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Israel y Jordania

Israel y Jordania

Israel y Jordania

La tierra que en la actualidad ocupan las naciones modernas de Israel y Jordania es de especial interés para los testigos de Jehová. Esto se debe a que la mayoría de las personas de las cuales se habla en la Biblia vivieron allí, y los sucesos en los cuales estuvieron envueltas ocurrieron allí. No obstante, no nos interesamos solamente en lo que les sucedió a los siervos de Jehová que vivieron en esta tierra en la antigüedad; también nos interesamos en las actividades de los testigos de Jehová del día moderno. ¿Cuál ha sido la situación en lo relacionado con esta tierra y su pueblo en los años que han transcurrido desde que Jesucristo y sus apóstoles anduvieron y enseñaron aquí?

En la época de Jesús, y después, la tierra estuvo bajo el control de los romanos, y se le llamó Palestina. * Como resultado de los conflictos que tuvieron con los romanos, la mayoría de los judíos huyeron de Palestina para principios del siglo segundo. Sin embargo, la tierra siguió siendo parte del Imperio Romano hasta los años seiscientos, y la mayoría de sus habitantes profesaban el cristianismo. Entonces los árabes conquistaron Palestina, y la tierra llegó a estar bajo el gobierno musulmán.

Con el tiempo, a partir de 1096, los supuestos cristianos de Europa organizaron las cruzadas con el propósito de arrebatar la tierra a los “infieles.” En esa primera cruzada, Jerusalén fue capturada en 1099. Sin embargo, en 1187 el soberano musulmán Saladino arrebató la ciudad a los “cristianos.” Después de esto vinieron más cruzadas, y la tierra fue bañada en sangre a medida que se infligían bárbaras atrocidades y crueldades sobre incontables miles de personas mientras que los musulmanes y los supuestos cristianos luchaban por apoderarse del control de Palestina.

En 1517 los turcos otomanos se apoderaron de Palestina y la ocuparon por 400 años. Durante la última parte del siglo 19 judíos procedentes de Europa comenzaron a emigrar a Palestina. Para 1914, de una población total de casi 700.000 personas, había unos 85.000 judíos en el país. Entonces, en 1917, durante la I Guerra Mundial, las fuerzas británicas bajo el general Allenby derrotaron a los turcos y pusieron fin al largo gobierno de éstos en Palestina.

En los años que siguieron a la I Guerra Mundial, llegó a existir un nuevo Estado político al este del río Jordán. Se llamó el Reino Hachemita de Transjordania y más recientemente se le conoció como el Reino Hachemita de Jordania. No obstante, la mayor parte de Palestina era un territorio administrado por mandato por la Gran Bretaña. Sin embargo, el 14 de mayo de 1948 llegó a existir la nueva nación de Israel, y al día siguiente estalló la guerra entre Israel y las naciones árabes circundantes. En esta guerra la mayor parte de Palestina al oeste del río Jordán llegó a estar bajo el control de Israel, aunque aproximadamente 5.607 kilómetros cuadrados de este territorio llegaron a formar parte de Jordania.

De todas partes del mundo los refugiados judíos continuaron llegando a Israel. Para 1951 habían llegado más de 600.000 refugiados al país. Para principios de los años setenta más de 3.000.000 de judíos vivían en Israel, y componían la mayoría de la población. Así, lo que hace unos cuantos años había sido un rincón de la Tierra escasamente poblado y olvidado se ha convertido en un país bien desarrollado y muy fructífero.

Grandes ciudades e industrias diversas han transformado a Israel en una comunidad moderna, no obstante lo viejo permanece en evidencia fuera de las ciudades modernas. Todavía se pueden ver escenas de los días bíblicos en las aldeas a medida que las mujeres cargan sobre la cabeza jarros de agua y otras mercancías, los burros transportan productos agrícolas al mercado, se intercambian camellos, se trasquilan cabras para obtener su pelo negro, los bueyes trillan el maíz, o arrastran el arado de un solo surco. Es una tierra de contrastes donde lo viejo se encuentra con lo nuevo y el Oriente se encuentra con el Occidente.

El judaísmo ortodoxo se ha impuesto de nuevo y, a buen grado, controla el modo de vivir de la nación moderna de Israel, tal como lo hizo el judaísmo del día de Jesús. Lo hace por medio de sus líderes religiosos y participando en el gobierno de coalición. Pero los Testigos verdaderos de Dios también han vuelto a aparecer en este país en tiempos modernos. ¿Cómo comenzaron sus actividades? ¿Qué fruto han dado?

RAMALLAH... DONDE COMENZÓ

El primer presidente de la Sociedad Watch Tower, Carlos T. Russell, visitó Palestina en 1891 como parte de una extensa gira mundial. Pero parece que las primeras semillas de la verdad bíblica que echaron raíces en el país se sembraron en 1913. En aquel año de antes de la I Guerra Mundial un joven que estaba interesado en la verdad se mudó de Nueva York al pueblo natal de su familia, Ramallah, a unos 16 kilómetros al norte de Jerusalén. Ramallah está cerca de las ruinas de la antigua ciudad de Betel, uno de los sitios más frecuentemente mencionados en la Biblia.

Es interesante que antes que este joven, Hanna Hechmi, se mudara de los Estados Unidos se le advirtió que la guerra se acercaba, y que estaría entrando en la escena de las dificultades mismas. Tal como se le advirtió, la I Guerra Mundial estalló al año siguiente, y el gobierno turco que controlaba la zona inmediatamente comenzó a reclutar jóvenes. Hanna huyó de vuelta a Nueva York, marchándose por barco del puerto de Haifa. Sin embargo, dejó un juego completo de Estudios de las Escrituras en el hogar de la familia Kadura, donde había estado residiendo en Ramallah.

Después de la guerra, seis jóvenes Testigos árabes que habían estado asociándose con la congregación de Brooklyn, Nueva York, regresaron a su pueblo natal de Ramallah. Así, se organizó una congregación en ese pueblo allá en 1920. En ese año el segundo presidente de la Sociedad, Joseph F. Rutherford, los visitó. Se estableció una oficina sucursal, y durante su visita el hermano Rutherford pronunció varios discursos públicos ante auditorios que llenaron el Ayuntamiento de Ramallah. También habló ante una muchedumbre de buen tamaño en Jerusalén.

Al principio los jóvenes Testigos árabes no organizaron la predicación de casa en casa. No obstante fueron celosos en testificar a otras personas, visitaron a sus amigos y conocidos, y hablaban en los cafés donde los hombres se reunían a considerar los asuntos cotidianos. Con el tiempo, encontraron a los Kadura y animaron al padre de la familia a leer los libros que el joven Hanna había dejado con él antes de regresar a los Estados Unidos. El Sr. Kadura llegó a ser un hermano firme en la congregación, y, a su vez, él interesó a un pariente suyo, al Sr. Saah. Cuatro de las nietas del hermano Saah llegaron a ser publicadoras precursoras de tiempo completo, y otros miembros de su familia también llegaron a ser Testigos.

Otro vecino del hermano Kadura, Awwad Faramand, respondió favorablemente a las buenas nuevas. Awwad y su esposa prestaron muchos años de fiel servicio al Reino. La hija de ellos sirvió de precursora especial, y durante muchos años se usó el hogar de ellos para todas las reuniones de la congregación. Durante la primera parte de los años veinte la congregación de Ramallah llegó a tener aproximadamente 12 publicadores, todos ellos varones.

Usando Ramallah como base, el pequeño grupo de hermanos organizaba campañas de testimonio en el territorio circundante. Fueron a Jerusalén, Nazaret, Haifa y a muchos otros lugares, predicando la verdad en el mismo territorio que Jesús y sus apóstoles habían trabajado en tiempos antiguos. Puesto que tenían muy poca literatura bíblica en árabe, los hermanos tomaron la iniciativa y publicaron en el idioma árabe un tratado que explicaba las verdades bíblicas básicas. Más tarde se les señaló que antes de publicar tal material deberían verificarlo con la oficina central de Brooklyn, pero el tratado dio fruto.

En Haifa se dejó un tratado que por fin cayó en las manos de una persona interesada oriunda de Beirut, Líbano, que estaba de visita en Haifa. Este hombre escribió a los hermanos de Ramallah, y se hicieron arreglos para que el hermano Michel Aboud del Líbano se encargara de atender a esta persona interesada en la verdad. Así, los enérgicos esfuerzos que los hermanos hicieron por propagar su fe tuvieron buen éxito.

El único libro de texto de estudio en árabe que aquellos primeros Testigos tenían era El Plan Divino de las Edades. Sin embargo, durante aquellos años se exhibió en Palestina, ante auditorios atestados, el “Foto-Drama de la Creación,” una producción de la Sociedad Watch Tower, compuesta de película cinematográfica, diapositivas fotográficas y sonido, con comentarios en árabe. Algunos hermanos de la ciudad de Nueva York trajeron la exhibición al Oriente Medio, donde se le dio buen uso. Se colocaron con personas por toda aquella zona muchos ejemplares en árabe del Escenario del Foto-Drama, un libro que contenía ilustraciones junto con un resumen del guión.

En aquellos primeros días era difícil viajar de un lado a otro de las fronteras. Sin embargo, de vez en cuando los hermanos de Ramallah viajaron a Beirut y Trípoli en el Líbano para asistir a las asambleas y asociarse con otros Testigos.

Desde aproximadamente 1924 se publicó La Atalaya en árabe, y se estudió la revista en las reuniones de congregación que se celebraban en lugares privados. Durante la segunda guerra mundial se descontinuó el suministro de La Atalaya, pero se continuaron celebrando las reuniones, usando las publicaciones que ya estaban a mano.

OTRA BASE... HAIFA

Al mirar un mapa de Israel, el lector notará el punto en el que la cordillera del Carmelo se proyecta en el Mediterráneo, formando una irregularidad puntiaguda en lo que de otro modo es una costa recta. Haifa se encuentra precisamente en ese punto. Sin que los hermanos de Ramallah lo supieran, allí había comenzado a formarse un pequeño grupo para mediados de los años treinta. Esto se produjo como resultado del testimonio que dio el hermano David Farjini, que temporeramente se trasladó de Egipto a Haifa debido a su trabajo con la compañía ferroviaria.

