Los “mil años”... no una esperanza falsa
Capítulo 1
Los “mil años”... no una esperanza falsa
1. ¿Qué es necesario decir en cuanto a si un reino de hechura humana puede durar mil años?
PARA que durara mil años, un reino verdaderamente tendría que ser bueno... fuerte. Un gobierno real de esa índole no podría ser planeado, instalado ni mantenido por meramente un hombre o una sucesión de hombres. No hay reino de hechura humana en las manos de reyes de línea familiar alguna que haya durado alguna vez un período que siquiera se acerque a mil años.
2. ¿Por qué queda fuera de consideración la gobernación real por un solo monarca humano?
2 Entonces, ¿qué se puede decir de un reino en las manos de un solo individuo que continuara siendo el monarca por diez siglos? ¡Una imposibilidad! Jamás ha habido un hombre que haya vivido tanto tiempo. Según los más antiguos registros genealógicos, el hombre llamado Matusalén, del sudoeste de Asia, fue el hombre que más larga vida ha tenido en la Tierra. Pero ni siquiera él cumplió un milenio; le faltaron treinta y un años. * En nuestros propios tiempos modernos la expectativa de vida que se le ha fijado al hombre está muy distante de esa edad extraordinaria. En los países más adelantados de este día esa expectativa de vida ha sido llevada con ayuda de la ciencia médica a una duración de menos de setenta años. A la mujer se le ha reconocido una posibilidad de vivir aproximadamente seis años más que el hombre. Por eso queda fuera de consideración la gobernación real por mil años por un solo hombre o una sola mujer, prescindiendo de lo bueno o buena que los súbditos pudieran pensar su gobernante fuera.
3. ¿Qué cuadro pintaba para la humanidad el más reciente “Plan de Mil Años”?
3 Lógicamente, pues, no estamos hablando de un reino
milenario desde ese punto de vista humano. Nosotros, así como muchos millones de otras personas que todavía viven, podemos, como observadores personales, recordar el esfuerzo más reciente que se hizo por lograr un gobierno que durara mil años. Este “Plan de Mil Años” fue el de Adolfo Hitler, dictador nazi de Alemania de 1933 a 1945 E.C. Poco después que los Estados Unidos se vieron envueltos en la II Guerra Mundial, se obtuvo información acerca de este plan nazi por medio de documentos nazis prendidos y de agentes alemanes que habían sido arrestados y de otras fuentes diversas. Este plan tenía como objetivo un orden mundial nazi que Hitler le impondría despiadadamente al mundo de la humanidad si resultaba triunfante en la II Guerra Mundial. En él se pintaba un cuadro de lo que virtualmente sería un programa de esclavos, los obreros del cual serían reclutados de países no germánicos. Este plan abarcaba los siguientes mil años.4. ¿En qué imperio anterior patentemente pensaba Hitler, y cómo testificó de esto un sacerdote?
4 El líder nazi Hitler, que vino del país de la familia de reyes de los Habsburgo, Austria, evidentemente pensaba en el Sacro (o Santo) Imperio Romano Germánico, que duró desde el año 962 hasta 1806. De hecho, las palabras de un sacerdote católico romano nos muestran eso. Hablando en la noche del 16 de febrero de 1940 a un auditorio que atestó el salón Memorial Continental, de Washington, D.C., el Dr. Edmund A. Walsh, miembro del consejo de la Escuela de Servicio Diplomático y Consular de la Universidad de Georgetown, señaló que el objetivo de guerra de Alemania era un “restablecimiento del Santo Imperio Romano.” “El Dr. Walsh dijo que había oído a Adolfo Hitler decir que el Santo Imperio Romano, que era un imperio germánico, tenía que ser restablecido.”—Times de Nueva York, 17 de febrero de 1940.
5. ¿De qué se jactó Hitler en cuanto al Reich nazi, pero en qué quedó su plan?
