Nigeria
Nigeria
ESTA nación se originó a principios del siglo XX, cuando los británicos unificaron dentro de los mismos límites a una compleja diversidad de personas pertenecientes a más de doscientos cincuenta grupos lingüísticos. Por muchos siglos, los pueblos que ocupaban esa zona habían tenido sus propios reinos, ciudades-estado y sistemas sociales. Sin embargo, el 1 de octubre de 1960, cuando Nigeria se convirtió en un estado soberano políticamente independiente, fue la fecha en que, desde el punto de vista de los nigerianos, empezó verdaderamente a existir dicha nación. El país se ha visto profundamente influenciado por su multiforme legado.
La extensión de Nigeria corresponde aproximadamente a cuatro veces la de Gran Bretaña o a más del doble de la de California. Esta gran zona está atravesada por los ríos Níger —el tercer río más largo de África,
que recorre unos 4.180 Km. (2.600 millas)— y Benue, que forman las principales arterias fluviales del país y lo dividen en tres regiones. En el norte viven los hausa, los fulani y muchas tribus más pequeñas. En el sur, al oeste del Níger, están los yoruba y, al este, los ibo y otros doscientos grupos tribuales. En Nigeria hay muchos factores divisivos: sus diversas culturas, tradiciones, lenguajes y religiones; pero el idioma inglés ha sido un importante vínculo que los ha mantenido unidos como nación, la más populosa de África.UN CAMPO DESAFIANTE
Los ministros cristianos que emprenden la obra de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios en este país se dan cuenta de que Nigeria es una asignación muy desafiante. Está situada justo al norte del ecuador. En la costa el clima es cálido y húmedo. También hay extensas marismas. La combinación de todas estas circunstancias ha hecho que el país se haya visto devastado por enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla, la lepra y los gusanos parásitos intestinales. Nigeria forma parte de la zona del África occidental llamada en un tiempo la “Sepultura del hombre blanco”. En el norte la situación es algo diferente: se extiende hacia el Sahara, y hay algunos lugares semidesérticos.
La religión predominante es el islam. Fue introducida al parecer alrededor del año 900 E.C., y se arraigó especialmente en el norte. Aproximadamente la mitad de la población es musulmana, una tercera parte es “cristiana” y el resto se adhiere a sus antiguos cultos. Comunidades enteras, principalmente en el sur, fueron “cristianizadas” de manera muy parecida a como se hizo en Europa: por coacción o seducción, y no por medio de hacer discípulos de las personas. Por lo tanto,
no es de sorprender que las creencias y prácticas tradicionales de sus antiguos cultos todavía ejerzan una gran influencia en sus vidas.Los ministros cristianos que sirven en este país tienen que enfrentarse al problema de un analfabetismo muy extendido. También tienen que predicar en aldeas donde con regularidad se ofrecen sacrificios a dioses fetiches mediante ritos demoníacos. Topan con oposición procedente de sociedades secretas como Odozi Obodo y organizaciones yuyu, como la Ekpo, y tropiezan con muchos hechiceros.
Pero hay que conocer la otra cara de la moneda. El cristiano que viene de ultramar queda impresionado por lo dispuesta que está la gente —hasta algunos musulmanes— a hablar de religión. Muchos nigerianos son verdaderos amantes de la Biblia. En los periódicos normalmente aparecen bastantes columnas sobre asuntos religiosos. Con frecuencia se ven nombres y lemas religiosos que hacen sonreír a los visitantes. Pueden verse nombres de tiendas como “Compañía Comercial Bendita” o “Tienda de Comestibles Dios Primero”. Algunos automóviles llevan el lema “Dios es mi ayudante”, y sobre los restos de algún camión destrozado pueden verse pintadas las palabras: “El hombre propone pero Dios dispone”.
HUMILDES COMIENZOS
La obra de hacer discípulos en Nigeria ha estado estrechamente enlazada con el progreso teocrático en otros países del África occidental. Durante diversos períodos, la oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower del África occidental, situada en Lagos, supervisó la obra en Ghana, Sierra Leona, Benín, Togo, Níger, Camerún y Guinea Ecuatorial. Precursores regulares, especiales y misioneros procedentes de Nigeria
han servido en estos países así como en Gambia, la República Centroafricana y Liberia. ¿Cómo empezó todo?Las buenas nuevas llegaron a Nigeria por primera vez a finales de 1921, cuando Claude Brown hizo una breve visita al país y predicó a algunas personas, especialmente en el norte. El hermano Brown era un antillano que había vivido en Winnipeg, Canadá. En 1923 volvió a Nigeria y pronunció varias conferencias en Lagos.
Para este tiempo, Vincent Samuels, un norteamericano de raza negra que había puesto una sastrería en Tinubu Square, Lagos, estaba conduciendo unas clases de estudio de la Biblia. Tomó la iniciativa de predicar de casa en casa y utilizó la publicación de la Watch Tower titulada El Arpa de Dios en las clases de estudio celebradas con un grupo de unas quince personas reunidas en el hogar de una tal señora Odunlami.
James Namikpoh, un encuadernador e impresor que trabajaba en la imprenta del gobierno en Lagos, se enteró de estas clases y en 1923 empezó a asociarse con el pequeño grupo. Progresó rápidamente y llegó a ser el primer nigeriano que emprendió la predicación activa. La señora Odunlami pronto hizo lo mismo. Más adelante, en aquel mismo año, Joshua Owenpa vio El Arpa de Dios sobre la mesa de un compañero de trabajo en la oficina de la compañía ferroviaria de Lagos, lo pidió prestado, estuvo toda la noche leyéndolo y enseguida empezó a asociarse con el grupo de estudio, llegando a ser el tercer nigeriano activo en el servicio de Jehová.
Aquel mismo año, un jamaicano llamado William R. Brown entró en la escena del África occidental. Vino de Trinidad, desde donde había predicado por todo el
Caribe. Como ya había dado un testimonio en la mayoría de las islas de esa zona, J. F. Rutherford, el presidente de la Sociedad Watch Tower, le dijo: “Ve con tu esposa y tu hijo a Sierra Leona, en el África occidental”.En noviembre de 1923, fue desde allí a Nigeria, y dio su primera conferencia en el Glover Memorial Hall. Durante esta breve visita distribuyó también cientos de publicaciones de la Watch Tower en lugares de negocios y oficinas gubernamentales. W. R. Brown volvió a Lagos en 1926, pronunciando esta vez su conferencia a la muchedumbre que llenaba el Glover Memorial Hall. En este viaje también animó a los hermanos Namikpoh y Owenpa a extender su predicación. El hermano Owenpa posteriormente escribió:
“El hermano W. R. Brown me invitó a entrar en el servicio de repartidor [ahora precursor] de modo que renuncié a mi trabajo en la compañía de ferrocarriles [...] el 1 de julio de 1927. Empecé mi obra de repartidor en aquella misma fecha. Me dio instrucciones y estímulo basados en la Biblia, citándome Filipenses 1:28 (Weymouth): ‘Ni por un momento acobardados delante de sus antagonistas. Su falta de temor será para ellos una prueba segura de destrucción inminente, pero para ustedes será una prueba segura de su salvación’.”
De modo que Vincent Samuels, de los Estados Unidos, y dos antillanos llamados Brown desempeñaron papeles importantes en las primeras etapas de la obra en Nigeria. Se había dado un buen comienzo y la obra siguió creciendo.
BROWN “EL NEGRO” Y BROWN “EL DE LA BIBLIA”
Claude Brown llegó a ser conocido como Brown “el negro”. A William Brown se le llamó Brown “el de la
Biblia”, pues, según él mismo escribió: “Cuando discursaba siempre utilizaba diapositivas que permitían proyectar en la pantalla cada texto bíblico para explicarlo”. Fue en Sierra Leona donde se le llamó por primera vez Brown “el de la Biblia”, porque le gustaba decir: “No lo dice Brown, sino que lo dice la Biblia”.Con respecto a los líderes religiosos, William Brown escribió: “En aquel tiempo el público no respetaba mucho lo que según ellos era la ‘religión del hombre blanco’. Era apropiado que yo hablase en el Glover Memorial Hall sobre el fracaso de la religión de la cristiandad. Por consiguiente, anuncié la conferencia en los tres periódicos más importantes. Un redactor
jefe católico presentó mi escrito al Dr. Moses Da Rocha, quien escribió una carta y la hizo publicar junto a mi anuncio. Instó al gobierno de Nigeria a que prohibiera mis reuniones o al menos enviara policías con el fin de mantener la paz. Apeló a varios líderes religiosos de Lagos para que enviaran a mi reunión a sus representantes más capacitados con el fin de hacer pedazos mis ‘tesis heréticas’. Efectivamente vinieron policías y muchos representantes de la iglesia.“Durante el desenmascaramiento que hice de la cristiandad, el auditorio interrumpió varias veces con aplausos. Al dar paso al auditorio para que formulase preguntas, el hijo de un clérigo anglicano hizo dos preguntas, las cuales fueron contestadas, e intentó formular una tercera, a lo que dije: ‘Por favor, siéntese y deje preguntar a los demás’. [...] Clausuré la reunión ofreciéndoles el libro Liberación encuadernado en rústica [...]. Vaciaron todas las cajas [...] y hasta vinieron a mi casa aquella noche para buscar más, [...] ¡3.900 libros! Fueron por todas partes dejándolos en manos de sus vecinos.”
LAGOS LLEGA A SER UNA OFICINA CENTRAL
Reconociendo que el campo nigeriano parecía más fértil que cualquier otro país del África occidental en aquel tiempo, a finales de 1930 William Brown trasladó su residencia a Lagos. La oficina sucursal de la Sociedad para el África occidental también se estableció en aquel lugar, y desde allí se supervisaba la obra de Nigeria, la Costa de Oro (ahora Ghana) y Sierra Leona.
Las asambleas celebradas en 1931 en Ibadán y Lagos, al igual que en otras 164 ciudades alrededor del mundo como extensión de la asamblea internacional de
Columbus, Ohio, presentaron en la sesión de conclusión la resolución sobre el notable “nuevo nombre”: Testigos de Jehová. Los Testigos nigerianos unieron sus gozosas voces para abrazar dicho nombre. En el informe monográfico de la asamblea titulado El Mensajero, apareció este comentario del hermano Brown:“Se está dando [en el África occidental] un vigoroso testimonio. El pequeño grupo que hay allí viaja más de 3.200 Km. a lo largo de la costa mediante barcos de vapor y otros medios de transporte. También viajan en tren y automóvil más de 1.130 Km. hacia el interior. Aunque más de la mitad de la población de esta extensa zona no sabe leer ni escribir, sorprende ver lo dispuestos que están los que sí saben a comprar los libros para conocer algo en cuanto a Dios y la Biblia.”
LITERATURA EN LA LENGUA VERNÁCULA Y GIRAS DE DISCURSOS
Como estos libros estaban en inglés y solo beneficiaban a los que podían leer ese idioma, el siguiente paso fue hacerlos disponibles en los idiomas locales. Para 1930 ya se había publicado la versión en yoruba de El
Arpa de Dios [Duru Ọlọrun], el cual fue traducido por la hermana Odunlami con la ayuda de J. P. Ogunfowoke. Un clérigo anglicano llamado S. A. Adediji, que empezó a leer los libros del hermano Rutherford en 1929, también había comenzado a traducir el libro Liberación. En 1931 dimitió de la Iglesia, se concentró en traducir el libro Reconciliación y el folleto El Reino, la esperanza del mundo, y después emprendió el servicio de precursor. Otras publicaciones fueron traducidas a varias lenguas vernáculas.Tan pronto como El Arpa de Dios estuvo disponible en el lenguaje yoruba, Ogunfowoke llevó un suministro a Ibadán e Ilesha. Pronunció discursos al aire libre en dos o tres lugares de Ilesha, donde colocó muchos de esos libros, y organizó un grupo de estudio.
Tales giras de predicación demostraron ser medios efectivos de llegar a la gente con la verdad. W. R. Brown viajó mucho para pronunciar discursos públicos y dar comienzo a la obra del Reino en nuevos lugares. Él escribió: “Nunca me sentí a gusto sentado en la silla de la oficina mucho tiempo. Organizaba mi tiempo para que pudiera estar fuera [...] llevando las buenas nuevas oralmente y por medio de la página impresa [...].
“Al entrar en una aldea [...] me dirigía al jefe y le invitaba a asistir a la conferencia que se daría enfrente de su recinto. Muchas veces el jefe mandaba a un hombre por toda la aldea anunciando el discurso con una campana. Los servidores del jefe extendían una gran alfombra y colocaban encima una silla para él. Se colocaba un hombre a su lado que le sostenía una sombrilla, y a veces otro le refrescaba con un gran abanico de plumas de avestruz. Asistían miles de personas.”
SE ESPARCE LA VERDAD
Entre los que recibieron la verdad en ese tiempo estuvo Alfred Nduaguibe. Él respondió a una de las conferencias que pronunció el hermano Brown en 1931 y después inició la predicación en gran parte del territorio ibo, preparando el camino para otras personas.