En Haifa David le alquiló una habitación a Ibrahim Shehadi, un católico ferviente. Por supuesto, el tema de la religión surgió en las conversaciones que ellos tuvieron, y el hermano Farjini no vaciló en exponer la falsedad de ciertas doctrinas y prácticas eclesiásticas. La primera consideración fue tan interesante que Ibrahim se quedó en casa platicando en vez de asistir al servicio eclesiástico regular como era su costumbre. Aceptó literatura en árabe. Desde entonces en adelante se celebraban consideraciones bíblicas diariamente, y noche tras noche leían la Biblia hasta la medianoche.

La primera persona a la que Ibrahim habló acerca de su recién hallada fe fue a su hermano, Atallah. Aunque él se mostró reacio a envolverse debido a su amor a la tradición religiosa, con el tiempo investigó el asunto. Debido a que padecía de mala vista, Atallah compró una Biblia de letras grandes que encontró a un precio ‘regalado’ y comenzó a verificar por su cuenta lo que su hermano le había estado diciendo. Comenzó a ver que era la verdad. El capítulo 23 de Mateo hizo una impresión especialmente fuerte en él, pues notó que lo que dice aplicaba al clero con el cual el estaba familiarizado.

A su debido tiempo, David Farjini completó su trabajo en Haifa y volvió a su hogar en Egipto, dejando a Ibrahim y a Atallah por su propia cuenta. La presión y oposición que comenzó a acumularse contra ellos fue impulsada en parte por la franqueza con que ellos criticaban la iglesia. Ibrahim era un repartidor de queroseno y siempre que entraba en un hogar y veía cuadros o imágenes religiosos escribía una cita bíblica en el cuadro mismo. Entonces le decía al ama de casa que le pidiera a su esposo que buscara el texto cuando volviera del trabajo. Tampoco tenían muy buen tacto los hermanos al tratar con sus propias familias, y esto contribuyó a la oposición que experimentaron.

Por ejemplo, cierto día Atallah entró en su propio hogar con un martillo y destrozó todas las imágenes y cuadros que estaban a la vista. Hizo esto sin explicar o sin dar advertencia, lo cual consternó mucho a su esposa e hijitos que sencillamente observaron con asombro lo que él hacía. Sin embargo, con el tiempo varios de sus hijos entraron en la verdad, y hoy en día algunos de sus nietos son Testigos activos.

Cuando llegó el tiempo para que la hija de Ibrahim fuera confirmada en la iglesia, él tomó el vestido especial que le habían hecho y lo escondió en el techo de la casa. De esto se enteraron las monjas, el sacerdote y hasta el obispo. De modo que, el domingo siguiente por la mañana el obispo mismo pidió que le aplicaran un boicoteo a Ibrahim. Por temor de que esto provocara violencia contra toda la familia, uno de los hermanos de Ibrahim le rogó al obispo que cancelara el decreto de boicoteo.

“Si él besa mi anillo y mi cruz, cancelaré el decreto,” propuso el obispo.

La respuesta de Ibrahim fue: “Muy bien, si él deja que yo considere con él estos asuntos usando la Biblia.”

¡El obispo no quiso aceptar! “¡Soy un obispo!” respondió.

El boicoteo le trajo penalidades a Ibrahim, pues todos los clientes católicos dejaron de comprarle queroseno. También hicieron esfuerzos por poner en contra de él a la población musulmana de la localidad. En una ocasión un grupo de musulmanes lo acusó airadamente de haber renegado de Mahoma y amenazó con matar a Ibrahim en el acto. Dijeron que los “cristianos” les habían informado esto.

“Mintieron,” declaró Ibrahim. “Hablé en contra del uso que ellos hacen de las imágenes y cuadros y de la creencia que tienen en la Trinidad, y por eso les mintieron a fin de causarme dificultades.” Así, la creencia de Ibrahim en un solo Dios le salvó la vida.

Como resultado del decreto de boicoteo del obispo, nadie hablaba con Ibrahim y Atallah, y de esa manera se llamaba la atención a la nueva fe de ellos. Con el transcurso del tiempo casi todos los miembros de la numerosa familia de Ibrahim llegaron a ser Testigos, y, en años recientes, dos de sus hijos y una de sus hijas han disfrutado del servicio de precursor.

Mientras tanto, en la primera parte de los años cuarenta, un pequeño grupo de tres o cuatro miembros se reunía semanalmente en Haifa para celebrar reuniones en una casa u otra. Así, durante todo el período de la II Guerra Mundial, un grupito continuó estudiando y predicando entusiásticamente a los que lo rodeaban. De vez en cuando los visitaban los hermanos de Beirut. Por este medio se recibían surtidos de literatura, y se proveían instrucciones prácticas en lo relacionado con el ministerio. Después de la II Guerra Mundial, los surtidos de literatura venían directamente de Brooklyn, Nueva York.

Poco después de la II Guerra Mundial el hermano Joseph Abdennour regresó a Haifa, procedente de Cuba, donde se había hecho Testigo. Puesto que tenía más experiencia en asuntos de congregación, pudo ser una verdadera ayuda para el grupito. Después de eso, debido a razones de negocio, Joseph se mudó a Nabulus, la ubicación de la antigua ciudad bíblica de Siquem. Allí continuó siendo un publicador aislado hasta su muerte en 1968.

Una noche durante su reunión, poco después de la segunda guerra mundial, el grupito de cinco o seis Testigos de súbito oyó allá abajo en la calle a alguien predicando en voz alta en árabe un mensaje bíblico que ellos reconocían. ¿Quién podría ser? Bajaron a investigar y hallaron a dos Testigos que habían emigrado de Rusia. Tenían con ellos un fonógrafo y algunos discos en árabe a fin de comenzar a predicar en la comunidad de habla árabe en su nuevo país. ¡Sin saberlo habían elegido la esquina misma en la que se celebraban las reuniones, y habían comenzado a tocar los discos durante la reunión misma! La pequeña congregación recibió afectuosamente a aquellos hermanos.

EL MENSAJE LLEGA A TARSHIHA

El año era 1931. ¿El lugar? La aldea palestina de Tarshiha, situada a unos 40 kilómetros al norte de Haifa, precisamente al sur de la frontera libanesa. El profesor Khalil Kobrossi, un católico leal, había recibido del gobierno la asignación de enseñar árabe y la religión católica en una escuela de esta aldea. Al llegar a su puesto, observó que la Biblia había sido puesta en un sitio en el que los estudiantes podían leerla. De inmediato, el profesor Kobrossi la reemplazó con un catecismo católico, pensando que esto sería mucho mejor para los estudiantes.

Con el tiempo, el profesor Kobrossi obtuvo el libro El Plan Divino de las Edades. Al leerlo se enfureció con los publicadores debido a lo que él consideró como rudeza de parte de ellos, por hablar en contra del catolicismo. Más tarde, obtuvo muchas de las publicaciones de la Sociedad, y leyó algunas de ellas varias veces. ¿Su objetivo? ¡Un día se pondría en comunicación con esa gente y los enmendaría!

De un tratado publicado por la Sociedad, el profesor Kobrossi obtuvo la dirección de los Testigos en Trípoli, el Líbano, y escribió la carta que por mucho tiempo había planeado. Se puede decir que le dio a los hermanos una severa reprensión con la pluma. Sorprendentemente, recibió una carta bondadosa en respuesta, con muchas citas de las Escrituras. Esto fue el principio de una extensa correspondencia con los hermanos del Líbano.

En 1937 dos hermanos del Líbano, junto con el hermano Ibrahim Shehadi de Haifa, visitaron al profesor Kobrossi. Cuando los hermanos se marcharon, él estaba cabalmente convencido de que había hallado la verdad. Pronto se la estaba enseñando a su esposa y hablando de ella a muchos amigos. En 1939 pudo viajar a Trípoli donde se bautizó.

Ahora comenzó a intensificarse la oposición contra el hermano Khalil Kobrossi. Le hicieron por lo menos tres intentos de asesinato, y esto llegó a ser conocido por muchos. Como Khalil mismo dijo: “Si no hubiera sido por esta oposición no hubiera llegado a ser tan conocido, y no hubiera habido tantas oportunidades de predicar las buenas nuevas a aquellas personas cuya curiosidad esto despertó o cuyo sentido de justicia las impulsó a mostrar compasión.”

La correspondencia que sostuvo con los hermanos de Haifa y el Líbano estimuló a Khalil durante este tiempo de prueba en el que estuvo solo y aislado. Su predicación en la aldea de Tarshiha dio algún fruto, por lo menos temporero, cuando dos o tres personas más estudiaron con él y se pusieron de su parte. Pero por fin el obispo influyó en las autoridades docentes de la localidad para que transfirieran a Khalil de Tarshiha, que era un baluarte católico, a la ciudad musulmana de Hebrón muy al sur. Esto fue en 1940.

SE ESTABLECE UN CENTRO EN BEIT JALA

En Hebrón el hermano Kobrossi habló con sus compañeros maestros acerca de su fe. Dos años más tarde, en 1942, lo volvieron a transferir, esta vez a un pueblecito de las afueras de Belén llamado Beit Jala. Este pueblo está a solo unos siete kilómetros al sur de Jerusalén. Había más oportunidades de predicar en Beit Jala, pues la mayoría de las personas son cristianos nominales. Pronto se estableció una congregación en esta zona, y existe hasta este día.

La primera persona que abrazó la verdad aquí después de varias consideraciones fue un joven llamado Salameh Assoussah. Un amigo de él también se unió al grupo de estudio. Salameh se bautizó en una asamblea que se celebró en Trípoli, Líbano. Mientras testificaba en Jerusalén, Salameh conoció a Farah Bakhit quien, después de su primera consideración bíblica, prontamente destruyó todas sus imágenes y cuadros. Más tarde, Farah llegó a ser siervo de congregación (superintendente presidente), y soportó encarcelamiento y otras penalidades debido a su fidelidad.