5 Jactanciosamente el führer nazi Hitler había dicho: “El Reich [Imperio] Nacional Socialista durará mil años.” Pero su jefe de la policía, Heinrich Himmler, mostró mayor confianza y respondió: “¡Diez mil!” Habiendo emprendido su egocéntrico plan, nada satisfaría a Hitler sino
gobernación mundial o arruinamiento mundial. En el libro The Last Days of Hitler (Los últimos días de Hitler), el autor, H. R. Trevor-Roper, dice “Siempre se entendió que Hitler se apegaría a su programa original Weltmacht oder Niedergang... poder mundial o ruina. Si no podía obtener el poder mundial, entonces (según el consenso de todos los que lo conocían) haría que la ruina fuera la mayor que él pudiera causar.” Al enterarse de esto —y con buena razón— algunos se sentirán inclinados a exclamar: “¡Qué parecido al Diablo!” Sea como fuere, no hubo ningún restablecimiento del Sacro Imperio Romano, como habían esperado muchas personas de la religión de Hitler... y el “Plan de Mil Años” nazi fracasó dentro del espacio de doce años.6. ¿Qué gobernante anterior no germánico aprendió una lección que quizás Hitler no haya aprendido, y quién interpretó correctamente el sueño de este gobernante?
6 Puede que Hitler, que pretendía hacerse gobernante mundial, no haya aprendido la lección, pero él chocó directamente contra la realidad dura e inamovible que un gobernante mundial de mucho tiempo antes tuvo que aprender de mala manera. Este fue un hombre no germánico, no ario, que gobernó por más tiempo que Hitler, es decir, por cuarenta y tres años (624-581 a. de la E.C.). Fue el rey de Babilonia, y tenía un nombre largo, Nabucodonosor. Podemos reconocerlo como el conquistador mundial semita que destruyó la ciudad judía de Jerusalén en el año 607 a. de la E.C. y que deportó a poblaciones completas tal como lo hizo Hitler, arrastrando a los judíos sobrevivientes, en su mayoría, al destierro en lejanos territorios babilonios. Entre las personas deportadas estuvo el profeta semítico Daniel, de la tribu judía de Judá. El rey Nabucodonosor tuvo un sueño extraño, al que dio gran importancia, y este esclavo, el profeta Daniel, fue el único que pudo interpretarlo. La interpretación de Daniel se realizó.
7. ¿En qué ocasión comenzó a realizarse el sueño, y qué lección había de aprender el gobernante como resultado de su rebajamiento?
7 Un año después del sueño, Nabucodonosor como cabeza de la Potencia Mundial Babilónica comenzó a jactarse, gloriándose en su ciudad capital de Babilonia sobre el río Éufrates. Apenas había terminado de jactarse, cuando oyó Daniel 4:29-32.
una voz procedente de lo invisible —del cielo— diciendo palabras que él había oído en su sueño. En el propio relato que da Nabucodonosor acerca de esto, conservado por el profeta Daniel, escribe: “A ti se te dice, oh Nabucodonosor el rey: ‘El reino mismo se ha ido de ti, y de la humanidad te están echando, sí, y con las bestias del campo tu morada será. Vegetación te darán aun a ti para comer tal como a toros, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere dárselo se lo da.’”—8. ¿Quién fue el que hirió al rey jactancioso, y quién lo sanó?
8 ¿Qué pasó inmediatamente después de esto? Se comprende por qué lo que entonces sucedió no fue conservado para nosotros en los registros históricos babilonios, o por qué todo registro que de ello hubiera hecho un cronista babilonio fue removido o destruido. Pero por inspiración se hizo que Daniel, profeta honrado y fiel a la realidad que estuvo envuelto personalmente en este asunto, escribiera un registro de esto, de modo que nosotros pudiéramos consultarlo más de dos milenios y medio después. El orgulloso rey Nabucodonosor fue herido instantáneamente de locura... y no fue su muy reverenciado dios, Marduk (o
Merodac), quien lo hirió. Fue el Dios Todopoderoso que predijo su locura el que hirió al jactancioso rey, el rey que había destruido el templo sagrado de Jerusalén en 607 a. de la E.C. Y, tal como se predijo y se ordenó, “siete tiempos” pasaron literalmente sobre el rey Nabucodonosor mientras él mascaba hierba dementemente como un toro allá en un campo cercano. El rey demente no cometió suicidio, como lo hizo Adolfo Hitler en 1945 precisamente mientras su ciudad capital de Berlín caía en las manos de los ejércitos rojos comunistas de Rusia. Al fin de los siete años de locura de Nabucodonosor, su Heridor Divino lo sanó y le restauró el juicio.9, 10. ¿Cómo muestra el relato conservado por Daniel (4:34-37) si el rey de Babilonia aprendió bien o no su lección acerca de la gobernación absoluta de Dios?
