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Su propio pueblo tuvo que saber quién es Él

Su propio pueblo tuvo que saber quién es Él

Capítulo 2

Su propio pueblo tuvo que saber quién es Él

1. Ante el desastre para los egipcios y el triunfo para los que habían sido sus esclavos, ¿qué llegó a saber cada nación respectivamente?

VERDADERAMENTE Egipto como la potencia militar preponderante de aquel día antiguo debe haber experimentado un bajón. Cuando a los egipcios que se quedaron atrás en su país les llegó la noticia de este desastre deberían haber sabido al fin que el Dios de los que habían sido sus esclavos era Jehová, el único Dios vivo y verdadero. En cuanto a los israelitas libertados, en esta hora de triunfo pudieron apreciar lo que su Dios le había dicho a Moisés acerca de ellos: “Ciertamente los tomaré a ustedes como pueblo para mí, y verdaderamente resultaré ser Dios para ustedes; y ustedes ciertamente sabrán que yo soy Jehová su Dios que los está sacando de debajo de las cargas de Egipto.” (Éxodo 6:7) Ahora podían apreciar o comprender el nombre de Dios como aun sus antepasados jamás habían podido apreciarlo, tal como él le había dicho también a Moisés: “Yo soy el SEÑOR. Me aparecí a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso. Pero no me di a conocer a ellos por mi nombre JEHOVÁ.”—Éxodo 6:2, 3, New English Bible de 1970.

2. ¿A quiénes estaban ahora bajo obligación de llegar a ser testigos los israelitas libertados, y en cuanto a qué?

2 Ahora aquellos israelitas libertados tenían la responsabilidad de servir como testigos a sus descendientes. Habían llegado a estar bajo obligación de servir como testigos de Jehová para su prole, tal como él le había dicho a Moisés antes de herir a Egipto con la octava plaga, la plaga de las langostas: “Entra a donde Faraón, porque yo... yo he dejado que se ponga insensible su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de poner estas señales mías justamente delante de él, y a fin de que declares a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo cuán severamente he tratado con Egipto y mis señales que he establecido entre ellos; y ciertamente sabrán ustedes que yo soy Jehová.” (Éxodo 10:1, 2) Ahora había llegado a haber buena razón para que unos ochocientos años más tarde él le dijera a aquella nación, por medio de su profeta Isaías, lo siguiente:

3. Ahora había llegado a haber buena razón para que Jehová dijera ¿qué, a la nación libertada, en Isaías 43:1-12?

3 “Y ahora esto es lo que ha dicho Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: ‘No tengas miedo, porque yo te he recomprado. Te he llamado por tu nombre. Eres mío. En caso de que pases por las aguas, yo ciertamente estaré contigo; y por los ríos, no te inundarán. En caso de que andes por el fuego, no te chamuscarás, ni la llama misma te quemará ligeramente. Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel tu Salvador. . . . Ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue formado Dios alguno [por las naciones idólatras], y después de mí continuó sin que lo hubiese. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador. Yo mismo he anunciado y he salvado y he hecho que sea oído, cuando no había entre ustedes dios extraño. De modo que ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘y yo soy Dios.’”—Isaías 43:1-12.

4. Durante su largo viaje a través del desierto ardiente, ¿a quién llegaron a conocer los israelitas como su Proveedor, y de qué manera?

4 Como resultaron las cosas, la nación libertada de Israel todavía tenía que pasar por el desierto ardiente en su camino a la Tierra Prometida. Puesto que este desierto no era ‘tierra de leche y miel,’ como se informada que era la Tierra Prometida, la nación de sus testigos tenía que llegar a conocer a Jehová como Aquel que podía satisfacer sus necesidades durante todo el viaje. ¡Piense en proveer abastecimiento de alimento y agua para varios millones de personas y su ganado en el desierto de la península de Sinaí! Aproximadamente un mes después que habían salido de Egipto y el pueblo estuvo dispuesto a murmurar acerca del asunto del alimento, Jehová declaró que no dejaría que Su nombre fuera vituperado bajo este respecto, diciéndole a Moisés: “He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales, diciendo: ‘Entre las dos tardes comerán carne y por la mañana se satisfarán con pan; y ciertamente sabrán que yo soy Jehová su Dios.’” Así aprendieron a conocerlo como su Proveedor y Sustentador cuando envió un abastecimiento abundante de codornices por la tarde y el maná milagroso por la mañana. (Éxodo 16:1-18) A través de las cuatro décadas de su viaje a la Tierra Prometida de leche y miel, con regularidad Jehová les suministró el maná sustentador de la vida. No era pan común.