Finalmente, en esa zona, el padre, la madre, tía, dos hermanos y tres hermanas de Salameh aceptaron la verdad debido al excelente ejemplo que él dio. Hasta este día continúan firmes en la fe. La esposa del hermano Kobrossi también comenzó a asociarse activamente. Así la asistencia creció a 12 o más personas por semana. Sus reuniones se celebraban en el hogar del hermano Kobrossi, donde continuaron celebrándose casi sin interrupción por 26 años, de 1942 a 1968. De vez en cuando, para reuniones como el Memorial, se reunían con el grupo de hermanos en Ramallah, que está a unos cuantos kilómetros al norte.

VISITANTES DE BROOKLYN

Poco después de la segunda guerra mundial, unos pocos judíos Testigos emigraron de Europa a Bat Yam, un suburbio de Tel Aviv-Jaffa, la ciudad más grande de Israel. Está situada en la costa del Mediterráneo, a unos los kilómetros al sur de Haifa. Allí se estableció un estudio de la La Atalaya en el idioma alemán. Así, en 1947, grupos de publicadores, a buen grado independientes unos de otros, se reunían con regularidad en Ramallah, Beit Jala, Haifa y Bat Yam. Ese fue el año en que el tercer presidente de la Sociedad, Nathan Knorr y su secretario Milton Henschel, del Betel de Brooklyn, pudieron visitar y fortalecer a los hermanos de Palestina. El primero de marzo de 1948 La Atalaya informó acerca de la visita de ellos lo siguiente:

“Habíamos creído que había más o menos una docena de personas interesadas en Palestina, pero en la reunión 40 se habían congregado de diferentes partes de Palestina. Hubo unos hermanos árabes allí y hermanos de nacionalidad rusa, ucrania y alemana. Todos entendían inglés o árabe y usamos un intérprete árabe. Nos informaron que en verdad había 55 personas interesadas regadas por todo el país que estudiaban las publicaciones de la Sociedad. No todos son publicadores, pero creen la verdad y son edificados en la fe. Fue un día muy gozoso. Durante todo el día hablamos y contestamos preguntas por medio de un intérprete. Se dieron instrucciones en cuanto a la organización y un hermano fue designado para cuidar de los intereses de la Sociedad en Palestina. Se hicieron arreglos para pedir una gran cantidad de literatura y tener una organización de depósito en Beit Jala. Se hicieron indagaciones para ver cuáles de los hermanos serían aptos para ser siervos de compañía [superintendentes presidentes] en Haifa, Ramallah, Beit Jala, y otros pueblos donde se congregan los hermanos. Fueron designados, y se espera que la obra de predicar el evangelio en el país de Palestina seguirá extendiéndose. Esta visita con los hermanos nos alegró mucho el corazón, porque fue un gozo ver aquí algunos individuos muy activos que viajan a diferentes partes de Palestina a fines de todas las semanas distribuyendo literatura y tratando de despertar interés. El día pasó rápidamente, y fue necesario volver a Jerusalén antes del toque de queda de las 18 y media.”

Al hermano Khalil Kobrossi se le dio la responsabilidad de mantenerse en comunicación regular con los diferentes grupos de Testigos. Se le asignó para que recogiera los informes de servicio, y para ver que los surtidos de literatura se distribuyeran a los varios grupos según las necesidades de éstos. Khalil hizo varios viajes a fin de visitar durante el año a todos los grupos y publicadores esparcidos. Más tarde, en 1947, se celebró una asamblea en Haifa, y los hermanos vinieron de Ramallah, Beit Jala, y Bat Yam. Aproximadamente 80 estuvieron presentes y disfrutaron de feliz compañerismo. Para muchos de ellos ésta fue la primera oportunidad de conocer a sus compañeros de creencia de otras ciudades. Pero estos arreglos no habrían de continuar por mucho tiempo.

PALESTINA DESAPARECE

La escena política estaba cambiando. En 1948, como resultado de la guerra de Palestina entre los judíos y los árabes, el país se dividió en dos naciones diferentes. Así, desapareció Palestina del mapa. En ese entonces había aproximadamente 30 publicadores del Reino informando servicio del campo.

Una parte de Palestina se convirtió en la nueva nación de Israel, y la otra llegó a estar bajo el control de Jordania. De este modo, los Testigos que vivían en el lado oeste de la nueva línea fronteriza —los grupos de Ramallah y Beit Jala y los publicadores individuales de Jerusalén y Jericó— estaban ahora en Transjordania, a la cual, en 1950 se le llegó a llamar sencillamente Jordania. El resto de los Testigos, en Haifa y Tel Aviv, vivían dentro de los límites de la nueva nación de Israel.

Con la excepción de visitas sumamente breves, cuando se levantaban las restricciones fronterizas por dos o tres días en ciertos días festivos religiosos, los Testigos que vivían en las dos regiones separadas no pudieron comunicarse directamente por casi 20 años, o hasta 1967. En ese año la guerra entre los israelíes y los jordanos de nuevo cambió las fronteras. Israel se apoderó del territorio jordano al oeste del río Jordán, el Banco Occidental. Así, los Testigos en las congregaciones de Ramallah y Beit Jala del Banco Occidental llegaron a ser parte de Israel, lo cual explica el súbito aumento en Israel de un promedio de 114 publicadores del Reino en 1967 a 153 en 1968. Además, debido a este desarrollo político, el número de publicadores de Jordania disminuyó de 53 en 1967 a 19 en 1968.

DESARROLLOS EN JORDANIA

¿Cómo le ha ido al pueblo de Jehová en Jordania? Pues bien, los misioneros llegaron por primera vez aquí en 1952 y se estableció un hogar misional en Ramallah. Los misioneros y otros hermanos trabajaron bien el territorio. Cerca de Belén la congregación también estaba trabajando muy bien. Durante una asamblea de circuito que se celebró allí en 1952 se realizó un bautismo. Después del discurso, los que se iban a bautizar fueron llevados al río Jordán, precisamente debajo de Jericó y fueron bautizados en la misma vecindad en la que algunas personas creen que Jesús mismo fue bautizado por Juan. ¡Qué feliz ocasión!

Cuando el hermano Knorr estuvo en Jordania durante el invierno de 1951-1952, se decidió que sería bueno enviar algunos suministros de socorro a nuestros hermanos en ese país, muchos de los cuales se habían refugiado allí después de la guerra de Palestina de 1948. Con el tiempo se enviaron unos 26 paquetes de ropa usada a Jordania y se distribuyeron entre compañeros de creencia necesitados. Ellos apreciaron estos regalos muchísimo. Sin embargo, algunas personas pensaron que éstas eran buenas limosnas de ropa y comenzaron a venir a nuestras reuniones y a afirmar que eran testigos de Jehová. Por supuesto, no permanecieron por mucho tiempo una vez que descubrieron que el pueblo de Dios pone el énfasis en los asuntos espirituales y en la predicación del mensaje del Reino.

Al observar el éxito de los testigos de Jehová, el clero de la cristiandad se encolerizó mucho y comenzó a esforzarse por lograr que el gobierno expulsara a los Testigos misioneros de Jordania. Al principio esto se pudo evitar por medio de la acción legal. Pero el clero persistió y en 1953 los misioneros fueron expulsados. Puesto que los testigos de Jehová no habían sido proscritos en Jordania, se enviaron otros misioneros al país, pero éstos fueron expulsados algunos meses más tarde.

A principios de 1957, debido a los persistentes esfuerzos del clero en Jordania, se puso una proscripción oficial sobre los testigos de Jehová y todas nuestras publicaciones. Esto creó nuevas penalidades para el pueblo de Dios. Varias de las casas de ellos fueron registradas y se confiscó la literatura. El hermano Farah Bakhit fue sentenciado a un año de cárcel por poseer alguna literatura de la Sociedad. También se le despidió de su puesto en la oficina de correos. Esto le produjo gran penalidad a la familia del hermano Bakhit, pero sus hermanos espirituales cuidaron bien de su numerosa familia mientras él estaba en la cárcel. De hecho, durante los próximos años varios hermanos fueron arrestados. Algunos fueron puestos en libertad después de haber sido interrogados y amenazados, mientras que a otros los detuvieron por cierto tiempo.

Durante este período, fue preciso celebrar las reuniones en secreto y hasta el grado posible a diferentes horas y días, y en distintos lugares. Sin embargo, los hermanos nunca dejaron de reunirse a fin de disfrutar del alimento espiritual y animarse los unos a los otros.—Heb. 10:24, 25.

En 1959, durante un caso legal en la Corte Suprema de Jordania, presentamos pruebas que mostraban que no somos sionistas que trabajan como espías de Israel, según se nos acusaba falsamente. También, durante aquel año se llevó a cabo una campaña de escribir cartas, como resultado de un artículo publicado en ¡Despertad! Miles de cartas llegaron a raudales a las oficinas del gobierno, y el rey Hussein nombró un comité de tres hombres para investigar a los testigos de Jehová. El comité hizo la investigación, entregó un informe claro al gobierno, y en marzo de 1960 se publicó un decreto gubernamental que reconocía a los testigos de Jehová como una comunidad religiosa de Jordania con el derecho a practicar su religión. Debido a este decreto no fue preciso continuar nuestro caso en la corte, aunque había resultado ser un gran testimonio.

Ahora comenzaron a cambiar las cosas para el pueblo de Jehová en Jordania. Se levantó la proscripción sobre La Atalaya y sobre nuestras otras publicaciones. Los Salones del Reino fueron abiertos y se celebraron reuniones y asambleas libremente. ¡Qué deleitados estaban los hermanos de tener esta libertad!

SE ESTABLECE OFICINA DE SUCURSAL EN JORDANIA

El hermano y la hermana Alfred Nussrallah llegaron a Jordania como misioneros en marzo de 1961. Su primera asignación fue Ramallah, pero unos cuantos meses después se mudaron a la capital, Ammán, donde se estableció un hogar misional.

