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Los “hombres-monos”... ¿qué eran?

Los “hombres-monos”... ¿qué eran?

Capítulo 7

Los “hombres-monos”... ¿qué eran?

1, 2. Según la teoría evolucionista, ¿qué eran nuestros antepasados?

DURANTE muchos años ha habido informes de que se han encontrado los restos fósiles de humanos parecidos a simios o monos. La literatura científica abunda en los conceptos artísticos de tales criaturas. ¿Son estas las transiciones evolutivas entre las bestias y el hombre? ¿Son unos “hombres-monos” nuestros antecesores? Los científicos evolucionistas afirman que sí. Por eso, con frecuencia leemos expresiones como este título de un artículo de una revista científica: “Cómo se convirtió en hombre el antropoide”⁠1.

2 Es verdad que algunos evolucionistas no creen que sea correcto llamar “antropoides” o “monos” a estos antecesores teóricos del hombre. Con todo, otros evolucionistas no son tan exigentes de precisión⁠2. Stephen Jay Gould dice: “La gente [...] evolucionó de antepasados simiescos”⁠3. Y George Gaylord Simpson declaró: “El antepasado común ciertamente sería llamado antropoide o mono en el habla popular por cualquier persona que lo viera. Puesto que los términos antropoide y mono son términos definidos por el uso popular, los antepasados del hombre fueron antropoides o monos”⁠4.

3. ¿Por qué se considera importante el registro fósil para determinar la ascendencia del hombre?

3 ¿Por qué es tan importante el registro fósil en el esfuerzo por documentar la existencia de antecesores simiescos o parecidos a monos para la humanidad? Porque en el mundo viviente de hoy no hay nada que apoye tal idea. Como se muestra en el capítulo 6 de este libro, hay una enorme laguna entre los humanos y todo animal existente hoy, incluso la familia de los monos antropomorfos, o antropoides. Por eso, puesto que el mundo viviente no suministra un eslabón entre el hombre y el antropoide, se esperaba que el registro fósil lo hiciera.

4. Desde el punto de vista de la evolución, ¿por qué es tan extraña la ausencia de “hombres-monos” vivientes?

4 Desde el punto de vista de la evolución, la obvia laguna que existe entre el hombre y el antropoide hoy es extraña. La teoría evolucionista sostiene que, a medida que los animales progresaron en la escala de la evolución, se hicieron más capaces de sobrevivir. Entonces, ¿por qué está todavía en existencia la familia “inferior” de los antropoides, pero no hay ningún representante de las presuntas formas intermedias, que supuestamente habrían de ser más adelantadas en el proceso evolutivo? Hoy vemos chimpancés, gorilas y orangutanes, pero no vemos “hombres-monos”. ¿Parece probable que cada uno de los más recientes y supuestamente más adelantados “eslabones” entre las criaturas simiescas y el hombre moderno hubieran de haberse extinguido, pero no los antropoides, que serían inferiores?

¿Cuánta prueba fósil?

5. En cuanto a la prueba fósil para la evolución humana, ¿qué impresión dejan los relatos?

5 A juzgar por los relatos que se dan en la literatura científica, en las exhibiciones de los museos y en la televisión, parecería que de seguro debería haber abundante prueba de que los humanos hubieran evolucionado desde criaturas semejantes a monos. ¿Es realmente cierto eso? Por ejemplo, ¿qué prueba fósil había de esto en el tiempo de Darwin? ¿Fue prueba de esa índole lo que lo estimuló a formular su teoría?

6. a) ¿Se basaban en prueba fósil las teorías anteriores acerca de la evolución humana? b) ¿Por qué pudo ganar aceptación sin prueba sólida la evolución?

6 La publicación The Bulletin of the Atomic Scientists (El boletín de los científicos atómicos) nos informa: “Las primeras teorías de la evolución humana son en realidad muy extrañas, si se examinan con detenimiento. David Pilbeam ha descrito las primeras teorías como ‘infósiles’. Es decir, se trataba de teorías sobre la evolución humana de las cuales uno pensaría que requerirían alguna prueba fósil, pero en realidad había o tan pocos fósiles que no ejercían influencia alguna en la teoría, o ningún fósil en absoluto. De modo que lo único que había entre los supuestos parientes más cercanos al hombre y los primeros fósiles humanos era la imaginación de unos científicos del siglo XIX”. Esta publicación científica muestra por qué: “La gente quería creer en la evolución, la evolución humana, y esto afectó el resultado de su obra”⁠5.

