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Fidji e islas vecinas

Fidji e islas vecinas

Fidji e islas vecinas

CASI perdidos en lo vasto del sur del océano Pacífico hay muchísimos países insulares. Entre los continentes de Australia y América del Sur, centenares de islitas se asoman sobre la superficie del océano. Las islas del Pacífico Sur, apartadas, apacibles, cálidas e invitadoras, vestidas de lujuriante vegetación, incluso el ubicuo cocotero, con frecuencia han sido descritas por los visitantes como “un pedazo del paraíso”.

Algunas de estas islas son simples atolones que se elevan unos cuantos metros sobre el nivel del mar. Otras, mayores, impulsadas hacia arriba desde el suelo oceánico por disturbios volcánicos o sísmicos, tienen montañas de más de 1.800 metros de altura (6.000 pies), y ríos de tamaño considerable fluyen por ellas. Aldehuelas nativas, que en tamaño varían desde la que acomoda a unas cuantas familias a la que acomoda a centenares de habitantes, están esparcidas por las abrigadas zonas costaneras, por lo general al lado de ríos o corrientes, y también hay algunos pueblos mayores y ciudades.

Desde el punto de vista religioso, organizaciones de la Iglesia Metodista, la Sociedad Misional Londinense, la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Anglicana predominan en las islas. Los misioneros de la cristiandad llegaron a principios del siglo XIX, y en años posteriores muchos grupos protestantes menos numerosos que los ya mencionados empezaron sus actividades aquí.

LOS ISLEÑOS DEL PACÍFICO SUR

Años atrás las islas estaban considerablemente alejadas del resto del mundo. ¡No había servicios aéreos aquí entonces! La conexión con el mundo exterior se limitaba a visitas infrecuentes de barcos de pasajeros y carga, que venían una vez al mes, o con menos frecuencia.

Los isleños difieren en cuanto a origen, pues algunos son melanesios y otros micronesios o polinesios. Pero la mayoría de ellos tienen actitudes fundamentalmente parecidas. Son amigables, despaciosos y casuales en la manera como ven la vida, disfrutan de cada día y se contentan con pocos de los bienes de este mundo. Frecuentemente el modo como el nativo ve la vida frustra a las personas de antecedentes europeos, la mayoría de las cuales están condicionadas a esforzarse por adelantar en sentido material.

COORDINACIÓN DE LA OBRA EN UN CAMPO DISPERSO

Desde su formación en 1904, la sucursal de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract en Australia dirigió la obra por todo el Pacífico Sur, y esta superintendencia continuó hasta 1958, cuando se formó una sucursal en Suva, la capital de Fidji o Fiji (también Viti).

Los países que llegaron a estar bajo la nueva sucursal fueron Fidji, Nueva Caledonia, Vanuatu (anteriormente Nuevas Hébridas), Samoa Occidental, Samoa Americana (Estadounidense), Tonga, Niue, Tahití, Tuvalu (anteriormente las islas Ellice), Kiribati (anteriormente las islas Gilbert), Tokelau y las islas Cook.

Una cosa que ha estorbado el progreso de la obra del Reino en el Pacífico Sur es el aislamiento de los diferentes territorios insulares. Fidji, en posición central con relación a las demás islas del territorio de la sucursal, sirve como centro de una rueda, con las demás islas hacia el exterior desde ella como los rayos de la enorme rueda. Así, si uno fuera a viajar desde Fidji hacia el este, llegaría a Tonga después de viajar unos 700 kilómetros (430 millas), a Niue después de 960 kilómetros (600 millas), y a Tahití después de 3.540 kilómetros (2.200 millas).

Al viajar hacia el nordeste desde Fidji, después de 1.350 kilómetros (840 millas), uno llegaría a las Samoas. Entonces, a unos 1.100 kilómetros (680 millas) al norte de Fidji está el grupo de islas Tuvalu, y más o menos a la misma distancia, de nuevo, hacia el norte de Tuvalu, está el grupo principal de las islas de Kiribati. Si uno viaja poco más de 960 kilómetros (600 millas) hacia el oeste desde Fidji llega a Vanuatu, y el viajar 1.120 kilómetros (700 millas) lo pone en Nueva Caledonia. ¡De este a oeste, el territorio se extiende sobre unos 4.800 kilómetros (3.000 millas) de océano! Debido a la ubicación de la línea de cambio de fecha internacional, los testigos de Jehová de Fidji están entre los primeros que cada año celebran la Conmemoración de la muerte de Jesús, y los de Samoa están entre los últimos, al celebrarla unas 23 horas después.

Hubo un tiempo en que la sucursal de Fidji supervisaba la obra del Reino en 12 países, el mayor número de países bajo cualquier sucursal por sí sola. La oficina trataba con 13 lenguajes importantes. Los superintendentes de circuito y distrito viajaban hasta 4.800 kilómetros (3.000 millas) entre los extremos del territorio, enfrentándose constantemente a reglamentos de inmigración.

Para que obtengamos alguna percepción respecto a la obra de predicar las buenas nuevas en estos grupos insulares, examinemos brevemente información de fondo sobre cada zona. Entonces veremos cómo empezó la obra de esparcir las buenas nuevas y cómo ha progresado hasta la actualidad bajo la mano guiadora de Jehová. Comenzaremos con Fidji, el mayor de estos grupos insulares.

EL GRUPO DE LAS ISLAS FIDJI

En el grupo de las islas Fidji hay más de 300 islas, y aproximadamente su tercera parte está habitada. Esto compone un área total de terreno de 18.275 kilómetros cuadrados (7.056 millas cuadradas). Este grupo de islas, que anteriormente fue una Colonia de la Corona Británica, ha sido nación autónoma desde 1970. Las islas son hermosas, tienen montañas y su terreno es fértil.

Los habitantes originales, llamados fidjianos o fijianos, componen aproximadamente 40 por 100 de la población. Es una raza melanesia de tez oscura. Hubo un tiempo en que eran caníbales fieros, aguerridos (pues las islas en un tiempo eran conocidas como las islas Caníbales), pero ahora son gente civilizada y la mayoría se ha convertido al cristianismo nominal.

Aproximadamente 50 por 100 de la población desciende de obreros que fueron traídos de la India para trabajar en las plantaciones de azúcar. Aunque todavía hay muchos indios trabajando en los cañaverales, una gran cantidad de ellos ahora son dueños de tiendas y negociantes. También hay una población cada vez menos numerosa de europeos, así como una cantidad pequeña de chinos, y hay grupos de casi todas las demás islas del Pacífico Sur. Esto hace que Fidji sea verdaderamente un lugar donde se mezclan razas.

Suva, la capital, es una ciudad en rápido desarrollo cuya población se calcula en más de 100.000 personas. Fidji tiene ahora una población total de más de 600.000 personas. Aproximadamente la mitad de los habitantes son o hindúes o musulmanes, y el resto de la población pertenece a 20 sectas de la cristiandad.

FIDJI OYE LAS BUENAS NUEVAS

¿Cómo llegaron a estas islas las buenas nuevas? Parece que algunas publicaciones de la Sociedad Watch Tower llegaron a Fidji en tiempo tan remoto como la primera década de este siglo. El primer testigo de Jehová activo llegó en 1913. Fue transferido a este lugar desde Sri Lanka por su patrono. Cuando se hallaba con permiso de ausencia, este hermano fue a los Estados Unidos y asistió a una gran asamblea de los Estudiantes de la Biblia. Trajo consigo el Foto-Drama de la Creación y lo exhibió en salones repletos en Fidji. Los discursos se tradujeron al fidjiano, y hubo exhibiciones del Foto-Drama en pueblos grandes y zonas rurales.

En un informe sobre una de las exhibiciones, el Fiji Times del 28 de junio de 1915 dio este comentario: “La segunda parte de esta serie de cuadros religiosos se presentó en la pantalla del Teatro Universal anoche. Desde aproximadamente las 6:30 de la tarde, centenares de personas estuvieron en fila en la galería de la Oficina de Correos o se mantuvieron de pie en grupos bajo el ivi [un castaño nativo]. Las puertas se abrieron a las 7:30 de la noche, y cinco minutos después el auditorio estaba completamente lleno”. Después de esto, no se informó predicación por unos 15 años.

DOS PRECURSORES DISTRIBUYEN MUCHA LITERATURA

En 1930 llegaron a las islas Andy Auchterlonie y A. L. McGregor. Después de efectuar trabajo de casa en casa en Suva, viajaron en embarcación por la costa desde Suva hasta el lado occidental de la isla principal, Viti Levu (Gran Fidji). Dejaron en manos de la gente, por toda la isla, una gran cantidad de literatura bíblica, y testificaron a toda persona a quien pudieron abordar.

Con la ayuda de un guía fidjiano y una canoa viajaron al interior de Viti Levu, y colocaron en manos de la gente centenares de ejemplares de folletos en fidjiano. También predicaron en la isla de Vanua Levu (Tierra Grande), la segunda entre las islas mayores de Fidji. Por bote, se comunicaron con la mayoría de los aldeanos de aquel lugar y distribuyeron mucha literatura entre ellos.

LOS FRUTOS RESULTANTES

Un caso de llevar fruto tuvo que ver con la familia de Leonard Heatley. Él nos dice: “Puesto que mi padre, Edward, era en parte fidjiano, tenía excelente conocimiento tanto del inglés como del fidjiano, y había efectuado trabajo de traducción para varias organizaciones. Él aceptó una oferta de dinero para traducir el folleto titulado El infierno. ¡Pero nunca se le pagó el dinero por el trabajo, puesto que mi padre había aceptado la verdad para cuando terminó la traducción del folleto! Renunció como miembro de la Iglesia Católica y hasta el día de su muerte en 1959 fue firme apoyador de la obra del Reino.

”Él tradujo al fidjiano seis folletos, el libro Liberación y muchos discursos bíblicos grabados por el hermano Rutherford. Estas traducciones se grabaron en fidjiano, y miles de fidjianos en centenares de aldeas oyeron las grabaciones mediante una máquina de reproducción del sonido”. Leonard Heatley mismo llegó a ser el primer graduado de Galaad fidjiano.

Hubo más fruto cuando Harry y Louisa Scott (quienes ya han muerto) aceptaron las buenas nuevas. Dijo la hermana Scott: “Un amigo de mi esposo, Ted Heatley, nos visitó cierta noche y nos permitió oír uno de los discursos bíblicos grabados del hermano Rutherford. La sencillez y claridad del mensaje nos atrajo. Lo aceptamos como la verdad”. La tercera familia que aceptó la verdad al mismo tiempo fue la familia Marriott, y las tres familias (los Heatley, los Scott y los Marriott) fueron el fruto de aquellos dos precursores de los primeros tiempos de la obra.

VIENEN A FIDJI OTROS PRECURSORES

Después que los hermanos Auchterlonie y McGregor regresaron a su país, la sucursal australiana asignó a otros precursores para que trabajaran en Fidji. Para 1933 un hermano precursor viajó a pie, en bicicleta, a caballo y en bote por casi toda Fidji, y colocó miles de ejemplares de literatura en manos de la gente. Desafortunadamente, este hermano abandonó la verdad después, pero las semillas de la verdad ya habían sido extensamente sembradas.

El hermano Eric Ewins nos cuenta acerca de su primer encuentro con el mensaje de la verdad mediante aquel precursor: “Yo estaba pasando por el tiempo más difícil de mi vida: Mi esposa acababa de morir y me había dejado con un hijo de 12 meses que yo tendría que cuidar. Recuerdo que pregunté a un clérigo por qué pasaban estas cosas, y él respondió que Dios la quería en el cielo, de modo que se la llevó. Esta situación me causó tanta angustia que pedí a Dios que me dejara morir, porque no podía ver que la vida tuviera sentido en medio de aquellas condiciones.

”Pocos días después, un extraño entró en mi oficina y, después de presentarse, me sorprendió con esta información: ‘En 1914 hubo guerra en el cielo y Satanás y sus demonios fueron echados abajo a la Tierra. Desde entonces ellos han estado preparando a todas las naciones para pelear contra Dios en la batalla de Armagedón, cuando serán destruidos, y el Reino de Dios bajo Cristo gobernará sobre la Tierra para siempre’. Me impresionó inmediatamente la naturaleza dinámica del mensaje, tan diferente de lo que las iglesias daban a la gente.

”Invité al Testigo a alojarse conmigo por unos días. Él hizo esto, y consideramos el mensaje hasta las primeras horas de la mañana. No necesité muchos días para quedar convencido de que ésta era la verdad y era la respuesta de Dios a mi oración desesperada”. El hermano Ewins se asoció con las tres familias originales de Testigos de la localidad.

SE DA USO A UN AUTO CON ALTAVOZ

Durante 1937 se introdujo en las islas un automóvil provisto de altavoz, y estuvo funcionando por unos seis meses en la isla de Viti Levu. Años después, los hermanos hablaban a personas que todavía recordaban aquel automóvil equipado con altavoz. Durante la década de los cincuenta, un nativo que era anciano de una aldea dijo: “Eran valerosos. Solían venir y estacionar su automóvil en la ribera del río, y el mensaje nos llegaba vigorosamente a todos los que estábamos aquí en la aldea. Oíamos todo: ‘El diablo los conduce a todos. Los líderes religiosos enseñan mentiras. La Biblia enseña la verdad. El Reino de Dios es la esperanza del hombre. No hay un infierno de fuego’. ¡Sí, en ambos idiomas, inglés y fidjiano!”.

J. F. RUTHERFORD VISITA A FIDJI

En mayo de 1938, el que entonces era presidente de la Sociedad, J. F. Rutherford, pasó un día en Fidji mientras visitaba a Australia, Nueva Zelanda y el Pacífico. El auditorio del Ayuntamiento de Suva se había alquilado con semanas de anterioridad, y se había dado extensa publicidad al discurso público que había de presentar el hermano Rutherford. Pero el día de su llegada las autoridades cerraron el auditorio a los hermanos. Aunque no se pudo utilizar el Ayuntamiento, de todos modos el hermano Rutherford celebró reuniones con los pocos hermanos locales, y unas 40 personas estuvieron presentes para su discurso en un hogar particular. Aunque la policía siguió de cerca al hermano Rutherford dondequiera que fue aquel día, él logró estimular en gran manera a los hermanos de Fidji.

PROSCRIPCIÓN DE LA LITERATURA BÍBLICA

En 1936 Fidji había aprobado legislación en la cual se prohibía toda importación de la literatura bíblica de la Sociedad. Entonces, al estallar la II Guerra Mundial, el gobierno colonial impuso una proscripción sobre toda la literatura de la Sociedad. La proscripción resultó en que algunos libros fueran destruidos. Por ejemplo, en enero de 1939 el administrador de la Aduana destruyó todo el envío de libros Liberación en fidjiano. Sin embargo, de todas maneras los hermanos se las arreglaron para introducir alguna literatura en el país y mantenerse bien alimentados en sentido espiritual. La hermana Scott relató un modo como se hizo esto:

“El hermano Ashcroft trabajaba como auxiliar de médico en una embarcación de pasajeros que viajaba entre Australia y Canadá. Él recogía un suministro de literatura en Sydney, y cuando el barco llegaba a Suva algunos hermanos subían a bordo con los abrigos puestos, echaban folletos en los bolsillos interiores y entonces bajaban hacia un automóvil que los esperaba. Poco después los hermanos subían de nuevo al barco, hasta que todas las existencias que traía el hermano Ashcroft se agotaban.

”En cierta ocasión el hermano Ashcroft llegó con una gran cantidad de literatura, y no podíamos bajarla por el método usual. Por eso, la hermana Tupe Marriott tomó prestado un bote de remos del jardinero de un mercado chino, cruzó en él la bahía de noche hasta el muelle donde estaba el barco, el Niagara. Ella fingió que estaba pescando y entonces dijo en voz fuerte a su joven hijo, que estaba con ella: ‘Vámonos hacia acá (alejándose del muelle); parece que hay más peces aquí’. Aquélla era la señal para que el hermano Ashcroft bajara una cantidad de cajas de literatura desde el barco. La hermana Marriott entonces remó de regreso a la bahía con un cargamento completo de ‘pescados’”.

La sucursal australiana se esforzó vez tras vez por lograr la remoción de las restricciones. En 1940 envió a Fidji a Harold E. Gill, y él apeló directamente al gobernador. Sin embargo, la obra pronto fue puesta bajo proscripción completa, como en la mayor parte de la Comunidad de Naciones británica en aquel tiempo.

QUITADAS LAS RESTRICCIONES

En 1945, como resultado de una petición de los hermanos al gobierno, la proscripción sobre la actividad de predicar fue removida, y las publicaciones pudieron entrar en Fidji a condición de que anteriormente fueran examinadas y aceptadas por el gobernador. Después, en 1959, se removieron más restricciones. Se permitió la entrada de literatura, a condición de que un ejemplar de cualquier publicación nueva que entrara en las islas se suministrara al comisionado de la policía. En 1970 el primer ministro eliminó todas las restricciones.

LLEGADA DE GRADUADOS DE GALAAD

Aunque durante los años anteriores a la II Guerra Mundial se efectuó algún trabajo, durante la guerra la obra casi se detuvo. En 1946 el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, y su secretario, M. G. Henschel, hicieron una parada en Fidji, y cada uno pronunció un discurso al grupito de hermanos. El hermano Knorr reveló que la Sociedad enviaría misioneros desde la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. El 5 de abril de 1947 llegaron a Fidji William Checksfield, un vigoroso hermano inglés, y Cecil Bruhn, un australiano, ambos graduados de la octava clase de Galaad. “Para darnos la bienvenida —recuerda el hermano Bruhn—, vinieron miembros de tres familias que eran los únicos Testigos en las islas.” El hermano Ewins, ahora casado de nuevo y criando una familia, había regresado también a Fidji después de una ausencia de ocho años.

SE FORMA LA PRIMERA CONGREGACIÓN

En septiembre de 1947 se formó oficialmente en Suva la primera congregación de Fidji. Estaba compuesta de los dos misioneros, la hermana Connie Clark y miembros de las familias Ewins, Heatley, Marriott y Scott.

Con la ayuda de los misioneros, la congregación gradualmente aumentó de 9 a 37 publicadores durante los siguientes cinco años. Uno de los nuevos era un hombre de Tuvalu, Foua Tofinga, quien llegó a ser el primer tuvaluense que aceptó la verdad y se bautizó. Todavía está sirviendo a Jehová fielmente, ahora como uno de los tres miembros del Comité de la Sucursal de Fidji.

El hermano Bruhn recuerda que en aquel tiempo era imposible que los misioneros llevaran las buenas nuevas a las demás islas, pero el hermano Harry Scott satisfizo esta necesidad y esparció el mensaje extensamente por todos lados. ¿Cómo fue posible esto? La hermana Scott explicó: “Mi esposo era capitán del Adi Beti (Lady Betty), el yate oficial de los gobernadores de Fidji. Por eso, ¡dondequiera que iba el yate, iba la literatura bíblica! En muchas de las muy dispersas islas de Fidji el único contacto que la gente tuvo con la verdad fue la literatura colocada de este modo”.

Lamentablemente, el hermano Bruhn se vio obligado a regresar a Australia en 1949 debido a problemas de salud. El hermano Checksfield continuó en la obra y llegó a ser bien conocido por toda la isla principal de Viti Levu. Pudo ayudar y adiestrar a los hermanos, incluso a los jóvenes Len Heatley y Eunice Marriott, esta última de solo 12 años de edad cuando los misioneros llegaron.

En marzo de 1951 los hermanos Knorr y Henschel visitaron de nuevo a Suva y estimularon a los hermanos. Aquel mismo mes hubo 30 personas en el campo... un nuevo máximo de publicadores.

