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¿Qué clase de vida quiere usted?

¿Qué clase de vida quiere usted?

Capítulo 20

¿Qué clase de vida quiere usted?

¿A qué se debe que el hacer las cosas a la manera de Dios sea el mejor medio de hallar la felicidad? (1-3)

SI ALGUIEN le preguntara: ‘¿Cómo puedo hallar la felicidad hoy?’ ¿qué respondería usted? Usted pudiera decir con convicción: ‘¡Para una vida plena, feliz y duradera, haga las cosas como dirige Dios!’

2 En capítulos anteriores hemos considerado que el Creador verdaderamente existe, que ofrece por medio de la Biblia información y guía que todos necesitamos, y que el aplicar su Palabra es práctico hoy día. El vivir como cristianos verdaderos puede ayudarnos a enfrentarnos con éxito a problemas como los de la tensión y la soledad. El acudir a la Biblia por guía puede protegernos de los dolorosos problemas que causan la borrachera, la inmoralidad, la falta de honradez y otros vicios. (Proverbios 4:11-13) El que adoptemos el punto de vista bíblico acerca del dinero nos permite estar más contentos y ‘asirnos firmemente de la vida que lo es realmente.’—1 Timoteo 6:19.

3 Cuando prestamos atención a lo que el Creador dice, nuestra vida adquiere significado y dirección. Comprendemos por qué Dios ha permitido la iniquidad y el sufrimiento. Y al discernir el cumplimiento de las profecías bíblicas en los acontecimientos de nuestro día, nos damos cuenta de que estamos viviendo en los “últimos días” del inicuo sistema de cosas actual. (2 Timoteo 3:1-5) Eso significa que pronto Dios eliminará todos los reinos humanos con su historia de corrupción política y fuerzas armadas mantenidas por medio de aplastadoras cargas tributarias. (Daniel 2:44; Revelación 16:14, 16) Así Dios pondrá fin a la sucesión de esfuerzos humanos por gobernar la Tierra y dirigirá a la humanidad sobreviviente por medio de Su reino celestial.—Revelación 11:17, 18; 21:1-4.

¿ES ESO LO QUE USTED QUIERE?

¿Por qué tenemos que decidir si queremos ser amigos del mundo o de Dios? (4-6)

4 La mayoría de nosotros diría: ‘Sería maravilloso vivir en el paraíso entre personas amorosas que teman a Dios.’ (Isaías 11:9) Pero para eso nuestro amor a la justicia y nuestro deseo de amoldarnos a las normas de Dios tienen que ser lo suficientemente fuertes como para determinar el patrón general de nuestra vida ahora. (Mateo 12:34; 15:19) ¿Es eso lo que usted verdaderamente quiere? A este respecto, el discípulo Santiago escribió por inspiración a los cristianos:

“¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que QUIERE ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.”—Santiago 4:4.

5 Santiago también dio énfasis al hecho de que “la forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios” envuelve “mantenerse sin mancha del mundo.” (Santiago 1:27) Debemos esforzarnos por hacer eso. Por supuesto, dado que los cristianos están viviendo entre la violencia y corrupción del mundo, sus proyectos inmorales, política y nacionalismo, no es fácil permanecer 100 por ciento libres de tal influencia. Hasta el más devoto cristiano pudiera tener algún desliz o cometer errores mientras se esforzara por evitar verse manchado por el modo de pensar y actuar del mundo. Por eso es preciso que los cristianos continúen esforzándose por mejorar. (Colosenses 3:5-10) Pero el punto es: ¿qué queremos nosotros?

6 Para ilustrar el asunto, pudiéramos imaginarnos a dos hombres que están comiendo. Accidentalmente uno de los hombres se mancha de salsa la corbata. El otro toma su propia corbata y deliberadamente la mete en la salsa; eso es lo que él quiere. ¿A quién nos parecemos? Por lo que permitimos que ejerza influencia en nosotros y por lo que optamos por hacer, ¿estamos mostrando que queremos ser amigos del mundo, o amigos de Dios?

¿De qué maneras pudiera una persona manifestar si quiere o no quiere amistad con el mundo? (7, 8)

7 La amistad con el mundo se puede reflejar de muchas maneras. Algunas personas están tan estrechamente vinculadas a su familia o vecinos que convienen en cosas que Dios desaprueba, y hasta participan en ellas, tales como celebraciones antibíblicas, el beber en exceso, las bromas obscenas o el despliegue de prejuicio racial. (1 Pedro 4:3, 4; Efesios 5:3-5; Hechos 10:34, 35) Si nosotros queremos agradar a Dios, entonces la aprobación de él significará más para nosotros que hasta la aprobación de nuestros parientes.—Lucas 14:26, 27; 11:23.