7-9. ¿Cuánta prueba fósil hay ahora para la evolución humana?

7 Después de más de un siglo de búsqueda, ¿cuánta prueba fósil hay de los “hombres-monos”? Richard Leakey declaró: “Los que trabajan en este campo tienen tan poca prueba sobre la cual basar sus conclusiones que frecuentemente se les hace necesario cambiar de conclusiones”⁠6. La revista New Scientist comentó: “A juzgar por la cantidad de prueba sobre la cual se funda, el estudio del hombre fósil difícilmente merece ser más que una subdisciplina de la paleontología o de la antropología. [...] tan atormentadoramente incompleta es la colección, y tan fragmentarios y tan poco convincentes suelen ser los especímenes mismos”⁠7.

8 De manera similar, el libro Origins (Orígenes) confiesa lo siguiente: “A medida que adelantamos por la senda de la evolución hacia los humanos el paso se hace claramente incierto, debido, de nuevo, a la poca prueba fósil”⁠8. La revista Science añade: “La principal prueba científica es un conjunto de huesos lastimosamente pequeño del cual construir la historia evolutiva del hombre. Cierto antropólogo ha comparado esa tarea con la de reconstruir el argumento de Guerra y Paz con 13 páginas seleccionadas al azar”⁠9.

9 Precisamente, ¿cuán escaso es el registro fósil en cuanto a los “hombres-monos”? Note lo siguiente. La revista Newsweek: “‘Todos los fósiles se pudieran colocar encima de un solo escritorio’, dijo Elwyn Simons, de la Universidad Duke”⁠10. El periódico The New York Times: “Los restos fósiles conocidos de los antepasados del hombre cabrían sobre una mesa de billar. Eso constituye una pobre plataforma desde la cual tratar de penetrar la niebla de los últimos millones de años”⁠11. La revista Science Digest: “El hecho sorprendente es que toda la prueba física que tenemos para la evolución humana todavía se puede colocar, con lugar de sobra, ¡dentro de un solo ataúd! [...] Por ejemplo, los antropoides modernos dan la impresión de haber aparecido sin fuente alguna. No tienen ayer, no tienen registro fósil. Y el origen verdadero de los humanos modernos —⁠de seres erguidos, desnudos, hacedores de instrumentos, de cerebro grande⁠— es, si vamos a ser honrados con nosotros mismos, un asunto tan misterioso como ese”⁠12.

10. ¿Qué muestra la prueba acerca de la aparición de los humanos de tipo moderno?

10 Los humanos de tipo moderno, con capacidad para razonar, trazar planes, inventar, edificar sobre el conocimiento ya adquirido y usar lenguajes complejos, aparecen de súbito en el registro fósil. Gould, en su libro The Mismeasure of Man (El hombre mal medido), señala: “No tenemos prueba de cambio biológico en el tamaño ni en la estructura del cerebro desde la aparición de Homo sapiens en el registro fósil hace unos cincuenta mil años”⁠13. Así, pues, el libro The Universe Within (El universo interno) pregunta: “¿Qué hizo que la evolución [...] produjera, como de la noche a la mañana, a la humanidad moderna con su cerebro altamente especial?”⁠14. La evolución no puede contestar. Pero ¿pudiera hallarse la respuesta en la creación de una criatura muy compleja y diferente?

¿Dónde están los “eslabones”?

11. Como se reconoce, ¿cuál es “la regla” en el registro fósil?

11 Sin embargo, ¿no han hallado los científicos los “eslabones” necesarios entre los animales simiescos y el hombre? No según la prueba existente. La revista Science Digest habla de “la falta de un eslabón perdido que explique la aparición relativamente súbita del hombre moderno”⁠15. La revista Newsweek declaró: “El eslabón perdido entre el hombre y los antropoides [...] es simplemente el más atractivo de toda una jerarquía de criaturas fantasmas. En el registro fósil, los eslabones perdidos son la regla”⁠16.

12. ¿En qué ha resultado la falta de eslabones?

12 Porque no hay eslabones, de una cantidad mínima de pruebas hay que fabricar “criaturas fantasmas” y presentarlas como si en realidad hubieran existido. Eso explica por qué pudiera ocurrir la siguiente contradicción, según el informe de una revista científica: “Los humanos evolucionaron en pasos graduales desde sus antepasados simiescos, y no, como afirman algunos científicos, en saltos repentinos de una forma a otra. [...] Pero, según informes, otros antropólogos, trabajando con más o menos la misma información, han llegado a una conclusión exactamente opuesta a esa”⁠17.