PRIMERA PRECURSORA REGULAR DE FIDJI

Eunice Marriott quedó muy impresionada por esta visita, y había de llegar a ser la primera precursora regular de Fidji. Ella nos dice: “Muchos jóvenes que han sido criados en la verdad por padres que temen a Dios suelen necesitar una experiencia sobresaliente que los mueva a responder al sentido de la verdad. En 1951 yo estaba muy interesada en adquirir educación seglar avanzada, y, como muchas personas de este lugar, deseosa de mudarme de este pequeño país insular a un país mayor. Por eso, mi hermana y mi cuñado en Nueva Zelanda estaban haciendo arreglos para que yo me mudara allá para emprender estudios más adelantados. Mientras yo esperaba terminar los arreglos para el viaje, los hermanos Knorr y Henschel visitaron a Fidji.

”El hermano Knorr presentó un discurso en que consideró el valeroso personaje bíblico de Daniel, cuya vida realmente me impresionó. Puesto que yo era joven, recuerdo que me fui bajando más y más en el asiento para que el hermano Knorr no me viera, pues me parecía una figura muy llena de autoridad, y que tenía una mirada muy penetrante. Después del discurso, el hermano Henschel consideró conmigo personalmente, y animadoramente, el servicio de precursor y el servicio misional. ‘Hermano Henschel —dije yo—, si fuera a Galaad, no desearía que me asignaran a islas pequeñitas, como Fidji.’ Él me llevó a un mapa del mundo que había en la pared y dijo que quizá me enviarían al Brasil, donde viven millones de personas. Tan estimulada quedé a hacer del servicio de precursor mi meta en la vida que cancelé los arreglos que tenía para ir a Nueva Zelanda, y comencé a servir de precursora.

”Jamás llegué a ir a la Escuela de Galaad, puesto que en aquel tiempo, como ahora, se necesitaban precursores en Fidji, pero he disfrutado de todo minuto de mi servicio aquí. Después de haber servido de precursora por 27 años, tuve el privilegio de acompañar a mi esposo [Don Clare] a Brooklyn en 1978 mientras él asistía al curso especial de Galaad para miembros de Comités de Sucursales. Nosotras las esposas nos regocijamos en gran manera de que se nos hubiera permitido estar presentes en dos horas de consideración de asuntos bíblicos cada día”.

Otras personas siguieron el ejemplo de ella, y el año siguiente (1952) Lydia Pedro y Len Heatley empezaron a servir de precursores. Estos tres jóvenes precursores, Lydia, Len y Eunice, trabajaron con el hermano Checksfield en la edificación de la Congregación de Suva. Desde estos 3, las filas de los precursores han aumentado hasta que ahora hay 90 precursores en Fidji solamente, y 130 en todo el territorio de la sucursal. Dos de los primeros tres precursores todavía siguen en la obra de tiempo completo. La tercera de los tres, la hermana Lydia Pedro, murió en Nueva Zelanda en 1969.

LLEGAN MÁS MISIONEROS

Don Clare, el actual coordinador del Comité de la Sucursal, llegó originalmente a Fidji en 1952 de camino a la Escuela de Galaad por embarcación con otros 16 estudiantes procedentes de Australia. Dijo el hermano Clare: “Recuerdo que estaba en la cubierta de un trasatlántico y vi, por primera vez, la bahía de Suva, rodeada de hermosas colinas cubiertas de verdes profundos de muchos matices. Pensé: ‘¡Qué bello lugar sería éste en el cual trabajar un misionero!’. Pasamos aquel día con un grupito de unos 20 publicadores locales y un solo misionero, el hermano Bill Checksfield. Disfrutamos mucho de aquel día. Nosotros, los 17, expresamos que creíamos que Fidji sería una magnífica asignación para un misionero”.

¿Qué sucedió? El hermano Clare continúa: “A medida que se fue acercando el fin de nuestros estudios en julio de 1952, ansiosamente esperamos el anuncio de nuestras asignaciones misionales. ¡Qué deleitable sorpresa fue para cuatro de nosotros, Harold y Lena Cater, Clive Taylor y yo, enterarnos de que se nos estaba asignando a Fidji! ¡Y qué sorpresa mayor recibimos cuando se nos pidió que emprendiéramos trabajo seglar para conseguir entrada en la colonia de Fidji!”.

¿Por qué era necesario esto? Pues bien, por varios años la Sociedad había solicitado que se permitiera la entrada de misioneros en Fidji. El gobierno continuó rechazándolos. Por eso, había que usar un nuevo método para que estos cuatro graduados de Galaad entraran en Fidji. Habían de entrar como turistas y entonces esforzarse por obtener trabajo seglar. Ellos hicieron esto en marzo de 1953. Se les dio la instrucción de no asistir a las reuniones por algunos meses, y que solo testificaran fuera de la población, para no atraerse atención. Sin embargo, con el tiempo ellos empezaron a aumentar su actividad teocrática y pudieron ayudar al único misionero, el hermano Checksfield.

”Siempre he estado convencido de que Jehová dirigió el que la Sociedad nos enviara a Fidji en aquel tiempo”, recuerda el hermano Clare. “Para obtener residencia de modo que pudiéramos efectuar el servicio misional, teníamos que permanecer exclusivamente en Fidji, efectuando trabajo seglar de tiempo completo durante cinco años. En años posteriores, hermanos australianos, canadienses e ingleses vinieron a Fidji para servir donde había mayor necesidad de ayuda, pero todos se enfrentaron con problemas ante el Departamento de Inmigración una vez que llegaba a conocerse que eran Testigos. El resultado era que tenían que salir de la colonia cuando sus permisos vencían.”

TESTIFICACIÓN EN FIDJI

El hermano Cater describe la obra de aquel tiempo: “La gente era amigable y tenía la filosofía básica isleña de malua o ‘mañana estará bien’. Durante la mayor parte del año el clima era caliente y húmedo. Hasta aquel tiempo las zonas rurales habían recibido muy poca atención, de modo que fue en ellas donde empezamos nuestra predicación. Al principio fue difícil, porque aquí la mayoría de la gente hablaba poco inglés, y nosotros todavía estábamos asistiendo a clases de fidjiano. Sin embargo, dentro de poco tiempo pude pronunciar discursos cortos en ese idioma. La obra de tener discursos públicos en las aldeas creció y pudimos estimular a un hermano fidjiano a acompañarnos. Lo que hacíamos era comunicarnos con el hombre principal de la aldea, testificarle, y hacer arreglos, mediante él, para conseguir un lugar para la presentación del discurso público. Después del discurso efectuábamos predicación de choza en choza. ¡Aquí no había timbres en las puertas! En vez de sillas, se nos pedía que nos sentáramos en esteras sobre el piso”.

LOS MISIONEROS OBTIENEN RESIDENCIA

Después de cinco años de efectuar trabajo seglar, los cuatro graduados de Galaad que habían llegado en 1953 obtuvieron residencia en el país, y los hermanos Clare y Taylor emprendieron de nuevo la obra de predicar de tiempo completo. El hermano Cater y su esposa siguieron en el país por algunos años, ayudando a los hermanos a alcanzar madurez. Entonces tuvieron que regresar a Australia, en 1960, después del nacimiento de su hijo.

SERVICIO DONDE SE NECESITABA AYUDA

A principios de la década de los cincuenta se hizo un llamado por hermanos que fueran a servir donde había mayor necesidad de ayuda... en las islas. Durante los años inmediatamente siguientes, muchos hermanos de Australia respondieron a esta invitación. Tuvieron gran influencia en el desarrollo de la obra. Hubo un tiempo en que llegó a haber 120 de estos hermanos y hermanas en Fidji. Muchos de ellos aprendieron el idioma fidjiano para ayudar a la gente al mayor grado posible. Así, varias congregaciones empezaron con aquellas familias como núcleo. La segunda congregación se formó en Lautoka en 1956. Más tarde se formó una en Navua, y en 1958 se formó una en Mba (Ba). Hoy hay 24 congregaciones por todo Fidji, así como publicadores aislados en algunas de las islas más remotas.

No fue fácil para estos hermanos servir donde había mayor necesidad de ayuda. No solo tenían los problemas relativos a mudarse a un nuevo país, sino que las autoridades de inmigración los deportaban si descubrían que eran Testigos. Por eso, los hermanos tenían que permanecer fuera de la atención de la gente por algunos meses. Después, cuando se establecían en su trabajo seglar, gradualmente empezaban a asociarse con los Testigos de la localidad y con el tiempo entraban en un horario completo de testificación.

El llegar a comprender a los isleños era otro reto. Aquí la vida no se vive de prisa. Puede que el que desee estudiar la Biblia fije un día y hora para un estudio, pero con frecuencia no se apega al arreglo. ¿Por qué? Es simplemente la costumbre de la isla. La gente vive mayormente para el presente; el pasado se olvida, el futuro se pasa por alto sin preocupación. Lo que venga en cualquier momento recibe atención, prescindiendo de la importancia relativa que tenga.

La cortesía que despliegan los isleños también puede presentar un problema para los extranjeros. El mostrar respeto es todavía un aspecto fundamental del modo de vivir del isleño. Por eso, a veces el isleño le dice a uno lo que él cree que uno desea oír, más bien que lo que él cree. Esto significa que uno tiene que ser buen maestro, desplegar perspicacia y estar lleno de discernimiento.

Cuando los superintendentes de circuito están trabajando en territorio rural, puede que pregunten: “¿Cuánto tenemos que caminar hasta la siguiente aldea?”. El hermano isleño sabe que es, digamos, ocho kilómetros (5 millas). Pero el superintendente de circuito europeo está cansado. Por eso, para no ver una expresión de desaliento en el rostro de su hermano, y por pura bondad de corazón, y porque desea sinceramente ser útil y animador, el hermano isleño dice: “Como una milla [1,5 kilómetros]”. ¡Muchos son los hermanos de ultramar que han tenido que caminar la más larga “milla” de su vida debido a esto!

LAS PRIMERAS VISITAS DE CIRCUITO

En 1955 la sucursal australiana asignó a Len Helberg como primer superintendente de circuito de Fidji. Él también visitó a hermanos en Samoa Occidental, Samoa Americana y Nueva Caledonia, y pudo dar comienzo a la obra en Tonga y Tahití.

El trabajar en el circuito en las islas quería decir muchos viajes en embarcaciones pequeñas, a veces llamadas botes de cerdos y pollos por la variedad de carga que llevaban. Los pasajeros se acomodaban donde podían en medio del ganado, la madera y los alimentos. Algunas embarcaciones eran mejores que otras, pero no se adherían a horarios fijos. Por eso, el superintendente de circuito podía hallarse aislado por un mes o más en algunas islas, a la espera de la siguiente embarcación.

Cuando el superintendente de circuito sirve en ciudades, puede que se aloje en un hogar moderno con todas las comodidades de agua caliente y fría, inodoros y una cama. La semana siguiente puede que esté en una aldea donde duerma sobre una estera en el piso y donde solo pueda bañarse en una quebrada o con un balde de agua que se derrame sobre sí al descubierto.

LA PRIMERA ASAMBLEA DE DISTRITO DE FIDJI

La primera asamblea de distrito de Fidji fue la Asamblea de Distrito “Reino Triunfante”, que se celebró en Suva en 1956. Dos días antes de la asamblea, Suva recibió aviso de que se aproximaba un ciclón. Las puertas y ventanas de casas y edificios fueron reforzadas con listones, las carreteras se inundaron hasta hacer muy difícil el paso, y todo servicio aéreo fue suspendido a medida que el ciclón se fue acercando. Pero la noche antes de la asamblea el ciclón cambió de curso y se alejó de Suva. Hubo tiempo de calma el primer día de la asamblea.

El mal tiempo atrasó el avión en que viajaba el hermano Don Adams, que venía de la oficina central de la Sociedad hacia Fidji. Cuando el avión llegó, los hermanos llevaron al hermano Adams a Suva en un vehículo de cuatro ruedas motrices y, después de pasar con el agua al pecho un río crecido, ¡lo pusieron en el lugar de la asamblea precisamente una hora antes del momento en que iba a pronunciar el discurso público!

Desde entonces en adelante los hermanos han tenido asambleas más o menos regulares que han contribuido en gran manera al desarrollo de la obra y la edificación espiritual del pueblo de Jehová.

SE USA EL FIDJIANO EN LAS REUNIONES

Hasta este tiempo, todas las reuniones se efectuaban en inglés. Pero para algunos hermanos no era fácil pronunciar discursos en inglés. Por eso, en 1957 el superintendente de zona recomendó que se usara fidjiano en las congregaciones, y esto se hizo el año siguiente. Además, cada mes se publicó un suplemento fidjiano a la edición australiana de Nuestro Ministerio del Reino. Esto resultó muy útil.

SE FORMA UNA NUEVA SUCURSAL

El 1 de septiembre de 1958 la supervisión de los intereses del Reino en el Pacífico Sur fue pasada a una nueva sucursal en Suva, Fidji. Len Helberg, graduado de la 31 clase de la escuela de Galaad, llegó a ser el primer superintendente de la sucursal. Len Heatley, quien llegó a ser el primer graduado de Galaad de la localidad, fue su auxiliar y participó en la obra de viajante. En su principio, la sucursal estuvo localizada en una habitación del hogar del hermano Eric Ewins, en Suva. Más tarde se alquiló una casa pequeña de dos dormitorios en Suva.

En 1960 Don Clare, quien en 1954 se había casado con Eunice Marriott, la primera precursora local de Fidji, llegó a ser el superintendente de la sucursal, y continúa ahora como coordinador del Comité de la Sociedad. Len Helberg tuvo que regresar a Australia, y Len Heatley ha continuado trabajando hasta ahora en diversas ramas del servicio de tiempo completo.

LA NUEVA SUCURSAL SE ENCARA A PROBLEMAS

Imagínese los problemas a que se encaraba la sucursal. Había entonces ocho diferentes territorios isleños que administrar. Éstos usaban monedas diferentes, hablaban muchos idiomas diferentes y estaban divididos por el meridiano internacional de cambio de fecha. Además, cada grupo isleño estaba bajo un gobierno diferente. Otra cosa que agravaba los problemas era la lentitud de los servicios de correos. Podía tomar diez semanas recibir la respuesta a una carta desde algunas zonas del territorio de la sucursal.

No obstante, la administración directa de todo el campo isleño por la nueva sucursal, bajo la influencia guiadora del espíritu de Jehová, aceleró grandemente la obra. En el primer año de su funcionamiento, la cantidad de publicadores, tan solo en Fidji, aumentó de 111 a 176.

LA VERDAD VENCE AL DEMONISMO

Aunque la mayor parte de la población fidjiana pertenece a alguna iglesia de la cristiandad, algunos todavía siguen sus costumbres antiguas que implican el demonismo, como la práctica religiosa de andar sobre el fuego.

Seremaia Raibe estuvo envuelto con el demonismo después de salir de la escuela, al unirse a un grupo conocido como el Vukea (Ayudante). Los integrantes de este grupo creían que recibirían poder sobre la muerte. Él participaba en beber kawa (una bebida nativa que adormece la mente y entumece el cuerpo) hasta las primeras horas de la mañana para ponerse en comunicación con los demonios y recibir poder para vencer la muerte.

Un día en 1957 el hermano Checksfield lo visitó. El misionero usó la Biblia para explicar las razones que hay para las críticas condiciones mundiales. Seremaia se interesó tanto que empezó a leer la Biblia aunque el Vukea había tratado de desacreditarla. Cuando leyó en Juan 5:28 que la resurrección se efectuaría mediante Jesucristo, se dio cuenta de que las enseñanzas del Vukea estaban equivocadas. Cuando el jefe de la secta murió —lo que Seremaia había creído que era imposible— él se apartó del grupo y abandonó el demonismo. Se bautizó en 1958, empezó a servir de precursor y ayudó a dar comienzo a la obra en Niue. Ahora es anciano de congregación en Nueva Zelanda.

EMPLEAR EL FIDJIANO AYUDA EN EL RECOGIMIENTO

Como resultado del empleo del idioma de Fidji en las reuniones, más fidjianos entraron en la verdad. En julio de 1961 empezó a publicarse una edición mensual de La Atalaya en fidjiano. También se hicieron disponibles algunos folletos en el idioma vernáculo.

Entre los que llevaron la delantera en esta obra de traducción estuvo el hermano Aminiasi Cakau. Aunque él tenía una familia numerosa, solía efectuar trabajo de traducción hasta temprano en la mañana. Durante los últimos años fue miembro del Comité de la Sucursal hasta su muerte en diciembre de 1980.

Uno de los miembros actuales del Comité de la Sucursal es el hermano Emosi Laucala, quien aprendió la verdad de su tía. En 1960 esta fidjiana empezó a estudiar la Biblia mientras se hallaba en Suva, y después regresó a su aldea. Cuando el padre de ella murió, la gente de la aldea la sometió a algunas pruebas espirituales debido a la nueva fe de ella, y debido a que ella ya no temía a los muertos. Otras personas, al observar la fe de ella, empezaron a escuchar lo que ella les decía y leía de la Biblia. Una de estas personas fue su sobrino, Emosi, quien era adventista del séptimo día. Él la siguió a Suva después que ella regresó, y quiso investigar la “iglesia” de ella. Tuvo un estudio bíblico cada día durante la semana que estuvo en el pueblo, y empezó a asistir a las reuniones y entonces regresó a su aldea con publicaciones. Se bautizó en 1962.

PÉRDIDA DEL PRIMER MISIONERO DE FIDJI

Además, en 1962, durante la asamblea de distrito de Lautoka, murió el primer misionero de Fidji, el hermano Checksfield. Él había servido fielmente en el campo fidjiano durante 15 años, y había visto la bendición de Jehová sobre sus esfuerzos. A veces había conducido más de 20 estudios bíblicos cada semana.

A través de los años los hermanos fidjianos habían expresado su preocupación de que el hermano Checksfield regresara a Inglaterra, pero él siempre respondía que no tenía deseos de regresar, porque no había mejor lugar en la Tierra para él que Fidji. ¡Un excelente ejemplo del misionero que se apega a su asignación!

LAS ASAMBLEAS DE DISTRITO UNEN A LOS HERMANOS

A veces se celebra una asamblea para varias islas, y se reúnen hermanos de todo el Pacífico Sur. En 1963 se celebró en Suva la primera gran asamblea internacional que se había visto allí, por ser Fidji uno de los 24 diferentes países representados en la cadena de asambleas que se celebró alrededor del mundo con el tema de “Buenas Nuevas Eternas”. Muchas personas de otros países bajo la sucursal vinieron para reunirse con los hermanos en Fidji. ¡Qué gozo fue para los hermanos saludarse cara a cara por primera vez, después de haber oído tanto unos de los otros!

Los hermanos isleños desplegaron su amigabilidad y disfrutaron de compañerismo durante los cinco días de la asamblea. ¡Cuánto se emocionaron, también, al asociarse con hermanos procedentes de la oficina central de la Sociedad, entre ellos los hermanos F. W. Franz y Grant Suiter! Para el discurso público, presentado por el hermano Franz, hubo una concurrencia de 1.080 personas, casi el doble de la cantidad que había asistido a toda otra asamblea anterior en Fidji. Veinticinco personas se bautizaron, el fruto del ministerio efectuado en diferentes países. Se celebraron sesiones en cuatro idiomas: inglés, fidjiano, francés y samoano. La asamblea fue un acontecimiento sobresaliente en los primeros días del progreso teocrático en Fidji.

PERSONAS DE FAMILIAS PRINCIPALES ACEPTAN LA VERDAD

En la sociedad fidjiana, algunas familias son de antecedentes principales, o de jefe, una distinción ganada muchos años atrás mediante hazañas de guerra. Estas personas llevan nombres como Ratu y Ro, para los hombres, y Adi y Bulo, para las mujeres. Estos nombres se pasan de padres a hijos mediante la línea masculina, y las personas que los llevan disfrutan de gran estima.

