Ir al contenido

Ir al índice

República Sudafricana y territorios vecinos (Parte 2)

República Sudafricana y territorios vecinos (Parte 2)

República Sudafricana y territorios vecinos (Parte 2)

TRANSICIÓN SIN ASPEREZAS

A fines de 1941 el hermano Rutherford, que había servido fiel y celosamente de presidente de la Sociedad por veinticinco años, estaba ya muy enfermo. Entonces tenía setenta y dos años de edad y por muchos años no se había abstenido de gastarse en el servicio de Jehová. El 8 de enero de 1942 selló su servicio terrestre del Reino en la muerte. Dentro de pocos días la junta de directores de la Sociedad se reunió en el Betel de Brooklyn eligió a Nathan H. Knorr como nuevo presidente. La respuesta desde el campo fue muy diferente, después de la muerte del hermano Rutherford, de la manera en que se sintieron los hermanos después de la muerte del hermano Russell. En 1942 no hubo clamor de “¿Qué vamos a hacer ahora?” Por supuesto. cuando el hermano Rutherford murió, los enemigos de la verdad se alegraron mucho, y decían: “Ahora que su líder y vocero se ha ido, pronto se desintegrará la obra de ellos.” Pero pronto quedaron desilusionados en cuanto a eso.

En agosto de 1941, no mucho antes de su muerte, el hermano Rutherford había estado presente en la asamblea de Saint Louis, Misuri, E.U.A., donde uno de los puntos principales había sido el “Día de los niños” y se había presentado para circulación el nuevo libro Hijos. Los rasgos de esta sobresaliente asamblea se copiaron en miniatura en una asamblea que se celebró en Johannesburgo, en abril de 1942. Esta vez la concurrencia subió a 1.700 personas, entre ellas 340 niños que recibieron gozosamente ejemplares del nuevo libro. En aquella asamblea 400 personas simbolizaron su dedicación para hacer la voluntad de Dios, más del doble del máximo anterior. La organización de asamblea, por primera vez, operó una cafetería que sirvió 6.000 comidas, lo cual fue un sobresaliente éxito, y les dio más tiempo para buena asociación. Todos los hermanos fueron muy fortalecidos y se sintieron muy refrescados y volvieron a casa muy, muy felices.

Esta asamblea animó especialmente a varios jóvenes precursores que acababan de empezar su servicio. En 1942 el número precursores aumentó a sesenta y cinco en Sudáfrica. Uno de ellos era el hermano Piet Wentzel, quien se había declarado de parte de la verdad en el pueblecito de Bonnievale en la provincia de El Cabo. Para diciembre de 1941 él empezó a rendir servicio de precursor en Kimberley. En 1945 le vino a hacer compañía Frans Muller, quien, a la edad de dieciséis, acababa de salir de la escuela y ya tenía algún buen entrenamiento y experiencia en la obra con la congregación de Pretoria. Los dos jóvenes hermanos fueron asignados al pueblo de Vereeniging, a aproximadamente cuarenta y ocho kilómetros al sur de Johannesburgo. Trabajaron con empeño, pues uno de ellos tuvo como promedio 210 horas al mes aquel año.

A pesar de las predicciones pesimistas de los opositores, la obra del Reino no aminoró en 1942 después de la muerte del hermano Rutherford. En vez de eso, adelantó a un paso acelerado de modo que, al fin del año de servicio, George Phillips pudo informar un nuevo máximo de publicadores de 1.582, un aumento de 26 por ciento sobre la cifra máxima lograda el año anterior. ¡Qué maravillosa diferencia al considerar el pequeño grupo de unos 100 en 1931!

SIERVOS PARA LOS HERMANOS

Cuando el hermano Knorr, el nuevo presidente de la Sociedad, empezó a dirigir el progreso de la obra, entre los primeros desenvolvimientos estuvo la obra de siervo para los hermanos. Esta empezó en Sudáfrica en febrero de 1943. (La obra de zona había terminado en 1942.) Los siervos para los hermanos tenían que ser hombres solteros y era preciso que tuvieran buena salud y mucho vigor para sostenerse firmes en su horario de intenso trabajo. Al principio los lugares pequeños recibían solo una visita de un día, y las congregaciones mayores dos o tres días. Esto envolvía mucho viaje, en medio de condiciones difíciles, y subir a trenes y ómnibuses en horas muy raras del día y la noche. El trabajo no era de solo investigar los registros de las congregaciones cuidadosamente, sino principalmente de pasar mucho tiempo en el campo con los hermanos y entrenarlos en el servicio del campo.

Uno de los nuevos siervos para los hermanos que recibió su nombramiento en 1943 fue el hermano Gert Nel, quien había conocido la verdad como maestro de escuela en el Transvaal septentrional en 1934, y como publicador del Reino había sido muy celoso y activo. Como siervo de zona y siervo para los hermanos, el hermano Nel tuvo el privilegio de ayudar a muchos publicadores, tanto africanos como europeos, y muchos hermanos todavía recuerdan su servicio fiel y leal. Fue llamado a Betel en 1946 para servir de traductor para las publicaciones en afrikaans.

Un hermano africano que llegó a ser siervo para los hermanos fue Thomas M’kele. Fue el viejo hermano Mulenga, uno de los primeros precursores africanos de Sudáfrica, quien le ayudó a conocer la verdad. El hermano Mulenga estaba en el campo cierto domingo por la mañana cuando halló un grupo de hombres que dormían en el suelo. Al preguntarles qué pasaba, dijeron que no habían dormido la noche anterior debido a que habían pasado toda la noche orando en la iglesia. En aquel momento el ministro de ellos, entonces el “reverendo” Thomas M’kele, le pregunto al hermano Mulenga qué llevaba en su maletín. Aceptó el folleto ¿Dónde están los muertos? La semana siguiente tomó varios libros, y la semana después de eso asistió a una asamblea. No pasó mucho tiempo antes que renunciara de su iglesia, y se bautizara, y dentro de un año estuvo sirviendo de precursor con el hermano Mulenga. Más tarde, como se ha mencionado, llegó a ser uno de los siervos para los hermanos. Murió fiel al fin de 1945.

UNA NUEVA ESCUELA TIENE EFECTO IMPORTANTE

Uno de los nuevos arreglos instituidos por el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, que ha tenido gran efecto en el campo, es la semanal Escuela del Ministerio Teocrático. En poco tiempo este muy excelente arreglo logró ayudar a muchos hermanos que se habían imaginado que nunca serían discursantes públicos a hacerse muy eficientes en la plataforma y más eficaces en el campo. En todas partes de Sudáfrica los hermanos recibieron con gusto esta nueva provisión de Jehová y la pusieron en función con entusiasmo. Esto lo hicieron no solo los publicadores europeos, sino también los hermanos africanos, a pesar de grandes obstáculos lingüísticos y falta de entrenamiento académico.

Uno que llegó a ser superintendente de escuela en 1943 fue el hermano Samuel Mase. Allá en 1938 él había sido miembro del partido comunista. ¡Para aquel tiempo compró el libro Riquezas esperando que le daría un buen conocimiento del comercio! Samuel se sentía hostigado también por espíritus inicuos y pasaba noches aterradoras. Varias visitas a hechiceros no le ayudaron. Pero tan pronto como comenzó a asistir al estudio de la revista La Atalaya, toda su vida cambió y mejoró. Lo que más le impresionó fue el amor de los hermanos que pertenecían a diferentes tribus. Halló entre ellos una maravillosa unidad que nunca había hallado entre sus asociados políticos. Llegó a ser superintendente de la escuela en una congregación africana del Filón y más tarde sirvió de precursor y fue útil como superintendente de circuito.

La Escuela del Ministerio Teocrático ayudó al campo africano a desarrollarse más rápidamente. En Pretoria el grupito formado por Hamilton Kaphwitt se había desarrollado para 1945 en una gran congregación de 181 asociados. Para aquel tiempo el gobierno comenzó a mudar a los africanos a poblaciones nativas lejos de la ciudad de Pretoria misma. Ya la congregación africana tenía casi el doble del tamaño de la congregación europea. Esto muestra el maravilloso desarrollo que aconteció en el campo africano durante la II Guerra Mundial. Al principio de la guerra el número de publicadores europeos sobrepasaba al de los publicadores africanos por la proporción de dos a uno, pero para el fin de la guerra la condición estaba cambiando, y, en muchos lugares, el número de los africanos sobrepasaba al de los hermanos europeos.

Para 1945 Johannesburgo tenía una congregación europea de 113 asociados y cuatro congregaciones africanas con un total de más de 500 hermanos africanos asociados.

También estaba produciéndose expansión abajo en El Cabo. Mientras que el total de hermanos europeos asociados era de 135, la congregación mestiza de Salt River en El Cabo había ascendido a 138 asociados. Poco después de eso la congregación mestiza fue dividida y se establecieron cuatro congregaciones nuevas.

Un hombre que conoció la verdad para aquel tiempo fue Nicholson Makhetha, un africano albino. Él se bautizó en una asamblea en 1944. El hermano Makhetha se hizo precursor en 1946 y más tarde rindió servicio por varios años como superintendente de circuito. Puesto que dominaba bien el inglés, en las asambleas grandes se le usó con gran frecuencia como intérprete de inglés a sesotho. También ha tenido el privilegio de traducir las publicaciones de la Sociedad a la lengua sesotho, en su propio país nativo de Lesotho.

ADELANTO EN NIASALANDIA

Para 1940 el número de congregaciones cristianas en Niasalandia había aumentado a sesenta. También iba aumentando la aposición religiosa a la predicación del Reino. Los sacerdotes católicos romanos le decían a la gente que si el país estuviera bajo gobernación romana nuestra obra hubiera sido detenida mucho tiempo antes. De todas maneras, decían, el papa pronto destruiría la obra de la Sociedad y “echaría a Rutherford y todos los testigos de Jehová en medio del mar.”

Lo que sucedió en una ocasión ilustra los métodos solapados de los maestros de la religión falsa: Una grabación que se tocó en cinyanja, perturbó a cinco maestros católicos romanos africanos. Estos hombres enviaron un informe al comisionado del distrito con la queja de que alguien con un gramófono estaba yendo por las aldeas diciéndole a la gente que el Armagedón había llegado y que todos los europeos iban a ser destruidos. Esto, por supuesto, se hizo deliberadamente para despertar la ansiedad y animosidad de los funcionarios blancos, pero las investigaciones que hicieron las autoridades probaron que el informe era falso y por lo tanto no se dio más consideración al asunto.

Por lo general la superstición desempeña un gran papel en la vida del africano. Pero la verdad lo liberta de estas cadenas mentales. En cambio, los esclavos de la superstición a menudo usan sus armas especiales contra los siervos de Jehová. Por ejemplo, una vez cuando una congregación de testigos de Jehová estuvo predicando de aldea en aldea, un león vino detrás de ellos, quitando vidas en las aldeas. ¡Esto hizo que los supersticiosos culparan a los testigos de Jehová de llamar la atención del león a ellos! Por supuesto, los maestros católicos romanos aprovechaban esta tendencia supersticiosa.

Al estallar la II Guerra Mundial se ejercieron más presiones contra la obra del Reino en Niasalandia, pero la actitud del gobierno continuó siendo imparcial. Esto se refleja en la declaración que hizo el gobernador, Sir H. C. D. Mackenzie-Kennedy, quien dijo: “He conocido por veinticinco años a la gente de la Watchtower. En algunos países sé que han sido perseguidos y no se les ha otorgado reconocimiento. En este país no voy a impedirles su obra mientras observen la ley.” Algunas autoridades africanas también desempeñaron su papel en mantener la vía abierta para la entrada del mensaje del Reino.

Para 1943 la obra había aumentado tan bien que la cifra mensual promedio para los publicadores había subido ahora a 2.464, y había 144 congregaciones en función. Sin embargo, en aquel año vino el nombramiento de un nuevo gobernador y también un nuevo comisario de la policía. El gobierno se apoderó de un gran envío del libro Riquezas en cinyanja. En junio de 1943, la Nota Gubernamental Núm. 77 anunció que se imponía una proscripción total en la importación de todas las publicaciones de la Sociedad. Sin embargo, esto no afectó mucho la obra en el país, puesto que ya había considerable literatura en existencia en Niasalandia.

Lo que sí tuvo un efecto poderoso fue la existencia de los “movimientos Watchtower” que todavía operaban y causaban oprobio al nombre de la Sociedad. En 1937 Elliott Kamwana fue soltado del exilio en las islas Seychelles y regresó como líder de uno de estos movimientos falsos. Willie Kavala también estaba presentando su pequeña función, afirmando falsamente que estaba bajo la dirección del juez Rutherford. En vista de aquella situación que existía, fue bueno el que la Sociedad suministrara identificaciones especiales para los que eran reconocidos como publicadores y suministrara al gobierno el nombre de las personas a quienes se suministraban aquellas identificaciones. De esta manera se hizo una distinción clara entre los testigos de Jehová, bajo la dirección de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, y movimientos paganos que llevaban un nombre similar.

Durante 1944 la expresión “el nuevo mundo de Jehová” causó una gran impresión en la población de Niasalandia. Un hermano, al pronunciar un discurso sobre el nuevo mundo, explicó: “Cuando Adán pecó no le nacieron hijos en el jardín; todos nacieron en la ‘maleza’ y, amigos, todavía estamos en la ‘maleza.’ Todavía no hemos regresado al jardín. Pero ya está cerca el tiempo en que dejaremos este mundo ‘matekenya’ (de garrapatas) y entraremos en el nuevo mundo de Jehová plenamente establecido.” En cierta parte del país las personas que mostraban interés en el mensaje seguían a los testigos de Jehová de lugar en lugar, bebiendo de las promesas de la Palabra de Dios.

Para el año siguiente el glorioso calor de la verdad bíblica estaba secando los húmedos campos de la religión falsa. Varios clérigos africanos, después de oír un discurso acerca del nuevo mundo, fueron todos juntos a un misionero europeo y le dijeron: “¿Por qué nos escondió estas cosas? ¡Hoy vemos a jovencitos y jovencitas que visitan a la gente y les hablan de las más maravillosas cosas que la gente jamás ha oído! ¡Y usted nos ha dado, para predicar, doctrinas que ahora resultan falsas! ¡Y cuando estamos delante de la gente para predicarles parecemos tontos y no tenemos ningún fundamento!”

VENCIENDO LAS DIFICULTADES EN RODESIA DEL SUR

En 1939 la cantidad de publicadores europeos en Rodesia del Sur era de unos 15, mientras que la cifra de los africanos era de unos 460. Una gran ayuda para los hermanos africanos se había suministrado en la forma del primer folleto en cishona, el principal idioma africano del país.

Nuestro publicador aislado en su propia mina de oro, Jack McLuckie, mientras tanto estaba criando a su familia en la verdad. Su hogar era una casa muy sencilla hecha de palos en zarzo y lodo, con un piso de senga... estiércol de vaca hecho líquido con agua y dejado hasta secarse y hacerse duro. Cuando se hace duro, no hay hedor, y puede ser barrido diariamente. Jack estaba educando fielmente a sus hijos en la verdad, y uno de sus métodos era leer unos cuantos versículos de la Biblia y entonces hacerles preguntas para ver lo que habían entendido. Ian, el más joven de los muchachos, era muy jovencito entonces, pero recuerda estas sesiones de estudio. Este entrenamiento temprano lo puso en buena condición cuando más tarde fue precursor y graduado de la Escuela de Galaad y misionero.

Fue en 1939 también que otra familia McLuckie apareció en el escenario en Rodesia del Sur. Ésta consistía en Bert McLuckie y su esposa Carmen, su infante Peter y dos niñitos del matrimonio anterior de él. Bert McLuckie se puso en contacto con la verdad primeramente en 1927 y había ayudado a muchos de sus parientes a aceptarla. De hecho, el “clan” McLuckie es muy bien conocido en el África central y austral.

Poco después del estallido de la II Guerra Mundial en 1939 las dos familias McLuckie y otros publicadores de Rodesia del Sur se encontraron en dificultades. El gobierno proscribió la importación y distribución de la literatura de la Sociedad el 15 de noviembre de 1940. Hasta la traducción en inglés de las Escrituras Griegas Cristianas intitulada “Emphatic Diaglott” fue proscrita. La falsa razón para que se impusiera la proscripción fue que fomentaría oposición al esfuerzo de guerra. La oficina de Ciudad del Cabo envió sin pérdida de tiempo una apelación al rey de Inglaterra, el primer ministro británico, el secretario de estado para las colonias, el gobernador de Rodesia del Sur y todos los miembros del parlamento. No se recibió reconocimiento oficial de esta carta. Unos días después un miembro del C.I.D. visitó a George Phillips en Ciudad del Cabo en representación del gobierno de Rodesia del Sur. ¡Estaban deseosos de tener información acerca de los antecedentes del escritor!

Bert McLuckie dice que algunos hermanos sí se retiraron debido al temor cuando se impuso esta prohibición a la literatura, pero la mayoría de ellos siguieron adelante con mayor empuje resueltos a someter a prueba lo legal de aquella ley por medio de distribuir la literatura, viniera lo que viniera. Esto resultó en arrestos, juicios y fallos de culpabilidad inevitables. Libros, Biblias, fonógrafos y grabaciones eran confiscados y más tarde quemados por orden del tribunal. Algunos de estos casos fueron llevados al Alto Tribunal de Rodesia del Sur, pero en aquellos años, bajo la presión y la fiebre de la guerra, el fallo iba contra la Sociedad.

Según Jack McLuckie, había unos dieciséis Testigos europeos en aquel tiempo y la mayoría de ellos fueron a prisión en una ocasión u otra por distribuir la literatura proscrita. Algunos fueron a prisión dos o tres veces. Para aquel tiempo, también, muchos hermanos fueron enviados a prisión por su posición de neutrales con relación a la guerra. Usaron el tiempo que pasaron en la prisión para dar un buen testimonio y algunos de los guardas asistieron a estudios bíblicos con los Testigos después que los hermanos fueron puestos en libertad.

En cierta ocasión la esposa de Bert McLuckie, Carmen, fue arrestada también y sentenciada al pago de la acostumbrada multa de £25 o tres meses en prisión. Ella estaba encinta en aquel tiempo. Un caso en apelación que no prosperó retardó los asuntos y mientras tanto Carmen dio a luz una niñita. Con el transcurso del tiempo una agente de la policía vino a arrestar a Carmen, Y el hermano McLuckie tuvo la triste experiencia de ver que Se llevaban a su esposa y su nena a la prisión en Gwelo. Pudieron haber dejado que la niñita se quedara en casa, pero decidieron que sería mejor tanto para la madre como para la niñita el que estuvieran juntas. Mientras estuvo en la cárcel con su madre, la infantil Estrella tuvo como niñera a una asesina que lloró amargamente cuando la madre y la criatura fueron puestas en libertad después de cumplir la sentencia de tres meses.

El hermano Bert McLuckie mismo estuvo en la cárcel dos veces. En la cárcel, el hermano McLuckie estuvo en compañía de personas a quienes se había hallado culpables de obras sucias e inicuas y dijo que nunca antes ni desde entonces ha oído lenguaje más vil. No obstante, dos de aquellos individuos prestaron un oído que oía al mensaje del Reino. Por eso dentro de la misma prisión se celebró una ceremonia pequeña de bautismo, y el hermano McLuckie bautizó a dos prisioneros mientras todos los demás tuvieron que ir afuera al patio a hacer ejercicios.

En 1942, los hermanos europeos de Rodesia del Sur publicaron el folleto Los testigos de Jehová: ¿Quiénes son? ¿Qué obra hacen? Enviaron ejemplares al gobernador y otros funcionarios y empezaron una distribución general. El hermano Bert McLuckie recuerda esto muy bien. De hecho, su esposa fue arrestada de nuevo mientras participaba en esta obra cierto día. Pero su caso no siguió adelante y no la acusaron.

Para 1943 el número promedio de publicadores había aumentado a 1.090, y la muchedumbre de publicadores del Reino crecía rápidamente en Rodesia del Sur. Un año después se hicieron arreglos para asambleas de los hermanos africanos. En la asamblea africana de Bulawayo hubo una concurrencia de 1.028 personas y en Mrewa tuvieron 347 personas para el discurso público. Cincuenta nuevos se bautizaron en estos dos lugares. La asamblea europea también fue en Bulawayo y tuvo una concurrencia máxima de 73 personas. Allí se animó a los hermanos a seguir adelante con la obra mientras esperaban anhelantemente el tiempo en que se otorgara permiso a la Sociedad para abrir un almacén de literatura, y tuvieran un representante oficial en este país.

CELO FRENTE A LA PERSECUCIÓN

Durante 1940 hubo otro alboroto en la Zona del Cobre en Rodesia del Norte y en un centro varios africanos resultaron muertos. Esta vez el enemigo no pudo echar la culpa a los testigos de Jehová. Los cabecillas eran todos católicos romanos, pero el gobierno no mencionó esto. Para aquel tiempo los testigos de Jehová en la Zona del Cobre eran mucho más fuertes y mostraban más celo que en cualquier tiempo antes.

En diciembre de 1940, el gobierno hizo una proclama en la que prohibía la importación y distribución de toda la literatura de la Sociedad. Hubo incursiones en los hogares de los hermanos, y varios de ellos fueron enviados a prisión por poseer literatura. En cierto caso, dos hermanos, Gibson Chembe y Lamond Kandama, fueron gravemente golpeados varias veces porque rehusaron quemar sus libros en la presencia de muchas personas, incluso jefes. Estos actos se cometieron con conocimiento de ello por el jefe de la policía y el magistrado de la localidad. El informe que se envió a la sucursal de El Cabo fue retenido por los censores y Llewelyn Phillips fue llamado ante el jefe de la seguridad. Cuando se presentaron los hechos del caso, el jefe prometió hacer una investigación. Se envió una protesta tanto a la central gubernamental en Lusaka como a la Oficina Colonial en Londres. El gobierno nombró una comisión de investigación. Estos reprendieron al magistrado y al jefe de la policía y ya no se hicieron más esfuerzos por obligar a quemar los libros.

Entonces vino una notificación del gobierno que se publicó en marzo de 1941 y que exigía que todos los europeos y africanos entregaran todas las publicaciones de la Watch Tower al Boma (tribunal) más cercano dentro de dos meses, de no hacerse lo cual se sometería a juicio a los ofensores. No hay que decir que todos los testigos de Jehová genuinos rehusaron hacer aquello, y esto condujo a más arrestos. La policía entró por sorpresa en el almacén de literatura de la Sociedad. El siervo del almacén, Llewelyn Phillips, respondió denodada y firmemente y rehusó entregar la literatura que poseía. Fue sentenciado a seis meses de prisión. En aquel mismo año, algún tiempo antes, Llewelyn Phillips había estado en prisión por un mes por haber rehusado rendir servicio militar.

No hubo ningún alivio durante el año siguiente. Llewelyn Phillips fue arrestado nuevamente con relación a la cuestión militar, pero apeló. Pasó otros tres meses en prisión antes que se oyera su apelación. Él cuenta su propia historia de esto: “La vista de la apelación, que vino tres meses después, fue un asunto de toda formalidad con el señor presidente del tribunal en el banco y el procurador general (entonces K. C. [consejero del rey]) haciéndola de fiscal. El juez sacó una Biblia de la cual sobresalían varias tiras de papel que señalaban a diferentes capítulos. Empezó preguntando qué derecho tenían los testigos de Jehová a negarse a ir a la guerra cuando Moisés fue guerrero. Cuando se le recordó que este hombre fiel no pudo haber sido cristiano debido a que vivió 1.500 años antes de Cristo, el entusiasmo por las preguntas bíblicas menguó y no pasó mucho tiempo antes que la Biblia fuera puesta a un lado. Cuando se sugirió que, si los apóstoles hubieran estado vivos, probablemente hubieran estado en el banquillo de los acusados también, se pudo ver que esto afectó emocionalmente al juez.” La sentencia del hermano Phillips fue entonces reducida al tiempo que ya había pasado en la cárcel de modo que pudo salir del tribunal como hombre en libertad. Por ocho de los doce meses del año de servicio de 1942 él estuvo en prisión.

A pesar de las dificultades que se debían a la persecución, la escasez de alimento y la falta de literatura producida por la proscripción, la obra siguió adelante. Para contrarrestar la escasez de literatura, se habían preparado preguntas y respuestas con textos bíblicos relacionados para que los hermanos los usaran en los estudios bíblicos. Debido a la guerra había también escasez de partes de bicicletas y llantas. Esto significaba que la mayoría de los africanos se veían privados de su principal medio de transportación por los caminos primitivos de la maleza. No obstante, la obra en Rodesia del Norte iba progresando maravillosamente el número promedio de publicadores en 1944 subió a 3.062, ¡un aumento de 116 por ciento desde 1941! Y a pesar de todas sus dificultades estaban pasando un promedio de 30 horas al mes en el servicio del campo. Para este tiempo las buenas nuevas también habían penetrado en el cercano Congo.

Hasta este punto ningún europeo de Rodesia del Norte se había asociado francamente con los testigos de Jehová. ¿Por qué? Una razón que se sugería se presentó en el 1943 Yearbook: “Hay un temor profundamente arraigado en la mente de muchos europeos que aprecian nuestro mensaje, porque creen que si dan a conocer esto franca o activamente verán en peligro los puestos que ocupan.” Sin embargo, varios europeos, incluso funcionarios gubernamentales, habían manifestado considerable bondad a los Testigos. De hecho, un comisionado de distrito pagó a dos Testigos 5 chelines a cada uno como compensación por haber sido detenidos impropiamente en prisión por su predecesor. ¡Otro funcionario fue a buscar en su automóvil a su sirviente (que había sido puesto en prisión por poseer nuestra literatura) cuando la sentencia de éste se hubo cumplido, y lo llevó de regreso a su trabajo! Este cambio de actitud por parte de muchos europeos sin duda se debía al excelente testimonio que los hermanos daban por medio de su conducta, como se informó en el 1944 Yearbook: “Los que se adhieren a la Sociedad tienen la mejor reputación de todos en este cuerpo [de trabajo] y es bien conocido que granjeros y otros patronos especifican que especialmente quieren a éstos.”

En 1945 el hermano Bridger y su esposa, una pareja que conoció la verdad para 1916 en el Estado Libre de Orange por la obra de Japie Theron, se mudaron de Johannesburgo a Luanshya, donde el hermano Bridger empezó a servir de precursor entre los europeos. Él relata que trabajó el pueblo entero, colocando 1.000 folletos. Aquí habló a una familia, una Sra. Scheepers y su hija la Sra. Joubert, con las cuales había estudiado anteriormente en Johannesburgo. Toda esta familia, hasta los bisnietos de hoy, han aceptado la verdad. El hermano Bridger también se entero de que había ciertas personas que “no tenían fe en las celebraciones de las navidades.” Logró ponerse en comunicación con ellas y así encontró a otras cuatro personas que habían estado asociadas con nuestra obra en Sudáfrica. Comenzó un estudio con estas personas, y esto formó el núcleo de la primera congregación europea en Rodesia del Norte. El hermano Bridger y su esposa también trabajaron entre los africanos en los poblados cercados.

ADELANTE A BAROTSELANDIA

En 1945 vino más ayuda desde la Unión Sudafricana en la persona del hermano C. Holliday (esposo de la hermana M. Holliday mencionada antes en esta historia). George Phillips, el superintendente de la sucursal de El Cabo, lo invitó a servir de “siervo viajero y ayudar al hermano Llewelyn Phillips.” Mientras estuvo en Rodesia del Norte, él visitó a Barotselandia, una zona de 735.000 kilómetros cuadrados situada en los alcances superiores del gran río Zambeze, al oeste de las cataratas Victoria. Lo acompañaba un europeo que había mostrado interés en el mensaje y un “siervo para los hermanos” africano que servía de guía e intérprete.

Fue un viaje bastante difícil. Primero viajaron en un tren maderero particular a Massesse, donde hicieron una parada, se reunieron con algunos Testigos e hicieron arreglos para formar el núcleo de una congregación. La siguiente porción de su viaje la hicieron en un tranvía prestado de un capataz, empujado por la vía del ferrocarril por dos africanos hasta un punto donde los viajeros pudieron conseguir transportación en un camión gubernamental. Esto les llevó a Katima Molilo, donde otro transporte los tomó para llevarlos a Ngwesi. Allí los recibieron unos hermanos que habían venido caminando desde Senanga, para encontrarse con ellos y servirles de portadores de su equipaje. El resto del viaje a Senanga lo hicieron mayormente en tres canoas. En cierto punto tuvieron una espeluznante experiencia con un hipopótamo. Para terror del hermano Holliday, la enorme bestia levantó en el aire una de las canoas. Pero el que remaba mantuvo hábilmente su equilibrio y golpeó al animal con su remo. Esto tuvo el resultado deseado y el hipopótamo se alejó nadando, para alivio de todos.

Al llegar a Senanga una enorme muchedumbre que se había congregado les dio la bienvenida. Para estar allí, algunos habían viajado durante ocho o nueve días por la carretera. Todos estaban intensamente interesados en lo que les esperaba. Esta era la primera visita de un hermano europeo y muchos de ellos nunca habían visto a una persona blanca antes. La asamblea no oficial que celebraron fue ciertamente refrescante en sentido espiritual.

Mientras visitaba a la congregación de Mufulira, el hermano Holliday conoció al Sr. Ford, el administrador del poblado, quien estaba muy bien impresionado por el buen trabajo y lo confiable de los “muchachos de la Watch Tower.” Él fue uno de los funcionarios mencionados en el informe del 1946 Yearbook of Jehovah’s Witnesses: “El pensar oficial es de no otorgar reconocimiento todavía, pero individualmente hay algunos casos animadores de un definitivo respeto a la limpieza, decencia y disposición a trabajar de los testigos de Jehová. Las enormes cantidades de personas que ahora se asocian con nosotros en los centros mineros (y no es cosa poco común asistir a una reunión de 800 personas) están empezando a causar profunda impresión en los que controlan directamente a los africanos, y, como ejemplo de esto, después de cuatro meses de correspondencia con la Junta de Administración del Pueblo de Mufulira se ha otorgado un local gratis para la erección de un Salón del Reino. Se debe crédito por esto a algunos funcionarios que se expresaron denodadamente a favor de nosotros.” Este edificio fue el primero de su clase en Rodesia del Norte.

Así, a pesar de la persecución la obra realmente seguía adelante en Rodesia del Norte durante la primera mitad de los años cuarenta. Eso también era verdad en los demás países bajo la sucursal sudafricana.

PREDICANDO A PESAR DE PROSCRIPCIÓN EN BASUTOLANDIA

A principios de los años cuarenta, el hermano Frank Taylor y su esposa visitaron a Basutolandia (ahora Lesotho). Allí hallaron que había tanto interés que en muchos lugares los africanos de hecho corrían detrás de ellos pidiéndoles literatura. Pero las autoridades los estaban vigilando y amenazaron con confiscarles toda la literatura y así los obligaron a seguir adelante y pasar de allí.

Durante febrero de 1941, se impuso una proscripción total a la importación de nuestra literatura en Basutolandia. Extraño como parezca, la proscripción fue impuesta antes que hubiera siquiera un solo Testigo viviendo en aquel país. Pero durante el período de la proscripción la obra del Reino empezó y progresó muy bien. Hermanos que usaban los automóviles con altavoz de la Sociedad habían viajado por el país, transmitiendo las conferencias grabadas de la Sociedad y distribuyendo literatura, pero no fue sino hasta 1942 que la sucursal recibió un informe de dos publicadores en Basutolandia. Uno de estos primeros publicadores fue el hermano L. Ramosena, quien en realidad oyó por primera vez acerca de la verdad mientras trabajaba en el pueblo e Vereeniging, en Transvaal. El hermano Ramosena se entusiasmo tanto con el mensaje y sintió tan profundo deseo de esparcirlo en su propio país que regresó a casa y empezó a testificar diligentemente, comenzando en un lugar llamado Teyateyaneng.

