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Los que escogían los mejores lugares

Los que escogían los mejores lugares

Capítulo 25

Los que escogían los mejores lugares

HAY personas que siempre quieren las mejores cosas para sí. Se apoderan de ellas antes que cualquier otra persona pueda hacerlo. ¿Has notado eso?⁠—​Yo sí.

Por ejemplo, en una comida he visto que se pasaba un plato grande. Estaba lleno de deliciosos pedazos de bizcocho. A medida que el plato iba pasando, cada persona examinaba con cuidado los pedazos para asegurarse de que cogía el más grande. ¿Crees que es correcto hacer eso?⁠—

Hay otra cosa que he visto pasar. Un padre y una madre han llevado a sus hijos consigo a visitar a un amigo. Al llegar a la casa del amigo, los niños corrieron para sentarse en los asientos más cómodos. ¿Es correcto eso?⁠—

Cuando el Gran Maestro estuvo en la Tierra pasó algo como eso. A él lo habían invitado a una gran comida en la casa de un fariseo importante. Había muchos invitados. Mientras los invitados entraban para la comida, Jesús notó que escogían los mejores lugares cerca de la cabeza de la mesa. Querían lugares de honor. ¿Te gustaría saber lo que Jesús les dijo?⁠—

Les contó un cuento. El cuento tenía buen consejo para aquellos invitados, y tiene buen consejo para nosotros hoy.

Jesús dijo: ‘Quizás alguien te invite a un banquete grande de bodas. Cuando vayas, no busques para sentarte el lugar de más honra. Porque puede ser que se haya invitado a una persona más importante que tú. Entonces el que da la fiesta pudiera venir a decirte: “Déjale tu lugar a este hombre.” Entonces te vas a avergonzar cuando todos los demás vean que vas al lugar más bajo.’

Jesús quería mostrarles a los invitados lo que era correcto hacer. Por eso pasó a decirles:

‘Cuando te inviten a un banquete de bodas ve y siéntate en el lugar más bajo. Entonces el que te ha invitado puede venir y decir: “Amigo, ¡tenemos un lugar mejor que éste para ti!” Entonces tendrás honor delante de todos los demás cuando subas al mejor lugar.’​—⁠Lucas 14:1-11.

¿Entendiste lo que Jesús quiso decir con el cuento?⁠—​Vamos a tomar un ejemplo, y ver si entendiste. Vamos a decir que fuéramos a comer en la casa de alguien. ¿Escogerías tú el mejor lugar cuando te fueras a sentar, o dejarías el mejor lugar para otra persona?⁠—​¿Qué crees que Jesús querría que hicieras?⁠—

Toma otro ejemplo. Imagínate que estás entrando en un autobús en el cual hay mucha gente. ¿Debes apresurarte a conseguir un asiento, y dejar que una persona de mucha edad se quede de pie?⁠—​¿Querría Jesús que hicieras eso?⁠—

Puede que alguien diga que Jesús no se interesa en lo que hacemos. Pero, ¿crees tú eso?⁠—​Cuando Jesús estaba en aquella gran comida en la casa del fariseo, él vigiló a la gente mientras ellos escogían sus asientos. ¿Y no crees tú que él está igual de interesado en lo que hacemos hoy?⁠—​Ahora que Jesús está en el cielo él de veras está en mejor posición para vigilarnos.

Cuando cada uno trata de conseguir el mejor lugar, puede haber dificultades. A veces esto pasa cuando los niños van a dar un paseo en automóvil juntos. Tan pronto como se abre la puerta del automóvil, entran corriendo para conseguir los mejores asientos, los que están cerca de la ventana. Y enseguida hay una pelea. Se enojan unos con otros porque cada uno quiere el mejor lugar.

Esto puede pasar también cuando los niños salen a jugar pelota. Antes de siquiera empezar a jugar pueden tener una discusión en cuanto a quién va a ser el primero. ¿No te parece que es una lástima que sucedan estas cosas?⁠—

El querer siempre ser el primero puede causar muchísima dificultad. Hasta causó dificultad entre los apóstoles de Jesús. ¿Sabías eso?⁠—

Jesús tuvo que darles a todos buen consejo. Jesús les dijo que a los gobernantes de las naciones les encanta ser grandes e importantes. Quieren que todo el mundo los obedezca. Pero Jesús les dijo a sus seguidores que ellos no deberían ser así. En vez de eso, les dijo Jesús: “El que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser el esclavo de todos.” ¡Piensa en eso!​—⁠Marcos 10:35-45.

¿Sabes tú lo que hace un esclavo?⁠—​Sirve a otras personas, más bien que dejar que otros le sirvan a él. Se pone en el lugar más bajo, no en el primer lugar. Actúa como el menos importante, no el más importante. Y recuerda que Jesús dijo que el que quiera ser primero debe actuar como un esclavo para con los demás.

Bueno, ¿qué crees que eso significa para nosotros?⁠—​¿Discutiría un esclavo con su amo en cuanto a quién va a conseguir el mejor asiento?⁠—​¿O discutiría en cuanto a quién va a comer primero?⁠—​Jesús mostró que un esclavo siempre pone a su amo antes que él. ¿Verdad que eso es también lo que debemos hacer nosotros?⁠—​​—⁠Lucas 17:7-10.

Sí, el camino cristiano es el de poner a los demás en el primer lugar. Eso es lo que hizo el Gran Maestro. Y si seguimos su ejemplo agradaremos a Dios.

(Hay más textos que nos animan a poner a los demás en el primer lugar, en Romanos 12:3 y Filipenses 2:3, 4.)