su publicación el 6 de octubre de 1971 se han informado muy pocos casos de expulsión. Ciertamente el período de octubre de 1970 a octubre de 1971 contribuyó mucho al testimonio que se dio en las docenas de entrevistas de padres y otros hermanos con las autoridades en las escuelas, así como con las autoridades estatales y federales.

Comenzando por lo menos en enero de 1972, otro tipo de investigación había empezado. La oficina de la Sociedad en São Paulo empezó a recibir informes que indicaban que los superintendentes de congregación de diferentes partes del país estaban siendo entrevistados e interrogados. Los informes indicaban que todas las entrevistas seguían cierto patrón, y tenían preguntas en cuanto a lo que era la base para nuestra posición de neutralidad, por qué los testigos de Jehová no cantan el himno nacional ni saludan la bandera, y así por el estilo. También señalaban a los temores de las autoridades las preguntas que se hacían acerca del tipo de organización que existe entre los Testigos y las posibilidades de que elementos indeseables y subversivos se infiltraran en nuestras filas. Una pregunta era: ¿Quiénes son estos 144.000 que pronto gobernarán? Hay evidencia de que nuestros hermanos pudieron usar estas oportunidades para presentar un excelente testimonio acerca de nuestra predicación y de las razones para nuestra posición de neutralidad. Puesto que los informes indicaban que las investigaciones estaban bajo la dirección del SNI (Servicio Nacional de Información, cuyo deber es mantener informado de todos los ramos de actividad en el país al presidente de la república), se hicieron arreglos en julio para que los hermanos Augusto Machado y Arlindo Barreto, presidente y director respectivamente de la Sociedad local, se entrevistaran con autoridades más encumbradas del SNI, tanto en Rio de Janeiro como en Brasília. Estas dos entrevistas resultaron informativas y se efectuaron en un ambiente amigable. Aunque se negó que las investigaciones hubieran sido instigadas por el SNI, de todos modos fue posible presentar calmadamente el punto de vista de los testigos de Jehová. Por solicitud de las autoridades, estamos preparando para sus archivos, para posible referencia futura, una declaración escrita de nuestra posición bíblica.

Creemos que las autoridades de todo nivel están mejor familiarizadas con los testigos de Jehová y nuestra obra y nuestra posición bíblica. Una indicación de la actitud del gobierno se ve en el hecho de que durante los meses de junio y julio de 1972 se han publicado siete diferentes listas en el Diário Oficial del gobierno de jóvenes ministros que están siendo eximidos del servicio militar debido a su conciencia cristiana, y esto después de haber pasado varios meses sin que se publicaran listas.

EXPANSIÓN DE COMODIDAD EN LA SUCURSAL

Mientras tanto, la gran expansión de la predicación del Reino por todo el país imponía presión en las comodidades de la oficina y la fábrica de Betel en São Paulo, aunque el edificio se había construido recientemente. El transferir el hogar y la oficina de Betel desde Rio de Janeiro a São Paulo en 1968 ciertamente había resultado ventajoso. Además de tener un clima más fresco, el estado de São Paulo tiene la más grande concentración de Testigos en el Brasil, con una proporción de un publicador por cada 566 personas.

El programa de dedicación para el nuevo hogar Betel de São Paulo aconteció el viernes 20 de diciembre de 1968, con el hermano Knorr y su esposa como huéspedes especiales. Hubo un auditorio de 333 personas que llenaron el Salón del Reino, entre ellos 145 superintendentes de congregación, 10 superintendentes de distrito y circuito con sus esposas, y los 42 miembros de la familia de Betel. En el programa hubo una historia de la obra en el Brasil, y la reunión fue culminada por el discurso del hermano Knorr en que dedicaba el edificio a Jehová. Miembros de la familia de Betel recuerdan que el hermano Bivens rebosaba de gozo y satisfacción al ver completo este hermoso nuevo hogar y oficina sucursal. Esto pareció darle energía renovada y hacerle posible efectuar de nuevo algunos de sus deberes en la sucursal. Aunque hubo que ayudarlo a bajar al Salón del Reino para la reunión de la dedicación, ciertamente fue una ocasión especial para él.