5, 6. El que Dios proveyera para Israel en el desierto debió haber hecho que conocieran ¿qué? y sin embargo, al fin de su viaje ¿qué se pudo decir en cuanto a su corazón, ojos y oídos?

5 ¿Qué hay si nosotros en el día actual fuésemos a tener cuarenta años de experiencia privada con Dios nuestro Creador tal como la tuvieron los israelitas allá en aquel desierto del Oriente Medio? ¿Se llenarían entonces nuestros corazones de afecto por el conocimiento que Dios impartiría? Llegarían nuestros ojos al grado de ver con entendimiento y aprecio lo que Dios estuviera haciendo y oirían nuestros oídos con disposición de obedecer lo que Dios dijera? ¿Sentiríamos que ahora conocíamos a Dios nuestro Creador? Deberíamos contestar afirmativamente. Y sin embargo, hacia el fin de los cuarenta años de vagar en el desierto, el profeta Moisés resumió el efecto de los tratos de Dios en los israelitas, cuando Moisés les dijo:

6 “Y sin embargo hasta el día de hoy Jehová no les ha dado a ustedes un corazón para conocer y ojos para ver y oídos para oír. ‘Mientras seguí guiándolos cuarenta años en el desierto, sus prendas de vestir no se gastaron sobre ustedes, y tu sandalia no se gastó sobre tu pie. Pan no comieron, y vino y licor embriagante no bebieron, para que supieran que yo soy Jehová su Dios.’”—Deuteronomio 29:1-6.

7, 8. En Refidim en el desierto, ¿cómo aprendieron los israelitas quién era su Protector, y cómo confirmó esto el nombre del altar recién edificado?

7 A principios de estos cuarenta años de experiencia íntima con Dios deberían haber llegado a conocerlo como su Protector contra los enemigos violentos. En el segundo mes de su viaje por etapas en el desierto llegaron a Refidim. Allí pudieron haber hecho la observación de que, aunque ellos mismos pelearan en defensa propia, es su Dios el que les da la victoria sobre sus enemigos. ¿Por qué? ¿Qué sucedió allí? Leamos:

8 “Vinieron los amalequitas y atacaron a Israel en Refidim. Moisés le dijo a Josué: ‘Escoge a tus hombres, y sal mañana a pelear por nosotros contra Amalec; y yo me apostaré en la cima de la colina con el báculo de Dios en mi mano.’ Josué llevó a cabo sus órdenes y peleó contra Amalec mientras Moisés, Aarón y Hur subieron a la cima de la colina. Siempre que Moisés levantaba las manos Israel tomaba la ventaja, y cuando bajaba las manos Amalec tomaba la ventaja. Pero cuando sus brazos se hicieron pesados tomaron una piedra y la colocaron debajo de él y, al sentarse, Aarón y Hur le sostenían las manos, uno en cada lado, para que sus manos se mantuvieran firmes hasta ponerse el sol. Así derrotó Josué a Amalec y pasó a cuchillo a su pueblo. El SEÑOR le dijo a Moisés: ‘Registra esto por escrito, y dícelo a Josué con estas palabras: “Estoy determinado a borrar todo el recuerdo de Amalec de debajo del cielo.”’ Moisés edificó un altar y lo llamó Jehová-nisi y dijo: ‘Mi juramento sobre él: el SEÑOR está en guerra con Amalec de generación en generación.’”—Éxodo 17:8-16, New English Bible. (El nombre “Jehová-nisi” significa “Jehová Es Mi Poste-Señal.”)

