“Consuelen a mi pueblo”
Capítulo 30
“Consuelen a mi pueblo”
1. ¿Cuál es uno de los medios que Jehová utiliza para consolarnos?
JEHOVÁ es “el Dios que suministra [...] consuelo”. Un medio que utiliza para este fin son las promesas que ha hecho poner por escrito en su Palabra (Romanos 15:4, 5). Por ejemplo, cuando muere un ser querido, ¿qué podría ser más reconfortante que la perspectiva de que resucite en el nuevo mundo de Dios? (Juan 5:28, 29.) ¿Y qué puede decirse de la promesa de que Jehová acabará pronto con la maldad y transformará este planeta en un paraíso? ¿No es consolador tener la expectativa de entrar con vida en tal Paraíso venidero y no morir jamás? (Salmo 37:9-11, 29; Revelación [Apocalipsis] 21:3-5.)
2. ¿Por qué podemos confiar en las promesas de Dios?
2 ¿Podemos de veras confiar en las promesas de Dios? Por supuesto que sí, pues Aquel que las ha hecho es completamente confiable. Tiene tanto la capacidad como la voluntad de cumplir su palabra (Isaías 55:10, 11). Este hecho quedó demostrado de modo impactante cuando Jehová declaró mediante Isaías que restauraría la adoración verdadera en Jerusalén. Analicemos esa profecía tal como aparece en el capítulo 40 del libro de Isaías, pues así se fortalecerá nuestra fe en Jehová, Aquel que cumple sus promesas.
Una promesa alentadora
3, 4. a) ¿Qué palabras de consuelo que el pueblo de Dios necesitará más adelante escribe Isaías? b) ¿Por qué serán desterrados a Babilonia los habitantes de Judá y Jerusalén, y cuánto durará su servidumbre?
3 En el siglo VIII a.E.C., el profeta Isaías escribe palabras de consuelo que el pueblo de Jehová necesitará más adelante. Inmediatamente después de decirle al rey Ezequías que se aproxima la destrucción de Jerusalén y la deportación del pueblo judío a Babilonia, Isaías transmite las palabras con las que Jehová promete una restauración: “Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice el Dios de ustedes—. Hablen al corazón de Jerusalén y proclámenle que su servicio militar ha sido cumplido, que su error ha sido pagado por completo. Pues de la mano de Jehová ha recibido una cantidad plena por todos sus pecados” (Isaías 40:1, 2).
4 “Consuelen”, la primera palabra del capítulo 40, resume muy bien el mensaje de luz y esperanza contenido en el resto del libro de Isaías. Los habitantes de Judá y Jerusalén se han vuelto apóstatas, y por ese motivo serán desterrados a Babilonia en el año 607 a.E.C. Pero los judíos cautivos no servirán a los caldeos para siempre: su servidumbre solo durará hasta que su error haya sido “pagado por completo”. ¿Cuánto tiempo se requerirá para ello? Según el profeta Jeremías, setenta años (Jeremías 25:11, 12). Transcurrido ese plazo, Jehová conducirá a un resto arrepentido desde Babilonia hasta Jerusalén. Cuando se cumplan setenta años de la desolación de Judá, ¡cuánto alentará a los cautivos comprender que su prometida liberación está a las puertas! (Daniel 9:1, 2.)
5, 6. a) ¿Por qué podemos decir que la larga travesía desde Babilonia hasta Jerusalén no estorbará el cumplimento de la promesa de Dios? b) ¿Qué efecto tendrá en las demás naciones el que Jehová repatríe a los judíos?
5 Para viajar de Babilonia a Jerusalén hay que recorrer entre 800 y 1.600 kilómetros, dependiendo de la ruta que se tome. ¿Dificultará una travesía tan larga el cumplimiento de la promesa de Dios? De ningún modo. Isaías escribe: “¡Escuchen! Alguien está clamando en el desierto: ‘¡Despejen el camino de Jehová! Hagan recta la calzada para nuestro Dios a través de la llanura desértica. Que todo valle sea levantado y toda montaña y colina sea bajada. Y el terreno lleno de montículos tiene que llegar a ser tierra llana, y el terreno escabroso una llanura-valle. Y la gloria de Jehová ciertamente será revelada, y toda carne tendrá que verla juntamente, porque la mismísima boca de Jehová lo ha hablado’” (Isaías 40:3-5).
