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Trinidad y Tobago

Trinidad y Tobago

Trinidad y Tobago

CUANDO Colón descubrió Trinidad, el 31 de julio de 1498, vio tres colinas en la parte sudeste de la isla. Según se dice, esto le recordó la Trinidad, y así es como ha sido llamada esta isla desde entonces. Por supuesto, la isla ya había sido descubierta siglos antes por los indios arahuacos y los indios caribes, y ellos la conocían como “la tierra del colibrí”.

Ese mismo año Colón también descubrió la isla hermana de Tobago, llamada por algunos “Isla de Robinson Crusoe”, por creer que fue el lugar donde se desarrolló la novela de Defoe. Al parecer, el término Tobago se deriva del nombre que le dieron los indios, Tavaco o Tobaco (Tabaco): planta que cultivaban y utilizaban extensamente.

Estas islas son las más meridionales de las islas caribeñas que se extienden desde Puerto Rico hasta América del Sur. De hecho, Trinidad está muy cerca de la costa de Venezuela, frente a la desembocadura del río Orinoco. Tobago está a unos 32 Km. (20 millas) al nordeste de Trinidad. Estas pequeñas islas tropicales están la mayor parte del año hermosamente cubiertas de verde. Su paisaje está lleno de contrastes: escarpadas montañas con preciosos valles, fértiles llanuras y arenosas playas. Tobago es conocida por sus arrecifes y sus fascinantes formaciones coralíferas.

UNA POBLACIÓN VERDADERAMENTE COSMOPOLITA

Aunque originalmente el cultivo de tabaco era muy extenso, gradualmente fueron predominando las haciendas de cacao. Con el tiempo estas también fueron reemplazadas en importancia por las grandes plantaciones de caña de azúcar pertenecientes a los magnates del azúcar procedentes de España, Francia y Gran Bretaña. Con el fin de explotar sus plantaciones, estos propietarios consiguieron miles de esclavos africanos. Cuando finalmente los propietarios tuvieron que ceder ante la aumentante presión y pusieron en libertad a los esclavos, se inició un programa para estimular la inmigración de hindúes con el fin de trabajar en las plantaciones. Actualmente, Trinidad cuenta con una población de más de un millón de habitantes, la cual está casi equitativamente dividida entre los de origen africano y los de origen hindú, aparte de una cantidad mucho más pequeña de europeos y chinos así como algunos del Oriente Medio. Estos grupos étnicos se han ido casando entre sí, lo que ha resultado en una población muy entremezclada verdaderamente cosmopolita. Finalmente, las islas pasaron a poder del Reino Unido que las mantuvo bajo su dominio colonial hasta 1962, cuando se les concedió la independencia.

Entre las muchas religiones representadas en Trinidad y Tobago están el hinduismo, el islamismo y varias de las denominaciones más importantes de la cristiandad. Las personas suelen ser amigables y afectuosas, aunque también existe la violencia que es tan común en estos últimos días.

SE PONE EN MARCHA LA SIEMBRA DE LA SEMILLA DE LA VERDAD

Fue a esta población compuesta por una mezcla de personas de diferentes orígenes étnicos que en el año 1912 se empezaron a proclamar las buenas nuevas del Reino. El proclamador era Evander J. Coward, un norteamericano. El entonces presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, Charles Taze Russell, había enviado a las islas al hermano Coward con el expreso propósito de iniciar en esa zona la predicación de la verdad bíblica, y eso fue lo que él hizo. Durante varios años se mantuvo muy ocupado en llevar a cabo su comisión y en organizar a las clases de Estudiantes de la Biblia —como se llamaban entonces las congregaciones de los testigos de Jehová— para celebrar reuniones regulares, predicar y enseñar la verdad de la Palabra de Dios a todos los que quisieran escuchar.

Actualmente no quedan muchos de aquellos que oyeron personalmente a E. J. Coward. Sin embargo, Ragbir Boland Gowrie, quien murió a principios del año 1986, rememoró lo siguiente: “El hermano Coward pronunció una conferencia sobre el fin de los Tiempos de los Gentiles. Esta fue anunciada tanto de palabra como mediante la distribución de un gran tratado. Era un hombre bastante grande y de buena constitución. Tenía una voz varonil y daba a sus palabras bastante énfasis y modulación. Tenía el hábito de levantar la mano derecha y chasquear los dedos cuando quería resaltar un punto”. Otro hermano, ya fallecido también, recordó: “Tenía un cierto parecido con el hombre que aparece en las cajas de avena Quaker. Llevaba el pelo largo por detrás”.

Coward pronunció conferencias en todas las ciudades principales de Trinidad. Las muchedumbres que venían a escucharle exponer las verdades de la Biblia sobre el infierno, la inmortalidad del alma, el futuro de la Tierra y otros temas, atestaban los salones de reunión. The Mirror imprimió algunas de sus conferencias o partes de ellas, mientras que el Port of Spain Gazette le atacó fuertemente. Pero él se mantuvo firme. Hubo una separación entre los que eran simplemente curiosos y los que sinceramente buscaban la verdad, y al poco tiempo se organizó una clase regular para estudio de la Biblia en el hogar de Gilbert L. Talma, en Puerto de España. No mucho después la habitación se quedó demasiado pequeña, por lo que en 1912 alquilaron en la calle Philip el Foresters Lodge (Albergue de guardabosques). Ese lugar de reunión fue utilizado por los testigos de Jehová durante unos sesenta y dos años.

BROWN “EL DE LA BIBLIA” TRABAJA CON E. J. COWARD

Ese mismo año llegó a Trinidad para ayudar a esparcir las buenas nuevas un jamaicano llamado William R. Brown. Durante unos diez años trabajó junto con su esposa, y por un tiempo con el hermano Coward, logrando abarcar una gran parte del territorio de Trinidad, Tobago e islas vecinas. Pasarían años antes de que se organizase la supervisión de la obra bajo una oficina sucursal, pero tanto Coward como el matrimonio Brown visitaron y fortalecieron a los pequeños grupos que estaban empezando a formarse. Luego, en 1923, el hermano Brown y su esposa recibieron una nueva y emocionante asignación: el África occidental, zona donde a él se le llegó a conocer merecidamente por Brown “el de la Biblia”.

Uno de los muchos lugares donde el hermano Coward pronunció conferencias fue en Tunapuna. William A. Jordan, director de la escuela anglicana del lugar, decidió asistir a una de las conferencias de Coward para convencerse a sí mismo de la falsedad de sus enseñanzas. Se preparó con textos bíblicos para refutar a Coward. Pero para sorpresa y consternación suya, Coward empezó su conferencia utilizando Revelación 21:8, el mismo texto que Jordan había escogido como fundamento para la doctrina del fuego del infierno. Como era un hombre honrado y humilde, Jordan admitió la superioridad de la exposición que Coward había hecho en cuanto a la verdad de la Biblia, y al final del discurso se lo hizo saber personalmente.

Según iba progresando en la verdad, Jordan se dio cuenta de que no estaba bien que siguiera en su posición de lector laico de la iglesia anglicana y director de su escuela. Veía que tenía que tomar una decisión. Pero entonces se vio obligado a pedir un permiso de ausencia por enfermedad debido a problemas con la vista. Oró a Dios y prometió que si recuperaba la vista y podía seguir trabajando, tan pronto como volviese dimitiría de aquel trabajo. En marzo de 1915 eso fue precisamente lo que hizo. De esta manera le fue posible encargarse de la clase de Estudiantes de la Biblia recién formada en Tunapuna.

DENTRO DE UNA COLONIA DE LEPROSOS

El joven Arthur Guy había estado leyendo las conferencias de Coward en The Mirror y se interesó sinceramente en su contenido. Él relata: “Decidí escribir al hermano C. T. Russell. Él envió mi carta al hermano E. J. Coward, el mismo hombre cuyas conferencias yo había estado leyendo. Para entonces él estaba en Barbados. Me escribió diciendo que había recibido mi carta y que estaba convencido de que yo estaba consagrado. Pronto recibiría la visita de los hermanos Talma y Ferreira. Yo estaba entusiasmado”. Un día o dos después de recibir la carta se cumplió la promesa.