Pronto otro hermano que había aceptado la verdad en Johannesburgo se unió al hermano Ramosena y los dos fueron en bicicleta a aldeas cercanas y esparcieron las buenas nuevas. Organizaron reuniones pequeñas y el grupo creció. Un año más tarde, en 1943, había cuatro publicadores... ¡un aumento de 100 por ciento!

El participar en la predicación de casa en casa en Lesotho es muy diferente de lo que sucede en la mayoría de los demás países. Sea que el amo de casa esté dentro de la casa o fuera, el publicador saluda con un claro y amigable “¡Khotso!” que significa “¡Paz!” El amo de casa responde con un “¡Khotso!” El publicador entonces recibe la invitación de entrar y se le da un asiento y visitante y visitado preguntan en cuanto a la salud de uno y otro. Al completarse el saludo tradicional, entonces el publicador puede empezar a explicar su misión.

Aunque la Iglesia Católica y la Misión Francesa están bien establecidas en este país y muchas personas pertenecen a una o la otra de estas religiones, muchos basutos todavía se han apegado a sus tradiciones paganas y su adoración de antepasados y, hasta recientemente, asesinatos rituales, el matar a criaturas humanas para obtener ciertas partes del cuerpo con propósitos supuestamente medicinales, se han efectuado. Pero, a pesar de estos obstáculos, el grupito de publicadores del Reino creció y en 1948 había nueve publicadores de las buenas nuevas.

Puesto que muchos de los jefes son católicos, a menudo se oponen a la obra del Reino, pero había algunos de corazón honrado y sincero entre ellos. En 1951 un precursor visitó el kraal de un jefe en Leribe. Fue invitado a una comida. En ella había también dos clérigos. El precursor le testificó al jefe y cada vez que le presentó un punto lo probó con la Biblia. Los dos sacerdotes se molestaron y salieron airados, pero el jefe quedó encantado y se comenzó un estudio con él. Más tarde el jefe estimuló a la gente de su zona a tener estudios también, y el resultado fue que tantas personas quisieron estudios bíblicos que el precursor local ya no pudo atenderlos a todos. La obra se estaba desarrollando bien y para 1951 había cinco pequeñas congregaciones en Basutolandia. El año siguiente había 53 publicadores, como promedio, así como 10 precursores.

AUMENTA LA LUZ EN TANGAÑICA

Más al norte, en Tangañica, la obra entre los hermanos africanos también progresaba. Durante los años desde 1936 cartas aisladas que llegaban a la sucursal de la Sociedad en El Cabo desde Tangañica mostraban que había rayos de la verdad brillando en esta parte de África, aunque no en todo su vigor. En 1942, 158 hermanos tuvieron alguna participación en la obra. Según el Yearbook de 1945, los informes desde Tangañica indicaban que aumentaba la oposición y que había confiscación de la literatura, pero había un promedio mensual de 75 publicadores que informaban poco más de 8 horas por publicador en el campo. La única manera de animar a estos hermanos era por correspondencia, y la Sociedad hizo esto. Para 1945 solo tres congregaciones organizadas que contaban de 144 publicadores testificaban a los casi 6.000.000 de habitantes de este país. Su obra consistía principalmente en testimonio oral, revisitas y estudios. De vez en cuando les llegaba material de lectura y había gran gozo entre ellos. Daban buen uso a aquellas cosas para provecho de todos. Para 1946 habían aumentado a 227 publicadores y 7 congregaciones. Estos hermanos experimentaron considerable oposición por parte de las organizaciones de la religión falsa y tenían gran necesidad de una supervisión más estrecha y de literatura en swahili.

En enero de 1948 un siervo para los hermanos de habla cibemba fue enviado de Rodesia del Norte a visitar las congregaciones de Tangañica. Él trabajó con las ocho congregaciones del distrito de Mbeya, animando y edificando a los hermanos. La única congregación restante, en la frontera de Rodesia del Norte, recibió los servicios de otro siervo para los hermanos. Hubo buenos resultados de esto y hasta jefes manifestaron interés en la verdad. Además, Tangañica ahora llegó a estar bajo la nueva sucursal formada en Rodesia del Norte. Hoy Kenia Uganda y Tanzania son dirigidas por la sucursal de la Sociedad en Kenia. La obra del Reino se está desarrollando rápidamente en aquella zona y trayendo gran honor al nombre de Jehová.

COMIENZA UNA NUEVA CAMPAÑA

La campaña de reuniones públicas empezó en Sudáfrica durante junio de 1945 y recibió entusiástico apoyo de los hermanos en el campo. Como resultado de la Escuela del Ministerio Teocrático, ahora había muchos discursantes disponibles. Los bosquejos que se suministraban eran traducidos a los principales lenguajes africanos y los hermanos en aquel campo también empezaron a organizar esta nueva campaña.

Por supuesto, muchos de los hermanos se sentían tímidos y temerosos en cuanto a hablar desde una plataforma pública como conferenciantes. Entre éstos estaban Piet Wentzel y su compañero, Frans Muller, que servían de precursores en Vereeniging. Cuando el Informador (más tarde llamado Ministerio del Reino) consideró la campaña, ambos concordaron en que esto no era para ellos. Nunca habían estado en la plataforma pública. Sin embargo, los recordatorios del Informador los animaron, de modo que seleccionaron discursos y empezaron a prepararlos. Para practicar la presentación de éstos escogieron un lugar tranquilo a la orilla del río y, colocados a suficiente distancia, empezaron a “dirigir la palabra” a su “auditorio” en suave fluir... ¡el río! Por aproximadamente un mes fueron al río a cada hora de comer al medio día y practicaron hasta que se sintieron con suficiente confianza para hablar a un auditorio verdadero. Pidieron hojas sueltas y se dio mucho anuncio. Cuando llegó la fecha, hubo 37 personas en su discurso público y ellos se sintieron muy agradecidos de tener tan excelente comienzo.

SE VE ORGANIZACIÓN MÁS FUERTE

En comparación con los años anteriores, 1945 fue un año comparativamente tranquilo en cuanto a oposición. Hubo varios pequeños incidentes, sin embargo, uno de los cuales ocurrió en el pueblo de Kimberley. Este ha sido un importante centro de minería de diamantes desde los años setenta del siglo pasado cuando se comenzó a cavar en busca de diamantes en aquella zona. Sin que hubiera razón manifiesta para ello el consejo municipal de Kimberley pasó una resolución en el sentido de que no se debía permitir la entrada de los testigos de Jehová en las localidades municipales (para los africanos) de modo que esparcieran sus creencias. El superintendente de las localidades africanas recibió la instrucción de detener toda actividad de los Testigos y clausurar sus lugares de reunión. Un periódico local publicó esta información bajo el título “Russelistas proscritos en localidades locales.”

El superintendente de las localidades, un hombre llamado O’Brien, tomó acción sin pérdida de tiempo. En la ausencia de los hermanos, forzó la puerta y entró en el Salón del Reino, se apoderó de su literatura y de la máquina de reproducción del sonido, y desbarató el carrito que servía para llevar la máquina de un lugar a otro. Entonces triunfantemente entregó los trozos a los que estaban observando lo que pasaba para que los usaran como leña. La sucursal también reaccionó sin pérdida de tiempo. Se le dio al consejo municipal notificación de devolver la propiedad confiscada y pagar los daños causados al carrito en 48 horas; de otro modo se tomaría acción jurídica. Como resultado de esto, el consejo municipal tuvo que desembolzar £10 por los daños, y O’Brien tuvo que retractarse y personalmente devolver la propiedad confiscada al Salón del Reino. ¡Encima de todo esto, la prensa local publicó un artículo en el cual mostró que los testigos de Jehová habían ganado otra victoria y seguían efectuando su obra educativa en las localidades locales como de costumbre!

Por fin, en mayo de 1945 terminó en Europa la guerra que había durado casi seis largos y fatigosos años. Las hostilidades todavía continuaron por un tiempo en el Extremo Oriente, hasta que las bombas atómicas aplastaron la resistencia del Japón. Los sudafricanos, por lo general, dieron un gran suspiro de alivio. Pero aunque los Testigos habían peleado y ganado la “batalla de la proscripción,” su lucha de larga duración con la “descendencia” de la Serpiente todavía no había terminado.

Sin embargo, en diecinueve lugares el pueblo de Dios celebró la Asamblea de Anunciadores Unidos durante la Guerra Mundial. Por primera vez en la historia de la obra del Reino en Sudáfrica, los hermanos pudieron disfrutar simultáneamente de las mismas buenas cosas de que disfrutaban los hermanos de los Estados Unidos y otros lugares. Tanto el programa como las nuevas publicaciones estuvieron allí a tiempo.

Abajo en Durban el número de publicadores había aumentado a aproximadamente 100. Este grupito efectuó una vigorosa campaña para anunciar el discurso público. Se usó la cantidad de 50.000 hojas sueltas, además de 2.000 cartas especiales de invitación, 1.000 cartelones y muchos anuncios en tela, grandes y pequeños. La ciudad quedó electrificada. Nunca habían visto nada como esto antes. La concurrencia al discurso público fue de 900 personas, y de ésas aproximadamente 750 eran el público. La concurrencia para aquella serie de asambleas en toda la nación alcanzó un nuevo máximo de 5.001.

En la sucursal de Ciudad del Cabo la familia había aumentado ahora a catorce miembros, todos los cuales todavía vivían en hogares particulares y pensiones y comían en los restaurantes de la localidad. La pequeña imprenta había estado muy ocupada y en 1945 produjo un máximo sin precedente de 2.562.817 ejemplares de material impreso. El nuevo libro “La Verdad Os Hará Libres,” publicado en inglés en 1943, había sido traducido a afrikaans, zulú y sesotho.

Así, pues, en Sudáfrica la organización emergió de la II Guerra Mundial mucho más fuerte y grande que al principio. La obra había progresado y crecido a pesar de todos los esfuerzos que habían hecho los opositores, la proscripción de la literatura las campañas de “tizne” por los religiosos, la publicidad adversa en la prensa, los casos ante el tribunal, las incursiones policíacas y arrestos. El número de congregaciones en Sudáfrica había llegado a más del doble, pues aumentó de 115 a 244. En toda África austral el número promedio de publicadores había subido 3.179 (en 1939) a 12.289 (en 1945), un aumento de 286 por ciento. Más maravilloso todavía fue el aumento en la Unión Sudafricana, de 439 publicadores en 1939 a 2.991 en 1945... ¡un aumento de 580 por ciento!

EDIFICANDO PARA EL FUTURO

En vista de los tremendos aumentos que se lograron durante los años de la guerra, la obra del Reino en las partes del sur, el centro y el este de África tenía que ser bien organizada para que fuera productiva en los años del futuro. Un aumento desde 3.179 testigos en 1939 a un promedio de 14.089 en 1946 es lo que muestran los registros. En aquel tiempo aproximadamente 25.000.000 de personas vivían en todos los territorios que estaban bajo la superintendencia de la sucursal sudafricana de El Cabo. El noventa por ciento pertenecía a las diferentes tribus africanas en la mitad meridional del continente. Sin embargo, la mayoría de los europeos (los blancos), vivían en la Unión Sudafricana misma.

En los próximos pocos años habría más crecimiento, hasta grado sorprendente. Nuevas sucursales de la Sociedad Watch Tower se abrirían en estos territorios, de modo que se pudiera dar mejor atención a los intereses de las personas comparables a ovejas.

En muchas zonas todavía había mucho mal entendimiento de la obra. Cuando unos cuantos hermanos africanos de Rodesia del Norte quisieron venir a Johannesburgo para la asamblea de octubre de 1946, los funcionarios de inmigración no quisieron permitirles hacer eso. Uno preguntó: “¿No ha sido culpable de actividades subversivas la ‘Watchtower’?” A estos funcionarios se les explicaron los hechos, pero ni eso valió para que se les permitiera a los hermanos entrar en el país. La razón que se dio fue que no habría suficiente alojamiento para ellos en Johannesburgo, donde ya había miles de personas viviendo en estructuras provisionales en los municipios africanos. Las autoridades no quisieron aceptar el hecho de que los testigos de Jehová se encargarían del alojamiento de los hermanos visitantes.

Publicaciones como “Sea Dios Veraz” y “Equipado para toda buena obra” presentadas en la asamblea de Cleveland, Ohio, en 1946, fueron recibidas entusiásticamente por los hermanos sudafricanos en su asamblea de Johannesburgo dos o tres meses después. Estas publicaciones ayudaron mucho a capacitar mejor a los siervos de Jehová como verdaderos maestros de la Palabra. La obra con el fonógrafo portátil y los discursos bíblicos grabados todavía se efectuaba, pero ahora había llegado el tiempo para que los trabajadores del Reino de todas las razas aprendieran a efectuar más de la predicación y la enseñanza ellos mismos, con sus propias bocas.

Uno de los superintendentes de circuito africanos de aquel tiempo, M. Nguluh, informa que una buena cantidad de clérigos africanos de varias religiones aceptaron la verdad durante este período. Uno de éstos, Bethuel Rikhotso, de la Iglesia Misional de Suiza, fue visitado por el hermano Nguluh mientras el hermano Nguluh estaba efectuando una visita como superintendente de circuito a Graskop en la parte nordeste de la provincia de Transvaal en 1946. Este hombre aceptó la verdad la primera noche que se le presentó, y a la siguiente visita del superintendente de circuito había hecho arreglos para que se presentara un discurso especial en el “kraal” (grupo de chozas) del jefe principal de la tribu de los shangaanes. Esto condujo a que se diera un vigoroso testimonio y, años más tarde, una congregación grande se desarrolló en esta zona. Rikhotso mismo llegó a ser precursor en enero de 1947.

OBRA DE CIRCUITO Y ASAMBLEAS

La obra del superintendente de circuito africano a veces era peligrosa en aquellos días. El hermano Nguluh menciona que en dos ocasiones casi se ahogó al cruzar ríos en inundación. Aun hoy, para ir de una congregación a otra, los superintendentes de circuito africanos tienen que cruzar muchos kilómetros de maleza a pie cargados de equipaje, y a menudo acompañados por su esposa y un infante.

En febrero de 1947 entró en vigor un nuevo arreglo de circuito y Sudáfrica fue dividida en catorce circuitos.

En algunas zonas el interés del pueblo africano era sorprendente. ¡Un superintendente de circuito africano dice que pronunció el mismo discurso público tres veces el mismo día! Él había sido enviado a cierta zona para que organizara una nueva congregación e hizo arreglos para pronunciar un discurso público un domingo de agosto de 1947. Hubo una concurrencia de 173 personas, casi todas personas que recientemente habían mostrado interés. Escribe él: “Después del discurso se invitó a los presentes a invitar a otros para que vinieran a oír la verdad. A las 3 de la tarde tuve que pronunciar un segundo discurso público. A las 5 de la tarde otro gran grupo vino al salón y solícitamente me pidió que repitiera el discurso porque habían oído del grupo de las 3 de la tarde, que la verdad se estaba hablando en aquel salón. Por eso, desde las 6 hasta las 7 de la noche pronuncié el discurso por tercera vez aquella tarde.” Este tipo de interés marcaría el pago de maravillosos aumentos.

En abril de 1947 se celebró la primera asamblea de circuito de Sudáfrica en Durban. Milton Bartlett, graduado de la quinta clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower para misioneros y el primer misionero de Galaad que vino a Sudáfrica, fue el superintendente de distrito en esta asamblea. Los hermanos africanos tenían un salón blanqueado en un poblado cercado municipal cerca del centro de la ciudad. Esta fue una ocasión para felicidad. Algunos hermanos habían viajado por distancias considerables, puesto que la entera provincia de Natal estaba incluida en el único circuito en aquel tiempo.

El hermano Bartlett da esta muy vívida descripción del color local en esta asamblea africana: “Fue una emocionante experiencia ver la actitud de los Testigos africanos. Eran tan limpios, tranquilos, nítidos en su persona, tan sinceros y deseosos de aprender más acerca de la verdad, muy deseosos de participar en servicio del campo. Aunque estaban dentro mismo del poblado cercado (terrenos de posada) tenían sus calderos de tres patas y habían degollado un animal y prepararon su comida en aquel poblado. Cada Testigo había traído consigo su propio plato esmaltado, su taza esmaltada y una cuchara de sopa, que usaba para todo su comer. Pero cuando llegó tiempo para comer el mealie (un potaje hecho de maíz) en su forma rígida lo enrollaban en la mano y lo metían en parte de la sopa que había al fondo de sus platos y entonces se lo echaban en la boca.”

Los hermanos disfrutaban mucho de sus asambleas de circuito. El informe de la sucursal para aquel año dice que los hermanos africanos de Zululandia caminaban ciento veinticinco kilómetros para llegar a una asamblea de circuito y entonces regresar a casa, en total cinco días de caminar. Como dijo el superintendente de sucursal: “El celo de muchos de estos hermanos es verdaderamente notable y es alentador al corazón de uno ver su buena disposición y deseo de aprender y de tomar en serio la instrucción que reciben.”

Estos hermanos no se preocupan por problemas de alojamiento, tampoco. Vienen con un lío que contiene una sábana y unos cuantos objetos personales, un infante a las espaldas de algunas mujeres, y una cajita de madera para sus libros y Biblias. A menudo la caja se usa como asiento en las sesiones de las asambleas. Si tuvieran que pasar una noche o dos en el viaje al lugar de asamblea, fácilmente hallan a africanos amigables que están dispuestos a darles una esquina en la cual dormir. Si tienen que dormir al aire libre, tienen sus sábanas para mantenerse calientes.

A veces no hay un salón disponible y por eso la asamblea se celebra al aire libre con la bóveda del cielo como techo. Por otra parte, una estructura temporal se hace de palos y se cubre con tela impermeable. Las necesidades temporales se satisfacen por medio de apetitosas comidas que consisten en la comida mealie (potaje de maíz) y carne. Si tienen su propio plato, muy bien. Si no, comen de un plato que usan en común. Si alguien no tiene cuchara... ¡bueno, los dedos se hicieron antes que hubiera cuchillos y cucharas!

VISITA GOZOSA EDIFICA LA ESPIRITUALIDAD

El punto que se destacó en la obra del Reino en África austral, Central y Oriental durante 1948 fue la muy esperada visita del presidente de la Sociedad, N. H. Knorr. ¡Qué gozo fue para todos los hermanos de África austral! En aquel tiempo se compró terreno para la construcción de una nueva sucursal, fábrica y hogar cerca de Johannesburgo.

Los días qué se fijaron para la asamblea nacional de Sudáfrica fueron del 3 al 5 de enero de 1948. Se celebró en Johannesburgo; pero debido a requisitos oficiales los hermanos europeos y mestizos tuvieron que reunirse en un solo lugar y los africanos en otro. Aunque a los hermanos se les dio aviso con poco tiempo unos 3.600 asistieron a las sesiones de apertura y 9.246 vinieron a las dos reuniones públicas. Un total de 416 personas se bautizaron, de las cuales 378 eran hermanos africanos. Después de la asambleas el hermano Knorr y su secretario, Milton Henschel pasaron tres días en Ciudad del Cabo, en la sucursal, ofreciendo consejo y estímulo al personal de Betel.

En todos los países y territorios bajo la dirección de la sucursal de El Cabo hubo un máximo de un poco más de 27.000 publicadores en 1948. Como resultado de la visita del hermano Knorr aquel año, se organizaron algunas sucursales nuevas para que funcionaran por sí solas en las partes centrales de África, de modo que ya no serían simples almacenes de literatura que enviaran informes a la oficina de Ciudad del Cabo de la Sociedad. Parece apropiado en este momento considerar el progreso que se había logrado en algunas tierras centrales africanas hasta entonces bajo la supervisión de la sucursal de El Cabo.

PROSPERA LA PREDICACIÓN DEL REINO CUANDO SE REMUEVEN LAS RESTRICCIONES

En Rodesia del Sur (hoy llamada sencillamente Rodesia), continuó la batalla por lograr que se removieran las restricciones que se le habían impuesto a la actividad del Reino. La sucursal de El Cabo había estado enviando fielmente solicitudes para la remoción de las restricciones, y en 1945 se dio seguridad de que la solicitud recibiría consideración en una reunión temprana del gabinete. El año siguiente por fin se removieron las restricciones y una vez más la literatura de la Sociedad pudo circular libremente en Rodesia.

Para 1947 las circunstancias familiares de Bert McLuckie eran tales que él pensó que podría ser precursor de nuevo. Para gran sorpresa y felicidad de él, se le asignó a abrir un almacén de literatura para la Sociedad en Bulawayo, entonces Rodesia del Sur, el 1 de julio de 1947. ¡Gracias principalmente a Jehová, la larga y dura batalla para que la obra del Reino estuviera plenamente establecida y correctamente representada en el país había sido ganada! Para aquel año el máximo de publicadores había pasado de la marca de 3.000 y había 82 congregaciones organizadas.

La primera oficina del almacén de literatura fue más bien un asunto de familia, pues Bert McLuckie trabajaba en el hogar de su hermano carnal Jack McLuckie. Al principio, Bert McLuckie hizo todo el trabajo él mismo. Entonces llamó a dos hermanos africanos para que tradujeran artículos de la revista La Atalaya, uno a cishona y el otro a cinyanja. Por un tiempo bastante largo hicieron copias de estas traducciones en una máquina de mimeógrafo y tuvieron que poner en orden, doblar y coser a mano las revistas. Como admite el mismo hermano McLuckie, el producto final dejaba mucho que desear. Ahora en 1975 estas revistas se producen con calidad muy elevada en una prensa rotativa moderna en la sucursal de Elandsfontein, y de la traducción en cinyanja se imprimen 25.000 ejemplares y de la traducción en cishona se imprimen 13.900 ejemplares de cada número.

Naturalmente, todos estos desenvolvimientos y mejoras regocijaron y animaron el corazón de los publicadores del Reino en Rodesia del Sur. Pero podemos imaginarnos lo emocionados que todos tienen que haberse sentido cuando en octubre de 1947 llegaron las noticias de que el hermano Knorr y el hermano Henschel los visitarían en enero de 1948. Miles de hojas sueltas, centenares de cartelones y muchos anuncios en tela se prepararon para anunciar los discursos que pronunciaría el hermano Knorr a africanos y europeos en Bulawayo y Salisbury. Para este tiempo también entró en la escena Eric Cooke, el primer misionero de la Escuela de Galaad para Rodesia del Sur.

En Salisbury surgieron dificultades cuando el Departamento de Administración Nativa canceló los arreglos que anteriormente se habían hecho para usar el salón del municipio de Harari durante el período de la asamblea, del 16 al 18 de enero de 1948. También cancelaron el alojamiento que anteriormente se había arreglado para los hermanos africanos. Por eso, el 13 de enero el hermano Cooke se entrevistó con el director del Departamento de Administración Nativa para descubrir cuál era la base de sus objeciones. Se descubrió que tenía una idea equivocada en cuanto a la Sociedad, pues creía que estaba ‘contra el gobierno.’ El hermano Cooke corrigió esta idea errónea por medio de leer una sección del Yearbook of Jehovah’s Witnesses. Esto impresionó tanto al funcionario que permitió de nuevo el uso del salón en Harari e hizo disponible alojamiento para los miles que, según se esperaba, asistirían a la asamblea. Así se abrió el camino para una próspera asamblea de testigos de Jehová, que tuvo un máximo de concurrencia que pasó de la marca de 6.000 concurrentes.

Durante su corta visita el hermano Knorr dedicó algún tiempo a visitar a los funcionarios gubernamentales y considerar con ellos ciertas importantes restricciones que se habían impuesto a la literatura de la Sociedad debido a la escasez de dólares en países de la libra esterlina. El hermano Knorr arregló este problema con los funcionarios diciendo que todo el suministro de literatura para Rodesia del Sur se enviaría gratis, y así se evitarían problemas con la moneda.

Fue durante esta visita que el hermano Knorr hizo arreglos para que el almacén de literatura llegara a ser una sucursal el 1 de septiembre de 1948, con Eric Cooke de superintendente de sucursal. Este fue el principio de un nuevo capítulo para la obra del Reino en Rodesia del Sur. En aquel tiempo el máximo de publicadores allí era de 4.232.

DESPERTANDO A NIASALANDIA

Más o menos el mismo patrón o modelo se ve en la historia de la obra en Niasalandia (ahora Malawi) en aquellos días. Para 1946 los testigos de Jehová realmente estaban haciendo que se sintiera su presencia en Niasalandia. El número de publicadores pasó de 3.000 por primera vez, y los hermanos realmente estaban despertando al país.

La campaña de reuniones públicas estaba ahora en pleno poder y logrando mucho éxito en cuanto a despertar a la gente en todas partes. Por supuesto, los religiosos falsos hacían todo esfuerzo por evitar que los testigos de Jehová condujeran estas reuniones en sus aldeas. Había que obtener permiso de los subjefes de las aldeas para pronunciar un discurso público. Por eso, si el subjefe llegaba a estar bajo la influencia de los líderes religiosos locales, no se podía celebrar ninguna reunión pública. En la zona de Zomba, los diáconos y ancianos de cierta iglesia amenazaron con quitarle la jefatura a uno de los subjefes, pero él simplemente les dijo que siguieran adelante y lo hicieron. En contraste, el subjefe de una aldea vecina golpeó de hecho a dos testigos de Jehová que le habían hablado para hacer arreglos para una reunión pública en su aldea. Este hombre fue llevado al tribunal, pero puesto que era una persona de influencia y miembro de la iglesia, el tribunal africano local dijo: “No podemos hacer nada en el asunto.” Sin embargo, cuando el comisionado del distrito supo esto, dio una fuerte reprensión tanto al tribunal como al subjefe opuesto.

Muchos jefes ahora empezaron a enviar invitaciones a los testigos de Jehová para que pronunciaran discursos en sus aldeas. Un jefe, quien, en un discurso público que se pronunció en un lugar llamado Lizulu, había oído la verdad acerca de la condición en que se encuentran los muertos, poco después asistió a un servicio funeral conducido por unos líderes religiosos. Al auditorio se le dijo que el niño que había muerto “es ahora un ángel en el cielo.” El viejo jefe gruñó, se puso de pie rígidamente, se volvió a su induna (subjefe) a su lado y pidió rapé. Entonces inhalando el rapé vigorosamente, salió de la escena mientras decía: “Jeh, en Lizulu oímos dónde están los muertos; ¡todo esto es mentira!”

Tan poderoso era el mensaje de los testigos de Jehová que los religiosos falsos estaban tratando de imitar nuestras expresiones y métodos. Estaban tratando de decir: “Nosotros, también, estamos predicando el nuevo mundo.” Algunos habían intentado hacer visitas a sus miembros; pero en pocas semanas tenían que darse por vencidos.

En una reunión pública celebrada al aire libre, ampliamente anunciada verbalmente y por aviso fijado en árboles, unas 300 personas se reunieron bajo la sombra de árboles de mango para escuchar el discurso. Sucedió que un clérigo pasó en su bicicleta al momento crítico en que el discursante citó de Miqueas 3:11: “Sus sacerdotes enseñan por alquiler.” (Versión Autorizada) El clérigo se ofendió y le llevó la queja al subjefe de la localidad, quien decidió que los testigos de Jehová deberían dejar de celebrar reuniones públicas. Por supuesto, los hermanos no pudieron aceptar esto y apelaron a un tribunal nativo más alto donde la decisión fue revocada con la advertencia de que desde entonces en adelante se impondría una multa de £5 al que estuviera causando dificultades a los testigos de Jehová. ¡Para cuando toda la situación se había tranquilizado, unas cincuenta personas que habían mostrado interés en el mensaje se habían declarado publicadores activos del Reino!

Muchos subjefes de las aldeas que habían sido opositores se hicieron amigables y confesaron que los líderes religiosos habían ejercido influencia en ellos. Cuando un superintendente de circuito le habló al subjefe de una aldea, que también era católico romano, solicitándole permiso para celebrar una reunión pública en la aldea, se le dijo: “¿Celebrar ustedes una reunión aquí? Miren, en la aldea de —— ustedes celebraron una reunión y ahora la iglesia de allí se ha venido abajo. Ustedes fueron recibidos en la aldea de —— y en —— y en ambos casos ha sucedido lo mismo. ¡Ahora quieren entrar en mi aldea y echar abajo la iglesia que hemos construido aquí! ¡No, nunca!” Sin embargo, la mañana siguiente doscientos hermanos marcharon por aquella aldea cantando mientras pasaban. Los católicos romanos trataron de causar una perturbación por medio de gritar y golpear sus tambores, pero una grande muchedumbre se unió a los hermanos en su marcha y todos fueron a un lugar precisamente fuera de la aldea donde se celebró una muy próspera reunión pública.

LUCHANDO CONTRA LA PROSCRIPCIÓN

Parte del proceso de despertamiento en Niasalandia se logró por medio de una petición que se hizo circular durante el año de servicio de 1946 en la cual se solicitaba que nuestra literatura, que el gobierno estaba reteniendo, fuera soltada para distribución. Esta colonia británica algo aislada quedó impresionada por este movimiento enérgico por parte de los hermanos. Los formularios de petición fueron firmados por 47.000 personas, y esto realmente preocupó a las autoridades.

La sucursal de Ciudad del Cabo envió una carta larga y vigorosa con fecha de 5 de septiembre de 1946 al secretario de estado para las colonias en Londres. Esta carta señaló que la conducta de los testigos de Jehová en Niasalandia había sido irreprensible, que los que habían sido responsables de que la literatura fuera proscrita habían recibido fuerte influencia de los jesuitas que funcionaban en Niasalandia, y que las proscripciones de la literatura de la Sociedad ya habían sido removidas en otras partes de la Comunidad Británica de Naciones. La respuesta fue animadora, pues la oficina colonial pidió a los gobernadores de los cuatro diferentes territorios británicos que componían el bloque africano oriental (Rodesia del Norte, Niasalandia, Kenia y Tangañica) que hicieran una recomendación unida en cuanto a la Sociedad Watch Tower y los testigos de Jehová. A los gobernadores se les solicitó que tuvieran presente dos puntos principales: (1) el principio de libertad de cultos para todos, y (2) que prohibiciones similares a las que entonces existían en estos países habían sido removidas en todo otro lugar del Imperio. Sin embargo, el asunto fue archivado por las autoridades quienes dijeron que ellas examinarían cuidadosamente la literatura de la Sociedad.

