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La vida familiar... cómo usted puede tener éxito

La vida familiar... cómo usted puede tener éxito

Capítulo 8

La vida familiar... cómo usted puede tener éxito

¿Cómo podemos esforzarnos por lograr mayor éxito en la vida familiar? (1-3)

LO QUE por mucho es el grueso de las personas convienen en que existe relación entre la vida familiar y la felicidad. En una encuesta, el 85 por ciento de los varones entrevistados dijo que “creen que para tener una vida feliz y satisfaciente ‘la vida familiar’ es un factor muy importante.” Sin embargo, usted quizás sepa acerca de muchos hombres que han decidido divorciarse. Cada vez son más las mujeres que, también, están optando por divorciarse para terminar matrimonios que se caracterizan por aburrimiento, conflicto u opresión.

2 No podemos cambiar lo que otros hacen. Pero deberíamos interesarnos en mejorar nuestra propia vida familiar, especialmente la relación entre el esposo y la esposa. Sería bueno que todos nos preguntáramos: ‘¿Qué puedo decir acerca de esta relación en mi hogar?’

3 El Creador es el Originador del arreglo familiar. (Efesios 3:14, 15) Él provee consejo práctico que ha ayudado a muchas personas, sí, a muchos matrimonios, a disfrutar de buen éxito en su vida familiar. Ese mismo consejo puede beneficiarlo a usted.

LECCIONES PRÁCTICAS DEL PRIMER MATRIMONIO

¿Qué papel desempeñó el sentido de obligación reconocida en el primer matrimonio, y por qué es vital? (4-6)

4 En la porción inicial de la Biblia hallamos un registro de cómo Dios dio comienzo a la primera familia humana. Algún tiempo después de haber creado al primer hombre, Adán, Jehová Dios dijo:

“‘No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él. Y procedió Jehová Dios a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer y a traérsela al hombre. Entonces dijo el hombre: ‘Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. . . .’ Es por eso que el hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa y tienen que llegar a ser una sola carne.”—Génesis 2:18, 22-24.

5 Nótese que la primera familia no fue el resultado de que dos personas simplemente decidieran convivir. Dios autorizó el matrimonio, y el hombre y la mujer fueron unidos en una unión permanente. Delante de la Autoridad más alta del universo, Adán aceptó a Eva como esposa.

6 Cuando un hombre y una mujer dan los pasos necesarios para formar un matrimonio válido y reconocido, cada uno se obliga o compromete públicamente con relación al otro. (Génesis 24:4, 34-67; Mateo 25:1-10) No se entra en un compromiso de esa índole cuando una pareja simplemente convive sin que el arreglo sea sancionado por el casamiento. Más bien, la relación de éstos sería de la clase que la Biblia denomina “fornicación” o “adulterio.” (Hebreos 13:4) Aunque afirmen amarse, es probable que con el tiempo su relación sufra por carecer del firme sentido de obligación de uno a otro que hay en el matrimonio, algo que, según muestra la Biblia, es crucial. Por ejemplo:

Una señora de 34 años de edad explica: “Quizás yo sea una persona chapada a la antigua, pero el sentido de obligación inherente al matrimonio hace que me sienta más segura. . . . Me deleita lo confortable de que nos hayamos admitido el uno al otro, y ante el mundo, que nos proponemos mantenernos unidos.”

Un maestro de 28 años de edad divulgó esto que llegó a comprender: “Un par de años después me empezó a invadir el sentimiento de que vivía en un vacío. El convivir [sin estar casados] no me proveyó orientación respecto al futuro.”

En un estudio sobre este asunto, la socióloga Nancy M. Clatworthy descubrió que las parejas que entraban cada persona en obligación seria para con la otra por medio del matrimonio, pero que no habían convivido antes de casarse, expresaban “mayor sentimiento de felicidad y contentamiento que las demás.”

¿Qué podemos aprender del primer matrimonio acerca de los padres y parientes políticos? (7-9)

7 El relato bíblico acerca del primer matrimonio también puede ayudarnos a evitar problemas relacionados con los padres y parientes políticos. Problemas de esa clase se cuentan entre los más comunes, según un consejero matrimonial. Pero antes de que pudiera haber habido problema alguno con padres y parientes políticos, la Biblia dijo esto del primer matrimonio: “El hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa.”—Génesis 2:24.

8 Naturalmente, la mayoría de nosotros amamos a nuestros padres. La Biblia hasta nos anima a suministrarles ayuda material en sus años posteriores, si la necesitan. (1 Timoteo 5:8; Deuteronomio 27:16; Proverbios 20:20) Pero las Escrituras enfatizan el hecho de que, al casarse uno, su cónyuge llega a ser su pariente más cercano. Su esposo o esposa llega a ser el primero o la primera a quien uno debe amar, cuidar y consultar.