Cuando las personas de familias principales aprenden la verdad, efectúan muchos cambios para poder vivir en armonía con las palabras de Jesús: “Todos ustedes son hermanos” (Mat. 23:8). Muchas veces tienen que enfrentarse a mucha oposición, como lo muestra la experiencia de la hermana Alisi Dranidalo:

“Mi familia, de la aldea de Lovoni, en la isla de Ovalau, me presentó oposición. Mi padre, especialmente, manifestó oposición, puesto que él lleva un título de principal y estaba muy envuelto en la vida religiosa de la aldea. Cuando dejé mi trabajo seglar en 1962 para servir como precursora en las islas Ellice [ahora Tuvalu], él me repudió. Por casi ocho años ni siquiera abrió las cartas que le envié. En unas vacaciones fui a casa, pero durante las dos semanas que pasé allí me consideré simplemente como una extraña, no como su hija, e hice todas las cosas con profundo respeto (como es la costumbre fidjiana cuando alguien es un extraño).

”Sin embargo, debido a mi conducta cristiana, y no debido a que yo le testificara, mi padre con el tiempo me pidió que viniera y estudiara con la familia. Ahora uno de mis hermanos y una hermana están en la verdad, y mi padre muestra muy buena disposición. Ha roto sus lazos con la iglesia y asiste a las reuniones y las asambleas”.

La hermana Alisi Dranidalo es precursora especial ahora, y efectúa mucho trabajo, y excelente, tanto en el campo como en traducción.

NUEVO EDIFICIO DE SUCURSAL

En 1965 el hermano Knorr visitó a Fidji y sirvió en la Asamblea de Distrito “Fruto del Espíritu”. En aquel tiempo aprobó la compra de alguna propiedad en Suva, pensando en la construcción de una sucursal y un Salón del Reino. Se dieron pasos para registrar o inscribir la obra legalmente, y esto se hizo en 1966 bajo el nombre de la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia.

Fue difícil hallar propiedad conveniente, pero con el tiempo se compró un terreno cerca de la sección comercial de Suva. Cuando el edificio quedó completo en mayo de 1969, llegó a ser un excelente testimonio para todos. En la dedicación hubo 632 personas presentes, apretadas en un Salón del Reino diseñado para solo 250 personas. Los hermanos locales se conmovieron profundamente cuando se enteraron de que el dinero para el terreno había venido de hermanos de Nueva Zelanda, y de que los fondos para el edificio mismo habían venido de los hermanos de Australia. El edificio de la sucursal es un edificio de tres pisos construidos a desnivel. El piso más alto es la oficina y el hogar Betel, y el Salón del Reino estaba debajo. El primer piso era para el almacenaje de literatura, y tenía un garaje.

CONSTRUCCIÓN DE UN EDIFICIO PARA ASAMBLEAS

A través de los años se han celebrado asambleas en diversos edificios públicos, pero muchas veces ha sido necesario que los hermanos construyan todo el lugar para la asamblea. Por ejemplo, en 1970, en la Asamblea de Distrito “Hombres de Buena Voluntad”, los hermanos de los distritos occidentales de Fidji construyeron todo el lugar de la asamblea en el pueblo de Mba. Trabajando mayormente en los fines de semana, construyeron dos grandes auditorios con techo de paja y asientos de bambú, así como otros seis edificios menores. Este trabajo les tomó tres meses, pero se sintieron bien remunerados cuando 842 personas asistieron al discurso público y 22 se bautizaron.

INDEPENDENCIA PARA FIDJI

El 10 de octubre de 1970, después de 96 años como Colonia de la Corona Británica, Fidji llegó a ser nación independiente. Este acontecimiento tuvo su efecto en la obra en Fidji, puesto que el objetivo del nuevo gobierno era que gente de la localidad ocupara los puestos seglares que entonces ocupaban extranjeros. Muchos de los hermanos que habían venido a este lugar a servir donde había mayor necesidad de ayuda y habían obtenido trabajo seglar regresaron a su país de origen, a medida que personas de la localidad tomaron los puestos que ellos habían ocupado.

Algunos de los hermanos que habían estado sirviendo en Fidji por muchos años tuvieron que decidir si se hacían ciudadanos de Fidji o no. Algunos hermanos se hicieron ciudadanos. Entre ésos estuvo un graduado de Galaad, el hermano Clare, quien continúa sirviendo en la sucursal.

EL DESARROLLO MÁS RECIENTEMENTE

En 1970 la concurrencia a la Conmemoración de la muerte de Jesús fue de 1.226 personas, pero en 1983 ésta había subido a 3.061. Hasta el fin de los años setenta se habían formado unas diez congregaciones en Suva y en los pueblos principales. Pero, a medida que más nativos de Fidji aceptaron la verdad, en los siguientes diez años se formaron otras 11 congregaciones.

Durante 1977 la obra se esparció a otras aldeas e islas donde no se había efectuado. Precursores especiales empezaron a trabajar en cuatro nuevas áreas y establecieron tres congregaciones. Pero es difícil extender la obra por las 106 islas habitadas de Fidji. Una vez que los precursores especiales fidjianos salen de sus propias aldeas, por lo general no reciben buena acogida en otra aldea a menos que alguien de esa aldea los haya invitado.

En cierta ocasión un hombre de edad avanzada visitó la sucursal y solicitó que se asignara a un ministro de los testigos de Jehová a su isla. Él había sido ministro metodista, pero no estaba satisfecho con su religión ni con otras que había investigado. Se había puesto en comunicación con los Testigos en la isla principal, y pensó que ellos tenían la mejor religión que había hallado hasta entonces. Puesto que ofreció alojamiento, se asignó a un matrimonio de precursores especiales para que visitaran la isla. Ellos testificaron en ocho aldeas, y pasaron dos semanas allí. Resultó que el hombre de edad avanzada era el jefe principal de la isla, y dijo a su gente que escuchara a los testigos de Jehová.

RESULTADOS DE LA FIDELIDAD

El sistema comunal de las aldeas tiene firme agarro sobre la gente de Fidji. Anteriormente era casi imposible el que alguien llegara a ser Testigo a menos que se mudara de la aldea. La situación está cambiando ahora. En el pasado la gente solía correr a la espesura cuando veía que los Testigos se acercaban a la aldea. Pero las elevadas normas morales de los hermanos, sus costumbres de vida limpia y su predicación persistente ahora están haciendo que muchas personas respondan bien.

Una ilustración de esto es la experiencia de la hermana Losavati Rokomarama. Ella aprendió la verdad en Suva. El esposo de ella no aceptó la nueva creencia de ella, y poco después regresó a su aldea en la isla de Ngau. Allí la familia vive en la aldea más grande de la isla.

En los años que siguieron, Losavati permaneció firme en su creencia y continuó esparciendo las buenas nuevas mediante testificación informal. Cada mes envió su informe a la sucursal. Cada domingo tenía el estudio de La Atalaya con sus hijitos a pesar de la burla del resto de la aldea, puesto que todos ellos iban a la iglesia metodista. Con el tiempo, el esposo de ella se unió a ella en el estudio de La Atalaya y poco a poco aceptó la verdad. Entonces, mediante la testificación informal de ella, su cuñado y su cuñada también dejaron la iglesia y, junto con los hijos de las familias, los cuatro comenzaron a reunirse cada semana para el estudio.

En cierta ocasión dos hermanos precursores especiales fueron asignados a aquella área, y se alojaron en casa de la hermana Losavati Rokomarama y su esposo. Como resultado de la testificación celosa de estos hermanos, la aldea se agitó contra ellos, y el ministro convocó a una reunión en la iglesia a todos los aldeanos. El ministro ordenó al esposo de la hermana Rokomarama, recientemente interesado en la verdad, que echara de su casa a los precursores especiales. Él rehusó hacer esto, ¡y dijo denodadamente a todos ellos que los precursores eran invitados de él y continuarían alojándose en su casa!

Aunque ya no hay precursores especiales asignados a esa isla, el grupito todavía se reúne con regularidad, y seis están informando servicio en el campo cada mes.

ATENCIÓN A UNA ISLA REMOTA

Tres publicadores aislados viven en una gran isla a unos 120 kilómetros (75 millas) de la isla principal de Viti Levu. Estos publicadores reciben visitas regulares de los superintendentes de circuito, aunque el llegar a la isla puede tomar más de un día. El superintendente de circuito tiene que viajar en un buque de carga pequeño para llegar a la isla, que casi no tiene carreteras, y no tiene electricidad. Cuando él llega a un extremo de la isla, tiene que esperar muchas horas, mientras la embarcación va a muchas bahías a lo largo de la costa, descargando y cargando productos y personas. Al llegar a su destino, él se mete en un pequeño bote de remos que lo lleva hasta la playa. Entonces tiene que caminar con su equipaje por terreno fangoso. Después de caminar varios kilómetros por la maleza, finalmente llega al hogar de uno de los hermanos.

Sin embargo, el esfuerzo recibe buena recompensa, puesto que él ve el aprecio y gozo de los hermanos cuando hablan unos con otros, participan en la obra de testificar y celebran reuniones. Un superintendente de circuito tiene la grata memoria del tiempo en que partió de la isla mientras veía a una familia de Testigos de pie en el mar, hasta la cintura en el agua, meneando las manos en despedida hasta que el bote que lo transportaba se perdió de vista.

Como se ve, por diversos medios las buenas nuevas están esparciéndose por todas las islas, aunque las circunstancias hacen imposible asignar precursores a todos los lugares donde se necesitan.

CICLONES AFECTAN A LOS HERMANOS

Desde alrededor de noviembre a abril de cada año Fidji es azotada por tormentas tropicales (huracanes) conocidas en este lugar como ciclones. A través de los años éstos han causado mucho daño y mucha pérdida de vidas, y los hermanos, naturalmente, han sentido los efectos de esto.

Muchas veces a los hermanos que han perdido su hogar y sus siembras debido a inundaciones y derrumbes se les han enviado suministros de socorro. Los hermanos locales han aprendido a cuidar unos de otros durante estos desastres.

PRIMER PERMISO PARA MISIONEROS DESDE 1947

El año 1978 fue grande para la pequeña sucursal. Debido a varios cambios y a la muerte de un superintendente de circuito, el hermano Manoa Baro, surgió una gran necesidad de superintendentes viajantes. No había hermanos locales entrenados para esta obra. De modo que se decidió solicitar del gobierno permiso para que un superintendente de circuito experimentado viniera desde ultramar. La sucursal había solicitado esto muchas veces antes, ¡pero por más de 30 años no se había otorgado ningún permiso para misioneros!

La sucursal estuvo muy agradecida a Jehová cuando supo que se había otorgado permiso para que un hermano, Vaughan Guy, junto con su esposa, Jeanne, entraran en Fidji por un período de 3 años para que él sirviera de superintendente viajante. Ahora los hermanos locales han recibido mucho entrenamiento, y algunos superintendentes de circuito nuevos han emprendido la obra.

TESTIFICACIÓN A GENTE DE LA INDIA

Muchos de los indios que vinieron a Fidji como mano de obra permanecieron aquí y han criado grandes familias. La mayoría de ellos practica la religión hindúe, y los demás son musulmanes. Por todo Fidji los indios operan la mayoría de los negocios, y muchos han arrendado terreno y cultivan caña de azúcar. En comparación con otras personas, solo un puñado de indios ha aceptado la verdad, de modo que la mayoría de los publicadores son fidjianos locales y personas de islas cercanas.

Sin embargo, los indios son muy hospitalarios. Cuando un publicador testifica a una de estas personas, especialmente en las zonas rurales, ella invita al publicador a entrar en el hogar. Sin falta ofrece al publicador una bebida refrescante o té caliente, lechoso, dulce. El amo de casa indio casi siempre acepta literatura, puesto que es parte de su creencia nunca ser rudo con nadie que habla acerca de Dios. Es persona trabajadora, ambiciosa, y por lo general mantiene un arreglo familiar de estrecha unión. Ésta es otra razón por la cual es muy difícil el que indios jóvenes acepten la verdad.

Otra cosa que hace muy difícil el que los indios aprendan la verdad es la religión hindúe, que es la de la mayoría de ellos. Es común oír que dicen: “Todas las religiones son buenas y agradan a Dios”. Sin embargo, algunas personas con estos antecedentes, como Hari Narain, quien ahora es anciano, han aprendido la verdad y sirven fielmente en las congregaciones.

En el pueblo de Tavua, en el distrito occidental, un hermano que había sido musulmán, y su esposa, están logrando buen éxito respecto a conducir estudios de la Biblia con indios. En la asamblea de distrito de 1980 en Lautoka se bautizó un matrimonio de personas que antes habían sido hindúes. Así, pues, se está progresando en llegar a la población india, y por eso, además de inglés y fidjiano, en el programa de las últimas dos asambleas de distrito hubo partes en hindi; y 255 personas asistieron al discurso público en hindi que se pronunció en la Asamblea de Distrito “Verdad del Reino”.

SE MANIFIESTA LA BENDICIÓN DE JEHOVÁ

Hay clara manifestación de la bendición de Jehová sobre la obra de predicar y enseñar a través de los años. Desde 12 publicadores en 1947, cuando llegaron los primeros graduados de Galaad, la verdad se ha esparcido de tal modo que en junio de 1983 se alcanzó un máximo sin precedente de 819 publicadores. La Asamblea de Distrito “Verdad del Reino” fue nuestra más grande asamblea hasta la fecha, con una concurrencia de 2.905 personas, y 47 bautizados, en comparación con las 50 personas que se bautizaron durante todo el año de servicio de 1982. Se ven grandes posibilidades por el hecho de que la concurrencia a la Conmemoración de 1983 fue de 3.061 personas, ¡más de tres veces y medio la cantidad del máximo de publicadores!

Para acomodar la expansión que se experimentaba, las congregaciones se mudaron del Salón del Reino de la sucursal de Suva, y el auditorio fue convertido en 1983 en tres oficinas particulares y un departamento de literatura y envíos. El anterior departamento de envíos ahora sirve como oficina de recepción y traducción.

Este excelente aumento, y los adelantos, se pueden atribuir a nuestro Padre Celestial, Jehová Dios, quien ha puesto fortaleza y valor en las personas que han sido enviadas a predicar la Palabra.

Volvamos nuestra atención ahora a otra parte del Pacífico Sur, las islas de Samoa.

SAMOA OCCIDENTAL

Las islas de Samoa están entre las más hermosas del Pacífico Sur. Sin embargo, durante los pasados dos siglos han experimentado sus dificultades a medida que las potencias mundiales han competido por poseerlas. Esto las ha dejado en una condición económica y social desemejante a lo que se esperaría en un verdadero paraíso.

Aunque la Samoa Occidental se halla a pocos kilómetros de la Samoa Americana o Estadounidense, y las habitan gentes del mismo origen, funcionan bajo gobiernos diferentes. Desde 1962 Samoa Occidental ha sido una nación independiente, una de las más pequeñas del mundo.

Las dos islas grandes (Upolu y Savai’i) tienen un área de solo 2.934 kilómetros cuadrados (1.133 millas cuadradas), pero tienen una población de aproximadamente 160.000 personas. Son montañosas, pero muy fértiles, y están cubiertas de densa maleza interrumpida por plantaciones de alimentos y cocotales. Las aldeas son pintorescas; las casas, conocidas como fales, tienen techos redondeados de paja y lados abiertos debido al clima caluroso del país. Cuando llueve, la gente baja persianas hechas de palma. En la ciudad capital, Apia, hay aproximadamente 35.000 habitantes.

Entre las religiones comunes aquí están la de la Iglesia Cristiana Congregacional (que vino de la Sociedad Misional Londinense), la metodista, la católica romana, la mormona, la de los adventistas del séptimo día, y grupos pentecostales.

Los samoanos son polinesios; son amigables y hospitalarios. Son de tez morena clara, y sus rasgos son casi caucásicos. En su modo de vivir en las aldeas siguen un sistema social en que cierta cantidad de familias forman un clan; al cabeza del clan se llama matai. Hay varios matais en cada aldea. Las posiciones que ocupan varían en cuanto a importancia y autoridad. Los matais que son oradores y jefes son de alta categoría, y por lo general hay un jefe principal que es la autoridad final de la aldea.

Como uno puede imaginarse, cuando todos los miembros de un clan tienen una sola creencia religiosa pueden causar grandes dificultades al que trate de romper con Babilonia la Grande.

TESTIFICACIÓN EN SAMOA OCCIDENTAL

No obstante, los visitantes reciben una acogida amigable en casi toda aldea samoana. Cuando el publicador de las buenas nuevas se acerca a una casa, se detiene respetuosamente al llegar a la baja plataforma de piedras sobre la cual está la fale y espera a que se le dé una señal de bienvenida. Allí está... una joven está extendiendo una estera dentro de la casa. Ahora el publicador entra sin decir una palabra, después de quitarse los zapatos. Cuando está sentado cómodamente, con las piernas cruzadas sobre la estera, espera en despliegue de cortesía.

Ahora es el turno del ama de casa. Ella dice que se alegra de que el visitante haya venido a su hogar, que espera que la obra del publicador reciba bendición, que su casa es humilde, pero el sol es caliente, y, por eso, finalmente concluye con la expresión de que da la bienvenida al publicador. Él entonces da gracias a ella e inquiere en cuanto a la salud de la familia. Solamente entonces puede seguir adelante y dar el mensaje del Reino.

PRINCIPIOS DE LA OBRA DEL REINO

Fue en 1952 cuando las buenas nuevas del Reino de Jehová empezaron a arraigarse en Samoa Occidental. Un hermano procedente de Inglaterra, John Croxford, organizó un grupito de estudio compuesto de personas que mostraban interés en el mensaje. Él era empleado de la línea aérea T.E.A.L. (ahora la Air New Zealand) y trabajaba en una oficina en Beach Road, Apia. Allí conoció a un oficinista llamado Fuaiupolu Pele.

Según Pele, el hermano Croxford era “el hombre más amigable que había conocido”. ¡Pele dijo que el hermano Croxford le había dicho después que cuando él vio a toda la gente yendo a la iglesia los domingos, vestidos de blanco, con la Biblia en la mano, no tenía idea de precisamente dónde empezar! Pero empezó, con excelentes resultados. Pele nos dice lo que él pensó en aquel tiempo:

“Yo sabía que él [el hermano Croxford] quería hablarme, pero no se lo permitía porque entonces no tenía tiempo para ello. Como presidente de la Asociación de Ex discípulos de las Escuelas Gubernamentales, me hallaba muy ocupado. Sin embargo, cierto sábado por la noche él vino a mi casa a cenar, y hablamos hasta temprano el domingo por la mañana. Le hice muchas preguntas, y él me leyó toda respuesta de la Biblia. Quedé completamente convencido de que ésta era la verdad que había estado buscando”.

Aunque se alegraba de haber aprendido la verdad, Pele temía las consecuencias que aquello pudiera tener. Él y su familia eran prominentes en la iglesia, pues algunos miembros de su familia eran pastores. Debido a sus actividades escolares, deportivas y eclesiásticas, él era bastante bien conocido. En su mente se hacía la pregunta: ¿Qué pensaría acerca de esta nueva religión que él había abrazado la Asociación de Ex discípulos? ¿Qué pensarían y dirían acerca de él los patrocinadores de la Asociación, las altezas Malietoa Tanumafili II y Tupua Tamasese III?

Según la costumbre samoana, los matais con títulos encumbrados tienen mucha influencia. Es casi increíble el que un samoano, especialmente uno que lleve título o se halle en alta categoría, se oponga a las costumbres y la religión de sus antepasados. En esta situación se halló Pele cuando aceptó la verdad.

PELE SE REÚNE CON LOS ENCUMBRADOS

Pele nos dice lo que sucedió: “Oré como nunca antes lo había hecho, y pedí a Jehová que me dirigiera en el camino que debía seguir. Durante los pocos meses que siguieron estudié incesantemente y hasta tarde en la noche. Cierto día recibí de un alto jefe de nuestra familia una carta en la que me llamaba a una reunión nocturna en Faleasiu, para considerar esta ‘nueva iglesia’. Taime Solomona, otro miembro de la familia que estaba interesado en la verdad, estuvo allí también. Tan pronto como llegué a aquel lugar, el jefe principal dio comienzo a la reunión. En la asamblea familiar había seis jefes, tres oradores, diez pastores, dos maestros de teología, el jefe principal que presidía y hombres y mujeres de edad avanzada de la familia. Estas personas nos maldijeron y condenaron por deshonrar el nombre de la familia y la iglesia de nuestros antepasados.