Arthur progresó bien en la verdad. Pronto empezó a asistir a las reuniones. Entonces le sobrevino una severa prueba. Se halló que tenía lepra y fue llevado a una colonia de leprosos, no solo por una o dos semanas sino por varios años. Inmediatamente empezó a testificar a los pacientes sobre su recién hallada fe. Se programó un debate entre él y un católico llamado Paul. Paul utilizó su catecismo pero no citó ni un solo texto bíblico. Le tocó el turno a Arthur. Él rememora:

“Empecé recordando al auditorio que la discusión no tenía que basarse sobre lo que se nos había enseñado, lo que creíamos o lo que dice el catecismo, sino sobre la Biblia. ‘Oigamos lo que la Biblia dice sobre este tema’, dije, y entonces cité Génesis 2:7. Luego les puse una ilustración: ‘Si el señor Brown fuese a Inglaterra a estudiar medicina, aprobara los exámenes y consiguiese sus diplomas, llegaría a ser un doctor. Si el señor Brown muriese, el doctor moriría. Por consiguiente, como el hombre llegó a ser un alma viviente, cuando el hombre murió, el alma murió’.” El auditorio gritó en señal de aprobación y el presidente concordó en que Arthur había ganado el debate. Como resultado, los pacientes comenzaron a llamar a Arthur por el apelativo “Biblia”.

LA RESPONSABILIDAD PASA A MANOS DE OTROS SIERVOS DISPUESTOS

La obra del hermano Coward en las islas llegaba a su fin. La primera guerra mundial estaba en progreso y las autoridades consideraban que él era un peligro para la seguridad. Hacia el 1917 le pidieron que abandonara las islas y, por lo tanto, regresó a los Estados Unidos. No obstante Jehová había bendecido su ministerio con éxito. Las semillas de la verdad habían arraigado. En la celebración de la Conmemoración de aquel año, después de solo cinco años de predicación, hubo una asistencia de 68 personas en Puerto de España, 90 en Bridgetown (Barbados), y 21 en Saint George’s (Granada). La obra seguiría creciendo de manera lenta pero segura.

El hermano G. L. Talma gustosamente aceptó su responsabilidad como representante de la Sociedad. William Ferreira también se había identificado como un adorador verdadero de Jehová. Ambos viajaron bastante para esparcir la verdad y visitar a las pequeñas clases. Talma pasó un tiempo en Barbados, su isla natal, y también en Granada, Guayana Inglesa (actualmente Guyana), y en la Guayana Holandesa (actualmente Surinam). Ferreira era de ascendencia portuguesa, lo cual le permitió predicar algo entre los europeos.

GRANDES MULTITUDES VEN EL FOTO-DRAMA

Después de la primera guerra mundial, hubiera sido difícil para otro americano servir a los hermanos de las islas. Por consiguiente, en 1922 la Sociedad envió a un canadiense llamado George Young para fortalecer a los hermanos. En un informe al hermano Rutherford él declaró:

“Llegué a Trinidad el día 14 por la mañana del corriente mes [...]. Hay aquí suficiente trabajo para mantenerme ocupado durante cierto tiempo. La verdad se está esparciendo con bastante rapidez en Trinidad. Los hermanos están haciendo aquí un buen trabajo. En algunos aspectos Trinidad es el mejor campo de las Antillas para esparcir la verdad.”

Durante la gira del hermano Young por Trinidad se utilizó el Foto-Drama de la Creación para fomentar el interés del público. W. R. Brown había utilizado hasta cierto grado una versión del Drama, pero en esta ocasión se presentaba el programa completo, incluyendo la proyección de las películas. Grandes multitudes de personas vieron el Foto-Drama y oyeron los discursos grabados. Con respecto a su trabajo el hermano Young informó:

“En Puerto de España los hermanos alquilaron un teatro por dos noches de entre semana. No se hizo ningún anuncio de ningún tipo en los periódicos, pero se distribuyeron 5.000 invitaciones. Normalmente se distribuyen 10.000. El local se llenó y muchos no pudieron entrar. La segunda noche el edificio estaba atestado de gente; cuando se cerraron las puertas algunos empujaron la puerta de la entrada lateral y la abrieron para poder ver el programa desde fuera. Las advertencias de los sacerdotes de Baal no tienen ningún efecto. La verdad está abriéndose paso gradualmente en Trinidad.”

El hermano Young permaneció en el Caribe unos seis meses.

NUESTRAS REUNIONES EN AQUEL ENTONCES

Las reuniones de aquellos primeros días no se celebraban como acostumbramos a hacerlo ahora. William A. Douglas, un fiel trabajador hasta el día de su muerte, en 1981, rememoró:

“La primera reunión a la que asistí fue un martes por la noche. Estudiamos una lección del libro Sombras del Tabernáculo. Después colgaron un esquema en la pared y un hermano con una vara en la mano se puso a explicar ciertas cosas. No pude captar nada de lo que el hermano decía.

”La reunión del miércoles por la noche era una reunión de oración. Un hermano oraba, luego se cantaba un cántico; otro hermano oraba, luego otro cántico. Todos los presentes oraban. Uno por uno se ponían de pie y daban un testimonio. Algunos decían cuántas cosas buenas había hecho Dios por ellos; otros decían cómo Dios les había ayudado a superar tentaciones; otros relataban cómo Dios les había ayudado a evitar un accidente. Cuando llegó mi turno no pude encontrar nada sobre lo cual testificar [...].

”Recuerdo con toda claridad lo que sucedió durante la primera reunión de La Atalaya a la que asistimos mi madre y yo. El conductor formuló una pregunta; un hermano respondió así: ‘Mi opinión es tal y tal’. Otro dijo: ‘Yo no estoy de acuerdo con esa idea, por tal o cual razón’. Así se siguió durante toda una hora, y nunca terminamos el primer párrafo del estudio. Ahora nos damos cuenta, con profundo agradecimiento a Jehová, del mucho progreso que nos ha concedido mediante la Sociedad.”

DENODADOS PERO CON FALTA DE TACTO

En la década de 1920 el tacto teocrático era totalmente desconocido para los hermanos. Utilizaban un habla muy llana y a veces hasta brusca al presentar el mensaje de la Biblia en los hogares de la gente. W. A. Douglas recuerda una experiencia que ocurrió durante una asamblea celebrada en Puerto de España:

“Según lo que puedo recordar, era la primera vez que se había organizado a los hermanos para que trabajasen juntos de casa en casa. Como yo era un hermano joven e inmaturo se me asignó a predicar con un publicador de más edad [...]. Era un domingo por la mañana. Llamamos a una casa y el hermano ofreció la literatura a unos hombres que estaban en la galería. Empezó una discusión. El hermano le dijo al hombre: ‘La razón por la que usted no me puede entender es porque su padre es Satanás el Diablo’. Uno de los hombres se le acercó y dijo: ‘¿Viene usted a mi casa y me dice que mi padre es Satanás?’. Entonces el hombre le pegó al hermano en la boca, partiéndole dos dientes. Mientras íbamos bajando en dirección a la calle, el hermano me dijo que si no hubiese sido por su consagración a Dios, ¡le habría dado su merecido a aquel joven! Por aquel entonces, para él eso significaba sufrir por la verdad, por lo tanto no perdió su buen ánimo.”

Aunque en esa época los hermanos no recibían visitas de representantes de la central de la Sociedad, se esforzaban por hacer los ajustes necesarios en su vida para adaptarse al mayor entendimiento de la Palabra de Dios que estaban recibiendo. Así, el espíritu de Jehová ayudó a los hermanos a mantener un grado considerable de unidad de pensamiento, expresión y acción.