9 Este modo de ver el asunto disuade al casado o la casada de ‘irse a casa’ de los padres si surgen problemas. Y ayuda a los padres a reconocer que sus hijos, al casarse, los ‘dejan’ a ellos y forman familias independientes, aunque la costumbre o los recursos exijan que por un tiempo éstos vivan cerca de los padres o con ellos. Es apropiado que los hijos estimen la sabiduría y experiencia de sus padres y tal vez las aprovechen. (Job 12:12; 32:6, 7) Pero lo que Génesis 2:24 dice sirve para advertir a los padres contra el tratar de dirigir o controlar la vida de sus hijos casados. Sí, el aplicar este consejo bíblico puede contribuir al éxito en el matrimonio.

¿CUÁNTOS CÓNYUGES?

¿Qué lección práctica podemos aprender de Génesis acerca de cuántos cónyuges debe tener el que se casa? (10, 11)

10 Del registro de Génesis también podemos ver que Dios le proveyó a Adán un solo cónyuge. En algunas culturas se permite que el hombre tenga varias esposas. Pero, ¿resulta la poligamia en felicidad familiar? Al contrario, la experiencia muestra que muchas veces resulta en celos profundos o en rivalidad, así como en el maltrato de las esposas de más edad. (Proverbios 27:4; Génesis 30:1) Entre los hebreos de la antigüedad existía la poligamia y también el desechar a las esposas por divorcio. Aunque Dios toleró esto, dio a los israelitas leyes que evitaban la comisión de abusos crasos. Sin embargo, cuando Jesús consideró este asunto, dirigió atención a la voluntad de Dios como se indicaba en Génesis. Cuando le preguntaron acerca del divorcio por diversos motivos, Jesús dijo:

“¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa . . .’? . . . Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre. . . . Moisés [en la ley de Dios], en vista de la dureza del corazón de [los hebreos], les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde el principio. Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra comete adulterio.”—Mateo 19:3-9.

11 Jesús explicó claramente que entre sus seguidores la norma no sería la poligamia, sino el tener un solo cónyuge, tal como lo había dispuesto Dios al principio. (1 Timoteo 3:2) El reconocer la sabiduría y autoridad de Dios a este respecto es dar un paso en dirección a la felicidad.

¿A tener qué punto de vista acerca del divorcio estimula la Biblia? (12, 13)

12 Lo mismo es cierto en cuanto a lo que Jesús dijo acerca del divorcio. Cuando es posible divorciarse con facilidad, los divorcios abundan. Vemos eso hoy día. Pero Dios considera permanente el matrimonio. Es cierto que Jesús dijo que si el cónyuge de una persona se hace culpable de “fornicación” (griego: porneia, que quiere decir crasa inmoralidad sexual), y así llega a ser “una sola carne” con otra persona, el cónyuge inocente puede divorciarse y volver a casarse. Pero, aparte de eso, el Creador ve la unión de la pareja casada como una unión permanente. Por eso, los que reconocen la autoridad de Dios en este asunto tienen más razón que otros para esforzarse por fortalecer su matrimonio y resolver cualesquier problemas. (Eclesiastés 4:11, 12; Romanos 7:2, 3) Así, más bien que causar infelicidad, este punto de vista ayuda a uno a lograr buen éxito en el matrimonio. Eso es lo que la experiencia muestra.

13 “Con todo,” puede que algunos opinen, “hay matrimonios que tienen problemas graves, o la pareja simplemente no se lleva bien.” Entonces, ¿qué? Hay otras cosas prácticas que podemos aprender de la Biblia.

EL ESPOSO QUE REALMENTE AMA A SU ESPOSA

¿Cómo pueden los esposos aplicar el consejo de la Biblia para ellos? (14-16)

14 El modo en que el esposo ve y trata a su esposa es una llave al éxito en la vida familiar. Pero, ¿quién puede decir cuál es el mejor proceder que se haya de seguir a este respecto? Lo que la Biblia dice acerca del primer matrimonio vuelve a prestarnos ayuda. El registro explica que Dios usó parte del mismo cuerpo de Adán para producirle un cónyuge. Más tarde la Biblia se espació en cuanto a este asunto al decir:

“Los esposos deben estar AMANDO A SUS ESPOSAS COMO A SUS PROPIOS CUERPOS. El que ama a su esposa a sí mismo se ama, porque nadie jamás odió a su propia carne; antes bien la alimenta y la acaricia, como también el Cristo a la congregación.”