”Entonces el presidente dijo: ‘Sería mejor tener un debate. Ustedes den sus doctrinas y creencias; nosotros daremos las nuestras, y veremos quién tiene razón’. Me sentí como Jeremías, ardiendo por dentro, deseoso de hablar. Aunque algunos gritaron: ‘¡Pon a un lado esa Biblia! ¡Deja esa Biblia!’. Yo respondí a todas sus preguntas con la Biblia, y refuté sus argumentos. ¡Cuán agradecido me sentí de que había estudiado la Palabra de Dios como nunca antes!

”El debate continuó toda la noche, hasta las cuatro de la mañana. Finalmente, no venía palabra ni sonido de la gente. Tenían la cabeza inclinada. Entonces el jefe principal dijo con voz débil: ‘Ganaste, Pele’. Yo respondí: ‘Perdóneme, señor, pero yo no gané. Esta noche ustedes han oído el mensaje del Reino. Mi sincera esperanza es que le presten atención’. Después de partir, buscamos un autobús para regresar a casa, cansados, pero felices por la victoria de la verdad de Dios. La semilla de la verdad había arraigado en Upolu”.

CRECE EL GRUPO DE ESTUDIANTES

Cierta tarde de julio, un joven llamado Maatusi Leauanae alcanzó a oír a dos hombres hablar acerca de la “nueva verdad”. Maatusi preguntó: “¿Dónde está esta nueva verdad?”. Uno de los hombres trabajaba en el hospital, y explicó que había un grupo de estudio bíblico que se reunía cada semana, en este día, en el hospital. Maatusi se interesó mucho en aprender acerca de esta “nueva verdad”. Por eso fue al hospital y miró adentro. Al ver a un grupo grande reunido, la timidez lo dominó y Maatusi dio vuelta para irse. En la puerta encontró a John Croxford, que llegaba para conducir el estudio. El hermano Croxford lo instó a unirse al estudio, lo cual él hizo. Allí fue presentado a Fuaiupolu Pele y otras personas, dos o tres doctores de medicina, un funcionario de la Aduana, varios oficinistas y un hombre del Departamento de Agricultura. Entonces hubo una hora de estudio con el libro ”Sea Dios veraz”.

En 1952 Pele y su esposa, Ailua, simbolizaron su dedicación a Jehová mediante bautizarse en agua. A Maatusi Leauanae le gustaba lo que estaba aprendiendo, pero por algunos meses no asistió con regularidad. Cuando regresó para el estudio regular, el amor y el interés que el grupo le mostró, junto con la verdad que había oído, lo convencieron de que había hallado la religión verdadera. Otro joven empleado gubernamental, Siemu Taase, pronto se unió al grupo. Él y Maatusi se bautizaron en 1956.

John Croxford salió de Samoa Occidental en 1953, pero había plantado semillas de la verdad en buen terreno. Muchas personas ya mencionadas todavía sirven lealmente en la obra de Jehová. Vendrían más.

SE FORMA LA PRIMERA CONGREGACIÓN

La Sociedad aprobó la formación de la primera congregación en Samoa Occidental a principios de 1953. Un matrimonio de precursores especiales de Australia, Ronald y Olive (Dolly) Sellars, llegó en mayo de 1953, y ayudó a organizar la congregación. Las autoridades no quisieron extenderles el permiso para residir en el país, de modo que en enero de 1954 ellos se mudaron a la Samoa Americana.

El hermano Pele nos dice: “Cuando el hermano Croxford partió, todo el mundo pensó que le llegaba el fin a la ‘nueva iglesia’. Pero teníamos una concurrencia de más de 40 personas. El hermano Ted Jaracz se detuvo para vernos en su viaje de regreso a Australia desde la asamblea de distrito de Nueva York en 1953. Nos reunimos en mi casa aquella noche, y él nos pronunció algunos discursos que yo traduje”.

Poco después, el hermano Pele dio a su hijo recién nacido un nombre que incluía el de los tres hermanos que habían venido a Samoa Occidental, John Croxford, Ron Sellars y Ted Jaracz. Su nombre es Uitinesesioneronitete, en samoano, o, en español: Testigo-John-Ron-Ted.

SERVICIO DONDE MÁS SE NECESITA

Varios Testigos de Australia vinieron a Samoa Occidental para servir donde había mayor necesidad de ayuda. Richard y Gloria Jenkins, Bill y “Girlie” (Chiquilla) Moss, y otros hicieron excelente trabajo. Vez tras vez el gobierno rechazó las solicitudes para que misioneros de la Sociedad entraran en el país, de modo que los hermanos que servían donde había mayor necesidad de ayuda contribuyeron estabilidad y superintendencia madura, algo que les faltaba a los hermanos locales en aquel tiempo.

Un hermano, un nativo de Samoa Occidental que había aprendido la verdad en Nueva Zelanda, decidió ayudar a sus hermanos en “casa” por un tiempo. Por eso, en 1960 Charles Pritchard y su esposa, Judy, regresaron a Samoa Occidental con sus dos hijos. Permanecieron por cinco años en el país y pudieron dar mucha ayuda, puesto que él era samoano y sabía lo que los hermanos necesitaban y cómo comunicárselo en su idioma. Entonces regresaron a Nueva Zelanda por 15 años. Desde abril de 1981, Charles y Judy Pritchard han estado sirviendo en Samoa Occidental como misioneros, junto con su hijo, Paul.

GRADUADA DE GALAAD LOGRA ENTRAR

En 1958 la hermana Tia Aluni, nativa de Samoa Occidental que había estado viviendo en Nueva Zelanda, se graduó de la Escuela de Galaad y fue asignada a la cercana Samoa Americana, o Samoa Estadounidense. Puesto que ella podía entrar en Samoa Occidental, la Sociedad la invitó a escoger entre permanecer en la obra misional en la Samoa Americana o ir a Samoa Occidental como precursora especial. Ella escogió esto último y pasó tres años (de 1961 a 1964) en la isla mayor, Savai’i, trabajando con una precursora especial de la localidad. Así se dio comienzo en la obra en Savai’i.

Un matrimonio de misioneros estuvo sirviendo allí con una pequeña congregación en Fogapoa, pero ahora visitan a la congregación una vez al mes desde la isla de Upolu. La obra ha progresado lentamente debido a las costumbres, tradiciones y creencias religiosas, pues la gente teme abandonar las viejas costumbres. Los publicadores locales informan fielmente cada mes.

SIGUE EL RECOGIMIENTO

Fagalima Tuatagaloa, un minusválido con mala vista, reconoció la verdad. Se bautizó en 1953 e inmediatamente empezó a servir de precursor de vacaciones (lo que ahora se llama precursor auxiliar). Aprendió tan bien la verdad que sabía muchos textos bíblicos de memoria. Un superintendente de circuito que estuvo trabajando de casa en casa con él notó que él estaba leyendo con exactitud textos bíblicos sin el uso de gafas, y le preguntó si su vista había mejorado. Fagalima respondió que él había perdido sus gafas y que solo parecía que estaba leyendo la Biblia. En realidad estaba citando los textos de memoria.

Fagalima entró en el servicio de tiempo completo y sirvió muchos años como precursor especial. Por mucho tiempo se alojó en casa de la familia del hermano Pele. En 1977, cuando enfermó gravemente de cáncer, ellos lo atendieron hasta el mismo momento de su muerte en 1979.

VISITAS DE CIRCUITO A PESAR DE OBSTÁCULOS

Cuando Len Helberg, el primer superintendente de circuito de Fidji, partió en 1957 para asistir a la Escuela de Galaad, Paul Evans se encargó del circuito. En aquel tiempo el circuito se extendía desde Tahití, al este, por las Samoas, Niue, Tonga y Fidji, hasta Nueva Caledonia, al oeste. En 1958 se creó un nuevo circuito con Don Clare como superintendente de circuito. En 1960 se añadió un circuito más. Éstos cubrían los 12 países bajo la sucursal fidjiana. Por 13 años el hermano Evans, acompañado por su esposa, sirvió en algunos de estos países en la obra de circuito. Cuando no viajaban, trabajaban como misioneros en Samoa Americana.

No era fácil entrar en Samoa Occidental, ni siquiera para breves visitas de circuito. El hermano Evans recuerda lo siguiente: “Dos veces servimos en la congregación mientras pasábamos por allí en barcos. En el primer viaje sólo pasamos tres noches y dos días con los hermanos. La siguiente ocasión fue mejor. Conseguimos pasaje en un pequeño barco de carga insular desde Fidji, y llegamos a Samoa Occidental temprano el martes por la mañana. Puesto que el gobierno de Samoa Occidental fletó para un viaje de siete días a otras islas el barco en que íbamos, y no se le permitió aceptarnos, tuvimos que esperar los siete días en tierra en Apia. Esto fue muy conveniente para nosotros, y tuvimos una ‘espera’ espiritualmente provechosa en servicio a la congregación”. En 1959 el hermano Evans tuvo que hacer tres intentos antes de que se le otorgara permiso para entrar en Samoa Occidental.

FACTORES EN EL PROGRESO LENTO

Aunque es agradable testificar a los samoanos en el servicio del campo, es difícil conseguir resultados. Se pueden comenzar estudios bíblicos. Pero el conducirlos con regularidad y lograr progreso es otro asunto. Sin embargo, los hermanos han hecho buen trabajo, cuando se considera que por muchos años estuvieron sin ayuda de los misioneros. Otro factor en el lento progreso es la cantidad limitada de publicaciones en su idioma.

LIMPIEZA DE LA CONGREGACIÓN

Una cosa que estorbó el progreso en los primeros años fue el hecho de que algunos de los hermanos no aceptaron de buena gana el arreglo teocrático, quizá por orgullo. Hubo algunos que no quisieron humillarse, y en 1958 comenzó un período de prueba que eliminaría a algunos. Por algún tiempo un puñado de rebeldes había estado tratando de dividir a la congregación y establecer su propia pequeña organización. Esto fue la culminación de varios años de constante perturbación por ellos, y, por su intenso orgullo, abandonaron la congregación.

Este refinamiento resultó en la pérdida de una cuarta parte de los publicadores, algunos de los cuales fueron expulsados. Jehová probó sin lugar a dudas que apoyaba a su propia organización, pues bendijo a los que colocaron su integridad por encima del orgullo personal. La congregación siguió creciendo y disfrutó de un aumento de 35 por 100 en 1959, pues hubo un espíritu verdaderamente afectuoso de amor y cooperación. El hermano Pele y su esposa y varios miembros de su familia se mantuvieron leales, y todavía él sigue tan fuerte como se lo permiten la edad y la salud. Esta familia está asociada ahora con una congregación samoana en Hawai.

Pero hubo más que aquello implicado en limpiar la congregación. Hubo que expulsar a una gran cantidad de hermanos y hermanas debido a su inmoralidad sexual. En Samoa Occidental tal inmoralidad se practica libremente, y hubo que remover de sus puestos, por tal conducta indeseable, a algunos precursores especiales y siervos.

SERVICIO DE TODO CORAZÓN

Aunque la gente de Samoa Occidental tiene una abundancia de alimento material, financieramente son pobres. Pero los hermanos de aquel lugar han usado lo que tienen en dar adelanto a la obra del Reino, y Jehová los ha bendecido en armonía con ello. Considere, por ejemplo, los esfuerzos que hizo el hermano Fagalima Tuatagaloa para asistir a una asamblea en Fidji. Él no era joven, sino de edad avanzada; no era fuerte, sino enfermizo; no tenía extremidades sanas, sino un pie zopo; no estaba dotado de buena visión, sino que era ciego de un ojo. Para llegar a la asamblea necesitaba dinero, y para obtenerlo tuvo que recoger cocos. Llevaba unos 15 a la vez por tres kilómetros hasta el lugar donde les quitaba la cubierta y les sacaba la almendra y la tendía a secarse, después de lo cual vendía la almendra seca del coco, o copra.

Por cuatro semanas trabajó solo, en el lado distante de la isla. Entonces fue a pagar su pasaje y descubrió que el precio había subido. No se quejó, ni se desanimó; no pidió ayuda. Regresó al trabajo y produjo más copra, hasta tener el dinero que le faltaba. Hizo todo esto para asistir a la asamblea que se había de celebrar en dos idiomas que él no conocía. Al llegar, ¡qué recompensa fue para él hallar que la Sociedad había hecho arreglos para que gran parte del programa también se presentara en su propio idioma!

Por servicio de toda alma como ése, y por la bendición de Jehová, la cantidad de publicadores aumentó desde 37 en 1958 a un máximo de 109 en 1971. Se alcanzó un máximo sin precedente de 161 en marzo de 1983. De seguro todavía se puede esperar gran aumento para Samoa Occidental, como lo indica la concurrencia de 594 personas a la Conmemoración en 1983.

LOS MISIONEROS OBTIENEN ENTRADA

Por años no se permitió que misioneros de fuera de Samoa Occidental residieran en el país. Pero en 1970 hubo algunos cambios en el personal gubernamental. Por eso, la Congregación de Apia escribió al primer ministro, bajo cuya dirección funciona el Departamento de Inmigración, y solicitó que se permitiera la entrada de Paul y Frances Evans en Samoa Occidental como misioneros, y que se les permitiera permanecer tres años en el país, con la oportunidad de obtener una extensión del permiso cuando éste expirara. ¡Qué emocionante fue para los hermanos recibir aprobación para su solicitud... después de 19 años de haber estado tratando de conseguir permisos de esa índole!

En aquel mismo tiempo el hermano Evans estaba sirviendo en la obra de circuito en Samoa Occidental. Por eso, salió directamente de la obra de circuito y, junto con su esposa, emprendió el servicio misional. Todavía están en Samoa Occidental, y ahora están trabajando afanosamente en traducir publicaciones al idioma samoano.

Ése no fue el fin de la historia misional. El hermano M. G. Henschel, del Cuerpo Gobernante, visitó a Samoa Occidental en enero de 1977 y examinó la situación. Como resultado de esto, más misioneros fueron enviados al campo samoano.

COMPRA DE PROPIEDAD

En noviembre de 1977 el hermano Robert Kawasaki, de Hawai, sirvió en Samoa Occidental como superintendente de zona. Preguntó si había algún terreno en venta en el cual la Sociedad pudiera construir, y se le dijo que había alguno en la zona de Sinamoga, a unos tres kilómetros (2 millas) en el interior desde la ciudad principal de Apia. El terreno medía aproximadamente media hectárea, y en él había tres casas y un viejo edificio de bloques de cemento, y él recomendó al Cuerpo Gobernante que la Sociedad comprara el terreno. Para octubre de 1978 se completó la compra, y los misioneros se mudaron a habitaciones temporales en una de las casas. En 1979 se demolieron dos edificios y se renovó una casa grande de dos pisos para que sirviera como vivienda para los misioneros. En 1981 se construyó un nuevo hogar misional sobre terreno arrendado de un hermano en Faleasiu, a 19 kilómetros (12 millas) de Apia. Ciertos hermanos viajaron a expensas propias desde Australia, Hawai, Nueva Zelanda y los Estados Unidos para participar con los hermanos locales en la construcción de estos hogares misionales.

LITERATURA EN SAMOANO

En diciembre de 1957 el hermano Earl Stewart, de la sucursal de las Filipinas, sirvió en Samoa como superintendente de zona. Él recomendó a la Sociedad la impresión de La Atalaya en samoano. El hermano Pele llevó la dirección en traducir, y el primer número apareció en mayo de 1958 en forma mimeografiada.

Anteriormente, algunos tratados y el folleto ”Estas buenas nuevas del reino” se habían traducido a samoano. Después se tradujeron otros folletos. Entonces llegó la edición samoana del libro La verdad que lleva a vida eterna, a principios de 1972. Muchos miles de ejemplares del libro La verdad se han distribuido a través de los años y se utilizan para estudiar la Biblia dondequiera que hay samoanos. La traducción de Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra en samoano está casi completa, y será un maravilloso instrumento para usarlo en el campo samoano.

Por varios años La Atalaya samoana se imprimió en Brooklyn, Nueva York, en una edición de 16 páginas. Comenzando con el número de enero de 1981, esta edición fue ampliada a 24 páginas. Se envían ejemplares a Nueva Zelanda, a Hawai y la costa occidental de los Estados Unidos, donde hay congregaciones entre grandes poblaciones de samoanos.

PROGRESO A TRAVÉS DE LOS AÑOS

La obra del pueblo de Jehová en Samoa Occidental ha adelantado con lentitud, pero con firmeza, bajo Su dirección. La cantidad de publicadores ha aumentado de uno en 1952 a 161 ahora. Diez misioneros, cinco precursores regulares y especiales, además de los publicadores de congregación, trabajan ahora en el campo, y muchas personas están oyendo el mensaje del Reino. Unas 270 personas se reúnen con regularidad en las reuniones. Lo cual muestra las posibilidades de que haya nuevos siervos de Jehová.

Pero no dejemos por completo a las Samoas; más bien, crucemos adelante a la Samoa Americana y enterémonos del adelanto de la obra del Reino allí.

SAMOA AMERICANA

Solo unos 80 kilómetros (50 millas) separan a las dos Samoas. La Samoa Americana (o Samoa Estadounidense), ha sido un territorio de los Estados Unidos desde que las potencias coloniales se dividieron las Samoas en el año 1899. Tiene una población de aproximadamente 32.000 personas que viven en seis islitas. La mayor, Tutuila, tiene casi 30.000 personas.

La bahía de Tutuila, conocida como Pago Pago, es el mejor conocido lugar de la Samoa Americana. Está en el cráter de un volcán extinto que tiene una profundidad de hasta 122 metros (400 pies). Es una hermosa vista; pues las laderas cubiertas de verde vegetación se levantan directamente hasta formar picos que se hallan a unos 550 metros (1.800 pies) sobre las aguas verdemar. ¡Durante un período de 50 años, esta área de la bahía ha tenido, como promedio, más de cinco metros (16 pies) de lluvia cada año! La humedad es alta, con un promedio de aproximadamente 84 por 100, aunque la temperatura por lo general no pasa de 32 grados Celsio (90 °F).

Como sucede en el caso de Samoa Occidental, la gente de este lugar va a las iglesias y se adhiere a una de las varias ramas de la cristiandad. Es muy común el que los matais de las aldeas hagan sonar un gong por la noche como señal de que toda persona de la aldea debe entrar en su casa y hacer oraciones. Durante este tiempo no se permite que nadie camine fuera de la casa. Después de 10 ó 15 minutos se hace sonar de nuevo el gong, para marcar el fin del tiempo de oración.

LA VERDAD LLEGA A LA ISLA DE TUTUILA

En 1938, cuando en el puerto de la Samoa Americana entraron J. F. Rutherford, presidente de la Sociedad Watch Tower, y los que con él venían de regreso de Australia, llevaron a tierra alguna literatura de la Sociedad. Sin embargo, no hay registro de que alguien aceptara el mensaje del Reino en aquel tiempo, y pasarían muchos años antes de que la obra adelantara en este campo del Pacífico Sur.

En 1952 la hermana Lydia Pedro vino a Samoa Americana para visitar a unos parientes, y les anunció las buenas nuevas. Como resultado de este viaje, el primo de ella, Uaealesi (Wallace) Pedro, aprendió la verdad.

COLOCACIÓN DE UNA BASE FIRME

El 5 de enero de 1954 Ronald y Olive (Dolly) Sellars, de origen australiano, pusieron pie en la isla; se les había otorgado un visado provisional de un mes para entrar como misioneros. El ministro de Justicia, después de notar que se les había negado permiso para permanecer en Samoa Occidental, dijo: “Nosotros tenemos libertad religiosa en la Samoa Americana, y me voy a encargar de que ustedes obtengan el beneficio de esa libertad tal como la tiene cualquier otra religión”.