En el territorio de los yoruba estaba Joseph Ogunniyi, un prominente funcionario público que también hacía las veces de ministro de la Iglesia Anglicana local (Church Missionary Society). Joshua Owenpa le había visitado cuando pasó por Ile Ife en febrero de 1931. Pronto, tanto en su sala como en la casa del jefe, el Obajio de Ife, se reunían hasta ocho personas. Para octubre de 1932 Joseph Ogunniyi emprendió el servicio de auxiliar (parecido al precursorado auxiliar de hoy día) para esparcir las verdades que había aprendido. Él y otros tres hermanos abarcaron las principales ciudades, visitando una diferente cada día. “Rápidamente, llegamos a ser muchos”, escribió. De modo que la verdad se estaba esparciendo por el oeste —el territorio de los yoruba— y había grupos que estudiaban en Lagos, Ibadán, Oyo, Ile Ife, Ilesha y Abeokuta.
En la región del centro-oeste estaba Egor Egha, un hombre muy enérgico cuyo interés por la verdad se despertó en julio de 1932 al unirse a un grupo de personas que estaba escuchando una conferencia. Dos días después viajó a su ciudad natal, Oyede, para informar a todos de lo que había dicho el conferenciante. Dejó su trabajo en Ughelli como mensajero del tribunal y llegó a ser un celoso predicador por todo Oyede, así como Isoko hasta Forcados y la zona de Ughelli.
“EN NINGÚN SENTIDO ATEMORIZADOS POR SUS CONTRARIOS”
A medida que los hermanos Brown, Ogunfowoke, Adediji y Owenpa viajaban por el país, empezaron a enfrentarse a mucha oposición. Cuando el hermano Brown fue a Ilesha en 1931, el adjunto del oficial del distrito le echó del albergue y confiscó todos sus libros. Cuando el gobernador de Lagos se encargó del asunto, al haber recibido una queja de parte del hermano Brown, el ministro residente culpó a sus oficiales, se disculpó y le devolvió los libros. Sin embargo, la oposición religiosa contra el incipiente grupo de estudiantes de la Biblia aumentó.
Al describir esto, el hermano Ladesuyi dice: “Católicos, anglicanos y otros que anteriormente habían sido antagonistas, ahora se unieron en contra nuestra. Hasta conspiraron con jefes paganos para interrumpir las reuniones de estudio de la Biblia que celebrábamos en un taller de carpintería. Se apoderaron de nuestros libros y fuimos arrestados en más de una ocasión. Al ser arrestado y sometido a juicio el hermano Adediji en 1932 ante el tribunal nativo, se burlaron de él y fue muy humillado”.
Aproximadamente para ese mismo tiempo, Ogunfowoke fue arrestado en Oyo, cuando el clero incitó al oficial del distrito para que lo enjuiciase. Luego, en Ibadán, Joshua Owenpa fue arrestado y se le ordenó que antes de veinticuatro horas partiese de la ciudad. Para entonces, las salas públicas de Lagos habían cerrado sus puertas a los testigos de Jehová debido a los esfuerzos del clero. Puede entenderse por qué el hermano Brown solía citar Filipenses 1:28 al aconsejar a los nuevos precursores que no se dejasen intimidar por los opositores. Ellos demostraron un firme valor como núcleo celoso de los más de ochenta Testigos que predicaban entonces por todo el África occidental.
Sin embargo, desgraciadamente no todos permanecieron leales a Jehová ni a Su organización visible. Uno que participaba en el servicio de tiempo completo empezó a pedir dinero a los hermanos y a utilizar los fondos de la Sociedad con falta de honradez. Se convirtió en un franco opositor y utilizó los periódicos para difamar a los Testigos fieles. Otro buscaba la prominencia cuando pronunciaba conferencias. No estaba de acuerdo con el requisito de la monogamia, se resistió a las instrucciones de que todos debían informar su actividad de predicación y se opuso a los que con el tiempo empezaron apropiadamente a enseñar que no todos deberían participar de los emblemas en la Cena del Señor. Finalmente, dejó la organización del Señor y formó su propio grupo religioso.
LOS TRABAJADORES DISPUESTOS RECIBEN LA BENDICIÓN DE JEHOVÁ
Mientras tanto, los precursores fieles estaban llevando la verdad a nuevas regiones. En 1933 Peter Otudoh, que había sido bautizado en agosto de 1932 y trabajaba en la oficina sucursal, se ofreció como voluntario para ir a Badagri, cerca de la frontera con Dahomey (actualmente la República Popular de Benín). Junto con otros cuatro predicó en Ikoyi y en Ipokia, luego en Ijofin y al otro lado de la frontera hasta Porto-Novo.
En enero de 1934 la Sociedad envió a Alfred Nduaguibe a la parte oriental de Nigeria para visitar como precursor el territorio de los ibo. Viajó en un buque de vapor hasta Port Harcourt, visitó muchas ciudades y aldeas a lo largo de la costa, desde Abonnema hasta Calabar, y penetró en el interior, en Enugu y Abakaliki, llegando hasta Kaduna, al norte. Posteriormente, regresó a Lagos e informó al hermano Brown de las
condiciones en las que estaba el campo en aquella zona. Aquel domingo, después del Estudio de La Atalaya, el hermano Brown preguntó al auditorio: “¿Quiénes desean ir a la parte oriental de Nigeria para encontrar a las ovejas de Jehová que hay allí mediante la obra de predicar?”. Alfred Nduaguibe, Peter Otudoh y otros tres se ofrecieron como voluntarios. No pasó mucho tiempo antes de que su predicación empezara a experimentar un alto grado de oposición procedente de los líderes religiosos. Pero los hermanos eran conscientes de que Jehová les estaba bendiciendo. Como dijo el hermano Otudoh: “Veíamos a los perseguidores como moscas posadas sobre el lomo de un elefante”.ASAMBLEAS Y CONFERENCIAS PÚBLICAS MOTIVADORAS
Las conferencias públicas quizás fueran el rasgo sobresaliente de la actividad de predicar en aquel tiempo. ¡Y vaya temas se escogían! Por ejemplo, en Ibadán se anunciaba una conferencia titulada: “Basta de ingresos para el clero, véase Ezequiel 34:10; basta de ropas largas para engañar, véase Zacarías 13:4”. No es de extrañar que los hermanos provocaran la cólera del clero.
Paulatinamente, las asambleas también estaban desempeñando un papel más importante y aumentaban de tamaño. Los hermanos las esperaban como verdaderos banquetes espirituales. ¡Cuántos esfuerzos hacían para asistir! Jacob Ajakaiye dice que él y otros dos ‘anduvieron una distancia de 240 Km. (150 millas), desde Kabba hasta Ilesha, viajaron en un camión desde Ilesha hasta Ijebu-Ode y tuvieron que regresar a casa de la misma manera’. El hermano Egbenoma recuerda haber andado 58 Km. (36 millas) para asistir a una asamblea en Sapele. El hermano Emeghara hizo un
arduo recorrido de 113 Km. (70 millas) desde Aba a otra asamblea que se celebraba en Calabar.El viajar esas largas distancias era cansado y peligroso. Por ejemplo, los hermanos Brown y Otudoh escaparon por muy poco de unos ladrones armados con cuchillos y machetes en la carretera de Benín City a Agbor. Evitaron la barricada desviando a un lado el automóvil y luego tuvieron que conducir a toda velocidad para escapar de los bandidos que los perseguían.
UN INSTRUMENTO PODEROSO PARA ESPARCIR LAS BUENAS NUEVAS
En enero de 1936 apareció un nuevo equipo y una nueva técnica: el automóvil con equipo sonoro. Dejemos que el hermano Brown nos hable de ello:
“Es muy agradable entrar por primera vez en una aldea con el automóvil con equipo sonoro. Todo el mundo se queda atónito mirando [...]. Siempre preguntamos dónde está el centro de la aldea, y desde allí operamos. Empezamos poniendo un disco de cánticos de música animada. De todas partes empiezan a acudir personas al automóvil. En algunos lugares, los granjeros están a más de un kilómetro de la aldea, arando los campos, y al oír la voz procedente de los discos, miran alrededor y hacia el cielo para ver de dónde viene la voz de Dios. Al no ver a nadie, se apresuran hacia la aldea. Después de la conferencia anunciamos los libros y folletos; entonces se abalanzan [...]. Algunos días hemos distribuido más de 1.400 folletos por el valor de 1 penique cada uno.”
Para entonces había en el África occidental 250 publicadores, incluyendo 38 precursores y 28 auxiliares.
MÉTODOS DE PREDICAR POCO CORRIENTES
Para esparcir el mensaje del Reino se utilizaba cualquier método disponible: carteles sostenidos en lanzas, discos fonográficos, el automóvil con equipo sonoro y megáfonos. Estos megáfonos, algunos de los cuales eran bocinas de gramófonos antiguos, empezaron a utilizarse por todo el país tan pronto como los hermanos se dieron cuenta de los excelentes efectos que estaba produciendo el automóvil con equipo sonoro. Por supuesto, las reacciones eran variadas. Igual de variadas eran las técnicas que utilizaban los que usaban los megáfonos y los lugares poco comunes que escogían como puntos estratégicos desde donde ponerlos en funcionamiento.
En la División Opobo, en la parte sudoriental de Nigeria, Peter Udosen Mkpong subía a un árbol a las cuatro de la mañana con un megáfono y valiéndose de él cantaba unos cánticos seguidos de enseñanza bíblica. Él obtuvo buenos resultados. Por otro lado, cuando Daniel Uwaekwe y sus compañeros intentaron utilizar las bocinas en Isiekenesi, las personas los atacaron con palos, machetes y otras armas.
PRUEBAS DE LEALTAD
En ese tiempo, la sucursal del África occidental se estaba beneficiando de los ajustes que desde 1938 se estaban poniendo en vigor por todo el mundo para pulir la organización. Las compañías (congregaciones) gradualmente se reorganizaron para ajustarse al modelo
teocrático delineado en las Escrituras, y la Sociedad empezó a hacer directamente todos los nombramientos de siervos. Esto exigió mayor sumisión individual a las instrucciones de la organización. Exigió lealtad completa al orden teocrático. Y fue esta lealtad la que, más o menos para ese tiempo, se puso a prueba.En 1939 S. A. Adediji, quien para entonces trabajaba en la oficina sucursal, recibió un artículo que afirmaba que el Señor Jesucristo no estaba presente. Una carta aclaratoria pretendía hacer ver que venía de la central de la Sociedad y decía que se leyera en las diversas congregaciones en un momento determinado. El hermano Brown estaba fuera temporalmente. Adediji sabía que el artículo había venido de un apóstata canadiense llamado Salter. Él sabía que en The Watchtower del 1 de junio de 1937 se informó que Salter había sido expulsado y que se había decidido “destruir sin leer cualquier literatura de ese tipo recibida por correo o de otra manera”. No obstante, Adadiji envió instrucciones para que se leyesen y discutiesen copias de ese artículo en cada congregación de Nigeria durante una de las reuniones. Esto hizo mucho daño en algunas congregaciones. Con el tiempo, la tendencia que Adediji había manifestado en ese caso lo hizo apartarse de la organización y se hizo de nuevo clérigo anglicano.
En contraste, algunos de los hermanos que recibieron la carta rehusaron leerla a la congregación, porque reconocían que era fraudulenta. El que estuvieran alerta y fueran leales, fue una ayuda para proteger el rebaño.
Para 1940, “el pequeño” llegó a ser mil en Nigeria. Había 1.051 alabadores activos de Jehová. (Isa. 60:22.) Pero les esperaban severas presiones.
LA GUERRA MUNDIAL OCASIONA RESTRICCIONES
El estallido de la II Guerra Mundial ocasionó en muchos países severas pruebas para los testigos de Jehová. El 10 de mayo de 1940 se emitió un decreto que prohibía importar en Nigeria publicaciones de la Watch Tower, alegando que contenían información sediciosa e indeseable. Pero ¿quiénes encontraban “indeseables” aquellas publicaciones? No era la gente común, sino el clero, pues sus diversas organizaciones habían sido expuestas en ellas como fraudes religiosos. Así que utilizaron su vieja táctica de presionar al estado para que se opusiera y obstaculizase el mensaje del Reino.
Aunque la prohibición del gobierno se emitió el 10 de mayo, se consideró “de carácter retroactivo, entrando en vigor el 13 de marzo”. ¿Por qué? Porque el 14 de marzo llegaron de Nueva York 15.450 ejemplares del libro Enemigos en yoruba. Y ese era un libro que el clero temía de manera especial.
Cuando el hermano Brown se entrevistó con el gobernador para tratar el asunto, este le comentó que le molestaba la manera en que el libro denunciaba a la jerarquía católica, y afirmó que la Iglesia había hecho cosas buenas en Nigeria. De ahí se derivó una conversación sobre la que el hermano Brown más tarde informó:
“Le dije que las personas que han leído la literatura son mejores cristianos y más observantes de la ley que los demás. También señalé que por toda Nigeria los oficiales reconocen su buena conducta. Me miró cara a cara con el ceño fruncido y esbozando una sonrisa dijo: ‘Señor Brown, usted sabe que estamos esperando un conflicto, y si mucha gente lee sus libros se harán cristianos y no participarán. Después de la guerra se levantará la proscripción de los libros’.”
ARRESTOS Y RECURSOS
Para 1940 ciertos oficiales de distrito y algunos policías rurales ya empezaron a arrestar a los hermanos por distribuir literatura. En Ilesha se arrestó a unos hermanos, pero fueron absueltos por el juzgado correccional o de paz de Ile Ife, y el fiscal fue reconvenido por su excesivo celo. Cuando el hermano Owenpa fue arrestado en Sapele y todos sus libros fueron confiscados, aconsejó a los hermanos que siguieran predicando solo con la Biblia.