9 ¿Aprendió su lección el rey de Babilonia? Podemos determinar esto por su propio registro, según lo conservó para nosotros el profeta Daniel. El relato, dado en primera persona, dice así:
10 “Y al fin de los días yo, Nabucodonosor, alcé a los cielos mis ojos, y mi propio entendimiento empezó a volverme; y bendije al Altísimo mismo, y a Aquel que vive hasta tiempo indefinido alabé y glorifiqué, porque su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido y su reino es para generación tras generación. Y a todos los habitantes de la tierra se les está considerando como meramente nada, y él está haciendo conforme a su propia voluntad entre el ejército de los cielos y los habitantes de la tierra. Y no existe nadie que pueda detener su mano o que pueda decirle: ‘¿Qué has estado haciendo?’ . . . Ahora yo, Nabucodonosor, alabo y ensalzo y glorifico al Rey de los cielos, porque todas sus obras son verdad y sus caminos son justicia, y porque a los que andan con orgullo él los puede humillar.”—Daniel 4:34-37.
11. Poca cuenta se dio el rey de Babilonia ¿de qué, en cuanto a aquellos “siete tiempos” durante los cuales demostró que no estaba capacitado para gobernar?
11 Nabucodonosor mismo nos dice que fue restaurado al trono de la Potencia Mundial Babilónica, la Tercera Potencia Mundial de una sucesión de siete potencias mundiales de las cuales se habla en la Santa Biblia. (Daniel 4:36) Poca cuenta se dio él de que aquel período de “siete tiempos” en el cual demostró que no estaba capacitado para gobernar era una representación profética de un período de “siete tiempos” de mayor duración, “los tiempos de los gentiles.” Poca cuenta se dio él de que durante aquellos “siete tiempos” mayores cinco potencias mundiales dominarían la Tierra... la babilónica, la medopersa, la griega, la romana y la británico-americana de los tiempos modernos. Poca cuenta se dio Nabucodonosor de que aquellos “siete tiempos,” que abarcaban en totalidad 2.520 años, empezaron en el año en que él desoló a Jerusalén y su templo y terminarían en el año en el cual el mundo de la humanidad se hallaría envuelto en la I Guerra Mundial... 1914 E.C. (Lucas 21:24, RVR; Daniel 4:16, 23, 25, 32) Sí, poca cuenta se dio Nabucodonosor de que al fin de esos “siete tiempos” de la dominación gentil en 1914 el “Rey de los cielos” daría el “reino de la humanidad” a quien él quería dárselo... ¡a Su Mesías!—Daniel 9:25.
VISTA POR ANTICIPADO POR INSPIRACIÓN DIVINA
12. ¿Qué piensan todavía los políticos mundanos en cuanto al “reino de la humanidad,” pero la mano de quién no han podido detener en cuanto a los asuntos humanos?
12 Los políticos de todas las naciones todavía piensan que el “reino de la humanidad” es lo que les incumbe debidamente y el campo debido para su actividad. Hace mucho tiempo el rey Nabucodonosor de Babilonia pensó lo mismo. Muy recientemente Adolfo Hitler, con su sueño de un sistema político que durara mil años, pensó lo mismo. Pero Aquel acerca del cual Nabucodonosor se vio finalmente obligado a confesar: “Su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido y su reino es para generación tras generación,” Este todavía resulta ser el “Gobernante en el reino de la humanidad.” Este reino sobre los asuntos humanos todavía es Su campo legítimo de interés y funcionamiento. Los políticos mundanos, apoyados por los clérigos de la cristiandad, no han podido “detener su mano,” ni tienen la autoridad para decirle: “¿Qué has estado haciendo?” (Daniel 4:34, 35) Él no consultó con estos políticos y sus apoyadores religiosos en cuanto a aquel a quien debería dar el “reino de la humanidad” al fin de los “tiempos de los gentiles” en 1914 E.C. Los políticos y sus aliados religiosos no tienen esa importancia como consultores, mientras que Él es el “Altísimo mismo, y . . . Aquel que vive hasta tiempo indefinido.”