13. ¿Qué resultado ha tenido el no poder hallar “eslabones perdidos”?

13 Por esto podemos entender mejor la declaración que hizo el respetado anatomista Solly Zuckerman, quien escribió en la publicación Journal of the Royal College of Surgeons of Edinburgh (Revista del Real Colegio de Cirujanos de Edimburgo): “La búsqueda del proverbial ‘eslabón perdido’ de la evolución del hombre, ese santo grial de una secta de anatomistas y biólogos que jamás desaparece, permite que el razonamiento superficial y el mito florezcan hoy tan felizmente como lo hacían 50 años atrás, y más”⁠18. Señaló que, con demasiada frecuencia, se pasaban por alto los hechos y, en vez de darles apoyo, se apoyaba lo que era popular por el momento, a pesar de la prueba que lo contradecía.

El “árbol genealógico” del hombre

14, 15. ¿Qué le ha hecho la prueba disponible al “árbol genealógico” de la evolución humana?

14 Como resultado de esto, el “árbol genealógico” que suele dibujarse según la supuesta evolución del hombre desde los animales inferiores cambia constantemente. Por ejemplo, Richard Leakey declaró que un descubrimiento fósil muy reciente “deja en ruinas la noción de que todos los fósiles primitivos pueden ser puestos en una secuencia ordenada de cambio evolutivo”⁠19. Y un informe periodístico acerca de ese descubrimiento declaró: “Cuanto libro de antropología hay, cuanto artículo de la evolución del hombre, sí, y todo dibujo del árbol genealógico del hombre, tendrán que ser descartados. Parece que están equivocados”⁠20.

15 El árbol genealógico teórico de la evolución humana está lleno de “eslabones” rechazados que habían recibido aceptación. Un artículo de fondo del periódico The New York Times señaló que la ciencia evolucionista “tiene tanto lugar para la conjetura que las teorías de cómo llegó a existir el hombre tienden a decir más acerca del autor de ellas que de su tema. [...] Muchas veces parece que el descubridor de un nuevo cráneo dibuja de nuevo el árbol genealógico del hombre, y al hacerlo pone su descubrimiento en la línea central que conduce al hombre, y los cráneos de todos los demás en líneas secundarias que no conducen a ningún lugar”⁠21.

16. ¿Qué llevó a dos científicos a omitir de su libro un árbol genealógico de la evolución?

16 En una reseña del libro The Myths of Human Evolution (Los mitos de la evolución humana), escrito por los evolucionistas Niles Eldredge y Ian Tattersall, la revista Discover declaró que los autores eliminaron todo árbol genealógico evolucionista. ¿Por qué? Después de señalar que “solo se puede adivinar cuáles son los eslabones que componen el conjunto de antepasados de la especie humana”, esta publicación declaró: “Eldredge y Tattersall insisten en que el hombre busca en vano a sus antepasados. [...] Si la prueba estuviera allí, afirman, ‘se pudiera esperar con confianza que a medida que se hallaran más fósiles homínidos la historia de la evolución humana se hiciera más clara. Mientras que, si algo ha pasado, es lo contrario de eso’”.

17, 18. a) ¿Cómo puede ser “hallado” lo que algunos evolucionistas consideran “perdido”? b) ¿Cómo confirma esto el registro fósil?

17 La revista Discover llegó a esta conclusión: “La especie humana, y todas las especies, seguirán siendo en cierto sentido huérfanas, pues la identidad de sus padres está perdida en el pasado”⁠22. Quizás “perdida” desde el punto de vista de la teoría evolucionista. Pero ¿no ha “hallado” la alternativa de Génesis a nuestros padres como realmente son en el registro fósil... plenamente humanos, tal como lo somos nosotros?

18 El registro fósil revela un origen distinto, separado, para los monos antropoides y para los humanos. Por eso la prueba fósil de la conexión del hombre con las bestias simiescas no existe. En realidad los eslabones nunca han estado allí.

¿Qué apariencia tenían?

19, 20. ¿En qué se basan los dibujos de “hombres-monos”?