En febrero de 1962, el hermano M. G. Henschel visitó a Jordania. Él recomendó que otros dos graduados de la Escuela de Galaad que habían estado sirviendo en otro país árabe fueran asignados a Jordania. Así es que en marzo de aquel año un hermano y una hermana americanos llegaron a Ammán. En septiembre de 1962 se abrió allí una oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower.

FELICIDAD, ENTONCES PENALIDADES DE NUEVO

En 1963 una delegación del pueblo de Jehová viajó alrededor del mundo para asistir a la asamblea “Buenas Nuevas Eternas” que se celebró en diferentes ciudades. Una de esas reuniones iba a celebrarse en Jordania. Pero el gobierno rehusó conceder el permiso, diciendo que temía por la seguridad de los testigos de Jehová si se les permitía reunirse públicamente. Aunque se cancelaron los planes para la asamblea, fue posible que nuestros compañeros de creencia viajantes visitaran a Jordania como turistas. Vieron muchos sitios bíblicos... Jerusalén, Belén, Hebrón, Jericó, el río Jordán, el mar Muerto y Samaria, todos los cuales en ese entonces eran parte de Jordania. Algunos también fueron a Petra, la antigua ciudadela edomita. ¡Qué felices se sintieron los Testigos de la localidad de tener consigo a sus compañeros de creencia de otros países!

Aunque el gobierno había concedido libertad al pueblo de Jehová, el clero tenazmente continuó su oposición. Repetidas veces acusaron falsamente al pueblo de Dios de ser sionistas. Cada vez, el gobierno investigaba y hallaba que las acusaciones eran falsas. Pero en 1963 el gobierno volvió a proscribir toda nuestra literatura. Entonces, el 27 de octubre de 1964 el gobierno jordano canceló su reconocimiento de los testigos de Jehová, y dejó de considerarnos como una comunidad religiosa en ese país. Nuestros Salones del Reino fueron cerrados, se confiscó mucha literatura y de nuevo surgieron dificultades para el pueblo de Dios en ese país. Una vez más, hubo que celebrar las reuniones cristianas en grupos pequeños en hogares privados y en horas y días diferentes.

El superintendente de sucursal había recibido otra asignación de servicio en diciembre de 1963. Pero los Nussrallah pudieron permanecer en el país hasta el invierno de 1965, cuando se vieron obligados a irse. Sin embargo, antes de que esto sucediera se dio un gran testimonio en los círculos gubernamentales. Como resultado de los esfuerzos que se hicieron para recobrar el reconocimiento, se abordó a muchos funcionarios y se hicieron intentos por ver al rey, aunque esto fracasó. Se apeló a la Corte Suprema de Justicia, pero este tribunal rehusó ver nuestro caso, diciendo que era un asunto de seguridad que no estaba bajo su jurisdicción. Por lo tanto, la libertad que los testigos de Jehová habían disfrutado en Jordania disminuyó, los misioneros se marcharon, se cerró la oficina de sucursal, y de nuevo nuestra obra en Jordania fue dirigida por la oficina de la Sociedad en Beirut en el Líbano. No obstante, el pueblo de Jehová en Jordania continuó sirviendo fielmente a Jehová.

Después de la guerra de 1967, en la cual las congregaciones de Ramallah y Beit Jala pasaron a estar en Israel, en vez de ser consideradas como parte de Jordania, quedó solo una congregación en Jordania misma, en la capital, Ammán. A pesar de muchas dificultades y varios disturbios en el país, los testigos jordanos de Jehová han continuado su servicio para la alabanza de Dios.

DÍAS DIFÍCILES

Las revueltas y cambios de 1948, cuando la nación de Israel nació y la guerra estalló inmediatamente con las naciones árabes circundantes, trajeron días difíciles para la obra del Reino en Israel. Hubo una interrupción de la comunicación con la central de la Sociedad en Brooklyn. Además, varios Testigos, junto con otros refugiados, abandonaron el país.

Se desarrolló un clima en el que el nacionalismo se llevó al extremo, lo cual también ha servido de estorbo a nuestra obra de predicación. Muchos israelíes se sentían llenos de orgullo por sus propios logros. Otros atribuían los logros del nuevo gobierno israelí a Dios y al cumplimiento de las profecías bíblicas. Por otra parte, muchos se apartaron amargamente de su creencia en Dios en vista del holocausto europeo en el cual seis millones de judíos fueron asesinados en masa por los nazis. Hasta este día, una pregunta sobresaliente en la mente de muchos judíos es: Si hay un Dios, ¿cómo pudo permitir que ocurriera tal masacre?” El hecho de que su religión no les ha dado la respuesta satisfactoria ha resultado en que muchos cerraran los oídos a nuestro mensaje cristiano.

Además, el terrible ejemplo de las llamadas iglesias cristianas ha ocasionado dificultad para nuestra obra de predicación. Las campañas antisemíticas que la cristiandad ha llevado a cabo a través de las épocas, incluso su apoyo del sistema nazi, han creado un odio extremo a cualquier cosa que se traiga en el nombre de Jesucristo o que se asocie con las Escrituras Griegas Cristianas. El término “misionero” en realidad se ha hecho odioso para casi toda persona judía del país. Los hermanos han tenido que clarificar constantemente que no son parte de la cristiandad, y que no son misioneros de la manera en que por lo general la gente de la localidad concibe a los misioneros.

SE COMIENZA DE NUEVO CERCA DE TEL AVIV-JAFFA

En febrero de 1948, la hermana Frieda Susser, que había aprendido la verdad en Polonia en 1942, llegó a Israel. Con el tiempo, se puso en comunicación con los restantes del grupito que había estado reuniéndose con regularidad en Bat Yam, cerca de Tel Aviv-Jaffa, para un estudio de La Atalaya. Pronto el resto de éstos dejó el país, dejando solo a una dama interesada y a la hermana Susser. De modo que por cierto tiempo solo hubo una voz solitaria testificando en la zona de Tel Aviv-Jaffa.

La hermana Susser tuvo mucho gusto de que en 1950 se le uniera Fanny Mintzer. Ella y su familia llegaron a Israel como inmigrantes de Polonia. Frieda y Fanny habían crecido juntas en la misma aldea de Polonia, pero no se habían visto por muchos años. ¡Qué feliz reunión, especialmente puesto que ahora ambas estaban en la verdad! Con regularidad se reunían para estudiar.

Pero, ¿qué hay en cuanto al territorio para testificar? Las dos hermanas concordaron en que la que vivía en el norte del pueblo daría testimonio a toda Tel Aviv, y que la otra que vivía en el límite meridional testificaría a la entera Jaffa. (Jaffa es la Jope de los tiempos bíblicos.) ¡Qué asignación! Como lugar de reunión solo tenían sus propios hogares, de modo que las reuniones se celebraban alternadamente en estos dos sitios.

Frieda y Fanny ciertamente mostraron excelente celo por la verdad a pesar de que el compañerismo con los hermanos y la dirección que recibían de la Sociedad eran muy limitados. ¡Y aún no han aflojado el paso! Frieda es precursora especial y Fanny es una publicadora muy activa. Han ayudado personalmente a muchos a formar parte de la congregación. Además de esto, han abierto hospitalariamente sus hogares a otros que han llegado de otros países como inmigrantes o visitantes. Jehová ciertamente ha bendecido sus fieles y diligentes esfuerzos.

LLEGAN GRADUADOS DE GALAAD

Fue un gran día para los hermanos de Israel cuando los primeros cuatro graduados de Galaad llegaron en junio de 1951, Ben y Grace Wiens y Thomas y Mary Wayne. Se establecieron en Jerusalén, que, según se esperaba, llegaría a ser el centro de la adoración pura en Israel. Sin embargo, después de cuatro años de trabajo duro no se logró despertar mucho interés allí.

Aunque se celebraban reuniones con regularidad, las personas que comenzaban a asociarse inevitablemente recibían amenazas o incentivos materiales para desanimarlas de continuar asociándose con nosotros. Hubo un tiempo en que hasta 26 personas asistían a las consideraciones bíblicas, pero pocas continuaron. Con el tiempo, tres personas interesadas dedicaron sus vidas y fueron bautizadas. Entre éstos hubo un árabe de edad avanzada. Permaneció como hermano fiel hasta el fin de sus días, aunque sufría de ceguera, y soportó extensos períodos de aislamiento debido a la oposición de sus parientes.

KNORR Y HENSCHEL VISITAN DE NUEVO

La visita de los hermanos Knorr y Henschel en enero de 1952 fue una ocasión para reunir a los hermanos y personas interesadas. En conjunto, 24 personas se reunieron en Jerusalén. Se esforzaron mucho por anunciar el discurso público para la noche del 24 de enero, y hubo 51 personas en la concurrencia.

Hasta esta visita los graduados de Galaad habían limitado sus actividades a Jerusalén. Ahora se hicieron arreglos para que Ben Wiens hiciera visitas regulares a los publicadores y personas interesadas que estaban esparcidas por todo Israel. La mayoría de las 24 personas que se reunieron en Jerusalén habían publicado en el pasado, y todas recibieron ayuda para volver a comenzar.

En 1953, Thomas y Mary Wayne fueron transferidos a Haifa para ayudar al grupito de allí, mientras que Ben y Grace Wiens permanecieron en Jerusalén por un par de años más. En 1955, los Wayne se marcharon del país, de modo que Ben y Grace se mudaron a Haifa. Haifa resultó ser un sitio apropiado desde el cual mantener comunicación con los hermanos en las aldeas del norte, así como con los que vivían en la zona de Tel Aviv.

SE ESTABLECEN CONGREGACIONES

El núcleo del grupo de Haifa era Ibrahim Shehadi, su creciente familia y los dos hermanos rusos que habían llegado después de la II Guerra Mundial. Mientras tanto, Atallah, el hermano de Ibrahim, se había mudado a una aldea cerca de la frontera libanesa, donde se mantuvo activo en la verdad. Para ahora, los miembros de la siguiente generación Shehadi habían crecido, y algunos de ellos se unieron a los grupos de estudio semanales. Finalmente, en junio de 1956 se formó la primera congregación hecha y derecha de Haifa. En ella se incluía a dos hermanas que habían aprendido la verdad en Rumania antes de mudarse a Israel como inmigrantes.