Entonces, después de citar Génesis 2:24, Pablo pasa a decir: “Que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa así como se ama a sí mismo.”—Efesios 5:28-33.

15 Algunos hombres posiblemente crean que deben ser ásperos o reservados, desapegados, al tratar con sus esposas. Pero el Autor del matrimonio dice que el esposo debe amar profundamente a su esposa y manifestar ese amor. Para que la esposa se sienta verdaderamente feliz, tiene que sentirse segura de que verdaderamente se le ama.

16 El que el esposo ‘alimente y acaricie a su esposa como a su propio cuerpo’ incluye el esforzarse por ser buen proveedor. No obstante, no debe estar tan ocupado en obtener la subsistencia que descuide el pasar tiempo con su esposa y desplegar interés cariñoso en ella como persona. Además, ningún hombre en su sano juicio, aun cuando está irritado, trata a su propio cuerpo con odio o brutalidad. Así, lo que la Biblia dice hace inadmisible el que el hombre se encolerice violentamente con su esposa.—Salmo 11:5; 37:8.

¿Qué debe significar para el esposo el que la esposa sea un “complemento”? (17-19)

17 La primera mujer fue hecha para ser ‘complemento de su esposo.’ (Génesis 2:18) Dios reconoció que el hombre y la mujer diferían en constitución. Eso todavía es cierto. Por lo general las mujeres difieren de los hombres en sus cualidades y las maneras de ver y hacer las cosas. Él quizás sea decisivo, ella más humanamente paciente. A ella quizás le agraden los grupos, mientras que él prefiere la soledad. Puede que él recalque la puntualidad, y ella se muestre más reposada en lo relacionado con la hora o tiempo. El comentario bíblico acerca de que Dios creó a Eva para que fuera “complemento” debe ayudar a los esposos a comprender esas diferencias.

18 El apóstol Pedro insta a los esposos a ‘morar con sus esposas de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil.’ (1 Pedro 3:7) Esa “honra” incluye el tomar en debida consideración los gustos diferentes de la esposa. Tal vez al esposo le gusten los deportes, pero su esposa quizás disfrute de mirar los escaparates o ver bailes clásicos. El gusto de ella es tan válido como el de él. La honra tiene en cuenta esas diferencias.

19 Puede que a veces los estados de ánimo de la esposa, afectados por sus ciclos fisiológicos, desconcierten al esposo, y quizás a la esposa también. Pero si él trata de comprenderla y ‘morar con ella de acuerdo con conocimiento,’ puede contribuir a la felicidad de los dos. A menudo lo que ella más necesita es que él la tenga tiernamente abrazada mientras conversa con ella amorosamente.

LA ESPOSA QUE RESPETA A SU ESPOSO

En cuanto a su esposo, a la esposa, según la Biblia, se le insta a tener ¿qué punto de vista? (20-22)

20 Puesto que la esposa también tiene que poner de su parte para que la familia sea feliz, el Creador también ofrece guía para las esposas.

21 Inmediatamente después de decir a los esposos que amen a sus esposas, la Biblia añade: “Por otra parte, la esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.” (Efesios 5:33) En el caso del primer matrimonio, había factores que naturalmente deberían haber hecho que Eva respetara a su esposo. Adán fue creado primero. Él tenía más conocimiento y más experiencia en la vida, y hasta había recibido instrucciones de Dios.

22 Pero, ¿qué hay de los matrimonios hoy día? Si el esposo sinceramente trata de aplicar el consejo bíblico que ya hemos considerado, es muy probable que eso estimule a su esposa a mostrarle respeto. Aun en los casos en que la esposa sobresalga en ciertos sentidos, o su esposo sea deficiente en ellos, hay razón para cultivar respeto... por la estima que se le tiene al arreglo de Jehová, del cual la familia es una parte. El apóstol Pablo escribió:

“Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación.”—Efesios 5:22, 23.

¿Por qué pueden confiar las esposas en que este consejo les será útil? (23, 24)

23 Eso no quiere decir que el esposo haya de ser un tirano sabelotodo en la familia. Eso sería contrario al ejemplo de amor, consideración y comprensión que Cristo dio. Dios insta a las esposas a buscar dirección de sus esposos. Cuando se trata de asuntos importantes de la familia, el marido y la mujer pueden entrar en consulta, como las partes de un cuerpo en función. Sin embargo, Dios considera principalmente responsable de la familia al esposo.—Colosenses 3:18, 19.