19 Sin embargo, si los antecesores del hombre no eran parecidos a monos, ¿por qué hay tantos dibujos y reproducciones de “hombres-monos” en las publicaciones científicas y en museos de todo el mundo? ¿En qué se basan estos? El libro The Biology of Race (La biología de la raza) responde: “Para completar los detalles de la carne y el pelo de tales reconstrucciones hay que recurrir a la imaginación”. Añade: “El color de la piel; el color, la forma y la distribución del pelo; la forma de los rasgos; y el aspecto de la cara... de estas características no sabemos absolutamente nada respecto a cualesquiera hombres prehistóricos”⁠23.

20 La revista Science Digest también comentó: “La vasta mayoría de las concepciones artísticas se fundan más en la imaginación que en la prueba. [...] Los artistas tienen que crear algo que se encuentre entre un antropoide y un ser humano; mientras más antiguo se diga que es el espécimen, más parecido a mono lo hacen”⁠24. Donald Johanson, buscador de fósiles, reconoció: “Nadie puede estar seguro de precisamente qué apariencia presentaba cualquier homínido extinto”⁠25.

21. En realidad, ¿qué son las ilustraciones de “hombres-monos”?

21 De hecho, la revista New Scientist informó que no hay “suficiente prueba del material fósil para sacar de los campos de la fantasía nuestro teorizar”⁠26. Por eso, los dibujos e ilustraciones de “hombres-monos” son, como admitió cierto evolucionista, “en la mayoría de los respectos, pura ficción [...] total invención”⁠27. En armonía con eso, en Man, God and Magic (El hombre, Dios y la magia) Ivar Lissner hizo este comentario: “Tal como lentamente estamos aprendiendo que los hombres primitivos no son necesariamente salvajes, así tenemos que aprender a darnos cuenta de que los hombres primitivos del período Glacial no eran ni bestias brutas ni semiantropoides ni cretinos. De ahí la inefable estupidez de todos los intentos por reconstruir al hombre de Neandertal o hasta al hombre de Pekín”⁠28.

22. ¿Cómo se ha engañado a muchos apoyadores de la evolución?

22 En su deseo de hallar prueba de la existencia de “hombres-monos”, algunos científicos han caído en los lazos del engaño directo; por ejemplo, el relacionado con el hombre de Piltdown, en 1912. Por 40 años este fue aceptado como genuino por la mayoría de la comunidad evolucionista. Finalmente, en 1953 se descubrió el engaño cuando las técnicas modernas revelaron que huesos humanos y de antropoides habían sido combinados y tratados artificialmente para que representaran gran edad. En otro caso, en la prensa se presentó el dibujo de un “eslabón perdido” semejante a un antropoide. Pero más tarde se reconoció que la “prueba” consistía en solamente un diente que pertenecía a una forma extinta de cerdo⁠29.

¿Qué eran?

23. ¿Qué eran, en realidad, algunos fósiles que supuestamente eran antecesores del hombre?

23 Si las reconstrucciones de los “hombres-monos” no son válidas, entonces, ¿qué eran esas criaturas antiguas cuyos huesos fósiles han sido hallados? Uno de estos mamíferos de gran antigüedad de los cuales se alega que están en la línea del hombre es un animalito parecido a roedor del cual se dice que vivió unos setenta millones de años atrás. En su libro Lucy: The Beginnings of Humankind (Lucy: Los principios de la humanidad), Donald Johanson y Maitland Edey escribieron: “Eran cuadrúpedos insectívoros de aproximadamente el tamaño y la forma de las ardillas”⁠30. Richard Leakey llamó a este mamífero un “primate parecido a rata”⁠31. Pero ¿hay prueba sólida alguna de que estos animalitos hayan sido los antecesores de los humanos? No; en vez de eso, solo hay el razonamiento superficial de los que quisieran que así fuera. Ninguna etapa de transición las ha conectado alguna vez con nada excepto con lo que esas formas eran: mamíferos pequeños semejantes a roedores.

24. ¿Qué problemas surgen cuando se trata de establecer a egiptopiteco como antecesor de los humanos?

24 Después en la lista que por lo general se acepta, con una laguna admitida de unos cuarenta millones de años, hay fósiles que se hallaron en Egipto y que fueron llamados egiptopiteco (Aegyptopithecus... simio egipcio). Se dice que esta criatura vivió unos treinta millones de años atrás. Revistas, periódicos y libros han presentado ilustraciones de esta criaturita, con titulares como estos: “Criatura parecida a mono fue nuestro antepasado” (revista Time)32. “Primate africano parecido a mono llamado antepasado común del hombre y de los antropoides” (periódico The New York Times)33. “Egiptopiteco es un antepasado que compartimos con los antropoides vivos” (obra Origins [Orígenes])⁠34. Pero ¿dónde están los eslabones entre esta criatura y el roedor que vino antes de ella? ¿Dónde están los eslabones a lo que se coloca después de ella en el alineamiento evolutivo? No se ha hallado ninguno.