En Lagos, la policía también arrestó a unos publicadores que testificaban de casa en casa. El 31 de julio de 1941 confiscaron siete camiones cargados de libros y 700 discos de la oficina de la Sociedad. Aunque se sobrentendía que esta literatura les sería devuelta cuando terminara la situación de emergencia, en 1943 se quemaron oficialmente más de 250.000 unidades ante el asombro general del público. Un periódico de Lagos, The Daily Service, claramente dijo que “la destrucción de estos libros es totalmente injustificable”.
Los hermanos siguieron presentando recursos al gobierno para que se levantase la proscripción, pero las únicas concesiones que se les hicieron fueron a nivel individual: les permitieron conservar sus propias bibliotecas privadas. De modo que ahora los testigos de Jehová solo podían utilizar la Biblia en su ministerio público, y la usaron a cabalidad. Además de eso, se valieron de los periódicos locales para anunciar la teocracia. En el West African Pilot, había una sección especial bajo el encabezamiento “Opinión Pública”, y en esta sección aparecían con regularidad artículos presentados por el hermano Brown. Los hermanos también se las arreglaron para imprimir localmente miles de hojas sueltas (tratados) en inglés y en yoruba para darles amplia distribución. Sin embargo, lo que particularmente dio fruto fue el programa de conferencias públicas y de estudios bíblicos personales. Estaban entrando cientos
de nuevos discípulos. Vamos a presentarles a algunos de los que recibieron la verdad durante la guerra y que después sirvieron en la oficina sucursal o como superintendentes viajantes.SALIERON DE LA GUERRA
En 1943, a los 19 años, Asuquo Akpabio vio por primera vez a los testigos de Jehová pronunciando conferencias al aire libre en Itu, cerca de Calabar. Junto con sus amigos intentó interrumpir las reuniones de los Testigos. Pero no por mucho tiempo. Primero, sus amigos empezaron a mostrar interés por lo que oían en las conferencias y comenzaron a estudiar con los Testigos. Luego, sin contar ya con su apoyo, sus observaciones en contra de una de las conferencias fueron acalladas por alguien del auditorio que gritó: “¿Por qué está dando coces contra los aguijones?”. Asuquo se marchó; pero los Testigos le visitaron al día siguiente y se comenzó un estudio bíblico. Aquel mismo año, tanto él como sus amigos se bautizaron. Recordando aquellos acontecimientos, comenta: “Llegamos a ser predicadores y nos encaramos a la misma oposición que habíamos causado. Tuvimos que aguantar constantes agresiones por parte de los sacerdotes y miembros prominentes de la Iglesia”.
Samuel Opara se bautizó en 1943, a la edad de 13 años. Había estado recibiendo educación religiosa del hermanastro de su madre, quien era maestro de escuela y pastor de la Iglesia Africana local, a pesar de ser bígamo. Al leer los libros de J. F. Rutherford, este pastor quedó convencido por el sonido de la verdad y llegó a ser testigo de Jehová. Por lo tanto, Samuel también aprendió la verdad y empezó una carrera de fiel servicio que le acarreó mucha oposición de parte de sus familiares y conciudadanos.
También estaba Albert Olugbebi, quien se bautizó en 1945. El padre de Albert le había enseñado la verdad, pero más tarde fue expulsado de la congregación por
poligamia. Sin embargo, Albert continuó firme, y a pesar de la fuerte oposición de su padre, llegó a abandonar una prometedora carrera en el campo de la administración pública para ser precursor.Para 1946 había terminado la guerra, y los Testigos de Nigeria se regocijaron de ver cuánto había bendecido Jehová a su pueblo. Habían pasado seis años difíciles, y sin embargo, de los 636 que eran en 1939 aumentaron a 3.542 en 1946. Parecía que ahora era el tiempo oportuno para luchar a fin de que se levantase la proscripción impuesta a la literatura de la Sociedad.
SE ACEPTA SU RECURSO
El 1947 Yearbook lo describe de la siguiente manera: “A principios de este año se recibió información de la central diciendo que en algunas partes del Caribe se había tenido éxito al presentar un recurso firmado por el público en general en el que se hacía una petición a favor de los testigos de Jehová. Decidimos seguir su ejemplo, [y conseguir que] unos cuantos [...] miembros del Consejo Legislativo trataran el asunto en una reunión que se tenía que celebrar el 18 de marzo de 1946. [...] Apenas teníamos quince días para llevar todo a cabo, pero los hermanos trabajaron duro y pudieron conseguir más de diez mil firmas de personas pertenecientes a la clase instruida. [...] Las autoridades se quedaron atónitas al ver los nombres de casi todos los ciudadanos importantes [...]. [Dos meses después], la proscripción fue revocada, lo cual resultó en el gozo de los hermanos y del público en general, que nos daban ánimo en todas partes. El 18 de mayo de 1946 el gobierno publicó la noticia en el boletín oficial, y a la mañana siguiente la prensa local lo difundió con grandes titulares”.
Los hermanos escribieron inmediatamente al gobierno solicitando que se les devolviese la literatura confiscada y recuperaron lo que no había sido destruido por
la policía. Entonces, en las asambleas “Naciones alegres”, que se celebraron en diciembre, y en las que hubo una asistencia combinada de más de cinco mil personas, gozosamente recibieron los nuevos libros “Sea Dios veraz” y “Equipado para toda buena obra”.LLEGAN LOS PRIMEROS GRADUADOS DE GALAAD
En junio de 1947, con la llegada de los primeros graduados de Galaad a Sierra Leona, la Costa de Oro (actualmente Ghana) y Nigeria, se abrió un nuevo capítulo en la obra de los testigos de Jehová en el África occidental. Fue una ocasión realmente gozosa cuando el hermano Brown, en nombre de la familia Betel de Lagos, dio la bienvenida a Ernest V. Moreton y Harold Masinick, del Canadá, y a Anthony C. Attwood, de Inglaterra. Desde entonces, otros 51 misioneros no nigerianos han servido aquí en diferentes épocas.
Con la ayuda de misioneros entrenados, la oficina sucursal y la organización del hogar Betel se ajustaron más al procedimiento seguido en la central de Brooklyn, Nueva York. Las 201 congregaciones se agruparon en 11 circuitos, cada uno de ellos atendido por un siervo para los hermanos (superintendente de circuito). Entre estos estuvieron: Samuel Ladesuyi, Asuquo Akpabio, Joshua Owenpa y Amos Wosu. Empezaron a celebrarse asambleas de circuito semestrales supervisadas por un superintendente de distrito nombrado, que, en aquel tiempo, era un graduado de Galaad.
La Reunión de Servicio y la Escuela del Ministerio Teocrático celebradas en cada congregación también empezaron a proporcionar un entrenamiento más eficaz a los hermanos para ser maestros fructíferos de la Biblia. En lugar de la amplia proclamación que se había efectuado anteriormente mediante el automóvil con equipo sonoro y los discursos grabados, se dio más énfasis a la actividad de predicar y enseñar efectuada por el ministro individual.
LLEGANDO A CONOCER A LOS MISIONEROS
Los hermanos estaban ansiosos por conocer a los nuevos misioneros, los primeros hermanos de raza blanca en Nigeria. Pronto tuvieron la oportunidad de familiarizarse con el hermano Attwood, cuando este acompañó al hermano Brown a cuatro asambleas de circuito. Los que no eran Testigos también sentían curiosidad por estos recién llegados.
Una experiencia típica de cómo reaccionaban los hombres de la aldea, fue la que tuvo John Charuk, un misionero que llegó después. Él explica: “Mientras caminábamos hacia mi lugar de alojamiento [en Umutu] [...] la mitad de la aldea nos estaba siguiendo y finalmente casi todos los habitantes se habían reunido para ver al hombre blanco y el lugar donde se iba a hospedar: una humilde casa africana [...].
“El sábado por la mañana unos cincuenta hombres, mujeres y niños me siguieron para contemplar con sus propios ojos el increíble espectáculo de un hombre blanco predicando el evangelio en sus hogares con la ayuda de un intérprete [...]. El domingo, a pesar de la lluvia, se bautizaron 21 nuevos Testigos y hubo una asistencia de 794 personas que prestaron profunda atención a la conferencia pública. Dos semanas después oí que seis vecinos habían quemado o “ahogado” sus yuyus [los habían arrojado al río] y ahora eran publicadores del Reino.”
También se produjeron reacciones tanto en Lagos como en otras ciudades grandes. El hermano Attwood dice: “Fuimos las primeras personas blancas que entramos en Nigeria como testigos de Jehová. [...] De modo que es fácil imaginar que otras personas blancas de Nigeria, especialmente oficiales gubernamentales, estuviesen [...] un tanto preocupados por [nuestras actividades]. El hermano Brown les había ocasionado muchos dolores de cabeza. Su intrépida predicación por todo el país no era algo de lo que hubiesen disfrutado mucho... y el tener ahora a alguien de Inglaterra llevando a cabo
la misma clase de actividad, les resultaba algo desagradable”.VIENE EL HERMANO KNORR
A finales del mismo año en que llegaron los primeros misioneros, el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, junto con su secretario, M. G. Henschel, visitaron Nigeria por primera vez. Verdaderamente, ese fue uno de los acontecimientos más destacados del año. El hermano Knorr pronunció una conferencia pública en Lagos, y ambos asistieron a una de las dos asambleas que se organizaron para su visita. En conjunto, en Ibadán y Lagos hubo 10.000 personas que oyeron la conferencia del hermano Knorr titulada: “El Gobernador permanente de todas las naciones”. Ciertos contratiempos que
surgieron en el camino les impidieron llegar a la otra asamblea en el territorio de los ibo. Pero los hermanos Attwood y Moreton consiguieron cruzar el río Níger en canoa, y después de un viaje a altas horas de la noche en camión, llegaron a Enugu para servir en aquella asamblea.En la asamblea de Ibadán se anunció el nombramiento del hermano Attwood como superintendente de sucursal. El hermano Brown había servido fielmente durante 25 años, pero ahora, el gran incremento de trabajo en la oficina sucursal, aunado a su edad y a su debilitada salud, hizo aconsejable que alguien más joven llevara el peso de la carga. Los hermanos Moreton y Masinick, que al principio servían en el campo en Lagos, también fueron invitados para trabajar en la oficina sucursal.
LA POLIGAMIA PLANTEA PROBLEMAS
Desde 1934, cuando algunos individuos mostraron objeciones al requisito de la monogamia entre los testigos de Jehová, la cuestión de la poligamia siguió planteando problemas a los hermanos. Muchos de los que se habían asociado con la organización de Jehová seguían teniendo varias esposas. Entre estos estaban algunos hermanos prominentes que aplicaban mal el texto de 1 Corintios 7:20: “En el estado en que cada uno fue llamado, permanezca en este”.
Sin embargo, The Watchtower del 15 de enero de 1947 (La Atalaya del 1 de junio de 1947), unos meses antes de la visita del hermano Knorr a Nigeria, explicó que la norma bíblica de que cada esposo tuviese una sola mujer se tenía que sostener en todo el mundo. Entonces se envió una carta a las congregaciones dando un plazo de seis meses para que los polígamos pusieran su vida en consonancia con la Biblia o, de lo contrario, perderían sus privilegios. La mayoría de los hermanos se sintieron muy felices de observar la posición tan firme que adoptaba la Sociedad para estar en conformidad con los principios bíblicos.
Pero ahora cientos de Testigos se encaraban a una decisión: ¿Renunciarían a una práctica por tanto tiempo establecida y aceptada por la sociedad en que vivían, en pro de las normas cristianas, normas que algunos de ellos solo habían conocido desde hacía unos cuantos años o meses? ¿Podrían resistir la burla de amigos y la enconada oposición de sus familias? Hubo quienes abiertamente expresaron sus dudas de que los testigos de Jehová pudiesen tener éxito en unas cuestiones en las que las iglesias habían fracasado. Muchas personas mundanas predijeron que si los testigos de Jehová intentaban abolir la poligamia de sus filas lo que abolirían sería las mismas filas.
Rememorando lo que sucedió cuando el hermano Knorr habló aquel año en Ibadán y Lagos acerca de las directrices de la Sociedad sobre la poligamia, el hermano Moreton escribió: “Johnson Adejuyigbe, de Akure, tenía tres esposas y diez hijos. Allí mismo, en la cabaña [el lugar de asamblea], tan pronto como esta se desocupó, puso a sus esposas frente a él y les dijo lo que se había de hacer, y zanjó sus asuntos inmediatamente”.
Richard Idodia narró sus propias reacciones a la conferencia que pronunció ese mismo año el hermano Attwood en una asamblea de distrito celebrada en Warri unos meses antes. Dijo: “Yo no esperé que transcurriesen seis meses antes de despedir el excedente [de esposas], y quedarme sólo con una”.
No obstante, hubo quienes no vieron claramente que esta instrucción venía de la Palabra de Dios. Por ejemplo, Asuquo Akpabio relata que el hermano en cuya casa se alojaba en Ifiayong le despertó a medianoche y le exigió que cambiase el anuncio respecto a la poligamia. Debido a que rehusó hacerlo, su anfitrión le echó fuera aquella misma noche bajo la lluvia torrencial. Sin embargo, la poligamia fue pronto eliminada de las congregaciones y muy pocos fueron los que abandonaron la verdad por esa causa.
