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Bélgica

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BÉLGICA está situada en la encrucijada entre Francia, Alemania, los Países Bajos e Inglaterra. Su historia está estrechamente enlazada con estas naciones, que muchas veces redimieron sus diferencias religioso-políticas aquí. Durante la dominación sucesiva de varias potencias —la española, la austríaca, la francesa y la holandesa— la Iglesia Católica Romana no permaneció neutral. Al contrario, se distinguió, como la historia lo narra, por una bárbara matanza de miles de seres humanos durante la terrible Inquisición, supuestamente en el nombre de Dios.

En 1830 Bélgica declaró su independencia, pero este hecho no disipó la densa oscuridad espiritual. Charles Taze Russell, el primer testigo de Jehová que vino a Bélgica, visitó las ciudades de Amberes y Bruselas en 1891 y percibió esta oscuridad religiosa. Como en otros lugares, halló que la gente estaba siendo oprimida por la cristiandad apóstata, y privada de las verdades bíblicas.

El temor al clero y su doctrina antibíblica de un infierno de fuego hacía que la gente se abstuviera de abrir la Biblia y examinarla. La gente decía: “No se nos permite leer la Biblia... Ese libro está proscrito... Está prohibido”. Algunas personas de edad avanzada de aldeas pequeñas todavía recuerdan la siniestra prohibición que impuso la Iglesia Católica contra la lectura de la Biblia.

Pero la alegación de que Bélgica era un país católico no podía evitar que se llevara a cabo el mandato de Cristo de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. El mensaje del Reino de Dios que el hermano Russell empezó a esparcir estaba por llegar a los corazones de los católicos sinceros de este país, fuera que hablaran holandés, francés o alemán.

Los flamencos, que componen aproximadamente 60 por 100 de la población, viven en el norte de Bélgica (la región llamada Flandes) y hablan holandés. Los valones, que componen aproximadamente 40 por 100 de la población, viven en el sur de Bélgica y hablan francés. Personas de ambos grupos étnicos también viven en Bruselas, la capital del país. Además, unas 60.000 personas de habla alemana viven en el este de Bélgica, cerca de la frontera alemana.

SE SIEMBRAN LAS PRIMERAS SEMILLAS

Cierto día de 1901 Jean-Baptiste Tilmant padre, de Jumet-Gohissart, un pueblecito dedicado a la minería de carbón en las afueras de Charleroi, vio los libros Aurora del Milenio * anunciados en un periódico. Inmediatamente pidió los primeros dos tomos y empezó a leerlos. ¡Qué consuelo! ¡Cuánto le emocionó ver el brillo de la verdad del Evangelio! ¿Cómo pudiera ser que él se abstuviera de hablar acerca de estas cosas a sus amigos? El año siguiente, en 1902, reunió a sus amigos en su hogar para estudiar las Santas Escrituras, y desde entonces en adelante, cada domingo, este grupito continuó celebrando aquellas reuniones.

En aquel tiempo la luz de la verdad ya había entrado en otros países europeos, particularmente en Suiza, donde el hermano Adolphe Weber se encargaba de los intereses del Reino para parte de Europa. Su gran sed de la verdad movió al hermano Tilmant a escribir a este hermano y pedirle más información. En respuesta, el hermano Weber extendió sus giras misionales a Charleroi para fortalecer la fe de este grupito.

El alimento espiritual que “el esclavo fiel y discreto” había estado suministrando en inglés se había de dispensar ahora a las personas de habla francesa también. En 1903 salió por primera vez en francés la revista La Torre del Vigía de Sión. La luz de la verdad habría de resplandecer con gran intensidad en esta área de minas de carbón. Así, pues, cada domingo este grupito de Estudiantes de la Biblia, como se les llamaba entonces, salía con regularidad al “campo” y distribuía las semillas de la verdad contenidas en las ocho páginas de esta revista. Ofrecían las revistas a las personas que salían de las iglesias de la cristiandad los domingos por la mañana. Así, recibieron amplia distribución los primeros dos números en francés de La Torre del Vigía de Sión.

COMIENZA LA EXPANSIÓN

Poco a poco el grupito de Jumet-Gohissart extendió su actividad de predicar a otras secciones del país, especialmente en el sur, donde se hablaba francés. Fue solo algún tiempo después cuando se llegó a la parte de habla holandesa de Bélgica con la verdad del Reino de Dios.

Entonces, en agosto de 1904, diez años antes de la primera guerra mundial, estos valerosos portadores de las buenas nuevas extendieron su actividad hasta la misma Denain, en Francia. Allí, enfrente de una iglesia bautista, de nuevo ofrecieron las revistas a los que salían del edificio. ¿En qué resultó esto? Dos años después, en 1906, se formó una congregación en Denain.

Se formaron otros grupos de estudio, a medida que Jean-Baptiste Tilmant y sus colaboradores esparcieron valerosamente las verdades bíblicas. Tal expansión resultó en que se hiciera necesario abrir un depósito de literatura, y esto se efectuó en Jumet-Gohissart en la casa del hermano Tilmant.

DE FRANCIA A BÉLGICA

Por supuesto, Bélgica es vecina de al lado de Francia, y desde aquel tiempo en adelante no serían los hermanos belgas quienes irían a Francia, sino lo contrario. Los grupos que se establecieron en Francia se desarrollaron a tal punto que en 1913 más de mil personas se reunieron en Denain para escuchar un discurso por el hermano J. F. Rutherford.

François Caré, quien aprendió la verdad en Francia, vino a Lieja para el año 1910 con el fin de visitar a un amigo protestante llamado Edouard Verdière. El hermano Caré, que ya no podía retener dentro de sí el fuego ardiente de la verdad, quiso ayudar a su amigo a salir de la religión falsa. Sin embargo, la reacción del señor Verdière fue de oposición, y a tal grado que, finalmente, el hermano Caré dijo: “No quiero seguir discutiendo esto contigo. No voy a echar mis perlas ante cerdos”. Y con eso, el hermano Caré se acostó a dormir.

Durante la noche, el señor Verdière siguió pensando en aquella frase, y al otro día por la mañana preguntó al hermano qué había querido decir. El hermano respondió que ya no mencionaría la verdad, puesto que estaba claro que no se le estaban aceptando las “perlas”. El otro hombre se hizo más amigable, y, por eso, el hermano Caré, después de regresar a Francia, empezó a enviar con regularidad las revistas a su amigo, que trabajaba en una mina de carbón. También le había enviado varios tomos de Estudios de las Escrituras. Su amigo Verdière aceptó la verdad rápidamente y empezó a pronunciar discursos públicos. De hecho, fue uno de los hermanos que habló en el funeral del hermano Jean-Baptiste Tilmant en 1911.

Así sucedió que en esta otra sección de Bélgica, en Lieja, la luz de la verdad empezó a filtrarse dentro de la oscuridad espiritual.

OPOSICIÓN CLERICAL

En la misma mina de carbón donde trabajaba Edouard Verdière había otro sincero buscador de la verdad que se llamaba Leonard Smets. Leonard Smets era un católico muy sincero que con regularidad asistía a los servicios religiosos con su familia. Hasta de camino a la iglesia oraba, con su rosario. Era de descendencia flamenca, y se había establecido en Heure-le-Romain, no lejos de Vivegnis, Lieja. Después, en 1900, un protestante le ofreció una Biblia, diciéndole: “Tengo el Libro de Dios”.

Cierto día mientras se confesaba, Leonard Smets confesó al sacerdote que había estado leyendo la Biblia. El sacerdote respondió que si él quería que se le absolviera de sus pecados, primero tendría que llevar la Biblia al sacerdote. Desde aquel día en adelante Leonard Smets dejó de asistir a la Iglesia Católica, pues pensó para sí: “Si realmente son sinceros, vendrán a buscarme, puesto que el deber de ellos es salir a buscar a las ovejas perdidas”. Pero el sacerdote nunca vino. De modo que Leonard Smets empezó a asistir a los servicios religiosos protestantes.

Mientras trabajaba en la mina de carbón, Smets leía su Nuevo Testamento. Verdière notó esto cierto día, y, para saber a qué religión pertenecía Smets, empezó a cantar un himno protestante. Esto atrajo la atención de Smets, quien preguntó a Verdière si él, también, era protestante. Verdière respondió: “Lo era, pero tengo algo mejor para usted”. Entonces le entregó un ejemplar de La Torre del Vigía de Sión y le dio un buen testimonio. Eso sucedió en 1912.

Leonard Smets, a su vez, no mantuvo estas buenas nuevas para sí, sino que las compartió con un compañero de trabajo flamenco, Joseph Poelmans, padre de siete hijos. Este hombre, disgustado con las enseñanzas del catolicismo, también se había vuelto hacia el protestantismo. Sin embargo, al leer la revista que Smets le dio, también reconoció que ésta contenía la verdad.

Al debido tiempo estos tres mineros, Verdière, Smets y Poelmans, decidieron ir adonde el ministro protestante de Herstal, Lieja, y preguntarle acerca de las enseñanzas de la inmortalidad del alma humana, la Trinidad y el infierno de fuego. En vez de ayudarlos, ¡el pastor se encolerizó mucho y los echó de su presencia! Ellos descubrieron que este hombre no era mejor que el sacerdote católico. Por eso, los tres empezaron a estudiar las Santas Escrituras con regularidad, mediante las revistas que habían recibido de Francia.

OPOSICIÓN DE FAMILIA

La esposa del hermano Smets, que no podía leer ni escribir, se opuso a tal grado a que él aceptara la verdad que se sintió dispuesta a abandonarlo y llevarse consigo a los ocho hijos de ellos. Cierto día, antes de que su esposo regresara del trabajo, ella reunió a sus hijos para decirles lo que se proponía hacer. Su hijo de quince años de edad, Marcel, el mayor de los niños, quien más tarde llegó a ser Testigo, preguntó a su madre: “¿Te pega papá? ¿Es un borracho? ¿Se queda él con el dinero que gana?”. La esposa de Smets respondió: “No”. Marcel entonces informó a su madre que él no se iría de su casa. En este mismo momento llegó del trabajo el padre, y con mucha calma dijo a su familia: “Si ustedes se van, todavía continuaré ayudándoles a atender el jardín y cortar la madera”. Después de tal expresión de amor, esta familia permaneció unida.

ENSANCHE PARA 1912

Para 1912 había siete grupos que se reunían para estudio y servicio, y estaban en Haine St. Paul, Flémalle-Haute, Engis, Amay, Ampsin, Lieja y Jumet-Gohissart, donde se había formado el primer grupo en 1902. Estos grupos que se reunían para estudiar celebraban sus reuniones una vez al mes, y periódicamente el hermano Weber, de la oficina suiza, los visitaba.

SU PRIMERA ASAMBLEA FORTALECE LA FE

Para principios del año siguiente, los hermanos belgas recibieron una visita del hermano J. F. Rutherford y celebraron su primera asamblea en Jumet-Gohissart. ¡Cuánto fortaleció esta asamblea la fe de ellos en el establecimiento del Reino Mesiánico de Dios que entonces estaba tan cerca!

SU PRIMERA ASAMBLEA INTERNACIONAL

Unos meses después, el 31 de agosto de 1913, estos mismos hermanos tuvieron el privilegio de asistir a otra asamblea, esta vez no en Bélgica, sino en París, Francia. Se reunieron para una asamblea internacional de un solo día con otros Estudiantes de la Biblia que habían venido de Suiza, Alemania y Francia para escuchar al presidente de la Sociedad Watch Tower, C. T. Russell. El hermano Russell acababa de llegar de una asamblea algo mayor celebrada en Southport, Inglaterra, pero se sintió muy conmovido al ver una concurrencia de 70 celosos hermanos y hermanas que habían viajado largas distancias y venido de cuatro diferentes países. Aunque él no podía entender el idioma de ellos, pudo percibir su profundo interés por la verdad, que se reflejaba en sus rostros. Con la ayuda de un intérprete, aquel grupo fue fortalecido por el anuncio de que 1914 sería un año señalado. ¡Qué día memorable resultó ser aquél!

1914... UN AÑO SEÑALADO

Antes del principio de aquel año señalado, o hacia fines de 1913, el promedio de concurrencia en los grupos de estudio era de 70 personas. Entonces llegó el año 1914, y la gente no había olvidado lo que aquellos fieles publicadores habían predicho para aquel año. Mientras los hermanos se hallaban ocupados en sacar del terreno de su huerto las papas o patatas, la gente se burlaba de ellos porque en 1913 los hermanos habían dicho que cuando llegara 1914 la gente sacaría de la tierra sus papas al sonido de los cañones. Poco después estalló la primera guerra mundial en Europa, y Bélgica fue transformada en un campo de batalla. La prueba de que los Tiempos de los Gentiles realmente habían terminado estimuló a estos Estudiantes de la Biblia a continuar cumpliendo con sus asignaciones de predicar. (Lucas 21:24-26.)

Durante la guerra, estos humildes mineros de carbón fueron también celosos en asistir a sus asambleas. Para llegar a una asamblea caminaban 99 kilómetros (62 millas) desde Lieja a Charleroi, siguiendo las vías del ferrocarril.

Los años que seguirían a 1914 someterían a prueba, hasta el límite, la fe de cada uno (Rev. 2:10). Aunque 1914 resultó ser el año señalado de que se hablaba en la Biblia, todavía no era tiempo para que la congregación cristiana fuera arrebatada al cielo, como muchos hermanos habían esperado. Tenía que efectuarse todavía una obra de testificar sin precedentes. ¿Quiénes demostrarían ser obedientes al mandato de Cristo de predicar “estas buenas nuevas del reino” antes de que viniera el fin? (Mat. 24:14.) Había algunos que no tenían el celo, ni el deseo, que eran necesarios para predicar públicamente el Reino de Dios, y éstos se desasociaron del pueblo de Jehová. Entre los grupitos empezaron a circular opúsculos que daban más énfasis a las opiniones personales que a las verdades reveladas de Dios.

SE EFECTÚA UNA LIMPIEZA

En 1918, después que los que se oponían a la obra de la “siega” o “cosecha” fueron sacados de entre los fieles, solo cinco siervos fieles de Jehová quedaron para anunciar el Reino de Dios. Éstos fueron: la familia Tilmant, el hermano Fontaine, de Haine St. Paul, y los hermanos Smets y Poelmans, de Lieja. Hasta Edouard Verdière, quien tan celoso había sido en pronunciar discursos públicos y en exhibir el Foto-Drama de la Creación, se había alejado de ellos. El hermano Poelmans lloró al ver que tantos hermanos se apartaban de la organización de Jehová. Unos 30 años después, o para 1950, Edouard Verdière regresó a la organización de Jehová, y continuó asociado con los hermanos hasta su muerte.

Entre los grupos de estudio siguieron circulando opúsculos escritos por el “esclavo malo”. Para resistir a los que esperaban subvertir la fe de los hermanos fieles se necesitaba fe firme en Jehová y en su organización visible. Durante cierta reunión, el hermano Poelmans presentó un discurso claro y entusiástico con el fin de fortalecer la confianza de los hermanos en la organización de Jehová. Sin embargo, el que había de seguirle como orador se apartó, puesto que había preparado un discurso completamente diferente del que presentó el hermano Poelmans.

Los que permanecieron fieles no perdieron valor. Como nunca antes, y con mayor celo, proclamaron el Reino Mesiánico por todo el país, y anunciaron que “Millones que ahora viven no morirán jamás”. El resultado de esto fue que dos años después, en 1920, la concurrencia a la Conmemoración de la muerte de Jesús fue un total de 14 en Jumet-Gohissart y Charleroi y 40 en Lieja. Los que dejaron de asociarse con el pueblo de Jehová en 1918, fuera por temor al hombre o por negarse a cooperar con “el esclavo fiel y discreto”, desaparecieron en el olvido.

JEHOVÁ BENDICE A LOS HUMILDES

La parte de habla holandesa de Bélgica no fue privada del mensaje del Reino por largo tiempo. El hermano J. Poelmans viajó los 120 kilómetros (75 millas) en bicicleta desde Lieja a Amberes para esparcir la palabra de la verdad a la gente que vivía allí, en la más grande ciudad de Bélgica.

Sin embargo, la actividad del hermano Poelmans no se limitó a Amberes. Él y el hermano L. Smets predicaron también de casa en casa en Lieja, aunque fueron los únicos dos que estuvieron haciéndolo. Ninguno de ellos podía escribir muy bien, de modo que asignaron la tarea de llenar sus informes del servicio en el campo a los que no participaban en la obra de casa en casa. Enviaban sus informes de servicio a la sucursal suiza, que atendió a la obra en Bélgica hasta 1929. Sin embargo, los hermanos de la oficina suiza insistieron en que aquellos dos hermanos llenaran sus propios informes, como mejor pudieran.

El hermano Smets había adquirido un notable entendimiento de la Biblia. En 1931 abandonó su trabajo en la mina de carbón y se hizo auxiliar, o precursor auxiliar, como diríamos hoy. En imitación del apóstol Pablo, no se hizo una carga para nadie, sino que trabajó como zapatero para alimentar y atender a su familia. Hasta mientras remendaba zapatos se las arreglaba para leer la Biblia, que mantenía abierta enfrente de sí. Hasta su muerte en 1964, a la edad de 95 años, conservó una extraordinaria claridad de pensamiento.

¡ANUNCIAD EL REINO!

En 1922 el hermano Poelmans tuvo la oportunidad de asistir a una asamblea que se celebró en Denain, Francia, donde, como explica él, vio a un hermano que sostuvo en alto un rótulo grande y clamó con voz fuerte: “El Rey se ha acercado. Anunciad al Rey y su Reino”. Aquella mañana, todos los que asistieron a la asamblea fueron de casa en casa a anunciar el establecimiento del Reino de Dios.