13, 14. ¿Con la palabra de quién como base puede hacerse con confianza alguna predicción en cuanto a mil años venideros? ¿Y por qué?
13 Razonablemente, pues, ¿con la palabra de quién como base puede hacerse alguna predicción en cuanto a mil años venideros? El hombre no puede predecir siquiera lo que sucederá mañana. “Ustedes no saben lo que será su vida mañana,” dijo un observador de hace más de diecinueve siglos. (Santiago 4:14) Pero en el caso del “Altísimo mismo, y . . . Aquel que vive hasta tiempo indefinido,” esto es diferente. ¿Qué es el tiempo para Él?
14 Bien dijo a Éste un hombre que vivió solamente ciento veinte años: “Mil años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando ha pasado, y como una vigilia [una vigilia judía antigua de cuatro horas] durante la noche.” (Salmo 90:enc, 4 y sobrescrito) Por un simple sueño de la noche y por la interpretación que de éste le dio el profeta Daniel al rey Nabucodonosor, Él pudo predecir lo que sucedería en la historia mundial después de un período de 2.520 años, que terminó en 1914 E.C. ¿No podía él con la misma facilidad predecir con exactitud lo que sucederá durante mil años que comiencen en algún punto en el tiempo después de 1914 E.C.? ¡Es muy razonable que así sea! ¿Y qué hay si Él ya nos ha dado una descripción de este período de mil años? Entonces con esa palabra como nuestra base, podemos hablar con confianza de mil años venideros.
15. ¿Qué llaman a los mil años los que usan palabras que tienen raíces latinas o griegas, y qué nombre se da a los que creen en los mil años?
15 Los que usan palabras derivadas del latín antiguo llamarían a ese período de mil años un milenio, porque las dos raíces de esa palabra son las palabras latinas mille, que significa “mil,” y annus, que significa “año.” Allá en Grecia la gente llamaría a este período un período kiliástico, porque la palabra griega chilia, o kilia, significa “mil.” Por eso a los que creen en este período particular de mil años se les llamaría kiliastas, así como milenarios. Personas de la cristiandad usan esos términos despectivamente.
16, 17. (A) ¿Qué experiencia humana con relación a 1000 E.C. muestra que no estamos interesados en el milenio porque nos acercamos a 2000 E.C.? (b) ¿Por qué es bueno que el séptimo milenio de la existencia del hombre empiece muchos años antes del 2000 E.C.?
16 A pesar del oprobio a que uno se expone por parte de los que no entienden, debería haber verdadero interés en este período de mil años que se acerca. La información acerca de él está registrada en la palabra escrita del “Altísimo mismo, y . . . Aquel que vive hasta tiempo indefinido.” Nuestro propio interés creciente en ello no se debe a que estemos acercándonos al año 2000 E.C., el fin del segundo milenio de nuestra era común. Eso no es lo significativo. Recordamos lo que sucedió cuando la humanidad se acercó al año 1000 E.C., el fin del primer milenio de nuestra era común. Acerca de esto la New Catholic Encyclopedia (Nueva Enciclopedia Católica) dice, bajo el tema “Millenarianism” (Milenarismo) página 853: “A medida que se acercaba el año 1000, el milenarismo se hizo más corriente debido a que muchos estudiantes de la escatología creían que el séptimo día de la creación se realizaría en la historia humana en 1000 A.C. y que entonces vendría un glorioso reinado de diez siglos del Cristo.”—Propiedad literaria, 1967.