SE EMPRENDE UN PROGRAMA DE ALFABETIZACIÓN
Hacía mucho que se reconocía que el analfabetismo era un enorme problema. En 1946 el hermano Brown calculó que de los veintitrés millones de habitantes que tenía Nigeria, apenas un millón sabían leer y escribir, y solo el dos por ciento de las personas que vivían en el norte podían hacerlo.
Aunque entre los testigos de Jehová la proporción de los que sabían leer era mayor, también había mucho analfabetismo. Esas personas habían aprendido la verdad de la Palabra de Dios solo de haberla oído predicar. Para poder participar de manera más eficaz en el ministerio necesitaban aprender a leer. En octubre de 1949 se empezaron a celebrar clases de alfabetización en todas las congregaciones utilizando manuales preparados localmente por la Sociedad. Esta campaña de alfabetización sigue llevándose a cabo hoy en día.
CABAÑAS DE BAMBÚ E ÍDOLOS ROTOS
Debido a que con el transcurso de los años la asistencia a las asambleas era cada vez mayor, surgieron dificultades para encontrar salas lo suficientemente grandes como para celebrar asambleas de distrito. De modo que los hermanos construían normalmente en algún claro rodeado de espesa vegetación tropical enormes cabañas hechas de bambú, hojas de palma y esteras de juncos tejidas en la localidad. A veces la asistencia a las reuniones públicas alcanzaba cifras asombrosas, porque el pueblo entero acudía a escuchar la conferencia. Por ejemplo, en una asamblea celebrada en Obiaruku, en la región del centro-oeste de Nigeria, tan solo había 300 hermanos, pero la asistencia fue de 4.626 personas.
En febrero de 1949, las personas recién interesadas que asistieron a la asamblea de circuito celebrada en Okpara Waterside pidieron a los hermanos que les acompañasen a sus hogares con el fin de quitar sus dioses idolátricos. La asamblea prácticamente acabó con el
fraude religioso de los sacerdotes fetichistas de aquel pueblo. En otro pueblo, un rey nativo que solía perseguir a los hermanos fue destronado y echado del pueblo por la gente enfurecida debido a su gobernación corrupta. Cuando los hermanos se reunieron para una asamblea de circuito, los jefes les cedieron el palacio desocupado para que celebraran allí las sesiones de asamblea y al mismo tiempo sirviera de alojamiento para muchos de los visitantes.HASTA LA VISTA, “BROWN DE LA BIBLIA”
Después de 27 años de servicio en el África occidental, el 4 de abril de 1950 el hermano Brown y su familia partieron de Nigeria para ir a Las Antillas. Un miembro del Consejo Legislativo que también era redactor jefe del Daily Times, consideró que era algo que merecía publicarse. En un artículo titulado “‘BROWN EL DE LA BIBLIA’ NO DICE ADIÓS, SINO HASTA LA VISTA”, comentó: “Actualmente Brown ‘el de la Biblia’ se ha convertido en una institución y es el amigo de todos, de jóvenes y de mayores, de europeos, de africanos y de libaneses, hasta de aquellos que no concordaban con él y que odiaban su propaganda religiosa. [...] Lagos echará de menos la bien conocida figura de Brown ‘el de la Biblia’, y todos sus amigos les desean a él y a la señora Brown buena suerte en su nuevo hogar en las islas del Caribe”. Diez años más tarde, al tiempo de las celebraciones de independencia de Nigeria, el gobernador general los invitó a regresar a Nigeria de visita, como invitados del gobierno debido a que guardaba un grato recuerdo de la buena labor efectuada por Brown ‘el de la Biblia’.
En 1950, en su carta de despedida al hermano Brown, los hermanos expresaron que “el decir que ‘un hombre se ha convertido en miles’ no son palabras vanas”. En efecto, la cantidad de publicadores del Reino en Nigeria había aumentado a 8.370. Jehová estaba bendiciendo Su obra en este país de una manera palpable.
¡MISIONEROS AL CAMPO!
Los misioneros de Galaad siguieron donde el hermano Brown lo había dejado, y tuvieron experiencias maravillosas sirviendo en las asambleas como superintendentes de distrito. Viajaron en avión, en automóvil, en camión, en canoa, en bicicleta y, a menudo como Jesús, a pie. Sus asignaciones les sacaron del sendero trillado y les llevaron a aldeas ubicadas en las profundidades de las densas selvas lluviosas, la espesura, donde parecía que el tiempo se había detenido por cientos de años y donde dominaba la adoración fetichista pagana del yuyu y las sociedades secretas ejercían un poder casi ilimitado.
Al ir a Aka Eze para una asamblea de circuito, John Charuk, que había llegado con su hermano Michael a Nigeria procedentes del Canadá al graduarse en Galaad en 1949, informó:
“Vi que la gente de Aka Eze [...] se sentía feliz de seguir viviendo en condiciones primitivas. Todas las casas eran chozas redondas de barro con techos de forma cónica hechos de hierba. No había ningún pozo y la única agua para beber era la de un pequeño riachuelo poco profundo donde todo el mundo se baña [...]. Sin embargo, los hermanos han edificado su propio cercado en las afueras de la aldea y lo mantienen muy limpio. Tienen un buen Salón del Reino y han plantado flores y matorrales alrededor [...]. Después de la conferencia pública a la que asistieron 990 personas, varios hicieron la siguiente observación: ‘Nosotros también tenemos que hacernos testigos de Jehová’.”
DIOSES IMPOTENTES
Conforme la verdad iba penetrando en zonas remotas, cada vez más personas estaban siendo liberadas de la religión falsa y la idolatría. Esto no gustaba a las sociedades secretas ni a otros adoradores de ídolos, de modo que se opusieron a los hermanos. Pero de una manera u otra, generalmente se abría algún camino para rechazar
tal oposición. Por ejemplo, en Itu, donde tuvimos mucha oposición por parte de las sociedades secretas, el oficial del distrito, un hombre canadiense, advirtió a todos los jefes de su distrito que no luchasen contra los testigos de Jehová. Él dijo: “No son muchos, pero son poderosos. Han cambiado las leyes del Canadá. Nadie puede luchar contra ellos y vencer”. Esta declaración hizo que los jefes sintieran temor y muchos asistieron a la conferencia pública de la asamblea de distrito contra la que se habían opuesto, trayendo consigo a sus seguidores.En una asamblea de distrito celebrada en otra parte del país, un hombre que estaba muy metido en la adoración de demonios dio a conocer su deseo de ser liberado. Debido a que temía destruir sus dioses idolátricos, cuando ya había anochecido acudió a los Testigos y les pidió que lo hicieran ellos. Ya estaba bien adentrada la noche cuando unos cien hermanos llegaron a la casa del hombre. Prendieron fuego a la casa de los yuyus (fetiches), y un sinnúmero de ídolos y amuletos acabaron en las chisporroteantes llamas. Por medio de oráculos y sacerdotes inspirados por demonios, estos yuyus habían estado imponiendo restricciones innecesarias en las vidas de las personas. El hombre había gastado todo su dinero intentando satisfacer a estos dioses idolátricos. ¡Ahora estaba libre!
MÁS GRADUADOS DE GALAAD
En 1951 se vio que en Ibadán debería hacerse una testificación más organizada. Tenía una población de más de 320.000 personas, lo cual la convertía en la ciudad más grande de Nigeria. (En aquel tiempo la población de Lagos tenía algo más de 200.000 personas.) De modo que en el mes de abril se abrió una casa misional para ayudar a los publicadores locales. Los hermanos Charuk y Charlie Young, que habían llegado de Inglaterra con Wilfred Gooch, formaban parte de aquella familia misional.
A partir del 1 de septiembre de 1951 el hermano Gooch empezó a servir como superintendente de sucursal
en Lagos. Luego, en diciembre, el hermano Young empezó a participar en la obra del distrito con los hermanos Charuk, y después, cuando a sus compañeros no les concedieron nuevos visados y por lo tanto fueron asignados a Liberia, él llegó a ser el único superintendente de distrito. A partir de entonces, por más de diez años, el hermano Young viajó por todo el país, alojándose en las casas de los publicadores, tanto de las aldeas como de las ciudades, y sirviendo en las asambleas. Debido a esto, desarrolló una gran familiaridad con las personas y quizás el impacto personal que causó a tantísimos hermanos no haya sido igualado por ningún otro graduado de Galaad no nigeriano que haya servido en este país. Los hermanos experimentaron una gran pérdida cuando él y su esposa Anne regresaron a Inglaterra en abril de 1965.Pero resultó ser una causa de gozo el que tres de nuestros hermanos nigerianos (Asuquo Akpabio, Matthew Prighen y Reuben Udoh) se graduaran en la decimoctava clase de Galaad y regresaran para emprender su obra como superintendentes de circuito. Estos fueron los primeros nigerianos de un total de diecisiete que han asistido a la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
CONTRASTE ENTRE POLÍGAMOS
Las revistas de la Sociedad siguieron produciendo buenos resultados en la vida de las personas de corazón honrado. Una persona de ese tipo fue un jefe que se suscribió a La Atalaya y reconoció que ahí estaba la verdad. Pero no sabía qué tenía que hacer a continuación. Con el tiempo le visitó el superintendente de circuito y estudiaron La Atalaya en yoruba. Decidió hacerse testigo de Jehová, se separó de trece de sus catorce esposas y se bautizó.
Por otro lado, en una congregación que llevaba bastante tiempo establecida y que había estado haciendo muy poco progreso, se descubrieron algunos polígamos que habían mantenido en secreto su situación. Al ser expulsados, en conformidad con las instrucciones sobre expulsión delineadas en The Watchtower del 1 de marzo de 1952 (La Atalaya del 15 de julio de 1952), empezó a manifestarse de nuevo la bendición de Jehová sobre los hermanos. En unos cuantos meses la cantidad de publicadores subió repentinamente de 130 a más de 200.
También hubo bendiciones inesperadas en Ebute Metta, Lagos, cuando, un año después, algunos que muchos años antes habían seguido a un apóstata en defender la poligamia recobraron la visión espiritual. Albert Olih, un miembro de la familia Betel trató este asunto porque él era entonces el superintendente presidente de la congregación Ebute Metta. Así es como él lo relató:
“Un día vinieron a verme algunos miembros de [un grupo apóstata que se llamaba a sí mismo] ‘Jehovah’s Witnesses Organisation’. Querían saber cómo podían regresar a la organización teocrática. Dijeron que ya no podían concordar más con los otros miembros en cuanto al asunto de la poligamia. Les aconsejé que si estaban convencidos de que Jehová sólo está utilizando una organización visible en la Tierra debían salirse de entre ellos. De modo que un domingo por la noche 100 de ellos
entraron en nuestro Salón del Reino y declararon su posición a favor de Jehová. Era como si hubiese nacido una congregación en un solo día. Hicieron los ajustes necesarios en sus vidas.”REUNIONES PÚBLICAS AL ESTILO NIGERIANO
La obra del Reino siguió progresando con rapidez, y las conferencias públicas pronunciadas en las aldeas estaban produciendo excelentes efectos. La manera de organizar dichas conferencias refleja cómo era la vida en esta parte del mundo. Un superintendente de distrito las describió de la siguiente manera, comenzando con la llegada de los publicadores a la aldea:
“El grupo se separa [...] yendo todos de casa en casa excepto uno [con una gran bocina de metal (megáfono)] que anda por el centro del camino anunciando la conferencia pública [...]. [Más tarde] los Testigos [...] se dirigen a un gran espacio abierto en medio de la aldea, bajo un enorme mango. De una casa cercana sacan una mesa, [...] alguien proporciona una [lámpara de queroseno] [...]. Los Testigos forman un ordenado semicírculo delante del orador y pronto los aldeanos, unos trescientos o cuatrocientos, se arremolinan detrás [...]. Ya ha anochecido y todo está en silencio [...], mientras, con la Biblia en la mano, el orador remacha sus puntos.”
Cuando se empezaron a utilizar las películas de la Sociedad, estas reuniones públicas asumieron una nueva dimensión. Aldeas enteras acudían a verlas, engrosando la congregación local, formada por unos cuantos publicadores, hasta un auditorio de 500 o más. Se sentaban en la hierba, al estilo africano, frente a una gran pantalla elevada. En las asambleas de circuito con frecuencia había asistencias de hasta 8.000 personas.
PENETRAN EN TERRITORIO NO ASIGNADO
Para 1954 las campañas de predicar territorio no asignado durante los meses de mayo, junio y julio llegaron
a ser un rasgo anual regular de la obra de predicar. Aunque esos meses correspondían con una estación de fuertes lluvias, era una época en la que los hermanos, la mayoría de los cuales eran granjeros, podían dedicar mucho tiempo a la actividad de predicar, y además eran meses en que se podía hallar a las personas en casa.Durante tales campañas llegó a ser común el encontrar a “ovejas perdidas”, pero un grupo de hermanos disfrutaron de la extraordinaria experiencia de encontrar a toda una congregación de “ovejas perdidas”. Esto sucedió en una zona muy aislada del pantanoso delta del Níger, donde nunca antes habían predicado estos publicadores. Encontraron a un grupo de aproximadamente una docena de personas que regularmente estudiaban las publicaciones de la Sociedad y daban testimonio. Este grupo de estudio empezó a existir cuando un publicador se trasladó allí para continuar en su trabajo seglar. Cuando se marchó, ellos continuaron estudiando y predicando, aunque nadie de la oficina de la Sociedad sabía de la existencia de ese grupo hasta que fue “descubierto” durante la campaña de predicar en territorio no asignado.