AUMENTA LA ACTIVIDAD EN LIEJA

La obra se intensificó a grado mayor en el distrito de Lieja, donde los hermanos Smets y Poelmans aprovechaban toda oportunidad para dar testimonio. Al notar que el hermano Poelmans era de descendencia flamenca, la gente le puso el apodo de “el flamenquito”. Hasta durante una parada de 1925 en honor del que entonces era rey de Bélgica, Alberto I, los hermanos Smets y Poelmans procuraron usar bien su tiempo. Se mezclaron con las personas que marchaban en la parada y sostuvieron en alto un rótulo grande que decía: “Millones que ahora viven no morirán jamás”. Siguieron la procesión hasta el mismo fin sin que los perturbaran.

El grupito de 13 que se reunía en Lieja siguió creciendo cuando otro valeroso publicador del Reino se les unió en 1928. Éste fue Ernest Heuse padre, quien todavía sirve de precursor a la edad de 82 años. Hoy, sus tres hijos y las esposas de éstos, así como sus tres nietos y las esposas de los dos que están casados, todos sirven en servicio de tiempo completo, para un total de 12 de la familia. Juntos, para fines de 1982 habían pasado 244 años en el servicio de tiempo completo. La mayoría de ellos son precursores especiales, algunos están en la obra de circuito y distrito, y uno sirve en el Comité de la Sucursal.

Mientras los hermanos Poelmans, Smets y Heuse estaban ocupados anunciando de casa en casa el Reino de Dios, los otros hermanos los criticaban, y decían que ellos no podían hacer tal trabajo. Estos críticos habían olvidado que “Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios” (1 Cor. 1:27). Los que no progresaban y por eso permanecían atados a su modo de vivir pasado, bajo la influencia de ideas religiosas falsas, rehusaron vestirse de la nueva personalidad semejante a la de Cristo. Un ejemplo de esto se vio en la actitud del que presidía en las reuniones del grupito de Lieja. Como hacen los líderes religiosos, él prefería atraerse atención como anciano electo en vez de salir al servicio del campo. Antes de empezar el estudio de La Torre del Vigía, y puesto que era presidente, se le servía una taza de té y un pedazo de pastel o bizcocho, y él consumía esto ante las otras personas que, sentadas allí, lo observaban. Después comenzaba la reunión.

El temor al hombre hacía que otros se abstuvieran de ir de casa en casa con las publicaciones durante el día, de modo que esperaban hasta el anochecer. Entonces pasaban unos cuantos tratados por debajo de las puertas, o hasta pagaban a algún pensionado para que hiciera esto para ellos. Sin embargo, Jehová resultó estar con los que realmente lo amaban y que no temían esparcir su palabra de la verdad a la luz del día.

EXPANSIÓN EN TERRITORIO FLAMENCO

El hermano Poelmans continuó visitando el territorio flamenco, y en 1928 hizo una revisita en Genk-Winterslag a un polaco que había estado trabajando en las minas de carbón. Esta revisita a André Wozniak resultó en que éste aceptara la verdad. Desde aquel año en adelante el mensaje del Reino realmente progresó en la parte de habla holandesa del país. Hasta entonces solo existían grupos de estudio en la parte de habla francesa de Bélgica.

Dos años después, en 1930, el hermano Wozniak empezó a servir como repartidor, o como precursor regular, como se llamaría ese servicio hoy. Él resultó ser uno de los más valerosos repartidores de las buenas nuevas en el territorio flamenco. Era hombre de acción, sincero y plenamente dedicado a los intereses del Reino de Dios. Sirvió fielmente hasta su muerte a la edad de 74 años, después de haber dedicado 43 años al servicio de tiempo completo, incluso en actividad de superintendente de circuito y precursor especial.

SE ESTABLECE LA SUCURSAL

En 1929 se hizo apropiado establecer una sucursal en Bélgica, y se escogió a Bruselas como el lugar más conveniente. El hermano Van Eijck, de Holanda, sirvió como superintendente de la sucursal. Esta sucursal todavía estaba bajo la superintendencia directa de la oficina de Berna, atendida por el hermano Martin Harbeck, pero con el tiempo la sucursal belga llegó a estar bajo la supervisión directa de la oficina central de la Sociedad en Brooklyn.

Por primera vez se guardaron registros extensos de la actividad del servicio, y éstos mostraron que 28 publicadores estuvieron ocupados ayudando a otros a librarse del cautiverio religioso en 1929. Entre éstos estuvieron nueve repartidores, quienes, junto con los publicadores, o trabajadores de clase, como entonces se les llamaba, distribuyeron 41.358 libros y folletos aquel año.

MÁS EXPANSIÓN

La cosecha era grande, pero los obreros del Señor eran pocos en Bélgica en 1930. De los 46 hermanos, solo 27 predicaban de casa en casa el Reino de Dios a los 7.000.000 de habitantes que poblaban entonces este país.

No obstante, los hermanos, y especialmente el grupo nuevo que se había formado en Bruselas, recibieron mucho estímulo en la asamblea que celebraron aquel año en Bruselas. De las 100 personas que asistieron, 20 vinieron de Francia, Suiza e Inglaterra. Aunque hablaban 12 diferentes idiomas, los hermanos podían percibir la profunda unidad que existía entre ellos. Fue en esta asamblea donde el hermano Wozniak decidió ingresar en el servicio de precursor. Obtuvo mucha literatura y pudo testificar en otra provincia de habla holandesa de Bélgica, Limburgo.

En aquel mismo año varios precursores ingleses se establecieron en Flandes. Una de estas personas, la hermana Louie Berry, tuvo el privilegio de asistir a una reunión en Bruselas donde 13 Estudiantes de la Biblia se habían congregado en una cocina para considerar las palabras de Isaías 60:22: “El pequeño mismo llegará a ser mil”. Aquellas palabras ciertamente se realizarían en Bélgica.

Su primera gran asamblea internacional, celebrada en París en mayo de 1931, y a la cual asistieron 3.000 hermanos de 23 países, dio a los hermanos belgas el incentivo y la resolución necesarios para adelantar de la mejor manera posible en la obra que hacían por asignación divina.

Pero ¿cómo podría esparcir las buenas nuevas por todo el país un grupito de 27 publicadores cuando se enfrentaban a ataques repetidos de parte de la Iglesia Católica, que continuamente agitaba a la gente contra ellos y ejercía presión en la policía para que ésta expulsara a los precursores extranjeros? La mano de Jehová estuvo presente para proteger a estos denodados publicadores que obedecían el mandato de Cristo de predicar estas buenas nuevas del Reino. (Isa. 51:16; Mat. 24:14.)

FIRMEZA DE LOS PRECURSORES

La mayoría de los precursores que trabajaban en Bélgica habían venido de Inglaterra, Francia y Suiza. Los que hablaban holandés o francés con dificultad, usaban la tarjeta de testimonio para testificar. Estos hermanos extranjeros lograban excelentes resultados. Por ejemplo, en 1931 un hermano polaco colocó en manos de la gente 2.110 libros y 10.338 folletos, y un precursor inglés colocó 15.000 folletos en manos de la gente. Pero estos resultados no se lograban sin oposición. Tan pronto como los precursores llegaban a alguna aldea, los sacerdotes católicos se apresuraban a acudir a la policía para que ésta arrestara a los hermanos. Pero los precursores persistieron en predicar y fueron un verdadero apoyo y estímulo para los grupitos.

SE FORMA ORGANIZACIÓN LEGAL

Por supuesto, los opositores de la verdad no tenían razón para regocijarse, e hicieron esfuerzos vigorosos por lograr el arresto de los publicadores y la expulsión de los precursores extranjeros. Para dar a la organización una representación legal, se estableció una sociedad no lucrativa bajo la designación de Sociedad de Biblias y Tratados Torre del Vigía, y ésta fue registrada con estatutos legales en la publicación oficial belga, Le Moniteur Belge, el 7 de mayo de 1932.

En aquel mismo año, 1932, inmediatamente antes de que el papa Pío XI declarara que 1933 era un “año santo” y de que el régimen nazi alcanzara el poder en Alemania, los hermanos belgas distribuyeron más de 196.000 libros y folletos, más del doble de la cantidad que habían distribuido el año anterior.

CATÓLICOS TEMEROSOS

Los enemigos continuaron oponiéndose sin cesar. Las amenazas de expulsar a los precursores extranjeros y arrestar a los publicadores iban al paso con los sermones de los curas católicos, que agitaban a sus rebaños contra los proclamadores del Reino de Dios. El temor se apoderó de la gente. En la provincia católica de Limburgo los campesinos hasta creían que el hermano Wozniak era el Diablo mismo, y cuando se encontraban con él hacían la señal de la cruz. Para vencer este obstáculo, el hermano Wozniak se compró un bombín negro que le daba una apariencia muy distinguida. Desde entonces la gente lo consideró un caballero respetable. ¿Qué resultado tuvo esto? Entonces él distribuyó un promedio de 10 libros y 100 folletos al día.

AUMENTA LA OPOSICIÓN

En la parte de habla alemana de Bélgica empezaron a formarse grupos nazis, y éstos empezaron a atacar a los hermanos Belflamme y Novak mientras estos hermanos distribuían revistas en la ciudad de Eupen. Un grupo de 12 jóvenes nazis les arrancó violentamente los sacos de revistas. Los ataques se hicieron tan crueles y vergonzosos que la policía tuvo que intervenir para proteger a los hermanos.

En otros lugares las autoridades prohibieron que los precursores extranjeros predicaran el Reino, y varios precursores hasta fueron expulsados del país. Para este tiempo solo 6 de los 26 precursores que habían informado servicio en 1933 quedaban en el país. Durante 1934 se acudió por ayuda al rey Leopoldo III, al primer ministro y al ministro de Justicia, pero todo fue en vano. El hermano Wozniak, aunque buscado por la policía, no llegó a ser expulsado. Después de un cambio de gobierno, el ministro de Justicia fue reemplazado por un hombre de mente más liberal que otorgó al hermano Wozniak permiso para permanecer en Bélgica.

EN LAS ARDENAS

Cierto día de 1934, en una aldea del Gran Ducado de Luxemburgo, dos hermanos carnales, ambos católicos, estaban considerando la religión. “Si solo hay lo que los curas nos han enseñado —dijo uno al otro—, no sabemos nada acerca de Dios.” Entonces uno de ellos añadió: “¡Si solo tuviéramos una Biblia!”. Pocos días después se les concedió su deseo, cuando un testigo de Jehová tocó a la puerta del hogar de ellos. Estos dos sinceros buscadores de la verdad tuvieron ahora la Palabra de Dios.

Poco después de eso, uno de ellos murió, pero el otro se mudó a Bruselas y llegó a ser otra columna para la obra del Reino en Bélgica. Este hermano, Emile Schrantz, ingresó en el servicio de precursor en 1936. Aunque era paciente y humilde, fue dinámico en su carrera ministerial en todas las partes de habla holandesa y francesa de Bélgica. Durante la II Guerra Mundial, cuando los hermanos se vieron obligados a pasar a la clandestinidad, él sirvió de siervo de zona, o superintendente de circuito como se llama a esa obra hoy. Era un hombre de fe y acción, y hoy, a pesar de su edad, todavía sirve como precursor especial.

Él empezó su obra de precursor viajero en una sección de Bélgica conocida como las Ardenas, y viajaba en bicicleta por esta tierra de poca población y pueblos y aldeas dispersos, colocados sobre las faldas boscosas de las colinas, y donde la gente vivía en temor supersticioso de los sacerdotes. La policía lo detuvo con frecuencia, pero él no cumplió con las órdenes que le dieron de que dejara de predicar el Reino. Después de haber sido detenido varias veces en una sola semana en Bastogne, finalmente fue llevado al cuartel policíaco y el jefe de la policía le ordenó que cesara inmediatamente de predicar. El hermano Schrantz simplemente respondió: “No”. Nunca dejó de predicar, a pesar de las muchas amenazas que reflejaron la oposición del clero.

No era fácil recibir estímulo. Rara vez la gente lo invitaba a entrar en su hogar para escuchar lo que él quería decir. Sin embargo, Jehová resultó ser su fuente principal de estímulo. El único contacto que él tenía con los hermanos era mediante cartas que recibía de la Sociedad, en las cuales se le aconsejaba que siguiera el ejemplo de los profetas. Cuando se sentía desanimado, él iba al borde de una zona arbolada y releía un artículo de la revista que hoy conocemos como ¡Despertad! acerca de los profetas, y entonces se ponía en camino para la obra de nuevo.

Gracias a su esfuerzo por enseñar la Biblia, unos cuantos campesinos mansos de las Ardenas llegaron a conocer a Jehová y Su verdad. Hoy hay siete congregaciones que sirven al Dios verdadero en esta zona.

LA “GRANDE MUCHEDUMBRE” SE MANIFIESTA

Desde 1935 en adelante comenzó a manifestarse la “grande muchedumbre”. Estas personas que ahora se asociaban con los ungidos en Bélgica mostraban el mismo celo que éstos en el servicio de Jehová. Se regocijaban con sus privilegios. Así, el hermano J. F. Rutherford, mientras estuvo en la asamblea de 1935 en Washington, D.C., en los Estados Unidos, explicó que el lugar al cual Jehová nos asigna es, sin lugar a dudas, el mejor. Este muy importante discurso fue transmitido a Bruselas, y el aplauso continuo de la concurrencia en Washington hizo que hasta los hermanos de Bruselas, que no entendían inglés, se dieran cuenta de que se estaba comunicando un importante mensaje hasta los fines de la Tierra.

De las 13 congregaciones que había en Bélgica en aquel tiempo, 3 congregaciones polacas estaban ubicadas en Lieja, Charleroi y Beringen, y otras 3 se componían de hermanos alemanes y estaban en Genk, Eisden y Roux. Otra congregación de diez publicadores se formó en Ieper (Ypres), una ciudad flamenca que había sido completamente destruida durante la I Guerra Mundial. En esta ciudad católica se celebró una asamblea en 1936. Los 50 hermanos que se reunieron allí se regocijaron cuando vieron que de Francia llegaron 55 hermanos para participar con ellos en la obra de casa en casa. Los hermanos Harbeck y Gertz, de Suiza, estuvieron entre los oradores presentes. Ahora hay 15 congregaciones en el territorio donde aquellos primeros diez Testigos de la congregación de Ieper solían trabajar.

LA FERIA MUNDIAL DE 1935 EN BRUSELAS

La Feria Mundial de 1935 en Bruselas ayudó en gran manera a ablandar la actitud de las autoridades belgas para con la obra del Reino. Aprovechando la Feria Mundial, los hermanos levantaron un quiosco de literatura allí. Un letrero enorme que llevaba las palabras: “Sociedad de Biblias y Tratados Torre del Vigía” y “Testigos de Jehová” atrajo la atención de miles de visitantes. Muchas personas regresaron en busca de literatura, mientras que otras fueron directamente a la sucursal para conseguir una serie entera de libros. Se distribuyeron miles de catálogos a los transeúntes, y algunos de éstos dijeron: “¡Esto es lo mejor que hemos hallado en toda la feria!”.

Los sacerdotes se enfurecieron cuando vieron el quiosco de la Sociedad en la Feria Mundial. Uno de ellos abordó a los hermanos para preguntarles si tenían licencia para vender sus libros allí. Otro tomó los libros en la mano y de repente los dejó caer, ¡como si un rayo lo hubiera azotado!

También se exhibieron libros en 35 idiomas en dos grandes vitrinas en la Sección de Artes Gráficas. La Sociedad hasta recibió una medalla de plata en esta sección, pero lo de gran importancia para los hermanos fue que obtuvieron el derecho legal de predicar las buenas nuevas. Una vez más los precursores extranjeros pudieron entrar en el país, y ahora la cantidad de estos precursores aumentó a 14.

DENODADOS HERMANOS POLACOS

En Charleroi, valerosos hermanos polacos que se ganaban la vida trabajando en las minas de carbón contribuyeron mucho al adelantamiento de la obra. Los hermanos François Brzoska, François Hankus, Albin Glowacz y Jean Radojewski, con la ayuda de un precursor alemán, no vacilaban en impartir conocimiento del Reino, a pesar de su limitado conocimiento del francés. Varios valerosos precursores ingleses, en particular las hermanas Mona Pratt y Louie y Nancy Berry, el hermano Ernest Senior y el hermano Trinder y su esposa, trabajaron al lado de éstos en el logro de esta tan importante obra del Reino.

EL CLERO PIERDE SU AGARRO

Después de cuatro años de luchas legales con la policía, que estaba bajo la influencia del clero, los hermanos notaron que las autoridades adoptaron una actitud más amigable. Un ejemplo de esto se vio cuando un precursor, que había sido acusado por un alcalde católico de ir de casa en casa sin licencia, tuvo que comparecer ante el juez. Hubo una animada discusión entre el juez y el alcalde. Ésta terminó cuando el juez dio furiosamente con el puño sobre la mesa y declaró: “Aquí el juez soy yo; este hombre está libre porque está haciendo una buena obra. ¿O preferiría usted que yo tomara acción contra las monjas católicas, también, cuando ellas van de casa en casa?”.

MÁQUINAS FONOGRÁFICAS EN TRICICLOS

Los hermanos construyeron dos máquinas fonográficas portátiles. En Lieja, una de estas máquinas, comprada con los ahorros que habían hecho los hermanos Smets y Poelmans, fue montada sobre un triciclo, que, con todos sus accesorios y la batería, pesaba 55 kilos (120 libras). Los hermanos viajaban por los mercados o se colocaban enfrente de las iglesias. El discurso grabado se podía oír desde varios centenares de metros de distancia. Por lo mucho que pesaba, dos hermanos halaban el triciclo, sobre el cual a veces sentaban a uno o dos de sus hijos. Siempre mantenían vigilada la máquina, porque en Visé unos jóvenes católicos la habían rodeado y habían tratado de derribarla. En 1935 los hermanos pasaron 27 días (trabajando 10 horas en cada uno) efectuando esta obra. Distribuyeron 369 folletos, 79 ejemplares de la revista que hoy conocemos como ¡Despertad!, 7 libros y una Biblia entre las 3.595 personas que escucharon.