Finalmente, la oficina del ministro de Justicia envió una carta en la que declaraba que no había objeción a que la Sociedad Watch Tower estableciera una organización en la Samoa Americana. El hermano Sellars y su esposa recibieron visados que les permitían quedarse en el país por tiempo indefinido. Más tarde se dio permiso a otros misioneros para que entraran en las islas. A través de los años, en todo el territorio bajo la sucursal de Fidji éste ha sido el único país que ha otorgado sin estorbos la entrada a nuevos misioneros.

UN JOVEN SE DECLARA POR LA VERDAD

La llegada de los misioneros estimuló a Wallace Pedro a progresar en la verdad. Él nos cuenta su experiencia: “Cuando llegaron los misioneros pude ver que era necesario que me asociara con el pueblo de Jehová. Solo había siete de nosotros en las reuniones que se celebraban en el hogar misional. El 30 de abril de 1955 llegué a ser la primera persona que se bautizó en la Samoa Estadounidense. Esto no agradó mucho a mi familia, especialmente cuando me hice muy activo en la predicación.

”Cierto día, de regreso del Estudio de Libro de la Congregación, hallé a mi familia reunida. Me dieron a escoger: ¡Deja de asociarte con los testigos de Jehová, o sal de la casa! Aunque todavía me quedaba un año de educación en la escuela secundaria, y no tenía recursos financieros para mantenerme, decidí ponerme firmemente a favor de la verdad. ¡Mi familia entonces me repudió y me echó de casa con solamente la ropa que llevaba puesta! Amorosamente, Jehová me suministró un lugar donde alojarme... el hogar misional; y hermanos de los Estados Unidos me enviaron ropa”.

Wallace se alojó en casa de los misioneros por algún tiempo y terminó sus estudios; entonces llegó a ser precursor y más tarde precursor especial. Sirvió hasta 1960 antes de emigrar a los Estados Unidos. En 1979 el hermano Pedro y su esposa y cuatro hijos regresaron a la Samoa Americana. ¿Y qué hay de su familia, que lo había repudiado? Uno de sus hermanos, su hermana y una de sus sobrinas son Testigos. ¡Después, en 1980, a la edad de 72 años, su madre se bautizó! Hasta su padre estaba estudiando la Biblia antes de morir. El que este joven se pusiera firmemente de parte de Jehová y la verdad ciertamente trajo bendiciones a él y a su familia.

PRIMERA VISITA DE SUPERINTENDENTE DE CIRCUITO

En 1955 el grupito recibió excelente ayuda cuando el hermano Len Helberg llegó como primer superintendente de circuito de la Samoa Americana. Durante su visita, por toda la isla se exhibió la película de la Sociedad La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción; un total de 3.227 personas concurrió a estas exhibiciones. Fue un maravilloso testimonio, porque ayudó a la gente a discernir que los testigos de Jehová están efectuando una obra de alcance mundial.

Dos meses después de las exhibiciones de esta película, se comenzó oficialmente una congregación con tres publicadores y los seis misioneros.

Aunque en la Samoa Americana hay más personas que entienden inglés que en la Samoa Occidental, el lenguaje fundamental todavía es el samoano. Así, la nueva congregación obtuvo gran ayuda cuando recibió un envío de 16.000 ejemplares del folleto ”Estas buenas nuevas del reino” en samoano.

LLEGAN MÁS PRECURSORES Y MISIONEROS

Muchos publicadores, precursores y misioneros han servido en las islas y han dado ayuda fiel y amorosa para edificar a los hermanos. En cierta ocasión la islita de Tutuila tuvo nueve misioneros y tres precursores regulares. Esto produjo resultados... hubo 118 personas en la Conmemoración en 1960.

FIEL CONCURRENCIA A LAS ASAMBLEAS DE DISTRITO

En 1960 los hermanos tuvieron la emoción de ser anfitriones para algunos de los Testigos de Fidji, así como para sus hermanos de Samoa Occidental. Esto sucedió en la Asamblea de Distrito de Ir en Pos de la Paz. En 1966 otra asamblea de distrito atrajo a casi 300 delegados de ocho países bajo la sucursal, así como de Australia y Nueva Zelanda. En aquel tiempo solo había 26 publicadores en toda la Samoa Americana, y por eso, ¡qué testimonio fue ver un grupo tan grande!

Los hermanos de Samoa Americana han asistido a algunas asambleas de distrito en Fidji y a otras en Samoa Occidental. Aunque por lo general para asistir a las asambleas hay que cubrir algunas distancias, es excelente ver que estas asambleas se han celebrado consecuentemente por más de 20 años, y los hermanos siempre han concurrido para recibir el alimento espiritual con aprecio.

LA MALA SALUD NO ES BARRERA

En 1962 aceptó la verdad Tafia Pula, quien entonces tenía 66 años de edad. Aunque él estaba casi limitado a permanecer en su casa debido a que padecía de filariasis, una enfermedad que había afectado sus brazos y sus piernas, todavía dedicó muchas horas al servicio de Jehová. Debido a que sus extremidades estaban tan hinchadas y eran tan pesadas, difícilmente podía caminar, hasta con la ayuda de un bastón, pero, con todo, su celo por Jehová lo movía a efectuar más predicación que algunas personas que eran más jóvenes.

Él quiso bautizarse, pero su familia temía que si entraba en el mar y se sumergía podía morir, de modo que él les contestó: “Si muero bautizándome, entonces soy feliz, porque moriré efectuando la voluntad de Dios”. ¡Fue bautizado, y no murió!

En 1972, el último año de su vida, se hallaba afuera en el servicio con uno de los hermanos, cuando le dijo: “Sigue tú adelante, porque yo te estoy retardando. Creo que es mejor que regrese al vehículo y testifique a los que vienen por la carretera”. Cuando el hermano miró atrás, allí estaba el hermano Tafia Pula hablando a los que pasaban por la calle. Tenía un mensaje que dar, y lo dio hasta el mismo fin. Cuando estuvo en el hospital por los últimos dos días de su vida, llamó a su hija y le pidió que le trajera su maletín de literatura para tenerlo al lado de su cama y usarlo cuando pudiera.

FACTORES QUE HAN AFECTADO EL PROGRESO

Durante los años sesenta la obra adelantó lentamente, pues el número promedio de publicadores aumentó de 22 en 1961 a 44 en 1970. En muchas ocasiones hubo reveses cuando algunas personas, incluso precursores especiales, caían en la inmoralidad y tenían que ser removidas de la congregación. Esto es un problema que continúa en las islas, como sucede en muchas otras partes del mundo.

Otra razón por la cual el crecimiento ha parecido lento es lo accesible que está para los samoanos el mudarse a los Estados Unidos. Suele suceder que precisamente cuando los nuevos empiezan a predicar se mudan a los Estados Unidos. Muchos de éstos se han asociado con las congregaciones samoanas en Hawai y en la costa occidental de los Estados Unidos y sirven a Jehová allí.

LAS BUENAS NUEVAS SE HAN PREDICADO

El establecimiento firme de una congregación en la isla principal de la Samoa Americana ha hecho que la obra del Reino haya llegado a los oídos de casi toda persona de este territorio. Aunque la proporción entre los publicadores de las buenas nuevas y la población de Samoa Occidental todavía es de un publicador para aproximadamente 1.000 personas de la población, no sucede así en la Samoa Americana, que es más pequeña, donde la proporción es de un publicador para aproximadamente 400 personas de la población.

El grupo de tres islas conocido como las islas Manua, las islas de Tau, Ofu y Olosega, también ha oído el mensaje. Por ejemplo, en 1980 el superintendente de circuito, John Rhodes, su esposa Elena y otros cinco publicadores pasaron cinco días testificando en este grupito de islas. Trabajaron por todas las aldeas y colocaron 159 libros, 126 folletos y 268 revistas en manos de la gente, y obtuvieron 66 suscripciones. Ahora la congregación que se halla en Tutuila visita dos veces al año estas islas remotas.

Puesto que hay un máximo de 81 publicadores para el último año de servicio, y puesto que la asistencia a las reuniones tiene un promedio de 167 personas para los discursos públicos, hay buenas perspectivas de más desarrollo. Todas las gracias van a Jehová Dios por su bendición sobre la actividad de establecer la verdadera congregación cristiana en estas hermosas islas del Pacífico Sur.

Desde la extremidad oriental del territorio de la sucursal, movámonos al norte hacia el ecuador al grupo de islas de Kiribati y Tuvalu (anteriormente islas Gilbert y Ellice) y enterémonos del desarrollo de la obra del Reino allí.

KIRIBATI Y TUVALU

Estos dos grupos de islas estuvieron originalmente bajo una sola administración colonial que tenía su central de dirección en Tarawa, en las islas Gilbert, desde el fin de la II Guerra Mundial. Porque los isleños vienen de dos razas diferentes y tienen dos idiomas diferentes, los grupos fueron separados durante 1975 y 1976. Después recibieron su independencia de la Gran Bretaña, y las islas Gilbert llegaron a ser la República de Kiribati, y las islas Ellice la nación de Tuvalu.

Kiribati, el mayor de los dos países isleños, consiste en 33 islas esparcidas sobre aproximadamente cinco millones de kilómetros cuadrados (2 millones de millas cuadradas). Entre estas islas están las 16 islas Gilbert, las 8 islas Phoenix, 8 de las islas Line y la isla Ocean. Cuando éstas se añaden a las 9 islas de Tuvalu, el área de terreno alcanza un total de solo unos 745 kilómetros cuadrados (288 millas cuadradas). La mayoría de las islas de Tuvalu son arrecifes de coral en forma de anillo alrededor de lagunas.

Por lo general estas islas son muy pequeñas y sobresalen poco del mar; de hecho, dentro de Tuvalu no hay ningún lugar donde la tierra se eleve a más de 4,6 metros (15 pies) sobre el nivel del mar. Debido a la pobre calidad del terreno, poca variedad de alimentos crece, excepto por el coco, plantas pandáneas y el árbol del pan, junto con cosechas corrientes de raíces conocidas como pulaka, y la malanga.

Estas islas, que se hallan entre las de más densa población del Pacífico, tienen un total de 60.000 habitantes. Tuvalu tiene una población de 8.000 personas, y unas 2.300 de éstas viven en la isla de Funafuti, capital del país. La mayoría de los habitantes de Tuvalu son polinesios que hablan el idioma tuvaluense, aunque muchos también hablan inglés. La mayoría de los isleños de Kiribati son micronesios que hablan el idioma de las Gilbert, aunque muchos también hablan inglés.

RELIGIÓN Y COSTUMBRES

A mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado se establecieron algunas misiones protestantes, y más tarde una misión católica. Al principio la gente no acogió bien las misiones, pero los misioneros empezaron a ganarse a la gente con regalos de ropa y tabaco.

Con el tiempo las iglesias se las arreglaron para obtener dominio sobre la gente y conseguir terreno. El libro Kiribati, Aspects of History informa: “Las personas que deseaban tabaco dieron a los misioneros terreno en cambio por unos cuantos cigarros. Así fue como la misión católica de Nonouti consiguió terreno sobre el cual edificar su granja”. La LMS (Sociedad Misional Londinense) y la misión católica controlaron diferentes partes de Kiribati, pero Tuvalu llegó a estar únicamente bajo el control del grupo de la LMS.

El control de las misiones sobre los isleños puede verse por lo que sucedió en Tuvalu. Los pastores samoanos llegaron y empezaron a imponer el idioma y las costumbres samoanas a la gente. De modo que para mediados de la década de los cuarenta las iglesias ejercían fuerte influencia sobre la mayoría de los aspectos de la vida isleña. Toda aldea de chozas de paja se construía alrededor de un impresionante edificio eclesiástico. Algunos pastores adquirieron tanto poder que podían prohibir el consumo de alcohol y proscribir el viaje en bicicleta los domingos.

LA OBRA DEL REINO EMPIEZA EN KIRIBATI Y TUVALU

Poco sospechaba Bill Checksfield, al testificar en Suva, Fidji, lo que resultaría de que él hiciera una revisita a un tuvaluense llamado Foua Tofinga. Después de estudiar la Biblia por cuatro años, Tofinga se bautizó en 1951... y llegó a ser el primer tuvaluense que entró en la verdad. Su esposa, Selepa, se bautizó en 1957. Con el tiempo Tofinga llegó a ser anciano de la Congregación de Suva y en la actualidad es miembro del Comité de la Sucursal de Fidji.

Aunque Tofinga no pudo regresar a Tuvalu, fue desde su hogar en Suva desde donde la verdad comenzó a esparcirse a Kiribati y Tuvalu. Tanto el padre como el suegro de Tofinga eran pastores de la iglesia de la LMS; por eso causó notable agitación en la comunidad tuvaluense el que Tofinga y su esposa aceptaran la verdad.

Según la costumbre isleña, casi todo tuvaluense que ha venido a Fidji también ha visitado a la familia del hermano Tofinga. Naturalmente, esto ha dado a ellos muchas oportunidades de testificar a tuvaluenses. Por eso, el mensaje del Reino empezó a filtrarse cada vez más en Kiribati y Tuvalu.

Como ilustración de cómo sucedió esto, considere la experiencia de un tuvaluense, Saulo Teasi. Mientras trabajaba en un barco, Saulo llegó a Fidji a fines de la década de los cuarenta y halló que podía pasar una semana en Suva. Visitó a la madre de la hermana Tofinga, quien para entonces había empezado a mostrar interés en la verdad. Cuando el hermano Checksfield también visitó este hogar, Saulo se sentó callado al fondo de la habitación durante una conversación bíblica. Le impresionó el hecho de que el hermano Checksfield siempre usara la Biblia para contestar cualquier pregunta que surgía. Cuando Saulo oyó que este misionero iba a regresar pocos días después, se aseguró de estar allí. Saulo partió de la segunda consideración bíblica con un ejemplar del libro Sea Dios veraz, y estaba seguro de que había hallado la religión verdadera.

Mientras tanto, otras personas, entre ellas la hermana de la hermana Tofinga, Lise, mostraron interés en la verdad. Para este tiempo estas personas que mostraban interés se habían mudado a Tarawa, en Kiribati, y pronto en Tarawa comenzó un grupito de estudio con unas diez personas. Aunque ninguna de ellas estaba bautizada, siguieron adelante a pesar de constante oposición. Así, llegaron a ser la base para el comienzo de la obra en Kiribati y Tuvalu.

A mediados de los años cincuenta, Saulo, después de completar un contrato de trabajo, llegó a Tarawa, y mientras esperaba transportación a Tuvalu se alojó en casa de Lise. Él y su familia tuvieron muchas oportunidades de hablar con Lise acerca de temas relacionados con la Biblia, y él pronto decidió quedarse en Tarawa y trabajar allí. Saulo se deleitó en descubrir que lo que estaba aprendiendo era lo mismo que había oído en Fidji del hermano Checksfield. Pronto Saulo y su esposa, Uto, estuvieron reuniéndose con el grupito.

EL GRUPO DE KIRIBATI RECIBE AYUDA

Este grupo recibió gran ayuda en 1961 cuando de Nueva Zelanda llegó una familia de cuatro personas. El hermano Huia Paxton era un químico empleado por el gobierno de Kiribati. Por tres años él y su familia estimularon en gran manera a los hermanos locales. Hasta estudiaron el idioma de las Gilbert y aprendieron a hablarlo con facilidad. No solo mantuvieron correspondencia con las personas que manifestaron interés en la verdad, entre ellas algunas que se hallaban en la isla Ocean, sino que también compraron un yate pequeño para visitar a otras personas de islas cercanas. Para 1965, cuando el superintendente de circuito Fred Wegener los visitó, cuatro familias de personas interesadas en la verdad, 15 adultos y sus hijos, estaban asociándose con ellos.

Cuando el contrato de trabajo del hermano Paxton venció en 1967, él y su familia regresaron a Nueva Zelanda. Mientras regresaban, la embarcación donde iban se detuvo en la isla Ocean, donde pudieron hablar con algunas de las personas con las cuales habían sostenido correspondencia, y animarlas. Seis meses después, cuando el superintendente de circuito visitó a Tarawa, halló que el grupo había crecido y ahora se reunía con regularidad, usando la edición en inglés del libro “Asegúrense de todas las cosas”. En aquel tiempo no había publicaciones en el idioma de las islas Gilbert.

Aunque estos hermanos no tienen la ayuda de misioneros ni precursores, una pequeña congregación del pueblo de Jehová continúa esparciendo las buenas nuevas desde la capital, Tarawa. Desde el 1 de septiembre de 1980 Kiribati ha estado bajo la nueva sucursal de Guam, que está supervisando la obra en toda Micronesia.

PROGRESO EN TUVALU

Cuando Saulo Teasi regresó a Funafuti, la capital de Tuvalu, a principios de la década de los sesenta, se sorprendió al hallar que allí un grupito de personas se reunía para estudiar La Atalaya. Este grupo estaba bajo la atención de Uili Opetaia (Willy O’Brien), quien había sido médico. Uili, que había oído la verdad en Suva mientras estaba en el colegio de medicina, se había bautizado en Samoa y ahora difundía lo que había aprendido. Pronto se unieron a este grupo Apelu Teagai y su esposa, Lumepa. Como Saulo, Apelu había aprendido la verdad mientras estaba en Suva.

Para este tiempo, la esposa de Saulo, Uto, comenzó a presentarle fuerte oposición, aunque al principio había manifestado interés en la verdad. Parecía que todos los domingos había una riña cuando Saulo no la acompañaba al servicio eclesiástico. Sin embargo, una bendición inesperada estaba por presentarse.

Ésta vino en mayo de 1962 cuando las hermanas Lydia Pedro y Alisi Dranidalo, ambas precursoras especiales de Fidji, fueron asignadas a Tuvalu. La hermana Pedro había nacido en Tuvalu, y la hermana Dranidalo era nativa de Fidji. El gobierno local se opuso a que estas dos hermanas permanecieran en Tuvalu, de modo que en enero de 1963 ellas tuvieron que partir de allí. Mientras estuvieron en Tuvalu, las hermanas condujeron algunos estudios bíblicos, aunque no se les permitía predicar de casa en casa. Las dos precursoras especiales ayudaron especialmente a Uto, la esposa de Saulo, a ponerse de parte de la verdad. Como resultado de la obra de ellas, cuando el superintendente de circuito vino a Tuvalo en 1964 halló que Saulo y Apelu estaban listos para bautizarse. Después, el año siguiente, Uto se bautizó, junto con la esposa de Uili, Melapa.

SUPERINTENDENTES DE CIRCUITO VISITAN A TUVALU

Desde mediados de los años sesenta hasta fines de los setenta esta pequeña congregación continuó medrando a pesar de mucha oposición. Con el tiempo se hizo más fácil conseguir que los superintendentes de circuito entraran en el país. Esta provisión de Jehová fue algo que los hermanos apreciaron intensamente.

No ha sido fácil para estos superintendentes viajantes el adaptarse al modo de vivir de la isla. Uno de los hermanos que estaba visitando a Funafuti estaba recuperándose de la fiebre del dengue cuando decidió ir a nadar en la hermosa laguna. Un rato después notó un objeto extraño que vino flotando y pasó, y él pensó para sí: ‘¡No! ¡No puede ser!’. Poco después, cuando vio más de estas cosas, ¡notó que sobre el agua, y montados sobre pilotes, había unos inodoros! ¡No hay que decir que aquélla fue la última vez que él quiso nadar en la laguna!