En el norte de Nigeria se encontró otro grupo. Los hermanos de aquella zona habían recibido vagos informes de que había unas personas interesadas en una aldea donde todos los demás practicaban el culto religioso antiguo y tradicional. El publicador que vivía más cerca era un precursor especial que estaba a unos 64 Km. de distancia. Acompañado por el superintendente de circuito hizo un viaje especial en bicicleta para buscarlos. Después de perderse, finalmente llegaron al lugar casi exhaustos. Sin embargo, su esfuerzo fue recompensado al encontrar a más de 30 personas estudiando juntos alrededor de una Biblia. El único contacto previo que habían tenido con el mensaje del Reino había sido de palabra.
¿POSTRARSE O NO POSTRARSE?
Por varios años, los hermanos de los alrededores de Warri habían experimentado grandes dificultades por causa del asunto de miguọ —postrarse ante los hombres de más edad—, una costumbre practicada en la zona del delta. Algunos de los hermanos de más edad de esa zona habían decidido que el inclinarse ante hombres era incorrecto. La oficina sucursal había estado diciendo que cada persona tenía que decidir el asunto por sí misma. Pero varios hermanos de más edad siguieron prohibiendo a los más jóvenes que se postraran, hasta expulsando por “adorar ídolos” a los que lo hacían. Por otro lado, las personas de la localidad perseguían a los que rehusaban hacer miguọ por no observar dicha costumbre, y esto estaba estorbando el progreso de muchas personas interesadas que veían el asunto simplemente como una cuestión de mostrar el debido respeto.
Entonces salió The Watchtower del 15 de mayo de 1954 (La Atalaya del 15 de septiembre de 1954), respondiendo a la pregunta: “¿Debemos adorar a Jesús?”, con lo cual se zanjó la cuestión. Claramente mostró la distinción entre inclinarse en señal de respeto o saludo e inclinarse para adorar o en señal de lealtad. La vasta mayoría de los hermanos se sintieron satisfechos con esta explicación. Pero una pequeña minoría que por mucho tiempo habían adoptado una posición obstinada, ahora eran demasiado orgullosos para volverse atrás, y dejaron la organización.
MÉTODOS DE ORGANIZACIÓN MEJORADOS
Aunque en 1952 el gobierno había rehusado extender un visado al hermano Henschel, en noviembre de 1955 le permitieron visitar Nigeria de nuevo. Ese fue un factor que hizo que las asambleas “Reino Triunfante”, a las que asistió en Aba e Ilesha, resultaran ser muy especiales para los casi 34.000 que asistieron.
Después, hubo ajustes en las congregaciones y los circuitos con el fin de dar atención personal a los hermanos, ayudando a cada uno individualmente a avanzar hacia la madurez. Como en muchos circuitos aproximadamente el veinticinco por ciento de los publicadores no estaban bautizados, se introdujo un programa de enseñanza para ayudarlos a progresar hasta la dedicación y el bautismo. Las congregaciones fueron reorganizadas y fortalecidas al combinar grupos pequeños con otros de las inmediaciones que estuviesen más fuertes. También se redujo el tamaño de los circuitos para que los superintendentes de circuito pudieran hacer tres visitas cada año en lugar de dos, pudiendo así entrenar con más regularidad a los publicadores.
Para este tiempo era obvio que muchas congregaciones habían estado convirtiendo la celebración de la Conmemoración en un asunto público en la plaza del mercado. Hasta contaban como asistentes a los que pasaban. Esto engrosaba las cifras de asistencia y también conducía a incidentes y debates indecorosos con opositores. Las instrucciones que aparecieron en el Informador (ahora Nuestro Ministerio del Reino) pusieron fin a esto, lo cual resultó en que la cifra de la asistencia fuese inferior —24.330 en 1956 en contraste con 33.027 en 1955—, pero por otra parte se logró que la reunión fuese mucho más digna.
También se dio atención a la distribución de revistas. Los hermanos estaban empezando a darse cuenta del papel tan valioso que estas desempeñaban en esparcir las buenas nuevas. En enero de 1957 apareció el nuevo estilo en color de la revista La Atalaya en ibo y yoruba. Los hermanos estaban entusiasmados. Una congregación de Lagos aumentó su promedio de distribución de revistas de 0,7 por publicador en septiembre a 7,0 en enero. Un hermano salió un día a hacer la obra con las
revistas y en dos horas colocó 73 en un mercado. Otro informó: “Las personas corren detrás nuestro por la calle para conseguirlas”.Como las personas literalmente ‘corrían detrás nuestro’, se tenía que ejercer precaución en cuanto a quiénes se aceptaban como candidatos para el bautismo. A partir del 1 de enero de 1956, el superintendente de congregación recibió la responsabilidad de someter a examen a los candidatos para el bautismo y firmar una declaración que ellos tenían que presentar para poderse bautizar en la asamblea. Se requería que primero hubieran estudiado por completo el libro “Sea Dios veraz”, que fueran personas que hubieran estudiado durante por lo menos seis meses y que estuvieran satisfaciendo los requisitos cristianos básicos.
SE TOMAN MEDIDAS PARA QUE LOS MATRIMONIOS SEAN HONORABLES
En septiembre y octubre de 1956 se publicaron artículos sobre el matrimonio en The Watchtower que sirvieron de gran ayuda. (En La Atalaya aparecieron en enero y febrero de 1957.) En estos se abordaron problemas tales como el exorbitante precio de la novia, el matrimonio de prueba, las relaciones sexuales durante el noviazgo, así como el dejar de celebrar matrimonios sin haber rellenado los debidos documentos. Los matrimonios llevados a cabo según la costumbre tradicional ahora tenían que ser legalizados debidamente. Se empezó a utilizar un formulario de “Declaración de matrimonio”, y con el tiempo su uso se restringió a aquellos cuyos cónyuges no creyentes rehusaban registrar el matrimonio. No obstante, se subrayaron los mayores beneficios de contraer matrimonio bajo la Ordenanza Nigeriana de Matrimonio, en lugar de mediante el sistema consuetudinario de matrimonio, y esto resultó
en que personas de diversas partes del país fueran a raudales para registrarse.Un caso notable es el de un hermano de 99 años y su esposa de 55. Ellos ya estaban casados según la ley consuetudinaria, pero ahora uno de los periódicos informó: “Por treinta y cuatro años, un hombre y una mujer vivieron [juntos] y tuvieron siete hijos. Ayer [...] fueron declarados marido y mujer en el Registro Matrimonial de Lagos. El señor Edo [...] es miembro de la secta de los testigos de Jehová y los dos salen a predicar el evangelio”.
Desde entonces, con el transcurso de los años, muchos Salones del Reino por todo el país han sido reconocidos legalmente como centros para celebrar ceremonias de matrimonio. El gobierno reconoce a los ancianos nombrados de las congregaciones como ministros legalmente capacitados para registrar matrimonios en tales Salones.
ASAMBLEAS HISTÓRICAS DE LOS SIERVOS DE JEHOVÁ
A principios de 1958 tuvimos una asamblea verdaderamente histórica en Benín City. Por primera vez, hubo hermanos que hablaban diferentes idiomas reunidos en el mismo terreno de asamblea pero en cabañas separadas. Hubo nueve idiomas representados en esa asamblea, con una asistencia total de 19.731 y 740 bautizados. Entre los presentes para la conferencia pública estaba el Oba (rey tradicional) de Benín, Akenzua II, quien expresó su aprecio ante el auditorio.
Antes de terminarse el año de servicio, Nigeria estuvo representada en la asamblea internacional “Voluntad divina” en Nueva York por doce delegados, entre los que estuvieron dos estudiantes de Galaad que se graduaron el primer día de la asamblea.
Entonces, a principios de 1959 se hizo un estimulante llamamiento a todos los Testigos de Nigeria: “¡Vengan
a Ilesha del 12 al 15 de marzo!”. ¿Por qué? Para la asamblea nacional “Voluntad Divina” a la que asistiría el hermano Knorr, a quien en 1952 el gobierno le había negado la entrada en el país. El domingo, un auditorio de 27.926 personas, representando a 11 grupos lingüísticos, escucharon con profunda atención mientras hablaba sobre el tema “Una tierra paradisíaca mediante el Reino de Dios”. Los asambleístas también se deleitaron de recibir el nuevo libro De paraíso perdido a paraíso recobrado, el cual fue especialmente adecuado para África debido a sus problemas de analfabetismo.ESCUELAS ESPECIALES PARA SATISFACER NUESTRAS NECESIDADES
Cuando en septiembre de 1961 empezó en Lagos la Escuela del Ministerio del Reino para entrenar a superintendentes, se dio un paso adelante para capacitarlos con el fin de atender sus responsabilidades de manera más eficaz. Las clases para aprender a leer y a escribir también estaban produciendo buenos resultados. El programa había sido modernizado, y se habían suministrado mejores manuales de enseñanza. Los hermanos también fueron animados a cooperar con el programa gubernamental para aprender a leer y a escribir, y muchos aprendieron mediante dicho programa.
En 1952, un hermano que cuatro años antes no sabía leer aprendió a hacerlo tan bien que le nombraron instructor de las clases de lectura de su congregación. Ezekiel Ovbiagele tampoco sabía leer ni escribir cuando se bautizó en 1940. Se matriculó en la clase y aprendió; se hizo precursor, y para 1953 estaba lo suficientemente capacitado como para ser nombrado superintendente viajante.
Muchos que han aprendido a leer eran ya mayores y pensaban que no podrían hacerlo. Pero su deseo de leer
las Escrituras por sí mismos y de enseñar a otros volvió a despertar sus ansias de aprender. Una hermana de más de 60 años de edad que había estado enferma por más de 20 años, viajaba regularmente 8 Km. cada semana en canoa para asistir a su clase de lectura. Ella demostró su adelantamiento en una asamblea de circuito en 1952, cuando se puso en pie y leyó con afluencia de las Escrituras. ¡Qué alegría produjo tal progreso!Para 1961, varios miles de adultos habían aprendido a leer y a escribir mediante esas clases. Comentando sobre ello, el hermano Gooch dijo: “Los Salones del Reino se utilizan para celebrar clases de lectura a las que están bienvenidos todos los de la aldea”. Para ilustrar los resultados, mencionó la congregación de Umuochita, donde muchos aldeanos asistían a las reuniones de congregación porque el Salón del Reino se había convertido en su “escuela”. Nuestras cifras indican que entre 1962 y 1984, 19.238 adultos más aprendieron a leer y a escribir en las clases que dábamos en las congregaciones.
EL HERMANO GOOCH PARTE
En 1963, después de asistir a un curso especial de Galaad de 10 meses en Brooklyn, Wilfred Gooch fue asignado para servir como superintendente de sucursal de las Islas Británicas. Su esposa Gwen se reunió con él allí. Había servido en Nigeria durante 12 años y había contribuido notablemente a la estabilidad de la organización dentro de la oficina sucursal y en las congregaciones.
Woodworth Mills, que había servido en Nigeria desde 1956, le reemplazó como superintendente de sucursal. El hermano Mills, procedente de Trinidad, y su esposa Oris habían servido de precursores en Aruba antes de asistir a la Escuela de Galaad y luego venir a Nigeria.
UNA FE SÓLIDA EN MEDIO DE LA AGITACIÓN NACIONAL
Al conseguir la independencia, el país se vio plagado de problemas políticos y la situación económica se estaba deteriorando. En mayo y junio de 1964 hubo mucha agitación en el campo laboral, incluyendo revueltas así como huelgas de correo y portuarias. Esto era solo un anticipo de lo que iba a venir. Pero los testigos de Jehová no se mezclaron en estos acontecimientos. Se mantuvieron ocupados en la obra de dar testimonio del Reino.
Esa inestabilidad afectó las actividades en el servicio del campo. Pero los 35.039 publicadores hicieron lo que pudieron, y había grandes perspectivas de mayor progreso en la obra del Reino. Entre los que servían los intereses del Reino había muchos publicadores de edad avanzada que mostraban una fe sólida. Con confianza en Jehová, demostraron tener una fortaleza superior a lo normal. Por ejemplo, para asistir a la asamblea “Fruto del espíritu” celebrada en 1964 en Oshogbo, un hermano de 80 años anduvo 156 Km.
EL YUYU FALLA
En este tiempo había 1.919 hermanos participando en las diversas formas del servicio de precursor llevando la verdad a nuevas zonas y organizando congregaciones en aldeas remotas. A menudo se encaraban a oposición demoníaca, como sucedió en la aldea de Ago-Ṣaṣa.
Debido a que un precursor no prestó atención a las órdenes de marcharse de la aldea en un plazo de siete días, un sacerdote del dios tribual Sango le echó un maleficio. Al día siguiente hubo una tormenta fuera de temporada en las inmediaciones del Salón del Reino donde el precursor estaba estudiando en privado. Un rayo destruyó un árbol cercano y paralizó momentáneamente
al hermano. Unos cuantos días después, un hombre de la aldea le comentó lo siguiente: “Usted debe tener una medicina poderosa. Cuando el sacerdote de Sango le dejó, tomó cola amarga [la nuez de un árbol tropical] y un ave de corral e hizo un maleficio contra usted ante Sango. Sango le asestó un golpe a su Salón, pero usted sobrevivió. Hoy un rayo ha matado al sacerdote en su propia casa”.Para entonces, en Ago-Ṣaṣa solo se celebraba un estudio de libro de congregación; pero la gente del lugar que había oído al sacerdote amenazar al precursor consideraron aquello como una prueba del poder de los espíritus. Convencidos de la supremacía de Jehová, muchos de la aldea se interesaron en la verdad.