EJEMPLO DE FIDELIDAD

Durante 1936 llegaron unos precursores nuevos a Bélgica, entre éstos Werner Schutz, de Suiza. Él había estado en una asignación en Francia y había servido allí hasta que la policía de Bar-le-Duc lo expulsó, en 1935. Llegó a la oficina de Bruselas en enero de 1936. Ahora tuvo que aprender un nuevo idioma, holandés, porque sirvió en la ciudad flamenca de Amberes. En aquel tiempo el hermano Schutz fue el único Testigo en esta ciudad de más de 300.000 habitantes, aunque este territorio ya había sido trabajado en parte por el hermano Poelmans y las hermanas inglesas Nancy Berry y Jessie Whitmore.

El año 1936 fue notable para los hermanos belgas que pudieron asistir a la asamblea de distrito de Lucerna, Suiza, donde el hermano Rutherford pronunció un discurso público en un salón protegido por la policía. El hermano Schutz estuvo en aquella asamblea, pero solo después de haber viajado unos 700 kilómetros (430 millas) en bicicleta desde Amberes hasta Lucerna.

El hermano Schutz siguió siendo un valeroso combatiente por la Teocracia hasta su misma muerte en 1972, después de haber servido en el ministerio de tiempo completo por 47 años. Hasta durante la ocupación nazi siguió predicando y, junto con los hermanos Wozniak, Schrantz y Hartstang, resultó ser una de las principales columnas en la expansión de la obra durante aquel período.

NUBARRONES DE GUERRA

En 1937 se hizo más clara la amenaza de una segunda guerra mundial. Un nacionalismo insistente, explotado por el catolicismo, de nuevo ejerció presión en la policía para que ésta arrestara a los hermanos. Sin embargo, las semillas de la verdad estaban brotando, no solo en Amberes, sino en todo lugar del territorio flamenco. En Gante, donde nació el emperador español Carlos V, los precursores se ocuparon en agitar el “estandarte” del Reino ante los más de 160.000 habitantes de esta ciudad que nunca habían oído la verdad del Reino. Para fines del año de servicio de 1937 se habían organizado 16 congregaciones para dar adelanto a la actividad en el país.

SE RESTAURA EL ORDEN TEOCRÁTICO

Hubo mucho regocijo en 1938 cuando se restauró el orden teocrático en las congregaciones cristianas. Sin embargo, algunos ancianos electivos, excelentes conferenciantes, no aceptaron con gusto este arreglo divino. En una congregación de la provincia de Limburgo, varios hermanos todavía continuaron aplicando el método democrático de elegir a los ancianos. Pero el hermano Wozniak les ayudó a conseguir el punto de vista correcto. Visitadas por tres superintendentes de circuito, las 20 congregaciones florecieron. Los 22 precursores que servían en aquel tiempo inundaron el país con literatura del Reino, y los 135 publicadores que trabajaban con ellos llegaron a estar mejor organizados.

DE NUEVO SE AGITA EL NACIONALISMO

Bélgica había movilizado todas sus tropas contra una inminente agresión nazi. De nuevo el clero aprovechó la fiebre creciente del nacionalismo para estorbar la declaración de las buenas nuevas del Reino. Con mayor frecuencia las autoridades militares o la policía belga llamaba a los hermanos para someterlos a interrogatorio.

Cierto día, en Braine-le-Comte, una hermana dejó la revista Consolación en manos de una señora cuyo esposo estaba en el ejército. La ilustración de la cubierta mostraba a Hitler sobre una bestia salvaje y pisoteando a la humanidad. Cuando el esposo llegó a su casa y vio la ilustración de Hitler, agarró la revista y regresó a los cuarteles militares a advertir a los oficiales que los testigos de Jehová habían pasado por allí. Aquella noche, tres oficiales arrestaron a los hermanos y los acusaron de trabajar como espías para Hitler. Aunque los hermanos explicaron claramente los asuntos, estos oficiales militares, cegados por Satanás, rehusaron prestarles atención, y les dijeron que los llamarían para que comparecieran ante la corte marcial como espías. El estallido de la guerra impidió que estas autoridades militares llevaran a cabo sus planes.

A pesar de amenazas policíacas instigadas por el clero, la obra progresó bien en la ciudad portuaria de Amberes, donde los hermanos Schrantz y Wozniak continuaron colocando el fundamento para la primera congregación. El hermano Schrantz no se dejaba intimidar por superintendentes de la policía, que le decían: “Si usted quiere convertirse en mártir, terminará en la rue des Béguines [la prisión de Amberes]”. Pero el hermano Schrantz no terminó su carrera cristiana en la rue des Béguines. Gracias a la guía y protección de Jehová, todavía está en el servicio de precursor, a pesar de que los nazis lo llevaron a esa prisión en 1940 porque él se negó a darles la dirección de su compañero precursor, el hermano Wozniak.

En la provincia de Limburgo los hermanos vieron que un cura católico estaba señalando a un agente de la policía en qué manzana estaban predicando las buenas nuevas los Testigos. La policía detuvo al hermano Vincent Golic y sus compañeros y los amenazó con largos términos de prisión si continuaban predicando de casa en casa.

En la parte de habla francesa de Bélgica la misma oposición venía directamente de los curas, quienes estaban enojados por la intrusión de los precursores en su campo de actividad. Usaban todo medio a su alcance para librarse de ellos: advertían a sus rebaños, amenazaban a los precursores, llamaban a la Policía del Estado, enviaban a los niños a molestar a los hermanos, lanzaban piedras o punzaban los neumáticos de las bicicletas de los hermanos y visitaban las casas donde ellos habían estado para recoger la literatura que los hermanos habían distribuido. No obstante, los aldeanos solían decir a los Testigos: “Denme varios folletos; ¡cuando el cura venga, yo le puedo dar uno para satisfacerlo y guardar los demás para leerlos!”.

En Ciney, un monje católico de la Orden de los Padres Blancos se opuso en gran manera a Mona Pratt y su compañera, y les ordenó que cesaran de efectuar su trabajo inmediatamente. Las dos Testigos respondieron que Dios las había ordenado para esta obra del Reino. “Estoy bajo órdenes sagradas —replicó el monje—, y puedo absolverlas de esa ordenación que Dios les ha dado”.

Las dos hermanas pasaron valerosamente en sus bicicletas a la siguiente aldea y distribuyeron entre la gente ejemplares del folleto titulado Se aproxima la Guerra Universal. El cura las siguió y pidió a todos los campesinos que le entregaran los folletos. Pudo recoger unos cuantos porque, en muchos lugares donde las hermanas habían dejado dos folletos en manos de la gente, ésta devolvió al cura un solo ejemplar. Él entonces se acercó a las hermanas con los pocos folletos que había recobrado y les dijo que ahora iba a encender una gran hoguera. Esto no impidió que la verdad echara raíces. Hoy hay congregaciones florecientes en Dinant, Namur y Ciney, donde estas precursores inglesas habían predicado la Palabra de Jehová.

TESTIMONIO SIN PRECEDENTE ANTES DE LA GUERRA

Se había dado un testimonio sin precedente antes de que los nazis invadieran a Bélgica. Para 1939 se había entrenado a un máximo de 218 publicadores y 33 precursores en el ministerio del Reino, y los arreglos para servicio teocrático habían sido restaurados. Durante los 11 años que precedieron a la II Guerra Mundial, los hermanos pudieron cubrir una gran porción del país con su trabajo, y distribuyeron casi 1.500.000 piezas de literatura. En 1939 se habían formado once nuevas congregaciones, de modo que llegó a haber un total de 31. Pero ¿qué le sucedería a este campo bien sembrado durante los años de la ocupación nazi?

PROSCRIPCIÓN... ¡Y GUERRA!

Aun antes de la llegada de las huestes de Hitler empezaron los primeros ataques contra la obra del Reino. El 30 de marzo de 1940 el ministro del Interior anunció que toda la literatura de la Sociedad estaba proscrita. El pretexto que se dio para esto fue que la literatura tenía un efecto desastroso en la mente de los soldados y de la población. Sin embargo, el gobierno belga nunca pudo poner en vigor aquella ley, porque apenas dos meses después llegaron los nazis, y ellos fueron quienes pusieron en vigor este decreto.

El 10 de mayo de 1940 Bélgica fue transformada nuevamente en un campo de batalla. Los precursores ingleses se preguntaban qué hacer ahora. Esperaban instrucciones de la sucursal, pero, cuando inquirieron, se enteraron de que el nuevo superintendente de la sucursal había desaparecido. Siguiendo el consejo de su consulado, regresaron a Inglaterra, con la excepción de la hermana Pratt. Ella siguió predicando clandestinamente, como lo hizo el hermano François Brzoska, que era de descendencia polaca y más tarde se casó con ella.

Mientras testificaba durante la guerra, la hermana Brzoska una vez entró, sin sospecharlo, en la tienda de un agente nazi. Únicamente cuando notó un enorme retrato de Hitler se dio cuenta ella del peligro en que se hallaba. Ya era demasiado tarde para salir de allí, porque el nazi estaba frente a ella. Ella le ofreció un Nuevo Testamento, y dijo que éste contenía la esperanza de un nuevo orden de cosas donde reinaría la paz y habría vida eterna.

“Ah, sí —respondió él—, yo creo en un nuevo orden de cosas y sé —señalando al retrato de Hitler— que él está ocupado estableciéndolo para que dure mil años. Por supuesto, no sabemos cuánto tiempo tomará establecerlo, porque primero hay que exterminar completamente a cierta raza.”

La hermana Brzoska respondió que de seguro él estaba pensando en los judíos. “No— respondió él—, ¡en los ingleses!” Odiaba intensamente a los ingleses, y, mientras observaba a la hermana, que hablaba con acento por ser de descendencia inglesa, preguntó: “¿De qué nacionalidad es usted?”

La hermana Brzoska respondió: “Polaca”. (Obviamente, por su matrimonio.) “Eso es bueno —dijo él—, pero no se llegará a nada hasta que todos los ingleses hayan sido exterminados, y si yo tan solo pudiera poner mis manos en un inglés, me deleitaría muchísimo en personalmente exterminarlo para el bien de toda la humanidad.” Uno puede imaginarse lo nerviosa que estaría la hermana, ¡pero qué alivio fue para ella el que este hombre aceptara, no solo un Nuevo Testamento, sino dos, para dar uno a un amigo! Él nunca se dio cuenta de que quizá jamás llegó a estar más cerca de la oportunidad de exterminar a alguien de la ‘raza inglesa’.

1940... BAJO LA OPRESIÓN NAZI

Jehová estaba preparando a su pueblo para que éste se enfrentara a opresión constante procedente del “rey del norte” nazi (Dan. 11:40). Así, los hermanos adquirieron fortaleza en su devoción exclusiva a Jehová mediante el estudio del artículo sobre neutralidad que salió en La Atalaya (edición francesa) de enero de 1940. Este número vino precisamente a tiempo, poco antes de la invasión nazi. El folleto Fascismo o libertad también acababa de ser enviado a las congregaciones.

Cuando los soldados de Hitler llegaron, los hermanos pensaban que la batalla de Armagedón había empezado. Temiendo que los nazis descubrieran que tenían estos folletos, algunos hermanos comenzaron a distribuirlos. Por ejemplo, en la región de Charleroi el hermano Albin Glowacz había recibido 20 cajas precisamente 15 días antes de estallar la guerra, y empezó a distribuir los folletos en los buzones. Otros hermanos los distribuyeron entre refugiados que huían hacia Francia, mientras que en Lieja los hermanos los pasaron a los transeúntes en la calle.

Puesto que no venían instrucciones desde la sucursal de la Sociedad en Bruselas, el hermano Wozniak hizo arreglos para mantener viva la obra. Se puso en comunicación con los hermanos y les hizo comprender que el Armagedón no había comenzado todavía, y logró que dejaran de distribuir las publicaciones gratuitamente. “Guárdenlas —dijo—; las van a necesitar”, y estimuló a los hermanos a esconder la literatura para el trabajo que todavía se habría de efectuar.

En la sucursal las publicaciones fueron selladas dentro de las paredes o escondidas bajo el piso. Esto se hizo tan bien que cuando los soldados de Hitler se presentaron allí para efectuar un registro en la oficina, en octubre de 1940, no hallaron nada. Después las publicaciones fueron transferidas a escondites más seguros. Por ejemplo, el hermano Coenen y su esposa usaron una carretilla, y con gran cuidado transportaron la mayoría de estas publicaciones, sin que nadie los interrumpiera, en seis diferentes viajes. El hermano Michiels ayudó al hermano Floryn a esconder 500 libros y 4.000 folletos en el primer piso de su casa, que servía de tienda; todos fueron escondidos detrás de los anaqueles de la mercancía. Desgraciadamente, la Gestapo logró descubrir estas existencias cuando arrestó al hermano Floryn en junio de 1941. Subsiguientemente él fue deportado a los campos de concentración nazis. En vista de la escasez de literatura, las publicaciones ya no fueron puestas en manos de la gente por contribuciones, sino que se prestaron, y esto permitió que una mayor cantidad de personas se beneficiara de ellas.

Parecía que Satanás había debilitado considerablemente la obra del Reino en Bélgica. Ciertamente tiene que haberle disgustado ver que en 1940 hubo un máximo de 275 publicadores, entre ellos 34 precursores, anunciando el Reino. Aprovechando la clausura de la sucursal, y usando sus huestes totalitarias, él esparció temor y pánico entre las congregaciones. En Bruselas, por ejemplo, más de 50 por 100 de los hermanos cayeron en la inactividad. Solo un núcleo pequeño de publicadores continuó poniendo en primer lugar en la vida el Reino durante este difícil período. En 1941 solo había 86 publicadores activos, y 14 congregaciones habían dejado de funcionar. Pero el gozo de Satanás no duraría mucho.

REORGANIZACIÓN CLANDESTINA

El espíritu de Jehová movió a los hermanos a ver que era necesario reorganizarse para seguir adelante con la predicación clandestinamente. El hermano Wozniak, superintendente de circuito, habló de esto al superintendente de la sucursal, quien no había dado ningún paso porque la Gestapo le había dado una advertencia y él se consideraba vigilado. La reunión secreta de los superintendentes que el hermano Wozniak había planeado no se realizó, y por eso él pidió al hermano que dirigía la obra clandestinamente en Holanda que se encargara de ella también en Bélgica.

En aquel tiempo el que dirigía la obra en Holanda era el hermano Winkler, y él nombró al hermano Hartstang, un hermano que había tenido mucha experiencia en la obra clandestina, para que fuera a Bélgica en julio de 1941 y se encargara de la pesada responsabilidad de reorganizar la obra.

SE OBTIENE Y REPRODUCE LA ATALAYA

Sin embargo, los hermanos de Bélgica no esperaron hasta la llegada del hermano Hartstang para hacer arreglos que les permitieran obtener alimento espiritual. Ante todo era necesario obtener un ejemplar de cada Atalaya para traducirla y suministrar copias a los hermanos. Un hermano se ofreció voluntariamente para ir con regularidad a Holanda y conseguir un ejemplar. Él le quitaba el asiento a la bicicleta y ponía dentro de la armazón hueca una Atalaya enrollada, colocaba el asiento de nuevo en su lugar y cruzaba la frontera.

Conseguido un manuscrito, el hermano Wozniak hacía que se tradujera en polaco, alemán y francés. Para producir la cantidad suficiente de revistas La Atalaya se necesitó material de mimeógrafo. Hasta las máquinas de escribir eran escasas; de hecho, eran cosa preciosa. En Amberes, un hermano que se hallaba en débil condición espiritual tenía una que se había usado por algún tiempo para escribir cartas y enviar otras instrucciones acerca de la reorganización de la obra. Puesto que este hermano mantenía contacto con una secta que había salido de la clase del “esclavo malo”, se había hecho necesario evitar a esta persona, pero la máquina de escribir se necesitaba. ¿Qué se podía hacer?

Los hermanos Floryn y Wozniak fueron a ver a esta persona y le propusieron comprarle la máquina de escribir, pero el individuo rehusó. ¿Cómo pudieran persuadirlo para que la vendiera? Aquel hombre, por no amar de toda alma a Jehová y Su organización, carecía del denuedo y valor de Sus siervos fieles. Por eso, el hermano Floryn dijo que la máquina de escribir ya había sido usada para producir textos clandestinos, y puesto que cada máquina tiene su propia forma particular de letras, no sería difícil para la Gestapo identificar a ésta como una que se había usado para escribir aquellos textos. De modo que sería una fuente de peligro constante para su dueño. Ahora aquel hombre aceptó la oferta de los hermanos y les vendió la máquina, ¡muy feliz de librarse de ella!

PRODUCCIÓN CLANDESTINA DE LA LITERATURA

En el distrito minero de Limburgo había un grupito de hermanos extranjeros. Éste llegó a ser el centro para la producción clandestina de materia impresa. Las familias Golic y Pajk, entre otras, usaron sus hogares con ese fin. Allí traducían La Atalaya a alemán, esloveno, holandés, italiano, y polaco. Entonces hacían copias al carbón con viejas máquinas de escribir. Para ahogar el sonido de las máquinas, la familia Pajk cubría las ventanas con frazadas gruesas, mientras que la familia Golic instaló cristales dobles en las ventanas. Esto no impidió que los vecinos sospecharan que se efectuaba alguna actividad clandestina, puesto que los hermanos venían frecuentemente para recoger literatura. Sin embargo, nadie los entregó, porque los belgas consideraban que todo lo que era clandestino era hostil al odiado régimen nazi. Estos hermanos hasta imprimieron el libro Hijos en esloveno.