UNA VISITA DA ÍMPETU A LA OBRA

El 13 de enero de 1948 aconteció un suceso muy especial para Niasalandia. Un avión aterrizó en un corto vuelo desde Salisbury, Rodesia del Sur, con cuatro hermanos a bordo. Eran los hermanos Knorr, Henschel, Phillips, el superintendente de sucursal de El Cabo, y un nuevo graduado de Galaad asignado a ayudar en Niasalandia, I. Fergusson. Se habían hecho arreglos para celebrar una reunión en el Ayuntamiento de Blantyre para los europeos y los de extracción india. Considerando el hecho de que entonces había solo 250 europeos en Blantyre, una concurrencia de 40 para escuchar el discurso público fue buena. El día siguiente el grupo asistió a la asamblea africana cerca de Limbe, donde Bill McLuckie interpretó en cinyanja los discursos de los oradores. Para el discurso público en la tarde hubo una concurrencia de 6.000 personas. Puesto que no había equipo de altavoz, los hermanos que estaban en el programa tuvieron que hablar en voz alta para que todos oyeran. Hubo un momento en el cual el discurso fue interrumpido por una lluvia intensa, y el público empezó a esparcirse hacia los árboles y casas cercanas en busca de abrigo. Pero los hermanos permanecieron en el lugar y el hermano Knorr terminó su discurso mientras sostenía un paraguas sobre la cabeza. El mismo hecho de que el presidente de la Sociedad, un europeo, se mantuviera bajo la lluvia para terminar su discurso les mostró a los africanos que la gente que se asocia con la Sociedad está verdaderamente interesada en el bienestar de ellos, porque los europeos locales nunca hubieran hecho aquello.

Durante su visita el hermano Knorr habló con el secretario principal del gobierno y el comisario de la policía y pudo aclarar dudas y malos entendimientos acerca de las publicaciones de la Sociedad. Los representantes del gobierno prometieron repasar todo el asunto y ver si se podía remover la proscripción de la literatura.

La visita del hermano Knorr dio un tremendo empuje a la obra en el país y 1948 fue ciertamente memorable en la historia de la obra del Reino en Niasalandia. El máximo de publicadores había pasado ahora de la marca de 5.000, y había nuevos uniéndose a las filas con gran rapidez. Para 1948 el número de publicadores en Niasalandia aumentaba tan rápidamente que en algunos lugares estaba llegando a ser un gran problema el hallar suficiente territorio en el cual testificar.

El 1 de septiembre de 1948 se estableció una sucursal en Niasalandia y Bill McLuckie fue nombrado superintendente de sucursal. Esto marcó otro movimiento adelante en la historia de la obra del Reino en Niasalandia, con el resultado de que los hermanos resultaron más fortalecidos. El año siguiente, 1949, fue el año en que llegaron dos graduados británicos de la escuela misional de Galaad, Peter Bridle y Fred Smedley.

ADELANTA LA ADORACIÓN VERDADERA EN RODESIA DEL NORTE

Rodesia del Norte (ahora llamada Zambia) de ninguna manera estaba quedándose atrás durante todo este período. Mucho del aumento giró alrededor de la progresiva zona productora de cobre. Aquí en la Zona del Cobre la organización aumentaba a grandes saltos. Para poder tratar con esta gran entrada de gente, se hicieron arreglos para un curso de diez días en el almacén de literatura para todos los trabajadores de tiempo cabal y cualquier persona que deseara entrar en las filas de ellos para producir siervos más competentes para los hermanos.

Este adelanto de la adoración verdadera realmente preocupó a los pastores falsos de la cristiandad. Un párroco, en un esfuerzo por detener la oleada, hizo arreglos para que miembros de su congregación visitaran las chozas de la gente como lo hacían los testigos de Jehová y los invitaran a la “iglesia.” Pero algunos se llevaron una sorpresa cuando los amos de casa, después de escuchar su habla balbuciente, les dijeron que ellos no tenían un mensaje como el de la “gente de la Watchtower.” ¡Después de este esfuerzo fracasado los desanimados miembros de la iglesia regresaron sin que su congregación creciera!

Aldeas enteras aceptaron la verdad en Rodesia del Norte. Ciertos misioneros de la cristiandad mostraron una disposición apacible, como el misionero europeo de Mumbwa que, impresionado por el celo de los testigos de Jehová, comenzó a leer los libros de la Sociedad y a visitar al superintendente presidente local de la congregación.

Aquí los Testigos fueron hostigados por años por un funcionario gubernamental que había puesto en prisión a los publicadores, derribado los abrigos construidos para estudiar la Biblia, y perturbado sus reuniones. Este magistrado fue multado por conducta ilegal y reemplazado por un hombre que era imparcial y justo. El superintendente del almacén de literatura visitó este distrito y tuvo una entrevista con todos los jefes y consejeros en la reunión trimestral de éstos. ¿En qué resultó esto? Se otorgó permiso para erigir centros de estudio por todo el distrito. Dentro de poco tiempo habían surgido abrigos hechos de hierba o estructuras más fuertes por todo este distrito y hasta se veía a subjefes entre los que asistían a los estudios con regularidad. Catorce de ellos les dijeron a sus jefes que habían aceptado la verdad, y la cantidad de ellos siguió aumentando.

También en Barotselandia, los jefes y la familia real recibieron un excelente testimonio cuando se otorgó permiso para que un representante europeo de la Sociedad, que estaba allí para asistir a una asamblea de circuito de 2.800 publicadores, se dirigiera al khotla, el supremo consejo gobernante barotse. De modo que desde el trono, con el jefe principal a su lado, pudo explicar por qué nuestra religión es diferente y lo que nuestro mensaje encierra. Todo esto fue en la presencia de los jefes, los mayordomos y la familia real. Después de eso retumbaron los tambores reales con el vigor tradicional.

Uno de los miembros antiguos de la casa real que aceptó la verdad, aunque la edad no le permitía caminar, solía viajar diariamente en asno al entronque de una senda nativa y allí llamaba a la gente que pasaba para testificarles. Un enemigo le mató el asno con una lanza y él se entristeció mucho, pero un publicador le dio otro para que pudiera continuar su obra.

Una gran carga que llevaban los que se interesaban en el mensaje en este tiempo era el analfabetismo. Muchos publicadores se aprendían de memoria textos bíblicos y sermones. Pero desde entonces han aprendido a leer y escribir en su propio idioma por medio de las clases de lectura y escritura para las cuales ha hecho arreglos la Sociedad.

A principios de 1947 se hicieron representaciones a la oficina colonial británica en Londres por medio de una visita personal del superintendente de sucursal sudafricano en camino de regreso de Ciudad del Cabo desde la Escuela de Galaad. Esto fue apoyado por una petición presentada al gobierno y firmada por 40.909 personas que lamentaban la acción por la cual se proscribió la obra de distribuir literatura bíblica, que ellas sabían que era una obra educativa cristiana beneficiosa. En respuesta a esta petición, el gobierno de Rodesia del Norte prometió volver a examinar su posición en cuanto a la literatura, y el 19 de junio algunas publicaciones, notablemente “El reino de Dios se ha acercado” y La regeneración venidera mundial, fueron removidas de la lista bajo proscripción. Sin embargo, la revista oficial de la Sociedad, La Atalaya, todavía no estaba libre para circular. Por eso, no se podía descansar en el esfuerzo por hacer que este necesario alimento espiritual se hiciera disponible a los hermanos. De hecho, la necesidad era mayor que nunca, pues al fin de 1947 había 6.114 predicadores de las buenas nuevas en 252 congregaciones.

Para 1948, la Zona del Cobre, que antiguamente estaba sin caminos y era zona de maleza infestada de paludismo había llegado a ser el hogar de unos 25.000 europeos, lo cual principalmente aumentó la fraternidad de mineros. Estos vivían en medio de condiciones que en comparación con las normas que regían en los países de los cuales habían venido eran mejores. Hasta este año, poca predicación pública había sido posible entre esta población de habla inglesa.

LA ORGANIZACIÓN RECIBE AYUDA

Afortunadamente la organización que había en Rodesia del Norte recibió ayuda en esta etapa en la forma de dos misioneros de Galaad, Harry Arnott y Ian Fergusson. El hermano Arnott llegó poco antes del hermano Knorr y el hermano Henschel, que hicieron su primera visita a este país en enero de 1948.

Durante la visita de los hermanos Knorr y Henschel, acompañados por George Phillips, estos hermanos pasaron unas cuantas horas en una asamblea de cuatro días en Lusaka. La reunión se celebró en un terreno que pertenecía a una señora europea que no solo se apegó a la promesa que les había hecho a los Testigos de que podrían usar su terreno prescindiendo de la presión que viniera de enemigos de los Testigos, sino que también asistió a la asamblea. Ciertamente el cuadro era pintoresco. Los hermanos habían recogido barro y construido una plataforma terriza. Se implantaron palos en el suelo y se hizo un techo de paja para cubrir la plataforma. Esta vez el auditorio todavía estaba separado; las hermanas estaban a la izquierda del discursante y los hermanos a la derecha. El hermano Knorr quedó tan impresionado con los cánticos que pidió que se hiciera una grabación. El folleto “El reino de Dios se ha acercado” en el idioma silozi fue presentado al auditorio reunido de 3.103 personas mientras se celebraba la asamblea de cuatro días.

El hermano Knorr se reunió con el secretario de asuntos nativos y el procurador general el 16 de enero de 1948, para tratar el asunto de la proscripción de alguna literatura que la Sociedad quería enviar a Rodesia del Norte. Se le informó que los funcionarios estaban seguros de que dentro de treinta a sesenta días se removería la proscripción, sin que hubiera más restricciones a la obra de la Sociedad. Esta fue una culminación apropiada para la visita del presidente de la Sociedad y su secretario.

Con la ayuda adicional que suministraban los misioneros entrenados en Galaad, el campo europeo también recibió mayor atención. A mediados de 1948 Harry Arnott fue asignado como misionero al pueblo de Luanshya, y Ian Fergusson, quien había estado en Niasalandia por un tiempo, a Chingola. Pronto se estuvo efectuando intensa predicación de casa en casa, y la respuesta fue emocionante. El territorio virgen absorbía notables cantidades de Biblias y literatura bíblica, y los estudios bíblicos de casa se desarrollaban rápidamente. Dentro de un solo año dos pequeñas congregaciones europeas se establecieron en estos pueblos, y se estuvieron haciendo arreglos para extender la obra de predicación a Mufulira y Kitwe.

Se vio que la llegada de los graduados de Galaad era una excelente oportunidad para transmitir algunos de los beneficios de la organización teocrática adelantada a las congregaciones del pueblo de Jehová por todo este territorio de África central. Todos los representantes viajeros nombrados, junto con los de las filas de los precursores que pudieran calificar para ese servicio, fueron invitados a la sucursal de Lusaka para disfrutar de una escuela de Galaad “en miniatura.” Este curso escolar para superintendentes de circuito abarcaba alguna de la obra fundamental de organización y la enseñanza bíblica que se presentaba en estos años tempranos de la Escuela de Galaad. Los temas que se enseñaban eran temas de la Biblia, registros teocráticos, el ministerio teocrático y asuntos relacionados. Se conducían repasos escritos y se daban asignaciones para hacerlas de noche en casa, y hasta había “ejercicios de graduación” con un sabor africano distintivo.

Después de la primera visita del presidente de la Sociedad a esta parte del África, se estimuló a los hermanos a dar más que la atención usual a aprender a leer y escribir su propio idioma, y a estar mejor equipados así para estudiar la Palabra de Dios y predicar las buenas nuevas a otros. Pronto la sucursal hizo arreglos para formar grupos que enseñaran a leer y escribir en cada congregación. Al principio se obtuvieron ayudas para enseñar de los departamentos educativos del gobierno y se usaron como base para estas clases de instrucción en grupos. Con frecuencia los períodos de instrucción eran una extensión de la reunión de la congregación, y, en la mayor parte de los casos, los estudiantes eran las hermanas de la congregación. “Cada persona enseña a otra” llegó a ser el lema familiar en la promoción de la campaña por más personas que supieran leer y escribir. Se instaba a los esposos a dedicar tiempo a enseñar a sus esposas, y a otras personas que ya sabían leer y escribir se les animaba a dedicar tiempo a enseñar a otra persona de la congregación.

UNA NUEVA SUCURSAL

El 1 de septiembre de 1948 se estableció una oficina de sucursal, con Llewelyn Phillips de superintendente de sucursal. En aquel tiempo había más de 11.600 publicadores en las 232 congregaciones de Rodesia del Norte. La proscripción de la revista La Atalaya fue removida, pero algunos de los libros estaban proscritos.

Esta nueva sucursal de Rodesia del Norte ahora llegó a ser responsable de varios territorios al norte y este, incluso el territorio que entonces se conocía como el Congo Belga, que hasta el 31 de agosto había estado bajo la jurisdicción de la sucursal de Sudáfrica. ¿Qué progreso había logrado la obra del Reino en el Congo Belga hasta esta etapa?

PROGRESO CRISTIANO A PESAR DE CONFUSIÓN

El Congo Belga (República del Congo, Kinshasa, llamada ahora Zaire) es un país vasto de más de 2.300.000 kilómetros cuadrados, más grande que Texas y Alaska combinados, con una población de más de 23 millones de personas. Está al norte de Zambia y Angola y su rasgo físico principal es la gran depresión de la cuenca del río Congo. En el sudeste, cerca de la frontera de Zambia, hay ricas minas de cobre que suministran el principal caudal económico del país. El clima es por lo general caliente y húmedo y mucha de esta zona es selva espesa. En 1885 llegó a estar bajo gobernación belga, con el resultado de que el lenguaje oficial llegó a ser el francés y la religión predominante la católica romana.

No hubo obra de predicación del Reino organizada en el Congo sino hasta los años 40. Sin embargo, hubo un crecimiento del falso “movimiento Watchtower” local, o Kitawala. El libro Kitawala (en alemán) por Greschat, página 71, declara: “Uno encuentra aldeas enteras que se llaman Watch Tower, lo que simplemente significa que han sido hundidos, bautizados, y de manera vaga aceptan varias nociones acerca del fin del mundo y, si viven de cierta manera, piensan que Dios les dará recompensas en esta Tierra.”

En el Congo, como en otras partes, el término nativo “Kitawala” muchas veces se usaba al referirse al “movimiento Watchtower” indígena. Parece que Kitawala es una corrupción de la palabra “tower” (inglés para “torre”) precedida por el prefijo “ki.” Algunos usaban la expresión más larga, “Waticitawala,” una obvia corrupción nativa de “Watchtower.” No es difícil entender por qué las personas que carecieran de información pudieran asociar estas dos cosas; los nombres “Sociedad Watch Tower” y (movimiento) “Watchtower” o Kitawala son muy similares. ¡Y con cuánto gusto han usado los enemigos de la verdad esta similaridad vez tras vez para causar prejuicio en la mente de los funcionarios gubernamentales y producir dificultades para los verdaderos siervos de Jehová!

Levantamientos, rebeliones, choques entre tribus y, de hecho, cualquier suceso espectacular entre los nativos eran convenientemente vinculados a menudo con el movimiento “Watchtower.” El nombre llegó a ser un hedor para los funcionarios públicos y las autoridades. ¡Imagínese qué oprobio esto traería al nombre de Jehová y su verdadera organización en aquellas zonas!

Como se ha explicado antes, esta confusión se debió inicialmente a la obra de Joseph Booth y sus seguidores en Niasalandia a principios del siglo veinte. El Sr. Booth, junto con su discípulo Elliott Kamwana y otros, usó mal la literatura temprana de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, y esto fue responsable del nacimiento del falso “movimiento Watchtower” en el África central. Desde Niasalandia la enseñanza aparentemente se esparció hacia el sur y oeste a las Rodesias y penetró en el Congo.

En los años subsiguientes, la Sociedad envió cartas a las autoridades del Congo explicando la realidad, pero los funcionarios, a un grado u otro, por muchos años optaron por continuar asociando las actividades de estos movimientos religiosos indígenas que usaban el nombre “Watchtower” con la Sociedad Watch Tower Bible and Tract y la obra de los testigos de Jehová. Influencias y presiones eclesiásticas tuvieron mucho que ver con esta situación.

La Sociedad hizo esfuerzos con regularidad para enviar representantes maduros de ella al país, pero estos esfuerzos no tuvieron buen éxito. Se necesitaba dirección y ayuda, pero a la organización de Jehová se le rehusó permiso para enviar esa ayuda tan necesaria, y por muchos años las autoridades o no pudieron o no quisieron distinguir entre los verdaderos siervos de Jehová y los “movimientos Watchtower” indígenas.

A principios de 1948 fue que Llewelyn Phillips, el superintendente del almacén de literatura de Rodesia del Norte, fue enviado al Congo Belga para que interviniera a favor de los Testigos perseguidos allí y tratara de hacer que se removiera la proscripción que se le había impuesto a la obra. Él tuvo entrevistas en privado con el gobernador general y otros funcionarios gubernamentales y pudo explicar nuestra obra y mostrar lo distantes que estaban nuestras creencias y principios de los del falso “movimiento Watchtower” llamado Kitawala. Se colocaron cartas oficiales con fecha de 15 de marzo y 7 de abril de 1948 ante estas autoridades de modo que el asunto quedara en los registros. Durante la entrevista con él el gobernador general preguntó pensativamente: “Y si yo los ayudo, ¿qué me sucederá a mí?” ¡Una muy buena pregunta, puesto que el Congo estaba casi enteramente bajo el control de la Iglesia Católica!

¡Qué bendición fue cuando la obra del pueblo de Jehová fue finalmente reconocida! La sucursal empezó a trabajar bajo el nombre oficial de “Testigos de Jehová” en vez de “Sociedad Watch Tower,” para evitar más confusión. Ahora podía efectuarse rápidamente la separación entre los verdaderos Testigos y los que se asociaban con los falsos “movimientos Watchtower.” Desde ese tiempo en adelante hubo tremendos aumentos en las cantidades de personas que adoptaban la adoración pura de Jehová Dios.

SEÑALADO DESARROLLO EN MAURICIO

Después de dos prósperas visitas de publicadores de tiempo cabal del Reino (precursores) en 1933, hubo una brecha de dieciocho años antes que representantes especiales pudieran visitar la isla de Mauricio de nuevo. No es sino hasta 1952 que el Yearbook of Jehovah’s Witnesses nos dice que dos nativos de Mauricio, mientras servían de soldados en la II Guerra Mundial se pusieron en contacto con la obra del Reino en Egipto. El servicio fiel de los publicadores de Egipto llevó fruto. Estos dos hombres, aunque servían en las fuerzas militares, se interesan mucho en el mensaje y empezaron a escribir a la oficina de la Sociedad en El Cabo y a obtener suministros de literatura. Pronto lograron también interesar a un grupo de soldados compañeros. Al regresar a Mauricio, se esforzaron por ‘dejar brillar su luz’ y de hecho enviaron informes a la oficina de Ciudad del Cabo durante 1951.

En aquel mismo año, 1951, dos graduados de la Escuela de Galaad, Robert y George Nisbet, llegaron a Mauricio para establecer la obra sobre una base permanente. En aquellos dieciocho años desde la visita anterior de Robert Nisbet, grandes cambios habían acontecido. Las reuniones ya no estaban prohibidas, y la educación había mejorado en gran manera. El peligro del paludismo había sido eliminado a gran grado y las condiciones de vida habían adelantado. La Iglesia había perdido su dominio político, pero aparentemente todavía tenía fuerte influencia.

Estos graduados de la Escuela de Galaad hallaron un buen número de personas que recordaban la visita de 1933 y se alegraron mucho de ponerse en contacto con la organización de Jehová de nuevo. Un hombre, cuando un misionero le habló, preguntó: “¿Cómo le va al juez Rutherford?” Esto bien ilustra que la gente de la isla había estado fuera de comunicación en cuanto a las cosas que tenían que ver con la Sociedad, puesto que el hermano Rutherford había muerto unos nueve años antes. Este mismo hombre mostró un número del 4 de julio de 1934 de The Golden Age y también un ejemplar bien gastado y bien leído de La Harpe de Dieu (El Arpa de Dios), de dieciocho años, antes. Este hombre volvió a suscribirse a la revista y se comenzó un estudio bíblico con él.

El hermano Robert Nisbet informa que entre las primeras personas que mostraron interés estuvieron dos hermanas, la Sra. Sooben y la Sra. Vacher, con sus familias y éstas formaron la base de la primera congregación. Así, en 1951, el informe combinado del mundo alista a Mauricio bajo Sudáfrica, con un máximo de ocho publicadores y un promedio de dos precursores Para el año siguiente el máximo de publicadores había subido a trece. Los sacerdotes todavía estaban muy ocupados, constantemente recogiendo la literatura que había sido colocada entre la gente, y amenazando a la gente con excomulgarla.

UNA MIRADA A MOZAMBIQUE

Regresando a tierra continental, hagamos una pausa para ver cómo iban las cosas en Mozambique, también conocida como África Oriental Portuguesa. Parece que todavía se había hecho muy poco entre los europeos, excepto por la obra que ya se mencionó, pero se estaba logrando progreso entre los africanos. La obra había seguido creciendo constantemente, especialmente en el norte, y para 1948 el número de publicadores aumentó a 398 al mismo tiempo que había cuatro trabajadores de tiempo cabal en el campo. Mientras tanto, la persecución se iba haciendo constantemente más intensa y algunos Testigos estaban siendo arrestados y enviados a prisión y deportados a colonias penales y a campamentos de trabajo. Los embarques de literatura desde la sucursal de Sudáfrica estaban siendo confiscados al llegar a Mozambique.

ABRAZANDO “EL CAMINO” EN SUAZILANDIA

Limitando con Mozambique está el pequeño país de Suazilandia, encerrado en los otros tres lados por el Transvaal. El lado occidental del país es principalmente alto y montañoso, aunque hermosamente verde. Hacia el este el campo es principalmente llano, cubierto de zarzas y muchas veces víctima de largas sequías.

En décadas anteriores, precursores que habían visitado a Suazilandia habían sido bien recibidos por el rey Sobhuza II pero no habían podido establecer una organización. Con el tiempo, uno que abrazó “El Camino” fue Joshua P. Mhlongo. (Hech. 9:2) Su deseo original de aprender algo acerca de la enseñanza de los testigos de Jehová había sido despertado por el director de la escuela a la cual asistía como alumno. El director continuamente les repetía a sus clases que J. F. Rutherford le enseñaba a la gente a no creer en un infierno de fuego y a no adorar a sus antepasados. Esto creó en Joshua el deseo de aprender más cerca de la organización de Jehová. Pero le desalentó oír que el gobierno había detenido la obra de los Testigos y había proscrito su literatura. Joshua con el tiempo llegó a poseer varios libros por medio de una tía que era publicadora en Johannesburgo. Pronto él y su madre estaban compartiendo las buenas noticias con otros. Durante 1943, mientras todavía era un niño de escuela, simbolizó su dedicación por bautismo en agua. El hermano McCoffie Nguluh bien recuerda la visita a aquellos publicadores aislados. Joshua Mhlongo expresó su deseo de hacerse precursor cuando completara su educación, y el hermano Nguluh lo animó a hacer aquello. Y así fue que más tarde entró en el servicio de precursor y con el tiempo fue el primer superintendente de circuito en el circuito suazi que se acababa de formar.

Los cuatro años desde 1947 hasta 1950 fueron años de aumento fenomenal. El total de publicadores para el país aumentó de 5 a 60.

Reinaba una extraña situación en Suazilandia durante este período. La proscripción, impuesta a la literatura de la Sociedad Watch Tower durante la II Guerra Mundial, continuaba en vigor. En términos de esta proclama era un delito distribuir cualquier literatura publicada por la Sociedad Watch Tower. ¡Paradójicamente, el rey Sobhuza mismo era orgulloso dueño de una biblioteca casi completa de las publicaciones de la Sociedad! La proscripción de la literatura de la Sociedad impedía el esparcimiento de las buenas nuevas a zonas aisladas. Con frecuencia la policía golpeaba cruelmente y maltrataba a los hermanos y personas interesadas en el mensaje cuando se hallaba literatura de la Sociedad en sus manos. El hermano M. E. Bartlett, quien en aquel tiempo era el único superintendente de distrito para Sudáfrica y los protectorados, tuvo su primer encontrón con esta ley durante su segunda visita a Suazilandia en julio de 1951. Se le acusó de importar literatura prohibida. El comisionado de distrito y magistrado, fue muy amigable para con el hermano Bartlett y consideraba que la proscripción de la literatura de la Sociedad era un anacronismo. Jovialmente le solicitó al hermano Bartlett que le suministrara algunas de las revistas “más inaceptables” que tuviera. Cuando finalmente el caso recibió audiencia en septiembre, otro magistrado que no simpatizaba con la obra, halló culpable al hermano Bartlett y le impuso una multa de £1.

Fue también durante esta visita del superintendente de distrito que a los hermanos y a las personas que mostraban interés se les describió claramente el requisito bíblico de monogamia. Aunque la mayoría se alegró de rehacer su vida en armonía con la completa voluntad de Dios, cierto superintendente presidente rehusó aceptar las normas de Dios y separó de los dichos de vida eterna a un grupito. Sin embargo, los que amaban a Dios y buscaban su aprobación continuaron firmemente de parte de los principios rectos.

SIRVIENDO BAJO PROSCRIPCIÓN EN BECHUANALANDIA

Si vamos hacia el oeste, atravesando toda Sudáfrica, llegamos a Bechuanalandia, llamada ahora Botswana. Abarca aproximadamente seiscientos cincuenta mil kilómetros cuadrados, mayormente semidesiertos, y está entre Sudáfrica, África del Sudoeste y Rodesia. Los nativos son, por lo general, extremadamente pobres. Su ocupación principal es la cría de ganado, junto con el cultivo de habichuelas, sorgo, y así por el estilo. Efectúan alguna caza para complementar su dieta. En 1970 se calculaba que había una población de más de 630.000 personas allí.

Esta zona llegó a estar bajo la gobernación británica en 1884, pero en 1967 obtuvo su independencia y llegó a ser conocida como Botswana. La mayor parte del territorio está dividido en reservas donde los jefes de las varias tribus administran su ley tribual, ejerciendo tremendo poder sobre sus súbditos. Estos jefes por lo general se oponían a la obra de los testigos de Jehová.

Parece que fue primero en el año 1929 que empezaron a sembrarse las semillas de la verdad en este país cálido y polvoroso. Hubo un publicador activo allí aquel año, pero solo por dos meses. Entonces, para fines de 1932, dos precursores de Sudáfrica visitaron el país y se les permitió hablar acerca de asuntos religiosos, a condición de que no lo hicieran entre la gente africana. No obstante, 1.676 ejemplares de literatura se colocaron en manos de la población europea.

En 1941, debido a la histeria bélica, la importación de la literatura de la Sociedad quedó bajo proscripción en Bechuanalandia a pesar del hecho de que no había Testigos viviendo en aquel lugar en aquel tiempo. Según una ley aprobada por el viejo jefe Khama, solo tres grupos religiosos tenían el derecho de establecer iglesias en este país: la Sociedad Misional de Londres, los adventistas del séptimo día y los católicos romanos.

Había mucho movimiento de personas hacia Sudáfrica y de regreso bajo contratos de trabajo. Hombres que trabajaban en los centros mayores de Sudáfrica oían la verdad en estos lugares regresaban a Bechuanalandia y hablaban acerca de las buenas cosas que habían oído. Además, hermanos de Rodesia y de Niasalandia a veces hallaban empleo en lugares como Francistown, y allí hablaban acerca de la verdad. Así, para 1946 había un promedio de dieciséis publicadores del Reino en Bechuanalandia.

A principios de los años cincuenta, la Sociedad envió representantes a Bechuanalandia para que presentaran nuestro caso a las autoridades, pero esto no tuvo mucho éxito.

El país entero tuvo un promedio de 114 personas efectuando la predicación para 1952. Siguió habiendo aumentos por unos cuantos años más, pero también crecían los problemas. Algunos de los hermanos y hermanas no habían registrado debidamente sus matrimonios ante el gobierno, y todavía había mucha condición indeseable en cuanto a lo moral entre muchos de los nuevos. Por medio de correspondencia desde la sucursal y con la ayuda de los superintendentes visitantes, estos asuntos fueron aclarados. Hoy la organización es sana espiritual y moralmente.

NOTABLE AUMENTO EN SANTA ELENA

Afuera en el océano Atlántico, a buena distancia de la costa de África del Sudoeste, llegamos de nuevo a la solitaria islita de Santa Elena. Se recibían informes intermitentes de los pocos publicadores que había en esta isla y a veces la Sociedad enviaba un pedido de literatura. Pero los Testigos de aquel lugar necesita mucha ayuda y entrenamiento. Por eso, en mayo de 1951 la sucursal de Sudáfrica envió un hermano precursor, J. F. van Staden, para que pasara algún tiempo allí.

El servicio de correos a esta islita ciertamente es de muy pobre calidad y no hubo nadie para recibir al hermano Van Staden. No obstante, con el tiempo él se encontró con George Scipio, hijo de Thomas Scipio el policía retirado. El hermano Van Staden da su impresión de esta ocasión: “¡Qué maravilloso alivio fue esto para mí! Él me llevó rápidamente a su padre, la persona a quien en realidad yo estaba buscando. Fue sencillamente maravilloso ver el obvio gozo que sintieron debido a la ayuda que por tanto tiempo habían esperado.” El hermano Van Staden hizo arreglos, sin pérdida de tiempo, para una reunión con el grupito de unas diez o doce personas. Al principio tuvo gran dificultad en expresarse en inglés, pero después de unas cuantas semanas adquirió mucha más afluencia. Descubrió que las únicas reuniones que habían estado celebrando eran “servicios al aire libre” que conducían en varios lugares de la isla. Los hermanos tenían su propia pequeña banda de música, que consistía en dos violines y un acordeón, que daba principio a su servicio al aire libre por medio de tocar cánticos del Reino. Cuando habían atraído una muchedumbre, daban discursos improvisados (por lo general testimonios personales), y diferentes hermanos participaban en esto.

Se veía claramente que había que hacer mucho para ayudar a los hermanos a organizarse debidamente. Por lo tanto, el hermano Van Staden inmediatamente empezó a conducir todas las reuniones. Los hermanos locales mostraron maravilloso aprecio y dieron su apoyo de todo corazón. Una señora de edad avanzada de Jamestown ofreció una habitación grande de su hogar como Salón del Reino y otra familia de Levelwood también ofreció su hogar como segundo lugar de reuniones. Las reuniones causaron una maravillosa impresión en todos los que concurrieron a ellas, y el resultado fue que algunos de los que fueron por primera vez aparentemente jamás volvieron a apartarse de ellas. De esta manera aprendieron la verdad y se bautizaron más tarde sin haber tenido nunca un estudio bíblico personal.

Sin embargo, el llegar a las reuniones no era asunto fácil. George Scipio tenía un automóvil pequeño y con esto recogía a tres personas y entonces las dejaba a alguna distancia más adelante en la carretera. Estas tres personas seguirían caminando. Mientras tanto George daba la vuelta y recogía a otras tres, las llevaba hasta cierta distancia, las dejaba allí y daba la vuelta de nuevo. Por lo general le tomaba gran parte de la mañana e lograr que todos los interesados llegaran a la reunión. Después de la reunión se seguía el mismo proceder para hacer que llegaran a su casa. A veces caminaban bajo grandes aguaceros y llegaban a casa tarde y mojados. Sin embargo, experimentaban a un sentimiento de profunda satisfacción y gozo sincero.

Pronto hubo hermanos locales participando con el hermano Van Staden en la obra de casa en casa. Él les dio buen entrenamiento y se sorprendió de ver lo rápidamente que dominaban los sermones y se hacían eficaces en la predicación de las buenas nuevas en las casas.