El nuevo edificio de Betel, de tres pisos y de forma de L, es por mucho el más impresionante edificio en su zona inmediata, construido al estilo griego y romano con entrada y columnas de mármol. En el techo, camuflando el enorme tanque de agua, está la familiar estructura de una atalaya, que, al ser iluminada de noche, es testigo silencioso del crecimiento y progreso de la obra de los testigos cristianos de Jehová. Pero, ¡imagínese! En solo dos años y medio después de quedar terminado, este excelente gran edificio ha resultado demasiado pequeño para atender la extraordinaria expansión de la obra del testimonio en el Brasil. Todas las habitaciones estaban ocupadas por miembros de la familia de Betel, aunque la Escuela del Ministerio del Reino fue mudada del edificio de la sucursal a otras ciudades. El espacio para el almacenamiento de literatura estaba todo lleno, de modo que era imposible almacenar literatura por más de unos cuantos meses a la vez. Por eso, ¡qué gozo tuvieron los hermanos cuando el hermano Knorr anunció que las comodidades actuales habían de ser aumentadas a más del doble por la añadidura de un nuevo edificio al lado de la propiedad actual! Estos planes se anunciaron a las congregaciones en el Ministerio del Reino de abril de 1971. Se habían comprado dos solares adyacentes, uno que estaba vacío y el otro ocupado por una fábrica que tenía 432 metros cuadrados de espacio superficial de suelo. En el solar vacío se construirían dos nuevos edificios separados en la forma de una “L,” cada uno de cinco pisos. El primer edificio suministraría comodidades para el embarque de revistas y literatura, así como para alojar todas las prensas actuales. El otro tendría dos pisos con un total de veintiocho cuartos dormitorios y tres pisos para el almacenamiento de papel y literatura. En la fábrica ya construida en el otro solar se instalaría una nueva prensa rotativa M.A.N. y habría otras comodidades para la impresión de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! en portugués para el país. ¡Realmente la palabra clave era expansión!

Con relación a este programa de edificar hubo una visita de sorpresa de los hermanos Nathan Knorr y Max Larson. El hermano Knorr, sirviendo de superintendente de zona, pudo suministrar dirección para la actividad en la oficina y el hogar de la sucursal y al mismo tiempo consideró con el hermano Larson y los hermanos de la sucursal muchos de los detalles que tenían que ver con la construcción misma y la instalación del equipo necesario para imprimir las revistas en el Brasil.

Ya se estaba construyendo el edificio cuando los hermanos Knorr y Larson llegaron en enero de 1972, pues la aprobación final se había otorgado el 4 de octubre de 1971. La visita de tres días estuvo llena de actividad y pasó demasiado rápidamente. La familia de Betel y los graduados de Galaad que servían en São Paulo y sus alrededores siempre recordarán el alegre tiempo que pasamos con los hermanos viajeros la noche del jueves 13 de enero. Para deleite de la familia, se mostraron vistas de los nuevos edificios que la Sociedad está construyendo en diferentes lugares. El hermano Knorr habló por algún tiempo, también, en cuanto a la expansión en Brooklyn, y los hermanos disfrutaron inmensamente de esto. Entonces, en medio del discurso, el hermano Larson se puso de pie y anunció que éste era un día muy excepcional para todos nosotros, sí, ¡hoy, el 13 de enero de 1972, el hermano Knorr completaba treinta años como presidente de la Sociedad! Después de varios minutos de aplauso prolongado y emoción a duras penas contenida por todos los presentes, el hermano Knorr continuó su discurso, incluyendo ahora muchos recuerdos de viajes anteriores a la América del Sur. La feliz noche al fin tuvo que finalizar después de un maravilloso período de asociación edificante. El día siguiente los hermanos visitantes continuaron su viaje al África.

UN TIEMPO MARAVILLOSO EN EL CUAL VIVIR

Al repasar la maravillosa obra que ya se ha hecho en los años del pasado, los testigos cristianos de Jehová en el Brasil se regocijan por ella y dan gracias a Jehová por haberles dado la maravillosa oportunidad de mostrarle su amor. Miran al futuro con optimismo, sabiendo que vivimos ahora en el más maravilloso de todos los tiempos cuando el Reino ya está establecido en los cielos y cuando el nuevo orden de la Gobernación Divina en la Tierra está cercano. Para nuestro deleite en la celebración del Memorial en 1972 hubo una concurrencia total de 180.866 personas. Esto indica que hay más de 100.000 personas que se asocian con las congregaciones que todavía no son publicadores del Reino. Pero vamos a hacer cuanto podamos para ayudar a estas personas. Durante el año de servicio de 1972 las 7.864 personas que recientemente se habían dedicado fueron bautizadas y hubo un total de 72.972 publicadores en el campo en abril.