8 De manera similar, la clase de entretenimiento que escogemos puede dar indicación de si deseamos ser amigos del mundo. Los cristianos primitivos no asistían a peleas brutales entre gladiadores ni observaban dramas que dieran énfasis a la inmoralidad. ¿Qué hay de nosotros hoy? Debemos pensar en las cosas que preferimos en lo referente a deportes, programas de televisión, películas o materia de lectura. Si discernimos que se nos está condicionando a querer aquello contra lo cual Dios aconseja, es necesario que nos esforcemos por dar nueva forma a nuestras preferencias. La atracción del mundo puede afectar hasta a personas jóvenes que se han criado en familias cristianas y a cristianos que por largo tiempo han estudiado la Biblia.

¿Cuánta importancia tiene para nosotros el determinar lo que realmente queremos? (9-12)

9 Este asunto de amistad con Dios o amistad con el mundo significa vida o muerte. (1 Juan 2:15-17) Tan imposible como le sería a una persona que llegara a una bifurcación en el camino seguir por las dos sendas divergentes, así nos sería a nosotros mantener un pie puesto en un lado de esta cuestión y el otro pie en el otro lado.

10 Durante los días de Elías, algunos hebreos fueron afectados por la adoración de Baal que se efectuaba en las naciones de alrededor. Aunque tenían alguna relación con el Dios verdadero, Jehová, no se adhirieron a él completamente. Elías dijo que estaban “cojeando sobre dos opiniones diferentes.” Tenían que decidir si iban a adherirse a Jehová y sus caminos o no. Era una selección que significaba vida o muerte.—1 Reyes 18:21-40; Deuteronomio 30:19, 20.

11 No podemos aplazar la decisión en cuanto a lo que realmente queremos. En el primer siglo E.C., el apóstol Pedro instó a los cristianos a ‘tener muy presente la presencia del día de Jehová’ en el cual la iniquidad que hay en la Tierra será destruida. El sentido de urgencia de los cristianos habría de reflejarse en “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa,” entre ellos el declarar con entusiasmo el mensaje cristiano. (2 Pedro 3:11, 12) Aunque algunos cristianos vivieron vidas ejemplares de personas casadas, otros optaron por permanecer sin casarse para poder “atender constantemente al Señor sin distracción.”—1 Corintios 7:29-35.

12 Si la clase de vida que los cristianos querían vivir era importante en el primer siglo, ¡cuánto más urgente es ese asunto ahora! Podemos ver que el reino de Dios ya está gobernando en el cielo y que queda solo “un corto período de tiempo” antes de que Dios por medio de Cristo aplaste a las naciones y ate a Satanás el Diablo. (Revelación 12:12; 19:11-20:2) Por eso, éste es el tiempo en el cual decidir qué clase de vida queremos.

LA CLASE DE VIDA QUE DIOS PROVEERÁ

¿Qué clase de vida proveerá Dios en el nuevo orden? (13-18)

13 La clase de vida que escojamos ahora determinará si se nos permitirá o no disfrutar de la clase de vida que Dios proveerá en el venidero nuevo orden.

14 Es fácil pensar primero en las muchas bendiciones físicas del paraíso restaurado. En el paraíso original, Adán y Eva tenían amplia cantidad de alimento nutritivo. (Génesis 2:9, 16) Así, en el nuevo orden habrá una abundancia de alimento bueno, saludable.—Salmo 72:16; 67:6.

15 Adán y Eva tenían buena salud, porque Dios los creó en perfección. Eso subraya la seguridad que da la Biblia de que en el nuevo orden las enfermedades, el dolor causado por las enfermedades y las lágrimas de duelo serán cosas del pasado. (Revelación 21:1-4) La humanidad irá alcanzando gradualmente la perfección física.

16 Los hombres y las mujeres, ya sin el estorbo de problemas y entonces la muerte después de 70 años, tendrán la emoción de poder investigar muchos campos del aprendizaje y la experiencia. Usted podrá disfrutar de la expresión plena de sus talentos, hasta desarrollar algunos que nunca pensó que tuviera. Cocinar, edificar casas, construir muebles, decorado, jardinería, tocar instrumentos musicales, sastrería, estudiar los vastos campos del conocimiento... Se pudiera seguir interminablemente con la lista de las cosas fascinantes y provechosas que se podrán hacer. Jehová dijo en cierta ocasión: “La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.”—Isaías 65:22.