Tres meses después de su llegada el hermano Van Staden hizo arreglos para un servicio de bautismo, en agosto de 1951. Puesto que se les hizo difícil hallar un lugar apropiado, decidieron cavar un hoyo que sirviera de alberca y entonces ponerle concreto y llenarlo de agua. Sin embargo, se les ahorró el trabajo de llenar la alberca, porque la noche antes del bautismo llovió a cántaros ¡y a la mañana siguiente la alberca estaba llena hasta el borde! Cuando el hermano Van Staden pronunció el discurso de bautismo y pidió que los que fueran a bautizarse se pusieran de pie, se sorprendió sobremanera al ver que veintiséis personas se levantaron para contestar las preguntas. Dice él: “Mi copa de gozo realmente estaba rebosando y en lo más profundo del corazón agradecí a Jehová que me hubiera enviado a tan maravilloso privilegio. Después del discurso bauticé a los veintiséis en la fría agua.” Poco después del bautismo se formó una pequeña congregación en Jamestown. Unos cuantos meses después se comenzó otra congregación en Levelwood.

Toda esta actividad y buen éxito para los publicadores del Reino naturalmente agitaron la acción por parte del enemigo. Vino oposición enconada de parte del obispo anglicano local quien logró que algunas de las personas que mostraban interés se volvieran contra la verdad. El pastor local de los adventistas del séptimo día desafió al hermano Van Staden a un debate, pero probablemente lamentó mucho haber hecho aquello, puesto que hasta algunos de los publicadores nuevos pudieron refutar fácilmente muchos de sus argumentos. Pero la peor dificultad vino del comisario local de la policía. Este hombre continuamente amenazaba al hermano Van Staden, diciendo que haría que lo sacaran de la isla. El hermano Van Staden dice: “Con regularidad me llevaba a la sala del tribunal una vez al mes, solo él yo, y entonces me interrogaba y me advertía que tenía que cesar de hacer esta obra.”

Sin embargo, esta oposición de ninguna manera desanimaba al hermano Van Staden ni a los publicadores locales. Las excelentes experiencias de que disfrutaban los hermanos más que compensaban por toda la oposición y las dificultades que tenían con relación a las condiciones del tiempo y lo escabroso del terreno. Por ejemplo, cierta mañana mientras el hermano Van Staden y el hermano George Scipio se acercaban a una puerta, oyeron a un hombre que leía de la Biblia. Podían oír claramente que leía del capítulo 2 de Isaías; por eso, cuando llegó al versículo 4, tocaron. El anciano amigable los invitó a entrar y ellos tomaron el “hilo” desde Isaías 2:4 y empezaron a predicarle las buenas nuevas del Reino. Hicieron arreglos para un estudio inmediatamente. Se condujo con regularidad y al fin este hombre de edad avanzada dedicó su vida a Jehová.

El hermano Van Staden estuvo muy ocupado los trece meses que pasó en la isla, especialmente cuando llegó al punto de conducir dieciocho estudios bíblicos por semana. Salió de Santa Elena en junio de 1952 y regresó a Sudáfrica para efectuar obra de circuito en la provincia oriental de El Cabo. Había hecho un buen trabajo. En los trece meses que estuvo en Santa Elena las dos pequeñas congregaciones que habían sido formadas alcanzaron un máximo de cuarenta y un publicadores.

AUMENTO TEOCRÁTICO EN SUDÁFRICA

Volvamos ahora a la Unión Sudafricana y obtengamos alguna idea de las condiciones y los problemas que tuvieron los hermanos en Sudáfrica hace veinticinco años. La Funk & Wagnalls Standard Reference Encyclopedia, tomo 24, bajo “Unión Sudafricana” menciona el Acta de las Agrupaciones de junio de 1950 y dice que “estipulaba la separación de los cuatro principales grupos raciales, a saber, los europeos (blancos), los africanos (negros), los mestizos (en parte blancos), y los asiáticos (incluso los que venían de la India), en zonas específicas, de las cuales los otros grupos serían excluidos.” Algunos esperaban que esto pudiera crear problemas para los hermanos con relación a la predicación. Resultó, sin embargo, que fue más sencillo para los hermanos y hermanas trabajar entre su propia gente en su propio idioma. Es verdad que la ley no tiene el intento de evitar que una persona de un grupo racial hable a otra persona de otro grupo en cuanto a asuntos de religión. Pero en lo que tiene que ver con la asociación cristiana amorosa, como la que la Biblia estimula, los hermanos disfrutan de su compañerismo juntos principalmente dentro de cada grupo racial, y al mismo tiempo están obedeciendo los principios del capítulo 13 de Romanos. Las buenas nuevas se están predicando, gente de todo grupo racial está aprendiendo la verdad y disfrutando de la necesaria asociación cristiana.

Por algunos años los testigos de Jehová habían estado llamando a sus lugares de reunión “Salones del Reino.” Pero en 1948 un precursor fue asignado a trabajar en Strand, cerca de Ciudad del Cabo, y él tuvo el privilegio de organizar la construcción del primer Salón del Reino en Sudáfrica. Esto fue en 1949 y 1950. Una publicadora local, la hermana Van der Bijl de Gordon’s Bay, ayudó mucho por medio de financiar este proyecto. Hermanos de Betel vinieron de la sucursal de El Cabo, no muy lejos, y ayudaron a presentar el programa de dedicación. El superintendente de sucursal, el hermano G. R. Phillips, dijo que hubiera querido ‘poner el nuevo Salón en ruedas y llevarlo por el país, no para exhibir el edificio, sino para estimular a los hermanos a construir más Salones del Reino.’ Desde entonces congregaciones europeas y mestizas han construido muchos Salones del Reino por todo el país.

Durante estos años se dio cada vez más ayuda a los hermanos y hermanas africanos. El 1 de enero de 1949 fue un gran día para los hermanos zulúes. Esa fue la fecha del primer número de La Atalaya en zulú. En aquel tiempo la revista se imprimía en una pequeña máquina de hacer copias operada a mano en la oficina de la Sociedad en El Cabo. No era la hermosa y atractiva revista que es hoy la INqabayokulinda (La Atalaya en zulú); pero de todos modos suministraba el alimento al tiempo apropiado para los hermanos y hermanas zulúes.

Fue también durante este período que se hicieron arreglos por primera vez para trenes especiales que llevaran a los hermanos a las asambleas. En 1949, por ejemplo, el “JW Special” (tren especial para los testigos de Jehová) tenía espacio para transportar a 750 hermanos desde Johannesburgo a la asamblea de Pretoria, pero 1.000 de ellos se metieron en el tren. Estos eran africanos de una docena de diferentes tribus, y sin embargo no ocurrió ningún incidente de desorden. El viaje tiene que haber sido un gran testimonio para los oficiales del ferrocarril. ¿Cómo podían llevarse tan bien juntos estos africanos de estas diferentes tribus? Sin el poder de la verdad, que había rehecho el pensamiento de estas personas, ciertamente hubiera habido incidentes de lucha tribual, una cosa tan común entre los africanos. Cada tribu se considera superior y a menudo ocurren ‘luchas de facciones.’

Hubo más fortalecimiento para la organización en 1949 cuando se publicó el folleto Consejo sobre la organización teocrática. Para seguir dando empuje a la obra había ahora once graduados de Galaad en el país, y casi el 10 por ciento de los publicadores participaban en la obra de predicación de tiempo cabal.

Hubo 6.766 personas en la celebración del Memorial aquel año y 265 participaron de los emblemas. Pero se había preparado el escenario y la obra estaba preparada para cosas mayores. La pequeña imprenta de El Cabo produjo más de 6.400.000 ejemplares de materia impresa aquel año. Esto fue un nuevo máximo de impresión para ellos y abarcó casi 135.000 revistas y 625.000 ejemplares de varios folletos en 8 idiomas.

En 1949 y 1950 se dio comienzo a clases de enseñar a leer y escribir. Estas se celebraban por tres o cuatro días a la semana. Se conducían clases en zulú, sesotho, xhosa, tsuana, sepedi e inglés. Se necesitaban unas treinta lecciones antes que los discípulos pudieran leer.

La poligamia, una costumbre muy extendida entre las tribus nativas, ha sido un verdadero problema para muchos hermanos en África. Cuando el hermano Knorr visitó en 1948, la poligamia fue uno de los puntos principales que se consideraron con los hermanos africanos. Al principio la inclinación entre los nuevos era que el hombre retenía la esposa que más amaba, por lo general la más joven, pero más tarde la Sociedad señaló que era propio bíblicamente quedarse con la esposa que el hombre había tomado primero como su esposa y despedir a todas las demás.

Cuarenta y un sudafricanos pudieron asistir a la asamblea internacional que se celebró en Nueva York en 1950, y nueve fueron invitados a permanecer allá para la clase número dieciséis de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. De todos modos, los que no pudieron asistir a esta asamblea internacional tuvieron el mismo banquete espiritual durante su Asamblea Nacional “Aumento de la Teocracia,” una asamblea de cinco días que se celebró en el Filón en octubre de aquel mismo año. A ésta asistieron más de 6.000 publicadores de todas partes de la Unión, los Protectorados y África del Sudoeste. Hubo evidencia tangible del aumento de la Teocracia en las 855 personas que se presentaron para bautizarse en agua. El discurso público tuvo una concurrencia de 10.185 personas. Una de las nuevas publicaciones que realmente emocionó a los hermanos fue la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en inglés.

Más prueba del aumento de la Teocracia fue el hecho de que más de 2.000 personas simbolizaron su dedicación por bautismo en agua durante el año de servicio de 1951. Formaron nuevas congregaciones y se organizó un segundo distrito para atender a los 43 circuitos que entonces funcionaban con un máximo de 9.586 publicadores.

SE MUDA LA SUCURSAL

Un gran paso adelante en la historia de la obra en Sudáfrica fue la mudanza de la central de la Sociedad de Ciudad del Cabo a Elandsfontein en el Transvaal a principios de 1952. Desde 1917 la obra había sido dirigida desde El Cabo, el punto más al sur del territorio. Ahora se sintió la necesidad de mudar la sucursal arriba al Filón por varias razones. La mayor concentración de la población en Sudáfrica estaba en el Filón, y, como resultado de esto, la mayoría de los hermanos se hallaban dentro de un radio de 160 kilómetros de Johannesburgo. Puesto que la sucursal de Sudáfrica estaba imprimiendo para otras sucursales en el África austral, el Filón sería un lugar más central desde el cual efectuar estas actividades, y el resultado sería que habría grandes ahorros en los envíos por ferrocarril a estos países.

Cuando el hermano Knorr y el hermano Henschel visitaron el país en 1948, se decidió comprar dos sitios en un nuevo poblado industrial de Germiston, Activia Park, cerca de la estación y la oficina de correos de Elandsfontein. Aunque esta zona no se había desarrollado en aquel tiempo, esta decisión resultó ser muy sabia más tarde. La nueva ubicación estaba a solo ocho kilómetros del centro de Germiston, el más grande empalme de ferrocarril del país, a solo dieciséis kilómetros de Johannesburgo, la más grande ciudad de la Unión Sudafricana, y a solo ocho kilómetros del Aeropuerto Internacional Jan Smuts. Sin embargo, ciertas dificultades técnicas que experimentó la compañía municipal de la cual se compró el terreno tardaron el programa de construcción y fue solo a fines de marzo de 1952 que finalmente se efectuó la mudanza.

Para comprender lo grande que fue este cambio para la familia de Betel, es necesario considerar las condiciones que existían antes del cambio. Los hermanos que trabajaban en la oficina y la fábrica en El Cabo no vivían juntos como una familia de Betel. De hecho, la expresión “Betel” raramente se usaba con relación a la sucursal de Ciudad del Cabo; por lo general se le llamaba “la oficina.” El hermano Phillips y su esposa vivían en un pequeño apartamiento, mientras que los demás miembros de la familia se alojaban en casa de diferentes publicadores por la península de El Cabo. Algunos hermanos tenían que viajar dieciséis kilómetros por tren al trabajo y de regreso diariamente, mientras que otros viajaban por autobús o caminaban. Cada uno tenía su desayuno en el lugar donde se alojaba. Si el alojamiento estaba lo suficientemente cerca se apresuraba a aquel lugar para la comida del mediodía. A los que no podían volver a casa se le daba un chelín y seis peniques extras para que consiguieran algo en un café. Para la cena todos volvían a casa. Nunca tenían un estudio de la revista La Atalaya como familia de Betel.

Cada mañana la familia se reunía a las 7:45 en el cuarto de cambio de la pequeña fábrica. Después de una consideración del texto del día y una oración, comenzaban a trabajar a las 8 de la mañana. Para poder llegar a tiempo a esta consideración bíblica, algunos miembros de Betel tenían que levantarse antes de las seis de la mañana y comenzar a viajar poco después de eso.

El nuevo edificio de sucursal en Elandsfontein fue uno de los primeros edificios del municipio, Activia Park. Era un edificio de dos pisos con 1.960 metros cuadrados de suelo disponible. En el piso bajo había una oficina, fábrica, un departamento de envíos, tintorería y una cámara de calderas. La familia vivía en veintidós cómodas habitaciones. Además había cocina, comedor y una biblioteca arriba para conveniencia de la familia.

En la nueva fábrica se instaló mucho equipo impresor adicional. Una gran prensa de platina nueva G. M. A. vino de Suecia, y ésta tenía cabida para una lámina de papel de cuatro veces el tamaño de la que anteriormente se usaba en El Cabo. Se instaló también otra máquina de linotipo, una gran máquina para cortar y una de coser. Ahora se hizo posible imprimir La Atalaya en lenguajes africanos. La Atalaya en zulú, como usted recuerda, se preparaba anteriormente en una máquina de sacar copias. Cuando la nueva prensa y el nuevo tipo entraron en operación, La Atalaya se imprimió en ocho idiomas y ¡Despertad! en tres, además de doce números del Ministerio del Reino en ocho idiomas.

TRABAJANDO TERRITORIO AISLADO

El año 1952 resultó ser un tiempo para consolidar la organización y fortalecer a los hermanos. La sucursal también organizó una campaña de territorio no asignado. Los hermanos y las hermanas pasaron miles de horas visitando a la gente en unas 400 aldeas y pueblos donde ninguna congregación de Testigos había estado haciendo obra regular. Como resultado de esto, más de 10.000 nombres de personas interesadas fueron enviados a la sucursal y con el tiempo cada una de éstas recibió una carta especial y una muestra de las revistas de la Sociedad.

Una congregación de unos veinte africanos se encontró con dificultades al tratar de conseguir alojamiento cuando llegaron a un territorio previamente no asignado. Un granjero no quiso alojarlos sin que le mostraran un permiso de la policía. La comisaría de la policía estaba lejos y era tarde. Algunos de los empleados del granjero entonces llevaron a los Testigos a un ministro de la Primera Iglesia de Cristo que vivía cerca de la granja. Él rehusó ayudar y mostró extremada falta de bondad. Un miembro del rebaño de este ministro simpatizó con los hermanos, condenó la actitud del ministro, y llevó a los Testigos a una casa vacía que estaba cerca de allí. Apenas se habían acomodado en ella cuando llegó la policía. El agente policíaco europeo fue muy considerado y hasta les dio estímulo después que se le había mostrado la tarjeta de asignación de territorio. Era el clérigo quien había llamado a la policía. La mañana siguiente, sin embargo, el clérigo mostró un completo cambio de actitud, expresó disculpas por la manera en que se había comportado la noche anterior y ofreció su iglesia para la reunión pública. Invito a su “rebaño” a la reunión. El resultado fue una concurrencia de 80 personas (60 eran extraños). Todos permanecieron para el estudio de la revista La Atalaya después. Y el clérigo estuvo entre los que obtuvieron literatura aquel día. Durante cada una de las otras dos visitas posteriores, el ministro ofreció su iglesia para el discurso público. Él no solo asistió al discurso, sino también al estudio de la revista La Atalaya que se celebró después. Como resultado de la obra que se hizo allí, en vez de tener un solo publicador activo en aquella zona, con el tiempo hubo siete.

UNA VISITA PROVECHOSA

Por primera vez en la historia de la obra en Sudáfrica el total de publicadores pasó de la marca de 10.000 en 1952. Aquel año ciertamente fue memorable para el desarrollo de la obra del Reino en Sudáfrica. Como suceso coronador para el año, los hermanos Knorr y Henschel visitaron el país en noviembre. El hermano Knorr se alegró mucho de ver el excelente edificio de sucursal de dos pisos hecho de ladrillo y estuco en un excelente solar de terreno bien situado. ¡Qué diferencia halló esta vez en comparación con la oficinita de El Cabo en la cual no había habitaciones para vivienda! Disfrutó de hacer un recorrido por el edificio y conocer a todos los miembros de la familia.

Unos cuantos días después el hermano Knorr, junto con el hermano Phillips, visitó a Durban, esa excelente ciudad moderna a las orillas del océano Índico. Él tuvo que pronunciar sus discursos en tres lugares diferentes, debido a los reglamentos locales sobre segregación. En la reunión de los mestizos él se alegró de observar la presencia de quince personas procedentes de la India y aprovechó la oportunidad de hablar a algunas de ellas después de la reunión. En Durban hay una gran población de indios y el mensaje del Reino precisamente estaba empezando a penetrar entre ellos.

La reunión africana en Durban se celebró en Lamontville, un nuevo municipio en el lado sur de la ciudad. El hermano Knorr quedó profundamente impresionado por la manera en que los hermanos zulúes cantaron en aquella reunión. Aquella reunión se celebró un domingo por la tarde, y por la noche se celebró una reunión para los hermanos europeos, con una concurrencia de 435 personas en un salón en el centro de la ciudad.

Poco después de regresar a Johannesburgo, el hermano Knorr visitó la oficina del alto comisionado británico para Basutolandia, Bechuanalandia y Suazilandia. Hizo esta visita con relación a que se había proscrito la importación de la literatura de la Sociedad a aquellos tres protectorados desde el año 1941. Puesto que cuando el hermano Knorr visitó había más de 400 Testigos participando en el esparcimiento de las buenas nuevas en aquellos territorios, la Sociedad estaba haciendo muchos esfuerzos por lograr que se eliminara la proscripción. El hermano Knorr pudo hablar con el secretario principal del comisionado, contestar a sus preguntas, y presentar un cuadro claro de la excelente obra educativa que hacen los testigos de Jehová. Sin embargo, la proscripción continuó por varios años después de eso.

Para este tiempo el hermano Henschel había llegado y se celebró una reunión animadora en el Ayuntamiento de Germiston, por arreglos de la congregación europea de Germiston. Muchos de los hermanos del Filón vinieron, de modo que la concurrencia total fue de 725 personas.

El 8 de diciembre, el hermano Knorr y el hermano Phillips volaron a Windhoek, la capital de África del Sudoeste. Los tres misioneros que había en aquel lugar se alegraron mucho de verlos y celebraron su misma primera asamblea en aquel país. Hubo unas diez personas en las sesiones regulares y un máximo de 25 en la reunión pública.

De regreso en la sucursal de Elandsfontein, el hermano Knorr y el hermano Henschel atendieron muchos asuntos que tenían que ver con la organización de la obra y los problemas que había que afrontar. El presidente de la Sociedad pudo ayudar a la sucursal en puntos que afectarían la obra por años en el porvenir. También se reunió con los siervos viajeros del campo y les dio mucho consejo y estímulo.

Del 11 al 14 de diciembre se celebró una asamblea, y fue la culminación de la visita de los hermanos Knorr y Henschel. En Johannesburgo, habíamos logrado conseguir permiso para que los tres grupos étnicos se reunieran en el mismo estadio, aunque se sentarían en diferentes secciones. Para que todos los hermanos africanos pudieran asistir desde toda parte de África del Sur y los protectorados, hubo que hacer un trabajo tremendo para obtener pases y permisos individuales para los que tenían más de dieciséis años de edad. Debido a la dificultad del idioma, se pronunciaron tres discursos de bienvenida, primero en inglés, entonces en afrikaans y finalmente en zulú. ¡A los hermanos europeos les gustó escuchar aquel discurso en el lenguaje zulú, con sus fascinadores chasquidos, y al fin de él aplaudieron tan vigorosamente como los hermanos zulúes!

Uno de los puntos a que dio énfasis el hermano Knorr cuando habló a los hermanos africanos fue que les era necesario aprender a leer y escribir para que pudieran tener mejor conocimiento de la verdad y ser predicadores más eficaces en el campo. Desafortunadamente hubo mucha lluvia durante los cuatro días de la asamblea. De hecho, en cierta etapa, las condiciones del tiempo eran tan malas que la plataforma misma tuvo que ser abandonada. A pesar de esto, la asamblea fue un gran éxito y 339 personas de todas las razas se bautizaron. El sábado por la noche la concurrencia aumentó a 5.441 y para el discurso público fue 7.267 personas. Todos los hermanos sudafricanos regresaron a casa felices y agradecidos por el excelente consejo que recibieron y resueltos a seguir adelante en la obra del Reino en Sudáfrica.

Para fines de 1952, el número promedio de publicadores de todos los países que habían estado o todavía estaban bajo la sucursal sudafricana alcanzaba el total de 50.087. ¡Qué estupendo aumento en los veintiún años desde 1931 y aquel “minúsculo bando” de 100 publicadores de entonces!

ASAMBLEAS DE LA SOCIEDAD DEL NUEVO MUNDO

Después de la Asamblea “Sociedad del Nuevo Mundo” celebrada en el Estadio Yankee en 1953, nueve asambleas se prepararon para Sudáfrica... una asamblea nacional europea y ocho asambleas de distrito africanas y mestizas. En éstas los hermanos disfrutaron del mismo programa, puesto que los discursos principales que se pronunciaron en Nueva York se presentaron también en Sudáfrica. Por primera vez se introdujeron distintivos para identificación aquí, y desde entonces esto ha sido un rasgo corriente en todas las asambleas de distrito y nacionales de los testigos de Jehová en Sudáfrica. Estas insignias facilitan el familiarizarse de unos con otros y promueven un feliz ambiente de amigabilidad entre los hermanos. Todas aquellas nueve asambleas tuvieron buena concurrencia, y un total combinado de 11.000 personas escucharon el discurso público “Después del Armagedón... el nuevo mundo de Dios,” y 634 se bautizaron.

LA NUEVA PELÍCULA MUY ILUMINADORA

Cuando en 1955 comenzó a exhibirse la película de 16 mm y largo metraje de la Sociedad intitulada “La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción,” los hermanos empezaron a darse cuenta de la tremenda cantidad de trabajo que se necesitaba para producir las publicaciones que ellos usaban. La película llevaba al espectador en un recorrido del hogar Betel de Brooklyn, la fábrica de la Sociedad y la Escuela de Galaad. Esta película tuvo repercusión tremenda en los hermanos y aumentó grandemente el aprecio que le tenían a la organización. Hizo que se dieran cuenta de que los hermanos del Betel de Elandsfontein también estaban trabajando arduamente para suministrar la literatura en diferentes idiomas, especialmente a medida que se añadían nuevas publicaciones, como la revista La Atalaya en xhosa, en agosto de 1955

Aquella película también fue una gran ayuda con relación a eliminar prejuicios contra los testigos de Jehová. En algunas esas zonas africanas, donde por lo general era difícil el que entraran superintendentes de distrito europeos, se otorgó fácilmente permiso para exhibir la película. Los superintendentes de distrito llevaban consigo generadores eléctricos y esto les hacía posible exhibir la película en muchas zonas aisladas donde no había electricidad. Para muchos africanos ésta fue la primera producción cinematográfica que habían visto y algunos aspectos de ella los sorprendieron mucho. Un africanito, por ejemplo muy impresionado por la escena de un tren en marcha apresurada en cierta dirección. ¡Se puso a pensar en esto y el día siguiente le preguntó al granjero del terreno donde vivía cuándo volvería este tren!

En una pequeña asamblea de circuito de hermanos mestizos 200 personas atestaron el salón. Era una cálida noche de verano y se iba a exhibir la película en un gran patio al descubierto detrás del salón. Puesto que todavía había demasiada luz del día para empezar a exhibir la película, los hermanos empezaron a cantar cánticos del Reino. El público se sintió atraído pronto por el bello cantar y en poco tiempo hubo 650 personas reunidas en el patio. Apreciaron muchísimo la película.

REGRESA UN VISITANTE DE BROOKLYN

En octubre de 1955 Milton G. Henschel revisitó a Sudáfrica. Al principio parecía que él no podría asistir a esta asamblea, pues el departamento de lo interior, después de haberle otorgado un visado, más tarde lo canceló. Precisamente el día antes de la fecha en que había de llegar, el visado necesario le volvió a ser otorgado, pero con la condición de que no se permitirían discursos públicos. Apresuradamente, a varios hermanos de Betel se les dio la asignación de preparar discursos y sustituir al hermano Henschel, si se hacía necesario. Sin embargo, cuando el hermano Henschel llegó se entrevistó con el secretario de lo interior, se le dio “visto bueno” y todo siguió adelante como se había planeado originalmente. Esta decisión regocijó mucho a todos los hermanos e hizo que el puñado de hermanos de Betel que en apuros habían estado preparando discursos apresuradamente para sustituir al hermano Henschel exhalaran un suspiro de alivio.

Los tres grupos raciales tuvieron de nuevo el privilegio de reunirse en el Estadio Wembley, como en 1952, pero todavía observando la ley por medio de sentarse en grupos segregados. ¡Cómo emocionó a los hermanos escuchar el discurso clave por el hermano Henschel, en el cual se les aseguró que estaban siendo conducidos en una procesión triunfal por su Rey, Jesucristo... un dulce olor a Jehová aunque un hedor para el enemigo! Un total de 10.754 personas asistieron al discurso público “Conquista del mundo pronto... por el reino de Dios,” y 407 simbolizaron su dedicación por medio de bautismo. La asamblea tuvo otra culminación el domingo cuando en aquel día se hicieron disponibles todas las nuevas publicaciones, pues habían llegado a Johannesburgo solo cuando era ya tarde en la noche del sábado.

ASAMBLEAS “VOLUNTAD DIVINA”

Los ojos de todos los Testigos de Sudáfrica estaban enfocados en la Asamblea Internacional “Voluntad Divina” de los Testigos de Jehová en Nueva York, del 27 de julio al 3 de agosto de 1958 ¡Qué emocionante experiencia fue para 123 hermanos y hermanas de Sudáfrica el volar juntos como grupo a Londres y entonces desde allí a Nueva York!

En Sudáfrica se celebró una serie de trece Asambleas de Distrito “Voluntad Divina” como secuela de la asamblea internacional de Nueva York, y en éstas se presentaron nuevas publicaciones para el campo sudafricano. Entre éstas estuvo el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado. Este libro ha resultado ser una ayuda sobresaliente para los hermanos cuando conducen sus estudios bíblicos de familia y ayudan a sus hijos a obtener conocimiento bíblico.

En octubre de 1958 los hermanos de Sudáfrica se enteraron de que sus hermanos africanos de Malawi habían experimentado un desastre. Un fuego terrible quemó por completo la enorme estructura que habían construido como el hogar de alojamiento en una asamblea y perdieron toda su ropa y posesiones. Dentro de pocos días los hermanos sudafricanos habían recogido y enviado amorosamente 1.360 kilos de ropa a sus hermanos de Malawi.

OTRA VISITA SIGNIFICATIVA

El año siguiente, 1959, el hermano Knorr hizo otra visita a Sudáfrica y se hicieron arreglos para una asamblea que coincidiera con su visita. Se hicieron esfuerzos por tener una asamblea nacional en la cual todas las razas se juntaran, como las que se habían celebrado en 1952 y 1955. Sin embargo, las autoridades gubernamentales rehusaron permiso para esto y la sucursal tuvo que hacer arreglos para dos asambleas, celebradas en diferentes lugares de Johannesburgo. Trenes especiales trajeron de Natal y Zululandia a 1.600 hermanos. De toda la Unión y de los países de alrededor llegaron en grandes cantidades los hermanos a Johannesburgo. El anuncio preliminar despertó mucho interés, y centenares de extraños asistieron a la reunión pública en la cual se pronunció el discurso “Una Tierra paradisíaca por medio del Reino de Dios,” y a otras sesiones. La reunión europea tuvo una concurrencia de 4.541 personas en el Estadio Wembley, mientras que 12.648 africanos se reunieron en la Sala Comunal de Orlando, donde, puesto que el salón mismo era demasiado pequeño, varias grandes tiendas de campaña suministraron abrigo adicional. El número total de los que se bautizaron fue de 546.

Cuando Betel fue mudado de El Cabo a Elandsfontein en 1952 había 8.580 publicadores como promedio en el campo sudafricano para 1959 el número había aumentado a 14.451. Betel necesitaba más espacio y la familia era demasiado grande para el lugar que ocupaba entonces. Antes de la llegada del hermano Knorr, el superintendente de la sucursal había enviado planes para la extensión de Betel y la fábrica a Brooklyn y el presidente de la Sociedad los había aprobado. Durante su visita había comenzado a obra de construcción. Esta extensión era un nítido y hermoso edificio, mayor que el edificio original. Se añadieron veintidós cuartos, así como un Salón del Reino para la familia de Betel. La extensión de la fábrica tenía un nuevo taller de maquinaria y otro nuevo equipo, pero también tenía mucho lugar para almacenaje. Todo esto verdaderamente se necesitaba, como lo muestran las cifras de la producción. Durante el primer año después que la nueva fábrica de Elandsfontein entró en producción, se produjeron más de 740.000 folletos y revistas. Para 1959 la cifra de producción tan solo para las revistas fue de casi dos millones.

Pero, ¿qué progreso iba logrando la obra durante este período en otros países que estaban bajo la superintendencia de la sucursal sudafricana? Consideramos la obra en los tres protectorados británicos, Basutolandia, Suazilandia y Bechuanalandia.

VENCIENDO OBSTÁCULOS EN BASUTOLANDIA

Para el africano de término medio un obstáculo en el camino a la aceptación de la verdad es lo difícil que se le hace romper con la adoración de antepasados y la hechicería. Aunque en Basutolandia muchos afirman que son cristianos, el clero de ellos se une a la gente en hacer sacrificios para pacificar a los “espíritus” de jefes y antepasados muertos. Tanto el clero como los legos utilizan los servicios de los hechiceros o brujos.

En 1953 un anterior principal de una escuela misional de la Iglesia Reformada de Holanda, Joshua Thongoana, fue enviado a Basutolandia (ahora Lesotho) como superintendente de circuito. Él y su esposa llegaron allí en un tiempo en que Basutolandia era todavía notoria por los asesinatos ceremoniales que eran parte de su hechicería, y había rumores de que los extranjeros eran el blanco de aquellos asesinatos. El hermano Thongoana y su esposa confiaron mucho en Jehová, quien resultó ser una verdadera protección para ellos. Además, recibieron mucha bondad y hospitalidad por parte de los hermanos.

En las montañas Maluti el hermano Thongoana tuvo que usar un caballo para viajar de un grupo aislado a otro. Su primer viaje a caballo, desde Mokhotlong a Bobete, tomó un día entero. Cuando llegaron a su destino, los hermanos que estaban acostumbrados a viajar a caballo estaban bien, pero él estaba agotado y todo el cuerpo le dolía tanto que no podía ni sentarse ni acostarse. En el camino de regreso tuvieron que cruzar el río Orange que estaba en crecida. Sus compañeros de viaje le dijeron qué esperar; si el río era demasiado fuerte para el caballo, el caballo trataría de librarse de su jinete para poder cruzar el río a nado. Él se aterrorizó, porque no era buen jinete. Su caballo entró en el agua y el temor del hermano se hizo mayor, pero, afortunadamente, todos los caballos cruzaron sin percance.