SE INSCRIBE LA OFICINA SUCURSAL DE TRINIDAD

El mes de mayo de 1932 fue una fecha importante para Trinidad. La oficina sucursal ubicada en el número 64 de la calle Frederick, en Puerto de España, fue inscrita en los registros del gobierno, y al hermano Talma se le concedió reconocimiento legal como representante de la Sociedad en Trinidad y Tobago. Varias de las otras islas de las Antillas Británicas enviarían sus informes a esta oficina.

El testimonio que se estaba dando adquirió una mayor intensidad con el uso de los fonógrafos portátiles y los equipos eléctricos de reproducción de sonido más potente. En 1934 había seis de esos equipos eléctricos de reproducción en uso: uno en Granada, otro en Dominica y cuatro en Trinidad. Las personas no siempre salían a escuchar las conferencias, pero muchos las escuchaban desde su casa a través de las ventanas abiertas. Las personas de corazón honrado apreciaban lo que oían. Se oían comentarios como los siguientes: “Este es el único consuelo; acerquémonos”. “Eso es, hombre, ven aquí y escucha; no vuelvas a Belmont y dejes que aquel hombre [un clérigo] te engañe más.” Los hermanos también importaron muchos fonógrafos portátiles, y estos aparatos aunaron sus voces al testimonio que se estaba dando.

SE PROSCRIBE... HASTA LA BIBLIA

Sin ningún tipo de advertencia, la importación de nuestra literatura fue proscrita por el gobierno. Alfred Wallace Seymour, el gobernador en funciones de Trinidad y Tobago, reunido con el Consejo Ejecutivo, calificó de sediciosas la revista The Golden Age y otras publicaciones de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract. El 20 de agosto de 1936, según la orden número 49, toda la literatura impresa por la Sociedad Watch Tower y por la Compañía Publicadora Golden Age fue proscrita. ¡Esa proscripción incluía la propia Biblia!

Cuando se hizo saber al gobernador Sir Arthur Fletcher que la Biblia había sido proscrita, El Consejo emitió la orden número 60, con fecha del 3 de diciembre de 1936, por la que se permitía la entrada a toda literatura que tuviese licencia de importación. Desde entonces, la Biblia, El Arpa de Dios y tres folletos pudieron ser importados. Esta situación siguió así en Trinidad durante nueve años.

¿Quién estaba detrás de todo esto? Muchos años después, durante la primavera de 1946, el entonces comisario de policía, el coronel Mueller, comentó con el siervo de sucursal en una entrevista privada que en realidad la proscripción se había debido a que las publicaciones de la Sociedad atacaban a la iglesia católica romana. El clero la había promovido.

El 20 de marzo de 1944, en San Cristóbal y Nieves (Saint Kitts), al norte de Trinidad, el gobierno hizo quemar en las calderas de una fábrica de azúcar toda la literatura de la Watch Tower que pudo confiscar. Aun así, los Testigos se mantuvieron ocupados con la literatura que les quedaba, y utilizaron sus fonógrafos y equipos eléctricos de reproducción en toda ocasión y lugar que podían. Pero la policía también se apoderó de algún equipo de sonido.

Como consecuencia de la persistente proscripción, la cantidad de publicadores bajó de 293 en 1936 a 229 en 1940. Pero la actividad de los hermanos era productiva porque ahora estaban empezando a hacer revisitas y conducir estudios bíblicos.

ENVÍAN UN MAESTRO A PRISIÓN

Uno de los que fueron encarcelados en Trinidad durante esa época de persecución fue W. A. Douglas. En abril de 1939 dos oficiales de policía registraron su hogar, donde él dirigía una escuela privada, y encontraron el folleto Enfréntense a los hechos. Tres meses después fue citado a comparecer ante el tribunal; la vista finalmente tuvo lugar el 12 de octubre. Se le acusó de ser un maestro de escuela antipatriótico, que rehusaba participar en las celebraciones del Día del Imperio y que no permitía que sus alumnos cantasen el himno nacional. Douglas se defendió declarando que la escuela era una escuela privada y que en ella no se cantaba ningún tipo de himno. En su defensa utilizó Hechos 5:27-32, señalando que, al igual que los apóstoles de Jesucristo, él tenía que “obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. El magistrado lo declaró culpable y lo sentenció a dos meses de trabajos forzados. Douglas apeló.

El juez Vincent Brown presidió como juez de apelación. Estaba nervioso y bebió tres vasos de agua mientras leía la decisión del tribunal. Sus primeras palabras fueron: “Este hombre no es digno de vivir en la comunidad. Un hombre así, desempeñando el cargo de maestro de escuela, no enseñaría a los niños a ser leales a Su Majestad el Rey, y por lo tanto no se le debe permitir estar en libertad. Nosotros sostenemos la sentencia del señor magistrado”.

Así que en 1940 el hermano Douglas se encontró en prisión. Estando allí tuvo excelentes oportunidades de testificar, y lo hizo. Llegó a ser conocido como “Enfréntense a los hechos”. Los domingos por la mañana muchos de los prisioneros no asistían a los servicios religiosos que se celebraban en la iglesia de la prisión, de modo que Douglas celebraba sesiones de preguntas y respuestas con ellos. Él informó: “Me siento feliz de mencionar que durante los siete domingos que pasé en la cárcel tuve el privilegio de hablar a más de doscientas personas a la vez. Además, como se me concedió permiso para moverme por toda la prisión, hablé con cuantos pude acerca del Reino de Cristo como la única esperanza para la humanidad”.

SE LEVANTA LA PROSCRIPCIÓN

Durante la proscripción se estableció en Trinidad una base militar americana. Un americano de la base tenía parientes que estaban en la verdad en los Estados Unidos. Cuando sus parientes le enviaban La Atalaya, él se la entregaba a los hermanos. Ellos hacían copias a máquina sin incluir el nombre Watchtower, y entonces las distribuían a las congregaciones. Así los hermanos pudieron recibir alimento espiritual a pesar de la proscripción.

No obstante, con el fin de aliviar aquella situación, el 22 de diciembre de 1940 se celebró una gran reunión en el Princes Building (edificio Princes), y se envió una resolución a Londres, al secretario de estado para las colonias, solicitando que se levantase la proscripción. Pero el asunto fue aplazado hasta que terminó la guerra. El 11 de septiembre de 1945 se volvió a enviar otra petición a Londres, al secretario de estado para las colonias, esta vez respaldada con 20.851 firmas. A principios de noviembre llegaron las buenas noticias de que la proscripción había sido levantada. Se podía volver a importar literatura libremente. Durante aquel año de servicio la sucursal envió 30.988 libros y 77.226 folletos a los hermanos que tan ansiosamente esperaban dicha literatura.

EMPIEZA UNA NUEVA ERA EN EL CAMPO DE LA PREDICACIÓN

La Sociedad había hecho varias provisiones para que el período de la posguerra se convirtiese en una nueva era de actividad teocrática. En 1943 dio comienzo la Escuela del Ministerio Teocrático para entrenar a los hermanos locales a ser oradores y lectores competentes. Se había puesto en marcha la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower con el fin de entrenar a misioneros para abrir y fortalecer la obra del Reino en muchos países. Además, en 1945 empezó una campaña de conferencias públicas en cada congregación. Todo esto, aunado al estímulo que se ofreció para dar breves sermones bíblicos en las puertas, hizo que el uso del fonógrafo y de los equipos eléctricos de reproducción ya no fuesen necesarios. También nos entusiasmó saber que ¡por primera vez el presidente de la Sociedad Watch Tower visitaría las asambleas celebradas en el Caribe! La inmensa cantidad de ayuda que todos aquellos medios suministraron contribuiría a un crecimiento extraordinario en años venideros.