6 Antes de emprender un viaje, los gobernantes de Oriente solían enviar hombres para que prepararan el camino despejándolo de rocas y hasta construyendo pasos elevados y allanando colinas. En el caso de los judíos que regresen, será como si Dios mismo fuera delante de ellos eliminando todos los obstáculos. Al fin y al cabo, son el pueblo que lleva el nombre de Jehová, y el hecho de que Él cumpla su promesa de repatriarlos pondrá de manifiesto su gloria ante todas las naciones. Estas se verán obligadas, les guste o no, a reconocer que Jehová es Aquel que cumple sus promesas.
7, 8. a) ¿Cómo se cumplieron en el siglo I E.C. las palabras de Isaías 40:3? b) ¿Qué cumplimiento mayor tuvo la profecía de Isaías en 1919?
7 La restauración que se produjo en el siglo VI a.E.C. no fue el único cumplimiento de esta profecía. Hubo otro en el siglo I E.C. Juan el Bautista fue la voz que estuvo “clamando en el desierto”, tal como se predijo en Isaías 40:3 (Lucas 3:1-6). Bajo inspiración, Juan se aplicó a sí mismo las palabras de Isaías (Juan 1:19-23). En el año 29 E.C. empezó a preparar el camino para Jesucristo. a Su proclamación previa indujo al pueblo a buscar al Mesías prometido para escucharlo y seguirlo (Lucas 1:13-17, 76). Por medio de Jesús, Jehová conduciría a los arrepentidos a la libertad que solo el Reino de Dios puede otorgar: libertad de la esclavitud al pecado y la muerte (Juan 1:29; 8:32). La profecía de Isaías tuvo un cumplimiento aún mayor cuando el resto del Israel espiritual fue liberado de Babilonia la Grande en 1919 y restaurado a la adoración verdadera.
8 Ahora bien, ¿qué cabe decir de los judíos cautivos en Babilonia, los potenciales beneficiarios del cumplimiento inicial de la promesa? ¿Realmente pueden confiar en la promesa de Jehová de hacerlos regresar a su amada tierra natal? Claro que sí. Con gráficas palabras e ilustraciones tomadas de la vida diaria, Isaías les da razones convincentes para que cifren plena confianza en que Jehová será fiel a su palabra.
Un Dios cuya palabra dura para siempre
9, 10. ¿Cómo señala Isaías el contraste que existe entre la fugacidad de la vida humana y la permanencia de “la palabra” de Dios?
9 En primer lugar, la palabra de Aquel que promete la restauración dura para siempre. Isaías escribe: “¡Escucha! Alguien está diciendo: ‘¡Clama!’. Y uno dijo: ‘¿Qué he de clamar?’. ‘Toda carne es hierba verde, y toda su bondad amorosa es como la flor del campo. La hierba verde se ha secado, la flor se ha marchitado, porque el mismísimo espíritu de Jehová ha soplado sobre ella. De seguro la gente es hierba verde. La hierba verde se ha secado, la flor se ha marchitado; pero en cuanto a la palabra de nuestro Dios, durará hasta tiempo indefinido’” (Isaías 40:6-8).
10 Los israelitas saben muy bien que la hierba no dura para siempre. En la estación seca, el intenso calor del sol torna su verdor en un chamuscado color pardo. En algunos aspectos, la vida del hombre es como la hierba, efímera por naturaleza (Salmo 103:15, 16; Santiago 1:10, 11). Isaías contrasta la fugacidad de la vida humana con la permanencia de “la palabra” de Dios, es decir, su propósito declarado. En efecto, “la palabra de nuestro Dios” dura para siempre. Cuando Dios habla, nada puede anular sus palabras o impedir que se cumplan (Josué 23:14).