9. Según la historia posterior de los amalequitas, ¿en torno de quién es mejor congregarse como a un poste-señal?

9 Se necesitaron generaciones, de hecho, siglos, como muestra la historia, para exterminar hasta el último de los amalequitas, los enemigos tradicionales del pueblo de Dios. La determinación de Jehová contra ellos no fue frustrada. De modo que la historia prueba que es mejor congregarnos en torno de Jehová como nuestro Poste-Señal más bien que acudir en grupo a ayudar a los que son los enemigos de Él y de su pueblo. Haremos esto si lo conocemos.

LA CLASE DE DIOS QUE ES ÉL

10. En el monte Sinaí, ¿qué mostró lo crítico de la situación debido al quebrantamiento del Primer y el Segundo Mandamientos?

10 Todas estas experiencias históricas nos ayudan a comprender la clase de Dios que es este Jehová. En una ocasión crítica le dio a Moisés una descripción de la clase de Dios que es. Esto sucedió aproximadamente el cuarto mes después que los israelitas habían salido de su esclavitud en Egipto. Mientras todavía estaban junto al monte Sinaí, millares de los israelitas quebrantaron los primeros dos de los Diez Mandamientos al cometer idolatría con un becerro de oro. Moisés como mediador para la nación tuvo que interceder por ellos para asegurarse de que la presencia de Dios continuara con ellos en su viaje a través del desierto. Luego, mientras estuvo sobre la montaña con el ángel de Dios, Moisés hizo una petición, y Dios favoreció a Moisés con una revelación especial acerca del Nombre divino. Tocante a esto leemos:

11. A petición de Moisés arriba en la montaña, ¿qué proclamación se hizo acerca del nombre de Dios?

11 “Y Moisés oró: ‘Muéstrame tu gloria.’ El SEÑOR contestó: ‘Haré que toda mi bondad pase delante de ti, y pronunciaré a oídos de ti el Nombre JEHOVÁ. Seré benévolo con quien seré benévolo, y tendré compasión de quien yo tenga compasión.’ . . . Y el SEÑOR descendió en la nube y ocupó su lugar junto a él y pronunció el Nombre JEHOVÁ. Entonces el SEÑOR pasó enfrente de él y llamó en voz alta: ‘¡JEHOVÁ, el SEÑOR, un dios compasivo y benévolo, de gran paciencia, siempre constante y verdadero, que mantiene constancia a miles, que perdona iniquidad, rebelión y pecado, y que no barre completamente con el culpable; pero uno que castiga a hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación por la iniquidad de sus padres!’”—Éxodo 33:18 a 34:7, New English Bible. (En esta Biblia cuando aparece la expresión “El SEÑOR” ésta también representa el nombre hebreo de Dios, “Jehová.”) También, vea Hechos 7:37, 38, 53; Gálatas 3:19.

12. Un Dios como ése tiene el justo derecho de mandar que todas sus criaturas le rindan ¿qué, y qué arreglos para esto se hicieron entre los israelitas en el desierto?

12 Las cualidades que se acaban de señalar distinguen a Jehová de todos los llamados dioses a quienes hombres y naciones han adorado. Moisés se sintió intensamente movido a adorar a un Dios como el que Jehová es. ¿Qué persona razonable, con aprecio adecuado, no querría adorar a un Dios como el que es Jehová? Merece ser adorado. Tiene el derecho exclusivo y justo de mandar que le adoren todas sus criaturas en el cielo y en la Tierra. Él requirió de los israelitas a quienes había libertado del Egipto opresivo que lo adoraran. Hizo que se construyera una tienda sagrada de reunión en la cual pudiera adorarlo en el desierto su pueblo escogido. Les proveyó un sacerdocio en la familia de Aarón, el hermano de Moisés. Prescribió una lista de sacrificios que podrían ofrecerle en ciertas ocasiones y por ciertas razones, teniendo estos sacrificios un significado especial y señalando hacia el Gran Sacrificio que proveería Jehová al debido tiempo para quitar el pecado de todo el mundo de la humanidad. Sobre esta tienda sagrada de reunión y su sacerdocio, Dios le dijo a Moisés:

13. Por santificar Dios la tienda de reunión, su altar y su sacerdocio, ¿qué llegarían a saber los israelitas?

13 “Y de veras me presentaré allí a los hijos de Israel, y ciertamente será santificada por mi gloria. Y de veras santificaré la tienda de reunión y el altar; y santificaré a Aarón y sus hijos para que me hagan trabajo de sacerdotes. Y ciertamente residiré en medio de los hijos de Israel, y ciertamente resultaré ser su Dios. Y ellos ciertamente sabrán que yo soy Jehová su Dios, que los sacó de la tierra de Egipto para residir en medio de ellos. Yo soy Jehová su Dios.”—Éxodo 29:43-46.

14. Siglos después, ¿con qué fue reemplazada aquella tienda de reunión, y qué pidió en oración el edificador de esto?

14 Esta tienda de reunión transportable fue reemplazada siglos después por un templo estacionario que se edificó en el monte Moría en la ciudad de Jerusalén. El rey Salomón, el hijo de David de Belén, fue su edificador, durante los años 1034-1027 antes de nuestra era común. Jehová santificó este templo como lugar de adoración tal como había hecho en el caso de la tienda de reunión construida por Moisés. (1 Reyes 6:1-38) El rey Salomón pidió en oración que esto fuese así, y acerca de la respuesta divina a su oración, leemos, en 1 Reyes 9:2, 3:

15. ¿Con qué palabras respondió Jehová a la oración de Salomón tocante al templo?

15 “Entonces se le apareció Jehová a Salomón por segunda vez, lo mismo que se le había aparecido en Gabaón. Y Jehová pasó a decirle: ‘He oído tu oración y tu petición de favor con que solicitaste favor delante de mí. He santificado esta casa que has edificado poniendo allí mi nombre hasta tiempo indefinido; y mis ojos y mi corazón ciertamente resultarán estar allí siempre.’”

16. Apropiadamente, ¿quién se interesaba en lo que pasaba allí en el templo, y por qué?

16 Por esa razón el nombre de Jehová llegó a estar asociado con aquel templo en Jerusalén, y hasta naciones muy lejanas llegaron a saber esto. Apropiadamente Jehová estaba sumamente interesado en lo que pasaba allí en aquel templo, puesto que esto tendría efecto en la reputación de su santo nombre. No era ofensa leve el que alguien contaminara su templo.

A ISRAEL Y SIRIA SE LES HIZO SABER QUIÉN ES ÉL

17. Debido a la infidelidad de Salomón, ¿qué reino nuevo se estableció, y cómo le dio Jehová todavía razón a éste para saber quién era él?

17 Debido a que el edificador del templo, el rey Salomón, se hizo infiel a Jehová en su vejez, Dios arrancó diez de las doce tribus de Israel del hijo y sucesor de Salomón, Roboam. Así permitió que se estableciera un reino de Israel de diez tribus con una diferente ciudad capital real. Este reino nuevo rápidamente se apartó de la adoración de Jehová en su templo en Jerusalén y estableció la adoración de becerros de oro en las ciudades de Dan y Betel, en el año 997 a. de la E.C. Cincuenta y siete años más tarde Acab el hijo del inicuo rey Omri llegó a ser rey de aquellas diez tribus de Israel. Avanzó todavía más en la idolatría casándose con la hija de un sacerdote extranjero del dios falso Baal y estableciendo la adoración de Baal en su ciudad capital, Samaria. (1 Reyes 16:29-32) No deseando que este reino de diez tribus lo olvidará completamente, Jehová le envió profetas y todavía le dio al reino idólatra razón para saber que él era Jehová el Dios de sus antepasados.