Además, la obra de predicación estaba dando fruto en la zona de Tel Aviv. Un judío interesado que vino de Polonia se mudó a Israel y continuó sus estudios con los publicadores de la localidad. Después de muchas consideraciones detalladas y largas, se convenció de que Jesús era el Mesías y aceptó la esperanza del Reino. Un hermano de más edad, David Cohen, vino de Egipto. Llenaba los requisitos como siervo de congregación, y así, en octubre de 1956, se formó una congregación con siete publicadores en Tel Aviv.

SUPERINTENDENCIA DE LA SUCURSAL DE CHIPRE

Por cierto tiempo era por medio de la sucursal de la Sociedad en Chipre que se enviaban todos los informes de servicio y se hacían arreglos para las visitas de los superintendentes de circuito. El siervo de sucursal visitó a los hermanos de Israel por primera vez en 1955. Al año siguiente la asamblea en conexión con su visita se celebró en el patio de la casa de uno de los hermanos de Haifa, un lugar hermoso para la reunión. El fondo del orador era el azul Mediterráneo y detrás de los oyentes se alzaba el imponente monte Carmelo. El ver a 22 de los 51 asistentes salir al servicio de casa en casa el domingo por la mañana fue fuente de verdadero gozo. Todos los que asistieron se alojaron en los hogares de los hermanos y personas interesadas de Haifa.

En otra ocasión unos 20 publicadores vinieron de Chipre para una asamblea con sus hermanos israelíes. A su vez, los Testigos de Israel solicitaron visas para viajar hasta Chipre para una de las asambleas de ellos. Sin embargo, ¡el Ministerio del Interior no quiso aceptar la idea de que un grupo de personas árabes y judías desearan viajar juntas a una asamblea religiosa! De modo que los hermanos no obtuvieron los permisos.

DIFICULTADES CON EL IDIOMA

Desde los primeros días, las congregaciones encontraron dificultades con el problema del idioma. En la congregación de Tel Aviv, por ejemplo, una de las dos hermanas originales podía hablar seis idiomas (alemán, yiddish, polaco, ruso, ucranio, hebreo), y el hermano Cohen de Egipto estaba versado en siete (inglés, francés, italiano, árabe, turco, griego, español). ¡Pero no tenían ni un solo idioma en común! ¡Desde entonces la hermana ha aprendido inglés, lo cual les ha permitido conversar en ese idioma!

De modo que había que celebrar todas las reuniones en varios idiomas, y alguien tenía que traducir de inglés y el polaco al hebreo o viceversa. ¡En una ocasión la reunión del Memorial se celebró en Haifa en cinco idiomas, a fin de que los 18 concurrentes pudieran entender! Hasta este día, al mirar las hileras del Salón del Reino en el estudio semanal de La Atalaya, uno ve el mismo artículo en idiomas como ruso, alemán, francés, español, turco, inglés, polaco y hebreo.

Debido a que a Israel llegan inmigrantes de todas partes del mundo, se hablan aquí unos 70 idiomas diferentes. Esto crea un gran problema en lo relacionado con el servicio del campo, y en poder ofrecer a los amos de casa literatura que ellos puedan leer. Pero a medida que crece el porcentaje de la población que aprende hebreo, el problema está resolviéndose. Toda la generación más joven habla hebreo como su lengua principal, y en la mayoría de las casas ya se entiende hebreo.

PROGRESO EN TEL AVIV

En 1958 los graduados de Galaad, Alex y Athena Panis, y la precursora especial Anita Seclenov llegaron a Tel Aviv procedentes de Uruguay. Establecieron un hogar que,llegó a ser el centro teocrático para las reuniones y el servicio del campo. Desde entonces, en particular, las cosas comenzaron a adelantar.

Anita Seclenov, que domina el ruso y el español, comenzó a ver el fruto de su servicio enseguida. Por ejemplo, conoció a un carpintero de extracción rusa en el taller de él. Él pidió una suscripción para La Atalaya en ruso, lo cual llevó a un estudio con su esposa. Ella se convirtió en una publicadora celosa, y a su debido tiempo en precursora especial. Otra familia, judíos búlgaros que hablaban español, respondió. Aunque la madre no continuó en la verdad, el hijo es ahora superintendente de congregación.

Otra dama de Bulgaria escuchó con interés a la hermana Seclenov, pero su modo de vivir había estado tan apartado de los principios bíblicos que parecía que sería casi imposible que cambiara. ¡Pero lo hizo! Por varios años sirvió de precursora especial, y otros miembros de su familia son publicadores activos. Ella saca buen provecho de su habilidad de conversar en más de 20 idiomas, que es uno de los mayores haberes que se pueden tener en este país en el que se hablan tantas lenguas.

Es una sobresaliente experiencia acompañar a esta hermana de casa en casa y oír las buenas nuevas del Reino habladas en español, entonces hebreo, búlgaro, ruso, árabe, inglés, a medida que se encuentra con inmigrantes de lugares diferentes. Y cuando se encuentra con un sordo eso no es problema, ¡pues el lenguaje por señas de los sordos es otro “idioma” en el que ella está versada! Por bastante tiempo la pequeña cocina de su casita sirvió de Salón del Reino.

A través de los años la congregación de Tel Aviv se ha reunido en varios hogares privados, así como en salones alquilados. Varias veces los hermanos se preguntaron: ‘¿A donde iremos ahora?’ a medida que crecían en número y los dueños de los salones rehusaban dejarles continuar usando sus locales debido a la presión del vecindario y el prejuicio. Pero los horarios de las reuniones se mantuvieron sin interrupción. De hecho, en todos los años solo ha sido preciso cancelar una reunión y eso pasó cuando una violenta tempestad se llevó el tejado de la habitación que se estaba usando como salón de reuniones precisamente antes de la hora de la reunión. Finalmente, en 1963, la Sociedad Watch Tower financió la compra de un Salón del Reino para la congregación en un lugar céntrico de Tel Aviv. Aquí la concurrencia creció y creció hasta que fue necesario formar dos congregaciones. Al meditar en los años que han transcurrido se pone de manifiesto que la mano de Jehová ha dirigido los asuntos de tal manera que siempre se hizo alguna provisión.

A menudo a los nuevos inmigrantes se les suministra alojamiento y trabajo en poblados distantes a fin de esparcir la población. Así fue que el hermano y la hermana Klufinski de Polonia, que llegaron a fines de 1957, se hallaron en el muy aislado rincón septentrional del país, cerca de la antigua ciudad bíblica de Hazor. Pero después de seis meses hicieron arreglos para mudarse más cerca de Tel Aviv, a poca distancia de Lod, donde estaba situada la ciudad bíblica de Lida. Desde 1959 en el hogar de ellos se ha estado celebrando el estudio de libro de la congregación, y también un estudio en polaco de La Atalaya que se conduce allí para las personas interesadas de la localidad, pues está a unos 23 kilómetros del Tel Aviv.

Cuando temporeramente se transfirió a los graduados de Galaad de Tel Aviv a Nazaret, el hermano Abaye Behar, que había llegado de Turquía, fue asignado como superintendente por un período. Pero no entendía hebreo ni ningún otro idioma común a la mayoría de los publicadores. ¿Qué sucede cuando el que conduce el estudio de La Atalaya no entiende las respuestas que se están dando en varios idiomas?

Pues bien, el hermano Behar leía las preguntas de La Atalaya en turco; los presentes tenían el mismo artículo, cada cual en su propio idioma. Entonces, se hacían arreglos para que a medida que se dieran las respuestas en ruso o polaco, un publicador maduro le señalara con la cabeza al hermano Behar si la respuesta era apropiada y completa o si se necesitaba más. ¡Si la respuesta se suministraba en hebreo o alemán, entonces otro publicador hacía lo mismo! Los discursos de la Escuela Teocrática y el consejo que se daba en español eran traducidos al hebreo por un joven publicador de 10 años de edad. Para el beneficio de los publicadores de habla eslava, una hermana traducía al ruso los discursos de las reuniones de servicio que se pronunciaban en español. Otra hermana los traducía al hebreo. Por tales medios todos entendían satisfactoriamente y se aprovechaban de los programas de las reuniones.

¡Qué bendición cuando el joven David Namer llegó al país, procedente de Turquía! Él ya conocía bien el hebreo, y aunque era comparativamente nuevo en la verdad había obtenido buen conocimiento y entendimiento. Cuando el superintendente de la congregación, un graduado de Galaad, dejó el país, David se encargó de la superintendencia de la congregación por un período. En la actualidad, sirve como miembro del comité de la sucursal, y el curso especial de cinco semanas del que disfrutó en Brooklyn fue uno de los puntos sobresalientes de su vida.

ASAMBLEA “BUENAS NUEVAS ETERNAS”

Un suceso sobresaliente de 1963 fue la Asamblea Internacional “Buenas Nuevas Eternas.” El mayor grupo de visitantes fue a Jordania y el Líbano, pero unos cuantos vinieron a Israel. El consejo rabínico llegó a enterarse de la asamblea y ejerció presión sobre el dueño del salón para que cancelara nuestro contrato, amenazándolo con cancelar su licencia de proveer víveres para banquetes y fiestas, lo cual efectivamente arruinaría su negocio. Aunque los hermanos tenían un contrato seguro, concordaron en renunciar a sus derechos a este salón moderno, de aire acondicionado, más bien que ocasionar dificultades al propietario.

La asamblea se transfirió al Salón del Reino. Sin embargo, la oposición, en vez de desalentar a los hermanos, los estimuló. Los medios noticieros se enteraron del relato y lo publicaron en varios periódicos en inglés y hebreo —un total de 380 centímetros de columna— expresando su desaprobación de una acción tan arbitraria. ¡Así, al consejo de rabinos le salió el tiro por la culata! Para el discurso público se alcanzó una concurrencia que hizo marca de 115 personas.