11. ¿Por qué podemos confiar en que Jehová cumplirá las promesas que se encuentran en su Palabra escrita?
11 Hoy tenemos la declaración de Jehová en cuanto a su propósito escrita en la Biblia, un libro que a lo largo de los siglos ha sido blanco de una intensa oposición. Si bien es cierto que traductores valerosos y otras personas han arriesgado la vida para que la Biblia siguiera existiendo, sus esfuerzos por sí solos no explican el hecho de que haya perdurado hasta nuestros días. Todo el mérito corresponde a Jehová, el “Dios vivo y duradero”, Aquel que preserva su Palabra (1 Pedro 1:23-25). Pensemos en lo siguiente: puesto que Jehová se ha encargado de que su Palabra escrita subsista, ¿acaso no debemos confiar en que cumplirá las promesas que se encuentran en ella?
Un Dios fuerte que cuida con ternura a sus ovejas
12, 13. a) ¿Por qué se puede confiar en la promesa de restauración? b) ¿Qué buenas noticias existen para los judíos exiliados, y por qué hay razón para confiar en ellas?
12 Isaías añade un segundo motivo para confiar en la promesa de restauración: Quien la ha hecho es un Dios fuerte que cuida con ternura a su pueblo. El profeta continúa: “Súbete aun a una montaña alta, mujer que traes buenas nuevas para Sión. Levanta la voz hasta con poder, mujer que traes buenas nuevas para Jerusalén. Levántala. No tengas miedo. Di a las ciudades de Judá: ‘Aquí está su Dios’. ¡Mira! El Señor Soberano Jehová mismo vendrá aun como un fuerte [“aun con fuerza”, nota], y su brazo estará gobernando para él. ¡Mira! Su galardón está con él, y el salario que él paga está delante de él. Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno los llevará. Conducirá con cuidado a las que están dando de mamar” (Isaías 40:9-11).
13 En tiempos bíblicos era costumbre que las mujeres celebraran las victorias, ya fuera gritando o cantando las buenas noticias de batallas ganadas o de una liberación venidera (1 Samuel 18:6, 7; Salmo 68:11). Isaías indica proféticamente que existen buenas noticias para los judíos exiliados, un mensaje que puede proclamarse a voz en cuello sin temor, incluso desde lo alto de las montañas: Jehová hará que su pueblo regrese a su amada Jerusalén. Hay razón para confiar en ello, pues Él llegará “aun con fuerza”. No existe nada, por tanto, capaz de impedir que cumpla su promesa.
14. a) ¿Cómo ilustra Isaías la ternura con que Jehová conducirá a su pueblo? b) ¿Qué ejemplo tenemos del tierno cuidado que los pastores dan a sus ovejas? (Véase el apartado de la pág. 405.)
14 Sin embargo, este Dios fuerte es bondadoso al mismo tiempo. Isaías da una cálida descripción de la forma en que Jehová conducirá a su pueblo de vuelta a su tierra. Dios es como un pastor amoroso que junta a sus corderos y los lleva en su “seno”. Al parecer, el término “seno” se refiere a los pliegues superiores de la prenda de vestir. Ahí es donde los pastores suelen llevar a los corderos recién nacidos que son incapaces de mantener el paso del rebaño (2 Samuel 12:3). Sin duda, esta conmovedora escena pastoril garantiza al pueblo exiliado de Jehová que su Dios siente un amoroso interés por ellos. De seguro pueden confiar plenamente en que un Dios tan fuerte y compasivo cumplirá lo que les ha prometido.
15. a) ¿Cuándo vino Jehová “aun con fuerza”, y quién es ‘el brazo que gobierna para él’? b) ¿Qué buenas noticias deben proclamarse sin temor?