EMPIEZA UNA CRISIS
Las revueltas de 1964 resultaron ser solo una muestra de lo que tenía que venir. Durante 1965 se intensificaron los disturbios políticos, las sublevaciones por parte del ejército, el desafuero y la violencia tribual. Esto culminó el 15 de enero de 1966 en un golpe de estado provocado por los oficiales del ejército, golpe que colocó al país bajo las fuertes garras de un régimen militar.
Estos sucesos provocaron mucha presión contra la obra de predicar el Reino; sin embargo, abril de 1966 fue el primer mes en que se dedicaron más de un millón de horas en el servicio del campo y se formó la congregación que hacía la número 800. Es interesante notar que de 42.000 publicadores que informaron actividad en el servicio del campo en 1965, había 4.280 hermanos cuyas edades oscilaban entre 51 y 70 años; 808 tenían más de 70 años, y muchos de estos estaban entre los 5.460 que llevaban más de 15 años en la verdad. Estos hermanos habían demostrado tener una fe que perseveraba.
A mediados de 1966 había 1.514 publicadores y 26 precursores especiales en las provincias del norte. Estos son los que ahora experimentaron algunas de las dificultades más severas.
En mayo estallaron revueltas violentas que siguieron produciéndose de forma intermitente hasta octubre. Encolerizados por los asesinatos de sus líderes políticos y religiosos cometidos durante el golpe de estado y por la postura política de los líderes ibo, e irritados por los éxitos de los ibo que trabajaban en el norte, las tribus septentrionales se levantaron contra ellos, convirtiéndolos en el blanco de sus masacres. La mayor parte de los hermanos eran ibo y tuvieron que huir al sudeste, a sus ciudades natales. Aún así, mataron a unos veinte, entre los cuales había algunos siervos y precursores. Muchos perdieron todas sus posesiones. Dos Salones del Reino fueron quemados y otros dos seriamente dañados. Para mediados de septiembre la predicación de las buenas nuevas en el norte quedó prácticamente paralizada.
PROTEGIDOS POR SU NEUTRALIDAD
La Sociedad inmediatamente organizó unas medidas de socorro, enviando ropa y artículos de uso doméstico. Mientras tanto, la posición neutral de estos hermanos, aunada a la predicación que habían estado haciendo, les valió a muchos de ellos de protección.
Cuando los amotinados de Zaria irrumpieron en un cercado y empezaron a destruir los edificios, su líder en seguida los detuvo y dijo: “La gente que vive aquí no guarda ninguna conexión con nuestro problema político”. Él había visto a los hermanos y nuestras publicaciones en las casas.
En Kano, un hermano volvía andando a su casa con un compañero de trabajo cuando de repente fueron
rodeados por una chusma. El hermano fue derribado de un golpe. Mientras un hombre sacaba un cuchillo para matarlo, otro gritó: “¡Detente! ¡No lo toques! ¡Me predicó hace dos días!”. Otros concordaron en que el hermano no era uno de los que estaban buscando. Finalmente le dejaron, pero mataron a su compañero no testigo.ENFRENTÁNDOSE A LOS TIEMPOS DE CRISIS
En medio de la violencia que se estaba extendiendo por todo el país, 67.376 personas asistieron en noviembre de 1966 a tres asambleas de distrito “Hijos de libertad de Dios”. Sin embargo, la situación política estaba deteriorándose rápidamente. Tanto en el norte, el territorio de los hausa, como en el oeste, el de los yoruba, se estaba hostigando a los ibo. Hasta los miembros de habla ibo de la familia Betel fueron amenazados por el terrorismo, que iba en aumento. El territorio de los ibo, al este, estaba quedándose aislado.
Los hermanos Mills, Akpabio y Olih, de la oficina sucursal, visitaron la parte oriental de Nigeria durante el mes de abril de 1967. Dieron ánimo y consejo a los hermanos. Eso ocurrió justo a tiempo, pues precisamente al mes siguiente el país llegó a estar sumido en la guerra.
HACIENDO FRENTE A LA GUERRA
Los estados orientales proclamaron su escisión de la Federación de Nigeria el 30 de mayo, y crearon la República de Biafra. El estado de emergencia existente llegó a ser crítico. El ejército federal fue movilizado. Se impuso un bloqueo económico total contra la región del este, y se cortó todo tipo de comunicación telefónica, telegráfica y postal, así como el transporte por
aire y por carretera. Las tensiones explotaron hasta convertirse en una violenta guerra civil.A mediados de junio, antes de que la lucha llegase a escala global, los hermanos Mills y Akpabio hicieron una peligrosa visita de doce días de duración a Biafra. Celebraron reuniones con los hermanos y les ayudaron a ver la necesidad de mantener una estricta neutralidad cristiana y de estar cerca de la organización de Jehová. Se organizó un sistema de entregar correo a mano y de mandar instrucciones y suministros de literatura a Asaba, en la orilla occidental del río Níger. Se esperaba que desde allí todo esto se pudiese transmitir hacia el este. Pero para el 15 de agosto, la guerra se había extendido hasta el centro-oeste, y la oficina sucursal perdió el contacto con otros dos distritos y 22 circuitos de aquella zona. Esto fue un serio trastorno, pues el centro-oeste era la vía por la que entraban y salían los suministros espirituales y las comunicaciones
con los distritos orientales. Ahora esta vía estaba cerrada.Felizmente, esta situación resultó ser solo temporal. Sin embargo, aun durante ese tiempo, los hermanos de las zonas afectadas tenían un gran espíritu de precursor. Un hermano que era superintendente de distrito en el centro-oeste recuerda: “Hasta cuando perdimos contacto con la sucursal debido a la guerra en 1967, los publicadores estaban tan ansiosos de hacer el precursorado que tuvimos que formar un comité especial para hacer nombramientos provisionales en su caso”.
INTEGRIDAD Y AUMENTO DURANTE LA GUERRA
Como en Biafra ardía la guerra, los hermanos ibo no pudieron estar con los 47.452 asistentes a las asambleas de distrito “Haciendo Discípulos” celebradas durante diciembre de 1967 y enero de 1968. Pero estuvieron activos en la obra de predicar. Mediante los comunicados que se pudieron filtrar, se supo que en diciembre habían llegado a un máximo de 11.812 publicadores, y que para el siguiente mes de marzo se reunieron 16.302 en 217 lugares para celebrar la Conmemoración. En cierta zona, los hermanos solo pudieron conseguir una botella de vino, y cada congregación recibió unas dos cucharadas para la celebración.
Estos cristianos dedicados mantuvieron estricta neutralidad con respecto al conflicto. Mientras las autoridades del lado nigeriano generalmente no se oponían a ello, las autoridades de Biafra rechazaban cualquier posición neutral. Un oficial al mando de una división dijo: “Las personas que no están preparadas para contribuir a que se gane esta guerra de superviviencia deben estar listas para abandonar esta república”. Los periódicos de Biafra publicaron comentarios hostiles contra los hermanos, y hubo una oleada de instigación
que excitó la opinión pública contra ellos. El fuego de la persecución llegó a ser intenso.Conforme los enfrentamientos se iban acercando más y más a ellos, los hermanos iban retrocediendo hacia la maleza en grupos. Se trasladaban de un lugar a otro, y edificaban cabañas en las que celebraban diariamente reuniones bíblicas. Los no testigos que los observaban estaban muy asombrados de ver que cuando pasaban por propiedades abandonadas, no se ponían a saquear y ni siquiera comían yuca de las granjas abandonadas, aunque casi padecían de inanición. Cuando el alimento llegó a ser tan escaso que muchos de la población hambrienta llegaron hasta comer carne humana, los hermanos no lo hicieron. Confiando en Jehová, se mantuvieron vivos comiendo lagartos, serpientes, saltamontes, cualquier cosa que contuviese proteínas y que pudiese llenarles el estómago sin envenenarlos.
Durante todo ese tiempo los hermanos fueron cazados como animales. Muchos fueron arrastrados a la fuerza hasta los cuarteles del ejército y cuando rehusaban hacerse soldados los golpeaban brutalmente. Un precursor recibió 374 golpes. La declaración de un precursor joven de que él ya era un soldado de Cristo, le costó recibir un golpe en la cabeza mientras le decían: “Tu nombramiento como soldado de Cristo ha terminado; ahora eres un soldado de Biafra”. Valerosamente respondió: “Jehová todavía no me ha notificado que mi nombramiento como soldado suyo haya terminado, y mi nombramiento sigue en pie hasta que reciba tal notificación”. Siguió aguantando más trato brutal. Incluso le llevaron a la fuerza hasta el frente; pero como no tenía un número de alistamiento, el oficial al mando dijo: “No puedo luchar con un soldado no identificado”. Ordenó que le llevaran de vuelta al campamento
para que le dieran un número. En el camino, el soldado que fue enviado con él dijo: “Si quieres, puedes irte ahora. No tienes ningún número y nadie puede seguirte la pista”. El hermano le dio las gracias y se marchó.Otro hermano fue retenido y torturado en un refugio subterráneo en Atani, a la orilla del río Níger. Un hermano lisiado que había sido asignado para llevarle comida regresó con el informe de que aunque el hermano no tenía suficiente aire y estaba completamente empapado en sudor, estaba constantemente cantando alabanzas a Jehová. Animó a otros hermanos a ser valerosos. Después de unos días, murió cantando alabanzas a Jehová.
UN DIOS DE HECHOS SALVADORES
Tales experiencias enseñaron a los hermanos que Jehová fortalece a sus siervos para aguantar, aun hasta la muerte. Pero muchos sobrevivieron. Algunos escaparon después de pasar por experiencias como estas: Sal. 68:20.)
haber sido enterrados vivos, que un pelotón de ejecución les hubiese disparado, haber sido golpeados y abandonados creyéndoles muertos o que les hubiesen atado y prendido fuego. No es de extrañar que ahora hablaran de Jehová como de un Dios de hechos salvadores. (Las hermanas también sufrieron pruebas severas. Hubo soldados que trataron de violar a algunas de ellas. Pero cuando una hermana oró a Jehová, fingió tener un ataque de epilepsia y se desplomó, echando espuma por la boca, los soldados se dieron a la fuga. Al hermano Ekong, de Uyo Afaha Nkan, le dispararon cuando rehusó dejar que los soldados violasen a su hija, y a otros también los mataron porque tampoco dejaron que violasen a sus esposas o a sus hijas.
LOS SUPERINTENDENTES VIAJANTES AYUDAN
Los superintendentes de circuito estaban desempeñando un papel valeroso en edificar espiritualmente a los hermanos. Benjamín Osueke, que actualmente sirve en la sucursal de Lagos con su esposa, fue uno de ellos. Estos son algunos de sus recuerdos:
“Los Testigos resultaron ser los guardianes de sus hermanos en el sentido pleno de la palabra. Los hermanos procedentes de las zonas donde había muchos disturbios fueron acomodados por los que vivían en otras partes más tranquilas. Como las mujeres tenían un poco más de libertad de movimiento que los hombres, las hermanas proveyeron alimentos para los hermanos que se estaban escondiendo de los que iban reclutando a los hombres. Gracias a la ayuda de una precursora regular, pude visitar a varios grupos de publicadores que estaban escondidos en la maleza. Los otros superintendentes de circuito también estaban al tanto de localizar las zonas de la maleza donde los hermanos se
habían establecido, con el fin de visitarlos y ofrecerles estímulo espiritual. Los hermanos lo apreciaron y también corrieron riesgos a favor nuestro. Por ejemplo, Isaac Nwagwu me llevó en canoa por el río Otamiri con gran riesgo para él. Uno del grupo de publicadores que vino a verme partir exclamó: ‘Este es el mejor día de mi vida. Nunca pensé que viviría para volver a ver en esta vida a un siervo de circuito. Si muero ahora en el ardor de esta guerra, me siento satisfecho’.”Entre los superintendentes viajantes había seis graduados de Galaad que impartieron mucho estímulo y fortaleza. Los tres superintendentes de distrito actuaban como un comité para organizar y supervisar la obra. Se mantenían en contacto con los publicadores, recogían y compilaban los informes para el servicio del campo y organizaban asambleas de circuito. Pero ¿podían comunicarse con el exterior?
“PROVISIONES PARA TIEMPOS DE CRISIS” PROCEDENTES DE JEHOVÁ
A principios de 1968 las autoridades biafreñas asignaron a dos miembros de la administración pública para que ocuparan importantes puestos “delicados” en Europa y en la pista de aterrizaje de Biafra. Resultó que los dos eran buenos amigos. También eran testigos de Jehová, y ahora estaban en los dos extremos de la única vía de conexión entre Biafra y el mundo exterior. En el primer encuentro inesperado que tuvieron en Port Harcourt, en marzo de 1968, se dieron cuenta y hablaron de las posibilidades que les ofrecía su asignación para establecer comunicación entre los hermanos y la Sociedad.