CENTRAL CLANDESTINA

Uno de los centros más importantes de la producción clandestina de la literatura estuvo en Ougrée, cerca de Lieja, en el hogar de la familia Doyen. Se pudiera decir que fue el Betel clandestino. El equipo consistía en dos máquinas de escribir y una duplicadora. En aquel lugar siempre había mucha actividad. Los esposos Hartstang trabajaban y vivían allí casi constantemente.

También se hallaba allí el hermano Fritz Schneider, de nacionalidad alemana; él era el impresor. A veces el hermano Werner Schutz estaba allí, traduciendo de alemán a francés o de holandés a francés. Estos dos hermanos se alojaban cerca. El Informador (ahora Nuestro Ministerio del Reino) y hasta el libro Hijos se imprimieron en polaco aquí en el hogar de los Doyen.

Otro dato digno de mención acerca de la familia Doyen es que el padre no estaba en la verdad, y un hijo era prisionero de guerra. Otros dos hijos habían sido designados para ser deportados a Alemania, donde efectuarían trabajo obligatorio. Si rehusaban ser deportados, y se escondían, los soldados alemanes estarían vigilando aquel hogar continuamente y éste ya no podría servir de central clandestina para la producción de literatura bíblica. Aunque solo uno de los hijos estaba interesado en la verdad, los dos concordaron en dejarse deportar para que su hogar pudiera continuar usándose para la obra.

Uno quizá se pregunte cómo fue posible que aquella intensa actividad no fuera notada por los vecinos, porque aquel lugar parecía una colmena de abejas. A veces los hermanos llegaban o salían llevando hasta cuatro maletas o paquetes. Sin embargo, como sucedió en el caso del otro centro, en Limburgo, los vecinos no dijeron absolutamente nada; ellos también consideraban que aquella actividad era una forma de resistencia a los invasores nazis.

EVADIENDO A LOS OPOSITORES

Para desviar al enemigo de sus pasos, el hermano Hartstang viajaba de vez en cuando y visitaba a los hermanos, o hasta iba a Francia. De hecho, por un tiempo el hermano Hartstang cruzó secretamente la frontera francesa cada quince días para conseguir la edición inglesa de La Atalaya, que llegaba a Francia desde Suiza. No hay que decir que éstos fueron tiempos difíciles para la hermana Hartstang, que nunca sabía si su esposo regresaría o no.

IMPRESORES MUNDANOS COOPERAN

A veces el hermano Hartstang se alojaba en Bruselas en el hogar del hermano Ista. Este hermano ayudó en gran manera respecto a suministrar a los hermanos el alimento espiritual. Se puso en comunicación con un impresor de Bruselas, el señor De Prince, de la imprenta Erasme, y para fines de la ocupación nazi este hombre concordó en imprimir clandestinamente para nosotros. No solo se imprimió La Atalaya, sino también 6.000 ejemplares del libro Hijos.

Debido a que la predicación estaba menos desarrollada en el territorio flamenco que en el territorio valón, escaseaba la literatura en holandés. El hermano Wozniak logró que un impresor de Charleroi imprimiera 10.000 ejemplares del folleto Escogiendo, no porque él favoreciera a los Testigos, sino porque se oponía intensamente a los alemanes.

UNA OPERACIÓN ARRIESGADA

Hasta se enviaban publicaciones secretamente por embarcación de Holanda a Bélgica. Un hermano holandés era dueño de una embarcación llamada Lichtdrager. Él escondía literatura en su barco y la descargaba en Brée, en Limburgo, y en el distrito de Kortrijk. Los hermanos iban por bicicleta al lugar donde se descargaba la literatura y llevaban las cajas a sus hogares.

Por supuesto, nada de esto se efectuaba sin correr gran riesgo. Un día un hermano que transportaba una caja del libro Hijos fue detenido por una patrulla alemana que buscaba contrabandistas del mercado negro. Al ver el contenido de la caja, el soldado exclamó: “¡Ah, es para niños!” y dejó pasar al hermano.

También se empleó otra embarcación, la Dolphijn, que cruzó cinco veces con publicaciones la frontera entre Bélgica y Holanda.

TRANSPORTACIÓN DE LITERATURA

Si la producción clandestina de literatura creó un problema, el llevarla a todas partes del país creaba otro. No se podía considerar el uso del ferrocarril o el correo, puesto que éstos estaban bajo control militar. Además, los hermanos no podían usar un automóvil, puesto que había poca gasolina. Había bicicletas, y hasta en cuanto a éstas había el problema de los neumáticos; sencillamente no los había. Los hermanos de Limburgo se hicieron especialistas en producir neumáticos de bicicleta de neumáticos viejos de automóviles. No eran muy flexibles, pero lo principal era poder moverse.

Los hermanos que transportaban literatura llevaban cargas tan grandes que era difícil que nadie los notara. Además, se arriesgaban a ser confundidos con contrabandistas del mercado negro. Pero ellos siguieron adelante valerosamente, y los hermanos Wozniak, Schrantz, Floryn y Schutz fueron especialmente empleados en este servicio.

LA PROTECCIÓN DE JEHOVÁ

Cierto día, cerca de Malinas, la bicicleta del hermano Schrantz estaba tan cargada de literatura que él perdió el equilibrio y cayó directamente enfrente de un soldado alemán. El soldado le ayudó a levantarse y hasta puso la literatura de nuevo sobre la bicicleta; entonces le deseó buen viaje. Para suplir publicaciones a los hermanos, estos hermanos a menudo viajaron 110 ó 160 kilómetros (70 ó 100 millas) muy cargados y mal alimentados.

En cierta ocasión el hermano Schutz hizo un viaje para llevar literatura a Charleroi, pero no llegó a donde se proponía. Después de unos días el hermano E. Heuse padre y el hermano Schrantz se preocuparon y empezaron a buscarlo. Finalmente lo hallaron en una clínica en Lieja. Había recibido heridas en un bombardeo cerca de Val St. Lambert. Esta experiencia no pareció haberle perjudicado; por lo contrario, ¡no había sido tan bien alimentado desde mucho tiempo atrás! Solo una cosa lo preocupaba: ¿Dónde estaba su bicicleta con la literatura?

Los hermanos iniciaron una búsqueda y finalmente hallaron la bicicleta y su preciosa carga en una institución católica. Las monjas lo habían cuidado bien todo, ¡y lo entregaron sin sospechar lo que estaba en el paquete!

A veces el tiempo era tan malo que se hacía necesario viajar por tren... a pesar del riesgo de inspecciones por los Feldgendarmes (la policía militar alemana) y la Gestapo. Cierto día el hermano Schutz se vio atrapado en una inspección en el tren. Él llevaba dos maletas pesadas. Una estaba llena de literatura y la otra estaba llena de carbón que los hermanos que trabajaban en las minas le habían dado. ¡Qué alivio sintió el hermano cuando los soldados decidieron mirar en la maleta que contenía el carbón! Al ver el contenido, se echaron a reír y siguieron su camino. En otra ocasión un agente de la Gestapo le ordenó que abriera una maleta que contenía literatura. Después de ver el contenido y notar la expresión “Adán y Eva”, el agente de la Gestapo exclamó: “¡Váyase con esa basura!”. El hermano Schutz se fue. El hermano Schutz era de nacionalidad suiza, y era menos probable que los alemanes sospecharan de él.

También era menos probable que se sospechara de las hermanas que de los hermanos. Por esto, la hermana Marie Smets servía de agente de enlace entre Lieja y Namur, y viajaba por bicicleta o por tren, según el tiempo, pero siempre con cargas grandes. Cierto día llegó a la estación del ferrocarril con unas maletas pesadas y con neumáticos de bicicleta alrededor del cuello... pero el tren no llegó. Después que había esperado por dos horas, se anunció la llegada de un tren militar alemán, y se autorizó a los ciudadanos comunes a subir a él. Así fue que ella hizo el viaje en un tren militar, cargada de literatura clandestina, y llegó sin percance al hogar del hermano Fevrier, en Namur, a las cinco de la mañana.

VALEROSOS HERMANOS JÓVENES

Se empleó también a hermanos jóvenes para transportar literatura; ellos también desplegaron valor cristiano. El hermano Ernest Heuse hijo hizo un viaje en tren desde Lieja hasta Verviers cuando tenía unos 16 años de edad. Él cuenta su experiencia: “Pocos minutos después de partir el tren, los Feldgendarmes subieron a él. Había seis de ellos. Gritaron: ‘¡Manos arriba!’. Todo el mundo obedeció. Parecía que buscaban a alguien, y el primero me señaló con el dedo. Me ordenaron que me pusiera de pie; yo pensé que alguien me había denunciado. Uno de ellos estaba detrás de mí apuntándome con la pistola en la espalda; otro enfrente de mí y otro a mi lado. Me pidieron mis documentos de identificación, pero cuando me moví para sacarlos de mi bolsillo, uno de ellos me dio en la mano y él mismo sacó la billetera. Me examinaron de pie a cabeza. Cuando se fueron, quedé con la impresión de que habían olvidado algo.

”Un hombre de edad avanzada que estaba sentado enfrente de mí dijo que la policía se había olvidado de investigar mi equipaje. Solo entonces recordé que tenía equipaje conmigo. Si hubiera estado pensando en el equipaje mientras la policía me examinaba, probablemente me habría puesto nervioso, porque llevaba algunas copias duplicadas de La Atalaya que trataba de la profecía de Daniel acerca del rey del norte y el rey del sur, así como unos folletos, uno de los cuales llevaba el título de Fascismo o libertad. El anciano creía que ellos no habían investigado mi equipaje porque los tres que estaban investigando todo el equipaje habían pensado que los tres que investigaron mis documentos personales ya lo habían hecho y, así, simplemente pasaron adelante. Pero yo sentí, personalmente, que aquello se debió a la protección de Jehová”.

CONTACTO CON LA SUCURSAL

Alguien quizá pregunte cómo se distribuían a las congregaciones las publicaciones. Veamos cómo se hacía esto en uno de los centros; por ejemplo, en el hogar del hermano Fevrier. Él recibía la literatura envuelta en paquetes pequeños que no llevaban indicación alguna sino un número. La congregación para la cual era el paquete enviaba un mensajero para recogerlo, por lo general de noche. El mensajero sencillamente decía: “Quiero el paquete número 22”. Conseguido el paquete, el mensajero se apresuraba a partir sin decir otra palabra.

Los informes del servicio del campo se recogían como sigue: Cada congregación estaba identificada por una letra, mientras que cada publicador tenía un número. La congregación estaba dividida en grupos de estudio compuestos de ocho a diez personas que conocían solamente a la persona responsable del estudio, y con frecuencia ni siquiera sabían su nombre o dirección. Este hermano recogía los informes y los transmitía al superintendente presidente de la congregación, quien era conocido solamente por los que eran responsables por los grupos de estudio.

Completado ya el informe total, se esperaba al superintendente de circuito, quien era el enlace entre las congregaciones y el Betel clandestino. Él recogía los informes y tomaba nota de lo que necesitaba la congregación en cuanto a copias de La Atalaya y el Informador (ahora Nuestro Ministerio del Reino). Anotaba el informe de servicio en una clave secreta, para que si alguien la encontraba en él le fue imposible entenderla.

REUNIONES DURANTE LA OCUPACIÓN

Todos entendían la importancia de reunirse para animarse mutuamente. Los hermanos se reunían en grupitos en hogares privados. Había que tomar muchas precauciones: 1) Los hermanos no podían llegar juntos; las llegadas y salidas se espaciaban de modo que no se atrajera atención. 2) Los lugares de reunión se cambiaban cada semana y, si era posible, lo mismo se hacía con el día y la hora. Por consiguiente, era necesario estar en cada reunión para enterarse de dónde sería la siguiente. No hay que decir que nadie podía tomar la iniciativa de traer consigo a otra persona a la reunión por primera vez; primero tendría que someterse a prueba a tal persona en cuanto a sinceridad. 3) En tiempos de gran peligro, la reunión se celebraba como si fuera una reunión de familia. Por ejemplo, la mesa se ponía para una comida familiar. Si algo sucedía inesperadamente, bastaba con quitar de la vista el material de estudio y permanecer a la mesa como si se estuviera esperando la comida. Este arreglo eliminaba las sospechas de que se estuviera celebrando una reunión de diez personas.

El material de estudio era apropiado para aquellos tiempos. Consistía en relatos bíblicos de significado profético para el pueblo moderno de Dios. Entre ellos se pueden mencionar los relatos acerca de Aod, Barac, Débora, Jefté y Daniel. A veces estos estudios, como el de las profecías de Miqueas, continuaban por varios meses. Este rico alimento espiritual era precisamente lo que se necesitaba para equipar a los hermanos para su lucha contra los elementos religioso-políticos que estaban tratando de exterminarlos, tal como se había predicho mediante estos relatos históricos y proféticos.

LA GESTAPO BUSCA AL HERMANO WOZNIAK

Mucho antes de 1940 el régimen nazi había manifestado su feroz oposición a los testigos de Jehová en sus esfuerzos por destruirlos. Por eso, es fácil comprender por qué estos agentes de la muerte, tan pronto como entraron en Bélgica, empezaron a tratar de destruir la obra de los Testigos. Tenían como blanco principal a los que eran denodados y muy activos. Particularmente querían eliminar al hermano André Wozniak, quien, en aquel tiempo, era precursor en Amberes con el hermano Schrantz.

Cierto día, mientras el hermano Wozniak estaba afuera visitando a las congregaciones y fortaleciéndolas y ayudándolas a organizarse, la Gestapo vino a investigar sus habitaciones. Se llevaron al hermano Schrantz para interrogarlo. Durante la interrogación, el hermano Schrantz tuvo que ejercer cautela extrema para no traicionar a su compañero. Por ejemplo, mientras lo interrogaban, le entregaron una lista de nombres de hermanos y le preguntaron si los conocía. Él respondió que conocía a algunos, y señaló a los que estaban muertos o habían salido del país. Cuando le preguntaron dónde estaba su amigo, respondió: “Él ha ido a visitar a sus parientes, pero nosotros no nos interesamos cada uno en los asuntos del otro; ésa es la única manera de evitar problemas entre amigos”. El agente de la Gestapo concordó, y dijo que eso era lo mejor que se podía hacer. Los agentes dejaron en libertad al hermano después de 40 días en prisión, probablemente con la esperanza de que con el tiempo él los conduciría al hermano Wozniak. Sin embargo, para despistarlos, el hermano Schrantz cambió de territorio y se fue a las Ardenas.

ATRAPADO POR LA GESTAPO

Algún tiempo después el hermano Wozniak tuvo una experiencia inolvidable. Dejemos que él mismo la cuente: “Fue a principios de junio de 1941. Para fortalecer a los hermanos que vivían cerca de Charleroi, fui allá en bicicleta, y llegué al hogar del hermano Hankus, en Couillet, para pasar la noche allí. Habíamos concordado en que en caso de peligro yo subiría a la buhardilla y desde allí saldría al techo y escaparía pasando de una casa a otra.

”A las siete de la mañana siguiente me despertó la palabra: ‘¡Abran!’. Miré por la ventana y vi a tres hombres en ropa de ciudadano común... ¡era la Gestapo! A medio vestir, con los pantalones y el chaquetón sobre el brazo, me apresuré a subir por la escalera que llevaba a la buhardilla. Me escondí como mejor pude entre el techo y el falso cielo raso de la buhardilla. Fue precisamente a tiempo, porque pronto los agentes de la Gestapo se hallaron en la buhardilla. Cuando no vieron a nadie, bajaron y le preguntaron al hermano Hankus dónde estaba yo. Puesto que él no respondió, empezaron a golpearlo. El corazón me golpeaba tan fuertemente que me parecía que podrían oírlo.

”Oré a Jehová que los cegara. Increíble como sea, la verdad fue que ellos registraron toda la casa desde el sótano hasta la buhardilla, acompañados por el hermano Hankus, ¡y nunca me vieron! Finalmente hallaron mi bicicleta y mi maletín, y golpearon terriblemente al hermano Hankus, pero él permaneció firme y no me traicionó. Entonces dos de los agentes se llevaron al hermano a la prisión.

”El otro agente se quedó en la casa, con la pistola preparada, vigilando a la hermana Hankus. Cada dos horas cambiaban de guardia. En cuanto a mí, estaba bajo las tejas; hacía calor y yo tenía hambre, y especialmente sed. Para el mediodía escuché una voz que dijo en voz baja: ‘¡Ya puede bajar! ¡Se han ido!’. Por poco salgo de mi escondite y bajo, puesto que todo estaba tan tranquilo; pero decidí quedarme quieto. Más tarde, la hermana me dijo que aquélla había sido la voz del agente, tratando de engañarme para atraparme”.

ESCAPE AL FIN

Vino la noche, y el hermano Wozniak tenía una sed tremenda. Él dice: “También estaba extremadamente cansado y temía quedarme dormido, porque yo solía dormir profundamente y roncar fuertemente. En la posición incómoda en que me hallaba, el quedarme dormido y roncar hubiera significado que me descubrieran. Para mantenerme despierto, seguí punzándome con un alfiler hasta sangrar; pero finalmente sentí que se me iban las fuerzas y pensé que todo estaba perdido.

”Como a la medianoche se permitió que la hermana se fuera a acostar. Ella se las arregló para traerme pan y agua, y le expliqué cómo planeaba escapar. Desde la ventana del cuarto de ella pasé al techo plano y entonces me deslicé por la cañería hacia abajo. Finalmente, después de un salto de cuatro metros, caí en el jardín. No pude hacer nada más entonces, porque me hubiera detenido alguna patrulla. Por eso, me escondí y esperé al alba.