15 Las palabras de Isaías rebosan de significado profético para nuestros días. En 1914, Jehová vino “aun con fuerza” y estableció su Reino en los cielos. ‘El brazo que gobierna para él’ es su Hijo, Jesucristo, a quien Dios ha instalado en su trono celestial. En lo que respecta a la Tierra, en 1919, Jehová liberó a sus siervos ungidos de la esclavitud a la que Babilonia la Grande los tenía sometidos y emprendió la completa restauración de la adoración pura del Dios vivo y verdadero. Estas son buenas noticias que deben proclamarse sin temor, como si se gritaran desde lo alto de las montañas para que el mensaje llegue a todas partes. Alcemos, pues, nuestras voces y proclamemos con denuedo que Jehová Dios ha restaurado su adoración pura en esta Tierra.
16. ¿De qué manera conduce Jehová a su pueblo hoy, y qué modelo establece?
16 Las palabras de Isaías 40:10, 11 tienen aún más valor práctico para nuestros días. Reconforta observar la ternura con que Jehová conduce a su pueblo. Tal como un pastor comprende las necesidades de cada oveja, hasta de los corderitos que no pueden mantener el paso del resto del rebaño, Jehová entiende las limitaciones de cada uno de sus siervos fieles. Además, como Pastor tierno establece el modelo para los pastores cristianos. Los ancianos deben tratar al rebaño con ternura, imitando el interés amoroso que Jehová mismo manifiesta. Nunca deben olvidar lo que Dios siente por cada miembro del rebaño “que él compró con la sangre del Hijo suyo” (Hechos 20:28).
Omnipotente y omnisapiente
17, 18. a) ¿Por qué pueden confiar los judíos desterrados en la promesa de restauración? b) ¿Qué impactantes preguntas plantea Isaías?
17 Los judíos desterrados pueden confiar en la promesa de restauración porque Dios es omnipotente y omnisapiente. Isaías pregunta: “¿Quién ha medido las aguas en el simple hueco de su mano, y ha tomado las proporciones de los cielos mismos con un simple palmo, y ha incluido en una medida el polvo de la tierra, o ha pesado con indicador las montañas, y en la balanza las colinas? ¿Quién ha tomado las proporciones del espíritu de Jehová, y quién como su hombre de consejo puede hacerle saber algo? ¿Con quién consultó para que se le hiciera entender, o quién le instruye en la senda de la justicia, o le enseña conocimiento, o le hace conocer el mismísimo camino del verdadero entendimiento?” (Isaías 40:12-14).
18 Los judíos exiliados deben reflexionar en estas impactantes preguntas. ¿Pueden simples seres humanos detener la marea de los poderosos mares? Ni mucho menos. Sin embargo, los mares que cubren la Tierra son para Jehová como una gota de agua en la palma de su mano. b ¿Puede el hombre, en su insignificancia, determinar el tamaño del inmenso cielo estrellado o el peso de las montañas y colinas del planeta? Tampoco. Pero Jehová mide los cielos tan fácilmente como alguien mide un objeto con un palmo, es decir, la distancia entre el extremo del pulgar y el del meñique, con la mano abierta. De hecho, Dios puede pesar las montañas y colinas en una balanza. ¿Pueden siquiera los hombres más sabios aconsejar a Dios en cuanto a cómo actuar en el presente, o decirle qué hacer en el futuro? Claro que no.
19, 20. ¿Qué gráficas imágenes verbales emplea Isaías para poner de relieve la grandeza de Jehová?
19 En cuanto a las poderosas naciones de la Tierra, ¿pueden ellas impedir que Dios cumpla sus promesas? Isaías responde con la siguiente descripción: “¡Mira! Las naciones son como una gota de un cubo; y como la capa tenue de polvo en la balanza han sido estimadas. ¡Mira! Él alza las islas mismas como simple polvo fino. Ni siquiera el Líbano basta para que se mantenga ardiendo un fuego, y los animales salvajes de este no bastan para una ofrenda quemada. Todas las naciones son como algo inexistente delante de él; como nada y como una irrealidad le han sido estimadas” (Isaías 40:15-17).