Evidentemente hay mucho más trabajo que hacer, y en este trabajo participan voluntariamente los 73 hermanos que ahora sirven de superintendentes de circuito, otros 5 como superintendentes de distrito, visitando con regularidad a más de 1.500 congregaciones con el propósito de ayudar a todos los Testigos y a otros a mejorar y a dar expansión a su participación en el ministerio del Reino. Es maravilloso ver que el espíritu de Jehová ha impulsado a tantos Testigos a ofrecerse voluntariamente para ir a partes lejanas de la Tierra para servir como evangelizadores.

Ahora usted sabe cómo el crecimiento de la obra en el Brasil recibió impulso por los fieles esfuerzos de aquellos primeros evangelizadores del Brasil y Europa y ahora por los misioneros que se graduaron de la Escuela de Galaad de la Watchtower. Han llegado a todo rincón del país. Por ejemplo, en las profundidades de la densa selva del Amazonas, en el estado de Amazonas, hay 36 congregaciones con un total de 890 publicadores, muchos de los cuales viajan en sus botes de motor y botes de remos para visitar a los pacíficos habitantes de ese estado. En la entera región conocida legalmente como Amazonia, que incluye también los estados de Pará, Acre y territorios de Rondônia, Roraima y Amapá, 73 congregaciones con 1.895 publicadores siguen adelante con la comisión divina de predicar las buenas nuevas, y en esta zona también hay 42 precursores especiales ocupados en abrir nuevo territorio.

En el estado de Bahía, donde recordamos que Amim J. J. Darzé recibió a George Shakhashiri, la obra continúa creciendo hasta tal punto que ahora en su ciudad capital, Salvador, hay 51 congregaciones, con 4.909 publicadores y 57 precursores. En todo el estado hay ahora 170 congregaciones, con 9.444 publicadores, 123 precursores regulares y 65 precursores especiales.

En las grandes zonas metropolitanas como São Paulo, donde las dificultades que se experimentaron al principio amenazaron la obra, ha habido toda indicación de que la mano prosperadora de Jehová ha estado sobre la obra. Actualmente en el Gran São Paulo hay 237 congregaciones, con 20.033 publicadores, incluso 217 precursores. De hecho, en todo el estado de São Paulo hay 489 congregaciones, con 30.953 publicadores, o casi la mitad del número entero de publicadores en el Brasil, ocupados diligentemente en buscar las personas que quieren adorar a Dios con espíritu y verdad.

Así vemos que el mensaje del Reino ha cubierto todo el país y ahora queda como desafío a los publicadores por todo el Brasil el penetrar hasta en las zonas más remotas y llevar las buenas nuevas del Reino, buscando a los que son dignos. Se puede ver que fue a muchos que Jehová se complació en usar para efectuar esta gran obra de predicación en este vasto país, algunos de ellos de otros países, otros nativos, pero todos entusiasmados con el mismo espíritu de devoción y aprecio a Jehová por todas sus maravillosas bondades. Todos han reconocido que, por sí mismos, poco hubieran logrado. Pero atribuyen a Jehová mismo toda la gloria y honor por la magnífica expansión de la obra del Reino en el Brasil. Se dan cuenta de que fue “Dios [quien] siguió haciéndolo crecer.”—1 Cor. 3:6.

En vista del maravilloso fruto del Reino producido durante las pasadas cinco décadas, fieles Testigos del Brasil miran al futuro con gozo y expectativa. Saben que Jehová completará Su grandiosa obra de buscar a los que quieren adorarlo con espíritu y verdad. Confían también en que, aun con el enorme entrar de personas de corazón honrado hasta ahora en la organización teocrática, todavía hay más que han de venir, y por eso con verdadera seguridad siguen adelante con su predicación, y mientras lo hacen unidamente proclaman: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.”—Rev. 4:11.

[Ilustración de la página 84]

Hogar Betel actual

[Ilustración de la página 85]

 . . . y nueva añadidura en São Paulo, Brasil

[Mapa de la página 36]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

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