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El Dios verdadero predice liberación

El Dios verdadero predice liberación

Capítulo 5

El Dios verdadero predice liberación

Isaías 44:1-28

1, 2. a) ¿Qué preguntas formula Jehová? b) ¿Cómo demostrará Jehová que es el único Dios verdadero?

“¿QUIÉN es el Dios verdadero?” A lo largo de los siglos, muchos hombres se han hecho esta pregunta. Pero, curiosamente, en el libro de Isaías es Jehová mismo quien la formula. Él invita a los seres humanos a reflexionar en lo siguiente: ¿Es Jehová el único Dios verdadero, o existe otro dios que pueda reclamar para sí esa dignidad? Una vez planteado el tema, Jehová presenta argumentos lógicos para resolver la cuestión de la divinidad. Sus razonamientos llevan a las personas sinceras a una inevitable conclusión.

2 En los tiempos de Isaías, la adoración de imágenes está muy extendida. Las palabras claras y directas del capítulo 44 del libro profético de Isaías revelan lo inútil que es tal práctica. Aun así, el propio pueblo de Dios ha caído en la trampa de la idolatría, de modo que, como vimos en capítulos anteriores de Isaías, se le va a infligir un severo castigo. Ahora bien, movido por su amor, Jehová asegura a la nación que aunque permitirá que los babilonios se los lleven cautivos, en su debido momento los liberará. El cumplimiento de las profecías relativas a la liberación del cautiverio y a la restauración de la adoración pura demostrará más allá de toda duda que Jehová es el único Dios verdadero, para vergüenza de los que adoran a los dioses sin vida de las naciones.

3. ¿Cómo ayudan las palabras proféticas de Isaías a los cristianos de la actualidad?

3 Las profecías de esta parte de Isaías y su cumplimiento en tiempos antiguos fortalecen la fe de los cristianos de hoy. Por otro lado, tales palabras proféticas tienen un cumplimiento actual y hasta otro futuro. Y ambos incluyen un libertador y una liberación aún mayores que los predichos para el pueblo de Dios de la antigüedad.

Esperanza para los que pertenecen a Jehová

4. ¿Cómo anima Jehová a Israel?

4 El capítulo 44 comienza en un tono positivo, pues se recuerda a Israel que Dios lo ha elegido, lo ha separado de las naciones vecinas para que sea su siervo. La profecía dice: “Ahora escucha, oh Jacob siervo mío, y tú, oh Israel, a quien he escogido. Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Hacedor y tu Formador, que siguió ayudándote aun desde el vientre: ‘No tengas miedo, oh siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien he escogido’” (Isaías 44:1, 2). Jehová ha cuidado de Israel, por decirlo así, desde que estaba en la matriz de su madre, desde que se convirtió en nación al salir de Egipto. Dios llama a su pueblo como colectividad “Jesurún”, apelativo cariñoso y tierno que significa “Recto”. El nombre es también un recordatorio de que los israelitas deben comportarse con rectitud, lo cual a menudo no han hecho.

5, 6. ¿Qué provisiones reconfortantes suministra Jehová a Israel, y con qué resultado?

5 Las palabras que Jehová pronuncia a continuación son muy agradables y reconfortantes: “Derramaré agua sobre el sediento, y arroyos que fluyan suavemente sobre el lugar seco. Derramaré mi espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus descendientes. Y ciertamente brotarán como entre la hierba verde, como álamos al lado de las acequias de agua” (Isaías 44:3, 4). Hasta en parajes cálidos y secos pueden crecer arboledas junto a los manantiales. Cuando Jehová suministre sus vivificantes aguas de la verdad y derrame su espíritu santo, Israel prosperará de forma extraordinaria, como árboles plantados al lado de una acequia (Salmo 1:3; Jeremías 17:7, 8). Jehová dará a su pueblo la fuerza necesaria para cumplir con su papel de testigos de Su divinidad.

6 El derramamiento de espíritu santo también hará que algunos judíos valoren nuevamente la relación del pueblo con Jehová. De ahí que leamos: “Este dirá: ‘Yo pertenezco a Jehová’. Y aquel se llamará por el nombre de Jacob, y otro escribirá sobre su mano: ‘Perteneciente a Jehová’. Y por el nombre de Israel uno se intitulará” (Isaías 44:5). Sin duda será un honor llevar el nombre de Jehová, pues se le considerará el único Dios verdadero.