Era una asignación muy delicada y arriesgada, pero estos hermanos reconocieron que aquella situación la tuvo que haber maniobrado Jehová. En reconocimiento
de este hecho, uno de ellos más tarde dijo que “todo aquello iba más allá de lo que cualquier humano pudiera haber planeado”, y no pudo haber ocurrido “por pura casualidad”. Se informó a las oficinas de la Sociedad en Lagos, Londres y Brooklyn, y comenzó un constante flujo de comunicación. Fue por estos mismos conductos que nuestros hermanos afligidos recibieron medidas de socorro enviadas a través de Gabón y Dahomey (ahora Benín).UNA FORTALEZA ESPIRITUAL SOBRESALIENTE
Las precarias condiciones físicas que atravesaban nuestros hermanos de Biafra llegaron a ser conocidas por el pueblo de Jehová en toda la Tierra. Su integridad también empezaba a conocerse, y esto estaba produciendo mucho estímulo a los que oían de ello. (Compárese con Filipenses 1:14.) Miles de hermanos que asistieron a la asamblea internacional “Paz en la Tierra” celebrada en 1969 en el estadio Yankee se emocionaron al oír esta experiencia:
“Un hermano, Christopher Utoh, fue uno de los jóvenes a quienes se prendió para servir en el ejército. Él rehusó violar su conciencia. Por esta razón le pegaron, le encarcelaron, le hicieron pasar hambre y le amenazaron con la muerte. Después de un agotador mes de tortura fue llamado a comparecer ante el oficial al mando de la división. A pesar de más amenazas, no pudieron quebrantar su firmeza. Finalmente, el oficial le puso en libertad con este decreto:
“‘A quien pueda interesar: El ministro de religión de tiempo completo cuyo nombre se menciona arriba ha sido eximido en este día de reclutamiento. Su exención se basa en motivos relacionados con su ministerio religioso y se pide a todos los implicados que le den todo el apoyo y la ayuda necesarios para que pueda llevar a
cabo sus responsabilidades como ministro ordenado de Jehová Dios.’”Pobres en un sentido material, hostigados y afligidos físicamente, pero espiritualmente fuertes, los hermanos mantuvieron integridad a Jehová, apego a Su organización visible y celo en el servicio del Reino. Entre estos se contaban los concienzudos precursores. Samuel Onyedire, quien entonces era superintendente de circuito, explica de ellos:
“Los masivos bombardeos aéreos, el que día y noche se acosara a muchachos y hombres físicamente capacitados y las campañas de movilización general no eran condiciones favorables, pero los precursores sabían que las buenas nuevas se tenían que predicar, tanto en condiciones favorables como desfavorables. De modo que muchos se apegaron a su comisión. También se dieron cuenta de que el servicio de tiempo completo les ayudaba a mantenerse despiertos y equilibrados en sentido espiritual. El comprender esto les dio fuerza interior y aguante para seguir adelante. Además, aprovechaban las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche para salir en el servicio, ya que los bombarderos normalmente empezaban sus ataques aéreos a partir de las diez de la mañana. También conducían estudios bíblicos en cualquier momento conveniente durante el día [...]. En el transcurso de las campañas de reclutamiento, los precursores aprovechaban toda oportunidad posible para predicar a los de las aldeas que se escondían en la maleza. Podían consolar a las personas frustradas, haciendo revisitas y hasta conduciendo estudios bíblicos en su ‘territorio móvil’. La gente estaba desconcertada. No podían comprender cómo era posible que alguien estuviera dispuesto a arriesgar su vida por esparcir su creencia. Pero los hermanos eran precursores felices.”
APOYO PROCEDENTE DE LAS ASAMBLEAS “PAZ EN LA TIERRA”
La serie de asambleas “Paz en la Tierra” suministró oportunidades para apoyar la fortaleza de estos hermanos asediados aunque perseverantes. Aún hoy, al mirar atrás, parece un milagro que dos de los superintendentes de distrito pudieran asistir a la asamblea celebrada en Londres en 1969. Sin embargo, aunque Biafra estaba aislada y era prácticamente imposible salir del país, se pudo conseguir que estos dos hermanos lo hicieran. Llegaron a la pista de aterrizaje de Uli amparados por la oscuridad de la noche y, corriendo grandes riesgos, subieron a uno de los aviones que había traído suministros de socorro a Biafra, volando hasta Londres vía São Tomé y Lisboa. Consultaron con el hermano Knorr y recibieron mucho estímulo cariñoso y consejos del hermano Franz. Se organizaron envíos de cargamentos de socorro que contuvieran alimento, medicinas, literatura y ropa para los hermanos que estaban en extrema necesidad.
La asamblea “Paz en la Tierra” de Nigeria se celebró en Ilesha en el mes de diciembre, en plena guerra. Aunque era una asamblea nacional, entre los 97.201 que asistieron solo hubo presentes unos cuantos hermanos ibo de Enugu; pero verdaderamente se regocijaron de estar entre tantos hermanos y de dar la bienvenida a los 3.425 que se bautizaron en aquella ocasión. Debido a su bien conocida neutralidad, el ejército federal cooperó plenamente con los delegados de la asamblea. No solo les concedieron permisos para circular sino que hasta emitieron instrucciones escritas ordenando a los soldados que guarnecían las barricadas: “Trátenlos con educación, ayúdenlos cuando sea necesario”.
SUMINISTROS DE SOCORRO
Los hermanos de las Islas Británicas e Irlanda estaban enviando suministros de socorro mediante los servicios de la Cruz Roja Internacional y otras organizaciones caritativas voluntarias que estaban dispuestas a volar para llevar dichos suministros a las víctimas de la guerra. La central de la Sociedad en Nueva York y la oficina sucursal de Londres también enviaron donativos que ascendieron a un total de 24.000 dólares. Durante todo el período de la crisis y después, la oficina sucursal de Lagos envió unas 36 toneladas de alimento, ropa y otros materiales.
Al regresar a Lagos de un viaje en el que se llevaron suministros de socorro y provisiones espirituales, el hermano Mills relató sus experiencias. Como resultado, muchos miembros de la familia Betel se ofrecieron como voluntarios para efectuar viajes similares con el fin de animar a los hermanos que estaban en campos de refugiados en las zonas devastadas por la guerra civil. De modo que la Sociedad envió a Asuquo Akpabio con un cargamento de suministros para que fuera a Calabar con un avión de la Cruz Roja. Gerald Bogard hizo un viaje similar en avión a Port Harcourt. También viajó Wendell Jensen, un norteamericano; él y su esposa Lois habían llegado a Nigeria en 1966 como graduados de Galaad. Jensen se las arregló para llegar a Port Harcourt con suministros de alimento, medicinas, ropa y literatura, pero fue interceptado por los soldados y tuvo que experimentar un áspero interrogatorio. Finalmente consiguió llevar los suministros a los hermanos de Port Harcourt y Aba.
Gösta Andersson, un misionero recién llegado, llevó más suministros necesarios a Enugu mediante un vuelo de la Cruz Roja. Después de andar por horas para localizar a los hermanos, y con soldados armados y
nerviosos por todas partes, finalmente pudo entregar los suministros. En una ocasión que se detuvo para tomar algo junto al camino, un soldado se le acercó corriendo apuntándole con el rifle. El hermano Andersson dice: “Le expliqué quién era y le mostré el permiso de las autoridades militares. Se retiró algo reacio, mirándome con sospecha, mientras yo recogía mis cosas y partía apresuradamente intentando esconder mi temor”. Pudo animar a los publicadores locales y, con una bicicleta prestada, se dirigió a una aldea donde los hermanos habían organizado una asamblea de un día de duración.ATRAVESARON UNA PRUEBA MUY DURA
De repente, y para la sorpresa de ambos bandos, el 15 de enero de 1970 terminó la guerra. A medida que los testigos de Jehová salían de sus escondites y volvían de nuevo a asociarse libremente con sus hermanos, explicaron experiencias maravillosas que demostraban la protección angelical y cómo fueron salvados por utilizar el nombre de Jehová y confiar en él. (Pro. 18:10.) Relataron los aterrorizantes efectos de los ataques aéreos. Describieron los horrores de la inanición prolongada y de la terrible enfermedad de kwashiorkor, la cual, según los informes, causó la muerte de por lo menos un millón de biafreños. Explicaron cómo, debido a ser testigos de Jehová, habían sufrido extremado hostigamiento y persecución por causa de las campañas de reclutamiento.
Casi todos los Salones del Reino de las zonas devastadas por la guerra habían sido saqueados. Unos 50 habían sido demolidos y otros 50 habían sufrido muchos daños debido a ataques aéreos y combates terrestres. Sin embargo, los hermanos habían salido de todo esto con su integridad intacta y su fe fortalecida. Apropiadamente, un superintendente de circuito hizo la
siguiente observación: “Resultaron [...] estar edificados con materiales incombustibles”. Samuel Onyedire, otro hermano que ha continuado fiel en el servicio de tiempo completo desde 1954, comentó: “Produce satisfacción reflexionar en cómo Jehová sostuvo a sus siervos durante los días turbulentos de la guerra. Él fortaleció nuestra fe, nos infundió valor. Damos gracias a los hermanos de todo el mundo cuyas oraciones a favor nuestro fueron contestadas de manera tan maravillosa”.LOS LÍDERES RELIGIOSOS SE ENTREMETEN EN LA GUERRA
El registro del clero de la cristiandad fue bastante diferente. Fue exactamente como escribió el columnista Akin Elegbe en el Morning Post del 10 de mayo de 1971: “Mientras rabiaba la crisis, la iglesia, para decepción de todos, [...] avivó las llamas que casi destruyeron [...] Nigeria”.
Clérigos de ambos bandos llamaron a esa guerra “la guerra de Dios”. El gobernante militar de un bando fue aclamado por un obispo protestante como el “Mesías del África Negra”, y fue animado por otro ministro a ‘obrar como Moisés y Josué’. Otro clérigo dijo que la guerra contra la rebelión tenía el “respaldo de la Santa Biblia y del Corán”. Líderes musulmanes la apoyaron diciendo: “La guerra es necesaria para la paz”. En el bando opuesto, obispos protestantes y católicos aclamaron a su dirigente militar como “nuestro Moisés”, y pidieron que se ayudara a “nuestros soldados y a la milicia en el frente, no solo con nuestras oraciones sino también con todo apoyo moral y material”. Las iglesias contribuyeron para conseguir armamentos y oraron al mismo dios para que sus respectivos bandos consiguieran la victoria. Los líderes religiosos de otros países también se pusieron de parte de un bando o de otro en el conflicto, creando gran confusión religiosa.
No es de extrañar que un gobernador estatal de Nigeria dijera que “la crisis de Nigeria se podía haber evitado si las iglesias y otras organizaciones cristianas hubieran desempeñado bien su papel”. Incluso se hizo una protesta oficial al Vaticano contra la Iglesia, la cual, según un escritor, “no escatimó ningún esfuerzo en su intento de dividir” Nigeria.
El propio clero hizo declaraciones en las que se condenaba a sí mismo. Por ejemplo, censurando el papel de las iglesias en la guerra, el pastor K. O. Balogun de la Asamblea Cristiana de Ibadán, dijo: “Los que se llamaron a sí mismos mensajeros de Dios han fallado. [...] Nosotros, los que nos llamamos ministros de Dios, nos hemos convertido en ministros de Satanás”.
Es comprensible que muchas personas de ambos bandos perdieran su fe en el clero. También, los reveses de la guerra y el incalculable sufrimiento y las dificultades que experimentaron les obligaron a reconsiderar su actitud para con los testigos de Jehová. En un tiempo de problemas y perplejidad como ese, solo los testigos de Jehová los habían consolado con un mensaje de verdadera esperanza. Solo ellos habían mantenido una valerosa posición neutral. No es de extrañar que para finales de la guerra las personas de corazón honrado empezaran a abrazar la verdad en grandes cantidades. Como más tarde informaron los hermanos: “Hasta los soldados nos llamaban para que les predicásemos. Sentían una medida de alivio cuando oían el mensaje del Reino de Dios”.
ALGUNOS PERSEGUIDORES SE HACEN HERMANOS
Un oficial militar que había intentado sin éxito obligar a los hermanos a tomar las armas —aunque otras personas religiosas habían cedido fácilmente— visitó a los testigos de Jehová después de la guerra para enterarse
de cómo podía llegar a ser uno de ellos. La integridad y neutralidad de los hermanos le habían convencido. Dijo lo siguiente: “He hallado la religión verdadera”. Él sólo fue uno de las veintenas de militares que recibieron ese beneficio debido a haberse fijado en la fidelidad del pueblo de Jehová.En un campamento biafreño de reclutamiento, un hermano joven rehusó alistarse para recibir entrenamiento militar a pesar de que le asestaron severas palizas. Fue llevado ante un pelotón de ejecución, le ataron a un poste y le dijeron que le dispararían después de contar hasta cuatro. Conforme el oficial iba pronunciando cada número, pausaba para permitir que el hermano cambiase de opinión. Pero él rehusó. Al contar hasta cuatro, fue ejecutado. Pero entre los presentes había un joven soldado que se sintió motivado a examinar su propia posición en vista del ejemplo de fe e integridad que acababa de presenciar. Él había sido criado como presbiteriano y creía que todos estaban adorando al mismo Dios. Ahora sabía que los testigos de Jehová eran diferentes. Tan pronto como terminó la guerra empezó a asistir a las reuniones de la congregación local y llegó a ser testigo de Jehová.