24 La experiencia muestra que lo que la Biblia dice sobre este tema es sano, seguro. Muchas veces, a medida que la esposa se esfuerza por merecer el amor y el cuidado de su esposo y busca la guía de él en los asuntos de la familia, descubre que él carga su responsabilidad con más gusto y la cumple amorosamente.—Proverbios 31:26-28; Tito 2:4, 5.

TRABAJANDO JUNTOS PARA EL ÉXITO DE LA FAMILIA

¿Qué papel desempeña la comunicación en el éxito de la familia? (25-28)

25 La comunicación es un elemento vital que falta en demasiadas familias. Cierto sociólogo comentó: “En la mayor parte de los matrimonios los cónyuges no se escuchan el uno al otro y, como resultado de ello, muchos de ellos se envuelven en riñas.” En la vida no van a faltar las irritaciones, frustraciones y desilusiones. ¿Qué podemos hacer para no dejar que esas cosas perjudiquen nuestro matrimonio? La buena comunicación es útil. Ejerza cuidado de modo que no vaya a darla por sentada, solo para descubrir que poco a poco ustedes se hablan cada vez menos.

26 Esfuércense por comunicarse. ¿Realmente es una práctica entre ustedes considerar sus actividades y sentimientos? Frecuentemente desplegamos demasiada prisa en cuanto a hablar y no oímos lo que la otra persona está diciendo. (Proverbios 10:19, 20; Santiago 1:19, 26) En vez de solo estar esperando el momento oportuno para hablar, escuche, trate de entender, y tal vez sea propicio responder con: ‘¿Quieres decir que . . .?’ o: ‘¿Me estás diciendo que . . .?’ (Proverbios 15:30, 31; 20:5; 21:28) Hay menos probabilidad de que el esposo o la esposa que sinceramente presta atención a los pensamientos y sentimientos de su cónyuge obre de manera egoísta o inflexible.

27 La comunicación se hace más valiosa todavía si el matrimonio considera los problemas mutuos a la luz del consejo bíblico. Por ejemplo, en 1 Timoteo 6:6-10, 17-19 y Mateo 6:24-34 se halla una excelente base para considerar los ingresos y planes económicos de la familia. Se puede hallar mucho consejo bíblico sobre los aspectos comunes de la vida familiar en el libro Cómo lograr felicidad en su vida familiar. *

28 Puesto que el consejo de la Biblia proviene de Jehová Dios, la mejor autoridad sobre el matrimonio y la vida familiar, es lógico que la aplicación de ese consejo con paciencia y sin cejar, nos ayude en nuestro esfuerzo por lograr éxito. Por toda la Tierra miles de matrimonios cristianos han hecho eso, con consecuencias de felicidad en su matrimonio.

[Nota a pie de página]

^ párr. 27 Publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract.

PUNTO PARA CONSIDERACIÓN:

[Recuadro de la página 80]

“Durante mi vida de casado,” explica un hombre del oeste de los Estados Unidos, “había adquirido todo lo que deseaba en sentido material... una casa hermosa, automóviles, botes y caballos. Sin embargo, estas cosas no me hicieron feliz. Mi esposa y yo no nos interesábamos en las mismas cosas. Siempre estábamos riñendo. Yo fumaba marihuana en busca de tranquilidad mental.

“Casi todos los fines de semana me alejaba del hogar y me iba de caza. Mi trabajo también me alejaba de casa a veces. Eso me llevó a una vida de adulterio. Yo no creía que mi esposa me amaba, de modo que me mudé y me vi envuelto en relaciones con una mujer tras otra hasta que me pareció que me hallaba en un callejón sin salida.

Durante ese tiempo, a veces leía la Biblia. El capítulo cinco de Efesios me convenció de que debería tratar de reconciliarme con mi esposa. Me di cuenta de que ella no había sido sumisa, y de que yo no había tomado la delantera del modo debido. Pero la semana siguiente, en un viaje de negocios, volví a cometer adulterio.”

Un amigo le sugirió que si realmente estaba interesado en Dios, los testigos de Jehová podrían darle ayuda. Él sigue diciendo: “Los Testigos sí me ayudaron. Un superintendente de la congregación dedicó tiempo a estudiar la Biblia conmigo. Debido al gran cambio en mi modo de vivir, mi esposa participó en el estudio. Ahora, por primera vez, nuestra vida familiar es una vida feliz, y hasta nuestras dos hijas pueden ver la diferencia. No hay palabras que puedan describir la maravillosa felicidad que mi esposa y yo hemos hallado al aplicar la Biblia en nuestra vida.”

[Ilustración de la página 85]

La comunicación es vital para un matrimonio feliz