La subida y caída de los “hombres-monos”

25, 26. a) ¿Qué afirmación se hizo acerca de ramapiteco? b) ¿Basándose en qué prueba fósil fue reconstruido para que pareciera un “hombre-mono”?

25 Después de otra laguna también reconocida como grande en el registro fósil, se había presentado otra criatura fósil como el primer simio parecido a un humano. Se dijo que había vivido unos catorce millones de años atrás, y fue llamado ramapiteco (Ramapithecus... el simio de Rama [Rama era un príncipe mítico de la India]). Hace aproximadamente medio siglo se hallaron fósiles de este animal en la India. De estos fósiles se construyó una criatura parecida a un antropoide, erguida, plantada sobre dos extremidades. De esta criatura, Origins (Orígenes) declaró: “Hasta donde se puede decir al momento, es el primer representante de la familia humana”⁠35.

26 ¿Qué prueba fósil había para llegar a tal conclusión? La misma publicación dijo: “La prueba en cuanto a ramapiteco es considerable... aunque en términos absolutos sigue siendo atormentadoramente pequeña: fragmentos de la quijada superior y la inferior, más un conjunto de dientes”⁠36. ¿Cree usted que esto era “prueba” lo suficientemente “considerable” como para reconstruir a un “hombre-mono” erguido que fuera antecesor de los humanos? Sin embargo, los artistas dibujaron a esta criatura mayormente hipotética como un “hombre-mono”, y dibujos de esta criatura se generalizaron en la literatura evolucionista... ¡todo sobre la base de fragmentos de quijadas y unos dientes! Con todo, como informó el periódico The New York Times, por décadas ramapiteco “se mantuvo, con toda la seguridad que pudiera tener, en la base del árbol evolutivo humano”⁠37.

27. ¿Qué quedó evidenciado mediante prueba posterior en cuanto a ramapiteco?

27 Sin embargo, ya eso no es así. Fósiles recientes y más completos revelaron que ramapiteco tenía estrecho parecido a la familia actual de los antropoides. Debido a eso, la revista New Scientist declara ahora: “Ramapiteco no pudo haber sido el primer miembro de la línea humana”⁠38. Esta nueva información evocó la siguiente pregunta en la revista Natural History: “¿Cómo se metió ramapiteco, [...] reconstruido únicamente de unos dientes y quijadas —⁠sin pelvis, huesos de extremidades ni cráneo conocidos⁠— en esta procesión en marcha hacia el hombre?”⁠39. Es obvio que tiene que haber intervenido mucha ilusión en tal esfuerzo para hacer que la prueba dijera lo que no dice.

28, 29. ¿Qué afirmación se hizo en cuanto a australopiteco?

28 Hay otra laguna de enormes proporciones entre esa criatura y la siguiente que había sido puesta en la lista como antepasado de tipo “hombre-mono”. A esta última se llama australopiteco (Australopithecus... simio del sur). Fósiles de este se encontraron originalmente en el sur de África en los años veinte de este siglo. Tenía un cráneo pequeño como de antropoide y una quijada pesada, y lo representaron caminando sobre dos extremidades, encorvado, cubierto de pelo y con apariencia de antropoide. Se decía que había vivido unos tres o cuatro millones de años atrás. Con el tiempo llegó a ser aceptado por casi todos los evolucionistas como el antepasado del hombre.

29 Por ejemplo, el libro The Social Contract (El contrato social) señaló: “Con una o dos excepciones, todos los investigadores competentes en este campo concuerdan ahora en que los australopitecinos [...] son verdaderos antecesores del hombre”⁠40. El periódico The New York Times declaró: “Fue australopiteco [...] el que con el tiempo evolucionó hasta Homo sapiens, o el hombre moderno”⁠41. Y en Man, Time, and Fossils (El hombre, el tiempo y los fósiles) Ruth Moore dijo: “Toda la prueba indicaba que los hombres al fin habían encontrado a sus antecesores primitivos, que por mucho tiempo les habían sido desconocidos”. Declaró ella con énfasis: “La prueba era arrolladora [...] al fin se había encontrado el eslabón perdido”⁠42.

30, 31. ¿Qué muestra en cuanto a australopiteco la prueba hallada posteriormente?