Alexander Tharp, de la tercera clase de la Escuela de Galaad, se graduó el 31 de julio de 1944. Fue asignado a Trinidad para cuidar de la obra en la sucursal de las Antillas Británicas, como llegó a conocerse la sucursal en aquel entonces, pues Gilbert Talma ya era de edad avanzada y no gozaba de muy buena salud. El hermano Tharp llegó el 24 de marzo de 1946, unos días antes de la llegada de los representantes de la Sociedad.

Una situación anecdótica que tuvo lugar en las habitaciones del hotel donde se alojaban los hermanos Knorr y Franz impresionaría al hermano Tharp de tal modo que nunca lo olvidaría. Un día el hermano Tharp subió a las habitaciones de ambos y encontró al hermano Franz limpiándose los zapatos. Sin decir nada, el hermano Franz se agachó y se puso a dar brillo a los zapatos del hermano Tharp. Fue un acto espontáneo que hizo recordar al hermano Tharp la ocasión en que Jesús lavó los pies de los apóstoles. (Juan 13:3-17.)

La asamblea fue un gran éxito. Hubo 1.611 personas presentes para la conferencia pública del presidente Knorr: “Regocijaos, oh naciones”. Durante su estancia en Trinidad, el hermano Knorr dio instrucciones para que se buscara un lugar que pudiera ser comprado con el fin de usarlo para una oficina sucursal y hogar misional. La oficina ubicada en un cuarto trasero del número 64 de la calle Frederick había cumplido su propósito. El 30 de mayo de 1946 se compró el inmueble del número 21 de la calle Taylor, en Woodbrook, Puerto de España, el cual serviría como oficina sucursal y hogar misional durante 26 años.

LOS MISIONEROS CONTRIBUYEN AL CRECIMIENTO

El 4 de octubre llegaron ocho misioneros más. Por varios años habían estado llegando misioneros asignados a las varias islas atendidas por la sucursal. Estos han sido años de progreso en la organización teocrática y de rápido aumento. En Puerto de España la cantidad de publicadores saltó de 60 en 1946 a 159 en 1947. En algunas partes de la ciudad parecía como si toda persona quisiera estudiar la Biblia con uno de los misioneros. A veces un misionero tenía hasta 30 diferentes estudios que atender en un mes.

Algunos de los estudiantes resultaron ser verdaderos discípulos. Teresa Berry escribió recientemente: “Uno de los estudios más sobresalientes que empecé fue con Mabel Guin y su familia. Todavía la recuerdo diciendo, después de haber hablado con ella unos minutos: ‘Siempre nos preguntábamos si había algo que pudiéramos hacer por Dios, ya que Él ha hecho tanto por nosotros’. Comencé a estudiar con ella y pronto empezó a asistir a las reuniones y a salir en el servicio. Toda la familia —compuesta de 10 miembros— entró en la verdad. Todavía me escribo con Mabel y, treinta y siete años después, ella sigue siendo una Testigo muy activa”.

Los misioneros llegaron a ser muy conocidos. Un día, cuando regresaba del servicio del campo, Peter Brown cortó por el cementerio en el momento en que entraba una procesión fúnebre. Como sabían que Peter era misionero, uno del grupo se le acercó y dijo: “No tenemos a nadie que pronuncie unas palabras junto a la tumba. ¿Lo haría usted?”. El hermano Brown gustosamente lo hizo.

Los misioneros nuevos tenían que reajustarse en varias cosas, y también ayudaron a los hermanos locales a hacer algunos ajustes. Notaron que en el Salón del Reino todos los varones se sentaban en un lado del Salón e iban vestidos con un traje azul marino o negro. Las hermanas, vestidas de blanco, se sentaban en el otro lado del Salón. Pero los misioneros se vestían de diferentes colores y empezaron a sentarse en ambos lados. Al poco tiempo aquella vieja costumbre desapareció.

Con la excepción de Jamaica, la oficina de Trinidad recibía en ese tiempo los informes procedentes de los pequeños grupos establecidos en las islas de las Antillas Británicas.

LOS SUPERINTENDENTES DE CIRCUITO SE GASTAN A FAVOR DE LA OBRA

A finales de 1946, Joshua Steelman, un graduado de Galaad que había estado en Cuba, fue asignado a servir en la sucursal de Trinidad como representante de la Oficina del Presidente y para llevar a cabo la obra de siervo a los hermanos (superintendente de circuito) en todas las islas. Tuvo mucho éxito en animar a los publicadores a participar en el servicio del campo. Se alcanzaron nuevos máximos de publicadores en prácticamente toda congregación que sirvió.

El año siguiente se cerró el hogar misional de Barbados, y el misionero que quedaba, Bennett Berry, recibió la asignación de ser siervo a los hermanos. Sus experiencias llenarían un libro. Apenas había medios de transporte. Si había un autobús, no era fácil conseguir asiento. Pollos, pescados y cabras formaban parte del pasaje, de modo que el viaje se convertía en una verdadera experiencia. Los pasajeros no paraban ni un momento de hablar. Las carreteras eran estrechas y serpenteantes, especialmente en las zonas montañosas.

En la isla de Dominica el hermano Berry tuvo que andar 29 Km. (18 millas) por caminos de montaña y subir por el lecho de un río para llegar a una de las congregaciones. Una vez consiguió un caballo, pero el caballo se cayó. A pesar de todo, tuvo el gran gozo de ver cómo aquellos hermanos humildes llegaban a apreciar más su relación con Jehová, con Su Hijo y con la organización de Jehová. La espiritualidad del hermano Berry también fue en aumento según iba ministrando altruistamente a sus hermanos a fin de satisfacer sus necesidades.

RESPUESTA A LA PUBLICIDAD EN PRO DE LAS ASAMBLEAS

Se programó una asamblea para los días 21 al 23 de mayo de 1948 que se celebraría en Puerto de España, y a la cual se le iba a dar mucha publicidad. Todo funcionó bien. Esta vez, además de la acostumbrada marcha de información, las invitaciones y los carteles en las ventanas, hubo un desfile de bicicletas con letreros en cada bicicleta. Ni que decir tiene que se consiguió atraer la atención.

Como el edificio donde se iba a celebrar la asamblea era pequeño, la conferencia pública se hizo a las ocho de la noche al aire libre, en Woodford Square (la plaza Woodford), el centro del distrito comercial, bajo la luz de una luna llena tropical. Los hermanos estaban llenos de alegría al ver a una multitud de 3.623 personas reunirse alrededor de la pérgola que hacía las veces de plataforma y escuchar la conferencia “El gozo venidero de toda la humanidad”.

CONFERENCIAS PÚBLICAS AL AIRE LIBRE

Varios hermanos locales habían llegado a ser oradores públicos bastante competentes, y estos, junto con los superintendentes de circuito, comenzaron a pronunciar frecuentemente conferencias al aire libre. Era fácil organizarlas.

Se le pedía permiso a un tendero para pronunciar una conferencia desde el soportal de su tienda. Si no había disponible electricidad, se colgaba un quinqué o una lámpara de carburo de uno de los soportes del techo. Luego se colocaba una mesa para apoyar la Biblia y las notas, y todo estaba dispuesto. La publicidad oral y las invitaciones impresas que se repartían en los alrededores el día o la semana de la conferencia aseguraban una concurrencia de 100 personas o más. Aparte del tráfico y los insectos había pocas distracciones. Sin embargo, con el tiempo, al ir aumentando el delito y los disturbios, la época de las conferencias al aire libre llegó a su fin.

No obstante, aquellas conferencias al aire libre habían puesto en contacto con la verdad a algunas personas de cualidades de oveja. Después de una de esas conferencias en Chaguanas, un joven hindú obtuvo del orador dos traducciones de la Biblia. Más tarde, el joven emprendió el servicio de tiempo completo, y sirvió a Jehová fielmente hasta su muerte.