SE ESTABLECE UNA SUCURSAL EN ISRAEL

Finalmente, el 1 de enero de 1963 Israel llegó a ser una sucursal aparte, y se estableció la oficina en Haifa. Desde aquí se organizan las visitas de los superintendentes de circuito, las asambleas y todas las otras actividades, se recogen los informes, y se mantiene correspondencia con las congregaciones y los grupos. Para ese entonces el número de publicadores del país había ascendido a unos 80, la mayoría de los cuales vivían en las dos ciudades de Haifa y Tel Aviv y en las cercanías de éstas. Alrededor de ese tiempo se suministró ayuda adicional con la llegada a Israel de Eric y Catherine Pearce y Derek y Jean Hanson.

Además, se dio un sobresaliente paso adelante con la producción del primer número de La Atalaya en el idioma hebreo, con fecha de diciembre de 1962. Los primeros 15 números fueron ediciones mimeografiadas. A medida que se produjeron mejores ediciones, la circulación creció de entre 300 y 400 ejemplares hasta un promedio de más de 2.000 ejemplares de cada número, en más de 30 diferentes países. Debido a la prohibición sobre la importación de literatura en el idioma hebreo al país, La Atalaya se ha impreso en una imprenta local, y los Testigos de Israel se encargan de la traducción, la composición y la corrección de pruebas.

Una de nuestros traductores es Shoshana Givati. Se crió en Israel, pero más tarde se mudó a los Estados Unidos donde llegó a ser Testigo en 1960. Oyó de una pareja que estaba trabajando duro para aprender hebreo, a fin de mudarse a Israel para ayudar a las congregaciones allí. De modo que pensó: “Si ellos están haciendo tanto esfuerzo, y ya yo sé hebreo, ¿qué estoy haciendo aquí en los Estados Unidos?” Prontamente arregló sus asuntos para regresar a Israel, y a pesar de las responsabilidades de familia, ha estado sirviendo aquí desde ese entonces, contribuyendo a la traducción de La Atalaya.

En junio de 1966 se alquiló un edificio más apropiado en Haifa para proveer un Salón del Reino, la oficina sucursal y alojamiento para la pequeña familia de Betel. Así, a mediados de los años sesenta las concurrencias regulares de 80 a 100 personas en Tel Aviv, y de aproximadamente 40 en Haifa, ponían de manifiesto el progreso. Se alcanzaron nuevos máximos de publicadores en el país año tras año: 1964... 88; 1965... 98; 1966... 112; 1967... 126.

UNA HERMANDAD AFECTUOSA E INTERNACIONAL

Lo que quizás falte en cuanto a entendimiento y comunicación clara entre los hermanos debido a las barreras de idiomas es compensado por el afecto genuino que existe entre ellos. Como dijo una señora acerca de su primera reunión: “¡Ustedes son tan amigables aquí!” El hecho de que esto es un factor importante se desprende de la siguiente experiencia:

Una Testigo que había aprendido la verdad en Polonia, y cuyo conocimiento del hebreo todavía era sumamente limitado, se dirigía a la reunión de su congregación cuando se encontró con una conocida de su país natal. Ella le dijo a la señora a donde iba y la invitó a acompañarla. La amiga vino y, aunque no entendió mucho de lo que se dijo, quedó tan impresionada con el cariño y la amigabilidad de los hermanos que comenzó a asistir con regularidad. Ella, a su vez, habló de esto a las esposas de dos compañeros de trabajo de su esposo. ¡Ahora todas forman parte de la congregación! Una de estas hermanas sirvió de precursora regular por varios años. Y su esposo, a quien ella ayudó a aprender la verdad, es un celoso publicador y siervo ministerial.

Note otra muestra de lo internacional que es la escena aquí. En una de las congregaciones tenemos al hermano Moshe Erez, que se crió en Irak. Se puso en comunicación con el mensaje del Reino por primera vez en Hong Kong. Entonces, durante la segunda guerra mundial, estuvo en Japón. Allí comenzó a testificar a otras personas acerca de su recién hallada fe. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el aislamiento y la lectura de libros de la alta crítica socavaron su fe. Después del fin de la guerra regresó a Irak, y entonces vino a Israel.

Moshe decidió escribir un libro en el que relataría la historia de su vida, en particular respecto a los cambios que había tenido en su punto de vista de la religión y la Biblia. Cuando éste finalmente estuvo preparado, comenzó a buscar a alguien que se lo publicara. Al considerar el asunto con un jeque en una de las aldeas donde estaba trabajando, el jeque sugirió que tal vez los testigos de Jehová podrían ayudarle en su proyecto, pues ellos publicaban literatura religiosa. De este modo se puso en comunicación con la congregación local, y tuvo varias consideraciones detalladas con uno de los hermanos.

El cumplimiento de la profecía de las “setenta semanas” en Daniel respecto al Mesías, y también la exactitud general de la cronología bíblica, impresionó profundamente a Moshe. La fe que había ganado en Hong Kong y perdido en Japón fue restaurada y fortalecida, esta vez sobre la base del conocimiento exacto. El estudio y la asociación regulares en las reuniones de congregación lo edificaron rápidamente. Él, junto con su hija, Dalia, quien había progresado rápidamente en la verdad, se bautizaron en 1962. Quedó olvidado su deseo de publicar un libro con el relato de su vida. ¡Qué excelente haber han sido para la congregación! Cuando es necesario el padre traduce en las reuniones del árabe al hebreo y al inglés, y sirve de anciano. La hija ha estado en el servicio de Betel por más de 10 años y se ha mantenido cabalmente ocupada en traducir y corregir las pruebas del material de La Atalaya y otras publicaciones.

LA GUERRA DE LOS SEIS DÍAS... 1967

El buen ejemplo de la unidad y confianza mutua que florece dentro de las congregaciones de los testigos de Jehová se manifestó durante la guerra árabe-israelí de junio de 1967. En Israel el resentimiento y el recelo se intensificaron entre los sectores judíos y árabes del pueblo durante los tensos días de antes de la guerra, y durante la semana de la guerra misma. Pero la congregación de Haifa, que consiste tanto de hermanos judíos como árabes, continuó reuniéndose a través del período de la guerra misma sin trazo alguno de tal odio y sospecha. El Salón del Reino fue oscurecido, amortiguamos las luces y continuamos con todo el horario de las reuniones sin interrupción.

La congregación de Tel Aviv tuvo que cambiar sus reuniones y celebrarlas por la tarde debido a la reducción de toda la transportación después de la puesta del Sol. De otro modo, todo continuó sin interrupción. Los hermanos ciertamente hallaron muchas oportunidades de dar testimonio respecto a las ‘señales de los tiempos’ y la esperanza futura. ¡Se alcanzó un nuevo máximo de publicadores en el país durante ese mes cuando 126 hermanos informaron actividad de predicación!

Como resultado de la guerra fue posible establecer de nuevo los contactos entre los hermanos de Israel y los que estaban en la sección designada como el Banco Occidental. La congregación de Ramallah y Beit Jala, y el grupo que vivía en Jericó, están en el Banco Occidental. Habían pasado casi 20 años desde que los hermanos de aquella zona habían podido reunirse con los que estaban al otro lado de los límites establecidos después de la guerra de Palestina de 1948. En cuanto, se hizo posible una delegación de la oficina sucursal de la Sociedad, incluso un traductor de la lengua árabe, obtuvo permiso para visitar estos lugares. Pero el conocimiento que tenían del paradero de estos hermanos era muy vago. Informaron:

“Nos dirigimos por auto hacia el norte de Jerusalén, y pasamos por señales de daño bélico —tanques y automóviles quemados y hogares dañados por el cañoneo— y llegamos al pueblo de Ramallah. Un miembro del grupo recordaba el nombre de una familia que había vivido allí algunos años antes, de modo que pedimos direcciones para llegar a la casa de ellos. No había sufrido daño alguno y era obvio que estaba habitada, de modo que tocamos a la puerta. Alguien abrió la puerta unos pocos centímetros, bastante nerviosamente, y explicamos quiénes éramos. ¡Inmediatamente el cuadro cambió! ¡Nos dieron la bienvenida, y hallamos que habíamos llegado a la hora y el lugar donde se estaban reuniendo para el estudio semanal de ‘La Atalaya’! ¡Qué emocionados estaban los hermanos de vernos! Habían perdido la comunicación con la oficina de la Sociedad en Beirut un poco antes del estallido de la guerra. Había 18 personas en concurrencia en su estudio aquella tarde.

“Después del estudio, se pronunció un discurso breve para informar a los hermanos lo que había estado sucediendo, relatándoles algo del progreso de las congregaciones de Israel. ¡Ese breve discurso, que se pronunció con traducción al árabe, probablemente fue el primer discurso público que se dio en Ramallah en la lengua hebrea! Estábamos cargados con cosas buenas para los hermanos... surtidos de las revistas corrientes para satisfacer sus necesidades espirituales, así como alimentos básicos, regalos de los hermanos de la congregación de Haifa. También se satisficieron las necesidades de los tres precursores especiales. ¡Qué feliz fue aquella ocasión para todos nosotros! Desafortunadamente, tuvimos que acortarla pues la hora del toque de queda se acercaba y teníamos que regresar a Jerusalén para pasar la noche.

“Al día siguiente —esta vez con los nombres y las direcciones— visitamos a los hermanos en la zona Beit Jala/Belén. Aquí, también, todos estaban bien; ninguno había sufrido daño. El superintendente de la congregación, Farah Bakhit, estaba tan deleitado de vernos que inmediatamente cerró su pequeño taller por el resto del día y nos acompañó a visitar a todas las familias que se asociaban con la congregación, incluso los fieles que habían permanecido firmes a través de los casi 20 años que habían transcurrido desde la división del país. Cuando vinimos a ver el día pasó y tuvimos que marcharnos. Pero antes de hacer eso hicimos arreglos para volverlos a visitar, con tal que las fronteras no fueron cambiadas mientras tanto.”