18, 19. Cuando Ben-hadad de Siria y sus aliados vinieron a atacar a Samaria, ¿qué mensaje le dio el profeta de Jehová al rey Acab?

18 En los días del rey Acab se presentaron ocasiones para esto. Ben-hadad el rey de Siria, junto con treinta y dos reyes en liga con él, vino con una tremenda fuerza militar y sitió a la ciudad capital de Samaria. Después de unas negociaciones no satisfactorias con el rey Acab, los sirios y sus aliados se pusieron a atacar a Samaria con fuerza plena. ¿Qué sucedió entonces?

19 “Y, ¡mire! cierto profeta se acercó a Acab el rey de Israel y entonces dijo: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Has visto a toda esta grande muchedumbre? Aquí estoy dándola en tu mano hoy, y ciertamente sabrás que yo soy Jehová.”’”—1 Reyes 20:1-13.

20. Los israelitas aprendieron entonces que el Dios de la victoria era ¿quién? ¿pero qué advertencia se le dio de antemano ahora al rey Acab?

20 Bajo el mandato directo del rey Acab, que fue designado por Jehová, los israelitas sitiados salieron al ataque y pudieron causar un gran degüello de los sirios. El rey Ben-hadad de Siria se las arregló para escapar a caballo junto con sus hombres de a caballo. ¡Qué razón para que el reino de diez tribus de Israel supiera que el Dios de la victoria es Jehová! Sin embargo, Jehová sabía que los sirios no habían aprendido su lección, sino que interpretarían mal su humillante derrota y que por lo tanto el rey Ben-hadad reuniría nuevas fuerzas militares y reanudaría el ataque sobre Samaria el año siguiente. Por medio de un profeta Jehová misericordiosamente le advirtió al rey Acab en cuanto a esto y le dijo que se fortaleciera para esto con anticipación.—1 Reyes 20:22-25.

21. Al volver con sus fuerzas el rey Ben-hadad, ¿por qué dijo Dios que esta vez intervendría a favor de los israelitas?

21 La profecía de Jehová no falló, pues al año siguiente el rey Ben-hadad ciertamente volvió con fuerzas militares aparentemente abrumadoras, para pelear contra el Dios de Israel, esta vez en la tierra llana. “Y,” dice el registro histórico, “los hijos de Israel se pusieron a acampar enfrente de ellos como dos rebañuelos de cabras, mientras los sirios, por su parte, llenaban la tierra. Entonces se acercó el hombre del Dios verdadero y le dijo al rey de Israel, sí, pasó a decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Por razón de que han dicho los sirios: ‘Jehová es un Dios de montañas, y no es un Dios de llanuras bajas,’ tendré que dar toda esta grande muchedumbre en tu mano, y ustedes ciertamente sabrán que yo soy Jehová.”’”—1 Reyes 20:26-28.

22. ¿En qué resultó la acción de batalla posterior, y por qué regresó decaído a Samaria el rey Acab?

22 Una semana después tuvo lugar la acción de batalla, y se probó que los sirios habían estado equivocados en su evaluación de Jehová. En un solo día los israelitas a quienes Él estaba respaldando degollaron a cien mil sirios de a pie y, no por simple casualidad, un muro de la ciudad de Afec a la que habían huido los sirios sobrevivientes cayó sobre veintisiete mil de ellos y los mató. El derrotado rey Ben-hadad se sintió obligado a entregarse a los vencedores y confiar en sus tiernas misericordias. Debido a que el rey Acab no le dio el toque final a esta victoria dada por Dios actuando como ejecutor de Jehová y matando al rey Ben-hadad que había desafiado a Dios, Jehová le expresó desaprobación al rey Acab. Puesto que el rey Acab ahora tenía razón para creer que lo que el profeta de Jehová había dicho vendría en castigo por esta falla, el rey Acab no regresó a Samaria animado intensamente por la victoria, sino decaído.—1 Reyes 20:29-43.