En las montañas Maluti a menudo nieva y después de eso vienen vientos realmente fríos. Cuando despertaron cierta mañana, vieron que toda la zona había sido cubierta por la nieve y había sido transformada en un paisaje invernal. Mientras andaban hacia su territorio, los pies se les hundían en la nieve; una experiencia bastante nueva para ellos. Necesitaban desesperadamente un fuego para mantenerse calientes, pero no había ni madera ni carbón en aquel lugar. No obstante, recibieron atención. Cuando pensaban que ya no podían durar más, una persona que se interesó en el mensaje les dio bondadosamente suficiente estiércol vacuno para encender un fuego.

Basutolandia continuó progresando constantemente en los años cincuenta. Durante 1953 este país tenía un promedio de 67 publicadores y para 1959 esta cifra había aumentado a 111... un aumento de 81 por ciento.

SE REMUEVE LA PROSCRIPCIÓN EN SUAZILANDIA

Una situación similar a la de Basutolandia existía en Suazilandia, donde por lo general los jefes tenían actitud favorable para con los Testigos. Aunque en Suazilandia los hermanos continuaban funcionando bajo proscripción, la actitud de simpatía del jefe principal les hacía posible distribuir la literatura mientras ejercieran cautela. Los publicadores escribían su propio nombre en cada libro que colocaban en manos de las personas que mostraban interés como evidencia de que no estaban vendiendo la literatura, sino simplemente prestándola a los que mostraban interés.

En 1958, Dennis McDonald, un superintendente de distrito visitó a la única hermana dedicada que vivía en Goedgegun (ahora Nhlangano). Esta era la primera visita que ella había recibido de un representante de la Sociedad. Ella consiguió el uso del tribunal local para el discurso público. El hermano McDonald vaciló un poco en cuanto a pronunciar un discurso público en un edificio de tribunal en un país donde la literatura de la Sociedad estaba proscrita.

El esposo de la hermana, que tenía algo que ver con el gobierno local, le aseguró que tendría “un auditorio especial.” Aquel domingo por la tarde ciertamente hubo un “auditorio especial,” entre ellos dos ministros de la Iglesia Reformada de Holanda, un ministro anglicano, el magistrado de la localidad, el policía de la localidad, el superintendente del C.I.D. y unas cuantas personas que se interesaban en el mensaje. El hermano McDonald se dio cuenta de que estos hombres estaban presentes con un propósito. El discurso público fue un desenmascaramiento del fracaso del comunismo en contraste con la esperanza del reino de Dios. Todo el discurso fue grabado y enviado a Mbabane, la capital, para ser considerado allí. Fue algún tiempo después de esto que se removió la proscripción de las publicaciones de la Sociedad, y parece muy probable que este discurso público haya tenido algo que ver con el asunto.

La exhibición de la película de la Sociedad “La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción” también ayudó a vencer el prejuicio En un gran poblado cercado el administrador europeo deseó ver la película antes de dar permiso para que se exhibiera. Se hicieron arreglos para una exhibición privada, y hubo siete personas presentes. El administrador quedó muy impresionado. Dijo: “Esto es diferente y muy interesante. Esta organización es muy grande y está bien organizada también.” Quedó convencido de que los testigos de Jehová están a favor de la adoración limpia y que no se mezclan con la política ni los asuntos mundanos. Expresó gracias por haber tenido la oportunidad de ver la película y le dijo al superintendente de distrito: “Puede mostrarla en el salón del poblado esta noche y les diré a los muchachos de la policía que les ayuden.” Hubo una concurrencia de 902 personas aquella noche en el salón del poblado.

Durante este período, Suazilandia experimentó un rápido crecimiento en el número de los proclamadores de las buenas nuevas. El promedio creció desde 126 en 1953 a 289 en 1959... un aumento de 129 por ciento.

LA PERSEVERANCIA RECOMPENSADA EN BECHUANALANDIA

En 1956 Joshua Thongoana fue asignado como superintendente de circuito para Bechuanalandia. Algunos de los hermanos locales ya habían sido azotados por los jefes por predicar. El jefe acusaba a los hermanos de introducir otra religión en el país, mientras que el jefe Khama había introducido una sola religión, la de la Sociedad Misional de Londres. Un precursor fue azotado dos veces y le confiscaron su ganado debido a sus actividades en la predicación. Pero el ganado le fue devuelto cuando el jefe vio que se mantenía firme en su posición.

Dos semanas después de su llegada, el hermano Thongoana y otros dos hermanos fueron arrestados. En la kgotla (tribunal) los hermanos fueron acusados de introducir otra religión. A los hermanos se les negó la oportunidad de defenderse, y los que estaban en la kgotla demandaron que se declararan culpables. Después que el jefe y su kgotla levantaron muchas acusaciones contra ellos, se le dijo al hermano Thongoana que saliera de Bechuanalandia el mismo día siguiente, y a cada hermano residente lo sentenciaron a dos meses de prisión. El hermano Thongoana sí salió de aquella zona, pero en vez de salir del país, penetró más profundamente en él. Más tarde, se alegró de saber que el jefe había cambiado de opinión y había dado sentencias suspendidas a los hermanos locales.

Durante la siguiente visita del hermano Thongoana, de nuevo fue arrestado. Se manifestó gran interés en esta kgotla. El ministro local de la Sociedad Misional de Londres estuvo presente y el jefe le pidió que abriera la kgotla con oración. De nuevo el hermano Thongoana fue acusado de introducir otra iglesia, mientras que ellos ya tenían una. Esta kgotla le permitió al hermano Thongoana defenderse, y él citó muchos textos bíblicos para mostrar lo que predicaba y por qué. El ministro de la Sociedad Misional de Londres ni siquiera usó textos bíblicos; no tenía siquiera una Biblia. Algunos consejeros convencieron al jefe de que debería dejar libres a los hermanos, y esta vez la kgotla terminó en una victoria teocrática.

Muchos fueron arrestados hasta que se removió en 1959 la proscripción de la literatura de la Sociedad. Sin embargo, los hermanos se mantuvieron firmemente de parte de la verdad. Los 100 publicadores de 1953 habían aumentado a 166 para 1959, lo cual era ciertamente un aumento espléndido.

SE DISFRUTA DE BENEFICIOS ESPIRITUALES EN SANTA ELENA

Después de la visita del hermano Van Staden, el único contacto regular de los hermanos de Santa Elena con la organización visible de Jehová era por correspondencia y las publicaciones de la Sociedad. Por lo tanto fue algo sobresaliente para estos hermanos el que el superintendente de circuito y su esposa los visitaran por un mes completo durante el año de servicio de 1955. El superintendente y su esposa pasaron doce días con cada una de las dos congregaciones de la isla y la actividad del mes concluyó con una asamblea de circuito. Hubo una concurrencia de 1.000 personas a la reunión pública y tres se bautizaron.

Los beneficios espirituales continuaron fluyendo a los hermanos de Santa Elena. Durante 1956 la película “La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción” se exhibió ocho veces a un auditorio que en total pasó de 1.000 personas. Esto dio a estos hermanos aislados una maravillosa percepción de la organización mundial de Jehová. Cierto hombre dijo: “No me avergüenza decirle que las lágrimas me bajaban por la cara y que otros muchachos fueron afectados de igual manera.” ¿Por qué? “Al ver a los hermanos trabajando juntos amorosamente; si tan solo nosotros pudiéramos trabajar de esa manera.”

En 1958 la película “La Felicidad de la Sociedad del Nuevo Mundo” se exhibió ocho veces y tuvo una concurrencia total de 1.095 personas. Todos los que vieron la película se sorprendieron al ver a las multitudes de personas que hubo en las asambleas por todas partes del mundo.

Sin embargo, desde que las primeras semillas del Reino se sembraron en 1933, ningún publicador de Santa Elena había podido jamás asistir personalmente a una asamblea en ultramar. Ahora por primera vez dos hermanos viajaron hasta Nueva York misma para la Asamblea Internacional “Voluntad Divina” en 1958. Debido a que no se podía conseguir buena transportación, se obligados a partir en mayo y no pudieron regresar sino hasta noviembre. ¡Pero qué gran tiempo tuvieron en Nueva York y qué gozo trajeron a los hermanos de su país con todas las buenas cosas que aprendieron y experimentaron en aquella asamblea!

PROGRESANDO EN MAURICIO

Para 1953 la congregación que había en Vacoas iba logrando buen progreso y otra congregación ya estaba formándose en Port Louis. En conformidad con la ley, los misioneros habían notificado a la policía en cuanto a sus reuniones y el comisario de la policía había respondido que la policía no tenía objeciones mientras no hubiera controversia religiosa que pudiera llevar a una alteración del orden público. Sin embargo, la policía no iba a correr riesgos, y por eso los primeros que llegaron a la reunión fueron cuatro detectives. Sucedió que entre los hermanos que asistieron estaban un detective retirado y varios parientes de otro detective. ¡De modo que la primera reunión fue casi como una reunión de policías! Los agentes aparentemente se convencieron de que los testigos de Jehová son gente tranquila y observadora de la ley.

El progreso en Mauricio continuó en 1955, y hubo un máximo de publicadores de 30. Más tarde en aquel año el hermano Milton Henschel visitó a Mauricio y se estableció allí una sucursal de la Sociedad para atender los intereses del Reino en las tres islas de Madagascar, La Reunión y Mauricio en el sur del océano Índico.

ESFUERZOS FRUCTÍFEROS EN MADAGASCAR

Después que Robert Nisbet y Bert McLuckie, los dos precursores de Sudáfrica, visitaron a Madagascar en 1933, parece que hubo una brecha de veintidós años durante los cuales no se hizo nada en cuanto al campo allí. En 1955 Milton Henschel y Robert Nisbet visitaron la isla para establecer la obra bajo la guía de la sucursal de la Sociedad en Mauricio. Pronto se enviaron precursores especiales desde Francia. Estos trabajaron afanosamente y tuvieron muy buen éxito, pues condujeron muchos estudios bíblicos. No pasó mucho tiempo antes que publicadores locales comenzaran a esparcir las buenas nuevas del Reino. En 1958 el primer folleto fue traducido al lenguaje malgache. Al año siguiente se hicieron arreglos para transferir la superintendencia de la obra a la sucursal de Francia.

COMIENZA LA ACTIVIDAD DEL REINO EN ANGOLA

Fue en el año 1938 que se sembró la primera semilla del Reino en Angola. Esta zona de 1.246.000 kilómetros cuadrados está en la costa occidental de África entre África del Sudoeste al sur, Zaire en el norte y Zambia al este.

Dos precursores de Ciudad del Cabo visitaron aquel lugar en 1938 y trabajaron entre la población blanca. En tres meses colocaron 8.158 Biblias, libros y folletos y despertaron algún interés. Sin embargo, la II Guerra Mundial estalló el año siguiente y fue muy difícil mantener comunicación con las personas que mostraron interés.

Doce años después, en 1950, un precursor africano fue deportado de Mozambique. No se le había celebrado juicio, pero fue enviado a la islita portuguesa de Santo Tomé en el ecuador a las afueras de la costa occidental de África. Esto estaba incluido en el campo de Angola. Dentro de seis meses hubo otras trece personas participando con él en la testificación en esta isla.

Dos años después este grupito de Santo Tomé había crecido a 21 publicadores. Santo Tomé, y la isla vecina de Príncipe, tienen un área de solo 976 kilómetros cuadrados y tienen una población total de 64.000 personas. Es realmente una colonia penal para africanos portugueses que tienen que trabajar como esclavos en las plantaciones de caucho, plátanos y café. De modo que este grupito de publicadores del Reino tenían que hacer su obra en medio de dificultades, sin que nadie los visitara ni estimulara. Hasta entonces, no había publicadores ni organización para la obra del Reino en Angola.

Sin embargo, durante 1954 en la sucursal sudafricana se recibieron cartas de un grupito de africanos en Baía dos Tigres, un poblado penal conectado con un puesto de pesca al extremo sur de Angola. El escritor, João Mancoca, decía en una de sus cartas: “El grupo de testigos de Jehová en Angola se compone de 1.000 miembros. El líder de éstos es Simão Gonçalves Toco.” Detrás de esta sensacional declaración hay una historia muy interesante.

En 1943 este Simão Toco era líder de un coro conectado con una misión bautista en Leopoldville, Congo Belga (Kinshasa, ahora llamado Zaire). Era un capacitado y próspero director del coro y su grupo aumentó a muchos centenares. Obtuvo dos folletos de la Sociedad Watch Tower y los leyó con interés. Toco escribió a Brooklyn pidiendo más publicaciones de la Sociedad. Gradualmente, introdujo algunas enseñanzas del Reino en sus canciones o himnos, (que él mismo componía), y en discusiones con sus más íntimos asociados en su coro. Sin embargo, los seguidores de Simon Kimbangu, que practicaban el espiritismo, se infiltraron en los grupos de estudio de Toco. En 1949 se sintieron impulsados a salir y hablar a otros y muchos de ellos se pusieron a predicar en la ciudad de Leopoldville. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que Toco y un gran grupo de sus seguidores fueran arrestados y enviados a prisión. Mientras estuvo en prisión, Toco dejó de usar las publicaciones de la Sociedad y hasta la Biblia, y a medida que fueron dependiendo más de mensajes procedentes de mediums espiritistas, la verdad fue eclipsada por el espiritismo de Kimbangu. La mayor parte del grupo se originó en Angola. Por eso, después de unos cuantos meses en la cárcel, los que firmemente rehusaron dejar de seguir a Toco fueron enviados de regreso a Luanda. Había como 1.000 de ellos.

Entre los deportados a Angola estuvo João Mancoca, un africano inteligente y de mente espiritual. El día de su juicio lo acusaron de pertenecer al “movimiento Watchtower” conectado con el kimbanguismo, una secta africana prohibida. El juez trató de ponerlo en libertad, a condición de que renunciara a su fe. Aunque Mancoca no aceptaba algunas de las interpretaciones de Toco, especialmente su práctica del espiritismo, se dio cuenta de que había alguna verdad en lo que obtuvo por medio de Toco y sabía que perdería esto si abandonaba lo que había aceptado. Así, prefirió ir a la cárcel más bien que abandonar la poca verdad que tenía. Las autoridades portuguesas estaban indecisas en cuanto al verdadero origen del grupo y qué hacer con ellos. Sospechaban que eran elementos latentemente subversivos; y sin embargo los miembros parecían muy inofensivos y sinceros. Finalmente, fueron dispersados en grupos a muchas partes de Angola. Toco y muchos de su grupo fueron enviados al norte de Angola a trabajar en una plantación de café. Mancoca, con otro grupo, estuvo en Luanda.

En Luanda, Mancoca trató de persuadirlos para que usaran la Biblia y dejaran de practicar el espiritismo. Junto con Sala Ramos Filemon y Carlos Agostinho Cadi, Mancoca se esforzó por hacer que la verdad bíblica prevaleciera. Un africano, que había obtenido nuestros libros “El Reino se ha acercado” y “La verdad os hará libres” en francés como libros de escuela para su hijo, no los halló convenientes para esto y se los dio a Mancoca. Esto lo emocionó a él y emocionó a sus pocos compañeros que realmente apreciaban la verdad. Entonces Toco fue enviado al sur y de camino pasó por Luanda. Para este tiempo era un espiritista empedernido y prohibía a sus seguidores usar la Biblia. Obviamente, sus seguidores kimbanguistas habían sido una fuerte influencia en él y lo habían apartado de la Palabra de Dios. Mancoca y su grupo, sin embargo, se desalentaron debido a esto y por tres meses oraron intensamente a Jehová para que les abriera el camino y ellos pudieran ponerse en comunicación con la Sociedad Watch Tower.

A algunos de los seguidores de Toco no les gustaban las verdades que Mancoca estaba enseñando. Por eso, denunciaron este grupito a las autoridades portugueses y los acusaron falsamente de ser autores de una de las falsas doctrinas de Toco. Como resultado de esto, Mancoca y sus amigos fueron encerrados en una celda oscura por veintiún días. Uno de los guardas les consiguió “de contrabando” una máquina de escribir y unas velas. Así, pues, a la luz de las velas hicieron secretamente copias de los folletos de la Sociedad en forma de manuscritos. Fueron de portados a la colonia penal de Baía dos Tigres, con una sentencia de cuatro años que fue extendida a seis años... ¡todo bajo acusación falsa!

En Baía dos Tigres, Mancoca y sus asociados hallaron a algunos tocoístas, a los cuales estimularon a estudiar la Biblia, pero sin buen éxito. Por eso, se desasociaron de este grupo. Mancoca entonces decidió traducir a kikongo, el propio idioma de ellos algunos capítulos de “La verdad os hará libres” (que tenía en francés). Para este tiempo uno de los tocoístas escribió una carta a la sucursal de Salisbury de la Sociedad y obtuvo una respuesta en español, que no podía leer. Entonces le llevó la carta a Mancoca. Esto le dio a Mancoca la dirección de la Sociedad, y por eso Mancoca y sus compañeros escribieron en francés a la sucursal de Rodesia, y esta carta fue pasada a la sucursal sudafricana. De esta manera este grupo de Baía dos Tigres correspondió con la sucursal por tres meses y también recibió alguna literatura.

Cuando a Brooklyn llegaron noticias de este extraño grupo, los hermanos de aquel lugar pronto hicieron arreglos para que un misionero inglés, John R. Cooke, que ya había pasado varios años en Portugal y dominaba con bastante afluencia el portugués, fuera a Angola. El hermano Cooke llegó a Angola el 21 de enero de 1955. Su primera conversación la tuvo con un abogado en Luanda, y éste le aconsejó a John que tuviera mucho cuidado, porque al grupo de Toco se les consideraba elemento “Mau-Mau” (terroristas) o un grupo apoyado por los comunistas.

¡Para el hermano Cooke fue extraño el caminar por las calles en pueblos como Luanda y Benguela, ver a miembros de este grupo con sus claros distintivos en forma de estrella y preguntarse si éstos eran hermanos en perspectiva o solo comunistas camuflados! Habló particularmente con algunos de ellos en Lobito y Benguela, pero aparte de averiguar que tenían la Biblia, conocían el nombre de Jehová y celebraban reuniones con frecuencia, no pudo lograr progreso. Había un grupo grande en Luanda. Él les habló y tuvo conversaciones con el comité de ellos. Pero estos hombres eran seguidores de Toco y no estaban realmente interesados en la Sociedad Watch Tower Bible and Tract. Una excepción fue un joven llamado Antonio Bizi, que apreció mucho las visitas del hermano Cooke y ayudó a otros a suscribirse a las revistas de la Sociedad.

Después que el hermano Cooke informó sus primeras impresiones a la sucursal de Elandsfontein en Sudáfrica, recibió instrucciones de tratar de ponerse en comunicación con Mancoca y sus amigos en Baía dos Tigres. Pero Baía dos Tigres es un pequeño puesto de pesca en una arenosa costa desértica en el extremo sur de Angola. Tiene muy poco contacto con el mundo exterior y está bajo supervisión gubernamental estricta, pues es de hecho, una colonia penal. John Cooke recuerda que por largo tiempo estuvo perplejo debido al problema. Llevó el asunto a Jehová en oración. Finalmente, escribió una carta al gobernador general de Luanda explicando su misión y pidiendo una entrevista. Después de tres ansiosas semanas, fue llamado para que viera al señor Santana Godinho, el auxiliar principal del gobernador en la administración. Durante la larga conversación este caballero hizo muchísimas preguntas al hermano Cooke acerca de la obra y creencias de los testigos de Jehová. Finalmente, concordó en que el hermano Cooke podía hacer el viaje a Baía dos Tigres. Entonces le dio una gran sorpresa al decir: “De hecho ¡le daremos un boleto gratis de vuelta por avión!” ¡Este era un viaje de más de 1.900 kilómetros!

Pocos días después, un pequeño avión de seis pasajeros describió un círculo sobre el pequeño poblado bañado por el sol de Baía dos Tigres y entonces aterrizó en la pista de aterrizaje de concreto construida sobre la arena. John Cooke salió con unos cuantos pasajeros. Después de algunas dificultades, el hermano Cooke tuvo su primera reunión con el grupito. Este fue el gran día de Mancoca. ¡Por esto había orado y esperado por años... al fin estaba en comunicación personal con la Sociedad que enseñaba la verdad! Se vistió con lo mejor que tenía y leyó un largo escrito de bienvenida al representante de la Sociedad. ¡Qué complacido se sintió el hermano Cooke al hallar personas semejantes a ovejas que estaban tan deseosas de aprender acerca del Reino! Pasó todas las noches con estos africanos humildes y sinceros, considerando la Palabra de Dios y hablándoles acerca de la obra. Ellos le mostraron un denso libro de ejercicios. Constaba de los folletos El Reino, la esperanza del mundo y Los últimos días, traducidos a su lenguaje, kikongo. El libro, hecho años antes y escrito a mano, había sido usado por mucho tiempo como uno de sus principales libros de texto. El hermano Cooke se sorprendió de hallar que ya tenían un buen conocimiento de la verdad debido a que leyeron las publicaciones que recibieron de Elandsfontein.

Mientras tanto el hermano Cooke se estaba alojando en el faro local con el guardián del faro. Este mostró interés y se suscribió a ambas revistas y pidió una Biblia. Entonces dijo: “Señor Cooke, usted pasa todo su tiempo con los africanos. ¿Qué hay de nosotros los blancos? ¿Por qué no hace arreglos para tener una reunión con nosotros?” Esto se hizo, y el domingo cuando se pronunció un discurso público en una de las odoríferas fábricas de abono de pescado hubo un auditorio de 80 personas... 10 blancos y 70 negros. ¡Esta fue la primera reunión pública de Angola! El día siguiente el hermano Cooke partió en el vuelo semanal con muy alentadoras impresiones del grupito, y una carta dirigida a los grupos de Toco explicando quién era él y animándolos a aceptarlo como representante de la Sociedad. Con esto él esperaba una mejor disposición de oírlo por parte de los diversos grupos.

El hermano Mancoca recuerda esta visita del hermano Cooke, y dice: “Ya no tuve más dudas de que ésta era la organización verdadera que tiene el apoyo de Dios. Nunca había pensado ni creído que ninguna otra organización religiosa haría tal cosa: sin pago, enviar un misionero desde lejos para visitar a una persona insignificante solo porque escribió una carta.”

Pero allá en Luanda, el comité local de seguidores de Toco no quedó impresionado con la carta de Mancoca. “¿Quién es él para que nos diga qué hacer? Ahora bien, si Toco le diera a usted una carta como ésa, entonces el asunto sería diferente.” De modo que se tomó la decisión de tratar de visitar a Toco mismo.

John Cooke envió un informe al señor Santana Godinho explicándole brevemente lo que había sucedido en el viaje y sus impresiones de las personas a las cuales habló. Pronto fue llamado para otra entrevista. Santana Godinho expresó aprecio por el informe. Explicó que, aunque la opinión oficial acerca de la secta de Toco era que realmente era subversiva, él y otros dudaban de ese punto de vista. Por eso, se alegraban de que alguien pudiera entrar entre ellos y averiguar. Entonces hizo otra sorprendente oferta. “Bueno, ¿adónde más quisiera ir, señor Cooke? ¡Solo diga lo que desea y le daremos su boleto de vuelta gratis!” John solicitó ver a Toco, que estaba en la “maleza” cerca de Sá de Bandeira, un pueblo de tamaño mediano en la parte sur y central de Angola. Esto se le otorgó.

Poco después de aquello, el hermano Cooke tuvo dos largas entrevistas con Toco en la presencia de un funcionario gubernamental. Toco, un hombre alto e inteligente, todavía bastante joven, dijo que se alegraba de conocer a alguien de la Sociedad Watch Tower. Él y el hermano Cooke consideraron asuntos bíblicos y la formación del grupo, y entonces él también escribió una carta dirigida a todos sus seguidores en Angola, diciéndoles que el señor Cooke representaba a la Sociedad Watch Tower de la cual él recibía literatura. Después de unas cuantas interesantes excursiones locales como huésped del gobernador, el hermano Cooke regresó a Luanda pensando que quizás ahora este grupo de 1.000 aceptaría con mayor facilidad la verdad.

Pero cuando estuvo de regreso en Luanda el comité local de seguidores de Toco no estuvo de acuerdo. Ellos estaban a cargo de lo que hacían y nadie más iba a hacer eso. Por lo menos esa era la actitud del líder local, David Dongala, aunque muchos individuos mostraron buen interés. Sin embargo, el tiempo que paso el hermano Cooke en Luanda no fue tiempo perdido. El hermano Cooke efectuó mucha testificación y pasó un tiempo maravilloso, pues obtuvo hasta veintidós suscripciones en un solo día. Además, estaba empezando a tener estudios bíblicos con una o dos familias blancas y miembros del grupo de Toco.

Después de un viaje sin dificultades por avión a Cela, una nueva colonia agrícola, la situación cambió drásticamente. Santana Godinho perdió su puesto de administrador gubernamental. Él le había sido una verdadera ayuda al hermano Cooke en su difícil asignación y era muy amigable. Ahora no hubo más viajes gratis, y se le negó una extensión que solicitó para su visado de cinco meses. El hermano Cooke partió en junio de 1955, muy agradecido a Jehová por haberle ayudado y por el privilegio de haber establecido importante comunicación y sembrado mucha buena semilla en un territorio “virgen.”

La actividad del Reino había tenido su principio y aunque la oposición y persecución casi ahogaron el campo recién nacido por la bondad inmerecida de Jehová y la lealtad firme de los nuevos hermanos, siguió creciendo.

CONTINÚAN LOS VALEROSOS ESFUERZOS

En junio de 1956, Mancoca y otros siete nuevos hermanos de Baía dos Tigres tuvieron el valor y la iniciativa de escribir una carta al gobernador del distrito de Moçâmedes, donde estaba ubicada Baía dos Tigres. Esto, en parte, es lo que dijeron: ‘Muy respetuosamente solicitamos de su Excelencia el favor de que nos reconozca como miembros verdaderos de la Sociedad de los testigos de Jehová.’ Los hermanos solicitaron más libertad de adoración, pero la única respuesta que recibieron fue más opresión. A pesar de esto, diez de ellos se bautizaron en 1956.

Mientras tanto, en la isla de Santo Tomé, varios hermanos habían completado sus términos de detención de siete años. Entre los que fueron soltados y enviados de regreso a Mozambique estuvo el anterior superintendente presidente.

NO SE OSCURECE LA LUZ

La luz de la verdad brillaba en Angola, y a pesar de dificultades no se le oscurecería. Además, el campo europeo había de beneficiarse de esa luz.

El 26 de octubre de 1956 Mervyn Passlow, y su esposa Aurora, aterrizaron en Luanda para seguir atendiendo la obra que había empezado John Cooke. El hermano Cooke había enviado a los Passlows su lista de suscriptores y personas interesadas en la verdad en Luanda. Pero todas las direcciones de los suscriptores eran números de apartados, porque no se entrega correo a hogares particulares; por eso, por algún tiempo no pudieron hallar a estas personas. Entonces vino una carta del hermano Britten, superintendente de sucursal en Lisboa, y ésta les decía que una señora que mostraba mucho interés y que se llamaba Berta Teixeira regresaría a Luanda. Ella se sorprendió mucho cuando los Passlows la visitaron inmediatamente después de haber llegado ella. Sin pérdida de tiempo se comenzó un estudio bíblico con ella y su familia. Ella también pudo ayudar a hallar las direcciones de los suscriptores, puesto que tenía un pariente que trabajaba en la oficina de correos. Un buen número de los suscriptores se hicieron estudiantes muy bien dispuestos. En pocas semanas todos éstos estaban hablando a sus amigos y vecinos. A los Passlows se les invitaba todas las noches y muchas tardes a visitar a estas personas; dentro de seis meses estaban conduciendo estudios con más de cincuenta personas.

Poco después de su llegada, los Passlows también empezaron a recibir cartas de hermanos africanos y personas interesadas de diferentes partes de Angola. El hermano Mancoca, aunque todavía estaba detenido en Baía dos Tigres, escribió cartas de estímulo a los Passlows. Los hermanos africanos locales que necesitaban ayuda espiritual también los visitaban. Debido a la situación y a que era extranjero, el hermano Passlow nunca fue a las reuniones de éstos. Pero Antonio Bizi, que había mostrado tanto interés cuando el hermano Cooke estuvo allí, solía visitarlos con regularidad para estudiar la Biblia y obtener entrenamiento de modo que él, en cambio, pudiera ayudar a los otros hermanos africanos. Los africanos también obtenían mucha literatura, y llevaban mucha de ella al interior.

Dos meses después de la llegada de los Passlows, éstos comenzaron a celebrar estudios regulares de la revista La Atalaya en su pieza. Pero para el fin del primer mes la habitación resultó demasiado pequeña. Entonces la hermana Teixeira, que tenía una escuela donde enseñaba idiomas, ofreció una de las salas de clase interiores de su colegio. Puesto que sus clases se efectuaban hasta las 9 de la noche, todas las reuniones tenían que empezar después de las 9 de la noche. De esta manera atraían menos atención.

Continuó viniendo correspondencia de toda Angola. Los que escribían eran africanos, y todos alegaban ser hermanos. Pero para aquel tiempo había guerra en Angola y no se hacía posible comunicarse con estas personas.

Poco después de esto, se comenzó un estudio con el señor Vieira Gonçalves y su esposa. Él había estudiado para el sacerdocio por seis años, pero se había alarmado tanto por lo que vio en los jóvenes que estudiaban para el sacerdocio y su conducta que dejó de estudiar antes de realmente hacerse sacerdote. Él progresó rápidamente y sin pérdida de tiempo vino a las reuniones y comenzó a hablar a sus amigos. Para cuando terminaron dos meses ya estaba conduciendo un estudio con otra familia.

Después de ocho meses en Luanda, el hermano Passlow decidió que era tiempo de tener un bautismo, puesto que varias personas habían expresado el deseo de simbolizar su dedicación. ¡Qué sorprendidos y deleitados quedaron cuando un hermano llegó de Portugal aquel día... el hermano Henrique Vieira, que viajaba hacia Sudáfrica! Por eso, antes del bautismo, el hermano Vieira pronunció un discurso, contó algunas experiencias y entonces ejecutó el bautismo en la bahía en Luanda.

Poco después de esto, al hermano Passlow le negaron una extensión de su visado. Prontamente invitó al hermano Gonçalves a empezar a encargarse del cuidado del grupito. Este fiel hermano, aunque solo era un infante en la verdad cuando se encargó de los asuntos, siguió adelante por unos nueve años hasta que él también fue arrestado, puesto en prisión y al fin deportado a Portugal.

El hermano Passlow había obrado precisamente a tiempo. Pocos días después un vehículo de la policía secreta súbitamente se detuvo al lado de los Passlows cuando éstos estaban en una diligencia en la ciudad, y seis miembros de la policía salieron y los rodearon como si fueran criminales desesperados. Los llevaron a su habitación y les confiscaron muchas de sus pertenencias... ¡incluso las recetas de cocina de Aurora, aparentemente porque contenían mensajes secretos! Mientras la policía sacaba las Biblias que ellos tenían, el hermano Passlow comentó: “Espero que las lean.” El hombre respondió: “¿Dicen algo acerca del fútbol?”... entonces todos se echaron a reír. Los agentes de la policía sabían muy bien que estaban obrando simplemente como peones para el obispo de Luanda. Los Passlows descubrieron más tarde que una persona que se interesaba en la verdad le había contado al obispo todas las cosas buenas que ella había estado aprendiendo.