LAS EMBARCACIONES SIBIA Y LIGHT

Cuando la Sociedad compró una embarcación de vela (la goleta Sibia), se introdujo un método nuevo y excitante de llevar las buenas nuevas a las islas más pequeñas. La tripulación inicial estaba compuesta por S. J. Carter, G. Maki, R. Parkin y A. Worsley. Navegaban siguiendo una especie de circuito entre Puerto Rico y Trinidad, dando un testimonio cabal en todas las islas pequeñas. Hasta las islas más grandes disfrutaron de sus periódicas estancias, aunque breves, para conseguir suministros y asistir a asambleas.

La mayoría de las islas tenían pequeñas aldeas de pescadores esparcidas a lo largo de sus costas. Como no siempre había carreteras que comunicasen estas aldeas por tierra, el uso de la goleta Sibia resultó ser muy práctico para llevar las buenas nuevas a estas zonas aisladas.

Durante 1953 la Sociedad dispuso reemplazar el Sibia con una embarcación bimotora más grande llamada Le Cheval Noir, nombre que más tarde fue cambiado a Light. El 9 de noviembre de 1953 el Light fue matriculado en Trinidad.

Sin embargo, cuando al año siguiente el hermano Knorr habló a un auditorio de 3.269 personas en la plaza Woodford, estuvo presente el secretario colonial Maurice Dorman. Más tarde, el 6 de julio de ese mismo año, el señor Dorman, quien era por entonces gobernador en funciones, firmó una orden dictada por el Consejo Ejecutivo en la que se declaraba a la tripulación del Light como visitantes indeseables. El 25 de septiembre de 1954, cuando el Light arribó después de servir en una asamblea que se había celebrado en Barbados, los oficiales de inmigración notificaron a la tripulación que no se les permitía desembarcar. Las negociaciones y las entrevistas con los oficiales resultaron infructuosas, y se recibió la orden de que la embarcación tendría que zarpar antes del 5 de octubre. Aunque uno de los peores huracanes que se había visto en años azotaba por esas fechas el Caribe, el Light zarpó.

EMPRENDEN EL SERVICIO HERMANOS LOCALES

Los hermanos locales que pudieran servir como precursores especiales desempeñarían ahora un papel cada vez más importante. Los superintendentes de circuito nativos ya habían reemplazado a un grado considerable a los misioneros extranjeros y con el tiempo lo hicieron completamente. Durante 1950 y 1951 hubo un hogar misional en Scarborough, Tobago, pero debido a cierta antipatía que la gente sentía contra personas de raza blanca se obstaculizó su eficacia. Por lo tanto, en 1954 fueron asignados a Tobago para intentar ensanchar la obra del Reino dos precursores especiales: Edward Harry y Oliver Smith. La experiencia fue un éxito y demostró que, por lo menos en algunos territorios, hermanos locales capacitados serían más eficaces que misioneros extranjeros.

Desde entonces, algunos de los precursores especiales locales han asistido a la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower y regresado a Trinidad. Dos de ellos son Theresa Chin Chee Fat y Sylvia Permell. Estas hermanas han servido fielmente y con celo, y Jehová ha bendecido su servicio de hacer discípulos. Theresa ha sido bendecida con 46 “hijos” espirituales, y Sylvia ha visto a 59 de sus estudiantes dedicar su vida a Jehová y bautizarse.

EL CRECIMIENTO HACE NECESARIO DISPONER DE NUEVAS SUCURSALES

Para el tiempo de la visita del hermano Knorr en enero de 1954 se decidió que la obra del Reino en las islas de Sotavento (islas Leeward) ya había crecido lo suficiente como para establecer una oficina sucursal separada. La sucursal de las islas de Sotavento comprendía nueve islas, con lo que la sucursal de Trinidad se quedaba con siete. En 1966 hubo otra división cuando se formó la sucursal de Barbados. La sucursal de Trinidad ahora solo incluiría las islas de Trinidad y Tobago. Nuestro propio campo se estaba haciendo más pequeño, pero era debido a la expansión de la obra del Reino.

A partir de la década de los cincuenta, solo se experimentaron ligeros aumentos en la cantidad de publicadores, y durante algunos años hubo disminuciones. Esto no significaba necesariamente que no hubiese ya interés por cultivar. En gran manera se debía a las condiciones económicas. Había mucho desempleo, los salarios eran bajos y las familias grandes. Esto afectaba tanto a los Testigos como a las demás personas. En consecuencia, durante esos años hubo un flujo de Testigos que emigraban a Inglaterra, Canadá y los Estados Unidos, pero aun así el crecimiento espiritual fue evidente.

PROVISIÓN PARA DISPONER DE SALONES DEL REINO CONVENIENTES

A finales de 1959 un hermano de Trinidad consideró con Robert D. Newton, quien era entonces el siervo de sucursal, la posibilidad de invitar a las congregaciones a formar un fondo común con el fin de edificar Salones del Reino para algunas congregaciones. En aquel entonces solo había un pequeño Salón del Reino en Trinidad; había sido edificado en San Fernando en 1940. Con el tiempo se constituyó un fondo para Salones del Reino. Poco después, se empezó a trabajar en un Salón del Reino bastante grande en San Juan. Casi toda la mano de obra fue voluntaria. Contemplar a un grupo de hombres y mujeres, todos Testigos, mezclando hormigón y formando una cadena para pasarse los cubos de mano en mano y verterlos, era un espectáculo digno de verse. A principios de 1961 el Salón se terminó. Llegó a ser uno de los lugares donde se celebraron las clases de la Escuela del Ministerio del Reino que se iniciaron aquel año.

Casi inmediatamente se empezó otro Salón, en este caso para la congregación Laventille, en Puerto de España. Aunque el fondo pronto se agotó, fue posible obtener préstamos de la Sociedad para la construcción. Muchas congregaciones se beneficiaron de esa provisión para construir un buen Salón del Reino. Actualmente hay 27 Salones, y existen planes para hacer más en el futuro cercano.

En mayo de 1985 sucedió algo nuevo en la construcción de Salones del Reino. Los hermanos se habían entusiasmado con los informes procedentes de otros países sobre Salones del Reino de construcción rápida. ¿Podría hacerse algo semejante en Trinidad? Se estableció un comité de construcción para investigar el asunto. Se discutieron los factores de manera exhaustiva y se decidió intentar levantar un Salón para la congregación de Siparia en dos fines de semana en lugar de hacerlo en uno. La respuesta de los hermanos fue emocionante. Se consiguió hacerlo en los dos fines de semana, y actualmente los hermanos de Siparia disfrutan de su nuevo Salón. Toda esta actividad de construcción verdaderamente ha contribuido a la expansión de la obra de predicar el Reino en estas islas.

SE FORMA UNA ASOCIACIÓN LOCAL

Para atender el crecimiento se hizo necesario contar con unas nuevas instalaciones para la sucursal. En 1963, después de un intervalo de quince años durante el cual otros hermanos habían atendido esa responsabilidad, el hermano Tharp empezó de nuevo a servir como superintendente de sucursal. Se presentó una solicitud pidiendo la cesión de un terreno a nombre de la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia, de Londres. La petición fue rechazada. Luego se encontraron tres excelentes lugares, y se obtuvo permiso del Ayuntamiento para edificar en los tres lugares. Pero cuando se solicitó una licencia de la oficina del primer ministro para obtener el título de propiedad a nombre de la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia, fue denegada. Uno de los propietarios dijo: “Lo que ellos quieren que ustedes hagan es que formen una asociación local”.

Se buscó asesoramiento legal y luego se dieron los pasos necesarios para formar una asociación local de los testigos de Jehová. La base para constituir la asociación fue una reunión entre los siervos de congregación y el personal de la oficina sucursal celebrada el 18 de agosto de 1968. Se redactaron los estatutos preliminares para la asociación y se eligió un Consejo Directivo. Finalmente, después de presentar dichos estatutos a ambas cámaras del Parlamento, el 7 de agosto de 1969 fueron aprobados. Ahora los hermanos tenían una asociación legal que les permitía tener, adquirir y vender propiedades sin la necesidad de autorización especial por parte del gobierno.