”Por la mañana vi a una señora en su jardín. Cuando le pedí agua, pude ver el temor reflejado en su rostro. Sin embargo, me consiguió agua, jabón y una navaja para afeitarme. Puesto que estaba descalzo, le pedí que me comprara un par de zapatillas. Después, una persona que se interesaba en la verdad vino y me informó que la Gestapo finalmente se había ido aquella mañana a las siete, y se habían llevado mi bicicleta. Pero recibí la bicicleta del hermano Hankus en lugar de la mía, y salí disparado hacia la casa del hermano Brzoska, donde recibí un maletín de libros y una Biblia. Después de dormir un día y una noche, partí hacia la siguiente congregación”.

SÚBITO CAMBIO DE PLANES

Cuando el hermano Wozniak llegó allí, fue al hogar del hermano Albin Glowacz para alojarse en aquel lugar durante la visita. “El arreglo era que yo me alojara por una semana con él —dijo el hermano Wozniak—, pero aquella noche no pude dormir bien; seguí dando vueltas sobre la cama.” Le vino a la mente un cambio de planes, según él relata: “Cuando estaba desayunando, le dije al hermano que había decidido partir aquel mismo día hacia Carnières, la siguiente congregación que había de visitar. Él trató de hacerme cambiar de opinión, y hasta mencionó el buen alimento que había disponible, el pan de trigo y la mantequilla, algo que en aquel tiempo era realmente invitador. Sin embargo, nada pudo convencerme, y partí hacia Carnières.

”¡El día siguiente me enteré, con horror, que la Gestapo había llegado aquella misma mañana al hogar del hermano Glowacz y se lo había llevado a la prisión, desde donde pasaría a los campos de concentración! ¡Cuánto me alegré de no haberme dejado tentar por el buen pan y la mantequilla! Una cosa era cierta: Los agentes de la Gestapo estaban pisándome los talones. Tendría que tratar de desviarlos.

”Regresé a Amberes, pero allí me enteré de que nuestra habitación había sido puesta bajo sello, que la Gestapo se había llevado a la esposa del dueño del hogar, que estaba interesada en la verdad, y que el propietario estaba bajo la obligación de denunciarme a la Gestapo tan pronto como yo llegara. La situación estaba empeorando aquí también; era necesario salir de Amberes inmediatamente.

”Por eso, salí para Limburgo a visitar las congregaciones. Dos horas después de mi partida desde Waterschei, donde me había alojado, la Gestapo irrumpió en la casa y buscó por todas partes. Ciertamente la situación empeoraba rápidamente. Los nazis estaban empeñados en atraparme, aparentemente guiados por los demonios”.

EL HERMANO FLORYN CAE EN UNA TRAMPA

El mismo día en que el hermano Wozniak partió, después del arresto del hermano Hankus, el hermano Floryn, el hombre de enlace con la central, llegó por bicicleta al hogar del hermano Hankus con 400 folletos y 24 libros. Era el 7 de junio de 1941. En vista de que su esposo acababa de ser arrestado, la hermana Hankus le suplicó al hermano que partiera tan pronto como fuera posible. Él se fue, llevando consigo los zapatos del hermano Wozniak para dejarlos en otro lugar. Debería haber continuado hasta el hogar del hermano Glowacz, pero, en vista de estos acontecimientos, regresó a su hogar en Bruselas aquel mismo día, cansado.

Al llegar a su casa, se enteró de que la Gestapo había hecho un registro allí y se había llevado todas las publicaciones que habían sido escondidas en aquel lugar: 20 Biblias, 500 libros y 4.000 folletos. Su esposa y sus suegros habían sido mantenidos bajo guardia todo el día. Él había caído en la trampa. A las cinco de la mañana siguiente la Gestapo se presentó y se lo llevó, esposado. Pasó a la prisión, y desde allí a campos de concentración alemanes hasta el fin de la guerra. Su esposa se le unió allí un año después, y tuvo que dejar a sus dos hijitos al cuidado de sus padres.

SE INTENSIFICA LA ACTIVIDAD DE LA GESTAPO

Fue para este tiempo cuando un jefe de la Gestapo, quien había arrestado a muchos Testigos en Alemania, emprendió sus deberes en Bélgica. Poco después de su llegada en Bruselas tuvieron lugar los arrestos ya mencionados, y se intensificó la búsqueda del hermano Wozniak. Entre los arrestados estuvieron los hermanos Midi, Schockaert, Michiels, Coenen y Martin (el anterior superintendente de sucursal), y las hermanas Michiels y Coenen.

En cuanto al hermano Hankus: después de haber sido arrestado por la Gestapo por esconder al hermano Wozniak en su hogar, fue golpeado hasta quedar inconsciente por los agentes de Hitler debido a que rehusó revelar los nombres de los hermanos. El 6 de julio de 1941 fue transferido a la prisión de St. Gilles, en Bruselas. A pesar de que aguantó torturas, el hermano Hankus rehusó divulgar nombres. Entonces fue llevado a la Prisión Central de Louvain, y desde allí los nazis lo llevaron a los campos de exterminio. Al fin de la guerra, cuando fue puesto en libertad del campo de concentración, sirvió de superintendente de congregación por muchos años.

SUCURSAL REORGANIZADA A PESAR DE PELIGROS

Un mes después de aquella serie de arrestos, el hermano Hartstang llegó en secreto desde Holanda para reorganizar la obra de predicar. En el hogar de una hermana en Amberes, celebró una reunión privada con los tres superintendentes de circuito y dos hermanos que atendían los arreglos de comunicación. Esta hermana vivía sola en el primer piso, y en esta ocasión faltó poco para que estos seis hermanos fueran arrestados por la Gestapo. ¿Cómo sucedió eso?

Durante la reunión sonó el timbre de la puerta, ¿y quiénes estaban allí? ¡Tres agentes de la Gestapo! Éstos preguntaron acerca de un judío y su hijo que supuestamente estaban viviendo en el segundo piso. La hermana les dijo que los judíos habían huido al comienzo de la guerra. Uno de los agentes ahora quedó de guardia en la entrada mientras los otros dos registraron toda esquina del piso superior y la buhardilla.

Mientras tanto, los hermanos oraron a Jehová para que cegara los ojos del enemigo. Si los hubieran descubierto, aquello habría significado que todos los principales superintendentes en Bélgica habrían sido arrestados de un solo golpe. Pero Jehová no permitió aquello. La Gestapo se fue, y lo mismo hicieron los hermanos, uno por uno, y jamás volvieron a aquella casa. Dos semanas más tarde la Gestapo regresó inesperadamente, y esta vez registraron toda la casa.

ESFUERZOS ENEMIGOS POR HALLAR AL HERMANO HARTSTANG

Aunque el hermano Hartstang viajó solo cuando originalmente vino a pasar algún tiempo en Bélgica, su esposa se le unió seis meses después. Ella llegó de la misma manera: en bicicleta por los poco transitados caminos rurales de la frontera entre Bélgica y Holanda. Permaneció al lado de su esposo durante toda la guerra, excepto cuando él tenía que hacer viajes especialmente peligrosos.

En poco tiempo la Gestapo se enteró de la presencia del hermano Hartstang en Bélgica y empezó a buscarlo. Por medio de una carta confiscada, el enemigo había obtenido una idea de dónde estaban el hermano y su esposa. Equipados con fotografías grandes de la pareja, los agentes de la Gestapo buscaron en todas partes, tal como se hace cuando se trata de capturar a un peligroso criminal. Pero el hermano y su esposa siempre lograron escapar de las trampas que les pusieron, a veces por un pelo. Sí; de alguna manera se mantuvieron a salvo.

Un dato interesante es que en cierta ocasión el jefe de la Gestapo de quien ya mencionamos que inició la intensa persecución de los Testigos, y que estaba resuelto a atrapar al hermano Hartstang, estaba sentado al lado de la ventana de su oficina cuando oyó el sonido del motor de un avión. Pensando que era un avión alemán, este hombre no tomó precauciones. De repente, las ametralladoras del avión abrieron fuego y el jefe de la Gestapo cayó muerto. Sucedió que era un avión inglés, que tenía como piloto a un belga.

EL ENEMIGO CEGADO

Muchas experiencias muestran que el enemigo puede ser cegado por los ángeles de Jehová. Por ejemplo, las hermanas Michelic y Golic habían recibido el encargo de entregar una carta de Limburgo a Holanda, destinada al hermano que estaba a cargo de la obra en aquel país. Tenían que hacer esto bajo cubierta. La hermana Golic puso la carta dentro de su bolso y entonces ambas fueron a Holanda, por las carreteras rurales. Los agentes de la aduana las interceptaron y las sometieron a un registro. Primero investigaron a la hermana Michelic, y, entre otras cosas, miraron dentro de su bolso. Por casualidad las hermanas Golic y Michelic tenían bolsos idénticos. Cuando le tocó el turno a la hermana Golic, el agente tomó el bolso de ella. Devolviéndoselo inmediatamente, dijo: “Ah, ¡ya yo miré en eso!”. Así, ella recibió su bolso, ¡que contenía la preciosa carta!

En otra ocasión, en Namur, el hermano Fevrier estaba ayudando al hermano Schutz a llevar su pesado equipaje a la estación. En Montagne-Sainte-Barbe los detuvo un agente de control alemán. Era imposible volver atrás. El hermano Schutz dijo al hermano Fevrier: “Haz como que no estamos juntos; ¡quizá uno de nosotros escape!”.

El hermano Fevrier se quedó unos pasos atrás. El hermano Schutz pasó por el arreglo de control sin dificultad, probablemente debido a su pasaporte suizo. Entonces le tocó al hermano Fevrier, y él entregó sus papeles de identificación. Él llevaba un Ausweis (paso franco para después del anochecer) entregado por las fuerzas de ocupación al personal del ferrocarril. El soldado quedó satisfecho. Sin embargo, pidió al hermano que abriera su equipaje, en el cual había un artículo de estudio de La Atalaya acerca de la guerra entre el rey del norte nazi y el rey del sur democrático, de la profecía de Daniel. Como había hecho Nehemías, el hermano oró en silencio (Neh. 2:4). El soldado se inclinó para abrir el equipaje. En aquel mismo momento llegó un camión; el soldado se apresuró hacia él para impedirle el paso, y se olvidó del hermano, quien se alejó cautelosamente, dando un suspiro de alivio.

En Ougrée, el hermano Armand Hebrant regresó de una visita al hogar del hermano Heuse. En su bolsillo llevaba tres cédulas de identificación con nombres falsos. Una era para el hermano Hartstang, quien trabajaba clandestinamente, y otra para el hermano Schrantz, el superintendente de circuito. Una patrulla detuvo al hermano Hebrant en el puente que cruza el río Mosa, y allí lo sometieron a un registro sistemático, hasta los mismos calcetines.

Buscaron en los bolsillos de su chaquetón, así como en un bolsillo interno de su abrigo. Cada vez que el soldado tentaba el lado donde estaban las tarjetas, por error tomaba el chaquetón y el abrigo juntos y metía la mano en el bolsillo interior del chaquetón. Sin embargo, cuando el soldado revisó la ropa del hermano fuera del abrigo, el hermano mismo pudo tentar claramente los documentos. Muchas veces el soldado repitió los mismos movimientos, y cada vez olvidó aquel bolsillo, como si una mano invisible le estuviera impidiendo que descubriera lo que había allí. Las tres tarjetas llevaban las fotos de los tres hermanos, pero con nombres falsos, por supuesto, y el hermano no hubiera podido dar razón para llevar estas tarjetas de identificación consigo.

ESTRATEGIA, TAMBIÉN

El hermano Gheys menciona que tuvo que emplear estrategia para frustrar al enemigo. Después de visitar a algunas personas que mostraron interés en la verdad, fue detenido durante la noche por una patrulla alemana. Un soldado le puso el rifle a la espalda al hermano mientras otro le apuntó la luz de su linterna directamente al rostro. Le pidieron sus documentos de identificación. Para conseguirlos, él tuvo que sostener su portafolio entre las rodillas. Entonces ellos empezaron a someterlo a un registro. Para facilitarles el trabajo, pero también como estrategia, él levantó los brazos al aire, sosteniendo su portafolio en una mano. El soldado le examinó cuidadosamente la ropa, ¡pero olvidó mirar dentro del portafolio, que contenía literatura!

BAJO ALAS DE ÁNGELES

A veces era patente que los acontecimientos estaban siendo dirigidos para protección de los hermanos. Cierto día el hermano Hartstang regresaba por tranvía a su alojamiento secreto en Ougrée, y él por lo general llegaba hasta el fin de la línea en tranvía. De repente, pensó en bajarse del tranvía antes de llegar hasta el fin, para estirar las piernas, puesto que por lo general estaba encerrado. Al llegar a su destino, vio que todos los que lo esperaban estaban blancos como un papel. Los soldados alemanes habían organizado un arreglo de control estricto al fin de la línea, y la familia había temido que al hermano le hubiera ocurrido lo peor. Sin saberlo, había escapado de la trampa.

En su alojamiento, además del material para imprimir en secreto, había existencias de papel y publicaciones en proceso de ser impresas. Un vecino vivía en el mismo patio. Este hombre era de edad avanzada y sordo y nunca se levantaba antes de las ocho o las nueve. Cierta mañana se levantó como a las cuatro de la mañana. Nadie jamás pudo enterarse de la razón para esto. De todos modos, él salió al patio para respirar aire fresco. En aquel momento llegó una patrulla alemana, con revólveres en las manos.

Era una redada que venía como consecuencia de una huelga repentina por los obreros de la fábrica de Cockerill. La huelga fue el resultado de la deportación de 500 obreros. Los alemanes tenían la dirección de uno de los líderes de la huelga, y lo andaban buscando. Preguntaron al vecino de edad avanzada dónde vivía esta persona. Increíble como pueda parecer, este anciano sordo entendió lo que los soldados estaban preguntando y señaló al lugar donde vivía el hombre a quien buscaban, en la carretera siguiente. Si aquel hombre no hubiera estado allí a aquella hora tan rara, los soldados hubieran entrado más allá en el patio y, como acostumbraban, habrían golpeado en la puerta. Es fácil imaginarse lo que hubiera pasado dentro entonces, la búsqueda que habrían efectuado los soldados, y el gran descubrimiento que habrían hecho. Pero Jehová estaba vigilando.

El lugar que se usaba para imprimir las publicaciones era también el dormitorio del hermano y la hermana Hartstang. Anteriormente había sido una pocilga, y desde el exterior todavía parecía una. Por lo general el hermano Hartstang y su esposa se levantaban entre las seis y media y las siete de la mañana y entonces estudiaban el texto diario. Pero cierto día en particular se les hizo difícil levantarse, y esto resultó en protección para ellos. ¿Qué estaba pasando afuera?

Temprano en la mañana los soldados alemanes habían rodeado toda aquella área y estaban registrando sistemáticamente cada casa, quizá en busca del hermano Hartstang. En esta segunda ocasión tocaron a la puerta del anciano sordo que ya hemos mencionado, dando grandes gritos como por lo general hacían, ¡y esto a solo dos metros (6,5 pies) de donde estaban los hermanos Hartstang! Pero los soldados no tocaron a la puerta de la “pocilga” ni el matrimonio se despertó, a pesar de todo el ruido que había afuera. Si se hubieran despertado, probablemente hubieran sido arrestados. Es fácil imaginarse lo que hubiera sido su reacción instintiva: Hubieran tratado de escapar por otra puerta y habrían caído en la trampa. Felizmente, los ángeles de Jehová hicieron que ellos siguieran durmiendo profundamente, y esto les evitó acciones espontáneas que pudieran haber tenido consecuencias desastrosas. Solo después que los soldados hubieron partido se enteraron ellos de lo que había sucedido.

SE NECESITABA VALOR

El hermano Schutz tuvo otra experiencia típica. En Tournai fue arrestado por la Guardia valona, es decir, belgas que trabajaban para la Gestapo. Sus documentos de identificación no estaban al día, de modo que fue llevado al cuartel para ser sometido a un interrogatorio y luego llevado a la prisión de Tournai. Después del interrogatorio, se le dijo que volviera a su casa y consiguiera que las autoridades locales le pusieran los documentos al día. Él tuvo que dejar su maleta, en la cual había algunos folletos Fascismo o libertad, allá en el cuartel.

Fue a Kortrijk, consiguió poner sus documentos al día, y entonces volvió a Tournai para mostrarlos y recoger su maleta. Se necesitaba valor para hacer aquello, cuando se piensa en lo que pudo haber sucedido mientras tanto, en vista de lo que contenía la maleta. Todo fue bien, y le devolvieron la maleta. Ciertamente pareció que hubo intervención angélica para que el enemigo no abriera la maleta.

AGUANTE HASTA EL FIN

No todos los hermanos escaparon de las garras de los nazis. Catorce hermanos y hermanas fueron arrestados y experimentaron severo trato en interrogatorios verdaderamente al estilo de la Gestapo. Algunos fueron puestos en libertad después de unas semanas o unos cuantos meses. Siete, entre ellos dos hermanas, fueron deportados y enviados a campos de concentración o a prisión. El hermano Alphonse Midi murió en prisión, y al hermano Lodewijk Schockaert lo mataron.

El hermano Midi había sido sentenciado a 55 meses de prisión por supuesta propaganda contra Alemania, pues en posesión de él se hallaron ejemplares de los folletos Fascismo o libertad. Él murió en 1943 en la prisión de Hagen, como resultado de gangrena que le sobrevino debido a una herida que no recibió cuidado apropiado. Murió en su celda, abandonado por sus carceleros, que no le llevaron ayuda médica.

El hermano Schockaert había sido comunista antes de aceptar la verdad. Los nazis lo arrestaron y lo acusaron de ser comunista. Tan pronto como él llegó al campamento de Sachsenhausen, en Alemania, fue a ver al comandante del campamento de la SS para decirle que era testigo de Jehová, no comunista. Recibió un triángulo púrpura, la marca de identificación de los testigos de Jehová en el campamento. En 1943, soldados de la SS mataron a este hermano mientras era transferido a otro campo.