La próxima visita, que se realizó tres o cuatro semanas más tarde, fue más extensa, y esta vez se programaron las reuniones con anticipación para la ocasión. Se incluyeron visitas a Jericó y Nabulus para ver a familias aisladas. El único hermano que vive en Nabulus, Joseph Abdennour, fue el que muchos años antes había estado asociado con la congregación de Haifa.

Se hicieron planes para celebrar una asamblea de un día para todas las congregaciones del país en una habitación grande de un hotel de Jerusalén el 6 de agosto, menos de dos meses después de la guerra. Se fijó la fecha de modo que coincidiera con un viaje de vacaciones que el entonces vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, iba a hacer al país junto con otros de la ciudad de Nueva York. ¡Qué maravilloso resultó ser ese día!

Los hermanos disfrutaron de conocer a dos miembros del grupo original que había traído el mensaje del Reino de los Estados Unidos a Ramallah en 1919. Los hermanos del Banco Occidental se emocionaron de ver a tantos hermanos de las ciudades de Israel, donde 20 años antes solamente había habido cuatro o cinco publicadores. Un total de 176 personas asistieron a aquella reunión de un día. El magnífico espíritu de unidad quedó claramente manifiesto a medida que los hermanos,que habían sido separados por una línea fronteriza de alambres de púa, ahora tenían oportunidades de intercambiar saludos y noticias, hasta el grado en que las diferencias de idioma lo permitieran. Desde ese entonces, los hermanos del Banco Occidental han podido asistir a las asambleas de circuito y distrito que se celebran en Israel, mientras que los hermanos del sector israelí han podido visitar las congregaciones de allá.

Las dos congregaciones del Banco Occidental anteriormente habían estado sujetas a proscripciones y embargos de literatura. El clero de Jerusalén y Belén había ejercido presión sobre el gobierno jordano de Ammán para que les impusiera estas restricciones a los testigos de Jehová. Pero esos dignatarios no pueden influir en las autoridades civiles o militares de Israel, y, como resultado, hemos tenido libertad de asamblea y de actividad en el Banco Occidental desde 1967. De igual modo, ese mismo clero había podido ocasionar dificultades para los hermanos de Ammán, Jordania, pero ya no tienen acceso para influir en las autoridades gubernamentales de ese país.

UNA LECCIÓN PARA LOS CABEZAS DE FAMILIA

Debe aprenderse una lección de lo que ocurrió en el caso del hermano Joseph Abdennour, que se mudó de Haifa a Nabulus aproximadamente en 1947. Aunque mantuvo su fe en el mensaje del Reino y testificó a otros según se presentaba la oportunidad, Joseph no prestó suficiente atención a las necesidades espirituales de su familia. Puesto que estaban aislados, sus hijos no tenían la oportunidad de asistir a las reuniones ni asociarse con otros jóvenes que estuvieran en la fe. El resultado fue que ninguno de ellos se interesó en la verdad, sino que se dedicaron a negocios de familia, política y otros intereses.

Un hijo llegó a participar activamente en el movimiento comunista, y hasta fue encarcelado por siete años en un campamento de trabajos en el desierto bajo las autoridades de Jordania debido a su actividad política. Él había oído hablar a su padre acerca de la esperanza bíblica, pero nunca había recibido una explicación cabal de ella. Su experiencia en el campamento de prisioneros quebrantó la confianza que tenía en el comunismo y quedó sin base para esperanza. Después de la muerte de su padre, él y su familia se mudaron a Ramallah donde se pusieron en comunicación con los Testigos. También trajo consigo la biblioteca de su padre, incluso la literatura de la Sociedad. Las visitas de los hermanos despertaron su interés y se comenzó un estudio. Esto edificó su fe en Dios y en la Biblia. Progresó rápidamente y se bautizó en su primera asamblea, y sirvió por cierto tiempo de precursor. ¡A su padre le hubiera deleitado ver el progreso espiritual que él ha hecho!

TRABAJANDO EL TERRITORIO

La mayoría de los Testigos de Israel viven cerca de ciudades en las que hay congregaciones establecidas... en Haifa y en Tel Aviv, y en el Banco Occidental, en Ramallah y Beit Jala/Belén. No obstante, se ha dado algún testimonio en casi todos los rincones del país, y ha llegado literatura a muchos otros pueblos y aldeas. Entre las ciudades que todavía llevan nombres bíblicos y que han recibido por lo menos algún testimonio se encuentran Asdod (Ashdod), Ascalón (Asquelón), Gat, Jope, Cesarea, Beer-seba (Beersheba), Elat, Jerusalén, Lida, (ahora Lod), Nazaret, Tolemaida (ahora Akko), y los municipios a todo lo largo de la cordillera del Carmelo. De igual modo, territorios del Banco Occidental como Hebrón, Siquem (ahora Nabulus) y Jericó han oído las buenas nuevas a un grado limitado.

En el primer siglo había una congregación en Tolemaida. (Hech. 21:7) Hoy día tenemos una sola publicadora allí. ¡Y qué fiel y leal es! Tullida por la poliomielitis de joven, se vio limitada a un radio de unos cuantos metros del hogar de su familia en la antigua ciudad amurallada. Sucedió que un hermano tenía una relojería dentro de esa distancia y que ella de vez en cuando iba a su taller a hablar. ¡Ella respondió a las animadoras buenas nuevas que él le dio, las cuales le ofrecían la esperanza de correr y saltar algún día!

La verdad produjo cambios definitivos en su punto de vista sobre todo asunto de la vida, y le dio incentivo para aprender un oficio, hallar empleo apropiado y hasta pasar su prueba de conducción. Pronto viajaba los 24 kilómetros hasta la congregación de Haifa para asistir con regularidad a las reuniones. Se ha convertido en una Testigo excelente, entusiástica y enérgica, y de vez en cuando hasta ha participado en el servicio de precursor auxiliar. En 1969 asistió a la asamblea internacional que se celebró en París, Francia.

LA CLASE DE PERSEVERANCIA QUE SE NECESITA

No es fácil llegar a ser Testigo en Israel. La persona de origen judío que comienza a asociarse con la congregación local tiene que enfrentarse a oposición de todas partes. Esto en verdad prueba el amor que la persona tiene por la verdad y su determinación de servir a Jehová. Una familia que resistió esta clase de oposición era oriunda de Rusia.

Una de las hermanas precursoras se encontró con esta familia y, como resultado de un estudio semanal, progresaron rápidamente y desarrollaron un excelente espíritu de determinación a aferrarse a lo que estaban aprendiendo. Les tiraban piedras por las ventanas, y las rechiflas y los insultos verbales eran experiencias de todos los días. Otros los rechazaron del todo, rehusando hablar con ellos. Sin embargo, con el tiempo se ganaron el respeto de los que antes se oponían y los evitaban.

Cuando la familia comenzó a asistir a las reuniones y a testificar a otros, las autoridades rabínicas se dieron cuenta. El comité local de rabíes ofreció ayuda financiera a la familia si volvían a la religión judía, pues dieron por sentado que el aliciente material era lo que había ocasionado que se convirtieran en cristianos. La respuesta del hermano no dejó lugar a dudas: “Hay cosas que no se pueden comprar ni vender con dinero, y la verdad de la Palabra de Dios, la Biblia, es una de ellas. He hallado esta verdad con la ayuda de los testigos de Jehová.” Además de la ayuda que el padre de la familia está dando como anciano en una de las congregaciones, dos miembros de la familia han servido de precursores. Estas pruebas tempranas que los Testigos tienen que soportar aquí, producen en ellos una fortaleza espiritual que con el transcurso del tiempo les es muy útil.

PROGRESO RÁPIDO DE LOS NUEVOS

Desde 1969, Anita Seclenov ha estado sirviendo como miembro de la familia de Betel. Después de una caída en la que sufrió una lesión en la espalda ha tenido que limitar su participación en el servicio del campo principalmente a comunicarse con las personas que viven en la zona inmediata a la casa donde está la sucursal. A unos 46 metros de la casa se encontró con una dama que mostró interés, y comenzó un estudio a pesar de las dificultades con el idioma. El placer que esta ama de casa obtuvo del estudio hizo que el esposo de ella se interesara y que él también comenzara a leer y después a estudiar.

Se les animó a asistir a las reuniones, pero vez tras vez visitantes de su gran círculo familiar llegaban precisamente a la hora de las reuniones. Hasta cuando iban al Salón, los llamaban a casa de las reuniones en cuanto llegaban los visitantes. Pero entonces se desarrolló firmemente el “gusto” por el alimento espiritual que se servía en las reuniones, e informaron a sus muchos amigos y parientes que durante las tres noches de reuniones no estarían en casa a ciertas horas.

Esta pareja, Hanna y Nehai Khoury, y sus cinco hijos, han dado excelente testimonio a los muchos parientes que tienen en la ciudad y a los que viven en su distante aldea natal. También han demostrado ser una excelente ayuda a la congregación. El padre pronto estaba llevando la delantera en el servicio del campo y encargándose de otras responsabilidades en la congregación. Se le nombró como miembro del Comité de la Sucursal y en 1978 disfrutó del privilegio de asistir al curso para los miembros de los comités de sucursal en Brooklyn, Nueva York. Era la primera vez en su vida que había dejado el país o se había separado de su familia.

ASAMBLEAS Y MEMORIAL

Desde 1967 en adelante, todos los programas de nuestras asambleas de circuito y distrito se han presentado tanto en la lengua hebrea como en la árabe. En algunos casos el programa se da en una lengua y se traduce a la otra. En otras ocasiones se hacen arreglos para tener sesiones por separado en los diferentes lenguajes en salones adjuntos, y en esos casos hay oportunidades para compañerismo entre las sesiones. Diferentes salones han servido nuestras necesidades para estas asambleas a medida que hemos ido creciendo... cines, clubes sociales y edificios de escuela.