Una apelación al cónsul británico, un católico devoto, fue rechazada. Entonces el comisario de la policía llamó a los Passlows a su oficina. Les dijo que tenían que salir dentro de aquella semana. Por lo que dijo, se hizo obvio que estaba conectando a los Passlows con el notorio “movimiento Watchtower” del África central. Era inútil tratar de razonar con él.

El 27 de junio de 1957 los Passlows se embarcaron hacia Sudáfrica. Debido a la actitud de la policía, les advirtieron a los hermanos, especialmente los hermanos africanos que no vinieran a despedirlos. Pero el vínculo de amor era demasiado grande. ¡Hubiera o no policía, los hermanos, incluso muchos africanos, estuvieron allí para decir ‘Adeu’ (adiós)! Precisamente antes de subir los Passlows al barco, uno de estos hermanos africanos que poco tiempo antes había sido soltado de Baía dos Tigres se les acercó, puso un sobre en la mano del hermano Passlow y entonces desapareció entre la muchedumbre. El sobre contenía un regalo de despedida que consistía en dinero, con el mensaje: “Para que compren pan.” Mientras el barco se alejaba lentamente, los Passlows sintieron profunda gratitud por el indescriptible gozo de haber ayudado a algunos a llegar a conocer a nuestro Dios Jehová.

Algún tiempo después, los Passlows oyeron que al día siguiente el radio anunció que el país acababa de librarse de un gran peligro en la forma de una pareja de extranjeros que habían estado tratando de establecer actividades comunistas y “Mau-Mau,” “pero, ¡gracias a nuestro Dios, ese peligro ha sido eliminado!” Meses más tarde, cuando la pelea con los terroristas realmente se hizo fiera, la prensa de Angola publicó la falsa información de que misioneros de la Watchtower habían ejercido influencia en los africanos para que participaran en actividades terroristas. ¡Hasta hubo fotografías que supuestamente mostraban a misioneros regalando dólares americanos a los africanos para ponerlos en contra de las autoridades blancas!

Es verdad que misioneros de la cristiandad y líderes religiosos tuvieron mucho que ver con la actividad de los terroristas en Angola. ¡Pero no los testigos de Jehová! Gracias a la bondad inmerecida de Jehová misioneros de la Watchtower habían podido entrar en el país. A pesar de muchos problemas y oposición, había sido posible establecer una pequeña organización de 54 hermanos que estuvieron resueltos a mantenerse firmes y dejar que la luz de la verdad brillara en Angola.

Después de toda la excitación que causó la partida del hermano Passlow y su esposa, los hermanos siguieron adelante tranquilamente y con fidelidad. Les faltaba alguien maduro que los instruyera, pero celebraron las reuniones y predicaron de la mejor manera que pudieron en medio de las difíciles circunstancias.

Durante 1958, Harry Arnott, el superintendente de zona, hizo una visita breve, lo cual fue una fuente de gran estímulo tanto a los africanos como a los europeos. En 1959 estuvo de nuevo en Luanda como superintendente de zona. Al llegar al aeropuerto, precisamente cuando estaba saludando a un grupito de hermanos, la policía súbitamente apareció y los arrestó a todos. Al hermano Arnott lo separaron de los demás para interrogarlo. Examinaron su maletín minuciosamente. Él oró a Jehová que la lista de suscriptores a la revista La Atalaya en la ciudad de Luanda no cayera en manos de la policía. Aquella preciosa lista estaba en el portaboletos del hermano Arnott. Aunque el jefe de la Interpol miró al boleto, no vio la lista. Después de muchas preguntas, el jefe dijo: “Sr. Arnott, solo recuerde esto: ¡En lo que se refiere a Angola usted ha terminado, terminado, terminado, y la organización Watchtower ha terminado, terminado, terminado!”

Poco tiempo después fue llevado a otro edificio donde estaban los demás hermanos, entre ellos el hermano Mancoca. El oficial de la Interpol se dirigió al hermano Mancoca, lo insultó y le dijo: “¿Sabes lo que te va a pasar a ti?” El hermano Mancoca se limitó a mirar a su perseguidor directamente a los ojos y decirle: “Yo he aguantado mucho ya, de modo que todo lo que ustedes me pueden hacer que sea más que eso es matarme, pero no me voy a apartar de mi fe.” Entonces lanzó una mirada al hermano Arnott y sonrió animadoramente. El hermano Arnott dice: “Parecía que no le hacía caso a su situación apretada y solo estaba interesado en asegurare de que la situación no me desanimara. Fue muy animador ver a este hermano africano, después de años de aprisionamiento, adoptar tan firme y valerosa posición.”

El hermano Arnott fue devuelto al avión y tuvo que salir del país inmediatamente. Mientras tanto, la policía había averiguado que la congregación se reunía en la casa de la hermana Teixeira. Por eso, algunos de ellos fueron allá inmediatamente para inspeccionar el lugar. Buscaron, pero no abrieron una puerta de primer piso, detrás de la cual unos cincuenta hermanos y personas interesadas esperaban pacientemente que el hermano Arnott viniera y les pronunciara su discurso.

En aquella ocasión no les vino verdadero daño a aquellos hermanos que habían ido a encontrarse con el hermano Arnott, ni siquiera a Mancoca. A él lo tuvieron bajo interrogatorio por siete horas, durante las cuales el inspector de hecho preparó una orden oficial enviándolo a prisión. Pero al fin el inspector la hizo pedazos y le dijo a Mancoca: “Vete Mancoca, y ten cuidado. Mañana tráeme toda la literatura de la Watchtower que tengas en tu casa. . . . Solo deja este asunto de la Watchtower y atiéndete a ti mismo y a tus hijos.”

Este episodio significó que hubo que hacer cambios en el lugares de reunión para la pequeña congregación y después de eso los africanos comenzaron a organizarse por su cuenta. No obstante, la organización local todavía era muy pequeña. Para 1960 el número máximo de publicadores que informó fue solo de 17. Fue en aquel tiempo que Angola llegó a estar bajo la jurisdicción de la oficina de la Sociedad Watch Tower en Lisboa, Portugal.

El año siguiente, 1961, estalló actividad terrorista en Angola y también se lanzó una intensa persecución contra los hermanos. Por los siguientes nueve años el hermano Mancoca estuvo en varias prisiones y campamentos de trabajo. Sus experiencias fueron muchas y variadas, pero dondequiera que fue se enfrentó a la persecución con resolución calmada y absoluta confianza en Jehová. También testificó dondequiera que fue y logró ayudar a muchos africanos a entrar en la verdad mientras él estaba en prisión.

De nuevo, en 1971, una gran cantidad de hermanos fueron arrestados y puestos en prisión en Luanda, entre ellos, una vez más, nuestro abnegado y devoto hermano Mancoca. Pero los esfuerzos del enemigo son endebles al compararlos con los propósitos invencibles y el poder ilimitado de Jehová. Nada, absolutamente nada, puede detener la predicación del mensaje del Reino en toda la Tierra habitada, incluso en Angola.

LISTOS PARA LA EXPANSIÓN

A principios de 1960 el Betel de Elandsfontein estaba preparado para verdadera expansión. Jehová previó las necesidades del campo en la década que seguiría y suministró lo necesario. La fábrica ampliada ahora tenía cinco máquinas de linotipo en uso en vez de tres, y un año más tarde se instaló otra. Una nueva prensa de platina de Heidelberg y una nueva rotativa Timson, esta última a un costo de R37.000, se instalaron además de la prensa de platina G.M.A. que ya se estaba usando.

En 1960, la fábrica de Elandsfontein empezó a imprimir quincenalmente y a colores varias de las revistas vernáculas, en vez de solo mensualmente y en blanco y negro. Se añadió una nueva revista mensual, a saber, La Atalaya en tsuana. La impresión de una edición especial en cibemba para el Congo (Kinshasa) se comenzó en mayo de 1965. El título completo de la edición corriente en cibemba es Ulupungu lwa kwa Kalinda. Pero debido al prejuicio que hay en el Congo contra el nombre “Watchtower,” el título de esta edición especial fue solo Kalinda (que significa “atalayar” o “vigilar”). En 1966 otro número vernáculo africano de La Atalaya, en sepedi, se añadió a la lista de revistas impresas. Así, para 1970 la fábrica estaba imprimiendo 24 números de La Atalaya y ¡Despertad! en 10 idiomas y 15 diferentes números del Ministerio del Reino. Aparte de esto, la fábrica también estaba ocupada con la impresión de una cantidad de folletos en los lenguajes vernáculos y una “montaña” de formularios, programas, hojas sueltas y carteles.

En 1960 en los tres protectorados, Basutolandia, Bechuanalandia y Suazilandia, se removió la proscripción de la literatura de la Sociedad. Así, este alimento espiritual podía ahora fluir libremente a la gente. Pero, ¿cómo les iba a los hermanos en esos países?

BENDICIONES EN MEDIO DE LAS PENALIDADES EN BASUTOLANDIA

En Basutolandia (ahora Lesotho) los hermanos realmente apreciaron la quincenal Molula-Qhooa (la revista La Atalaya en sesotho). Esto se reflejó en la concurrencia de ellos a sus estudios de la revista La Atalaya. En 1960 había un grupo de 135 publicadores y 15 precursores que atendían las necesidades espirituales de una población de 634.000 personas en este país, y que seguían adelante frente a muchas dificultades.

Para este tiempo los “vientos del cambio” habían llegado al pequeño protectorado británico, agitando el espíritu del nacionalismo y el deseo de “independencia” que fue también aumentado por la medida de autonomía que obtuvieron en 1960. El servicio civil estaba siendo “africanizado,” y los africanos estaban tomando el lugar de los europeos. Muchos pensaban que “autonomía” e independencia, eran las palabras mágicas que los llevarían a la libertad y prosperidad. Pero los testigos de Jehová continuaron señalando al reino de Dios como la única verdadera esperanza del hombre.

En Basutolandia la mayoría de la gente vive en aldeas esparcidas, llamadas “kraales,” en las montañas, algunas en lugar tan alto que solo se puede llegar a ellas a pie o a caballo. En algunos casos, al superintendente de circuito le tomaba cinco o seis días llegar a los grupos aislados.

Los precursores hicieron excelente trabajo en cuanto a esparcir las buenas nuevas del Reino hasta los rincones aislados de Basutolandia. Un matrimonio de precursores especiales fue asignado a la zona de Mokhotlong, en el mismo “techo del África austral,” a una altura de 3.200 metros en la cordillera de Drakensberg. El esposo, Philemon Mafereka, tenía que cruzar varias montañas solo para conducir un estudio. Empezando a las cuatro de la mañana y caminando rápidamente, llegaba a las ocho y media de la mañana. Por lo general llegaba a casa aquella misma noche e iba en otra dirección el día siguiente. Sus esfuerzos fueron abundantemente bendecidos, porque dentro de dos años él y su esposa tenían la compañía de otras diez personas que participaban con ellos en la obra del Reino.

Sí, en Basutolandia los publicadores de las buenas nuevas a menudo caminan por dos o tres horas a su territorio y entonces pasan hasta seis horas a la vez testificando. No es práctico regresar para una comida a mitad del día, y por eso han aprendido a trabajar todo el día y regresar temprano en la noche para cocinar y comer. Debido a las distancias que hay entre las aldeas, es posible que uno solo llegue a seis casas durante seis horas de trabajo. Pero estas personas, también, necesitan oír la Palabra de Dios.

Los hermanos que viven en ese aislamiento ciertamente aprecian la importancia de las asambleas. Pero el asistir a las asambleas exige gran esfuerzo y estos hermanos son verdaderos ejemplos para nosotros. Cierto precursor especial caminó por cuatro días, cruzando montañas y nadando a través de ríos en crecida, para llegar a una asamblea del pueblo de Jehová. Una hermana viajó sola a caballo por tres días, entonces viajó un día entero por autobús para llegar a una asamblea. Y otra hermana, con una preñez de seis meses, caminó cuarenta kilómetros a través de las montañas y la nieve para llegar a una asamblea de circuito. Hasta un hermano recientemente dedicado caminó más de ciento veintiocho kilómetros a través de las montañas, con el precursor especial que lo había ayudado, para llegar a una asamblea donde pudiera simbolizar su dedicación.

Algunos nuevos han tenido que arreglar sus asuntos maritales antes de poder participar en la predicación y calificar para el bautismo. En un caso, el superintendente de distrito europeo se internó en las montañas en su vehículo la semana antes de una asamblea y trajo a un hombre y su “esposa,” que ya tenía tres hijos, al comisionado de distrito más cercano para que el matrimonio de éstos pudiera ser registrado, y ellos calificaran para bautizarse en la asamblea de circuito.

MANTENIENDO LA NEUTRALIDAD

En 1966 Basutolandia llegó a ser el estado independiente conocido ahora como Lesotho. En aquel tiempo había 266 publicadores del Reino, y éstos, debido a su posición de absoluta neutralidad, se habían ganado el respeto de muchas personas en autoridad. Pero durante una asamblea de distrito en Maseru, la capital, un oficial de la policía y un destacamento de agentes policíacos que vinieron en tres jeeps irrumpieron en el salón y ordenaron que se detuviera la reunión. Los hermanos que estaban a cargo de la asamblea no pudieron ver al jefe de la policía sino hasta la mañana siguiente. Sin embargo, él estaba familiarizado con los Testigos y pronto rechazó la falsa acusación de que alguien supuestamente había dicho desde la plataforma que el gobierno de Lesotho debería ser destruido. ¡El mismo oficial que había detenido la reunión recibió entonces la instrucción de suministrar guardias que vigilaran la asamblea para proteger a los Testigos! Por supuesto, éstos no tuvieron nada que hacer, y los hermanos aprovecharon la oportunidad para dar a cada uno un testimonio cabal.

La estricta neutralidad cristiana de los hermanos en Lesotho resultó ser una verdadera protección para ellos durante un período de inquietud política y un estado de emergencia. Durante este tiempo se lanzó una gran purga contra los que no apoyaban el gobierno del subjefe Jonathan. Se informó que de noche se levantaban barricadas contra las chozas de techo de paja de los miembros de la oposición y les pegaban fuego, quemando completamente familias enteras. Ningún testigo de Jehová sufrió este destino.

Como resultado de la posición neutral que mantuvieron los cristianos verdaderos, sin embargo, sí les vinieron algunas dificultades. En 1970 en Lesotho hubo una grave escasez de alimento debido a años de sequía. Sin embargo, durante 1970 tuvieron buenas lluvias, pero se decidió que solo los que apoyaban al gobierno recibirían semilla de maíz. Puesto que los testigos de Jehová son neutrales, ellos no podían obtener ninguna. Los hermanos de la República Sudafricana se enteraron de esto e hicieron arreglos para tener un fondo de socorro y ayudar a sus hermanos de Lesotho. Esto se anunció en las reuniones de planeo para las asambleas nacionales de Johannesburgo y se sugirió que todas las donaciones que hubiera en las cajas en estas reuniones fueran al fondo de socorro. La respuesta de los hermanos fue arrolladora... contribuyeron R1.714 y las contribuciones siguieron viniendo. De hecho, la oficina tuvo que enviar una circular diciendo a los hermanos que ya habían dado “suficiente.” Dentro de una semana un hermano europeo del Estado Libre de Orange obtuvo la semilla de maíz que se necesitaba y la llevó a nuestros hermanos de Lesotho. A todos los necesitados también se les suministró dinero para que compraran alimento hasta que pudieran suministrarse lo que necesitaban. Esto hizo que los hermanos de Lesotho se dieran cuenta, más que nunca, de lo mucho que sus hermanos europeos y de otra índole en Sudáfrica se preocupan por ellos e hizo que se sintieran aun más estrechamente vinculados con ellos.

Una de las hermanas de Lesotho que se benefició de este amoroso arreglo dijo más tarde: “Llegamos al punto en que no teníamos nada en nuestra casa, ni siquiera diez centavos para comprar algún mealie [harina de maíz]. Entonces llegó el dinero de nuestros hermanos blancos de Sudáfrica para alimento. Lo único que pude hacer fue llorar sin decir nada. Los otros Testigos y yo pudimos resolver nuestros problemas inmediatos, y así, por la provisión de Jehová podemos estar en esta asamblea para disfrutar también de un banquete espiritual.”

NOTABLES PASOS DE ADELANTO

Cuando la organización de Jehová estaba suministrando socorro contra el hambre material en Lesotho, Jehová también suministró un maravilloso plato espiritual para los que tenían hambre de la verdad. Esto fue en la forma del libro La verdad que lleva a vida eterna en sesotho, que llegó a mediados de 1970. Con esta maravillosa ayuda y el programa de estudio de seis meses se vio desarrollo. Se había alcanzado un punto notable en la actividad cristiana.

En el año 1972 hubo otro paso notable en el desarrollo de la obra en Lesotho... se construyó el primer verdadero Salón del Reino en este país. El hecho de que se necesitaba un Salón del Reino en Maseru, la capital, se había hecho patente cuando el promedio de asistencia al estudio de La Atalaya aumentó a 170, y a veces la concurrencia pasaba de los 200. Para las paredes se usó tierra arenisca, que se puede conseguir en abundancia de las montañas cercanas al costo de buscarla, y hermanos experimentados cortaron la piedra en las formas deseadas.

Todo el mundo ayudó en la construcción. Además de suministrar comidas para los constructores, las hermanas, al estilo tradicional, cargaron vasijas de agua sobre la cabeza por hasta tres kilómetros al lugar donde se edificaba. Los niños ayudaron por medio de hacer rodar cilindros llenos de agua al lugar y algunos hermanos de edad avanzada anduvieron hasta treinta kilómetros para participar en la construcción. Para apretar el terreno en preparación para echar el concreto para el suelo, las hermanas cantaron cánticos del Reino y bailaron al ritmo de éstos sobre el lugar donde se pondría el suelo. ¡Hoy los hermanos se alegran de poder usar un Salón de Reino que tiene cabida para 250 personas... una firme estructura que costó solo unos 845 dólares levantar!

Como en otros países africanos en desarrollo, a veces el nacionalismo les presenta dificultades en la escuela a los niños y en otros lugares a los hermanos en general. Por ejemplo, recientemente estalló la violencia el día en que terminó nuestra asamblea de distrito. Al regresar a casa, un nuevo hermano, que anteriormente había pertenecido al partido político que comenzó el levantamiento, halló que lo esperaban soldados y el tribunal local. La pregunta era: ¿Qué había estado haciendo durante la rebelión? Les dijo que había asistido a la asamblea de los testigos de Jehová. Pero no bastaba con eso. Querían prueba. Mientras le acompañaban soldados, se le permitió al hermano conseguir su programa de la asamblea. Después de haberse leído el programa entero, el jefe declaró inocente al hermano y hasta lo estimuló a continuar su actividad de predicar. Los aldeanos se maravillaron por esto, y dijeron: “¡El Dios al cual usted ora es el Dios viviente!” ¡Qué agradecido estuvo este hermano por haber asistido a la asamblea!

El último máximo de publicadores en Lesotho es de 688 y la obra continúa adelantando bajo la bendición de Jehová. Sin embargo, considerando que hay un solo publicador por cada 1.477 de la población, es patente que todavía hay mucho que hacer y nuestra oración constante es que Jehová adelante la obra a su propio tiempo y manera.

SE REMUEVE LA PROSCRIPCIÓN EN BECHUANALANDIA

En Bechuanalandia (ahora Botswana) las noticias de que la proscripción había sido eliminada en 1960 se tardaron en llegar a algunas partes de este vasto país. Algunos de los jefes todavía estaban causando dificultades para los hermanos en sus zonas.

Uno de los superintendentes de distrito europeos de Sudáfrica, Dennis McDonald, se entrevistó con el hermano del jefe principal, Seretsi Khama, para explicar nuestra obra. Él le dio al hermano McDonald cuatro copias firmadas de una carta que declaraba que no debería estorbarse nuestra obra. Esto ayudó considerablemente a cambiar la actitud de los jefes y facilitó las cosas para los hermanos.

A principios de los años sesenta la mayoría de las congregaciones y grupos aislados se encontraban a los lados de la línea el ferrocarril. Casi nada se había hecho en el interior, excepto en Shakawe y Maun en el noroeste. El hermano B. Mchiswe, precursor especial, trabajó por algún tiempo en Maun. Se apegó a su asignación aunque había escasez de alimento y por un año entero solo comió mealie-meal (potaje de maíz) sin azúcar ni leche. Este hermano utilizó bien la revista La Atalaya en tsuana, preparó una ruta de revistas y entregó cada número según llegaba. Un predicador de la Misión de Londres que disfrutaba de la revista hasta la puso en alto en la iglesia y dio al auditorio esta exhortación: “Si ven al hombre de la Watch Tower con esta revista, deben tomarla y leerla.” Por eso, algunos vinieron a la casa del precursor a buscar ejemplares, y él empezó a estudiar con ellos.

En un grupito aislado en Shakawe, al noroeste de Maun, y bien lejos en el desierto de Kalahari, nadie había sido bautizado debido a que no pudieron asistir a una asamblea y la reina o jefa local había impedido que el superintendente de circuito visitara al grupo. Por eso, todos cooperaron y pagaron para que uno de ellos asistiera a la asamblea de Mahalapye, a casi 1.120 kilómetros de distancia, donde se bautizó.

LA OBRA DE CIRCUITO

¿Puede usted imaginarse lo que está envuelto en la visita de un superintendente de circuito a estos hermanos aislados? Significa viajar no menos de 965 kilómetros en la parte trasera de un enorme camión de accionamiento en las cuatro ruedas que puede abrirse camino a través de la arena, viajando día y noche, al calor del día y el frío de la noche. A veces Adam Mahlangu, el superintendente de circuito en 1964, pasaba hasta diez días de su mes laborable en la parte de atrás de un camión para poder visitar a estas personas aisladas.

El hermano Mahlangu, que relata lo silvestre y primitiva que es la situación en las partes del norte, escribe: “Cuando pronunció un discurso arriba en Shakawe, siempre creen que soy alguna clase de jefe solo porque llevo ropa puesta.” La gente allí casi no usa ropa. A él se le hizo muy difícil tratar de llevar a cabo una reunión pública bien organizada; primero conseguir que la gente se reuniera y entonces mantener a la gente callada durante el discurso. No estaban acostumbrados a sentarse y escuchar a otra persona. Por eso, cuando el discurso comenzó pensaron que aquélla era una buena oportunidad para considerar con sus vecinos los puntos que se estaban explicando. Pero las visitas a estas personas aisladas resultaron en que dos personas dedicaran su vida a Dios y un total de seis participaran en la obra.

En cierta ocasión durante una fuerte sequía de 1965 a 1966 el agua era tan escasa que se hizo imposible hallar agua para bautizar a unos que querían bautizarse en una asamblea. En otra ocasión, en Francistown, los hermanos también se encontraron en gran dificultad. El hermano Piet Wentzel, el superintendente de distrito en aquel tiempo, informa que encontraron seca la primera charca adonde fueron. Por eso él transportó por treinta kilómetros en su automóvil a los dos que pensaban bautizase a una poza en el lecho seco del río, pero aquello también estaba seco. Después de otros ocho kilómetros llegaron a una charca lodosa, de apariencia muy oscura debido a que el ganado se paraba en ella. Pero aquello no detuvo a estos jóvenes. Era agua y ellos se bautizaron en símbolo de su dedicación para hacer la voluntad de Jehová.

ADELANTA LA OBRA DEL TESTIMONIO EN BOTSWANA

Cuando Bechuanalandia obtuvo su independencia cambió su nombre a Botswana. Este cambio político no alteró mucho las condiciones de la gente, aunque sí tuvo un efecto en la predicación. El nuevo gobierno independiente se hizo muy estricto con los africanos que no eran ciudadanos de Botswana, y varios precursores de Sudáfrica fueron deportados.

¿Cómo se efectúa la testificación en Botswana? La costumbre usual exige saludos de introducción durante los cuales cada uno pregunta en cuanto a la salud del otro. Al concluir esto, se sacan bancos para que todos se sienten en ellos. Se llama al resto de la familia además de cualesquier amigos visitantes, muchas veces hasta veinte personas. La mayoría de las familias tienen sus propios ejemplares de la Biblia y están dispuestos a conseguir sus propias Biblias y seguir en ellas la consideración de los asuntos.

En Botswana hay la costumbre de que los padres de un muchacho paguen un depósito de £4 además de una frazada y un vestido para la muchacha con la cual quieren que su hijo se case. Esto se hace cuando la joven tiene solo diez años. Después de eso, los padres del muchacho continúan manteniendo a la joven hasta que ella está lista para casarse. Esto se hace sin consultar con la joven. Cuando una muchacha de quince años de edad llegó a conocer la verdad, informó a sus padres que no deseaba estar en yugo desigual con un incrédulo. Los padres trataron de obligarla, en vista del dinero que ya se había pagado por ella, pero cuando ella logró convencerlos con las Escrituras de que ese arreglo no era correcto, le permitieron hacer lo que ella quería.

Debido a que era difícil hallar un lugar conveniente para asambleas, y siempre había que pasar mucho tiempo levantando estructuras temporeras, a los hermanos se les estimuló a construir sus propios Salones del Reino en Mahalapye. Ellos hicieron esto. Los hermanos hicieron y formaron sus propios ladrillos. Se necesitaron varios años para completar la obra, y entonces en 1967 su Salón del Reino fue usado para una asamblea.

¿Se ha preguntado usted alguna vez qué había de los bosquimanos de Botswana y si alguno de esos cazadores que usan arco y flechas, cuyo lenguaje de chasquidos solo ahora es que está en proceso de ser puesto por escrito, llegaría a ser parte de la sociedad del nuevo orden? Bueno, la verdad le llegó a un hombre que vivía en arreglo consensual con una bosquimana. Se comenzó un estudio bíblico y pronto la pareja aprendió que era necesario que se casaran legalmente. ¿Se casaría este hombre con la bosquimana? Sí, lo hizo, y los dos fueron bautizados en una asamblea de circuito. En cuestión de un año aprendieron a leer y escribir y comenzaron a dar un excelente testimonio a todas las personas de su comunidad, e hicieron discípulos de otras personas.

En 1972 algunos hermanos europeos capacitados y sus familias de Sudáfrica respondieron a la llamada de mudarse a Botswana para ayudar a los hermanos de aquel lugar. Por supuesto, esto significó algunos sacrificios, y algunos hasta abandonaron el servicio de precursor debido a que solo podían entrar en el país por un período de tiempo largo si tenían trabajo seglar allí. ¡Pero qué excelente trabajo han hecho ellos y unos hermanos de Inglaterra en cuanto a edificar a los hermanos en aquel lugar! Algunos se han mudado hasta a lugares muy remotos del país. Su presencia fue y es muy apreciada por los hermanos, y la obra adelantó.

SURGE CUESTIÓN DE LEGALIDAD, ENTONCES SE ARREGLA

Entonces vino una sacudida. El gobierno rehusó registrar a los testigos de Jehová como organización aceptable en términos de una ley acabada de publicar y esto llevó a que la organización fuera declarada ilegal el 20 de julio de 1973. El solamente ser miembro de una organización “ilegal” de esa índole significaba incurrir en una pena de hasta siete años de prisión.

Pero los hermanos estuvieron resueltos a seguir adelante bajo las condiciones alteradas. Al verse la posibilidad de una proscripción, hermanos de la sucursal se reunieron con los que superentendían la obra para darles consejo y estímulo. Precisamente antes que entrara en vigor la proscripción, por la bondad inmerecida de Jehová se celebraron dos asambleas de circuito en Botswana, y en éstas se dio excelente estímulo y dirección a todos los hermanos.

Inmediatamente se iniciaron pasos para apelar de la decisión del gobierno, usando como base la constitución de Botswana ¡Qué gozo fue cuando, el 20 de febrero de 1974, el gobierno revocó su decisión y registró a los testigos de Jehová como organización legal! Esto no solo puso a los hermanos de regreso en la situación en que se hallaban antes de la proscripción. Ahora podían utilizar los privilegios que se extendían a las organizaciones registradas, incluso el traer predicadores de tiempo cabal de los países vecinos.

En marzo de 1975 se regocijaron con un nuevo máximo de 284 publicadores. Esto quiere decir que había una proporción de 2.220 personas por cada publicador. Ciertamente queda un gran trabajo por hacerse en Botswana, pero por la bondad inmerecida de Jehová confiamos en que se hará.

ADELANTA LA ACTIVIDAD CRISTIANA EN SUAZILANDIA

En 1960 la obra del Reino en Suazilandia prosperaba, con un promedio de 380 publicadores. Ya la proporción de publicadores a población era la mejor de todos los países bajo la sucursal de Elandsfontein. La proscripción de la literatura de la Sociedad había sido removida y se había preparado el escenario para mayor crecimiento.

Un campo en el cual no había habido gran crecimiento hasta los años sesenta fue el de la población europea. Para aquel tiempo unos cuantos publicadores europeos se mudaron a Bremersdorp (ahora llamada Manzini). Entre ellos estaba Ian Cameron, un escocés, que había servido en el Betel de Elandsfontein hasta que se casó con una joven sudafricana. Él no pudo obtener residencia permanente en la Unión Sudafricana, y decidió establecerse en Suazilandia, para anunciar el mensaje del reino establecido de Dios a la población europea de aquel lugar. El grupito de publicadores de Manzini se decidió a trabajar todo el territorio de Suazilandia, una zona de 17.300 kilómetros cuadrados. Esto envolvía muchos viajes de más de 160 kilómetros para hacer una revisita o conducir un estudio bíblico.

El mensaje pronto empezó a hallar buena respuesta. La Sociedad asignó a Vic Dunkin y su esposa, Aileen, como precursores especiales en Suazilandia. Las arrugadas carreteras de grava a través de la pradera baja, las resbalosas carreteras cubiertas de lodo a través del bosque de Usuthu, la tortuosa carretera a Goedgegun y la empinada carretera montañosa hacia Havelock les batieron su automóvil y le causaron daño. Pero el hermano Dunkin y su esposa persistieron y pronto fueron recompensados por el fruto de sus labores. Se formó una congregación de habla inglesa. La mayoría de sus miembros eran personas que habían aprendido la verdad, o por lo menos se habían dedicado a Jehová, mientras estuvieron en Suazilandia. Aunque hablaban inglés, la congregación era en realidad cosmopolita, y sus publicadores representaban varias partes del Imperio Británico.

Este mismo ambiente cosmopolita se observa en las calles de Mbabane, donde los suazis en su traje nacional pasan por donde hay jipies y miembros del Cuerpo de Paz americano en vestidura extraña mientras éstos examinan las vitrinas de las tiendas. Dentro de la tienda, pudiera hallarse a un hombre de negocios portugués sirviendo a un funcionario africano elegantemente vestido. Esta situación a veces exige que los publicadores lleven literatura en varios idiomas.

Una vez un superintendente de circuito y su esposa llegaron a una comunidad portuguesa relacionada con el ferrocarril y, aunque no pudieron hacerse entender, se esforzaron por compartir el mensaje del Reino. Pudieron ofrecer revistas en el lenguaje de la gente. En la segunda puerta una joven obró de intérprete para que su madre pudiera entender lo que sus visitantes hacían. Después de escuchar cuidadosamente, la madre aceptó un libro. Antes de que los hermanos se fueran, la joven dijo: “Voy con ustedes y voy a hablar por ustedes.” Hizo precisamente eso. En las siguientes cinco casas ella explicó el mensaje, interpretando para el superintendente de circuito y su esposa. Al fin de cada presentación se volvía a los publicadores y decía: “Ella quiere uno,” queriendo decir que el ama de casa deseaba un libro. ¡Aquella mañana los hermanos colocaron seis libros con la ayuda de esta niñita!