En cuanto al hermano Hankus, él murió en 1954 como resultado del maltrato que había recibido durante la guerra. Su esposa perseveró fielmente y permaneció activa durante todos aquellos años de la guerra y hasta su muerte el 16 de mayo de 1982.

ESFUERZOS DE LA SS POR QUEBRANTAR LA INTEGRIDAD CRISTIANA

Cuando se arrestaba a un Testigo, sucedía siempre lo mismo. Ante todo, había un interrogatorio al estilo de la SS. Por tentación, por tretas o por brutalidad, la SS trataba de hacer que el Testigo divulgara los nombres de otros Testigos y entonces negara su fe.

El hermano Glowacz tuvo la siguiente experiencia. Después de su arresto fue sometido a interrogatorio en la oficina de la SS. Ante él, sobre una mesa, había buen pan blanco, embutidos y peras. Si el Testigo estaba dispuesto a hablar, podía comer todo lo que deseara. Si no, lo trataban de la peor manera. Cuando el hermano Glowacz dijo al interrogador que él actuaría según el principio que declaró el apóstol Pedro en Hechos 5:29: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”, el nazi se puso blanco de ira y gritó: “¡Entonces irá a prisión hasta que su barba sea tan larga como la del apóstol Pedro!”. Y eso fue lo que sucedió. El hermano fue a prisión por nueve meses, y no se le permitió rasurarse.

VIDA EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN

Los hermanos Hankus, Michiels, Floryn y Glowacz fueron llevados a diferentes prisiones y campos de concentración, uno de los cuales estaba situado cerca de Estrasburgo. Allí, por cualquier pequeño desvío los golpeaban incesantemente, con palos o con látigo. La SS llamaba a los Testigos “perros del cielo”. El alimento estaba limitado a un mínimo estricto. Sin embargo, se exigía que hicieran la ardua tarea de ampliar carreteras, con los útiles más primitivos. Parte del trabajo que tenían que hacer era cargar de piedras unos vagones y entonces empujarlos sobre rieles hasta la posición que se requería. A veces el vagón se salía de los rieles y el Kommando-Führer (jefe de un grupo de guardias) mantenía a los otros prisioneros a cierta distancia mientras obligaba tan solo a los cuatro hermanos a poner el vagón de nuevo sobre los rieles... ¡eso, a pesar del hecho de que pesaba más de una tonelada!

Cierto día un hermano oyó a un cabo decir al Kommando-Führer: “Esos Bibelforscher [Estudiantes de la Biblia] de veras son gente extraña; los otros prisioneros, que tienen mayor fortaleza física, mueren por montones, y éstos siguen, llenos de fortaleza. ¡Creo que Jehová los ayuda!”.

PROBADOS EN CUANTO A NEUTRALIDAD HASTA EN LOS CAMPOS

El hermano Glowacz relata una experiencia que tuvo mientras se halló en Buchenwald: “Como prueba sobre los Testigos, se nos ordenó que nos presentáramos al Kommando (grupo de trabajo) de la fábrica de armamentos para que se nos pusiera a trabajar en la fabricación de armas. La mañana siguiente, después de haberse pasado la lista, todos los hermanos rehusaron unirse al Kommando. Un hermano, al comparecer ante el comandante del campo, explicó que los Testigos aceptarían cualquier trabajo en el campo excepto el de fabricar armas. En cólera ardiente, el comandante ordenó a la SS que nos llevara a todos al lugar de ejecución y que pusieran las ametralladoras en posición para disparar. Esto se hizo.

”Entonces el comandante dijo: ‘Piensen cuidadosamente y entonces díganme si aceptan o no esta tarea. Si rehúsan, daré la orden de que los maten a todos’. Repitió su amenaza, pero todos permanecimos firmes, sin movernos, sin decir una palabra. Viendo que no sacaría nada de nosotros, él cambió de táctica y dijo: ‘Hitler es un hombre muy compasivo; él no quiere darles muerte. Cada uno continuará con su trabajo anterior’”.

SE AYUDAN UNOS A OTROS DURANTE LA OCUPACIÓN

Los hermanos que superentendían la obra clandestina de producir publicaciones bíblicas no recibían ningún salario, ni siquiera cupones de racionamiento que necesitaban para comprar alimento. La compra de material, como el papel, tenía que hacerse en el mercado negro. ¿Cómo podía efectuarse todo este trabajo?

En cada congregación se recogían regalos y cupones de racionamiento sacrificados por los hermanos de sus pocos recursos, y éstos se daban al superintendente de circuito junto con los informes de servicio. Esto permitía que los hermanos bajo persecución obtuvieran los víveres necesarios de modo que pudieran seguir suministrando el alimento espiritual necesario.

Hasta los niños hacían su parte. Por ejemplo, cierta noche dos hermanos llegaron inesperadamente al hogar de la familia Golic. Éstos fueron el hermano Hartstang y un compañero. La mesa estaba puesta para la cena. Parecía que los dos niños de la casa, Antoine y Ann-Marie, ya habían comido y se habían ido a acostar. Fue solo después de la guerra cuando el hermano Hartstang se enteró de que ellos habían consumido la ración de los dos niños. No había más alimento en la casa, y los niños habían ofrecido voluntariamente su comida para los hermanos y se habían ido a la cama sin comer, dando así un buen ejemplo de profunda consideración para la organización teocrática.

CÓMO SE EMPRENDIÓ LA PREDICACIÓN

Tan pronto como la obra de dar testimonio fue organizada clandestinamente, los hermanos no quedaron contentos con solo testificar informalmente. Emprendieron una actividad más sistemática, aunque desplegando mucha cautela. Usaban solo la Biblia al ir de casa en casa. Los hermanos también ofrecían ejemplares del Nuevo Testamento o los Evangelios, según podían comprar tales publicaciones en las librerías protestantes. Esto no se efectuaba sin dificultades. De hecho, a los pastores protestantes les rechinaban los dientes debido a la actividad de los Testigos, y rehusaban suministrarles Biblias cuando sabían con qué propósito se usaban.

Por eso era necesario usar estrategia para obtener Biblias de los protestantes. No siempre se tenía éxito. El hermano Jules Ista relata que cierto día fue a la Misión Evangélica de Bruselas para obtener unos Nuevos Testamentos. El encargado le preguntó al hermano para qué iglesia eran. El hermano trató de evadir la pregunta, pero cuando el pastor se enteró de quién era, le escupió en la cara, lo llamó sucio Estudiante de la Biblia y rehusó venderle los libros.

Los hermanos tenían algunas publicaciones de la Sociedad, como los folletos Descubierta y Refugiados. Los usaban con gran ciudado. Se organizó un servicio de prestar las publicaciones, de modo que la misma publicación se usaba para muchas diferentes personas. Además, los hermanos recordaban los nombres de personas que habían tomado los libros antes de la guerra. Visitaban a estas personas y las estimulaban a leer la publicación, y así despertaban su interés. Si la gente no mostraba interés, los hermanos sugerían que les devolvieran la publicación, para que otra persona recibiera provecho de ella. A veces la persona la devolvía. A veces el amo de casa rehusaba devolverla y por curiosidad empezaba a leerla, y se interesaba en el mensaje del Reino. De este modo algunos hasta entraron en la verdad.

DE CASA EN CASA... CON CAUTELA

Al comenzar de nuevo la obra de casa en casa, se dieron instrucciones de trabajar con extrema cautela. Por ejemplo, era esencial que cada persona trabajara por sí misma, predicara en una casa en cierto lugar y entonces en otra casa más allá en la calle para no atraer atención. Si los hermanos sospechaban de los ocupantes de ciertas casas, las pasaban por alto. Si un publicador veía un uniforme dentro de la casa, no había de dar testimonio, sino simplemente hacer una pregunta corriente.

Cierto día un hermano visitó, sin darse cuenta, la casa de un agente de la Gestapo. El agente lo invitó a entrar, preguntó por sus documentos de identificación, cerró la puerta y entonces fue a telefonear para que vinieran a llevarse al Testigo. Mientras tanto, la esposa del agente vino y le dijo que se apresurara a escapar, ¡lo cual, por supuesto, el hermano hizo!

REVISITAS

Cuando alguien se interesaba en la verdad, se hacían varias visitas con la ayuda de temas ya preparados para considerar con facilidad las doctrinas fundamentales de la Biblia. También se usaban folletos, tales como Descubierta y Refugiados, para comenzar lo que constituía una consideración que era precursora de los estudios bíblicos que hoy se conducen en los hogares.

En aquellos días, a las personas con quienes se conducían estudios bíblicos no se les invitaba con la prontitud de hoy a venir a las reuniones. Por lo general era solo después que la persona había empezado a predicar cuando se le daba a conocer que existía un grupo de estudio, por si resultaba que fuera un traidor fingiendo interés.

BAUTISMOS EN LOS HOGARES

Los bautismos se efectuaban en secreto en los hogares. En cierta ocasión, en Sclessin, cerca de Lieja, unas 40 personas se bautizaron en una casa muy pequeña, el hogar del hermano Heuse. En otra ocasión se bautizaron 27 personas en el hogar del hermano Wladek, de Waterschei. A veces se notaba esta actividad, pues se oía que niñitos que jugaban afuera decían: “Es una misa protestante”.

MÁS BENDICIONES

En 1941 parecía que el enemigo había ganado la victoria... la cantidad de publicadores había bajado desde 275 a 86. Pero para 1942 la cantidad de guerreros del Reino había ascendido de nuevo a 253, y entre ellos había 8 precursores. Durante aquel año en que el país estaba siendo desgarrado por la guerra, los hermanos habían impreso 10.000 ejemplares del folleto Escogiendo: ¿riquezas o ruina? en holandés, y 7.455 revistas La Atalaya. Durante 1943 Jehová aumentó la cantidad de predicadores del Reino en Bélgica a 396. Éstos trabajaron durante más de 46.000 horas en la distribución de 7.868 libros, 17.106 folletos y 2.234 revistas. La cantidad de congregaciones aumentó a 19. La imprenta clandestina produjo 11.000 folletos y 14.500 revistas.

El año siguiente hubo más bendiciones aún. Ahora la cantidad de ministros ascendió a 545. ¡Qué victoria para Jehová sobre la religión falsa y sus aliados despóticos! La concurrencia a la Conmemoración fue de 609 personas, y se imprimieron 6.000 ejemplares del libro Hijos con la cooperación de un impresor de Bruselas.

Desde 1942 a 1944 los hermanos lograron una cantidad tremenda de trabajo. Imprimieron más de 64.000 libros, folletos y revistas. Esto, junto con las existencias que habían sido escondidas al tiempo de la invasión nazi, les permitió distribuir 107.587 piezas de literatura durante la guerra. Los nazis nunca pudieron destruir la obra, ni hallaron jamás a Betel, donde cinco miembros trabajaban para el fin de la guerra.

INSTRUCCIONES SEGUIDAS AL PIE DE LA LETRA

Los hermanos obedecían al pie de la letra las instrucciones que venían de la Sociedad, y no trataban de saber más de lo que fuera necesario. Hasta los niños obedecían las instrucciones cuidadosamente. Por ejemplo, cierto día el hermano Schrantz llegó a Waterschei y dejó una caja de publicaciones en el hogar del hermano Golic. En la casa solo estaba la pequeña Ann-Marie, de nueve años de edad. El hermano Schrantz le dio la caja y le dijo que no mencionara nada a nadie, excepto a su padre.

Ella escondió la caja bajo la cama. Cuando su madre vino a casa, no le dijo ni una palabra acerca de la visita del hermano Schrantz. Llegó el tiempo de irse a la cama, pero ella rehusó acostarse. Sencillamente tenía que esperar para ver a su padre. La hermana Golic pensó que todo esto era muy misterioso. Ann-Marie se mantuvo despierta hasta que su padre llegó a casa, y fue solo entonces, y solamente a su padre, que ella mencionó la visita y reveló que había una caja de literatura debajo de la cama.

1944... SE ACERCA EL FIN DE LA GUERRA

El país desplegó mucho júbilo cuando poco a poco los aliados fueron empujando a los ejércitos de Alemania a su propio país. ¡La Gestapo y sus agentes se habían ido! Por eso, los hermanos pensaban en una sola cosa: Reunirse en una asamblea tan pronto como fuera posible. Se apresuraron a organizar reuniones; tenían grandes deseos de congregarse. El 23 de diciembre de 1944, en Waterschei, en un salón sin ventanas y sin calefacción, se celebró una asamblea, y hubo una concurrencia de 70 personas.

Al mismo tiempo se organizó otra asamblea en Lieja, en un salón que tenía las cicatrices de una guerra que todavía no había terminado. Más tarde se organizaron asambleas en Bruselas y luego en Charleroi. El hermano Hartstang estuvo presente en cada asamblea, y ahora usando su verdadero nombre.

LA AMENAZA DE LA BOMBA VOLADORA

Pero Hitler no quería admitir la derrota. Durante 1944 empezó a dar uso a su nueva arma, la bomba voladora, que los alemanes llamaban Arma de Venganza Uno. Después que sus ejércitos habían sido empujados a su país, Hitler la usó primero contra Inglaterra y luego contra Bélgica. Este proyectil guiado, conocido como V-1, llevaba aproximadamente una tonelada de explosivos. La V-1 empezó a caer sobre los centros industriales y puertos de Lieja y Amberes, y causó gran destrucción y pérdida de vidas. En medio de tales condiciones, a principios de 1945 se organizó en Lieja, en el Auditorio de Home des Invalides, una asamblea que recibió más amplia publicidad. El pueblo estaba muy consciente de la amenaza de los proyectiles V-1.

El Auditorio, que tenía capacidad para 500 personas, quedó repleto. Mientras se celebraba la asamblea, se oyó que se acercaba una bomba voladora. El fuerte tartamudeo de su motor era característico. Mientras se pudiera oír el ruido del motor, no había nada que temer. Si el motor se detenía, la bomba también lo hacía, y se precipitaba a tierra. Esta bomba en particular volaba ahora sobre el pueblo. De pronto el motor se detuvo, y la bomba se precipitó hacia tierra. ¿Dónde caería?

En el Auditorio los hermanos estaban cantando una canción, y ninguno se movió de su lugar. En contraste con esto, todo el personal del Home, incluso el director, huyó a los refugios. La V-1 estalló a poca distancia del Auditorio. El día siguiente, cuando los hermanos E. Heuse padre y M. Smets regresaron a pagar el alquiler, el director les preguntó: “Pero ¿qué clase de gente son ustedes? ¡Ayer nadie en el Auditorio se movió cuando cayó la V-1!”. Aquella ocasión se prestó para darle un buen testimonio.

SALIDA DE LA CLANDESTINIDAD

Tan pronto como las tropas alemanas partieron, Betel fue establecido en Bruselas, en el hogar del hermano Notebaert. Entonces el hermano Hartstang alquiló dos habitaciones en rue Rubens, en Schaerbeek, para usar una como dormitorio y oficina y la otra como cocina y despacho. Era invierno, había poco carbón, y éste estaba racionado. Hacía tanto frío que el hermano Hartstang y su esposa tenían que trabajar sentados sobre la cama.

En aquel tiempo se celebró una asamblea en La Cour de Tilmont. Desde las regiones mineras de Limburgo y Lieja vinieron los hermanos, cargando pesadas maletas y paquetes, y visitando el hogar Betel antes de continuar su viaje a la asamblea. ¿Qué llevaban que fuera tan pesado? ¿Carbón? Sí; estos hermanos que minaban carbón estaban más favorecidos en cuanto a material para calefacción, y deseaban que sus hermanos de Betel, que no eran tan favorecidos a este respecto, se beneficiaran de ello. Así, el almacén de carbón de Betel se llenó.

Se necesitaban trabajadores para reorganizar a Betel. Se hizo un llamado, y un hermano joven, José Nicolas Minet, vino a Betel. Puesto que no había lugar donde él viviera en rue Rubens, se hizo el arreglo de que trabajara allí durante el día y durmiera en la casa del hermano Notebaert. Era necesario hallar un lugar mayor, pero en la ciudad había escasez de viviendas. Después de una gran búsqueda, finalmente se alquiló una casa en Ixelles, en 47 rue Wayenberg. Sin embargo, puesto que el personal era mayor ahora, el matrimonio Hartstang no pudo vivir en esta dirección.

REORGANIZACIÓN DE LA OBRA

La situación de los hermanos era como la de alguien a quien se le hiciera difícil reajustarse a la luz después de haber pasado mucho tiempo en la oscuridad. Ahora se invitó a las congregaciones a enviar sus informes en una tarjeta postal de preparación especial. La tarjeta se usó, ¡pero se metía en un sobre para que la información permaneciera secreta! Todavía se emplearon iniciales para indicar el nombre del remitente, y la congregación se identificó por la clave que se había usado durante la guerra y no por el nombre del lugar como se había sugerido ahora.

Los efectos de la actividad de la policía secreta nazi continuaron afectando a tal grado a los hermanos que aproximadamente año y medio después de la partida de la SS la Sociedad tuvo que recordar a los hermanos que ya no estaban trabajando clandestinamente y que era posible de nuevo trabajar abiertamente.

Una razón por la cual los hermanos se tardaron en aceptar la nueva situación era que la mayoría de los hermanos de Bélgica nunca habían conocido lo que era poder predicar con toda libertad. Los 86 publicadores del principio de la guerra habían aumentado ahora a 747 en agosto de 1945. Tenían mucho que aprender en cuanto a predicar y métodos de organización para ponerse en el mismo nivel de sus hermanos de otros países donde la obra no había estado proscrita.