20 A los ojos de Jehová, todas las naciones son como una gota de agua que cae de un cubo, no más que la tenue capa de polvo que se acumula en una balanza sin causar efectos apreciables. c Supongamos que alguien construyera un altar enorme y que para alimentar su fuego utilizara todos los árboles que cubrían las montañas del Líbano. A continuación, imaginemos que ofreciera en sacrificio todos los animales que habitan en ellas. Ni siquiera una ofrenda como esa sería digna de Jehová. Y por si las imágenes empleadas hasta aquí no bastaran, Isaías recurre a una declaración más impactante todavía: a los ojos de Jehová, todas las naciones son “menos que nada” (Isaías 40:17, La Biblia de las Américas).
21, 22. a) ¿Cómo recalca Isaías que Jehová es incomparable? b) ¿A qué conclusión nos llevan las vívidas descripciones de Isaías? c) ¿Qué declaración exacta desde el punto de vista científico escribe el profeta Isaías? (Véase el apartado de la pág. 412.)
21 Con objeto de recalcar aún más que Jehová es incomparable, Isaías pasa a exponer la tontedad de quienes hacen ídolos de oro, plata o madera. Es una completa insensatez pensar que cualquiera de ellos sea una representación apropiada de Aquel “que mora por encima del círculo de la tierra” y ejerce dominio sobre sus habitantes (léase Isaías 40:18-24).
22 Todas estas vívidas descripciones nos llevan a una sola conclusión: nada puede impedir que el omnipotente, omnisapiente e incomparable Jehová cumpla su promesa. Las palabras de Isaías deben de haber consolado y fortalecido muchísimo a los judíos exiliados en Babilonia que anhelaban retornar a su tierra. Hoy también podemos confiar en que las promesas de Jehová para el futuro se harán realidad.
“¿Quién ha creado estas cosas?”
23. ¿Por qué pueden cobrar ánimo los judíos desterrados, y qué pasa a subrayar Jehová respecto a sí mismo?
23 Además, hay otra razón para que los judíos desterrados cobren ánimo. Quien promete liberación es el Creador de todas las cosas y la Fuente de toda energía dinámica. A fin de subrayar sus asombrosas aptitudes, Jehová alude a las que se manifiestan en la creación: “¿A quién pueden ustedes asemejarme para que yo sea hecho su igual? —dice el Santo—. Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta” (Isaías 40:25, 26).
24. ¿Cómo muestra Jehová, al hablar de sí mismo, que no tiene igual?
24 El Santo de Israel está hablando de sí mismo. Para mostrar que no tiene igual, dirige nuestra atención a las estrellas de los cielos. Como un comandante militar que organiza sus tropas, Jehová está al mando de las estrellas. Si fuera a reunirlas, ‘ninguna de ellas faltaría’. A pesar de su gran número, a todas las llama por nombre, sea este un nombre propio u otra designación que las singularice. Como soldados obedientes, se mantienen en su lugar, en su debido orden, pues Quien las gobierna tiene “energía dinámica” en abundancia y es “vigoroso en poder”. Por consiguiente, la confianza de los judíos exiliados está justificada. El Creador, quien comanda las estrellas, tiene el poder necesario para ayudar a sus siervos.
25. ¿Cómo podemos responder a la invitación divina que se halla en Isaías 40:26, y con qué resultado?
25 ¿Quién de nosotros puede resistirse a la invitación divina que se encuentra en Isaías 40:26: “Levanten los ojos a lo alto y vean”? Los descubrimientos recientes han mostrado que los cielos estrellados son más imponentes incluso de lo que parecían en tiempos de Isaías. Los astrónomos que escrutan los cielos con sus potentes telescopios calculan que en el universo observable hay nada menos que ciento veinticinco mil millones de galaxias. De hecho, según algunos cálculos, simplemente una de ellas, la Vía Láctea, tiene más de cien mil millones de estrellas. Estos datos deberían infundir en nuestro corazón un sentimiento de reverencia hacia el Creador y una confianza total en sus promesas.