Muchos de aquellos hermanos actualmente sirven de precursores. Algunos hasta han llegado a ser superintendentes de circuito o a servir en Betel. De modo que aquellos años de pruebas difíciles no detuvieron el progreso de los testigos de Jehová. Al contrario, hubo un fenomenal aumento que hizo que el promedio de publicadores pasara de 37.392 en 1965 a 62.641 en 1970. Durante aquellos cinco años se bautizaron 24.486 nuevos discípulos en comparación con los 12.230 que se bautizaron en los cinco años anteriores. Efectivamente, Jehová había bendecido el aguante fiel de sus Testigos.
DESPUÉS DE LA GUERRA: REORGANIZACIÓN
Tan pronto como terminó la guerra, la oficina sucursal rápidamente reanudó la producción de publicaciones en ibo y efik, la cual había sido interrumpida. Los superintendentes de circuito y distrito asistieron a un curso especial de entrenamiento en Lagos. Al terminar dicho entrenamiento, los que habían venido del territorio de los ibo volvieron allí para ayudar a las 304 congregaciones reorganizadas y grupos aislados.
Mientras tanto, se estaban dando pasos para animar y reorganizar a los hermanos que vivían en las zonas devastadas por la guerra. El 8 de marzo, el superintendente de sucursal y otros miembros de la oficina empezaron una gira de nueve días de duración por el este, llevando once toneladas de literatura bíblica, ropa y alimento, que tanto necesitaban. Su visita resultó en mucho estímulo espiritual para los hermanos.
PRIMERA ASAMBLEA INTERNACIONAL
Ahora que las personas de todas partes del país podían viajar de nuevo sin estorbo, era el tiempo propicio para reunir a todos los hermanos en una gran asamblea. Esto se logró en la asamblea internacional “Hombres de Buena Voluntad” que se celebró en Lagos en diciembre de 1970. Resultó ser uno de los acontecimientos sobresalientes de la historia de los testigos de Jehová en este país.
El encontrar habitaciones para 100.000 Testigos de toda Nigeria presentó un enorme problema. Pero los hermanos fueron por toda la ciudad y los suburbios pidiendo a la gente que alojasen a los que vinieran a la asamblea. Los Salones del Reino se convirtieron en dormitorios. Se consiguieron edificios vacíos, fábricas, escuelas y garajes para utilizarlos como alojamiento. Cuando las muchedumbres llegaron a raudales a la
ciudad, de alguna manera nadie se quedó sin un sitio para dormir.Entre los delegados que vinieron de quince países estuvieron N. H. Knorr, F. W. Franz, M. G. Henschel y también Wilfred y Gwen Gooch. Para los visitantes extranjeros hubo que reservar casi todas las habitaciones de los hoteles de la ciudad. Cuando el agente de una importante compañía aérea internacional oyó que su firma iba a enviar unos representantes a Lagos, rápidamente les avisó: “¡No hay alojamiento! Cada habitación de hotel está ocupada por testigos de Jehová”. Le respondieron: “¿No los puede alojar en su propia casa?”. Él contestó: “¡Tengo a seis testigos de Jehová en mi casa!”.
Para proveer las instalaciones necesarias para la asamblea, se construyó una ciudad de bambú: diecisiete auditorios con sus respectivas plataformas, así como dormitorios, cafetería y otros departamentos. El programa se presentó simultáneamente en 17 idiomas. Hubo 121.128 personas presentes para el discurso público que se pronunció el último día. ¡Fue verdaderamente emocionante! El bautismo en sí fue un acontecimiento descomunal: se bautizaron 3.775 nuevos testigos, a un promedio de veinte por minuto.
A los hermanos ibo se les dio una calurosa bienvenida, con cariñosos abrazos y lágrimas de gozo. Muchos de ellos habían sido ayudados a llegar a la asamblea mediante las contribuciones de hermanos de toda Nigeria y del extranjero. Lloraron de gozo a medida que bebían las refrescantes aguas de la verdad y saboreaban la edificante asociación que les había sido negada por más de dos años. Después de la asamblea, algunos de los delegados extranjeros viajaron en autobús al territorio de los ibo para ver por sí mismos la zona que había sido afectada más seriamente por la guerra civil.
Causó una gran sensación en ciudad tras ciudad el ver cómo los miembros que hacían la gira eran saludados y abrazados por los hermanos locales. La gente corría a las calles para verlo. Tal demostración de amor y unidad entre negros y blancos era algo que nunca antes habían visto.UNA GRAN MUCHEDUMBRE DE PROCLAMADORES DEL REINO
Durante las décadas transcurridas desde que Claude Brown predicó por primera vez las buenas nuevas en Nigeria en 1921, ha habido una respuesta a la verdad francamente conmovedora. Después de 25 años, en 1946, había 3.542 personas que participaban en la obra del Reino. Para 1971, la cantidad había aumentado a 75.372 proclamadores del Reino. En 1976, un promedio de 107.924 personas participaron en esta 1 Cor. 3:11-13.) Después de la guerra, algunos fueron barridos por las búsquedas materialistas de la vida de la ciudad; otros, por las prácticas inmorales. Pero la inmensa mayoría permanecieron sólidos en la fe. Y en abril de 1985 se alcanzó un nuevo máximo de 121.729 publicadores.
actividad. Pero luego hubo una época de disminución, y debido a que pruebas de fe cribaron a los que no resultaron estar edificados con ‘materiales incombustibles’, el promedio bajó a 91.217. (Entre estos hay un grupo cada vez mayor de celosos precursores. La cantidad de precursores regulares y especiales ha aumentado de 2.956 en 1980 a 4.556 en abril de 1985. Durante esos mismos años el máximo de precursores auxiliares subió ¡de 2.411 a 15.096!
Algunos de los trabajadores de tiempo completo han estado sirviendo fielmente a Jehová desde antes de 1940. Otros han estado en el ministerio de tiempo completo por más de treinta años. James Namikpoh, el primer nigeriano que empezó a proclamar las buenas nuevas, estuvo activo en el servicio de Jehová por 52 años. Fue precursor durante 46 años, hasta que murió a los 84 años de edad. A pesar de haber perdido una pierna, M. J. Orode, disfrutó del servicio de precursor por 32 años, hasta que murió en 1983. Otros muchos hermanos fieles todavía están sirviendo, tanto en el campo como en la oficina sucursal.
Durante las décadas en las que ha estado teniendo lugar este maravilloso crecimiento en Nigeria, también se han estado cultivando bajo la dirección de la sucursal de Nigeria los intereses del Reino en países cercanos. Aunque el espacio no nos permite relatar aquí los detalles, cada uno de estos países tiene su conmovedora historia de pequeños comienzos, fidelidad bajo persecución y el sincero esfuerzo por compartir las buenas nuevas con otros de parte de publicadores
abnegados. Tanto Sierra Leona como Ghana, actualmente tienen su propia oficina sucursal. En otros países cercanos nuestros hermanos llevan a cabo su ministerio bajo restricciones gubernamentales, las cuales a veces resultan en prisión o severo maltrato. Pero los siervos leales de Dios siguen demostrando que el hacer la voluntad de Jehová es lo más importante en su vida, y la cantidad de publicadores sigue aumentando.ASAMBLEAS PARA CUIDAR DE LA MULTITUD EN AUMENTO
En lugar de continuar celebrando asambleas grandes en un solo lugar, como se hizo en 1970, pareció que el proceder sabio a partir de entonces sería el de organizar varias asambleas en lugares convenientes por todo el país. La cantidad de dichas asambleas ha variado de año en año, hasta que en 1984 se celebraron 45, con discursos en 22 idiomas, y una asistencia total de ¡287.894 personas!
Para atender a esta multitud en aumento, en muchos lugares se han construido instalaciones de carácter
permanente para celebrar las asambleas. Algunas de estas instalaciones son un gran recinto cubierto y sin paredes, a fin de disfrutar de una ventilación sin obstáculos. Unas cuantas son como un anfiteatro modificado. Algunas tienen una piscina para el bautismo y grandes dormitorios para acomodar a los delegados. El trabajo lo han hecho los propios hermanos, y han conseguido unas instalaciones que satisfacen muy bien sus necesidades en este clima tropical.EXPANSIÓN DE LAS INSTALACIONES DE LA SUCURSAL
En 1972 la supervisión de la obra en la oficina sucursal empezó a beneficiarse de nuevos procedimientos teocráticos. En 1976 el Cuerpo Gobernante nombró un comité de hermanos maduros para que superentendieran la obra del Reino, tal como se estaba haciendo en otros países alrededor del mundo. Desde que por primera
vez se estableció la sucursal aquí, varios hermanos han participado en las responsabilidades de superintendencia. Todos han contribuido de manera valiosa y se han ganado el amor de los hermanos. Don Ward, que había estado sirviendo en Dahomey (ahora Benín), fue asignado a Nigeria para supervisar la construcción de más dependencias para la sucursal y fue nombrado superintendente de sucursal en 1972. Llegó a ser el primer coordinador del Comité de la Sucursal; pero tuvo que regresar a los Estados Unidos debido a enfermedad, y murió en 1983, después de 41 años de servicio fiel. Actualmente el Comité de la Sucursal está formado por Malcolm Vigo y los hermanos Andersson, Olih, Olugbebi, Prosser y Trost.El hogar Betel, así como la oficina y la imprenta, también han tenido que ser ampliados varias veces con el transcurso de los años. A principios de 1948 se imprimía en una pequeña prensa de platina en la planta baja de la casa de la hermana Green, situada en la calle Campbell, en Lagos. La oficina y el almacén de literatura estaban en lugares separados, y la familia Betel estaba alojada en otros tres lugares diferentes. Desde entonces, hemos tenido algunas dependencias excelentes para la sucursal, pero todas han quedado pequeñas.
Al tiempo de escribir este informe se está construyendo un nuevo complejo de edificios en Igieduma, en un terreno de 55,5 hectáreas (137 acres). En 1984 se construyó un campamento temporal para los trabajadores de construcción. El Cuerpo Gobernante decidió que el edificio de la fábrica fuese prefabricado, y los materiales han sido enviados desde los Estados Unidos. Cuando se complete, la nueva fábrica medirá 80 × 120 metros (262 × 394 pies). También se construirá un
espacioso edificio para oficinas conectado con cuatro edificios para viviendas, así como otras dependencias necesarias. El obtener licencias de importación verdaderamente era un acto de fe. De modo que el que todo llegase al lugar de construcción en buenas condiciones ha sido una evidencia de la bendición de Jehová. Los hermanos locales trabajan junto con los experimentados Testigos del extranjero para que el proyecto llegue a terminarse con éxito.La obra del Reino ha adelantado mucho en este país. La fe de los hermanos ha pasado por pruebas de fuego. Han sido moldeados en una fuerte organización teocrática. Hace más de sesenta años tan solo había un proclamador de las buenas nuevas en Nigeria. Aquel ‘pequeño’ se ha convertido, no solo en mil sino en más de 120.000 actualmente. Estos se regocijan en ser parte de la unificada organización mundial que hoy experimenta el cumplimiento de la maravillosa promesa de Jehová: “El pequeño mismo llegará a ser mil, y el chico una nación poderosa. Yo mismo, Jehová, lo aceleraré a su propio tiempo”. (Isa. 60:22.)
[Ilustraciones y mapa de la página 191]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
NIGERIA
KANO
ZARIA
KADUNA
Río Níger
Río Benue
Río Okpara
LAGOS
OYO
ILESHA
IBADÁN
BENÍN
IGIEDUMA
ENUGU
ASABA
SAPELE
WARRI
ABA
FORCADOS
CALABAR
PORT HARCOURT
NÍGER
BENÍN
GOLFO DE GUINEA
CAMERÚN
CHAD
Lago Chad
[Mapa de la página 234]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
En Nigeria se hablan más de 250 idiomas. En este mapa se hacen resaltar las zonas en las que predomina cierto idioma principal
NIGERIA
Yoruba
Igbo
Efik
[Ilustración de la página 193]
James Namikpoh, el primer Testigo nigeriano. Sirvió de precursor hasta su muerte, a los ochenta y cuatro años de edad
[Ilustración de la página 199]
Brown “el de la Biblia” y su esposa sirvieron veintisiete años en el África occidental
[Ilustraciones de la página 200]
Los gorros con lemas escritos y los megáfonos fueron algunos de los instrumentos utilizados para esparcir el mensaje del Reino
[Ilustración de la página 209]
Ernest Moreton (a quien le gustaba vestir al estilo nigeriano) y Anthony Attwood estuvieron entre los primeros misioneros que fueron enviados a Nigeria
[Ilustración de la página 216]
Asuquo Akpabio, uno de los primeros graduados de Galaad nigerianos, con su esposa Christiane
[Ilustraciones de la página 223]
Imágenes de la vida en Nigeria
[Ilustración de la página 231]
Woodworth y Oris Mills, graduados de Galaad que han servido en Nigeria durante casi treinta años
[Ilustraciones de la página 247]
Asambleas al estilo nigeriano
[Ilustración de la página 249]
Una de las instalaciones permanentes para asambleas construidas por Testigos nigerianos
[Ilustración de la página 250]
El actual Comité de la Sucursal. Delante (desde la izquierda): Albert Olugbebi, Malcolm Vigo, Albert Olih. Detrás: Carlos Prosser, Gösta Andersson, Donald Trost
[Ilustración de la página 252]
La sucursal actual que se ve aquí ha quedado pequeña. Se están construyendo unas nuevas instalaciones en Igieduma