Otro hermano y su esposa, mientras se alojaban en Kiribati, estaban durmiendo sobre un piso de grava bajo un mosquitero cuando un ruido extraño les causó sobresalto. El hermano encendió su linterna ¡y halló que los estaba invadiendo una multitud de escarabajos que trataban de meterse bajo el mosquitero! Más tarde, cuando llegaron a Tuvalu, hallaron que la mayoría de las casas habían sido destruidas por el huracán Bebe. De modo que se alojaron en la pequeña casucha de un hermano y su familia. Aquí se les hizo imposible dormir por la noche debido al ruido de las ratas que jugaban encima del techo temporáneo de la casucha.

Estos hermanos han aprendido a ajustarse a muchas diferentes circunstancias. Por ejemplo, durante un tiempo en que el agua escaseó en Kiribati llegó un aguacero inesperado y ellos vieron a uno de los superintendentes de circuito dándose una ducha en su traje de baño bajo un canalón que tenía un escape. ¡Estaba dando buen uso a aquella ducha que le suministraba la lluvia!

Así que, aunque las circunstancias no eran siempre fáciles para los hermanos que venían a servir a las congregaciones en estas islas, sus esfuerzos ciertamente recibían bendición.

SE MANTIENE INTEGRIDAD Y PUREZA

La prueba de si la verdad está establecida o no en algún país es que los hermanos permanezcan firmemente en la verdad a pesar de la oposición más vigorosa. Considere el ejemplo de la hermana Lumepa, quien murió en marzo de 1970. Ella había estado sufriendo de hemorragias internas por dos años y necesitaba una operación, pero se le dijo que ésta no se podía efectuar sin una transfusión de sangre. Por dos años los médicos, el personal del hospital, amigos y parientes cercanos trataron de persuadirla para que aceptara transfusiones de sangre, pero ella permaneció fiel a las leyes de Jehová y murió como Testigo fiel. Hasta en una isla remota está el espíritu de Jehová para fortalecer a los que ponen fe en él.

Como ya se ha mencionado, las misiones de la cristiandad ayudaron a popularizar el fumar en estas islas, y casi todos los isleños han llegado a estar esclavizados al hábito del tabaco. Ha habido excelentes ejemplos de personas que, al aprender los requisitos de Jehová, inmediatamente han abandonado ese hábito. (2 Cor. 7:1.)

LLEGAN HERMANOS DE ULTRAMAR

Octubre de 1978 fue un punto de viraje en las actividades del pueblo de Jehová en Tuvalu. Sucedieron dos cosas importantes. Primero, un hermano australiano, Lon Bowman, que había estado sirviendo en Papuasia-Nueva Guinea, obtuvo trabajo seglar en Tuvalu. Segundo, el gobierno tuvaluense otorgó permiso para que dos misioneros australianos vivieran en Tuvalu por dos años, y todavía están sirviendo allí.

El hermano Bowman ayudó a los hermanos a organizarse en una mejor rutina respecto a sus reuniones y su obra de estudios bíblicos. Dos meses más tarde, cuando llegaron los misioneros Geoffrey y Jeanette Jackson, hallaron que la pequeña congregación estaba funcionando con buen orden.

En poco tiempo este grupito de hermanos y hermanas estuvo conduciendo más de 40 estudios bíblicos. Para cuando el hermano Bowman y su familia partieron, había 12 publicadores de las buenas nuevas. En 1982 se alcanzó un máximo de 22 publicadores.

CONCURRENCIA A ASAMBLEAS

Debido a que se hallan aislados, y al alto costo del viaje, muy pocos de los hermanos tuvaluenses han podido asistir a una asamblea de distrito del pueblo de Jehová. Sin embargo, durante 1979 los hermanos y hermanas hicieron un esfuerzo especial por asistir a la asamblea de distrito que se celebró en Fidji. Hicieron toda clase de trabajo, desde hacer y vender chocolate hasta transportar arena, y con alguna ayuda de sus hermanos espirituales de ultramar tuvieron el placer de tener una delegación de ocho hermanos y hermanas en la asamblea de distrito. Entre éstos estuvo la hermana Uto Teasi, quien, aunque se había bautizado en 1965, nunca había estado en una asamblea de distrito. Aunque ella no podía hablar inglés ni fidjiano (los idiomas que se usaron en el programa), se llenó de emoción por estar con más de 1.300 hermanos y hermanas en aquella asamblea. Otro de sus gozos fue encontrarse de nuevo con la hermana Alisi Dranidalo, quien la había ayudado a aprender la verdad allá en 1962.

SE LLEGA A OTRAS ISLAS

Durante los últimos años, no solo se ha dado un testimonio cuidadoso y completo en Funafuti, la capital, sino que los misioneros, junto con otras personas de la congregación, han visitado con regularidad las islas remotas del grupo de las Tuvalu. Ahora muchas personas interesadas en la verdad que viven en las islas remotas tienen estudios bíblicos por correspondencia.

A veces la Congregación de Funafuti presenta un programa de radio de 15 minutos que puede oírse en todas las islas de Tuvalu. Cuando los misioneros visitan las islas remotas, oyen a muchas personas expresar aprecio por las verdades bíblicas que están aprendiendo mediante las transmisiones por radio.

Sin embargo, el clero ejerció presión en el gobierno para que éste detuviera los programas. Por invitación del administrador de la radioemisora, el hermano Jackson asistió a una reunión donde escuchó a uno de los pastores exclamar airadamente: “La gente está haciendo demasiadas preguntas después de escuchar estos programas. ¡No queremos eso!”. Los pastores solicitaron que un comité eclesiástico revisara todos los programas antes de que se transmitieran. Pero más tarde se nombró a un nuevo administrador y a un nuevo organizador de programas, y éstos no temían al clero. De modo que las buenas nuevas todavía llegan a las islas remotas mediante los programas radiales.

PROGRESO CON LA LITERATURA TUVALUENSE

A través de los años los hermanos de Funafuti han estado usando literatura en samoano en sus reuniones. Algunos de los hermanos y hermanas de más edad entienden samoano, pero para la mayoría de la congregación esto ha sido difícil. Por eso, se hizo un esfuerzo concentrado por traducir algunas de las publicaciones para uso local, y el Cuerpo Gobernante ha aprobado la impresión de esta literatura en tuvaluense.

De manera que los Testigos de estas islas continúan declarando las buenas nuevas, y a medida que lo hacen esperan más aumento, especialmente en vista de que a su Conmemoración de 1983 tuvieron una concurrencia de 155 personas, 68 de ellas en la isla de Funafuti. Esto fue como una persona por cada 34 de la entera isla de Funafuti, la capital.

Ahora dirijamos nuestra atención al único reino que queda en las islas de Polinesia en el Pacífico Sur... Tonga.

TONGA

El Reino de Tonga es un país compuesto de unas 200 islitas, y solo algunas de ellas están habitadas. Hay tres principales grupos insulares: Tongatapu, Haapai (grupos de arrecifes de coral a poca altura sobre el mar) y Vavau, que es montañoso. El área de terreno es de 670 kilómetros cuadrados (260 millas cuadradas). Nukualofa es la capital, y está situada en la mayor de las islas, Tongatapu, que está a unos 700 kilómetros (430 millas) al sudeste de Suva, Fidji.

El capitán James Cook, explorador británico, visitó estas islas en 1773 y las llamó las islas Friendly (Amigables). Y ciertamente la gente, polinesios en su mayoría, es gente amigable. Su lenguaje es el tongano, pero hoy día muchos de los niños que van a las escuelas aprenden también inglés. Más de 90.000 personas viven en estas islas, y la mayoría de ellas son muy religiosas.

Tonga fue un protectorado de Gran Bretaña hasta que alcanzó plena independencia en 1970. Su gobierno es una monarquía constitucional, y el rey gobierna con el consejo que le suministra un gabinete, un parlamento y un consejo privado.

RESPUESTA A LA VERDAD

La verdad llegó originalmente a Tonga mediante uno de los primeros precursores enviados por la sucursal australiana. El precursor que trabajaba en Fidji distribuía folletos a cuanta persona abordaba. Un tongano que era capitán de un velero aceptó el folleto ¿Dónde están los muertos? Al regresar a Tonga, dio el folleto a un amigo de nombre Charles Vete, que trabajaba en el departamento de telecomunicaciones. Esto fue en 1932. Charles leyó el folleto y quedó convencido de que había hallado la verdad. Hasta ese tiempo había sido miembro de la Iglesia Metodista, pero desde entonces, aunque no tenía ninguna asociación con los testigos de Jehová, se apartó de aquella iglesia y declaró el mensaje de la Biblia.

Charles escribió a la oficina central de la Sociedad en Brooklyn y pidió más información. Le vino un juego de libros. Además, el presidente de la Sociedad en aquel tiempo, J. F. Rutherford, preguntó a Charles si estaba dispuesto a traducir el folleto ¿Dónde están los muertos? a tongano. Él aceptó la asignación, y al debido tiempo le llegó un envío de 1.000 folletos. Charles se sintió movido a enviar una contribución por ellos, y entonces empezó a distribuirlos. De esta manera oyeron la verdad muchos empleados del gobierno con los cuales él trabajaba. Así, en 1933 comenzó la primera obra de testificar en el Reino de Tonga.

Por unos 25 años Charles Vete estuvo declarando las buenas nuevas por sí solo en Tonga. Su obra lo llevó al norte desde la isla principal de Tongatapu, con su capital de Nukualofa, a las islas de Vavau y Niuatoputapu. Distribuyó muchos folletos en estas islas. Aunque algunas personas mostraron interés, no se logró mucho progreso, puesto que no había ninguna congregación con la cual asociarse. Pero el folleto ¿Dónde están los muertos? recibió amplia distribución. Aun hoy día, cuando un publicador va de casa en casa, encuentra a personas que recuerdan este folleto y el hecho de que fue distribuido por Charles Vete. Mediante su predicación a través de los años, él llegó a ser conocido como testigo de Jehová, aunque no se bautizó sino hasta 1964.

Empezando en marzo de 1955 los superintendentes de circuito hicieron visitas breves a estas islas, pero por la fuerte influencia de las religiones metodista y católica romana no se permitió la entrada de misioneros de los Testigos en este país, y ningún hermano de otro lugar pudo entrar en el país para ayudar a los publicadores locales. Así, en Tonga los Testigos han tenido que desarrollarse mayormente sin ayuda del exterior.

TOMAN LA INICIATIVA

Los hermanos han progresado porque han tomado la iniciativa. He aquí un ejemplo de su celo: En 1964 se les envió impresa la información de un discurso público especial. Aunque el hermano que se encargaba del grupo nunca había pronunciado un discurso, lo preparó y pronunció; Jehová bendijo sus esfuerzos con una concurrencia de 22 personas.

Otra indicación del deseo de los hermanos de progresar en la verdad se ha visto en sus esfuerzos por suministrar traducciones de artículos de estudio de La Atalaya. El hermano Charles Vete los traducía al tongano; entonces se hacían copias manuscritas que después eran usadas por el grupo como material de estudio. Lo mismo se hizo con el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado.

En 1965, cuando el superintendente de circuito Fred Wegener y el superintendente de distrito Donald Clare visitaron a Nukualofa, quedaron impresionados por los esfuerzos diligentes que se hacían por mantener funcionando la organización sin ayuda del exterior. Un año después los hermanos de aquel lugar se emocionaron intensamente cuando pudieron escribir a la Sociedad y decir que acababan de construir un Salón del Reino en terreno ofrecido por el hermano Osaiasi Tovi dentro de su porción de tierra; es lo suficientemente grande como para acomodar a 30 personas.

AYUDA DEL EXTERIOR

A través de los años algunos funcionarios gubernamentales han sido reemplazados por hombres que han desplegado una actitud más favorable para con los Testigos. Así, después de casi 14 años, funcionarios de inmigración de Tonga anunciaron en 1969 que se permitiría que los representantes viajantes de la Sociedad permanecieran por seis meses en el país. Por eso, la Sociedad envió al superintendente de circuito Len Helberg y su esposa, Rita, por dos meses, ¡y qué gozoso tiempo de entrenamiento fue aquél!

Por varios días a la semana los hermanos se reunieron en el hogar del hermano Vete para aprender lo que era organización de congregación. La visita culminó con la Conmemoración, a la cual asistieron 53 personas, y una asamblea de circuito, que ayudó a desarrollar un espíritu más firme de amor y unidad. Los hermanos cocieron el alimento del día sobre piedras calientes enterradas en un horno en el suelo, y comieron bajo la cubierta de una lona alquitranada que fue colgada desde los árboles detrás del Salón del Reino. Sobre esteras en el suelo había mesas bajas de banquete que el rey de Tonga, para quien el hermano Tovi trabaja como chofer, había prestado a este hermano. En aquel mes Tonga alcanzó un nuevo máximo de 18 publicadores.

SE FORMA LA CONGREGACIÓN

En 1970, cuando el máximo de 20 publicadores entregó informes de servicio, se formó la Congregación de Nukualofa. Desde entonces cada superintendente de circuito ha adiestrado a los hermanos en los procedimientos teocráticos además de trabajar con ellos en el campo. Ha habido desarrollo, y la cantidad de publicadores alcanzó un máximo de 41 en abril de 1983.

En la actualidad, todavía no se permite que entren misioneros en Tonga. Aunque reconocen que los testigos de Jehová no son una nueva religión en las islas, algunos funcionarios gubernamentales no desean estimular el crecimiento de la verdad.

EL MENSAJE DEL REINO LLEGA A LA GENTE

Puesto que la mayoría de la gente de Tonga vive en la isla principal de Tongatapu, donde está la Congregación de Nukualofa, el mensaje del Reino está llegando a muchas personas. La primera hermana de Tonga que empezó a servir como precursora especial comenzó a hacer esto en 1978, y ahora hay cuatro precursores especiales. Hasta en Haapai, al norte, hay un grupito declarando las buenas nuevas. Los hermanos y hermanas de aquel lugar hacen un verdadero esfuerzo por bajar a Nukualofa para la visita del superintendente de circuito, y esto se combina con una asamblea de circuito de una sola congregación.

Durante los años setenta unos cuantos hermanos vinieron a Tonga a servir donde había mayor necesidad de ayuda. David Wolfgramm y su familia, de Nueva Zelanda, pasaron unos cuantos años aquí trabajando con la congregación. Puesto que él es ciudadano de Tonga, pudo entrar en el país. Ciertamente en las islas de Tonga hay gran necesidad de ayuda, puesto que la proporción de Testigos a población es de un Testigo por 2.198 habitantes.

Sin embargo, si es la voluntad de Jehová, se hará más trabajo allí antes de que “la grande tribulación” ponga fin al “día de salvación” de Jehová (Mat. 24:21, 29; 2 Cor. 6:1, 2). Nuevas personas están escuchando el mensaje del Reino. Las perspectivas de aumento son buenas, pues hubo una concurrencia de 164 personas en la Conmemoración de 1983. El hermano David Wolfgramm y su esposa regresaron en mayo de 1983, para establecerse en Vavau y dar comienzo a la obra allí. Se ha asignado a dos precursores especiales para que trabajen con ellos. El fervoroso deseo de los testigos de Jehová de este país es que tengan éxito los nuevos esfuerzos que se hacen por lograr que entren misioneros en Tonga. Sea que esto suceda o no, el fiel grupito de hermanos y hermanas continuará dando a conocer la Palabra de Jehová a la gente amigable del Reino de Tonga.

A unos 480 kilómetros (300 millas) al nordeste de Tonga se halla una isla muy extraordinaria que lleva el nombre de Niue.

NIUE

Este país es una sola islita, de unos 19 kilómetros (12 millas) de largo y aproximadamente 16 kilómetros (10 millas) de ancho, con un área total de solo 259 kilómetros cuadrados (100 millas cuadradas). En todo el Pacífico Sur, Niue está considerado como singular. La isla está compuesta de piedra caliza, y dondequiera que uno va en la isla puede ver prueba de ello en las rocas calizas hechas de conchas y corales que una vez estuvieron bajo el océano. A diferencia de otras islas, no tiene playas. Altos acantilados se elevan abruptamente desde el océano; entonces la superficie del terreno es una meseta casi completamente plana. Hay muchas cuevas en Niue, y por eso es un lugar interesantísimo para el aficionado a la exploración.

Cuando Nueva Zelanda otorgó autonomía a Niue en 1974, la gente quedó protegida como ciudadanos de Nueva Zelanda. La Constitución estipula libre asociación con Nueva Zelanda y una Asamblea Legislativa de 20 miembros, 14 elegidos de electorados de aldea y 6 de una lista común. La dirección y control de la isla está en manos de un Gabinete de cuatro miembros. El gobierno local toma la forma de concejos de aldea, de los cuales hay 14, y los concejales son elegidos para un término de tres años. Los ancianos de cada comunidad tienen voto en asuntos que afectan a cada aldea.

Los habitantes de Niue son una mezcla de samoanos, tonganos e isleños de las Cook que emigraron a Niue centenares de años atrás; se han mezclado hasta formar un solo grupo étnico. Su lenguaje es una mezcla de samoano y tongano. A diferencia de otros isleños del Pacífico, los habitantes de Niue no tienen jefes hereditarios, y el cabeza de cada familia suministra guía.

Unos 9.000 nativos de Niue se han mudado a Nueva Zelanda en los últimos años, de modo que en las aldeas hay muchas casas vacías. El grupo religioso predominante es la Ekalesia Niue, que se desarrolló de la Sociedad Misional Londinense.

LA VERDAD LLEGA A NIUE

La historia teocrática empezó en Niue en febrero de 1960 cuando a las hermanas Tia Aluni e Ivy Kawhe, misioneras que servían en Samoa Americana, se les pidió que pasaran un mes en Niue. En aquel tiempo, un barco que viajaba entre las islas hacía solo una visita mensual, de modo que si alguien bajaba del barco tenía que esperar un mes hasta que viniera el siguiente barco. Puesto que no se permitía que entraran misioneros de los Testigos en Niue, las hermanas solicitaron entrar en el país para visitar a unos parientes. La hermana Aluni tenía una tía en la isla, y las hermanas se alojaron en casa de ésta.

¡En un solo mes las hermanas colocaron más literatura de la que habían colocado durante un año entero en su propio territorio! Despertaron muchísimo interés, así como oposición. Una de las personas a quienes testificaron fue Samuel Makatongia. Él era miembro de la Iglesia LMS (Sociedad Misional Londinense), pero mostró profundo interés en la verdad; por algunos años había estado suscribiéndose a La Atalaya. Aunque las hermanas tuvieron que viajar en bicicleta unos 20 kilómetros (12 millas) para hallarlo, recibieron una buena recompensa. ¡Qué bendición resultó ser aquello para la obra en Niue, porque este hermano ha sido una columna de la obra allí y es el superintendente presidente de la congregación local!

PRECURSOR FIDJIANO AYUDA

Poco tiempo después que las hermanas partieron de la isla, la sucursal hizo arreglos para que Seremaia Raibe, un precursor nativo de Fidji, fuera a Niue bajo un contrato de trabajo con el Departamento de Obras Públicas. Él usaba las noches y los fines de semana para ayudar a los hermanos locales.

Después que el hermano Raibe hubo estado allí unos cuantos meses, el comisionado residente, bajo presión de los líderes religiosos, lo llamó a una entrevista. El comisionado preguntó al hermano Raibe, que es un fidjiano grande y fornido, por qué había ido a la isla como “obrero”, cuando en realidad había venido a predicar. El hermano Raibe respondió que parecía que todo el mundo en la isla sabía que él era testigo de Jehová, y que si el comisionado le hubiera preguntado acerca de eso el día en que llegó, él hubiera reconocido que era Testigo. Entonces el comisionado dijo al Testigo que, por la conservación de la paz en la isla, sería mejor que no fuera de casa en casa, aunque la Constitución garantiza libertad de cultos. Poco después de esto, el permiso del hermano Raibe para permanecer en la isla fue revocado, y él regresó a Fidji. En septiembre de 1961 la Asamblea Legislativa de Niue adoptó la norma de no permitir la entrada de Testigos en el país.