26, 27. ¿Con qué palabras se reflejan los sentimientos de los exiliados en Babilonia, y qué cosas deberían saber ellos?
26 Jehová sabe que los años de cautiverio desalentarán a los judíos desterrados, así que inspira a Isaías para que escriba por anticipado estas tranquilizadoras palabras: “¿Por qué razón dices tú, oh Jacob, y expresas tú, oh Israel: ‘Mi camino ha sido ocultado de Jehová, y el que se me haga justicia elude a mi Dios mismo’? ¿No has llegado a saber, o no has oído? Jehová, el Creador de las extremidades de la tierra, es un Dios hasta tiempo indefinido. Él no se cansa ni se fatiga. No se puede escudriñar su entendimiento” (Isaías 40:27, 28). d
27 Isaías escribe las palabras con las que Jehová refleja los sentimientos de los exiliados en Babilonia, a cientos de kilómetros de su tierra natal. Algunos creen que su “camino”, el duro discurrir de su vida, está oculto, o pasa desapercibido, a los ojos de Dios. Piensan que Jehová es indiferente a las injusticias que padecen. Dios les recuerda algunas cosas que deberían saber, si no por propia experiencia, sí al menos por la información que se les ha transmitido. Jehová puede y quiere liberar a su pueblo. Es el Dios eterno y el Creador de toda la Tierra. Por consiguiente, todavía posee el poder que demostró en la creación, y ni siquiera la poderosa Babilonia está fuera de su alcance. Un Dios así no se cansa ni abandona a su pueblo. Por otra parte, sus siervos no deben pretender alcanzar una comprensión plena de los actos de Jehová, ya que Su entendimiento —perspicacia, discernimiento y percepción— está más allá de lo que ellos pueden captar.
28, 29. a) ¿Cómo recuerda Jehová a su pueblo que él acudirá en ayuda de los cansados? b) ¿Qué ilustración se utiliza para mostrar que Jehová da poder a sus siervos?
28 Jehová continúa animando mediante Isaías a los desterrados abatidos: “Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. Los muchachos se cansan y también se fatigan, y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán” (Isaías 40:29-31).
29 Al referirse a la necesidad de dar poder al cansado, puede que Jehová tenga presente el difícil viaje que los exiliados tendrán que realizar para regresar a su tierra. Jehová recuerda a su pueblo que una de Sus características es la de acudir en ayuda de los cansados que recurren a él. Hasta los más dinámicos —“muchachos” y “jóvenes”— pueden fatigarse y tropezar de puro agotamiento. Sin embargo, Jehová promete que dará poder a quienes confíen en él, un poder inagotable para correr y caminar. La fortaleza que Jehová da a sus siervos se ilustra con el vuelo sin esfuerzo aparente del águila, poderosa ave que puede surcar los aires durante horas sin descansar. e Con la garantía de tal apoyo divino, los judíos exiliados no tienen por qué perder la esperanza.
30. ¿Cómo pueden obtener consuelo de los versículos de conclusión del capítulo 40 de Isaías los cristianos verdaderos de la actualidad?
30 Estos versículos de conclusión del capítulo 40 de Isaías contienen palabras de consuelo para los cristianos verdaderos que vivimos en los últimos días de este sistema de cosas perverso. Con tantas presiones y problemas que tienden a desalentarnos, es tranquilizador saber que a nuestro Dios no le pasan desapercibidas las dificultades que atravesamos ni las injusticias que sufrimos. Podemos estar seguros de que el Creador de todas las cosas, Aquel cuyo “entendimiento es superior a lo que se puede relatar”, corregirá todas las injusticias a su propio tiempo y manera (Salmo 147:5, 6). Mientras tanto, no tenemos que depender de nuestras propias fuerzas. Jehová, cuyos recursos son inagotables, puede impartir poder a sus siervos en tiempos de prueba, incluso “el poder que es más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7).
31. ¿Qué promesa de luz transmitieron las profecías de Isaías a los judíos cautivos en Babilonia, y en qué podemos cifrar plena confianza?
