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Dos palabras a ustedes los padres

Dos palabras a ustedes los padres

Dos palabras a ustedes los padres

Es una cualidad maravillosa el amor de los padres a sus hijos. Como la mayoría de los padres, sin duda ustedes están interesados en dar a sus hijos un buen principio en la vida.

Pero estamos seguros de que se dan cuenta de que esto envuelve más que meramente suministrar alimento y ropa a los hijos y enviarlos a la escuela a recibir una educación. Para enfrentarse con buen éxito a la vida, los niños necesitan guía moral, principios por los cuales vivir. Y los necesitan desde sus años más tiernos. Cosas muy dolorosas pueden ocurrir y de hecho ocurren en los casos en que los niños reciben ayuda demasiado tarde.

Quizás, como sucede en el caso de muchos padres, ustedes hasta cierto grado estén en perplejidad en cuanto a dónde empezar y qué enseñar a sus hijos. Realmente, los mejores principios que podrían encontrarse se encuentran en la Biblia. La instrucción basada en la Biblia tiene claras ventajas. Por ella, los hijos llegan a comprender que lo que se dice no es solo la idea de su padre o de su madre. Es lo que su Creador dice; es la voluntad de él. Esto da al consejo de los padres una fortaleza que no puede ser igualada de ninguna otra manera.

En las páginas de la Biblia, Dios anima a los padres a interesarse personalmente en grabar principios correctos en la mente de sus hijos. Puede parecer más fácil pasar esta responsabilidad a otros. Pero el hacer eso significa perderse una experiencia muy enriquecedora. Significa renunciar a la oportunidad de llegar al corazón de su hijo como ustedes y solamente ustedes pudieran alguna vez hacerlo.

En muchos hogares hoy día los padres y los hijos van distanciándose cada vez más. A medida que los hijos van creciendo, con frecuencia a los padres se les hace cada vez más difícil hablarles de cosas de la mayor importancia. Este libro, “Escuchando al Gran Maestro,” se ha preparado con el fin de ayudar a evitar una situación como ésa en su hogar. Está preparado de tal manera que ustedes y sus hijos puedan leerlo juntos. Pero, más que eso, se ha preparado de tal manera que estimule la conversación entre padres e hijos.

Así es, porque pide respuestas por parte de los hijos. Ustedes encontrarán muchas preguntas bien colocadas en el material impreso. Al llegar a éstas, observarán una raya (—), como recordatorio de hacer una pausa y estimular a su hijo a expresarse. A los niños les gusta tener participación en las cosas. Sin esa participación el niño pierde el interés rápidamente. Pero lo más importante es que estas preguntas les ayudarán a ustedes a enterarse de lo que hay en la mente de su hijo. Claro está, es probable que el niño salga con respuestas que estén lejos de ser lo correcto. Pero el material impreso que sigue a cada pregunta ha sido preparado para ayudar al niño a desarrollar sanos patrones de pensamiento.

Cuando el niño aprenda a leer, anímenlo a leerles el libro a ustedes, y a veces a leerlo para sí mismo. Mientras más lo lea, más profundamente se grabará en la mente y el corazón de su hijo el buen consejo del libro. Pero, para fortalecer los lazos de afecto y respeto entre ustedes los padres y su hijo, ciertamente lean este libro juntos, y háganlo con regularidad.

Al final de cada capítulo se citan algunos textos bíblicos. ¿Por qué no utilizar tiempo buscándolos juntos? Ustedes y sus hijos pueden así aprender a usar bien la Biblia. Expliquen lo que dicen estos textos. Ayuden aclarar cualesquier palabras difíciles de los textos, como se hace en este libro. Al hacer esto, estarán dirigiendo la atención de su hijo a la más excelente fuente de guía en la vida, la Biblia.

Esperamos sinceramente que este libro ayude a ustedes y su familia a amoldar sus vidas de tal manera que agraden al Creador, para bendición eterna de ustedes.

​—⁠LOS PUBLICADORES