17 Además, la Biblia dice que en el jardín de Edén lo que los animales comían era vegetación. (Génesis 1:30) Por lo tanto, usted puede esperar que Dios arregle los asuntos de modo que los animales va no sean feroces ni peligrosos; estarán en paz unos con otros y con los humanos. Tanto niños como personas mayores disfrutarán de la compañía de éstos a plenitud.—Compare con Isaías 11:6-8; 65:25; Oseas 2:18.

18 Pero la Biblia ni siquiera empieza a describir en detalle todas las bendiciones materiales del nuevo orden. Jehová, nuestro Creador, sabe lo que necesitamos. La Biblia nos asegura acerca de Dios: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.”—Salmo 145:16.

¿Cuáles son las más importantes bendiciones que se prometen para el paraíso restaurado? (19, 20)

19 Apropiadamente, las Escrituras no dan énfasis a la prosperidad material ni a las bendiciones materiales, sino a las cosas espirituales y mentales que contribuirán a la felicidad en el paraíso restaurado. Por ejemplo, podemos esperar condiciones como las que se describen de este modo:

“La obra de la justicia verdadera tiene que llegar a ser paz; y el servicio de la justicia verdadera, tranquilidad y seguridad hasta tiempo indefinido. Y mi pueblo tiene que morar en un lugar de habitación pacífico y en residencias de plena confianza y en lugares de descanso sosegados.”—Isaías 32:17, 18.

20 Podemos comprender que hasta si tuviéramos buena salud, un hogar excelente y abundancia de alimento, no tendríamos verdadero contento si nos rodearan el conflicto, la tensión, los celos y la ira. (Proverbios 15:17; 21:9) Sin embargo, las personas a quienes Dios permitirá vivir en el paraíso venidero serán personas que concienzudamente se hayan esforzado por vencer esas debilidades humanas. Estas personas formarán una familia mundial de cristianos que cultivarán los frutos del espíritu de Dios, entre ellos el amor, la paz, la bondad y el gobierno de uno mismo. (Gálatas 5:19-23) Se esforzarán sinceramente por tener personalidades que armonicen con la personalidad de Jehová.—Efesios 4:22-24.

VIVIR PARA COMPLACER Y ALABAR A JEHOVÁ

¿Cómo podemos hallar la verdadera felicidad? (21-24)

21 Las bendiciones materiales y espirituales que se han predicho nos dan motivo para que estemos a la expectativa del nuevo orden. Sin embargo, si dejamos que ésas sean las razones primordiales para adorar a Dios y vivir una vida cristiana, hasta algún grado seríamos como las personas de la generación actual con su actitud de ‘yo primero’ que principalmente están interesadas en lo que ellas desean y pueden obtener.

22 Más bien, nosotros debemos cultivar el deseo de vivir una vida cristiana —ahora y en el futuro— porque Dios quiere que hagamos eso. Él debe venir primero, no nosotros. Jesús mostró el punto de vista que necesitamos, al decir: “He venido . . . para hacer tu voluntad, oh Dios,” y: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.” (Hebreos 10:7; Juan 4:34) El aprecio que sentimos por lo que Dios ha hecho debe movernos a ponerlo en primer lugar.—Romanos 5:8.

23 Correctamente, la Biblia no da énfasis como de primera importancia a nuestra salvación y las bendiciones que podemos recibir. Más bien, da énfasis a la vindicación del nombre de Dios y lo correcto de que alabemos a Dios por lo que él es y lo que ha hecho. David escribió:

“Ciertamente te ensalzaré, oh mi Dios el Rey, y ciertamente bendeciré tu nombre hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Jehová es grande y ha de ser alabado en gran manera, y su grandeza es inescrutable. En el glorioso esplendor de tu dignidad y en los asuntos de tus maravillosas obras ciertamente me interesaré intensamente.”—Salmo 145:1, 3, 5.

24 El poner a Dios en primer lugar en la vida y alabarle activamente fue apropiado para Jesús y para David. También es muy apropiado para nosotros. Cuando combinamos esto con el práctico modo de vivir cristiano, hemos hallado la felicidad... ahora y en el futuro perdurable.

PUNTO PARA CONSIDERACIÓN:

[Ilustración de la página 189]

Tiempo para desarrollar y usar sus talentos a plenitud