31 Pensemos en aquellos judíos cautivos en Babilonia en el siglo VI a.E.C. Su amada Jerusalén yacía desolada a cientos de kilómetros, con el templo en ruinas. Las profecías de Isaías les transmitieron una reconfortante promesa de luz y esperanza: Jehová los devolvería a su tierra natal. En el año 537 a.E.C., Dios los condujo a su país de origen, con lo que demostró que es Aquel que cumple sus promesas. Nosotros también podemos cifrar plena confianza en Jehová y en que sus promesas del Reino, expresadas con tanta belleza en las profecías de Isaías, se harán realidad. Estas son realmente buenas noticias: un mensaje de luz para toda la humanidad.
[Notas]
a Isaías predice que se prepararía el camino delante de Jehová (Isaías 40:3). Los evangelios, sin embargo, aplican la profecía a las actividades de Juan el Bautista encaminadas a preparar el camino para Jesucristo. Los escritores inspirados de las Escrituras Griegas Cristianas hicieron esta aplicación debido a que Jesús representó a su Padre y vino en nombre de su Padre (Juan 5:43; 8:29).
b Los cálculos efectuados indican que “la masa de los océanos es de 1.350.000.000.000.000.000 (1,35 x 1018) toneladas, o el 1/4.400 de la masa total de la Tierra” (Enciclopedia Encarta 2000).
c La obra The Expositor’s Bible Commentary señala: “En los mercados de Oriente Próximo no tendría ninguna importancia una diminuta gota de agua en un cubo de medir o un poco de polvo en la balanza en la que se pesaba la carne o la fruta”.
d En Isaías 40:28, la expresión “tiempo indefinido” significa “para siempre”, pues Jehová es el “Rey de la eternidad” (1 Timoteo 1:17).
e El águila permanece en el aire con un gasto mínimo de energía, merced a su hábil aprovechamiento de las corrientes térmicas, que son columnas ascendentes de aire caliente.
[Preguntas del estudio]
[Apartado e ilustración de las páginas 404 y 405]
Jehová, un pastor amoroso
Isaías compara a Jehová con un pastor amoroso que lleva a los corderos en su seno (Isaías 40:10, 11). Evidentemente, esta conmovedora ilustración se basa en las costumbres de la vida real de los pastores. Cierto hombre que contempló a unos pastores en las laderas del monte Hermón, en Oriente Medio, relató: “Cada pastor vigilaba atentamente cómo le iba a su rebaño. Al encontrar un cordero recién nacido, lo ponía en los pliegues de su [...] amplia capa, puesto que estaría demasiado débil para seguir a la madre. Cuando el seno estaba lleno, se colocaba los corderos en los hombros sosteniéndolos por las patas, o los subía a lomos de un asno, metidos en una bolsa o una canasta, hasta que los pequeños pudieran mantenerse al paso de las madres”. ¿No es alentador saber que servimos a un Dios que siente un interés tan tierno por su pueblo?
[Apartado e ilustración de la página 412]
¿Qué forma tiene la Tierra?
En la antigüedad, la mayoría de la gente creía que la Tierra era plana. Aunque ya en el siglo VI a.E.C. el filósofo griego Pitágoras formuló la teoría de que el planeta debía de ser una esfera, el profeta Isaías había declarado dos siglos antes con extraordinaria claridad y certidumbre: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra” (Isaías 40:22). La palabra hebrea jugh, que se traduce aquí “círculo”, también se puede verter “esfera”. Es de interés que únicamente un objeto esférico se ve como un círculo desde cualquier ángulo. f De modo que el profeta Isaías se adelantó muchísimo a su época cuando escribió esa declaración, exacta desde el punto de vista científico y exenta de la influencia de los mitos antiguos.
[Nota]
f Rigurosamente hablando, la Tierra es un esferoide ligeramente achatado por los polos.
[Ilustración de la página 403]
Juan el Bautista fue una voz que estuvo “clamando en el desierto”