En diciembre de 1945 el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, acompañado por el hermano M. G. Henschel, se detuvo en Bruselas para ver lo que se podía hacer para dar adelanto a la reorganización de la obra de dar testimonio. Después, el 15 de enero de 1946, llegó a Bélgica el primer misionero con entrenamiento de Galaad. Ése fue el hermano Calvin Holmes, quien sería una gran ayuda en la reorganización de la obra. Él llegó a Ostende y fue recibido en la estación del ferrocarril de Bruselas por toda la familia Betel. ¡Fue un gran acontecimiento!

El hermano Holmes fue nombrado superintendente de la sucursal. Fue un gozo ver la manera como el hermano Hartstang aceptó estos nuevos arreglos... él, quien había hecho todo lo que podía durante aquellos difíciles años de la guerra. El hermano Hartstang era conocido como un hermano muy humilde y también como trabajador celoso y resuelto en el servicio de Jehová. Sirvió fielmente hasta que durmió en la muerte el 5 de abril de 1964. La hermana Hartstang, que ahora tiene 81 años de edad, todavía sirve a Jehová en su trabajo en el hogar Betel de Holanda.

PURIFICACIÓN DE LAS CONGREGACIONES

En algunas congregaciones había que efectuar alguna purificación, y el hermano Holmes puso manos a la obra a ese respecto, algo que no era siempre fácil para él, porque no sabía ni francés ni holandés. En algunos casos, como en Bruselas y Ieper, esta limpieza tuvo que efectuarse con mucha severidad para quitar de la congregación a personas inmorales que estaban causando inquietud y discordia. El hermano Holmes visitó una congregación cada fin de semana, y de ese modo estableció un enlace más estrecho con la Sociedad.

COMPRA DE UN HOGAR BETEL

La casa alquilada que se usaba como el hogar Betel resultó demasiado pequeña. Después de mucha búsqueda, se compró una casa que tenía un gran taller en la parte trasera del edificio. Esta casa estaba en Schaerbeek, 28 Avenue General Eisenhower, en los suburbios de Bruselas. En comparación con lo que la familia había conocido hasta entonces, esta casa era un palacio. Aquí se podían almacenar cantidades mayores de publicaciones para atender a las necesidades siempre crecientes. Escaseaban los muebles. Afortunadamente, la sucursal suiza acababa de vender una vieja granja, y los muebles fueron enviados como regalo a Bélgica, algo que fue muy apreciado.

SERVICIO DE PRECURSOR

En 1945 se pidió que más publicadores sirvieran de precursores, y para octubre de aquel año hubo 18 precursores en Bélgica. Para diciembre la cantidad había aumentado a 24, y se nombró a 3 precursores especiales. La vida del precursor no era fácil en aquellos días. Uno de los precursores relató que dormía en un colchón colocado sobre el piso. De equipo de cocina todo lo que tenía era una olla y una sartén, y esto le servía para todo. De todos modos, las comidas no eran nada complicado, y Jehová nunca abandonó a sus siervos.

AYUDA DE HERMANOS ESTADOUNIDENSES

Un hermano cuyos padres no eran Testigos dejó un empleo bien pagado para entrar en el servicio de precursor. Dijo que cuando él partió, su madre, sollozando, le dijo: “¿Quién te va a cuidar? ¿Cómo podrás comprarte ropa?”. Él respondió: “¡Las aves no siembran, y sin embargo existen y tienen lo que necesitan para comer!”.

Pocos meses después este precursor fue invitado a hacer una visita al Betel de Bruselas. Los hermanos de los Estados Unidos habían enviado una gran cantidad de ropa que habían juntado, y la Sociedad había enviado alguna a Bélgica para ayudar a los hermanos que habían sufrido escasez debido a la guerra. Los precursores fueron los primeros en beneficiarse del regalo de ropa, y este hermano recibió dos trajes, un abrigo, algunas camisas y dos pares de zapatos. Poco después de eso fue a visitar a su madre, quien, al verlo, clamó: “¡Qué bien vestido estás! ¿De dónde te ha venido toda esa buena ropa?”. El hermano, sonriendo, respondió: “¡Del cielo!”.

Este envío de ropa, un embarque que pesó un total de 10.500 kilos (23.000 libras), además de 1.550 kilos (3.400 libras) de zapatos, fue enviado por los hermanos estadounidenses durante los años 1946 y 1947. Se distribuyó entre 1.431 hermanos, lo que les permitió estar bien vestidos mientras predicaban las buenas nuevas del Reino.

Fue entonces cuando se celebró una gran asamblea posbélica. Esto fue en el Cirque Royal, en Bruselas, del 4 al 6 de octubre de 1946, y el programa se presentó en dos idiomas. Unas 2.000 personas acudieron para escuchar el discurso público “El Príncipe de Paz”.

RESURGE LA OPRESIÓN NACIONALISTA

El régimen nazi había sido derrotado, pero el espíritu nacionalista se hizo más vigoroso y fiero que nunca. Satanás empezó a usar este espíritu como una nueva arma contra los que representaban el Reino de Dios. Puesto que ya no tenían que trabajar clandestinamente, los hermanos extranjeros que habían seguido trabajando sin que los nazis pudieran descubrirlos dieron a conocer su presencia a las autoridades belgas y estadounidenses. Los hermanos Hartstang solicitaron de las autoridades permiso de residencia. Este permiso no solo les fue negado, sino que, el 4 de junio de 1947, ¡el ministro de Justicia les dio ocho días para salir del país! Fue inútil toda apelación de esta injusta decisión.

Los precursores Fritz Schneider, Erwin Klose y Willy Klopper fueron encerrados en prisión y acusados de ser agentes nazis. Aquello realmente era el colmo... ¡pues la Gestapo había estado persiguiéndolos como a bestias salvajes! El hermano Schneider fue enviado a prisión y después regresó a Alemania, enfermo de los pulmones. Murió pocos años después. El hermano Klose fue enviado a prisión por 11 meses junto con agentes nazis a pesar de las peticiones que hicieron centenares de hermanos y hasta autoridades locales. ¡Las autoridades militares estadounidenses y británicas trataron de probar, aunque en vano, que él era un agente nazi!

VISITANTES DE LA CENTRAL DE BROOKLYN

A pesar de la oposición procedente de elementos nacionalistas, por primera vez la cantidad de publicadores pasó de mil. Hubo 57 precursores. En junio de 1947 los hermanos F. W. Franz y Grant Suiter visitaron a Bélgica. En esta ocasión se celebraron, simultáneamente, dos asambleas, una en holandés y la otra en francés. Los visitantes procedentes de la oficina central de la Sociedad ayudaron a la sucursal a organizarse más eficientemente y fortalecieron a la organización en su estructura teocrática.

Pocos meses después se celebró la primera asamblea de circuito posbélica en la Louvière. En el circuito había 295 publicadores, pero al discurso público asistió una entusiástica muchedumbre de 485 personas. Aquel año la concurrencia a la Conmemoración fue de 1.525, en contraste con la de 1.099 el año anterior.

LLEGAN MÁS MISIONEROS

La Sociedad trató de enviar más misioneros para ayudar a los hermanos, pero la oposición de los elementos nacionalistas retardó la llegada de éstos. Para fines de 1947 el hermano Buisset y su esposa llegaron y permanecieron muchos años como misioneros en Bélgica. A éstos siguieron otros cinco misioneros durante 1948, entre ellos Elmer Johnston, quien sirvió fielmente en su asignación misional hasta su muerte en 1972.

En 1949 llegaron otros diez misioneros, entre ellos Allan Coville y Gijsbertus van der Bijl, seguidos por Markus Hartlief en 1955 y Aalzen Wiegersma en 1965, y estos cuatro todavía están allí, sirviendo de superintendentes viajantes.

LOS SACERDOTES EJERCEN PRESIÓN

A medida que el nombre Jehová llegó a ser conocido mejor entre el público, el clero se opuso a los Testigos de muchísimas maneras. Por ejemplo, por instigación del sacerdote, unos opositores echaron de Lantin a los hermanos arrojándoles petardos. En Bolland, una pequeña aldea cerca de Herve, el cura distribuyó un opúsculo entre los miembros de su parroquia. Esto les decía qué hacer cuando los Testigos visitaran: “1) Cierre las puertas a estos vendedores ambulantes del Diablo; 2) si entran sin que usted se dé cuenta, encienda la radio y déle mucho volumen al sonido, o, si eso no es posible, el ruido de dos tapas de caserolas una contra la otra servirá para lo mismo”.

La presión del clero hacía muy difícil alquilar un salón para pronunciar discursos. En Tervueren el cura dijo al dueño de un salón que prefería verlo ‘alquilado a los comunistas y no a los propagandistas de este nuevo dios’. En otra aldea el sacerdote movilizó a todos los niños y los envió al salón, donde éstos hicieron tanto alboroto con tapas de caserolas que el discurso no se pudo presentar. En otra ocasión el cura amenazó al dueño de un salón diciendo que si lo alquilaba a los Testigos se le arruinaría el negocio. El cura se encargaría de que ninguno de los miembros de su parroquia comprara en la tienda de aquel hombre.

La actitud mental de los aldeanos para con los Testigos en aquel tiempo se ilustra bien por la siguiente experiencia. El hermano Schrantz tenía que visitar a un hermano, pero no sabía su dirección. Por eso, sencillamente preguntó a la primera persona a quien pudo hablar en la aldea: “¿Sabe usted dónde vive un hombre de una religión extraña?”. ¡Inmediatamente fue dirigido a la casa, sin que él siquiera hubiera mencionado el nombre del hermano!

SE PROSCRIBE LA TRANSPORTACIÓN DE LITERATURA BÍBLICA

En 1950 Bélgica se halló en estado de turbulencia debido al regreso del rey Leopoldo III. Al regresar del exilio el rey, manifestaciones, huelgas y amenazas de guerra civil desunieron al pueblo belga sobre la cuestión de la realeza. Los Testigos, que ahora contaban con 2.462 ministros, adoptaron una postura de neutrales en medio de aquella agitación. Durante este tiempo de tumulto nacional, y solo dos días después que un nuevo gobierno católico subió al poder, Satanás de nuevo trató de causar gran daño a la obra del Reino.

El 6 de junio de 1950, sin aviso de antemano, el ministro de Transportación prohibió que se transportaran las publicaciones de la Sociedad por los sistemas de ferrocarril y correo de Bélgica. El gobierno pasó por alto todas las cartas que la sucursal envió acerca del asunto. ¿Cómo recibirían ahora el alimento espiritual los hermanos y los suscritores?

La Sociedad organizó la entrega de las revistas y la literatura a todas las congregaciones por medio de camiones. Los publicadores entonces entregaban las revistas a los suscritores. Jehová bendijo en gran manera este arreglo, que dio a los hermanos la oportunidad de visitar con regularidad a los suscritores.

Después de continuas solicitudes por un período de 31 años, fue el 30 de octubre de 1981 cuando, al fin, ¡el gobierno belga quitó la proscripción que se había impuesto a la transportación de la literatura de la Sociedad!

EN LAS ARDENAS Y EN TERRITORIO FLAMENCO

En 1951 la cantidad de publicadores pasó de la marca de tres mil. La prosperidad de las 80 congregaciones causó gran alarma en el clero, que se lamentaba de que hasta en las aldeas extremadamente católicas de las Ardenas surgían congregaciones de Testigos. El periódico católico belga L’Avenir du Luxembourg (la provincia bélgica de Luxemburgo) del 2 de diciembre de 1950 manifestó su preocupación, diciendo: “No sabemos qué está pasando [...] pero notamos que en varias aldeas de la vecindad de Neufchâteau y Bertrix los testigos de Jehová han arraigado”.

Aunque la influencia del clero sobre la gente había disminuido en las grandes ciudades y pueblos, los sacerdotes todavía trataban de mantener un fuerte agarro en las aldeas. En Erps Kwerps (territorio flamenco) un cura ordenó a un precursor que se fuera de la aldea, pero el hermano rehusó obedecerle. El día siguiente el cura de nuevo ordenó al hermano que saliera de la aldea. Puesto que el hermano todavía rehusó prestarle atención, el cura empezó a acompañarlo de casa en casa y a acusarlo de ser protestante y de vender Biblias, cuando a la gente le estaba prohibido leer la Biblia. En cada puerta el precursor refutó las acusaciones del sacerdote. Esto continuó por tres horas. Finalmente, el cura dejó de ir a las puertas. Se paraba en medio de la calle y hablaba en voz alta a la gente, mientras seguía al hermano. Al tercer día el cura de nuevo siguió al precursor, pero esta vez el hermano llamó a la policía, y el cura desapareció. La policía ya no respondía al antojo del clero.

LAS AUTORIDADES NO CONFÍAN

Debido a la neutralidad cristiana observada por los Testigos, parecía que las autoridades no confiaban en la obra apacible y educativa de la organización. Dos agentes de la policía vestidos como ciudadanos comunes asistían a casi todos los discursos públicos. Hacían apuntes durante el discurso. Tan pronto como se anunciaba un discurso público, dos miembros de la policía aparecían en el auditorio, hasta en congregaciones pequeñas de unos 15 publicadores. Frecuentemente los agentes tenían que sentarse en la cocina pequeña de la casa de un hermano, pues la casa servía de Salón del Reino. En vista de la situación que existía en aquel tiempo, se consideró aconsejable que los hermanos extranjeros, entre ellos los superintendentes viajantes, no pronunciaran discursos públicos.

LOS CURAS VUELVEN A LO MISMO

Los hermanos ahora pudieron dar más atención al territorio no asignado. Durante 1952 los publicadores trabajaron en 591 pueblos y aldeas a pesar de fuerte oposición de los sacerdotes, quienes pensaban que los Testigos nunca regresarían, por lo menos que no regresarían a los territorios lejanos. Esta vez los curas volvieron a sus costumbres anteriores, pero sin el apoyo de la policía. Incitaban a la gente echar del pueblo a los Testigos. Durante una asamblea de circuito en Bastogne el sacerdote arrancó un puñado de páginas de la Biblia católica que una hermana estaba usando al testificar, y otra hermana fue golpeada por una fanática incitada por el cura.

En Amberes, otros pastores falsos trataron de evitar que una hermana que era inválida trabajara en las calles, lo cual ella efectuaba en su silla de ruedas en un lugar cercano a una tienda. El encargado de la tienda trató de librarse de ella. Primero llamó a la policía, pero el agente de la policía dijo que ella tenía derecho a hacer lo que hacía. Entonces consiguió la ayuda de dos curas que trataron de persuadir a la hermana a irse de donde estaba, pero sin éxito. Por eso, los curas decidieron empujarle la silla de ruedas calle abajo. Cuando vieron esto, dos conductores de taxímetros que desde el otro lado de la calle habían estado observando lo que pasaba corrieron hacia donde estaba la hermana y dijeron a los curas que, a menos que quisieran meterse en problemas, lo mejor era que se fueran. No hay que decir que se apresuraron a irse.

PROGRESO CON AYUDA DE LOS MISIONEROS

A pesar de la oposición, la cantidad de publicadores aumentó a 3.623. Los graduados de Galaad continuaron fortaleciendo a los hermanos y ayudándoles a aceptar más responsabilidades. Muy pronto Bélgica dejó de ser considerada campo misional, de modo que a la mayoría de los misioneros se les utilizó en capacidad de supervisores, y servían en Betel o como superintendentes viajantes. En aquel tiempo todos los superintendentes de distrito y circuito eran extranjeros, y en la sucursal solo había tres hermanos belgas.

ECHADO EL SUPERINTENDENTE DE LA SUCURSAL

De nuevo los representantes del gobierno católico expresaron su odio mediante atacar a los hermanos que llevaban la delantera. El 11 de abril de 1953 el hermano Calvin Holmes, superintendente de la sucursal, recibió notificación de que se le había echado del país, aunque estaba casado con una hermana belga. El hermano G. van der Bijl fue nombrado superintendente de la sucursal en lugar de él.

¿Y qué había del hermano André Wozniak, a quien la Gestapo no había podido atrapar y a quien un gobierno católico anterior había tratado en vano de echar del país en 1934? A este hermano se le solicitó que compareciera ante un comité, que decidió echarlo del país. Pero antes de que esto pudiera efectuarse hubo un cambio de gobierno. El nuevo ministro de Justicia, que no era católico, decidió no poner en vigor la decisión de echar al hermano Wozniak. Como en 1934, él de nuevo escapó de sus perseguidores.

El nuevo gobierno, más liberal que el anterior, desplegó una actitud hasta cierto grado más favorable hacia la obra del Reino. De hecho, el 28 de julio de 1954 un ministro del gobierno escribió una carta a la Sociedad y dijo que la colocación de Biblias y literatura bíblica en manos de la gente no se consideraría venta ambulante, sino más bien una obra caritativa y no lucrativa.

TIEMPO DE ASAMBLEAS

La ubicación de Bélgica, en la encrucijada entre Londres, Nuremberg, París y La Haya, facilitó el que los hermanos belgas asistieran a las Asambleas Internacionales “Reino Triunfante”, en 1955. Se usaron dos trenes especiales. Las autoridades francesas detuvieron uno de los trenes cuando éste llegó a la frontera francesa. ¡Mediante altavoces, la Policía Estatal Francesa mencionó los nombres de varios hermanos a quienes prohibía la entrada en Francia por “razones de seguridad”! Los hermanos cuyos nombres se dieron abandonaron el tren, pero llegaron a la asamblea mediante trenes regulares después de seguir una ruta indirecta a través del Gran Ducado de Luxemburgo.

ACCIONES FAVORABLES DE LAS AUTORIDADES

A medida que la oposición del clero fue perdiendo fortaleza, las autoridades adquirieron mayor respeto a la obra del Reino. De hecho, llegaron hasta el punto de tomar decisiones unilaterales a favor de los hermanos para garantizar sus derechos constitucionales de adoración. Así, un decreto real del 8 de enero de 1958 publicado en el número del 14 de marzo de 1958 de la Gaceta Oficial canceló toda acción que tomaron el alcalde y los concejales del pueblo de Anvaing el 8 de junio de 1957, en la cual prohibieron los discursos públicos al aire libre. El decreto real acusó al Concejo de haberse excedido en el uso de sus poderes al imponer la proscripción.