Todos los títulos de propiedad de Salones del Reino fueron cedidos a la asociación local, y a partir de entonces todas las adquisiciones futuras podrían llevarse a cabo en nombre de la Asociación de los Testigos de Jehová de Trinidad y Tobago. Eso también permitió que algunos representantes de la Sociedad fuesen autorizados a celebrar matrimonios, de modo que ya no sería necesario que los testigos de Jehová tuviesen que ser casados por un funcionario del gobierno.

PREPARATIVOS PARA ASAMBLEAS

Con el crecimiento de la organización, surgió la necesidad apremiante de encontrar lugares más adecuados para celebrar las asambleas de distrito anuales. Los teatros ya hacía tiempo que se habían quedado pequeños. Había disponibles dos lugares relativamente satisfactorios: el Himalaya Club, de San Juan y el Queen’s Hall, de Puerto de España. Estos locales se usaban año tras año.

Pero un día, un hermano nativo llamado Eric Gregorio dijo que él podía conseguir la tribuna del hipódromo del Queen’s Park Savannah, ¡y la consiguió! Esta fue la primera vez desde 1932 que se nos concedió permiso para utilizar estas excelentes instalaciones. La asamblea se programó para los días 1 al 4 de octubre de 1970.

No obstante, a principios de 1970 estallaron repentinamente manifestaciones del Poder negro. Hubo enfrentamientos, incendios y algunas matanzas. En el mes de abril se declaró una situación crítica y se impuso un toque de queda. ¿Se podría celebrar la asamblea de distrito? ¿Podríamos tener nuestras asambleas de circuito en julio? Pues bien, el comisario de policía concedió permiso para celebrar todas las asambleas.

Las asambleas de circuito transcurrieron sin contratiempos con la excepción de la más grande, la de Puerto de España. Justo antes de que empezase el programa, el comisario de policía informó al superintendente de circuito que, aunque podíamos celebrar la asamblea, no podíamos utilizar ningún tipo de equipo de sonido. Aunque nos entrevistamos con él, no sirvió de nada. Entonces una delegación de hermanos intentó ver al ministro de seguridad nacional; esto también fracasó. Se hizo un segundo intento para conseguir que el comisario cambiase de opinión, pero él declaró enfáticamente que no lo haría. De modo que el programa del viernes se presentó sin ningún tipo de equipo de sonido ante un auditorio de más de 1.300 personas. El sábado por la mañana, un hermano que antes había sido policía intentó que se le concediese una entrevista con el comisario, pero se le dijo que no estaba en su oficina durante los fines de semana. Habíamos hecho todo lo que estaba en nuestra mano.

Para el mediodía del sábado, una joven que estaba interesada en la verdad tomó la decisión de hacer algo respecto al problema. Había asistido el viernes por la noche pero no había podido oír nada. Decidió telefonear al comisario en su residencia, aunque no lo conocía. Primero oró para que Jehová ablandara su corazón. ¿Cuál fue el resultado? ¡El comisario accedió a esta petición procedente de una persona que todavía no era testigo de Jehová! Hubo un excelente sonido durante el resto de la asamblea, y los 2.187 que asistieron a la conferencia pública pudieron oírla con claridad.

Cuando en el mes de octubre se celebró la asamblea de distrito “Hombres de buena voluntad” en la tribuna del hipódromo, no hubo ningún tipo de interferencia. Fue muy agradable disponer de suficiente espacio para que todos pudieran estar bajo techo, y además contar con una amplia zona para aparcar allí mismo, en un terreno adyacente a la tribuna. Aunque el último día llovió torrencialmente, hubo una asistencia de 3.239 personas. Al haber sentado el precedente de limpiar la tribuna antes y dejarla limpia después, nunca hemos vuelto a tener problemas para celebrar allí tanto nuestras asambleas de circuito como de distrito.

SERVICIO FIEL HASTA LA MUERTE

No son únicamente los hermanos ungidos de Cristo Jesús los que han de servir fielmente hasta la muerte, también sus “otras ovejas” deben demostrar su fidelidad bajo toda circunstancia, incluso hasta la muerte si fuese el caso. Así ha ocurrido con algunos de nuestros hermanos misioneros.

Edmund Charlwood y Jerry Doering llegaron en 1949. Al poco tiempo Edmund fue asignado a la obra de circuito, obra que le llevó a todas las islas bajo la sucursal de Trinidad. Se mantuvo ocupado en el servicio del campo junto a los hermanos tanto bajo el ardiente sol tropical como bajo lluvias torrenciales. Gustosamente se alojó con ellos en sus humildes hogares, y se adaptó perfectamente a una dieta a base del fruto del árbol del pan y pescado salado. Estuvo viajando durante diecinueve años, primero como superintendente de circuito y luego como superintendente de distrito. Cuando Edmund llegó a una edad avanzada, Jerry recibió esa asignación.

Jerry y su esposa habían residido por un tiempo en Barbados. Aquellos años de servicio de tiempo completo contribuyeron a que su obra como superintendente de distrito fuese eficaz. Pero durante el mes de febrero de 1971, mientras Jerry y su esposa estaban en el servicio del campo, de repente sobrevino la tragedia. Fueron atropellados por un automóvil que no se detuvo al entrar en una carretera preferente. El hermano Doering falleció a la mañana siguiente. Había servido fielmente por casi veintidós años desde que llegó a Trinidad. Su muerte fue un verdadero golpe.

Edmund Charlwood continuó sirviendo en un hogar misional al grado que sus fuerzas le permitían, según iba debilitándose con la edad. Finalmente, en agosto de 1976 este fiel hermano falleció. Su viuda, Elsie, así como Alice, la viuda de Jerry, continúan en su servicio misional.

Entre los hermanos que componían la tripulación de las embarcaciones Sibia y Light estuvo Stanley Carter. Él trabajó duro junto con los demás para proclamar las buenas nuevas en las islas. Cuando se casó con Ann, fueron asignados a abrir un hogar misional en Saint George’s, Granada. No fue una asignación fácil, pero perseveraron y vieron cómo Jehová bendijo sus esfuerzos. Debido a una seria enfermedad, en 1965 fueron a Canadá para que Stanley recibiera tratamiento médico, pero poco después él terminó sus muchos años de fiel servicio.

Estos misioneros que mantuvieron integridad están ahora descansando hasta que la voz de Cristo llame a la vida a todos los que Dios tiene en su memoria. (Juan 5:28, 29.)

SOBRESALIENTE PARTICIPACIÓN EN EL SERVICIO DE PRECURSOR AUXILIAR

Durante bastantes años se han dado pasos firmes para aumentar la participación en el servicio de precursor auxiliar en estas islas. En el transcurso de la década de los sesenta el superintendente de sucursal acostumbraba a asistir a la reunión que celebraban los superintendentes de circuito y distrito con los superintendentes de congregación en las asambleas de circuito. Él les hablaba durante cinco o diez minutos y les animaba a fomentar el precursorado de vacaciones (auxiliar) en el mes de abril.

En una asamblea de circuito celebrada en el Himalaya Club, el mes de enero de 1968, un hermano tuvo una asignación en el programa de la reunión de servicio titulada: “El servicio de precursor, un verdadero gozo”. Por todo el edificio había carteles con las letras “VPA”. ¿Qué significaban? Cuando llegó el momento de presentar su asignación, salió a la plataforma un hermano corpulento con un cartel por delante y otro a su espalda, y en ambos decía: “Abril 1968”. Al hermano se le dio el nombre: “Gran Abril”. Fue entonces cuando el auditorio se dio cuenta de que las iniciales VPA correspondían a las palabras en inglés para “Precursorado de Vacaciones en Abril”. Los hermanos nunca olvidaron aquella demostración.