23, 24. ¿Qué calamidad nacional sufrió finalmente el reino de diez tribus de Israel, y según la declaración de 2 Reyes 18:11, 12 qué razón hubo para ella?

23 El resultado nacional para el reino de diez tribus de Israel queda como advertencia solemne a las naciones de la cristiandad hoy día. Debido a que los israelitas no sacaron provecho religiosamente de haber aprendido que el Dios de la salvación es Jehová, sufrieron desastre nacional en el año 740 a. de la E.C. En ese año, por haber continuado adorando a dioses falsos y violando los mandamientos de Jehová, su ruina como nación independiente se consumó con la destrucción de su ciudad capital, no por los sirios, sino por la que entonces era la Segunda Potencia Mundial, Asiria. Los israelitas sobrevivientes fueron llevados al destierro en las provincias lejanas de Asiria, donde los profetas de Jehová no los visitaron. Así el reino de Israel, que abandonó a Jehová, solo duró 257 años. Hoy las naciones de la cristiandad no tienen razón alguna para equivocarse en cuanto a por qué le sobrevino esta calamidad nacional al reino de diez tribus de Israel, pues el inspirado profeta y escritor bíblico (Jeremías) declara por qué, diciendo:

24 “Debido a que no habían escuchado la voz de Jehová su Dios, sino que siguieron traspasando su pacto, aun todo lo que había mandado Moisés el siervo de Jehová. Ni escucharon ni ejecutaron.”—2 Reyes 18:11, 12.

BABILONIA Y OTRAS NACIONES TUVIERON QUE CONOCERLO

25. ¿Qué predijo el profeta Isaías acerca del destierro de la gente del reino de Judá y de la restauración de ésta a su patria?

25 El reino hermano compuesto de las dos tribus restantes de Judá y Benjamín, con su capital en Jerusalén, continuó por 133 años más. En este reino de Judá Jehová levantó a su profeta Isaías más de treinta y cinco años antes de la destrucción de Samaria por Asiria, la Segunda Potencia Mundial. Bajo la inspiración del espíritu de Jehová el profeta Isaías predijo que con el transcurso del tiempo Jerusalén también sería destruida por la siguiente potencia mundial, Babilonia, y que la tierra de Judá quedaría desolada debido a que los habitantes sobrevivientes serían llevados al destierro en Babilonia. Pero al debido tiempo de Jehová Babilonia misma sería derrocada como Tercera Potencia Mundial, y el rey vencedor, Ciro, predicho por Isaías por nombre, dejaría que los desterrados judíos regresaran a su patria y la cultivaran de nuevo para que llegara a ser como un paraíso. Los desterrados que hubieran regresado también habrían de reedificar la ciudad santa de Jerusalén y su templo para la adoración de Jehová. (Isaías 44:24 a 45:7; 35:1-10) Usando este regreso de los desterrados judíos como cuadro profético de algo todavía mayor que sucedería en nuestro propio siglo veinte, Isaías prosiguió con estas palabras:

26. ¿Por la seña de quién habrían de ser traídos a casa los desterrados, y cómo, y con qué conocimiento resultante?

26 “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘¡Mira! Levantaré mi mano aun a las naciones, y a los pueblos alzaré mi seña. Y traerán a tus hijos en el seno, y sobre el hombro llevarán a tus propias hijas. Y reyes tienen que llegar a ser cuidadores para ti, y sus princesas nodrizas para ti. Con rostros a tierra se inclinarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán; y tendrás que saber que yo soy Jehová, de quien no quedarán avergonzados los que esperan en mí.’”—Isaías 49:22, 23.

27, 28. ¿Cuán diseminado habría de llegar a estar el conocimiento de la restauración de los desterrados judíos, y, por ello, quiénes habrían de saber que él es Jehová?