SE DESPLIEGA NEUTRALIDAD CRISTIANA

En armonía con el movimiento mundial de eliminar las colonias, Suazilandia también se preparaba para la independencia, y la gente se hizo más nacionalista. Cuando llegó el tiempo para las elecciones, en un colegio electoral el jefe anunció: “Antes que todos votemos, hay cierta gente, Sadracs, Mesacs y Abednegos, que rehúsan votar en la comunidad. Que salgan uno por uno si todavía rehúsan votar.” Los publicadores aislados de la comunidad salieron valerosamente. Esto hizo que una persona que mostraba interés en el mensaje también se colocara al lado de los Testigos. Puesto que el votar no es obligatorio, no se pudo tomar ninguna acción en contra de estos cristianos neutrales.

Precisamente antes de las celebraciones de la independencia en septiembre de 1967, el pueblo de Jehová suministró una excelente demostración de unidad entre los diferentes grupos étnicos. La congregación de habla inglesa (europea) de Suazilandia pertenece al circuito oriental de Transvaal y por eso se hicieron arreglos para que todo el circuito tuviera una asamblea en Suazilandia y para invitar a los hermanos africanos a estar presentes. El salón era demasiado pequeño, pero esto suministró una oportunidad para mostrar verdadero amor fraternal. Cuando se notó que había muchos europeos pero no muchos hermanos africanos en el salón, se hizo circular la palabra de que se debía hacer lugar para los hermanos africanos. ¿Qué sucedió? Más tarde, el superintendente de circuito africano expresó su preocupación de que hubiera demasiados hermanos africanos adentro, mientras que los europeos estaban de pie afuera. El discurso público en inglés y zulú atrajo un auditorio de 652 personas.

Después que el país obtuvo independencia, muchos del pueblo de Jehová se vieron obligados a mostrar su posición con relación a la cuestión de neutralidad. Uno de los jefes de distrito le pidió a un precursor que asistiera a una reunión política. Cuando el hermano no asistió, lo llamaron delante del jefe para que explicara su ausencia. Él explicó su posición neutral cristiana. El jefe amenazó con deportarlo, pero dijo que primero remitiría el asunto al rey Sobhuza II, pues tenía planes de visitar a éste. El rey Sobhuza II le dijo al jefe que no molestara a los testigos de Jehová porque ellos no pertenecían a ningún partido político y eran personas pacíficas y neutrales.

El espíritu nacionalista ha impulsado el restablecimiento de muchas costumbres tribuales, como la ley de umcwasho. Esta ley tribual exigió que las muchachas llevaran umcwasho durante un período de dos años que terminó en agosto de 1971. Umcwasho es una forma de adorno que se lleva alrededor del cuello y tiene significado simbólico. Una joven comprometida llevaba una combinación de rojo y negro, y todas las demás jóvenes no casadas llevaban azul y amarillo. Durante este período todas las jóvenes habían de abstenerse de relaciones sexuales excepto las que ya estaban comprometidas, a quienes se permitía tener relaciones sexuales con sus amantes al haber pagado R1.00 al jefe local. La institución de este arreglo tenía el propósito de honrar a la princesa Sidanda de la localidad. Puesto que aquello era una forma de adoración de criaturas y perdonaba la fornicación por un precio, las testigos de Jehová rehusaron observar el período de umcwasho y usar la umcwasho alrededor del cuello. Aunque esto era solo una ley tribual y no podía ser puesta en vigor por la ley del país, la firme posición de nuestras jóvenes hermanas causó dificultad para algunas de ellas. En cierto caso, una joven cuyos padres no estaban en la verdad pasó diez días en prisión por no usar el umcwasho. Pero el director de la escuela a la cual ella asistía demandó que la pusieran en libertad y lo logró.

El entrenamiento apropiado que los padres han dado a sus hijos entre los testigos de Jehová ha ayudado a los hijos a darse cuenta de la importancia de una adoración que sea pura e incontaminada delante de Jehová. (Sant. 1:27) Muchos habían estado participando en los himnos y oraciones escolares hasta que se dieron cuenta de que esto era una forma de adoración falsa. Entonces un número que fue aumentando se abstuvo de participar en los ejercicios religiosos. Esto ha resultado en que muchos hayan sido golpeados severamente, y grandes cantidades de jóvenes han sido expulsados de las escuelas a las cuales iban. Cuando eso sucedió, los hermanos empezaron a instruir a sus hijos particularmente o enviarlos a otras escuelas.

ABUNDAN LAS BENDICIONES EN MEDIO DE LAS DIFICULTADES

El libro La verdad en zulú es otro instrumento que está resaltando ser una bendición para los hermanos en Suazilandia. Muchos dicen que les ha ayudado a entender la verdad más claramente que nunca. Ciertamente, este libro está ayudando a las personas sinceras a aprender la verdad de la Biblia y entrar en camino que lleva a la vida eterna.

Durante 1972, los hermanos de este lugar celebraron su última asamblea de distrito hasta la fecha. Después de eso la constitución fue abolida y se hizo necesario tener permiso de la policía para toda reunión grande. Hasta ahora, la policía ha rehusado terminantemente dar a los hermanos permiso para tal cosa, aunque fueron registrados como organización religiosa en Suazilandia en octubre de 1974. También ha habido dificultades en cuanto a celebrar las asambleas de circuito. La única manera en que se pueden celebrar es dividiéndolas en reuniones pequeñas en los lugares corrientes de reunión que usan las diferentes congregaciones.

La obra con los tratados recibió una respuesta entusiástica y se alcanzó un nuevo máximo de 750 publicadores en febrero de 1974, cuando se distribuyó el primer tratado. Nuestros hermanos y hermanas son muy celosos, y tuvieron como promedio casi 14 horas por publicador al mes durante el año de servicio de 1974. De hecho, ahora hay muy pocos lugares en Suazilandia donde no se haya dado un testimonio cabal.

Como en otros países, la proclamación del Reino ha irritado al clero de la cristiandad a tal grado que han intentado lograr que nuestra obra sea proscrita. El 2 de abril de 1975 el clero levantó acusaciones contra los testigos de Jehová delante del rey Sobhuza II, diciendo que no se lamentan cuando alguien muere, sino que tratan a los muertos con falta de respeto. En esta ocasión solo había unos cuantos de nuestros hermanos presentes. Por eso, el rey hizo arreglos para que se celebrara otra reunión el 3 de mayo de 1975, de modo que pudiera haber más personas presentes y el asunto pudiera ser considerado más detalladamente. La reunión se celebró en Lozitha, al aire libre, y todos los que asistieron se sentaron en el suelo bajo unos cuantos árboles. El rey mismo no estuvo presente en la reunión, sino que el ministro de agricultura sirvió de presidente. Cualquiera que quería hablar levantaba la mano y, si el presidente lo llamaba, podía ir al micrófono y hablar.

Al principio, cuando uno de nuestros hermanos trató de presentar la verdad acerca de lo que piensan los testigos de Jehová de cuando alguien muere, fue continuamente interrumpido. No obstante, durante el transcurso del día algunos de nuestros otros hermanos pudieron hablar. Los hermanos y hermanas se presentaron en grandes cantidades. De hecho, había muchos más Testigos que otras personas en la muchedumbre. Se levantaron falsas acusaciones contra los Testigos, diciendo que nosotros pateamos el cadáver cuando alguien muere y arrojamos el ataúd en la tumba, diciendo que la persona ha sido derrotada por el Diablo. Fue difícil obtener la oportunidad de refutar estas acusaciones falsas debido a que el presidente solo llamaba al que él deseaba que hablara. Esta reunión duró desde aproximadamente las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Para el fin del día, puesto que los opositores se dieron cuenta de que no podían condenar a los Testigos en cuanto al asunto de dolerse por los muertos, presentaron otros asuntos, como el de rehusar el saludo a la bandera, o cantar el himno nacional y rendir el servicio militar. Para este tiempo el Sol se estaba poniendo, de modo que el presidente dijo que estos otros asuntos se considerarían en otra ocasión.

Algunos miembros del parlamento, y especialmente el clero están resueltos a hacer esfuerzos por restringir la obra que los testigos de Jehová están haciendo por toda Suazilandia. Dejamos el asunto en las manos de Jehová, sabiendo que Jehová se encargará de que su voluntad se haga completamente.

MEJORAS EN ORGANIZACIÓN EN SUDÁFRICA

La Escuela del Ministerio del Reino para superintendentes de congregación empezó en Sudáfrica durante la segunda mitad de 1961 y ha tenido un efecto pronunciado en los hermanos y en la obra del Reino. Los cuatro instructores viajaron por el país, y los Salones del Reino se convirtieron en salas de clase. Esto se hizo necesario no solo debido a las grandes distancias que había que viajar, sino también debido a la norma de control del movimiento de la población del gobierno, que restringe a los africanos de una zona de ir a otra zona por tiempo alguno. Todos los que asistieron a estas clases expresaron gran aprecio por esta amorosa provisión de Jehová por medio de su organización.

En mayo de 1961 la Unión Sudafricana se convirtió en república. Desde entonces en adelante el espíritu del nacionalismo se ha manifestado aquí también más que nunca. Al principio no estorbó a los que practicaban la adoración verdadera, pero más tarde sí trajo una verdadera prueba para los que habían dado su lealtad al reino de Jehová, como veremos más tarde en este registro.

Los testigos de Jehová tuvieron una maravillosa oportunidad de mostrar su unidad y neutralidad cristiana durante su Asamblea Nacional “Adoradores Unidos” que se celebró para los tres principales grupos raciales durante octubre/noviembre de 1961. El día de apertura de la asamblea europea aquí coincidió con el día de las elecciones generales. En la fábrica de Elandsfontein se preparó un impreso sobre la asamblea (¿Qué gobierno traerá unidad?), del cual se distribuyeron decenas de miles de ejemplares. ¿El resultado? ¡La más grande concurrencia que habíamos tenido a un discurso público! ¡El total de la concurrencia a las tres asambleas fue de 22.551 personas! ¡Qué diferente la asociación pacífica en unidad entre los varios grupos raciales dentro del terreno de la asamblea, en contraste con la ruidosa división política que existía afuera!

Con el tiempo, en Elandsfontein se hicieron algunos ajustes. Por ejemplo, se llamó a hermanos africanos a Betel para que sirvieran de traductores y estenógrafos. Los estenógrafos africanos traducían las cartas mientras las escribían a máquina fuera a zulú, a xhosa o sesotho. De modo que los hermanos recibían consejo específico en cuanto a sus necesidades y problemas. La mayoría de los demás traductores a los lenguajes vernáculos también fueron traídos a Betel. Cuando los visitantes pasaban ahora por Betel veían a hermanas europeas sirviendo de amas de casa y a hermanos europeos encargados de limpieza y obra de lavandería —actividades que en Sudáfrica se ven como trabajo “para nativos”— ¡y a hermanos africanos sentados detrás de máquinas de escribir!

ESFUERZOS MISIONALES EN ÁFRICA DEL SUDOESTE

Mientras tanto, ¿qué estaba sucediendo en África del Sudoeste? Tres misioneros empezaron a trabajar allí en 1950. Comenzando desde Windhoek, gradualmente entraron en otras partes del territorio. En 1951 dos de ellos se mudaron al norte y se regocijaron sobremanera al hallar dos “ovejas perdidas” en Tsumeb, un pueblo asociado con la minería de cobre. Estos habían estado antes en comunicación con la organización y pronto recibieron ayuda para participar activamente en el servicio del campo. A 64 kilómetros al sur, en Grootfontein, hallaron al hermano Bogusch y su esposa, quienes habían estado en con tacto con la verdad en Alemania. Al ponerse en contacto con la organización de nuevo ahora, empezaron a participar en el servicio una vez más. Se halló a dos publicadores más en Otjiwarongo. Estos habían venido a este lugar desde la Unión Sudafricana. Entonces se halló a un padre y un hijo que habían estado suscritos a La Atalaya por muchos años. Ambos progresaron muy rápidamente hasta dedicarse.

¡Qué gozo tienen que haber sentido los tres misioneros cuando, para el fin de 1952, el número de los publicadores del país había saltado a 29! Es verdad que muchos de éstos se mudaron de allí, pero la obra durante aquellos años no fue en vano. Como dijo uno de los misioneros que vino más tarde: “Se han sembrado muchas semillas de la verdad aquí. Cuando asistimos a asambleas nacionales en la República [Sudafricana], nos saludan Testigos que empezaron sus estudios en Windhoek.”

En 1953 cinco misioneros más fueron recibidos alegremente por los tres que ya estaban allí. Estos misioneros se establecieron en Windhoek, lo cual dio a los otros tres hermanos la oportunidad de recibir asignaciones más al norte y al sur. En unas semanas, cada uno de los nuevos misioneros tenía de ocho a diez estudios bíblicos, y desde entonces en adelante la obra sencillamente floreció.

Pero un problema continuaba asomando... cómo llegar eficazmente a la población africana con las buenas nuevas. George Koett, uno de los primeros misioneros allí, había efectuado algún trabajo entre los africanos en la Localidad (municipio) Africana de Windhoek, pero las autoridades cedieron a la presión clerical y le cancelaron el permiso de entrar en la Localidad. Las autoridades rechazaron los esfuerzos que se hicieron por conseguir precursores africanos de Sudáfrica. En 1959 el superintendente de distrito solicitó permiso del administrador nativo para entrar en la Localidad, pero fue rehusado fríamente. Sin embargo, más tarde en la semana éste se fue de vacaciones, y el superintendente de distrito le pidió al secretario municipal que le permitiera entrar en la Localidad. Se le otorgó el permiso y él exhibió la película “La Felicidad de la Sociedad del Nuevo Mundo” a 216 africanos que mostraron aprecio.

Desde 1953 Dick Waldron había tratado, repetidamente, de obtener un permiso para entrar en la Localidad Africana, pero en vano. Entonces Dick y Coralie Waldron se dieron cuenta de que iban a ser padres. ¿Tendrían que abandonar su asignación? No, decidieron quedarse allí. Más tarde, les vinieron noticias de que la madre de Coralie, en Australia, estaba muy enferma. Ahora los Waldrons decidieron partir de Windhoek, África del Sudoeste, y regresar a Australia. ¡Pero en la semana en que iban a partir les vinieron las noticias de que se les había otorgado el permiso de trabajar entre los africanos y los mestizos! ¿Qué iban a hacer? ¿Devolver el permiso, después de haber esperado siete años para obtenerlo? El hermano Waldron canceló su pasaje en la embarcación, y su esposa y su hija fueron a Australia solas. Pasaron cuatro meses allá y después regresaron. Mientras tanto, Dick Waldron pudo pasar mucho tiempo testificando a los africanos y mestizos, con resultados alegradores. En su primera asamblea de circuito para los africanos y mestizos tuvieron una concurrencia de 100 personas en el discurso público.

LLEGANDO A LA POBLACIÓN AFRICANA

Para llegar a todos los africanos, era esencial traducir e imprimir alguna literatura en sus idiomas. Pero todavía no había hermanos africanos educados para encargarse de esta tarea. Algún tiempo antes, bajo la dirección de misioneros anteriores, traductores mundanos habían traducido folletos en nama, kwanyama y herero. Aunque éstos se imprimieron y distribuyeron no tuvieron buen éxito, puesto que las traducciones eran demasiado vagas e inexactas. Aunque tendría que usarse de nuevo a gente mundana, tendría que haber una superintendencia mucho más estrecha.

Dick Waldron cuenta lo siguiente acerca de los esfuerzos que se hicieron para conseguir traducciones exactas: “Usando principalmente a maestros de escuela que estaban estudiando y que tenían algún conocimiento de la verdad, yo tenía que sentarme al lado de ellos y trabajar con ellos para asegurarme de que cada oración era la verdad. El lenguaje nama tiene un vocabulario limitado. Por ejemplo, estuve tratando de comunicar el siguiente punto: ‘En el principio Adán era un hombre perfecto.’ El traductor se rascó la cabeza y dijo que en el lenguaje nama no hay palabra para ‘perfecto.’ ‘Ya sé,’ dijo: ‘En el principio era como un melocotón maduro.’” A pesar de los problemas, con el tiempo se tradujo el tratado Vida en el nuevo mundo a herero, nama, ndonga y kwanyama.

El hermano Erwin Schneid y su esposa Gertrud y su hija Karin se habían mudado desde Alemania al pueblo costanero de Swakopmund en 1956. Sus parientes habían vacilado en cuanto a lo aconsejable de este paso, y ellos mismos no estaban muy seguros de lo que les vendría. ¿Con qué gente extraña se encontrarían? ¿Qué lengua de sonido extraño tendrían que aprender? ¿Qué peligros les esperaban en aquel continente “tenebroso”? Llegaron a Walvis Bay y se encontraron con gente blanca que hablaba, para sorpresa de ellos, ¡alemán! De hecho, su nuevo pueblo, Swakopmund, resultó ser un pueblecito de Alemania, en el estilo de construcción, las costumbres y la lengua predominante. Más tarde, otros miembros de su familia también llegaron, se ayudó a otras personas que mostraban interés a aceptar la verdad y ahora fue posible formar una congregación.

Hermanos mestizos de la provincia de El Cabo empezaron a mudarse a este territorio para participar en la industria de la pesca, e hicieron mucho en cuanto a esparcir las buenas nuevas entre los africanos, especialmente en Walvis Bay. Una gran cantidad de estos africanos vienen de sus países, como de Ovambolandia en el norte, por uno o dos años solamente, bajo contrato de trabajo. Entonces tienen que regresar. Así, muchos de ellos obtuvieron alguna literatura de la Sociedad y entonces la llevaron consigo a Ovambolandia. Uno de los ovambos, Philemon Kalongela, aceptó plenamente la verdad en Walvis Bay, y pudo regresar a Ovambolandia a predicar. De hecho trabajó allí como precursor especial por un tiempo.

EL PRIMER HOTENTOTE QUE ACEPTÓ LA VERDAD

Ella Crighton fue la primera persona mestiza de África del Sudoeste que aceptó la verdad. Ella podía también hablar con afluencia el lenguaje nama (hotentote). Ciertamente fue apropiado, pues, que ella fuera quien ayudó al primer hotentote a aceptar la verdad.

Pocas personas pueden jactarse de una vida tan colorida como la del amado viejo hermano hotentote “Oupa” (abuelo) Jod. Este, que había sido capturado por los alemanes durante las guerras con los hotentotes cuando era un muchachito joven, trabajó y vivió la mayor parte de su vida en Windhoek. De paso, esas guerras terminaron para 1890. Aunque tuvo muy poca educación académica, “Oupa” puede leer, escribir y hablar, no solo su propio idioma, el nama, sino también alemán y afrikaans. Cuando la hermana Ella Crighton comenzó un estudio bíblico con él, “Oupa” Jod tiene que haber tenido poco menos de ochenta años. Era una columna de la iglesia, y su apartarse de Babilonia la Grande no causó poca agitación. Ministros de diferentes partes del país se reunieron en su casa para persuadirlo y hacer que regresara a su religión anterior, pero nada podía moverlo. Ayudado por Ella Crighton, pudo resistir todos los intentos de aquéllos. Sus parientes lloraron y suplicaron, pero todo fue en vano. “Oupa” Jod había hallado la verdad.

DESENVOLVIMIENTOS RECIENTES

Jehová está acelerando su obra en este país de tan colorida variedad en grupos raciales y nacionales. Para el fin de 1973, abrió el camino para que se diera un testimonio a los basters en la zona de Rehoboth. Hasta ese año no se había dado permiso a ningún testigo de Jehová para entrar en aquella zona con el propósito de predicar el mensaje del Reino. En la parte norteña del territorio, donde hay una “reserva” de aproximadamente medio millón de africanos, la obra está empezando a arraigarse. Cuatro grupos de publicadores están funcionando en Ovambolandia ahora y un precursor especial que vive al cruzar la frontera les rinde servicio con regularidad como superintendente de circuito temporero. Aunque los testigos de Jehová están aprovechando toda oportunidad de llevar las buenas nuevas a la gente en esta “reserva,” esperan y oran que se les abra de par en par una puerta para enviar trabajadores de tiempo cabal a esa zona relativamente vasta.

De una voz solitaria que declaraba la verdad en el África del Sudoeste en 1947 ha habido una expansión hermosa. Aquella sola voz se ha expandido ahora a una cantidad máxima de 322 proclamadores del Reino en marzo de 1975. Si es la voluntad de Jehová también abrir más plenamente para la predicación los territorios del norte, entonces podemos esperar la cosecha plena de esa parte del campo también.

LOS FIELES DISFRUTAN DE PRIVILEGIOS

En Sudáfrica, también, hay maravillosos ejemplos de publicadores de edad avanzada como “Oupa” Jod del África del Sudoeste, y algunos de ellos están en las mismas filas de los precursores. Han disfrutado de muchos privilegios en el servicio de Jehová. Uno de estos fieles de edad avanzada, Annie Moseleba, una hermana africana, era la precursora especial de más edad. En 1966 murió a la edad de 91 años después de dieciocho años de servicio como precursora. Debido a su edad avanzada, era muy respetada por la gente de su comunidad y tenía excelente éxito donde otros publicadores fracasaban. Ayudó a veintenas de personas a aceptar la verdad durante su carrera de precursora. En solo un año ayudó a ocho personas a ponerse firmemente de parte de la verdad, y condujo trece estudios bíblicos en los hogares de la gente.

Otro ejemplo de fidelidad en Sudáfrica ha sido el hermano George Phillips. Desde 1927 en adelante sirvió de superintendente de sucursal y los hermanos llegaron a amarlo y respetarlo profundamente debido a su devoción a Jehová y el ejemplo que puso. Demostró que era un verdadero luchador a favor de la verdad, un hermano que se apegaba al trabajo y siempre apoyaba lealmente a la organización de Jehová. Condujo la obra a través de aquellos tempranos principios y los difíciles años cuarenta. Vio crecer a la organización en Sudáfrica desde un puñado de publicadores hasta más de 20.000 en 1966. Aunque le fue necesario salir de Betel al fin de julio de 1966 el corazón del hermano Phillips todavía estaba en el servicio de tiempo cabal, y después de un corto período estuvo sirviendo de precursor en el Strand, cerca de El Cabo.

Hubo un muy capacitado hermano disponible para encargarse de la sucursal después del hermano Phillips, a saber, Harry Arnott, anterior superintendente de sucursal de Zambia, quien, con su esposa, había sido deportado de aquel país el año anterior. Él era bien conocido por los hermanos de Sudáfrica, pues había servido en este país por muchos años de superintendente de zona. El hermano Arnott tenía la confianza completa de los hermanos y por dos años sirvió de superintendente de sucursal hasta que él mismo tuvo que abandonar este privilegio de servicio debido a que esperaba la llegada de un primogénito.

Desde junio de 1968 en adelante el hermano Frans Muller ha estado sirviendo de superintendente de sucursal. Desde 1960 él había sido el auxiliar del superintendente de sucursal, y había servido en el departamento de servicio. El hermano Muller había servido en todo el país como superintendente de circuito o distrito antes que él y su esposa fueran llamados a Betel en 1959.

Estos cambios rápidos de un superintendente de sucursal a otro no tuvieron mal efecto en la obra. Todo continuó adelantando sin asperezas. Simplemente probó a todos los hermanos una vez más que la obra de Jehová no depende de ningún individuo, y que Jehová puede usar a cualquiera que esté dispuesto a ser utilizado por él.

EL LIBRO “LA VERDAD” AYUDA A LOS SEMEJANTES A OVEJAS

Durante las asambleas de distrito de 1968 se presentó el libro La verdad que lleva a vida eterna y se introdujo el método de estudio bíblico de seis meses. ¡Qué cosas empezaron a verse entonces!

La colocación de literatura en la República Sudafricana aumentó rápidamente. Las revisitas y estudios bíblicos aumentaron. Cuando se hizo disponible el libro La verdad, el departamento de envíos de la sucursal experimentó algo que nunca antes habían visto. Durante el período de 1960 a 1967 se habían despachado, como término medio, aproximadamente 90.000 libros por año. Pero en 1968 eso aumentó a más de 125.000. Entonces apareció el libro La verdad en afrikaans en 1969 y al fin de aquel año fue presentado en zulú, xhosa y sepedi. ¡Durante el año de servicio de 1970 la sucursal despachó más de 447.000 libros!

Puesto que el libro La verdad estaba disponible en tantos de los idiomas vernáculos, se hizo un esfuerzo especial para llegar al mayor número posible de agricultores en largas extensiones de terreno de este país. La mayoría de estas granjas o haciendas están a kilómetros de distancia unas de otras y solo se puede llegar a ellas por medio de automóvil. En la sucursal de la Sociedad se hicieron mapas de estos territorios de granjas y se estimuló a las congregaciones a solicitar territorio de granjas. La respuesta fue buena. Algunas congregaciones aceptaron territorio que estaba a más de 320 kilómetros de sus hogares. Miles de kilómetros se viajaron para llegar a estos granjeros y agricultores con las buenas nuevas del Reino. Un grupo que iba en un automóvil abarcó unos 500 kilómetros cuadrados visitando 100 granjas y colocando 90 libros La verdad. Se ha llegado a muchas personas hambrientas de la verdad y se les ha ayudado por medio de correspondencia o por medio de revisitas de las cuales se han encargado estos hermanos.

EL CAMPO PORTUGUÉS EN SUDÁFRICA

En la historia de Angola, mencionamos que Henrique Vieira visitó a Luanda de camino a Sudáfrica. Se estableció en Johannesburgo, y sirvió en una de las congregaciones allí. Pero el hermano Vieira no era el único inmigrante de Portugal. Debido a la prosperidad de Sudáfrica y las excelentes oportunidades de empleo miles de portugueses, griegos y personas de otras nacionalidades se han mudado a este país desde Europa. Se calcula que hay unos 80.000 portugueses viviendo en el Filón.

Para 1965 el hermano Vieira y su esposa ya habían empezado a hallar buen interés entre estos inmigrantes portugueses. Muy pocos de ellos aprendían inglés, y por eso se pensó que se necesitaban Testigos de habla portuguesa para ayudar a estas personas a obtener el mensaje del Reino. En enero de 1966 se formó un grupo de once publicadores portugueses en Johannesburgo. En Johannesburgo no todos los portugueses están ubicados en un mismo lugar, de modo que los publicadores a veces pasan una mañana entera buscando y testificando a una o dos familias y algunos domingos no encuentran ninguna. A pesar de esto, este grupito creció muy rápidamente y para el fin de 1967 se formó una nueva congregación con unos 50 publicadores.

Después de eso hubo aumento constante dentro del campo portugués, no solo en Johannesburgo y cerca, sino también en otros lugares. En otras ciudades de Sudáfrica hay también inmigrantes portugueses. Por eso, en poco tiempo hubo grupos de hermanos portugueses en Durban, Port Elizabeth, El Cabo y Bloemfontein.

De vez en cuando estos hermanos portugueses van a su país de visita y siempre lo hacen con el objetivo principal de testificar a sus familias y amigos en esos pueblos y aldeas católicos de Portugal. Por ejemplo, cuando un hermano nuevo y su esposa regresaron a Portugal de vacaciones, se preguntaban cómo comenzarían a testificar a su familia. ¡Para gran sorpresa y deleite de ellos, uno de los miembros de la familia empezó a testificarles a ellos! ¡Uno puede imaginarse qué feliz reunión fue aquélla!

EL CAMPO GRIEGO EN SUDÁFRICA

A principios de 1969, se formó una pequeña congregación griega en Johannesburgo para atender el interés que había entre la comunidad griega de aproximadamente 30.000 personas en el Filón. En aquel tiempo solo había veinticuatro hermanos griegos que informaban servicio en el campo. Pero después de solo dieciséis meses esta congregación había crecido a sesenta y dos publicadores, entre ellos cinco precursores regulares, y cada mes tres o cuatro precursores temporeros. Este fue otro excelente principio, en un importante campo del servicio.

La población griega está esparcida por toda la Witwatersrand, una extensión de más de noventa y seis kilómetros. Por eso, por medio de una guía telefónica y la ayuda de las congregaciones de habla inglesa y afrikaans, la congregación griega comenzó a preparar un “territorio de direcciones” de todos los griegos. Poco después de la formación de la congregación griega en Johannesburgo, grupitos de griegos empezaron a adelantar en unos cuantos otros lugares, hasta en lugar tan lejano en el campo como Durban. Estas personas, que han estado bajo el yugo pesado de la esclavitud religiosa a la Iglesia Ortodoxa Griega, pronto reconocen la verdad y toman una decisión sin tardanza. Casi desde el tiempo en que se empieza un estudio bíblico con ellos empiezan a asistir a las reuniones y testificar a sus amigos y parientes.

ASAMBLEAS DE ASPECTO INTERNACIONAL

Con la entrada de todos estos extranjeros, las asambleas en Sudáfrica están tomando un verdadero sabor internacional. En las asambleas de distrito y nacionales hay secciones especiales para estos hermanos en las cuales se les presenta un programa en su propio idioma.

Hablando acerca de una “asamblea internacional”... las Asambleas Internacionales “Paz en la Tierra” de 1969 sobrepasaron todo lo anterior en la historia teocrática de Sudáfrica. Primero hubo la expectativa de lo que había de venir. Entonces hubo la realización, cuando más de 500 hermanos de Sudáfrica asistieron a la asamblea de Londres y una buena cantidad de ellos fue a las asambleas de otras partes de Europa, incluso la enorme asamblea que se celebró en Nuremberga.

Para algunos, ésta no fue su primera asamblea internacional. Pero para la mayoría de los delegados, la Asamblea “Paz en la Tierra,” que se celebró en 1969 en Londres fue la emoción de su vida. Entre éstos estuvieron los primeros hermanos africanos de aquí que habían asistido a una asamblea internacional. Diez de ellos eran trabajadores de tiempo cabal que fueron enviados por la Sociedad por medio del fondo de viaje de la asamblea. Esta asamblea fue una experiencia absolutamente arrolladora para ellos. Para muchos era la primera vez que veían de cerca un avión, y mucho menos habían viajado en uno. Sin embargo, la novedad del viaje por aire no fue lo que los impresionó más. Por supuesto, el alimento espiritual que recibieron en la asamblea fue muy impresionante y provechoso. Pero a estos hermanos africanos también los conmovió profundamente el amor y hospitalidad que recibieron de sus hermanos blancos en el avión y la experiencia de alojarse con hermanos blancos en sus hogares en Inglaterra, algo de lo cual se les priva por ley en el país de Sudáfrica. Cuando a Nicolson Makhetha, de Lesotho, se le preguntó qué le impresionó más, aparte del programa de la asamblea, dijo: “El estar con los hermanos europeos en su hogar y ver cómo aplican el consejo sobre la vida de familia que se recibe de la organización.”

Esta experiencia les probó a los hermanos africanos que los testigos de Jehová ciertamente son iguales por todo el mundo, y regresaron con mucho que contar a los otros hermanos africanos. ¡Cuán agradecidos estaban por la generosidad de sus compañeros cristianos que les hizo posible tener esta experiencia!

Los delegados a las Asambleas Internacionales “Paz en la Tierra” disfrutaron tanto del alimento espiritual que anhelaron disfrutar del mismo programa de nuevo en las Asambleas Nacionales “Paz en la Tierra” de Sudáfrica desde el 31 de diciembre de 1969 hasta el 4 de enero de 1970. ¡Y qué grandes auditorios! La concurrencia combinada para las tres reuniones públicas fue de 45.821 personas, y 1.294 se bautizaron.