30 Pero cuando en realidad la prueba para algo es débil, o no existente, o se basa en puro engaño, tarde o temprano lo que se afirma queda en nada. Así ha sucedido en el caso de muchos ejemplos pasados de presuntos “hombres-monos”.

31 Así ha sucedido, también, con australopiteco. La investigación creciente ha revelado que su cráneo “difería del de los humanos de más maneras que solamente su menor capacidad cerebral”⁠43. El anatomista Zuckerman escribió: “El cráneo australopitecino, al compararse con el cráneo humano y el cráneo símico [de antropoide], parece arrolladoramente símico... no humano. La proposición contraria pudiera igualarse a una afirmación de que lo negro es blanco”⁠44. También dijo: “Nuestros descubrimientos dejan poca duda respecto a que [...] australopiteco no se parece a Homo sapiens, sino a los monos y antropoides vivientes”⁠45. Donald Johanson también dijo: “Los australopitecinos [...] no eran hombres”⁠46. Richard Leakey también llamó “poco probable el que nuestros antecesores directos sean descendientes evolutivos de los australopitecinos”⁠47.

32. Si tales criaturas todavía estuvieran vivas hoy, ¿cómo se trataría con ellas?

32 Si hoy hubiera de hallarse vivos a algunos australopitecinos, serían puestos en los jardines zoológicos con los demás antropoides. Nadie los llamaría “hombres-monos”. Lo mismo es cierto de otros “primos” fósiles semejantes, como un tipo de australopitecino más pequeño llamado “Lucy”. De este espécimen Robert Jastrow dice: “Este cerebro no era grande en tamaño absoluto; tenía la tercera parte del tamaño de un cerebro humano”⁠48. Es obvio que este australopitecino era también sencillamente un “antropoide”. De hecho, la revista New Scientist dijo que “Lucy” tenía un cráneo “muy parecido al de un chimpancé”⁠49.

33. ¿Qué tipo fósil quizás haya sido, o quizás no, humano?

33 Otro tipo fósil recibe el nombre de Homo erectus... hombre erguido. El tamaño y la forma de su cerebro sí caen dentro del alcance de las medidas inferiores del cerebro del hombre moderno. Además, la Encyclopædia Britannica declaró que “los huesos de las extremidades descubiertos hasta ahora no se han podido distinguir de los de H[omo] sapiens”50. Sin embargo, no está claro si era humano o no. Si lo era, entonces era simplemente una rama de la familia humana, y desapareció.

La familia humana

34. ¿Cómo han cambiado las ideas en cuanto al hombre de Neandertal?

34 El hombre de Neandertal (llamado así por el distrito de Neander, en Alemania, donde se halló el primer fósil) era indudablemente humano. Al principio se le pintó encorvado, con apariencia de estúpido, peludo y simiesco. Ahora se sabe que esta reconstrucción equivocada se basó en un esqueleto fósil que había sido malamente deformado por una enfermedad. Desde entonces se han hallado muchos fósiles de Neandertal, y estos confirman que no difería mucho de los humanos modernos. En su libro Ice (Hielo), Fred Hoyle declaró: “No hay prueba de que el hombre de Neandertal fuera de manera alguna inferior a nosotros”⁠51. El resultado ha sido que dibujos recientes de los neandertaloides han adquirido una apariencia más moderna.

35. ¿Qué eran los tipos llamados hombres de Cromañón?

35 Otro tipo fósil que frecuentemente se menciona en la literatura científica es el del hombre de Cro-Magnon, o Cromañón. Fue llamado así por el lugar, en el sur de Francia, donde sus huesos fueron originalmente desenterrados. Estos especímenes “eran casi tan indistinguibles de los de hoy que hasta los más escépticos tuvieron que admitir que eran humanos”, dice el libro Lucy⁠52.

36. ¿Cuál es la realidad en cuanto a los fósiles simiescos del pasado, y a los fósiles de apariencia humana?

36 Así, pues, hay clara indicación de que no existe fundamento para creer en “hombres-monos”. En vez de eso, los humanos tienen todas las señales de haber sido creados... separados y distintos de todo animal. Los humanos se reproducen solamente según su propio género. Hacen eso hoy, y siempre han hecho eso en el pasado. Cualesquiera criaturas simiescas que vivieran en el pasado eran precisamente eso —⁠antropoides, o monos⁠— no humanos. Y los fósiles de humanos antiguos que difieren ligeramente de los humanos de hoy simplemente demuestran variedad dentro de la familia humana, tal como hoy tenemos muchas variedades que viven lado a lado. Hay humanos de dos metros (siete pies) de estatura y hay pigmeos, con una variedad de tamaños y formas de esqueletos. Pero todas estas variedades pertenecen al mismo tipo o “género” humano, no a un “género” animal.