27 Al restaurar a los desterrados que vinieron en el año 537 a. de la E.C. más que solo la organización terrestre de Sus testigos habría de saber que él es Jehová. Las naciones paganas también habrían de saber esto. El profeta Ezequiel predijo esta diseminación de tan importante conocimiento internacionalmente después que ocurrió la desolación de Jerusalén y de Judá en 607 a. de la E.C. y mientras los judíos desplazados todavía eran desterrados en Babilonia. El profeta Ezequiel fue inspirado a decir lo siguiente como vocero de Jehová a las desoladas “serranías de Israel” (según la Biblia Versión Moderna):

28 “Porque he aquí que estoy yo por vosotras, y vuelvo mi rostro hacia vosotras, y seréis labradas y sembradas. Y haré abundar hombres sobre vosotras, es decir, toda la casa de Israel, toda ella, los cuales se volverán a las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. Y haré abundar sobre vosotras hombres y bestias; los cuales aumentarán y serán fecundos; y haré que seáis habitadas, como erais antiguamente; y os haré más bien que en vuestros principios; y conoceréis que yo soy Jehová.” “Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: No por vuestra causa voy a hacer esto, oh casa de Israel, sino por mi santo Nombre que vosotros habéis profanado entre las naciones adonde habéis ido. Y santificaré mi gran Nombre que ha sido profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas; y conocerán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando yo fuere santificado en vosotros delante de su vista.”—Ezequiel 36:8-11, 22, 23.

29. ¿Cómo se da énfasis a la importancia de saber quién es Dios tan solo en el libro profético de Ezequiel?

29 ¿Es importante que este conocimiento de que él es Jehová se disemine tanto? ¡Por lo menos a él le parece que sí! Tan solo en la entera profecía de Ezequiel el Señor Soberano Dios indica la importancia de ello al declarar repetidas veces que las naciones y los pueblos y los individuos tienen que ‘conocer que yo soy Jehová,’ haciendo esa declaración sesenta y dos veces. La última aparición de esta sobresaliente expresión en la profecía de Ezequiel está en Ezequiel 39:6, 7, donde el Señor Soberano Dios dice con todo ahínco:

30. ¿Quiénes, según dice la última expresión de la profecía de Ezequiel, ‘conocerán que yo soy Jehová’?

30 “Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que habitan descuidados en las islas; y conocerán que yo soy Jehová. Así haré conocer mi santo Nombre en medio de mi pueblo Israel, y no dejaré profanar más mi santo Nombre; y conocerán las naciones que yo, Jehová, el Santo, estoy en medio de Israel.”—Versión Moderna de la Biblia. Note también Ezequiel 29:17, 21.

31. ¿Cómo cuadra la profecía de Joel con la militarización de las naciones hoy día, y qué sabrán ciertamente los que estén del lado victorioso?

31 En estos días críticos de nuestro siglo veinte, cuando las naciones se han militarizado con las armas bélicas más mortíferas, parece que las palabras del profeta Joel cuadran como nunca antes, aunque sus palabras fueron expresadas y puestas por escrito en el siglo noveno antes de nuestra era común y por consiguiente antes de la profecía de Ezequiel: “Proclamen esto entre las naciones: ‘¡Santifiquen guerra! ¡Despierten a los hombres poderosos! ¡Que se acerquen! ¡Que suban, todos los hombres de guerra! Batan sus rejas de arado en espadas, y sus podaderas en lanzas.’” Es inminente un conflicto por la dominación mundial. De su resultado, ¿qué aprenderá la gente que esté del lado victorioso? Esto: “Ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová su Dios, que resido en Sion mi santa montaña. Y Jerusalén tiene que llegar a ser un lugar santo; y en lo que respecta a extraños [naciones mundanas], ya no pasarán por ella.”—Joel 3:9, 10, 17.

32. ¿A qué grado llama atención Ezequiel al nombre divino?