No obstante, el hermano Raibe organizó reuniones regulares mientras estuvo en la isla. El Diablo, usando su vieja treta de intimidación, agitó a los aldeanos locales para que éstos apedrearan la casa donde se celebraban las reuniones; ¡pero estas tácticas fracasaron cuando los principales entre los que arrojaban las piedras se interesaron en la verdad y empezaron a asistir a las reuniones ellos mismos!

LLEGA MÁS AYUDA

Mientras tanto, un hermano casado de Niue, William Lovini, vivía en Nueva Zelanda, donde aprendió la verdad. En 1961 el hermano Lovini regresó a Niue para servir donde había mayor necesidad de ayuda. El gobierno de Niue lo empleó, y por varios años él llevó la dirección en la congregación. La cantidad de publicadores creció a 34.

El superintendente de circuito Paul Evans pasaba parte de un día en Niue cuando el barco que viajaba mensualmente entre las islas visitaba este lugar. Él hablaba a los hermanos, consideraba sus problemas, analizaba la actividad de ellos y daba sugerencias... todo en el espacio de unas seis horas antes de que el barco partiera. Después, en 1966, se permitió que el hermano Evans y su esposa, Frances, entraran en Niue por seis semanas... con la estipulación de que no participaran en la obra de casa en casa. Fue un tiempo excelente para edificar a los hermanos.

ADELANTANDO A PESAR DE LA EMIGRACIÓN DE LOS HERMANOS

Desde 1965 en adelante la cantidad de publicadores bajó, hasta alcanzar un punto bajo de 9 publicadores. ¿A qué se debió esto? La mayoría de los hermanos, incluso el hermano Lovini, partieron hacia Nueva Zelanda por varias razones.

Los que quedaron atrás tenían poca experiencia en asuntos de congregación y solo un conocimiento limitado del inglés. Sin embargo, todavía continuaron reuniéndose, y con regularidad informaron su servicio del campo a la sucursal. Después, en febrero de 1967, recibieron una visita de un mes del superintendente de circuito Len Heatley. Él condujo una Escuela del Ministerio del Reino abreviada, y en el último fin de semana de la visita los hermanos celebraron una pequeña asamblea.

En 1968 los hermanos fueron bendecidos de nuevo con una visita de circuito de un mes, y desde entonces en adelante han tenido visitas regulares cada año. Cada una de estas visitas ha concluido con una pequeña asamblea de circuito, que ha estimulado a los hermanos a seguir adelante con la obra del Reino. Cuando el superintendente de circuito los visitó en 1970, los hermanos se emocionaron al ver que 92 personas asistieron al discurso público y 111 concurrieron a la Conmemoración.

Desde entonces la situación ha permanecido casi sin cambio. Quedan unos 3.200 habitantes en Niue, y los hermanos locales están dando el testimonio, y la proporción es de un publicador para 359 habitantes.

Una isla mucho mejor conocida que Niue es Tahití. Veamos cómo empezó la obra del Reino en esta isla, la más grande de la Polinesia Francesa.

TAHITÍ

Tahití es la isla más conocida del grupo conocido como las Islas de la Sociedad en la Polinesia Francesa, a unos 3.540 kilómetros (2.200 millas) al este de Fidji. Tahití tiene forma de número ocho y es montañosa, con cumbres que se elevan hasta 2.237 metros (7.339 pies). La isla recibe buen riego de la lluvia y los ríos, y tiene un paisaje espectacular. El único pueblo grande es Papeete, en el cual hay una interesante población mezclada que habla tahitiano, francés, chino y, cada vez más, inglés. En sentido religioso, la gente se adhiere principalmente a las Iglesias Católica Romana y Protestante Francesa.

LA VERDAD LLEGA A TAHITÍ

Dos superintendentes viajantes empezaron la obra de predicar en Tahití. El primero, Len Helberg, pasó dos meses allí en el período de 1956 a 1957. Visitó a las personas que habían pedido suscripciones a las revistas de la Sociedad. También exhibió la película La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción cinco veces, con una concurrencia total de 618 personas. El segundo fue Paul Evans. En 1957 colocó más de 70 libros y Biblias en manos de la gente. Pero no fue sino hasta el año siguiente cuando se colocó la base para una congregación.

Agnes Schenck, ciudadana de Tahití, vivía con su esposo y su hijo en los Estados Unidos cuando la familia conoció la verdad. En 1957, mientras estaban en una asamblea de distrito, oyeron al hermano Knorr anunciar que Tahití, un país donde la obra del Reino estaba proscrita y se negaba la entrada a misioneros, era uno de los países donde había mayor necesidad de ayuda. Earl y Agnes Schenck, con su hijo de 11 años, decidieron ir allí. Partieron desde California en mayo de 1958.

Uno de los hermanos que había estimulado a aquella familia a ir a Tahití fue Clyde Neill, y después de la Asamblea Internacional “Voluntad Divina” que se celebró en Nueva York en 1958, él y su familia, así como David Carano y su familia, entraron en Tahití aquel mismo año con visado de turistas para una visita de tres meses. Para evitar atraerse la atención de las autoridades, los hermanos cambiaban el lugar del Estudio de la Atalaya cada semana. Los hospitalarios tahitianos servían refrescos después, y esto contribuía a dar la impresión de que los hermanos eran turistas.

Pronto se dio comienzo a varios estudios bíblicos, aunque la barrera de los idiomas era un problema. Los hermanos se encaraban a esto mediante el uso de dos libros, uno en francés y uno en inglés. En muchas ocasiones la hermana Schenck ayudaba a los demás con su conocimiento de francés y tahitiano.

Muchas veces, mientras uno de los Testigos caminaba con un tahitiano que hubiera mostrado interés en la verdad, los amigos y parientes los detenían y les preguntaban acerca de esta nueva religión. En cierta ocasión el amigo de cierto tahitiano notó que éste estaba con un Testigo, de modo que detuvo su autobús en medio de la calle y dejó a sus pasajeros sentados allí y salió a hablar con el Testigo y su amigo. ¡En aquel mismo momento se hicieron arreglos allí para establecer un estudio bíblico en el hogar de aquella persona!

NUEVOS BAUTIZADOS

La culminación de la estadía de estos hermanos en Tahití vino precisamente antes de que tuvieran que partir de la isla después de tres meses espiritualmente edificantes. ¡Ésta fue el bautismo de ocho personas, los primeros frutos de Tahití! Entonces los Neill y los Carano tuvieron que regresar a los Estados Unidos, y dejaron a los Schenck, y a los nuevos, encargados de seguir adelante con la obra del Reino.

En 1959 se formó una congregación en Papeete, y, aunque los misioneros estaban bajo proscripción, Don Clare entraba en Tahití como superintendente de distrito y celebraba una asamblea de circuito durante cada visita. Para 1960 hubo 28 publicadores.

El año 1960 fue memorable por la razón de que el gobierno otorgó reconocimiento a una asociación de testigos de Jehová organizada en la localidad. Esto dio posición legal a la obra y permitió a la asociación comprar propiedad.

TIEMPO DE PRUEBA

Como indica 1 Juan 2:19, hay quienes ‘no son de nuestra clase’. Tahití no resultó ser una excepción a esto, como lo probaron unos acontecimientos de 1961. Un precursor francés, Claude Bonhomme, fue asignado por la Sociedad para que sirviera en Tahití. Debido a su madurez y experiencia, se le asignó como superintendente para reemplazar al hermano local que había estado sirviendo hasta aquel tiempo. Este hombre local cedió a la envidia, y, como resultado de ello, surgió disensión en la congregación. Algunos fueron expulsados, otros dejaron de asociarse. Aunque esto tuvo un efecto de retardar la obra, ésta nunca se detuvo, y para 1963 la cantidad de publicadores había aumentado a 68.

MÁS EXPANSIÓN

Lo prominente de 1963 fue el hecho de que se completó un Salón del Reino al estilo de las islas, y los Testigos tuvieron el gozo de ver a 198 personas sentadas allí para la Conmemoración de la muerte de Jesús. El año siguiente los 78 publicadores celebraron su asamblea de circuito en aquel lugar, con una concurrencia de 220 personas.

Para que estos amables isleños se amoldaran a los requisitos de la Biblia para los cristianos, tenían que hacer grandes cambios en su vida. Considere, por ejemplo, a una mujer de 42 años de edad que, antes de hallar la verdad, había tenido 14 hijos sin haberse casado. Estaba viviendo con un hombre con quien no estaba casada. Ella decidió poner en orden su vida aunque surgieran dificultades debido a que no todos sus hijos tenían el mismo apellido. El asunto tuvo que llevarse a los tribunales, y éste proceso consumió un año entero.

Cuando el asunto al fin quedó resuelto, ella se casó con el hombre con quien vivía. Un mes después ella y una de sus hijas se bautizaron. Ahora sus otros hijos y nietos también proclaman las buenas nuevas.

La única congregación que en aquel tiempo había en toda la Polinesia Francesa estaba en Papeete, y crecía rápidamente. La Sociedad envió a dos precursores especiales para que ayudaran a la congregación. Éstos fueron el hermano Inaudi y su esposa, quienes habían sido precursores especiales en Francia. En poco tiempo el hermano Inaudi llegó a ser superintendente viajante, y visitaba a la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia y Nuevas Hébridas (ahora Vanuatu).

Los tahitianos son conocidos porque acostumbran dar guirnaldas a los visitantes... guirnaldas florales al llegar, y guirnaldas de conchas o caracoles que duran como recuerdo permanente cuando la gente se va. Esta costumbre ha conducido a oportunidades de dar testimonio. Por ejemplo, el hermano Don Clare relata lo siguiente: “Durante mis visitas a Tahití hasta cien hermanos y personas interesadas en la verdad nos daban la bienvenida al llegar y se despedían de nosotros cuando partíamos. En cada ocasión recibíamos cien guirnaldas de flores o caracoles. Cuando los turistas que iban en el mismo vuelo, y que llevaban una sola guirnalda, nos veían subir a los aviones con guirnaldas de caracoles amontonadas hasta tan alto que difícilmente podíamos ver por dónde íbamos, preguntaban si yo era el gobernador de la isla. Esto conducía a muchas excelentes conversaciones”.

EFECTO DE LA PRIMERA ASAMBLEA INTERNACIONAL

La Asamblea Internacional “Paz en la Tierra” en noviembre de 1969 señaló un punto de viraje. En aquel tiempo había solo 124 publicadores locales, ¡y qué gozo fue para ellos el reunirse con 210 delegados de 16 diferentes países! La concurrencia de 488 personas al discurso público electrizó de emoción a los hermanos. Ésta fue también la primera vez que el periódico local mencionó a los testigos de Jehová.

La presencia del hermano F. W. Franz en aquella asamblea resultó muy estimuladora, y sus declaraciones movieron a los hermanos a seguir adelante en la obra del Reino que todavía había que efectuar en las 62 islas habitadas de la Polinesia Francesa. El hermano Franz fue el primer miembro del Cuerpo Gobernante que visitó a Tahití, y el beneficio de su visita y de la asamblea se ve en el hecho de que hubo un aumento de 15 por 100 en la cantidad de publicadores para 1970. En 1971 se formó una nueva congregación.

LLEGA MÁS AYUDA

En 1971, el hermano Sicari, que se hallaba en Francia, escribió a la sucursal de Fidji en cuanto a servir donde había más necesidad de ayuda. La oficina lo estimuló a mudarse a Tahití. La familia necesitó algunos meses para prepararse para el viaje, y vendieron sus muebles y su automóvil para pagar el pasaje. Así, en mayo de 1972 el hermano Sicari y su esposa llegaron a Tahití con sus dos hijas, Elizabeth, de nueve años de edad, y Helene, de seis años. El hermano Sicari, quien ahora sirve en el Comité de la Sucursal, ha participado gustosamente en ayudar a los hermanos locales a progresar. La hermana Sicari empezó a servir de nuevo como precursora regular, aunque tenía dos hijas. Esto movió a las hermanas locales a imitar su ejemplo. Ella todavía trabaja como precursora, y su hija mayor, Elizabeth, trabaja junto con ella ahora como precursora regular.

NUEVOS SALONES DEL REINO Y MÁS PROGRESO

El Salón del Reino de Papeete, construido según el estilo de Tahití, con su techo de palmas de coco, necesitaba reconstrucción y, sobre todo, tener paredes laterales que evitaran que los pollos del vecindario pasaran la noche allí. Por eso, en febrero de 1973 se dedicó el nuevo Salón del Reino de Papeete. En septiembre de aquel año la Congregación de Punaauia dedicó su Salón del Reino. Con miras al crecimiento futuro, este salón se edificó de modo que acomodara a 500 personas, y también se podían celebrar asambleas de circuito allí.

En 1973 dos familias tahitianas que habían aprendido la verdad en Francia decidieron regresar a Tahití. La familia del hermano Colson Dean se estableció en Tahití, mientras que el hermano Jamet y su esposa, que habían sido precursores especiales en Francia, fueron a la isla de Raiatéa, donde la congregación de 24 publicadores tenía un solo anciano. Pronto el hermano Jamet fue nombrado para reemplazar al hermano Inaudi como superintendente de circuito debido a que los Inaudi esperaban un hijo.

Para 1973 la cantidad de congregaciones había aumentado a cuatro, y en 1974 se formó otra congregación con la ayuda de una familia tahitiana que se mudó a la isla de Bora-Bora. En la Conmemoración de 1974 hubo una concurrencia de 740 personas, una cantidad notable en comparación con el total de 199 publicadores.

LOS HERMANOS KNORR Y FRANZ VISITAN A TAHITÍ

Entonces, los hermanos se llenaron de regocijo cuando se enteraron de que los hermanos Knorr y Franz visitarían a Tahití como parte de su gira de servicio de 1975 por todo el mundo. Éste fue el primer viaje del hermano Knorr a Tahití. Hubo más de 700 personas presentes para escuchar los animadores discursos de estos hermanos. ¡Los hermanos Knorr y Franz invitaron a los superintendentes a reunirse con ellos y les informaron que la Sociedad estaba pensando abrir una sucursal en la Polinesia Francesa! Los sorprendidos ancianos concordaron unánimemente en que había gran necesidad de tener una sucursal local cuando se tomaba en consideración lo extenso del territorio. En la misma reunión, se recomendó al hermano Alain Jamet para que sirviera de superintendente para la nueva sucursal que comenzaría a funcionar el 1 de abril de 1975. Así, desde ese tiempo la superintendencia de la obra en esta parte del Pacífico fue transferida de la sucursal de Fidji a la sucursal de Tahití.

Jehová ciertamente ha bendecido la actividad de los hermanos en esta zona remota, de modo que hoy Tahití tiene más de 500 publicadores. Pero la historia del emocionante progreso de Tahití como sucursal separada de la Sociedad se narrará en otra ocasión.

Consideremos ahora otro territorio de habla francesa que ha sido bendecido con progreso teocrático... Nueva Caledonia.

NUEVA CALEDONIA

Nueva Caledonia, un territorio de Francia en ultramar, consiste en unas 25 islas ubicadas a aproximadamente 1.120 kilómetros (700 millas) al este de la costa norte de Australia. Este territorio toma su nombre de Nueva Caledonia, su isla principal, que es una de las islas más grandes del Pacífico. Tiene unos 400 kilómetros (250 millas) de largo y 50 kilómetros (30 millas) de ancho. Tiene una población de unas 145.000 personas. Los nativos de Nueva Caledonia son ciudadanos franceses, y la mitad de ellos viven en el área de la ciudad de Nouméa, una ciudad moderna de estilo francés, y capital del territorio.

La población nativa de Nueva Caledonia es de melanesios, pero ahora hay casi tantos europeos como melanesios. Como sucede en otros lugares de las islas, hay una gran mezcla de isleños en Nueva Caledonia, y en la isla principal se hablan unos 35 diferentes idiomas. Sin embargo, todo el mundo usa el francés para comunicarse.

El canibalismo era común hasta el fin del siglo XIX. Cuando los misioneros de la cristiandad llegaron, para 1840, la reacción de los nativos fue considerablemente violenta... dieron muerte a varios misioneros y se los comieron. Pero con el apoyo del ejército francés se establecieron misiones católicas en la isla principal, donde predominan hoy. La Sociedad Misional Londinense estableció misiones en las islas de Mare y Lifou, y esto condujo a mucho derramamiento de sangre, pues estallaron guerras religiosas en las cuales los católicos trataron de echar a los protestantes y viceversa. Hoy, unas 90.000 personas se adhieren a la religión católica y unas 34.000 pertenecen a las iglesias protestantes.

LA OBRA DEL REINO COMIENZA DE MODO INCONSPICUO

En 1954, John y Ellen Hubler llegaron de Australia para servir donde había mayor necesidad de ayuda. “Empezamos con un visado de turistas para un mes —relata el hermano Hubler—, y confiando de lleno en que Jehová nos ayudaría.”

La sucursal australiana aconsejó al hermano Hubler que consiguiera un trabajo tan rápidamente como le fuera posible, con la esperanza de que su patrono le ayudara a conseguir extensiones de la vigencia de sus visados. Él consiguió trabajo, pero para este tiempo los visados de un mes de ellos vencían. Por eso, habló a su patrono, quien hizo arreglos para ser fiador por ellos; así, pudieron obtener una extensión de seis meses para los visados. El hermano Hubler recuerda lo siguiente: “Al fin del primer mes, cuando el barco partió de regreso a Australia, nosotros experimentamos gran gozo cuando, de pie en el muelle, observamos que el barco se iba sin nosotros, pues nos alegraba el saber que habíamos logrado cumplir con la primera parte de nuestras instrucciones”.

Empezaron la segunda etapa de su obra... visitar las áreas remotas de la isla y hablar la verdad a la gente. No tenían literatura, y usaban sus Biblias en inglés. Pronto notaron que la gente recibía con gran interés su predicación, y por eso hicieron planes para volver a visitar a las personas.

Puesto que no tenían literatura que pudieran colocar en las manos de las personas que mostraban interés, el hermano Hubler solicitó alguna literatura de la sucursal australiana. Se les avisó que un ingeniero que viajaba en un buque de carga llevaría un paquete, y que este hombre, un hombre de Nueva Caledonia que estaba interesado en la verdad, les entregaría el paquete. Así se recibió el primer suministro de literatura francesa. Más tarde, un director de orquesta que viajaba en un barco de turismo trajo más literatura. En esta ocasión la orquesta del barco estaba tocando cierta noche en el Ayuntamiento, de modo que los Hubler tuvieron que ir al baile para conseguir la literatura. Finalmente, el hermano Hubler pidió que se enviara alguna literatura mediante la oficina de correos, y la recibió por la aduana sin problema alguno.

OTROS LLEGAN Y SE DESARROLLA UNA CONGREGACIÓN

Después que ellos hubieron celebrado la primera Conmemoración en Nueva Caledonia, en la cual solo ellos dos estuvieron presentes, gradualmente otras personas llegaron para servir donde había gran necesidad de ayuda. Ciertas familias australianas solamente pudieron permanecer en el país unos cuantos meses, pero otras pudieron permanecer por dos años. Estos celosos hermanos hicieron una obra maravillosa respecto a colocar los cimientos para una congregación.

En 1956 la sucursal dio a los Hubler la dirección de empezar a predicar en Nouméa misma, mientras que los otros hermanos trabajaban en las zonas del exterior. Pronto las personas de Nouméa que se interesaban en la verdad empezaron a asistir a las reuniones que celebraba la congregación que se formó en agosto de aquel año. La nueva congregación comenzó con 9 publicadores, creció rápidamente a 14, entonces a 21 y 26, y al fin del año tenía 32 publicadores.

En 1957 el superintendente de circuito visitó la congregación por primera vez y permaneció con ella por un mes. Poco después de la visita, dio a los hermanos la instrucción de concentrar sus esfuerzos en Nouméa. En abril de 1958 la primera persona de la población local empezó a participar en el servicio del campo y entonces se bautizó.