¿Qué se dice de las fechas?

37. La cronología bíblica indica que los humanos han estado en la Tierra ¿por cuánto tiempo?

37 La cronología bíblica indica que desde la creación de los humanos han pasado unos seis mil años. Entonces, ¿por qué lee uno con frecuencia acerca de espacios de tiempo mucho mayores desde que aparecieron fósiles de tipo reconocidamente humano?

38. ¿Prueban que la Biblia esté equivocada las fechas que se determinan por la degeneración radiactiva y que están en conflicto con la cronología bíblica?

38 Antes de llegar a la conclusión de que la cronología bíblica esté equivocada, considere el hecho de que los métodos de fechar mediante la radiactividad han llegado a estar bajo vigorosa crítica por algunos científicos. Una publicación científica dio informe de estudios que muestran que “las fechas determinadas por degeneración radiactiva pueden estar equivocadas... no solo por unos cuantos años, sino por órdenes de magnitud”. Dijo: “Es posible que el hombre, en vez de haber estado en la Tierra por 3.600.000 años, haya estado en existencia por solo unos cuantos miles”⁠53.

39. ¿Es siempre confiable el “reloj” de radiocarbono?

39 Tome, por ejemplo, el “reloj” de radiocarbono. Este método de fechar por radiocarbono fue desarrollado durante un espacio de dos décadas por científicos de todas partes del mundo. Recibió amplia aclamación por suministrar fechas exactas de artefactos provenientes de la historia antigua del hombre. Pero entonces hubo en Uppsala, Suecia, una conferencia de los peritos del mundo, entre ellos radioquímicos, arqueólogos y geólogos, para comparar sus apuntes. El informe de su conferencia mostró que las suposiciones fundamentales sobre las cuales se habían basado las medidas habían resultado poco seguras a mayor o menor grado. Por ejemplo, se halló que la proporción de formación de carbono radiactivo en la atmósfera no ha sido consecuente en el pasado, y que este método no es confiable para fechar objetos que sean de aproximadamente 2.000 años antes de la era común, o de tiempo anterior a ese⁠54.

40. ¿De qué manera apoyan los registros históricos la cronología bíblica en cuanto a la edad de la raza humana?

40 Tenga presente que la prueba verdaderamente confiable de la actividad del hombre en la Tierra no se da en millones de años, sino en miles. Por ejemplo, en The Fate of the Earth (El destino de la Tierra) leemos: “Solo seis o siete mil años atrás [...] surgió la civilización, y nos permitió edificar un mundo humano”⁠55. The Last Two Million Years (Los últimos dos millones de años) declara: “En el Viejo Mundo, la mayoría de los pasos críticos en la revolución agrícola se dieron entre 10.000 y 5.000 años antes de Cristo.” También dice: “Solo durante los últimos 5.000 años ha dejado el hombre registros escritos”⁠56. El hecho de que el registro fósil muestra que el hombre moderno apareció de súbito en la Tierra, y de que, como se admite, los registros históricos confiables son recientes, armoniza con la cronología bíblica de la vida humana en la Tierra.

41. ¿Qué dijo un pionero en el campo del fechar con radiocarbono acerca de las fechas “prehistóricas”?

41 A este respecto, note lo que declaró en la revista Science W. F. Libby, físico nuclear y ganador del premio Nobel, uno de los pioneros en fechar mediante radiocarbono: “La investigación en el desarrollo de la técnica de fechar consistió en dos etapas... determinar la fecha de muestras de las épocas histórica y prehistórica, respectivamente. Arnold [un colaborador] y yo recibimos nuestra primera sacudida cuando los que nos aconsejaban nos informaron que la historia se remontaba únicamente hasta 5.000 años atrás. [...] Uno lee declaraciones que dicen que tal y tal sociedad o lugar arqueológico es de 20.000 años atrás. Aprendimos, algo abruptamente, que estas cifras, estas edades antiguas, no se conocen con exactitud”⁠57.

42. ¿Qué comentario hizo un autor inglés en cuanto a la diferencia entre los relatos evolucionistas y el relato de Génesis?