EXCELENTE ADELANTAMIENTO EN SANTA ELENA

En la asamblea internacional que se celebró en Londres en julio de 1969, algunos de los hermanos de Sudáfrica se encontraron con George Scipio y su hija de Santa Elena. El hermano Scipio les pudo decir que el testificar a la misma gente año tras año en una islita como Santa Elena es una verdadera prueba de fe y aguante. No obstante, maravilloso progreso se ha logrado allí a través de los años.

El territorio ha sido tan bien trabajado, y nuestra literatura tan bien distribuida que cuando a un amo de casa se le pide que consiga su Biblia, no es raro el que salga con un ejemplar de la Traducción del Nuevo Mundo. Con la llegada del libro La verdad, el promedio de estudios bíblicos subió a 1,2 por publicador en 1969. Una buena cantidad de personas que habían conocido la verdad por algún tiempo recibieron ayuda que las llevó a declararse definitivamente de parte de la verdad. Este libro también ayudó a revivificar a publicadores inactivos.

A medida que sus filas continúan ensanchándose, el coro de proclamadores del Reino se hace cada vez más potente en Santa Elena. Durante el año de servicio de 1975 se alcanzó el nuevo máximo de 99 publicadores. El territorio ahora se ha encogido a tal punto que cada publicador tiene como promedio un territorio de 51 personas. Y todavía se está hallando buen interés.

ISLEÑOS DE LA ASCENSIÓN OYEN LAS BUENAS NUEVAS

La primera vez que se recibió un informe de esta isla que está a unos 1.120 kilómetros al noroeste de Santa Elena fue en 1965. Fue de la hermana B. Taylor, cuyo esposo estaba trabajando para la Compañía de Cable e Inalámbrico y había sido enviado allí por aquella firma. En aquel tiempo la población de esta isla de aproximadamente 88 kilómetros cuadrados era de poco más de 300 personas. Para esta hermana era un verdadero desafío el trabajar absolutamente sola. Pero lo aceptó y tuvo como promedio 23 horas y tres estudios bíblicos cada mes.

Para 1968 la población de la isla había aumentado a 2.000 personas. Aquel año la hermana Taylor fue a Inglaterra de visita. Por eso, George Scipio de Santa Elena pasó a la isla a atender a los interesados. Su comentario “La gente en esta isla son como ovejas sin pastor.” El interés que halló hizo que el hermano Scipio se mudara con toda su familia a la isla de la Ascención. Esto fue un gran empuje para la obra.

En un caso había que conducir un estudio bíblico de casa a las diez de la noche porque el hombre trabajaba en tanda hasta las nueve algunas semanas. Puesto que el clima era muy caliente, solían tener el estudio en el pórtico, al aire libre, donde los vecinos podían verlos. Esto resultó en que los vecinos se burlaran. A medida que el hombre progresó y se dio cuenta de que estaba aprendiendo la verdad, comentó: “Ahora sé por qué no hay más personas que sean testigos de Jehová, porque temen lo que digan y piensen los vecinos.” La familia empezó a asistir a las reuniones y disfrutó de ellas. Cuando oyó, en el estudio de libro del martes, lo urgente que es este tiempo y acerca de la obra que todavía hay que hacer, el hombre empezó a testificar a todos sus compañeros de trabajo el día siguiente y se llenó de gozo cuando halló a un hombre que pidió una Biblia y un libro para poder estudiar él también.

El hermano Scipio y su familia tuvieron que regresar a Santa Elena después de nueve meses. Sin embargo, se mantuvieron en comunicación con algunos de los estudiantes bíblicos por medio de la escritura de cartas. Uno de estos individuos interesados fue un joven que había llegado a casa del precursor durante unos momentos de descanso en el trabajo de la mañana y pidió un vaso de agua. El día siguiente volvió por un vaso de agua y estuvo allí por un rato y entonces nerviosamente le preguntó a la esposa del precursor si tenía Biblias que vender. Inmediatamente se le suministró una y se le invitó al estudio del libro. Él se consiguió un libro y vino. El hijo de trece años del precursor empezó un estudio con él y el joven progresó constantemente.

Después de haberse ido el hermano Scipio, este joven se puso firmemente de parte de la verdad. Cuando su patrono le pidió que pintara edificios militares o eclesiásticos, rehusó. Ni siquiera el capataz principal con todos sus argumentos pudo hacerle cambiar de opinión.

Durante los últimos tres años no hemos recibido ningún informe de servicio del campo desde la isla de la Ascención. La única publicadora que había en la isla hacía viajes con regularidad al Reino Unido y los informes eran bastante irregulares. Aunque no estamos seguros de qué le ha sucedido a ella, quizás Jehová todavía sabe de personas semejantes a ovejas allí que hayan de ser traídas ‘al aprisco.’—Miq. 2:12.

SOSTENIENDO LA LEY DE DIOS EN CUANTO A LA SANGRE

De vez en cuando la cuestión de la sangre se hace prominente en Sudáfrica. Por ejemplo: Una hermana africana, que tenía seis meses de embarazo, súbitamente empezó a tener hemorragias. En el hospital los médicos ordenaron una transfusión de sangre. El hermano Marsh y su esposa explicaron su posición bíblica, pero lo único que hicieron los médicos y las enfermeras fue burlarse. La examinaban cada media hora. Más tarde una de las enfermeras le informó que no podía percibir el latido el corazón del feto y creía que el niño había muerto dentro de ella. El doctor ahora quiso remover el feto “muerto,” pero no sin una transfusión de sangre. Aunque la hermana dijo que todavía podía sentir movimientos fetales, el personal médico insistía en que la criatura había muerto.

El hermano Marsh y su esposa salieron de aquel hospital y fueron a otro. En camino, el hermano animó a su esposa a permanecer fiel, viniera lo que viniera. Al llegar al otro hospital explicaron su posición en cuanto a la sangre y la enfermera que estaba en servicio nocturno les pidió que firmaran una declaración en aquel sentido. Un examen reveló que la criatura todavía estaba viva. Se le suministró tratamiento a nuestra hermana y recuperó rápidamente. Pero tuvo que ir cada dos semanas a hacerse un examen. El médico concordó en ejecutar una sección cesárea sin sangre. Cuando llegó el tiempo del alumbramiento, la hermana fue admitida al hospital. Pero mientras el personal se estaba preparando para la operación, ella dio a luz, normalmente, gemelos, ¡cuánto se alegraron este hermano y su esposa de haber permanecido fieles a la ley de Jehová!

RESULTA PRODUCTIVO EL CAMPO INDIO

Hay una población india bastante grande en Sudáfrica, y en los últimos años muchas de estas personas han entrado en la verdad. Hay ahora diez congregaciones indias en el Transvaal y Natal. Anteriormente algunas de estas personas eran hindúes, algunas eran cristianos nominales y otras musulmanes. Ahora, sin embargo, se unen con los demás siervos de Jehová en Sudáfrica en adorar a Jehová con espíritu y con verdad.—Juan 4:23.

EXPANSIÓN DE NUEVO

Por muchos años los hermanos de Sudáfrica y territorios vecinos habían anhelando otra visita del presidente de la Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr, quien había estado por última vez en Sudáfrica en 1959, cuando hizo arreglos para ampliar la sucursal. Era tiempo de nuevo para dar expansión a los servicios e instalaciones de Betel, que para 1970 estaban siendo utilizados hasta el máximo de sus capacidades, y tenía una familia de 68 miembros. Cuando el Ministerio del Reino de junio de 1970 anunció que las asambleas de distrito habían sido canceladas y en lugar de ellas habría una asamblea nacional, hubo grandes esperanzas de que viniera un visitante de Brooklyn. Pero no fue sino hasta noviembre que el Ministerio del Reino anunció: “¡El hermano Knorr viene!” El regocijo de los hermanos fue mucho y nada pudo detenerlos de venir a las Asambleas “Hombres de Buena Voluntad” que se fijaron para del 7 al 10 de enero de 1971.

Debido a la segregación racial en Sudáfrica y al hecho de que los varios grupos raciales viven en municipios separados, fue necesario hacer arreglos para tres diferentes asambleas. Los europeos se reunieron en el Show Grounds del parque Milner, los mestizos en el estadio Union en la zona de los mestizos, y los africanos en el parque Mofolo en el enorme complejo de Soweto donde viven centenares de miles de africanos.

El parque Mofolo es solo un parque abierto con árboles a los lados, sin instalaciones algunas. Por eso, los hermanos africanos, con la ayuda de muchos hermanos europeos, emprendieron la gigantesca tarea de construir un lugar con asientos para 30.000 personas y la construcción de lugares para varios departamentos. Hasta instalaron inodoros para la muchedumbre que se esperaba. Los funcionarios municipales que visitaron el lugar dijeron: “Nos sorprende lo que ustedes están haciendo. ¡Han construido dos ciudades!” Se referían a las secciones zulú y sesotho del parque.

En estas asambleas se trató algo por primera vez con gran éxito. Eso fue usar un grupo de actores para representar por pantomima la acción de un drama mientras que el diálogo se escuchaba simultáneamente en dos idiomas en diferentes secciones del estadio. Esta fue una tarea tremenda que envolvió muchas horas de trabajo. Pero fue muy apreciada por los hermanos, pues todos pudieron beneficiarse de las excelentes lecciones de los dramas en sus propios idiomas.

Al hermano Knorr se le mantuvo ocupado corriendo de una asamblea a otra, para estar a tiempo para sus partes en los diferentes programas. El discurso de improviso: “Este es el camino,” fue especialmente apreciado, y por mucho tiempo después los hermanos continuaron hablando acerca del maravilloso consejo que recibieron por aquel discurso. El discurso público fue la magnífica culminación. ¡En la asamblea mestiza 2.770 personas asistieron, en la europea 12.252 y en la africana 33.757, para un total combinado de 48.779 personas! Esta fue una maravillosa concurrencia cuando se considera que solo había 20.000 Testigos en Sudáfrica en aquel tiempo.

En sus muy animadoras declaraciones finales el hermano Knorr habló a los hermanos reunidos acerca de los planes que había para dar expansión a la fábrica, la oficina y el hogar Betel de la Sociedad en Elandsfontein. También explicó cómo podían ayudar los publicadores.

La familia de Betel misma apreció mucho la visita del hermano Knorr a la sucursal. Él observó que la familia constaba principalmente de personas jóvenes. Casi todos ellos habían sido criados por padres dedicados y se alegraban de estar en Betel.

La familia de Betel en Elandsfontein tiene algunos hermanos de más edad también. Por ejemplo, está Andrew Jack, que ahora tiene ochenta años de edad y todavía hace el trabajo de un día completo. Gert Nel, nuestro anterior “siervo para los hermanos,” todavía traduce La Atalaya en afrikaans, aunque ahora tiene setenta y un años de edad. La familia en Elandsfontein está contenta, y trabaja junta en unidad. En la familia hay catorce hermanos y hermanas africanos. Hay un afectuoso espíritu de amor y unidad en la familia, a pesar del hecho de que sus miembros vienen de tantos diferentes antecedentes. Aunque el inglés es el lenguaje oficial en el hogar Betel, esta familia sirve a la gente en muchos idiomas... zulú, sesotho, xhosa, tsuana, sepedi, alemán, griego, afrikaans y portugués. Ellos se alegran de servir a sus hermanos, no solo en Sudáfrica, sino también en el Congo (Kinshasa, ahora llamado Zaire), Mozambique, Rodesia y Zambia, para los cuales imprimen.

¡Cuando el hermano Knorr les informó a los hermanos el tamaño de la extensión que se añadiría a los edificios de Elandsfontein y que los hermanos iban a construir la extensión ellos mismos la respuesta fue arrolladora! Las contribuciones empezaron a venir en grandes cantidades a la oficina. Se recibieron tantas ofertas de préstamos que la sucursal de la Sociedad tuvo que decirles a los hermanos que ya tenía suficientes. Pero en aquel tiempo había escasez de cemento en el país y los hermanos se preguntaban si podrían conseguir todo el cemento que se necesitaría. Precisamente entonces un hermano indio telefoneó y les pidió que recogieran una donación de 500 sacos (50 kilogramos en cada uno) de cemento. Otros ofrecieron sus camiones para transportar materiales para la Sociedad, y un hermano transportó desde una distancia de sesenta y cuatro kilómetros todos los ladrillos de fachada que se necesitaban. Una hermana precursora africana le pagó a una casa comercial para que entregara 20 yardas cúbicas de arena de construcción. Los hermanos ciertamente estaban ofreciendo sus cosas materiales de buena gana para la expansión de la obra del Reino.—Pro. 3:9, 10.

Varios bien capacitados constructores, carpinteros, electricistas, y otros artesanos se hicieron disponibles para todo el período de las operaciones de construcción. Otros vinieron por varios meses. Centenares de hermanos de congregaciones cercanas ayudaron en los fines de semana. La respuesta fue maravillosa. Para la última parte de la obra de construcción, cuando se necesitaba mucha ayuda para limpiar, a veces había hasta 200 ayudantes en la tarea. Los hermanos disfrutaron mucho de trabajar juntos, y hubo un magnífico espíritu de paz y unidad entre todos ellos.

Muy pocas cosas hicieron las firmas comerciales del exterior, puesto que había hermanos que podían hacer casi cualquier cosa... sí, el arquitecto, el ingeniero, los electricistas, los plomeros, los carpinteros y así por el estilo, todos eran hermanos dedicados, que alegremente participaron en la construcción. Además, este proyecto de construcción suministró excelente oportunidad para que los hermanos de las diferentes razas trabajaran juntos en el servicio del Reino. Debido a las leyes de segregación, por lo general se reunían por separado, cada uno en su propia comunidad y grupo lingüístico, pero aquí había africanos, mestizos, indios y blancos trabajando juntos en una unidad que este mundo nunca puede lograr.

Para ilustrar la generosidad de los hermanos, note lo que aconteció en el día en que echaron el concreto para el primer piso. Hubo muchos hermanos presentes para ayudar; tantos, de hecho, que a algunos se les dio otro trabajo que hacer. El trabajo comenzó a las seis de la mañana, mientras todavía había oscuridad, y para las cuatro y media de aquella tarde se habían colocado 184 metros cúbicos de concreto y estaba terminado el piso. Los hermanos se alegraron y hubo tan maravilloso espíritu entre ellos que muchos desearon complementar con donaciones financieras sus contribuciones de trabajo. Cuando llegaron al fin del día, descubrieron que, con el descuento, el piso costó alrededor de R3.300 y cuando las contribuciones de estos trabajadores se sumaron, ¡pasaron de aquella cantidad! ¡Qué maravilloso espíritu!

Vino ayuda de todas partes. De dos jóvenes hermanas de la isla de Santa Elena se recibió una carta alentadora en la cual dijeron: “Estimados hermanos: Sírvanse aceptar esto como donación para la construcción. Sandra y yo hicimos un saco de cuerda de nilón y lo vendimos por £1. Yo tengo nueve años de edad y Sandra tiene seis. Amor cristiano.”

El 6 de mayo de 1971 comenzaron las operaciones de construcción cuando se recibieron los planos de construcción aprobados. Para octubre el superintendente de sucursal estaba apresurando a los hermanos para que terminaran el edificio para el fin de diciembre. “¿Por qué la prisa?” preguntaban algunos hermanos. Pero siguieron trabajando, y la construcción quedó casi completa para fines de diciembre. Solo faltaban los toques finales, la pintura y así por el estilo. Para el domingo 30 de enero de 1972 el trabajo quedó completo y muchos de los miembros más antiguos de la familia de Betel se habían mudado a algunas de las nuevas y hermosas diecisiete habitaciones en la nueva ala del hogar Betel. La fábrica ahora tenía una añadidura de más de 830 metros cuadrados.

En la mañana del lunes 31 de enero de 1972, el superintendente de sucursal anunció que pocas horas después el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, y el superintendente de la fábrica de Brooklyn, M. H. Larson, llegarían al Aeropuerto Jan Smuts para una visita a Sudáfrica. ¡Qué sorpresa! ¡Y qué maravillosa visita fue aquélla! Tanto los hermanos Knorr y Larson como los 577 hermanos que asistieron a la dedicación de la nueva estructura en la noche del miércoles 2 de febrero se deleitaron con el edificio.

Todo esto se logró debido a que el pueblo de Jehová se ofreció de buena gana. (Sal. 110:3) Ahora tenían un hermoso edificio, construido por manos dedicadas, y eso por aproximadamente la mitad de lo que hubiera costado si una firma comercial hubiera hecho el trabajo. ¡Toda alabanza vaya a Jehová por la anuencia manifestada entre sus siervos dedicados!

DE NUEVO LA CUESTIÓN DE LA NEUTRALIDAD

Durante 1972 la posición neutral de los hermanos jóvenes se hizo una cuestión candente en la República Sudafricana. Anteriormente, los testigos de Jehová recibían exención del servicio militar; pero ahora, debido a mucha actividad política en África, se exigía que todo varón blanco recibiera entrenamiento militar. Debido a que estos jóvenes hermanos rehusaban hacer esto, se les sentenciaba invariablemente a noventa días de detención en cuarteles donde los encerraban en su ropa interior porque rehusaban ponerse uniforme. Sin embargo, antes de haber cumplido la sentencia de noventa días les pedían de nuevo que se pusieran el uniforme y, si rehusaban, se les daba otra sentencia de noventa días. Parecía que a aquellos jóvenes hermanos se les mantendría en prisión indefinidamente.

A medida que pasó el tiempo esta cuestión recibió cada vez más publicidad y personas de mente imparcial se expresaron a favor de los Testigos, hasta en el parlamento. Con el tiempo, la ley fue cambiada. Ahora cualquier hermano que rehúsa recibir entrenamiento militar es sentenciado a cuarteles de detención por un año, después de lo cual está exento de servicio militar. Mientras que anteriormente se mantenía a los cristianos neutrales en encierro solitario, ahora se les asigna a atenderse a sí mismos en una sección de los cuarteles de detención donde hacen trabajo de hortelano para ellos mismos, y además hacen trabajo no militar en terrenos de rugby y otros terrenos de deportes generales.

AYUDANDO A LOS HERMANOS NECESITADOS

El 13 de octubre de 1972 los periódicos de la República Sudafricana llevaban informes acerca de la persecución de los testigos de Jehová en Malawi y de que estaban huyendo a Zambia. La sucursal sudafricana se puso en comunicación con la sucursal de la Sociedad en Zambia para inquirir de qué manera pudieran prestar ayuda los hermanos sudafricanos.

Después de una investigación en el lugar mismo, la sucursal de Zambia envió este cable a Sudáfrica: “Refugiados de Malawi necesitan urgentemente abrigos a prueba agua. ¿Pudieran obtener tiendas de campaña sobrantes del ejército, P.V.C. fuerte o cubiertas de lona para el suelo con cubierta de plástico o cosas similares? Telefoneen detalles para licencia de importación. Aproximadamente 7.000 personas envueltas.” El 18 de octubre se solicitó ayuda a las congregaciones de los testigos de Jehová en la República Sudafricana. La respuesta fue rápida y generosa. De todo el país vino una gran cantidad de dinero y ropa a la oficina de la Sociedad en Elandsfontein.

Más de mil impermeables ex-militares fueron comprados en una venta de baratillo. Muchos de éstos tenían rotos pequeños y porciones rasgadas y tuvieron que ser reparados. El fin de semana del 21 y 22 de octubre presentó una escena que no se puede olvidar. Una corriente continua de automóviles, camionetas y camiones llenos de ropa llegaron al hogar Betel. En el departamento de envíos se prepararon dos secciones para separar la ropa en ropa de hombres, de mujeres y de niños. Solo se empaquetaron los artículos buenos. Afuera había unos 150 hermanos y hermanas remendando y cosiendo las rasgaduras en los impermeables. Más de diez máquinas de coser industriales estuvieron funcionando continuamente. Tantas personas se ofrecieron voluntariamente que hubo que pedir que algunas se fueran. Todos sencillamente querían participar en hacer algo para sus hermanos que estaban en el campamento de Sinda Misale, Zambia.

Para el domingo por la mañana los dos camiones que habían sido ofrecidos voluntariamente llegaron. El lunes por la tarde el 23 de octubre, estos dos enormes camiones salieron hacia el campamento de Sinda Misale con 948 grandes impermeables de lona, 157 grandes cajas de cartón y de madera llenas de ropa y 1.111 frazadas, rollos de soga, martillos, serruchos, palas, y así por el estilo. Estos dos camiones llevaron una carga de aproximadamente 34 toneladas. Los hermanos de Sudáfrica se alegraron mucho de poder participar de esta manera, además de ofrecer oraciones fervientes a favor de sus hermanos de Malawi.

Para el fin de aquella semana, los camiones estaban en Zambia. Uno fue descargado en Lusaka y entonces devuelto a Sudáfrica. El otro, y otros cinco camiones menores de los hermanos de Zambia, tomaron los artículos donados, más alimento y contribuciones dadas por los hermanos de Zambia y salieron hacia el campamento. Tres viajes al campamento se requirieron para transportar todo lo que los hermanos habían donado.

Cuando los camiones llegaron al campamento y entre los hermanos de Malawi se esparció la noticia de que sus compañeros de creencia de la República Sudafricana y de Zambia les habían enviado abrigo, ropa y alimento, hubo un incontenible derramamiento de lágrimas de gozo. Aquí había evidencia tangible de la veracidad de las palabras de Jesús en Juan 13:35: En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”

Pronto los hermanos fueron enviados de regreso a Malawi. Entonces, debido a que sufrieron más persecución, huyeron a Mozambique. Todo esfuerzo que se hizo para enviar más camiones cargados de ropa y alimento a estos hermanos en los campamentos de Mozambique fracasaron. Por eso, los hermanos de Sudáfrica empezaron a enviar ropa por correo, preparando paquetes de diez kilogramos cada uno, por los cuales el costo de transportación por correo llegó a R4,44 por cada paquete. Unas dieciséis toneladas de ropa han sido enviadas de esta manera. Además, los hermanos han mostrado su amor genuino a los hermanos de Malawi en los campamentos de refugiados por medio de hacer contribuciones monetarias para que compren alimento. Además de las contribuciones individuales que muchos hermanos de Sudáfrica enviaron a los campamentos, la suma adicional de R100.000 (142.000 dólares) se gastó en socorro para los de Malawi. Los hermanos de Sudáfrica se alegran de lo que pudieron hacer para sus hermanos de Malawi en Mozambique, y su interés amoroso en ellos continúa.

GOZOSO ACONTECIMIENTO INTERNACIONAL

Para los testigos de Jehová en Sudáfrica, 1973 fue un año de asamblea internacional. Ante todo, casi 1.000 personas de la República Sudafricana viajaron al extranjero para asistir a asambleas internacionales en Europa, Inglaterra y los Estados Unidos de América. Su entusiasmo ayudó a edificar celo para su propia asamblea internacional en Johannesburgo. Por primera vez Sudáfrica estaba en la lista de las asambleas internacionales y esperaba muchos visitantes de Europa y otras partes del mundo.

Los hermanos tenían planes de celebrar tres diferentes asambleas una para los hermanos blancos, una para los hermanos mestizos y los indios y una para los hermanos africanos. Tenían planes de combinar las tres asambleas el domingo por la tarde para una sola sesión, puesto que sabían que no podrían conseguir permiso para tener una asamblea combinada durante todo el período. Pero hubo problemas.

Primero, se rehusó permiso para tener una asamblea africana en Johannesburgo. Por eso se hicieron arreglos para tener asambleas africanas en cinco diferentes centros. En vez de una derrota, esto resultó ser una bendición para el pueblo de Jehová, puesto que muchos hermanos africanos que no hubieran podido asistir pudieron pagar el gasto de ir a una asamblea más cercana.

Pero hubo más problemas. Debido a la cuestión militar en este país, el departamento de lo interior no consideraba con favor a los testigos de Jehová. Por consiguiente, a muchos visitantes en perspectiva que declararon que se proponían asistir a la asamblea de los testigos de Jehová se les rehusó visados. Entre éstos estaban el superintendente de sucursal estadounidense, Milton Henschel, y el secretario-tesorero de la Sociedad, Grant Suiter. Los hermanos sudafricanos quedaron muy desilusionados

Sin embargo ¡las asambleas todavía fueron una victoria divina! Muchos hermanos de Europa vinieron como turistas y disfrutaron de excelente compañerismo con los hermanos sudafricanos. La asamblea africana para la zona de Johannesburgo fue mudada a Benoni, ciudad a unos treinta kilómetros al este de Johannesburgo. El domingo 6 de enero de 1974 el programa empezó a las nueve de la mañana y terminó a las doce del mediodía. Ya se habían hecho todos los arreglos, y entre las doce del mediodía y las tres de la tarde todos los hermanos que estaban en las dos asambleas de Johannesburgo y la de Benoni fueron transportados al Estadio Rand en Johannesburgo para las sesiones finales combinadas. Todo el mundo se maravilló por el cambio sin percance desde los tres lugares al un solo lugar en el Estadio Rand. Por automóvil, por autobús y por tren llegaron al Estadio Rand en un fluir continuo y siguieron entrando hasta que el estadio quedó lleno... un total de 33.408 personas en concurrencia. Muchos estaban de pie.

Ciertamente fue una hermosa vista para los testigos de Jehová el ver a todos sus hermanos africanos, mestizos y blancos en asociación unida adorando a Jehová. No había segregación. Los que sabían inglés podían sentarse en cualquier lugar y los hermanos aprovecharon la oportunidad para sentarse con sus hermanos de otras razas. Los que preferían el zulú podían sentarse en la sección para el idioma zulú; los que hablaban sesotho, en la sección para el sesotho. También hubo secciones para el afrikaans y el portugués. Aquello fue verdaderamente una compañía “mixta” y todos estaban muy felices. De hecho, tan gozosos estaban que era difícil restringirlos de aplaudir demasiado. Nunca han estado tan contentos los hermanos, y muchos describieron aquella ocasión como una tarde “inolvidable.”

¿Cómo sucedió esto? ¡Bajo guía divina y sin que los hermanos se dieran cuenta, habían conseguido el único estadio en Johannesburgo que estaba apartado para reuniones internacionales, interraciales! No se necesitaba permiso para esta única sesión. La concurrencia total al discurso público para todas las Asambleas “Victoria Divina” llegó a 56.286, y 1.867 personas se bautizaron.

UNA CAMPAÑA DE TERRITORIO AISLADO SIN PARALELO

El año de 1974 resultó ser el mejor hasta entonces en la predicación de las buenas nuevas del Reino. Los Testigos trataron de llegar a la gente que vivía en las vastas tierras agrícolas de Sudáfrica y en “tierras nativas” africanas. Algunos de estos lugares nunca habían recibido un testimonio. Por eso, durante la campaña de territorio aislado se hizo un esfuerzo especial por llegar a todas estas personas. Las congregaciones de las ciudades aceptaron de buena gana asignaciones de territorio que las llevarían a lugares a centenares de kilómetros de distancia. Se obtuvieron mapas especiales que mostraban cada granja o hacienda europea, así como todas las aldeas africanas que había en las granjas. Las congregaciones europeas emprendieron la tarea de trabajar todas las granjas, incluso testificara los residentes africanos. Donde los africanos no podían entender los idiomas europeos, los publicadores europeos usaban magnetófonos de cintas en cartucho para tocarles sermones grabados en los idiomas de la gente. Se les pidió tanta literatura que casi se quedaron sin libros encuadernados durante esta campaña. Las congregaciones africanas se concentraron en las “tierras nativas” en las cuales no se permitía la entrada a los europeos. Durante los tres meses de la campaña, se distribuyeron 140.000 libros encuadernados y más de 92.000 folletos, además de centenares de miles de revistas. Algunos grupos de precursores especiales viajaron más de 14.000 kilómetros durante la campaña de territorio aislado para llegar a todas las granjas que había en su asignación.

Al fin del año de servicio de 1974 se alegraron de informar un magnífico nuevo máximo de 4.055 bautizados y un aumento de 14 por ciento en el promedio de publicadores, con un máximo de 28.397 publicadores. La distribución de los tratados Noticias del Reino dio empuje añadido a la obra.

CONTINÚA LA EVIDENCIA DE BENDICIÓN DIVINA

La obra de predicar el Reino ciertamente va adelantando constantemente. De hecho, ya para principios de junio de 1975 se habían bautizado 2.462 personas durante ese año de servicio. Otra campaña de territorio aislado aun mayor que la de 1974 se planeó, para llegar a toda la gente dentro de la asignación de esta sucursal.

Mientras tanto, la producción de revistas ha aumentado a tal grado que la fábrica, el hogar y las oficinas de Elandsfontein son demasiado pequeños y tienen que ser ampliados de nuevo. Al escribirse este informe, se están haciendo los planes de expansión. Hay planes de construir una extensión que significará hacer doble el espacio para el comedor, la cocina y la tintorería, añadir más de 1.850 metros cuadrados a la fábrica, construir una nueva sección para oficinas de más de 370 metros cuadrados y añadir un nuevo y grande Salón del Reino.

Los hermanos se regocijan por toda la evidencia de la bendición de Jehová. Pero también se dan cuenta de que tienen que esperar oposición del enemigo. En la actualidad están ocupados con un caso legal en el Tribunal Supremo de Johannesburgo en defensa de los derechos de sus hijos de edad escolar africanos a asistir a las escuelas sin tener que cantar canciones religiosas ni participar en oraciones de organizaciones religiosas falsas. Muchos de los hijos de los Testigos europeos también están siendo expulsados de las escuelas, pero por una razón diferente. Es porque rehúsan participar en marcha en formación militar, saludar la bandera y cantar el himno nacional. Los hermanos no saben en qué resultarán estas cuestiones, pero están resueltos a seguir adelante con la predicación de las buenas nuevas del Reino confiando en la dirección de Jehová.

Cuando recuerdan aquella primera sucursal de un solo hombre que empezó en 1910 en una minúscula oficina usada por el hermano Johnston y la comparan con su excelente hogar Betel de hoy, así como con las nuevas sucursales que se han formado en Rodesia, Zambia, Zaire, Kenia, la República Malgache y Mauricio... ¡qué diferencia! Cuando piensan en aquella pequeña prensa de platina que se alimentaba a mano y que fue enviada desde Brooklyn en 1924 e instalada por el hermano Phillips, y entonces dan un paseo por la fábrica impresora aquí, que está llena de maquinarias y produce enormes cantidades de revistas del Reino y otros artículos... ¡qué expansión! Cuando recuerdan la pequeña familia de Betel de 21 miembros de 1951, que vivían en hogares separados, y consideran la familia feliz y unida de hoy de 110 hermanos y hermanas... ¡qué crecimiento! Y cuando notan que en 1931, en todos los territorios bajo esta sucursal, había solo 100 publicadores, mientras que hoy día en la misma zona hay más de 140.000 predicadores de la buenas nuevas, ¡cómo se llenan de gratitud a Dios! Los actos de él hoy son trascendentales, como fueron otros tratos divinos del pasado. Apropiadamente pueden adoptar las palabras del salmista: “Esto ha venido a ser de parte de Jehová mismo; es maravilloso a nuestros ojos.”—Sal. 118:23.

[Ilustración de la página 187]

Hogar Betel en Elandsfontein, en 1952

[Ilustración de la página 240]

Oficina e imprenta de la Sociedad Watch Tower, Elandsfontein, S. Afr.