17 Entre otras cosas, el fin de seis mil años de la existencia humana en la Tierra y el principio del séptimo milenio de la existencia de la humanidad puede llegar muchos años antes del año 2000 E.C. Es bueno que sea así. Hoy, estando el mundo de la humanidad en condición tan lamentable y amenazado de destrucción desde tantos ángulos, hay muchos estudiantes e investigadores de estas amenazas a la existencia humana que expresan dudas positivas de que la humanidad pueda sobrevivir hasta el año 2000 E.C. No basan su sombrío punto de vista en cuanto a nuestro futuro en algún horario de este libro sagrado tan extensamente esparcido, la Santa Biblia. Basan su punto de vista en las duras realidades de hoy y en la tendencia ahora irreversible de las cosas que nos envuelve a todos. Estos hombres que hablan con autoridad dan a nuestra raza humana mucho menos de mil años en los cuales vivir en el futuro. ¿Qué razón tiene usted, el lector, para no creerles?
18, 19. (a) ¿Por qué no está limitada esta información a alguna sociedad escatológica secreta de iniciados? (b) ¿En nombre de quién está escrito el Libro de información, y por qué?
18 Directamente al contrario de estos profetas sombríos que hablan desde el punto de vista puramente humano, el “Altísimo mismo, y . . . Aquel que vive hasta tiempo indefinido,” alegremente habla de mil años que todavía le esperan a la humanidad, y muchos más, los más espléndidos años de toda la historia humana. Esta información que inspira esperanza no es posesión particular de alguna sociedad escatológica secreta de iniciados especiales que tengan el “esclarecimiento.” Las fuentes de esta valiosa información están abiertamente accesibles a centenares de millones de personas que hablan 1.500 idiomas y dialectos alrededor del globo. Dondequiera que una persona tiene un ejemplar de la Santa Biblia, esta información que alegra la vida le está disponible.
19 Aunque la Biblia fue escrita por hombres, simples hombres imperfectos, que obraron como secretarios o amanuenses, ese Libro sagrado no afirma en sus propias páginas que es la palabra del hombre. Es obra de inspiración divina, y por eso está escrita en nombre del “Altísimo mismo, y . . . Aquel que vive hasta tiempo indefinido.” Hasta este tiempo moderno nuestro, Él acepta la responsabilidad por lo que este libro dice acerca del pasado y del futuro que nos espera. ¡Es el Libro de los libros!
20. ¿En qué libro de la Biblia hallamos esta información acerca del milenio, y quién lo escribió?
20 ¿En qué parte en él, pues, encontramos esta información acerca de esos mil años que vendrán y de las edades de la eternidad que seguirán a éstos? La hallamos en lo que muy apropiadamente está alistado como el último libro de la Santa Biblia. Este resulta ser lo que precisamente su nombre significa, Revelación, o sea, Quitar el Velo, Apocalipsis. Oh sí, fue escrito por un hombre, un hombre a quien el Imperio Romano tachó de criminal y puso en la isla penal de Patmos, allá en el mar Egeo y cerca de la costa de Asia Menor, hoy Turquía. Es un lugar verdadero, no tiene nada de mítico. De joven este prisionero exiliado había sido pescador en el mar de Galilea en lo que entonces era la Provincia Romana de Galilea. Era Juan el hijo de
Zebedeo, y su hermano pescador era Santiago. Juan nos dice desde el mismo principio que él escribió Revelación, pero bajo inspiración. Pero, ¿de qué había de ser el libro una revelación o un quitar del velo? A medida que leemos la respuesta, que debería interesarnos hoy, notemos aquí a quiénes asigna Juan la responsabilidad por este libro:21. ¿A quiénes asigna Juan inicialmente la responsabilidad por la Revelación?
21 “Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto; y envió a su Ángel para dársela a conocer a su siervo Juan, el cual da testimonio de todo lo que vio: la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca.”—Apocalipsis Rev. 1:1-3, Biblia de Jerusalén (1967).
22. Para nosotros hoy, ¿por qué hay algo emocionante en las palabras “Porque el Tiempo está cerca”?
22 En esas palabras: “Porque el Tiempo está cerca,” escritas hace casi diecinueve siglos, ¿hay algo emocionante para nosotros hoy en este siglo veinte E.C.? Ciertamente, medido en términos de tiempo, “lo que ha de suceder pronto” no vendría demasiado temprano ahora, después de casi mil novecientos años, especialmente el principio de los predichos “mil años.” Podemos determinar mejor el tiempo cuando leemos el relato de Juan acerca de los mil años y lo que sucede inmediatamente antes de ellos. Sigamos leyendo desde Apocalipsis (Revelación) 19:11:
23. ¿Qué rasgos distinguen al que monta el caballo blanco?