A menudo el Memorial coincide con la Pascua judía, un hecho que crea sus problemas. Toda la transportación pública se detiene a la puesta del Sol y pocas familias de la localidad tienen automóvil. En la localidad las familias judías se reúnen alrededor de una mesa para celebrar el éxodo de Egipto en los días de Moisés, una situación que presenta dificultades para los Testigos en las familias divididas. Esto es especialmente cierto en los casos en que la madre de la familia es la única que está en la verdad, y se espera que ella esté en casa para preparar y servir la comida judía de la Pascua. Esta es solamente una de las muchas cuestiones que los nuevos tienen que encarar a medida que comienzan a progresar y se ponen de parte del verdadero ‘cordero de la Pascua,’ el Mesías. De modo que la concurrencia de más de 400 personas cada año en nuestro Memorial representa un gran esfuerzo por parte de las personas interesadas.

MUCHOS VISITAN “LA TIERRA DE LA BIBLIA”

Aunque siempre ha habido un flujo constante de individuos que visitan Israel, la Sociedad organizó un programa de gira en 1973 que permitió que muchos más vieran la tierra en la que tanto ocurrió en relación con el desarrollo de los propósitos de Jehová. Se hicieron arreglos para la transportación a Israel, un itinerario bien organizado y alojamiento cómodo, y más de 3.500 personas visitaron el país. Enlazaron su visita aquí con una asamblea en Europa o en otra parte.

Más recientemente, en 1978, se repitió un programa similar, y esta vez tuvimos más de 14.000 visitantes de más de 40 países diferentes. Y durante 1979 otros miles se aprovecharon de similares giras organizadas. ¿Qué ven los visitantes?

El itinerario les permite ver tanto del país como es posible en una semana de gira... una vista de la tierra “desde Dan hasta Beer-seba” y a veces hasta más allá. Algunos han incluido una visita a la zona del monte Sinaí. Es fortalecedor de fe y educativo ver por sí mismo los lugares verdaderos y marcos de circunstancias de los sucesos bíblicos significativos... Meggido (Megido), el monte Carmelo, Cesarea, Capernaum, Jope, el monte de los Olivos, Jericó, el valle de Hinón, Nazaret y Belén. La entera historia de la Biblia cobra vida y aumenta en significado.

Pero el beneficio no termina ahí. Muchos de los grupos visitantes hicieron arreglos para reunirse de noche con los publicadores de la localidad que fueron a los hoteles donde los visitantes estaban quedándose. Se disfrutó de un intercambio de experiencias y noticias, lo cual sirvió de estímulo para todos. ¡Y fue una gran experiencia para los cuatro miembros de la familia de Betel recibir en su pequeño hogar a tantos miles de visitantes!

Además, el gran número de Testigos que daban gira a lo largo y lo ancho del país dio un excelente testimonio a aquellas personas con las cuales se pusieron en comunicación. Cada autobús llevaba el letrero, “Testigos de Jehová... gira de la tierra de la Biblia,” y muchos visitantes llevaban puesta su tarjeta de identificación. Así es que hasta cuando no era posible conversar debido a las barreras de idioma, la excelente conducta y la amigabilidad que los hermanos mostraron dejaron una impresión positiva.

CUESTIÓN DE NEUTRALIDAD

Dentro de 10 días después de la partida del último grupo de visitantes allá en 1973, estalló la ‘Guerra del Día de Expiación’ entre Israel y sus vecinos. Como en 1967, las actividades y las reuniones de las congregaciones continuaron sin interrupción. Pero se produjeron dificultades cuando el gobierno israelí aumentó el reclutamiento militar, y canceló todas las exenciones anteriores que había concedido a nuestros hermanos jóvenes. Algunos, incluso dos ancianos, padres de hijos jóvenes, así como algunos siervos ministeriales, fueron arrestados y sentenciados a encarcelamiento en una prisión militar. Para una de las familias, la ausencia del padre se prolongó por un segundo año. Los hermanos de la localidad prestaron su apoyo a las familias, suministrando alimento y otra ayuda práctica.

No fue sino hasta que el grupo de hermanos encarcelados decidió adoptar una posición más firme en armonía con los dictados de sus conciencias, y rehusaron llevar los trajes de faena militares que se les habían dado como ropa para la cárcel, o efectuar ninguna asignación en el campamento, que las cosas comenzaron a cambiar. Tuvieron que soportar algunas semanas de condiciones inhumanas en el bloque de castigo vestidos solamente en ropa interior durante el tiempo de invierno, pero la publicidad que resultó, y la evidente futilidad de los esfuerzos por quebrantar su integridad, condujo a que por fin se les pusiera en libertad. Los informes de la prensa, en su mayor parte, fueron favorables a medida que los relatos personales acerca de las familias envueltas, y la explicación de nuestros principios y creencias aparecieron en varios periódicos nacionales, así como en noticiarios de la radio y en un programa telefónico.

En relación con estos informes noticieros el Nombre Divino, Jehová, apareció en los periódicos y fue oído en la radio, probablemente por primera vez. Aunque el Tetragrámaton está en la Biblia hebrea y otra literatura religiosa, nunca se escribe en publicaciones seglares ni se pronuncia en ninguna circunstancia. Cuando los publicadores se presentan a los amos de casa como “testigos de Jehová,” tienen que explicar que esto, de hecho, significa “testigos de Dios.” Los amos de casa judíos nos identifican como parte de la cristiandad debido a que usamos el nombre de Jehová. Al mismo tiempo, la población árabe nos cataloga como “sionistas” porque usamos el nombre de Jehová, ¡el nombre judío de Dios! ¡Consideramos que es un privilegio singularmente sobresaliente llevar el nombre del Dios Todopoderoso!

EXTREMISTAS RELIGIOSOS SE OPONEN

Aunque hay libertad de religión en Israel, hay individuos y algunos movimientos antimisionales que se oponen a toda forma de proselitismo. Los tales a menudo nos han asociado erróneamente con misioneros de la cristiandad. Durante 1977 la oposición a nuestra obra llegó a un máximo en la campaña que se dirigió contra la congregación de Tel Aviv y su Salón del Reino.

Los judíos ortodoxos fanáticos crearon dificultades para algunas de las familias de Testigos distribuyendo panfletos insultantes a los vecinos de éstos. A medida que los hermanos iban y venían de las reuniones, les gritaban insultos, palabras obscenas y amenazas. Entonces se realizó una serie de tres ataques al Salón del Reino, durante los cuales los perpetradores destruyeron muebles, equipo amplificador de sonido, acondicionadores del aire, instalaciones eléctricas y literatura... ¡hasta destrozaron cada ejemplar de la Palabra de Dios, la Santa Biblia!

Al principio, las autoridades no prestaron atención a las protestas y apelaciones por ayuda. Sin embargo, a medida que tanto la prensa local como la extranjera, así como la televisión local, comenzaron a usar la historia, las autoridades policíacas obraron. Cooperaron en poner una emboscada que resultó en el arresto de tres estudiantes rabínicos cuando éstos regresaron por cuarta vez, esta vez con el propósito de quemar el edificio. Aunque se permitió que estos vándalos salieran después de pagar una multa nominal y una sentencia suspendida, la acción que se tomó ha detenido los ataques. Muchas personas de corazón honrado expresaron su disgusto por la intolerancia que mostraron los que rápidamente han protestado en contra de la discriminación cuando ellos mismos han sido objetos de ella en otros países.

CONTINÚA EL PROGRESO

A través de los años setenta el número de publicadores ha aumentado constantemente hasta llegar a 200 para 1974, 250 para 1975, y un máximo de 276 en 1976. Las concurrencias a las asambleas y al Memorial aumentaron a 400 y más. Después de este incremento las cosas han continuado a un mismo nivel por los últimos dos años, algunos nuevos han entrado, algunos han dejado el país y otros no han mostrado la necesaria cualidad de la perseverancia. Ahora tanto la congregación de Ramallah como la de Belén (o Beit Jala) tienen excelentes Salones del Reino en lugares centrales.

El número de publicadores del Reino en Jordania ha aumentado de los 19 que informaban en 1968, cuando las congregaciones de Ramallah y Belén dejaron de considerarse como parte de Jordania, hasta un promedio de unos 40 publicadores hoy día. Sigue habiendo solo una congregación en Jordania, en Ammán, la capital.

Todos los miembros del antiguo grupo original de hermanos que trajeron la verdad a Ramallah después de la I Guerra Mundial han muerto desde entonces, el último en la primavera de 1971. Además, Ibrahim y Atallah Shehadi, los hermanos con los cuales ellos se comunicaron primero en Haifa en los años treinta, recientemente terminaron su proceder fieles: Ibrahim murió en 1978 y Atallah en julio de 1979. Las dos hermanas que dieron inicio a las actividades actuales en Tel Aviv y la zona circundante, Frieda Susser y Fanny Mintzer, todavía siguen celosamente ocupadas en el servicio. Y ahora se les han unido muchos, muchos más. Todos estos publicadores del Reino están felices y unidos en su obra en este rincón vital del mundo.

[Nota a pie de página]

^ párr. 3 El nombre “Palestina” se derivó indirectamente de “Filistea,” nombre que originalmente se limitaba al territorio costanero que ocupaban los filisteos.

[Ilustración en la página 216]

Israel... un país de contrastes en el que lo nuevo se encuentra con lo viejo

[Ilustración en la página 220]

Ibrahim (izquierda) y Atallah Shehadi, hermanos carnales, iniciaron la obra de la testificación en Haifa

[Ilustración en la página 232]

Frieda Susser (izquierda) y Fanny Mintzer, de la misma aldea de Polonia, iniciaron las actividades de testificar que actualmente se llevan a cabo en Tel Aviv-Jaffa

[Ilustración en la página 252]

Algunos de los muchos Testigos que visitaron la tierra de la Biblia en 1978

[Mapas en la página 213]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Israel y Jordania

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Akko

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Meggido

Cesarea

Tel Aviv-Jaffa

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Asquelón

Betel

Rammallah

Capernaum

Nazaret

Samaria

Nabulus

Jericó

Belén

Hebrón

Beerseba

Petra