El 1 de septiembre de 1958 la superintendencia de la obra en Nueva Caledonia fue puesta bajo la nueva sucursal de Fidji. Aquel mismo año los hermanos se emocionaron al tener su primera asamblea de circuito, aunque eran un grupito con un máximo de 41 publicadores.

OTRA VEZ EN SERVICIO DE TIEMPO COMPLETO

Cuando el hermano Hubler fue a Nueva Caledonia tuvo que dejar de servir de precursor, pero siempre había deseado volver a servir de tiempo completo. Por eso, solicitó permiso para quedarse en Nueva Caledonia como ministro de tiempo completo. Fue a ver a un funcionario que había dado una buena acogida a la verdad, el secretario del gobernador, y éste dijo al hermano Hubler que podía hacer lo que deseaba. Así, en 1959 él empezó a servir en la obra de precursor especial.

”Cierto día el secretario me llamó a su oficina y me preguntó cuándo tenía que renovarse mi visado”, recuerda el hermano Hubler. “Le dije que me quedaban cinco meses. Él entonces me dijo que a él lo estaban enviando al exterior en una misión, pero que esperaba regresar antes de que expirara ese período, y, mientras tanto, su auxiliar tenía instrucciones de darnos toda la ayuda que necesitáramos. Pero no sucedió como él esperaba. Él nunca regresó. En vez de eso, su puesto fue ocupado por un hombre que era miembro de la Acción Católica. Entonces las autoridades empezaron a negar renuevos de visados a los hermanos australianos.”

Cuando llegó el tiempo para que los Hubler renovaran sus visados, recibieron prontamente la respuesta... ¡no se los renovarían! Por eso, después de cinco años en el país, tuvieron que partir de allí, como los últimos de 31 hermanos y hermanas que habían ido allí a servir donde había mayor necesidad de ayuda. El hermano Hubler todavía está en el servicio de tiempo completo como superintendente viajante en Nueva Zelanda.

FRUSTRADOS LOS PLANES DE LA OPOSICIÓN

El clero pensó que con la partida de los australianos la actividad de los Testigos había terminado. Hasta anunciaron desde sus púlpitos que los Testigos locales ahora regresarían a la iglesia. Quedaron desilusionados. En vez de eso, la obra del Reino aumentó.

En 1960 se impuso una proscripción sobre todas las publicaciones de la Sociedad, pero los hermanos siguieron adelante, con solo la Biblia. Entonces se imprimió el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado con una indicación de que la publicadora era la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia, y este libro se utilizó en la predicación. Todavía llegaban algunas revistas, aunque en muchas ocasiones agentes postales las destruían. Para soslayar la proscripción sobre La Atalaya, los hermanos hicieron que las revistas fueran impresas con cubiertas en blanco, y entonces pudieron distribuirlas sin dificultad.

Mientras tanto, se estaban haciendo esfuerzos por lograr que se removiera la proscripción de las publicaciones, y en 1963 la Sociedad ganó el litigio. De modo que el Consejo Privado removió la proscripción de todas las publicaciones excepto La Atalaya y ¡Despertad! En 1969 se quitó la proscripción de ¡Despertad!, pero los hermanos tuvieron que esperar hasta 1975 antes de que fuera eliminada la proscripción de La Atalaya.

LA OBRA DEL REINO ADELANTA

Durante 1962 la obra adelantó, y 37 personas informaron haber participado en la predicación. En 1966 la cantidad de publicadores aumentó a 104, y la obra se esparció por la isla cuando algunos de los hermanos locales fueron asignados para servir de precursores especiales. En 1975 los hermanos se deleitaron en dar la bienvenida a sus primeros graduados de Galaad, el hermano Fosset y su esposa.

Por algunos años las reuniones de congregación se celebraron en el garaje del hermano Jonvaux, un hangar de aviones de la II Guerra Mundial. Hasta 1975 este lugar también se utilizó para la celebración de asambleas de circuito. Entonces, en 1975, la Congregación Anse Vata, de Nouméa, compró cierto terreno y empezó a edificar en Nueva Caledonia el primer verdadero Salón del Reino. Quedó completo dentro de un año, y fue dedicado en junio de 1976.

En aquel mismo mes la Sociedad abrió una sucursal en Nueva Caledonia, y entonces esta nueva sucursal tomó la superintendencia de Vanuatu y las islas Wallis y Futuna. La cantidad de publicadores en Nueva Caledonia había aumentado desde 2 australianos en 1954 a 315 publicadores en 1975. En la actualidad Nueva Caledonia tiene más de 500 publicadores, y la cantidad de personas que se reunió para la Conmemoración en 1983 fue de 1.456. Así, en otra parte del Pacífico las buenas nuevas del Reino se están predicando vigorosamente.

Pero volvamos nuestra atención a Vanuatu (anteriormente las Nuevas Hébridas) y veamos cómo empezó la obra de predicar allí.

VANUATU

Vanuatu forma una cadena de 80 islas arregladas en forma de “Y” que se extiende por más de 800 kilómetros (500 millas) en el sudoeste del océano Pacífico. Sin embargo, el 90 por 100 del área terrestre de este país está compuesto de solamente las diez islas mayores. Vanuatu está situado a unos 960 kilómetros (600 millas) al oeste de Fidji. La mitad de las islas son islotes y protuberancias rocosas; la otra mitad consta de islas montañosas, y las de las regiones norteña y central están cubiertas de lujuriantes bosques tropicales. El país se caracteriza por la mucha lluvia y un clima tropical húmedo. La gente es de origen melanesio, y la mayoría vive en aldeas.

Puesto que los 125.000 habitantes del país hablan más de cien idiomas, la necesidad de establecer buena comunicación ha llevado al desarrollo de una lengua general llamada bislama, que combina principalmente palabras del idioma inglés con gramática melanesia. La mayoría de la gente de Vanuatu usa el bislama, junto con el francés y el inglés. Tanto el francés como el inglés fueron introducidos como resultado del hecho de que las Nuevas Hébridas fueron gobernadas conjuntamente por Francia y la Gran Bretaña. Esto terminó el 30 de julio de 1980, cuando las Nuevas Hébridas fueron declaradas independientes y recibieron el nuevo nombre de Vanuatu.

A través de los años vinieron al país obreros de Malaysia, Vietnam, China, la isla Wallis y Kiribati, así como de Tonga y Fidji. Por eso se pueden ver muchas razas en las calles de las dos ciudades principales, Vila, la capital (en la isla de Efate), y Santo, en la isla de Espíritu Santo.

COSTUMBRES Y RELIGIÓN

La vida de los vanuatenses giraba en torno de la adoración de los antepasados, y hasta cierto grado todavía es así. La gente vive en temor de los espíritus de sus antepasados. El espiritismo, pues, afectó en gran manera sus creencias, y esto hasta llevó al canibalismo. Por ejemplo, en la isla de Ambrim, para entrar en una comunidad espiritista el principiante tenía que matar a un hombre y comérselo.

Aunque los nativos mataron a algunos de los primeros misioneros de la cristiandad, las iglesias gradualmente obtuvieron influencia y poder, y dividieron las islas entre sí, de modo que los anglicanos se apoderaron del norte y los presbiterianos del sur. Hoy las iglesias están muy envueltas en la política, y fortalecen así su agarro sobre la gente. Los presbiterianos son unos 50.000, los católicos romanos unos 20.000, y los anglicanos 17.500.

Al considerar este marco de circunstancias, uno puede comprender por qué la obra de los testigos de Jehová se ha desarrollado lentamente en esta parte del mundo.

LA LUZ DE LA VERDAD EMPIEZA A BRILLAR

En los años treinta el hermano George Winton viajó por las islas esparciendo las primeras semillas de la verdad. Aunque su embarcación sufrió naufragio en la isla de Paama, esto no lo detuvo. Parece que para 1940 fue deportado por predicar las buenas nuevas. Otro hermano, Alfred Rice, trabajó entre la gente, pero murió de paludismo en Paama.

En 1958 Lewis Newton y su esposa llegaron desde Australia con el propósito de servir donde había mayor necesidad de ayuda. “Cuando entramos en el puerto de Vila nos impresionó la belleza de la bahía, en la cual se divisaban casas aquí y allí entre el lujuriante follaje”, recuerda el hermano Newton. “Por todas partes estaban los brillantes colores del hibisco, la buganvilla y hojas diversas. El pueblo consistía en una docena de tiendas pequeñas y dos tiendas mayores.”

El hermano Newton obtuvo trabajo por seis meses con un dueño de una plantación que producía copra como patrono, y así él y su esposa viajaron a su nuevo hogar al otro lado de la isla. Los Newton trabajaron con cautela en tratar de dar comienzo a la predicación. Aunque entonces no lo sabían, habían de pasar unos 25 años allí antes de regresar a Australia en 1983.

Después de asistir a una asamblea de distrito en Fidji en 1959, los Newton llegaron a su hogar y descubrieron que el dueño de la plantación se había puesto en contra de ellos debido a la verdad, y los había despedido del empleo. Ellos habían usado todo el dinero que tenían en el viaje a la asamblea, y no podían pagar el dinero que se les exigía para permanecer en el país. Sin embargo, dos cultivadores a quienes ellos apenas conocían ofrecieron prestarles el dinero, y una semana después, al otro lado de la isla, el hermano Newton halló otro trabajo con un cultivador francés.

ESTÍMULO DEL SUPERINTENDENTE DE CIRCUITO Y OTROS

Cuando se mudaron, los Newton quedaron a solo 20 kilómetros (12 millas) de Vila, y con la ayuda de un automóvil desvencijado que tomaron prestado pudieron efectuar alguna testificación en el pueblo. “Nos estimuló mucho —dijo el hermano Newton— el que el superintendente de circuito, Len Helberg, nos visitara en abril de 1960.”

Durante 1961 un matrimonio canadiense, el hermano Robert Hinsche y su esposa, llegaron y pudieron permanecer en el país unos cuantos meses hasta que el Departamento de Inmigración los obligó a irse. Mientras estuvieron en esta isla, los hermanos habían estado colocando en manos de la gente muchos ejemplares del libro De paraíso perdido a paraíso recobrado, y los nativos se los llevaron a sus islas. Así, las semillas de la verdad se estuvieron sembrando. En cierta ocasión Audrey Newton se vio rodeada, mientras estaba en su automóvil, de lo que parecía que era un grupo de nativos en actitud amenazadora. ¡Cuánto la alivió el enterarse de que todo lo que querían era unos ejemplares del libro!

En 1963 los Newton se alegraron en gran manera con la llegada, desde Inglaterra, de los cinco miembros de la familia Bates, cuatro de los cuales eran publicadores. Por primera vez en cinco años los Newton tuvieron a otras personas con ellos en la Conmemoración. Ahora hubo seis publicadores trabajando en la isla de Efate.

PRIMERA PUBLICADORA NATIVA

Cierto día la hermana Jeanne Bates estuvo testificando a personas que vivían en terreno de la Misión Católica Romana. Uno de los estudios bíblicos que se comenzaron allí se empezó con Helen Pita, una nativa que no podía leer ni escribir. Exigió mucha paciencia e ingeniosidad el estudiar con ella, no solo porque no podía leer ni escribir, sino también porque vivía en medio de condiciones difíciles. El esposo de ella gastaba el dinero del hogar en la bebida, y ella tenía que criar a diez hijos. Sin embargo, Helen Pita fue progresando lentamente, y llegó a ser la primera publicadora local, bautizada en 1967. Todavía sirve a Jehová lealmente y hace cuanto puede.

En 1964 se dio un claro paso adelante cuando todas las reuniones se organizaron en un lugar en el centro del pueblo. Con regularidad asistieron entre 10 y 20 personas. Pero el gobierno rehusó renovar el contrato del hermano Bates, y en 1966, después de tres años en Vanuatu, la familia regresó a Inglaterra.

ASAMBLEAS DE CIRCUITO Y CRECIMIENTO

El grupito de Vanuatu se regocijó con la celebración de su primera asamblea de circuito en agosto de 1967. Ésta se celebró en el patio del frente de la casa de los Newton. (Para este tiempo ellos se habían mudado al pueblo.) Len Helberg, el superintendente de circuito, exhibió la película La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción a unas 40 personas.

En 1970 el hermano Allan Taylor y su familia, de Australia, se unieron a los hermanos, y la cantidad total de publicadores para el año de servicio de 1971 ascendió a 15. Los Taylor permanecieron en el país y trabajaron fielmente junto a los demás hasta 1975, cuando se mudaron a Fidji. Para el tiempo en que llegó esta familia, la sucursal estimuló a hermanos de habla francesa a mudarse allí, y varias familias vinieron desde Francia.

Para la asamblea de circuito fijada para marzo de 1971 los hermanos locales recibieron gran estímulo al dar la bienvenida a 40 hermanos de Nueva Caledonia. El lugar de estacionamiento de automóviles que usaron para las reuniones estaba completamente repleto cuando 147 personas asistieron a la exhibición de una de las películas de la Sociedad, sobre la cual se ofrecieron comentarios simultáneamente en francés y bislama.

En 1972 los hermanos pudieron comprar un terreno en las afueras del pueblo y comenzaron a construir un Salón del Reino. Este edificio, que solo tenía los postes y el techo, y por paredes hojas de cocotero, fue usado por los hermanos para la siguiente asamblea de circuito. Para ayudar a pagar los gastos relacionados con el salón, los hermanos locales consiguieron dinero tallando botes pequeños que después vendían a los turistas.

LITERATURA Y MISIONEROS PARA SATISFACER LA NECESIDAD

En junio de 1976, cuando comenzó la nueva sucursal en Nueva Caledonia, Vanuatu llegó a estar bajo la superintendencia de ésta. El Cuerpo Gobernante aprobó el envío de misioneros a Vanuatu, pero todos los esfuerzos por obtener permiso para la entrada de misioneros británicos fracasaron. Los primeros que recibieron permiso para entrar fueron el hermano Casteran y su esposa, de Francia. Esto fue en 1977. En ese año también se tradujo la revista la Atalaya al bislama, y desde entonces todas las reuniones se han conducido principalmente en este idioma.

Mientras estuvo en Vila, el hermano Casteran testificó a un hombre de edad avanzada llamado Jonah Sak-Sak. Éste estudió por tres meses, asistió a la asamblea de distrito de 1978 y entonces regresó a su isla de Ambrim. Se le enviaba por correo La Atalaya en bislama. Más tarde, algunos hermanos decidieron visitar a Jonah. ¡Qué sorpresa se llevaron cuando descubrieron que él celebraba reuniones con regularidad en un excelente Salón del Reino, uno construido por él! Con tan solo la lectura de La Atalaya, entendió que era necesario celebrar reuniones con regularidad y estar activo en la obra de predicar. Cuando se escribe esto, un grupo de 19 personas se reúne para el Estudio de la Atalaya en la aldea de él, y otro grupo comenzado por él se reúne en otra parte de la isla. Aunque Jonah no disfruta de buena salud y todavía no está bautizado, conduce 40 estudios bíblicos.

La cantidad de 38 publicadores que informó servicio en 1975 creció a 57 en cuatro años. Durante un mes de 1979 un máximo de 64 publicadores informó servicio en el campo, y 159 personas asistieron a la Conmemoración en aquel año.

LA INDEPENDENCIA Y SU EFECTO

Los hermanos se deleitaron en recibir el libro La verdad en bislama a principios de 1980. Ésta ciertamente fue una provisión oportuna. ¿Por qué? Porque el país estaba entrando en un nuevo período de su historia al acercarse el momento en que sería independiente de Gran Bretaña y Francia. La independencia llegó el 30 de julio de 1980, y cuando llegó, muchos europeos, incluso muchos hermanos, tuvieron que regresar a sus países de origen. Entonces, en noviembre, el gobierno rehusó otorgar visados a todos los misioneros de los testigos de Jehová que trabajaban en Vanuatu, y para el fin de enero de 1981 todos ellos habían ido a otras asignaciones. Así, los hermanos vanuatenses quedaron solos, aparte de muy pocos hermanos europeos que recibieron visados que les permitían permanecer.

Después de la independencia, solo quedaron 34 publicadores en dos congregaciones bien establecidas. Pero la obra de Jehová siguió adelante, y hoy hay más de 50 publicadores que se regocijaron cuando 211 personas asistieron a la Conmemoración de 1983.

EL PACÍFICO SUR OYE LAS BUENAS NUEVAS

Las islas del Pacífico, aunque son singulares en el mundo por su aislamiento, han oído y continúan oyendo el mensaje del Reino de Dios. Hermanos y hermanas que han servido donde hay mayor necesidad de ayuda, mayormente procedentes de Australia, han contribuido en gran manera a la prosperidad espiritual de que se disfruta actualmente. Para ahora seis diferentes sucursales tienen la superintendencia del campo del Pacífico Sur: Australia, Fidji, Guam, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda y Tahití. Esto no ha sido fácil. En vista de que hay tantos gobiernos diferentes, y de los esfuerzos persistentes de ciertos funcionarios por presentar estorbo a la obra, más los problemas de viaje y comunicación, únicamente mediante el poder de Jehová ha prosperado la obra del Reino.

Debido a lo vasto del océano Pacífico, la comunicación con los hermanos ha sido limitada, y los superintendentes viajantes han desempeñado un papel especialmente importante al mantener a los hermanos en contacto unos con otros y con la organización de Dios. En un año, un superintendente de distrito viajó unos 48.000 kilómetros (30.000 millas) visitando grupos dispersos. Esto se ha hecho con considerables gastos, y los hermanos de esa parte del mundo, que por lo general son pobres en posesiones materiales, agradecen a los hermanos de otros lugares el apoyo generoso que éstos han dado para hacer posible la predicación allí. Como dijo el apóstol Pablo, ha habido “una igualación”. (2 Cor. 8:14.)

El resultado de esta actividad se hace patente ahora, cuando una “grande muchedumbre” participa en la obra salvavidas de predicar y enseñar. Toda clase de hombres y mujeres, de diferentes razas, y de muchos idiomas y varios países, han aceptado el camino de salvación de Dios (Rev. 7:9, 10). Con gran anhelo los Testigos de estos lugares, como los de otros, esperan el tiempo, bajo el Reino de Jehová, en que puedan sentarse cada uno a la sombra de su majestuosa palmera, disfrutando de la plenitud de bendiciones del Reino, incluso la belleza física de las islas del Pacífico Sur.

[Fotografía en la página 170]

William Checksfield se mantuvo en su asignación misional en Fidji hasta su muerte en 1962

[Fotografías en la página 175]

Foua Tofinga, uno de los primeros en estudiar la Biblia con el hermano Checksfield. Ahora es miembro del Comité de la Sucursal de Fidji

Un grupo de los primeros publicadores de Fidji (para 1956)

[Fotografía en la página 176]

Donald Clare, actual coordinador del Comité de la Sucursal, y su esposa, Eunice, quien fue la primera precursora de Fidji

[Fotografía en la página 183]

Leonard Heatley y su esposa, Clara. Él fue el primer graduado de Galaad de Fidji y todavía es precursor

[Fotografía en la página 188]

Sucursal de Fidji en 66 Robertson Road, Suva

[Fotografía en la página 199]

Fuaiupolu Pele y su esposa estuvieron entre los primeros Testigos nativos de Samoa Occidental

[Fotografía en la página 202]

Salón del Reino de Apia, con lados abiertos

[Fotografía en la página 207]

Paul Evans, acompañado por su esposa, Frances, hizo trabajo de circuito en una vasta zona del Pacífico Sur, y estimuló a los hermanos

[Fotografía en la página 215]

Misioneros que servían en Samoa Americana en 1961

[Fotografía en la página 223]

Saulo Teasi (aquí con su esposa y su hijo) ayudó a dar comienzo a la obra del Reino en Kiribati y Tuvalu

[Fotografía en la página 229]

El primer Salón del Reino construido en Nukualofa, Tonga, con un grupo de hermanos de Tonga

[Fotografía en la página 237]

El paraíso espiritual se extiende en Tahití y las islas vecinas

[Mapas en la página 162]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Pacífico Sur

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