23 “Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco; el que lo monta se llama ‘Fiel’ y ‘Veraz’; y juzga y combate con justicia. Sus ojos, llama de fuego; sobre su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce; viste un manto empapado en sangre y su nombre es: Palabra de Dios. Los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco y puro, le seguían sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos [a las naciones, NC]; él los regirá con cetro de hierro; él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera del Dios Todopoderoso. Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores.
24. (a) ¿Qué invitación se extendió a las aves que volaban por lo alto del cielo? (b) ¿Qué les sucedió a los que participaron en la batalla?
24 “Luego vi a un Ángel de pie sobre el sol que gritaba con fuerte voz a todas las aves que volaban por lo alto del cielo: ‘Venid, reuníos para el gran banquete de Dios, para que comáis carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños y grandes.’ Vi entonces a la Bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos, reunidos para entablar combate contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército. Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta —el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen— los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre. Los demás fueron exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo, y todas las aves se hartaron de sus carnes.
25. ¿Qué se le hace entonces a Satanás el Diablo, lo cual durará por cuánto tiempo?
25 “Luego vi a un Ángel que bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del Abismo y una gran cadena. Dominó a la Serpiente, la Serpiente antigua —que es el Diablo y Satanás— y la encadenó por mil años. La arrojó al Abismo, la encerró y puso encima los sellos, para que no sedujera más a las naciones hasta que se cumplieran los mil años. Después tiene que ser soltada por poco tiempo.
26. ¿Quiénes se sientan en los tronos que se ven en el cielo, y qué hacen?
26 “Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años. Es la primera resurrección. Los demás muertos no revivieron hasta que se acabaron los mil años. Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.
27. En la Tierra, ¿qué sucedió después que se soltó a Satanás, y qué le sucedió a él?
Rev. 19:11 a 20:10 inclusive, Biblia de Jerusalén.
27 “Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar. Subieron por toda la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la Ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró. Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”—Apocalipsis28. (a) Por eso, ¿después de qué acontecimientos comienzan los mil años? (b) Entonces, ¿por qué, patentemente, no han empezado todavía esos mil años?
28 Notamos que la expresión “mil años” se usa seis veces en ese relato. Notamos también que esos mil años empiezan después que hay una batalla entre el “Rey de Reyes” y los “reyes de la tierra” junto con la “Bestia” y el “falso profeta” y entonces se encadena a Satanás el Diablo y se le abisma. Estos sucesos son parte de “lo que ha de suceder pronto.” Hasta ahora el mundo no ha tenido nada que pueda compararse con esos acontecimientos. Muy patentemente, pues, esos “mil años” todavía no han comenzado. No significan algún período indefinidamente largo, un período que no podamos medir con exactitud. Son mil años literales.
29. ¿Qué duración para esos mil años encaja armoniosamente con el horario probado de Dios?
29 Los estudiantes que afirman que esos mil años representan un tiempo de duración indefinida dicen que éstos empezaron en el día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C., cuando Dios derramó su espíritu santo sobre su congregación cristiana acabada de formar en Jerusalén. Pero este argumento conduce a dificultades e intentos explicativos que son contrarios a lo que verdaderamente les ha sucedido a los cristianos engendrados por el espíritu durante los más de mil novecientos cuarenta años desde aquel día del Pentecostés cuando la congregación cristiana vino a la vida espiritualmente hasta ahora. Un milenio literal
encaja armoniosamente con el horario o arreglo de tiempos probado de Dios.30. ¿Por qué no deberíamos poder retenernos de examinar en detalle el cuadro profético de esos mil años?
30 Lo que esos mil años introducirán en la Tierra es algo vitalmente necesario para la vida y la felicidad sin fin del mundo de la humanidad. Entonces, ¿sería razonable que nos retuviéramos de examinar cuidadosamente en este mismo momento el cuadro profético del maravilloso milenio que el apóstol Juan tan hermosamente pintó para nosotros?
[Nota]
^ párr. 2 Vea Génesis 5:25-27, en La Santa Biblia.
[Preguntas del estudio]