Al principio, la respuesta fue gradual, pero luego los hermanos empezaron a responder a ese incentivo con rapidez. Se animó a niños y adultos no bautizados a que predicasen con los precursores de vacaciones y se esforzasen por alcanzar las mismas metas. Desde 1978 en adelante se empezaron a obtener resultados sorprendentes, como se muestra en el gráfico de la página 247.

En la congregación Belmont de Puerto de España, los ancianos hablaron personalmente con los hermanos y les dieron una solicitud para que la leyesen y la considerasen. Se prepararon y se colocaron unos cuadros con diferentes horarios para los días de la semana, en los que se mostraba cómo las amas de casa, las personas con empleo seglar y los estudiantes podían alcanzar la meta de horas. En las paredes del Salón del Reino se fijaron lemas para ayudar a todos a pensar en el precursorado de vacaciones.

Otras congregaciones se enteraron del éxito de la congregación Belmont y empezaron a utilizar métodos similares. Como resultado, para 1985 casi todas las congregaciones tuvieron una excelente participación en el servicio de precursor auxiliar. El 75% de los publicadores de Belmont fueron precursores auxiliares y dedicaron un promedio de 63 horas en el servicio del campo. La congregación Arima East tuvo un 73% de precursores, y en Maraval más del 63% participaron en ese servicio. Estas eran congregaciones grandes, de más de 100 publicadores cada una. La congregación Cocoyea, que contaba con 93 publicadores, informó que un 78% participó en el servicio de precursor auxiliar.

¿Cómo pudieron lograrlo tantos? Una hermana explicó: “No fue sino hasta el día 7 del mes que hice mi solicitud, después de haber escuchado un discurso pronunciado por un anciano. Animé a una hermana joven a hacerlo conmigo. Ella concordó, de modo que obtuve el permiso de sus padres para que viniese a dormir a mi casa algunas veces con el fin de poder participar juntas por la mañana temprano en la obra en las calles. Mi horario fue el siguiente: me levantaba a las 5.00 de la mañana, estaba en la calle a eso de las 6.30 y predicaba hasta las 8.00, luego me iba al trabajo. Por la tarde dedicaba otras dos horas o más. Como el sábado era mi día libre, empezaba aproximadamente a la misma hora, apartaba un poco de tiempo para comer y descansar y seguía hasta las 9.00 de la noche, lo que me permitía dedicar un mínimo de diez horas. Los domingos sólo dedicaba una hora al servicio del campo. Además de ir con la hermana, me satisfizo mucho encontrarme con otros hermanos en la obra en las calles, pues sin ellos no hubiera podido estar hasta tan tarde como estuve [...]. Pude dedicar 75 horas, hacer 12 revisitas y conducir 2 estudios bíblicos de casa, aparte de colocar 716 revistas. Cada vez que miro mi informe recuerdo las palabras en Lucas 17:10: ‘Lo que he hecho es lo que debería haber hecho’”.

En una congregación hay una hermana de más de setenta años que hace el servicio de precursor varias veces al año. En abril de 1985 estuvo muy enferma, pero a mediados del mes se sintió un poco mejor y quiso reemprender el servicio. A pesar de su artrosis, y haciendo un gran esfuerzo, se levantó de la cama y dijo que si se moría, quería morir siendo precursora, estando activa en el servicio a Jehová. Con grandes dificultades consiguió salir y participar en el ministerio en las calles. Otros miembros de su congregación pusieron su automóvil a su disposición para ayudarla. En solo diez días ya había llegado a su meta de horas para el mes. Al tiempo de escribir este informe todavía sigue viva y está haciendo planes para participar de nuevo en el servicio de precursor auxiliar.

Toda la familia Betel ha podido participar también en esta actividad aumentada en el ministerio del campo. Uno de los miembros de más edad de la familia dijo: “¡Cuán vigorizados nos sentimos, aunque físicamente cansados!”.

PROVISIONES PARA ESCUELAS ESPECIALES

En 1961 se celebró la primera Escuela del Ministerio del Reino en Trinidad. Todos los precursores especiales tuvieron el privilegio de asistir. Verdaderamente apreciaron dicho privilegio y derivaron mucho provecho del curso. Posteriormente los precursores regulares varones también tuvieron la oportunidad de beneficiarse de esa escuela. En 1985 todos los siervos ministeriales se beneficiaron de un curso especialmente para ellos. Se respiraba un mejor espíritu hacia el servicio de tiempo completo, pero eso no había sido todo.

En 1977 se publicó un estupendo libro de texto titulado Resplandeciendo como iluminadores en el mundo, el cual serviría de base para un curso de dos semanas de instrucción para los precursores. En esta ocasión las hermanas también podrían derivar mucho estímulo e instrucción edificantes. Esta escuela tuvo una excelente influencia en la obra de tiempo completo, especialmente en el servicio de precursor auxiliar. Parecía como si el espíritu de precursor se fuese contagiando a los publicadores de la congregación, y esto se notó especialmente en abril de 1978, cuando se alcanzó un nuevo máximo de 500 precursores auxiliares.

Se han recibido muchas cartas de aprecio. En una se dice: “Con la presente deseo expresar mi aprecio por la Escuela del Servicio de Precursor. Ciertamente fue una provisión maravillosa de Jehová en el momento preciso. Unos meses antes de asistir a la escuela, mi esposo empezó en la obra de circuito y yo le acompañé; para mí fue un verdadero desafío. Pero el curso ha sido tan completo que me ayudó a enfrentarme a ese desafío. Ahora el servicio del campo ha asumido un nuevo significado para mí, pues mis presentaciones son más eficaces e interesantes, y tengo más éxito. La razón es que estoy aplicando algunas de las excelentes sugerencias que se dieron en la escuela con respecto a mostrar más interés personal en el amo de casa.

”Uno de los puntos que más me impresionó es que somos colaboradores de Jehová en la obra de predicar y hacer discípulos, de lo cual se desprende la importancia de desarrollar una relación estrecha con Él. Esto ha grabado en mí la necesidad de acudir a Él en oración más a menudo mientras participo en el servicio, y ha hecho que me sienta más confiada y segura de su respaldo.”

LA EXPANSIÓN HACE QUE SE NECESITEN NUEVAS INSTALACIONES

En mayo de 1972, después de haber estado 26 años en el número 21 de la calle Taylor, nos trasladamos a nuestro nuevo hogar y oficina sucursal justo a las afueras de Puerto de España. No era un edificio nuevo, pero ciertamente se adaptaba mucho más a nuestras necesidades que la ubicación anterior.

Cuando decidimos adquirir esa propiedad, nos dimos cuenta de que era un lugar adyacente al río Maraval. Nos trasladamos durante la estación seca; de nuestras indagaciones entre los vecinos no surgió ningún recelo de que la propiedad pudiese inundarse. Pero en el mes de diciembre de ese mismo año, una repentina tromba de agua convirtió el río en un impetuoso torrente que arrastró consigo una oleada de agua fangosa, dejando a su paso una capa de más de 30 cm. (1 pie) de altura por todo el suelo de la oficina y la planta baja.

Se construyó un muro de contención a lo largo de la orilla del río, y no tuvimos ningún problema por varios años. Pero en 1975, otra repentina y devastadora tromba de agua destruyó el muro, inundando la planta baja con más de 1 m. (4 pies) de agua y echando a perder miles de libros, además de equipo de oficina y archivos. Por recomendación de un ingeniero, se construyó a lo largo del río y alrededor de la propiedad un muro trapezoidal de piedra, de 2 m. (7 pies) de altura y algo más de 1 m. (4 pies) de grosor en su base. También se instalaron bombas de agua. En 1980 nos sobrevino otro desastre. El muro que había entre nuestra propiedad y la del vecino cedió, resultando en que toneladas de agua corrieran por la casa, destrozando puertas, causando estragos y poniendo vidas en peligro. En treinta días tuvimos dos desbordamientos más y ya no había muros protectores. Al igual que en ocasiones anteriores, grandes cantidades de hermanos acudieron para ayudarnos a limpiarlo todo. Los vecinos apenas podían dar crédito a sus ojos cuando vieron cómo se retiraban toneladas de escombros. En relativamente poco tiempo las cosas volvieron a tener un aspecto casi normal y enseguida se construyó un nuevo muro de hormigón armado, pero el Comité de la sucursal recomendó al Cuerpo Gobernante que se ubicara la sucursal en otro lugar.