42 En una reseña de un libro sobre la evolución, el autor inglés Malcolm Muggeridge comentó acerca de la falta de prueba para la evolución. Señaló que, de todos modos, florecía el razonamiento superficial y sin riendas. Entonces dijo: “En comparación con eso, el relato de Génesis parece suficientemente serio, y por lo menos tiene el mérito de estar relacionado válidamente con lo que conocemos acerca de los seres humanos y su comportamiento”. Dijo que las alegaciones sin base de millones de años para la evolución del hombre “y saltos desenfrenados de cráneo a cráneo, no pueden menos que impresionar como pura fantasía al que no haya sido cautivado por el mito [evolucionista]”. Muggeridge llegó a esta conclusión: “De seguro la posteridad quedará asombrada, y espero que en gran medida entretenida, por el hecho de que tal teorizar descuidado y no convincente hubiera cautivado con tanta facilidad mentes del siglo XX, y hubiera sido aplicado tan amplia e imprudentemente”⁠58.

[Preguntas del estudio]

[Comentario de la página 84]

¿Por qué sobrevivieron los antropoides y monos, que serían formas “inferiores”, pero no sobrevivió ningún “hombre-mono”, que sería una forma “superior”?

[Comentario de la página 85]

Las teorías tempranas de la evolución humana fueron “la imaginación de unos científicos del siglo XIX”

[Comentario de la página 85]

“La principal prueba científica es un conjunto de huesos lastimosamente pequeño”

[Comentario de la página 87]

“La búsqueda del proverbial ‘eslabón perdido’ [...] permite que el razonamiento superficial y el mito florezcan”

[Comentario de la página 88]

‘Todo dibujo del árbol genealógico del hombre tendrá que ser descartado’

[Comentario de la página 90]

No hay “suficiente prueba del material fósil para sacar de los campos de la fantasía nuestro teorizar”

[Comentario de la página 93]

“Ramapiteco no puede haber sido el primer miembro de la línea humana”

[Comentario de la página 95]

“No hay prueba de que el hombre de Neandertal fuera de manera alguna inferior a nosotros”

[Comentario de la página 98]

“De seguro la posteridad quedará asombrada [...] de que tal teorizar descuidado y no convincente hubiera cautivado con tanta facilidad mentes del siglo XX”

[Ilustraciones de la página 94]

Hubo un tiempo en que se aceptó a australopiteco como antecesor humano, “el eslabón perdido”. Ahora algunos científicos concuerdan en que su cráneo era “arrolladoramente símico [de antropoide]... no humano”

Cráneo de australopiteco

Cráneo de chimpancé

Cráneo humano

[Ilustración de la página 84]

Puesto que el mundo viviente no suministra ningún eslabón entre el hombre y las bestias, los evolucionistas esperaban que los fósiles harían eso

[Ilustración de la página 86]

Cierto evolucionista reconoce lo siguiente: “No tenemos prueba de cambio biológico en el tamaño ni en la estructura del cerebro desde la aparición de Homo sapiens en el registro fósil”

[Ilustración de la página 89]

¿En qué se basan los dibujos de “hombres-monos”? Los evolucionistas responden: “la imaginación”, “en la mayoría de los respectos, pura ficción”, “total invención”

[Ilustraciones de la página 91]

Se dice que un roedor parecido a una musaraña es el antepasado del hombre. Pero no hay prueba fósil para tal relación

Esta criatura simiesca ha sido llamada antecesora nuestra. No existe prueba fósil de tal alegación

[Ilustraciones de la página 92]

Con solo unos dientes y partes de quijadas, se llamó a ramapiteco “el primer representante de la familia humana”. Prueba que salió a luz después mostró que no era tal cosa

[Ilustración de la página 96]

Como sucede en el registro fósil, hoy hay gran variedad en el tamaño y la forma de la estructura ósea en los humanos. Pero todos pertenecen al “género” humano

[Ilustración de la página 97]

Los humanos tienen todas las señales de haber sido creados como forma de vida separada y distinta de los antropoides

[Ilustración/Diagrama de la página 90]

El hombre de Piltdown fue aceptado como “eslabón perdido” por 40 años hasta que se vio que era un engaño. Partes de una quijada y dientes de orangután habían sido combinados con partes de un esqueleto humano

[Diagrama]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Las zonas oscuras son fragmentos de un cráneo humano

Toda la zona clara fue fabricada de yeso

Las zonas oscuras son fragmentos de quijada y dientes de orangután