Los únicos lugares donde se sentía la presión clerical ahora eran los territorios rurales, como Orp-le-Grand. Se habían hecho arreglos para que muchos hermanos se alojaran en una casa grande de este pueblo durante una asamblea de circuito que había de celebrarse del 23 al 25 de mayo de 1958. Precisamente antes de la asamblea el párroco logró que se cancelara este alojamiento. También obligó al panadero local a revocar su acuerdo de suministrar pan para la comida del mediodía del domingo en la cafetería. Pero esto no impidió que los hermanos obtuvieran el alimento y el descanso necesarios. En el mismo salón donde se celebraba la asamblea se levantó un gran dormitorio, y se usaron sacos grandes llenos de paja como camas. A pesar de la oposición, 532 personas asistieron a la asamblea.

NO HAY BARRERAS DE IDIOMA

El punto principal del año de servicio de 1959 fue la Asamblea Nacional “Ministros Despiertos”, que se celebró en el Palacio de Deportes de Bruselas, donde 6.896 personas escucharon el discurso público, que se pronunció simultáneamente en francés y holandés. Durante esta asamblea de cinco días se bautizaron 378 nuevos Testigos. Lo que hizo tan sobresaliente a esta asamblea fue la unidad entre los hermanos flamencos (de habla holandesa) y los valones (franceses), que se reunieron en el mismo auditorio, lado a lado. El sistema sonoro había sido instalado de tal manera que cada grupo pudiera oír su propio idioma hablado. Para hacer esto posible, el auditorio fue dividido en dos secciones. Tal espectáculo bilingüe no pasó sin ser notado, y la reunión recibió extensa publicidad.

Además, esta asamblea probó que la diferencia de idiomas no causa división entre los cristianos verdaderos. En contraste, Bélgica está muy dividida por disputas relacionadas con idiomas; en ciertas iglesias católicas en Amberes y Vilvoorde la policía ha tenido que intervenir para separar a católicos flamencos de católicos valones. ¿Por qué? ¡Algunos flamencos católicos no podían tolerar el que sus sacerdotes oficiaran en misas en francés!

EXENCIÓN DE IMPUESTOS SOBRE PROPIEDAD

En 1960 se dio un importante paso adelante en la defensa y el establecimiento legal de las buenas nuevas en este país. Aquel año hubo más de 7.000 publicadores en el país, y 10.237 personas concurrieron a la Conmemoración. Los Salones del Reino estaban resultando demasiado pequeños, y varias congregaciones habían empezado a ampliar sus salones o construir salones nuevos. Las congregaciones que eran dueñas de Salones del Reino solicitaron la misma exención de impuestos que tienen las iglesias. Esta solicitud se les negó sobre la base de que los testigos de Jehová no constituyen una religión. Además, la Oficina de Impuestos afirmó que en los Salones del Reino no se efectuaba adoración pública. Por supuesto, tales alegaciones eran absolutamente falsas.

El Tribunal de Apelaciones de Lieja rechazó las alegaciones del Estado en su decisión del 29 de junio de 1960. Ahora los Salones del Reino podrían beneficiarse de la exención de impuestos sobre propiedad. Además, el tribunal decidió que el Estado tenía que reembolsar a los hermanos por los impuestos que se habían pagado sobre los salones.

PUBLICADORES EXTRANJEROS

En este pequeño país de 30.513 kilómetros cuadrados (11.781 millas cuadradas), la mayoría de la población vive en ciudades y pueblos. Puesto que el principal medio de empleo es la industria, es fácil comprender por qué hay tantos obreros extranjeros en el país. De hecho, aproximadamente 10 por 100 de la población es de origen extranjero, y, de éstos, la tercera parte son italianos.

Al llegar, estas personas trabajaban principalmente en las minas de carbón. Así, de nuevo fue en las zonas de Charleroi, Lieja y Limburgo donde la verdad se esparció entre la población extranjera. Se comenzaron estudios bíblicos inmediatamente, y para dar mejor ayuda a estas personas sinceras algunos hermanos belgas hasta aprendieron italiano.

ESCUELAS DE LENGUAJE

El informe de 1962 mostró que aproximadamente 40 por 100 de los publicadores eran extranjeros y no podían expresarse claramente ni en francés ni en holandés. Para resolver este problema, el Ministerio del Reino de febrero de 1962 anunció el establecimiento de una nueva escuela para ayudar a estos hermanos a conocer mejor el lenguaje local. En vez de asistir a la Escuela del Ministerio Teocrático, estos publicadores aprendieron a leer y hablar la lengua local con la ayuda del libro De paraíso perdido a paraíso recobrado. Esto los ayudó en gran manera a hacerse maestros de la Palabra. Ahora pudieron considerar asuntos bíblicos con la gente, en vez de solamente ofrecer las revistas. Hoy, varios de ellos son ancianos y siervos ministeriales en las congregaciones.

CONGREGACIONES DE PERSONAS DE OTROS PAÍSES

Del 7 al 11 de julio de 1965 tuvo lugar un suceso muy especial, el primero de su clase en Bélgica. Se celebró una gran asamblea internacional en Charleroi, donde 63 años antes la verdad había empezado a arraigar. Hermanos del norte de Francia y de París estuvieron presentes con sus hermanos belgas, y el domingo hubo una concurrencia máxima de 11.710 personas.

También se celebraron sesiones en italiano en esta asamblea, como se había hecho por algunos años. Pero ya los hermanos italianos no eran simplemente un puñado, porque 725 asistieron a esta Asamblea “Palabra de Verdad”. ¡Cuán agradecidos se sintieron cuando el hermano Knorr anunció que se formarían diez congregaciones italianas en Bélgica! Estas noticias fueron recibidas con mucho aplauso. Hubo grandes aumentos después de esto. Cuando se escribe este informe, hay más de 2.500 publicadores italianos en 32 congregaciones, que forman 3 circuitos.

Se encontró a muchas personas mansas como ovejas entre las poblaciones griegas, españolas, portuguesas, turcas e inglesas. Entre las nuevas congregaciones que se formaron estuvieron una portuguesa, tres inglesas, siete españolas y ocho griegas. Estos hermanos extranjeros están llenos de celo por Jehová, y su aguante es ejemplar. Considere a la congregación griega de Bruselas: ¡Todos los publicadores bautizados, 47, fueron precursores auxiliares por lo menos una vez durante el año de servicio!

NUEVO HOGAR BETEL

Por más de 20 años el hogar Betel ubicado en 28 Avenue General Eisenhower, Schaerbeek-Bruselas, había satisfecho ampliamente las necesidades de la obra del Reino aquí. Pero no había suficiente lugar para la literatura ni para que todos los miembros de la familia de Betel vivieran bajo un solo techo. En 1966 el hermano Marcel Gillet, quien entonces servía de superintendente de sucursal y en la actualidad es coordinador de la sucursal, recibió del hermano Knorr la notificación de que se construiría un nuevo hogar Betel. La construcción comenzó en noviembre de 1966. En febrero de 1968 estuvo listo para uso un excelente y espacioso hogar Betel, en Kraainem, un suburbio de Bruselas. ¡Cuánto difería aquel lugar del que se había alquilado en 1945!

CONFUSIÓN EN LA IGLESIA CATÓLICA

Mientras más de 10.000 publicadores del Reino estaban afectuosamente unidos en las secciones de habla holandesa y francesa de Bélgica, en la Iglesia Católica estalló la confusión, el odio y la anarquía. Esta vez los periódicos no perdonaron a la iglesia; hasta llegaron a mofarse de ella. Muchos católicos dijeron en confianza a los hermanos: “Nada va bien en nuestra iglesia”, “Éste es el fin de la Iglesia Católica”, y: “Ya no sabemos cómo rezar”.

Los alborotos entre católicos estallaron en las iglesias mismas. En Amberes, Vilvoorde y otros lugares, católicos flamencos atacaron las iglesias porque se estaba diciendo la misa en francés para auditorios de habla francesa que vivían en aquellas ciudades. Se tuvo que llamar a la policía para disolver el alboroto. ¡Los tiempos habían cambiado desde cuando el sacerdote católico llamaba a la policía para echar del pueblo a los hermanos! En Amberes, católicos extremistas escribieron sobre las paredes: “¡No queremos misa en francés en Vilvoorde!”. Ésta es la ciudad donde el clero hizo que el traductor William Tyndale fuera estrangulado y quemado, y donde, hoy día, existe una congregación de 70 publicadores del Reino de Jehová que aman la Biblia. En Louvain, famoso por su universidad católica, jóvenes sacerdotes gritaron en las calles: “¡Abajo el obispo!”. Finalmente se hizo necesario que el gobierno interviniera y mantuviera el orden.

EN PRISIÓN POR LA NEUTRALIDAD CRISTIANA

A través de los años, centenares de nuestros hermanos jóvenes fueron enviados a prisión por la cuestión de la neutralidad cristiana. Hasta la actualidad nuestros hermanos son sentenciados a dos años de prisión porque rehúsan violar su neutralidad cristiana. Por casi 40 años a estos hermanos aprisionados se les negó celebrar reuniones o recibir la visita de ancianos de congregación. No fue sino hasta el 5 de agosto de 1976 cuando un ministro de Justicia más liberal que los demás dio permiso para que ancianos acreditados los visitaran.

UN ACONTECIMIENTO INOLVIDABLE

La Asamblea Internacional “Victoria Divina”, celebrada en Bruselas del 8 al 12 de agosto de 1973, fue un acontecimiento inolvidable. Esta asamblea fue memorable, no solo por la concurrencia sin precedente, sino también porque esta vez se invitó a nuestros hermanos españoles y portugueses a reunirse con nosotros en Bruselas. Todavía no se les había otorgado el derecho de congregarse libremente en sus propios países, de modo que vinieron en grandes cantidades. La concurrencia máxima en la sesión española fue de 19.687 personas; en la sesión francesa fue de 14.625; nuestros hermanos flamencos tuvieron 11.101 y nuestros hermanos portugueses 8.152, de modo que hubo un total de 53.565 personas.

Porque estaban al tanto de las persecuciones que los hermanos españoles y portugueses habían sufrido por muchos años, los hermanos belgas se prepararon para recibirlos con hospitalidad y expresarles la profundidad de su amor para con ellos. Los hermanos y hermanas españoles y portugueses, conocidos ya por su hospitalidad, también estuvieron resueltos a dar prueba de su profundo amor y su arrolladora gratitud por poder reunirse con sus hermanos en Bélgica. ¡Incontables fueron las expresiones de amor y los intercambios de regalos durante aquella gozosa ocasión!

PUBLICADORES EXTRANJEROS REGRESAN A SU PAÍS

Muchas organizaciones tienen sus centros aquí en Bélgica, entre ellas la OTAN (Organización del Tratado del Norte Atlántico), la CE (Comunidades Europeas) y la SHAPE (Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa). Por eso, muchas personas de diferentes nacionalidades entran en el país. Así, muchos aprenden la verdad aquí en Bélgica y entonces regresan a su país de origen como testigos de Jehová. Durante el transcurso de los años esto ha sido lo que ha sucedido a muchos italianos, españoles y griegos que al principio vinieron aquí a trabajar en las minas de carbón. Después, tras de diversos períodos de estadía en Bélgica, regresaron a su país y contribuyeron enormemente a la obra de predicar en sus países natales. Debido a las dificultades económicas de estos tiempos, estos viajes a los países de origen han aumentado en cantidad.

ACTUAL PROSPERIDAD ESPIRITUAL

Hoy el mensaje de las “buenas nuevas del reino” ha sido esparcido por toda Bélgica. Ya no hay territorios no asignados. Todo el país está dividido entre las 288 congregaciones. En abril de 1983 la cantidad máxima de publicadores en Bélgica alcanzó la cifra de 20.018.

¿Qué situación hay ahora en el país? ¿Cómo reacciona la gente en general a la predicación? La influencia que en un tiempo ejercía la religión católica ha disminuido en gran manera. Hasta cuando muchos católicos todavía afirman que son religiosos, es obvio que las comodidades materiales han llevado a muchas personas a desarrollar un punto de vista materialista. Esto, junto con una total falta de interés en asuntos religiosos por parte de otras personas, ha creado una enorme indiferencia entre la gente. Por eso, es difícil hablarles acerca de Dios y de Sus propósitos. Esta actitud presenta un desafío a los publicadores, y los estimula a tratar de usar introducciones que atraigan la atención, en un esfuerzo por despertar algún interés en el mensaje del Reino.

SALONES DE ASAMBLEAS

Podía ser muy costoso el alquilar salones para asambleas de circuito, y muchos de ellos no nos suplían lo que necesitábamos. Por eso, los circuitos hicieron arreglos para adquirir salones que fueran su propiedad. En 1980 se compraron dos salones con este fin, uno en Bioul y el otro en Bornem. Entusiásticamente, los hermanos y las hermanas contribuyeron dinero y tiempo para transformar estos salones de modo que satisficieran las necesidades de las asambleas. Puesto que estos Salones de Asambleas siempre se mantienen limpios, los hermanos ya no tienen que emprender enormes operaciones de limpieza antes de usar un salón.

LA BONDAD AMOROSA DE JEHOVÁ... UNA CORONA

En 1902 el hermano Tilmant, en su condición de primer publicador del Reino en Bélgica, quizá se haya preguntado: “¿Cómo [...] oirán sin alguien que predique?” (Rom. 10:14). ¿Quién hubiera pensado que las primeras semillas de la verdad que este fiel hermano sembró tanto tiempo atrás producirían, 80 años después, más de 19.000 valerosos testigos para Jehová?

¡Se puede comprender lo emocionados que tienen que haberse sentido los hermanos Smets y Poelmans cuando, en 1952, veían que el grupo de cinco personas que había permanecido fiel a Jehová después de la prueba de 1918 se había desarrollado en un grupo de más de 3.500!

Aquellos cristianos valerosos murieron, teniendo presente que Jesús dijo: “Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos” (Mat. 5:12). Ahora que son coherederos de Cristo en los cielos, uno se puede imaginar el gozo que sentirán al ver las abundantes bendiciones de Jehová sobre su pueblo.

¡Sea alabado Jehová por su bondad amorosa! Le damos gracias por haber levantado tantos fieles Testigos en estos tiempos modernos. De hecho, después de compilar este informe, solo nos pesó una cosa: Que la falta de espacio nos impide mencionar a otros centenares de hermanos y hermanas que, como Andrónico y Junias, aunque menos conocidos que otros, fueron como columnas y hombres “insignes”, y han trabajado fielmente en la obra del Señor. (Rom. 16:7.)

Los magníficos ejemplos de aguante por parte de estos hermanos fieles, así como la dirección dada por Jehová a su pueblo aquí en Bélgica mediante “el esclavo fiel y discreto”, constituyen una poderosa fuente de estímulo a todos nosotros. Esto nos anima a continuar “la excelente pelea de la fe” hasta el día en que Jehová diga, mediante su Rey Jesucristo: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”. (1 Tim. 6:12; Mat. 25:34.)

Cuando rompa el alba de ese glorioso día, ya los campos y pastos de Bélgica no estarán en peligro de ser transformados en campos de batalla, como ha sucedido dos veces desde 1914. No; estos campos, así como el resto de Europa y, de hecho, de toda la Tierra, serán transformados en un Paraíso de alcance mundial, en el cual no habrá guerras ni opresión. Hasta entonces, que todos los que aman la justicia en Bélgica y en otros lugares hagan suyas las palabras del apóstol Juan: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”. (Rev. 22:20.)

[Nota a pie de página]

^ párr. 8 Más tarde, esta serie fue llamada Estudios de las Escrituras.

[Fotografía en la página 47]

El hermano Ernest Heuse padre, y su familia... todos en el servicio de tiempo completo

[Fotografía en la página 48]

En una asamblea en Lieja en 1952 los hermanos Poelmans y Smets se regocijan al ver que los 5 publicadores habían llegado a ser más de 3.000

Fotografía en la página 55]

El hermano Emile Schrantz, junto con su esposa, en la obra de circuito (a la derecha, el hermano Fevrier). Pasaban a la siguiente congregación en bicicleta

[Fotografía en la página 58]

Werner Schutz, valeroso luchador por la Teocracia. Hasta su muerte en 1972 había estado en el servicio de tiempo completo por 47 años

[Fotografía en la página 81]

André Wozniak, un hombre clave en la obra del Reino en la clandestinidad durante la II Guerra Mundial, fue buscado —pero jamás hallado— por la Gestapo

[Fotografía en la página 89]

El hermano Hartstang y su esposa llegaron en secreto desde Holanda. Él sirvió de superintendente de sucursal durante aquella peligrosa época y escapó de ser capturado por un resuelto jefe de la Gestapo

[Fotografías en la página 90]

François Hankus, que estuvo entre los 14 hermanos y hermanas llevados a diferentes prisiones y campos de concentración en Alemania

La hermana Hankus perseveró fielmente y permaneció activa durante la detención de su esposo y después, y sirvió hasta su muerte en 1982

[Fotografía en la página 92]

El hermano Floryn y su esposa después de haber regresado de los campos de concentración

[Fotografía en la página 95]

El hermano Glowacz, uno de los Testigos amenazados con ser ejecutados mientras estuvieron en Buchenwald por negarse a trabajar en la producción de armas

[Fotografía en la página 118]

El edificio de la sucursal belga en Kraainem, suburbio de Bruselas

[Fotografías en la página 123]

Vista del Salón de Asambleas de Bioul, uno de los dos edificios comprados en 1980

Vista del interior del Salón de Asambleas de Bornem

[Mapas en la página 39]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

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