EDIFICAMOS UNA NUEVA SUCURSAL

Aparte del peligro de las inundaciones, tanto el hogar como la oficina se habían vuelto a quedar demasiado pequeños para el trabajo. Simplemente no teníamos espacio suficiente para atender las necesidades de las congregaciones. Desde 1972 ha habido casi un 40% de aumento en la cantidad de publicadores.

El Cuerpo Gobernante aprobó la recomendación del Comité de la sucursal. Con el tiempo se localizó un terreno de aproximadamente media hectárea (1 acre) situado entre Puerto de España y el aeropuerto. Surgieron problemas, pero se pudieron ir venciendo uno a uno. Anteriormente los pentecostales habían querido comprar ese lugar para construir una iglesia, pero los vecinos se quejaron debido al ruido que tales reuniones ocasionarían. Además, tenían cierto temor de experimentar “manifestaciones del espíritu”. Pero cuando los testigos de Jehová les aseguraron a los vecinos que el que ellos edificasen en aquel lugar no representaría ningún peligro para ellos y que el ruido sería mínimo, los vecinos no se opusieron. De modo que en 1981 se compró la propiedad en nombre de la Asociación de los Testigos de Jehová de Trinidad y Tobago.

Transcurrió casi un año y medio antes de que por fin pudiésemos empezar la construcción del edificio en sí. Los hermanos dieron de sí mismos gustosamente para la obra. Para el vaciado de suelos se necesitaban muchas manos ya que no disponíamos de equipo sofisticado: solo contábamos con dos hormigoneras, un montón de cubos y varias plataformas para que los hermanos pudiesen estar en pie sobre ellas mientras se pasaban los cubos uno al otro. Se formaron dos largas filas compuestas tanto de hermanos como de hermanas para pasar los cubos de las hormigoneras al lugar donde se estaba vertiendo el cemento, y una tercera fila devolvía los cubos vacíos a las hormigoneras. Con frecuencia, hermanos experimentados en los diversos campos de la construcción trabajaban toda la noche. Todo ello produjo un efecto verdaderamente unificador y animador en las congregaciones.

Para el programa de dedicación presentado el 16 de marzo de 1985 estuvo presente Milton G. Henschel, miembro del Cuerpo Gobernante, y pudieron asistir publicadores de todas las congregaciones de Trinidad. Un total de 2.942 personas ocuparon todos los asientos y lugares desde donde se podía seguir el programa. Cuando, terminado el programa, todos partieron, se sentían llenos de gozo y entusiasmo.

JEHOVÁ DA MEJORAMIENTO PROGRESIVO

En el capítulo 60 de Isaías, hace mucho tiempo que Jehová predijo su propósito de mejorar y aumentar su organización terrestre a su debido tiempo. Los hermanos que llevan más tiempo pueden dar testimonio de que estas palabras ciertamente se han realizado. ¡Cuánto ha mejorado ahora la situación en las congregaciones en comparación con la época en que los hermanos hacían campañas para ser elegidos ancianos! Actualmente las congregaciones están prosperando espiritualmente.

Al presente hay en Trinidad y Tobago 50 congregaciones. Las perspectivas de que el número aumente son animadoras. En abril de 1986 tuvimos 4.558 publicadores, que colocaron 11.537 libros y más de 135.000 revistas. Se condujeron más de 6.990 estudios bíblicos de casa. Para la celebración de la Conmemoración hubo una esperanzadora asistencia de 13.961 personas. Durante los meses subsiguientes se bautizaron muchos más nuevos discípulos.

Desde que en 1946 llegaron los misioneros se ha distribuido una gran cantidad de literatura, teniendo en cuenta que la nuestra es una sucursal pequeña. Según los informes se han colocado más de un millón seiscientos mil libros, más de millón y medio de folletos y millones de revistas. Se ha dado un gran testimonio tanto en Trinidad como en las islas que estuvieron bajo esta sucursal, y hay perspectivas de un mayor recogimiento de personas semejantes a oveja antes del fin de este sistema de cosas.

Un superintendente de circuito informa: “Estábamos predicando un miércoles por la mañana durante la visita del superintendente de distrito, cuando llegamos a una calle y me dijeron: ‘Hermano, aquí ya predicamos el viernes’. No obstante, decidimos predicar la calle. Al llamar a una puerta se nos invitó a entrar y mi compañero presentó el tema de conversación.

”La mujer explicó que ella era de Trinidad, aunque vivía en Londres con su familia y había venido de vacaciones. En Londres, su suegra la había animado a leer la Biblia y, después de un tiempo, lo hizo y le gustó. Cuando se lo comentó a su suegra, ella le respondió: ‘Esto no es suficiente; tienes que pertenecer a una Iglesia’. La suegra era adventista. Pero la mujer no quería simplemente afiliarse a una Iglesia, de modo que oró a Dios y le dijo que tomaría por señal el que las ‘primeras personas que vengan con el evangelio a mi puerta son las que tienen la verdad’, y nosotros fuimos los primeros en llamar a su puerta. Se escribió a la sucursal británica para que se pudiese continuar un estudio bíblico con ella cuando regresase. Así se hizo, y ahora la familia ha regresado a Trinidad. Tanto el esposo como la esposa están bautizados y junto con sus hijos se asocian con una congregación en la parte oriental de Trinidad. Lo interesante de esta experiencia es que: los publicadores habían predicado allí el viernes, pero ella llegó de Londres el sábado, y nosotros estuvimos en su puerta el siguiente miércoles.” Sí, estamos experimentando buenos resultados en el ministerio del campo y los que se hacen disponibles participan de este gozo.

Además de la mejora con relación al pastoreo de cada congregación, ha habido una correspondiente mejora en la supervisión de la obra desde la oficina sucursal. El superintendente de sucursal ya no es el único que tiene la responsabilidad de superentender las actividades de la sucursal. El dividir el trabajo y las responsabilidades entre los miembros del Comité de Sucursal ha hecho posible prestar más atención a todas las muchas facetas de la obra. Actualmente los miembros de nuestro comité son: Earl David, Zephrine Nedd, Winston Simon y Alexander Tharp.

“La tierra del colibrí” y la “Isla de Robinson Crusoe” son lugares agradables donde vivir y servir al gran Creador Jehová, que todo lo hace bello a su tiempo. (Ecl. 3:11.) El territorio que ahora está a cargo de la sucursal de Trinidad es pequeño en extensión y también en cifras al compararlo con países más grandes de la Tierra. Sin embargo, cuando contemplamos la historia de la obra en esta zona nos embarga una inmensa emoción. Estamos determinados a continuar adelante con nuestros hermanos de todo el mundo atendiendo los intereses del Reino, mientras nos mantenemos a la expectativa del tiempo en que toda cosa que respira alabe a Jehová. (Sal. 150:6.)

[Gráfico de la página 247]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

AUMENTO EN LA CANTIDAD DE PRECURSORES AUXILIARES

1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985

4.000

3.500

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

16,9 28,8 40,6 39,1 47,9 52,3 54,1 56,7

Porcentaje de precursores auxiliares con respecto al total de publicadores

[Ilustración de la página 232]

Alexander Tharp, coordinador del Comité de la sucursal de Trinidad, con su esposa Lois

[Ilustración de la página 239]

A bordo del barco misional “Sibia”