32 Tocante al profeta posterior, Ezequiel, desde el principio hasta el final llama atención al nombre divino. En los versículos de apertura de su libro profético atribuye su profecía a la inspiración de Jehová. En el mismísimo fin de su libro profético, en las últimas dos palabras hebreas de él, da el nombre del Señor Soberano Dios. Según la manera en que la New English Bible (1970) traduce el último versículo, que predice una asombrosa ciudad en la Tierra, él dice: “El perímetro de la ciudad será de dieciocho mil codos, y el nombre de la ciudad para siempre jamás será Jehová-shammah.” Este nombre significa “Jehová Mismo Está Allí.”—Ezequiel 48:35; NEB; NM.

33. Desde la restauración judía en 537 a. de la E.C., ¿qué hubo acerca de alguna necesidad adicional de que Dios se diera a conocer por nombre a todas las naciones y pueblos?

33 El profeta Ezequiel terminó el libro de su profecía en 591 a. de la E.C., cincuenta y cuatro años antes que los judíos desterrados fueran restaurados a su patria, lo cual aconteció en 537 a. de la E.C. (Ezequiel 29:17) Este acontecimiento asombroso causó alguna impresión en las naciones paganas de entonces. Después de eso, ¿no era ya importante o necesario que el Señor Soberano Dios obligara a las naciones y pueblos a saber que él es Jehová? En nuestro día, el día de todos los días, ¿no existe como nunca antes una necesidad de que Él haga que todas las naciones de la Tierra sepan que Él es Jehová? Ciertamente nuestro día es el día adecuado para que el único Dios vivo y verdadero se adelante y se dé a conocer por su nombre a todas las naciones y pueblos. Hay necesidad de que haga esto en vindicación de su mismísima existencia, su Divinidad, su calidad de Creador, su veracidad y su soberanía universal. ¡Sí! “La mismísima expresión “Señor Soberano Jehová” aparece 215 veces en la profecía de Ezequiel.

34. Según Ezequiel 38:8, 16, ¿en qué punto en el tiempo deberíamos estar pronto, y todas las naciones llegarán a conocer qué como nunca antes?

34 En esta última tercera parte del siglo veinte, hay una cosa que no debe pasarse por alto tocante a esa última declaración del propósito de Dios, en Ezequiel 39:7, que dice que “las naciones sabrán que yo soy Jehová.” (AS) ¿Cuál es ésa? Esta: la profecía tiene que cumplirse “en los años postreros,” “en la parte final de los días.” (Ezequiel 38:8, 16, Mod, NM) Cuando consideramos todas las cosas desde la I Guerra Mundial, que estalló en 1914 E.C., hace más de cincuenta y ocho años, ¡los predichos años y días postreros, la parte final de los años y los días, deberían sobrevenirnos pronto! Todas las naciones de hoy están al borde de llegar a conocer a este único Dios vivo y verdadero, Jehová, como jamás lo han conocido antes. Ninguno de nosotros puede evitarlo. Todos formamos parte de esas naciones. ¿Tenemos probabilidad de ganar, o de perder, cuando se nos imparta ese conocimiento sumamente importante de Jehová?

35. En vista del propósito de Dios, declarado a menudo, ¿qué libro profético nos conviene escudriñar ahora, y de qué manera es mejor llegar a conocer a Jehová?

35 Puesto que Él hizo tantas declaraciones acerca de lo que las naciones y pueblos tienen que llegar a saber, entonces, sea que ahora nos guste Jehová y su nombre o no, nos conviene escudriñar el libro profético de Ezequiel. Así podremos observar que hay partes sobresalientes de él que se han cumplido en el día moderno. Hoy muchas personas de corazón sincero y honrado todavía están desorientadas en cuanto al Ser Supremo, el Dios Todopoderoso. No pueden menos que sacar provecho al descubrir su consejo sabio y oportuno para hoy. ¿Por qué vernos obligados a saber que él es Jehová de la manera que lo fue Faraón, el gobernante antiguo de Egipto? Es mucho mejor que nosotros como amadores de la vida y la felicidad aceptemos su bondadosa invitación de llegar a conocerlo a Él ahora de manera pacífica y amigable.

[Preguntas del estudio]