Un desafío a los dioses

7, 8. ¿Qué desafío lanza Jehová a los dioses de las naciones?

7 La Ley mosaica estipulaba que si alguien se había vendido como esclavo, un recomprador —por lo general un varón que fuera pariente cercano— podía comprar su libertad (Levítico 25:47-54; Rut 2:20). Jehová se identifica ahora como el Recomprador de Israel, quien redimirá a la nación, para humillación de Babilonia y sus deidades (Jeremías 50:34). Dirige el siguiente desafío a los dioses falsos y sus adoradores: “Esto es lo que ha dicho Jehová, el Rey de Israel y el Recomprador de él, Jehová de los ejércitos: ‘Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién hay como yo? Que clame, para que lo anuncie y me lo presente. Desde que asigné al pueblo de hace mucho tiempo, anuncien ellos por su parte tanto las cosas que vienen como las cosas que han de entrar. No estén ustedes en pavor, y no se atolondren. ¿No he hecho que desde aquel tiempo en adelante tú individualmente oigas, y no lo he anunciado? Y ustedes son mis testigos. ¿Existe Dios fuera de mí? No, no hay Roca. No he reconocido a ninguno’” (Isaías 44:6-8).

8 Jehová reta a los dioses a que presenten pruebas de su divinidad. ¿Pueden llamar las cosas que no son como si fueran, es decir, predecir los sucesos futuros con tal precisión que parezca que ya están aconteciendo? Solo “el primero y [...] el último”, quien existe desde antes de que se ideara a los dioses falsos y seguirá existiendo mucho después de que caigan en el olvido, puede hacer tal cosa. A su pueblo no tiene por qué amedrentarle dar testimonio de esta verdad, pues cuenta con el apoyo de Jehová, que es tan firme y estable como una enorme roca (Deuteronomio 32:4; 2 Samuel 22:31, 32).

La vanidad de la idolatría

9. ¿Tenían prohibido los israelitas hacer representaciones de seres vivos? Explique.

9 El desafío de Jehová a los dioses falsos nos recuerda el segundo de los Diez Mandamientos, que disponía sin ambages: “No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas” (Éxodo 20:4, 5). Tal prohibición no significaba, obviamente, que los israelitas no pudieran hacer figuras decorativas. Jehová mismo mandó que se adornara el tabernáculo con representaciones de plantas y querubines (Éxodo 25:18, 33; 26:31). No obstante, no debían venerarlas ni adorarlas. Nadie debía orarles ni ofrecerles sacrificios. El mandamiento inspirado por Dios prohibía hacer imágenes con el objeto de rendirles culto. Adorar imágenes o inclinarse ante ellas en señal de reverencia constituye idolatría (1 Juan 5:21).

10, 11. ¿Por qué considera Jehová vergonzosas las imágenes?

10 Isaías pasa a referirse a la inutilidad de los ídolos sin vida y la vergüenza que espera a quienes los hacen: “Los formadores de la imagen tallada son todos ellos una irrealidad, y sus predilectas mismas no serán de ningún provecho; y como sus testigos ellas no ven nada ni saben nada, a fin de que ellos se avergüencen. ¿Quién ha formado un dios o fundido una mera imagen fundida? De ningún provecho en absoluto ha sido. ¡Miren! Todos los socios mismos de él se avergonzarán, y los artífices son de entre los hombres terrestres. Todos ellos se juntarán. Se quedarán quietos. Estarán en pavor. Se avergonzarán al mismo tiempo” (Isaías 44:9-11).

11 ¿Por qué considera Dios tan vergonzosas estas imágenes? En primer lugar, es imposible hacer una representación material exacta del Todopoderoso (Hechos 17:29). En segundo lugar, rendir culto a una cosa creada en vez de al Creador es una afrenta a la divinidad de Jehová. ¿Y acaso no es denigrante para el hombre, quien fue creado “a la imagen de Dios”? (Génesis 1:27; Romanos 1:23, 25.)

12, 13. ¿Por qué no puede el hombre fabricar ninguna imagen que merezca adoración?

12 ¿Se santifica la materia al darle la forma de un objeto de adoración? Isaías nos recuerda que la fabricación de imágenes no es más que una actividad humana. Quien las hace utiliza las mismas herramientas y técnicas que cualquier otro artesano: “En cuanto al que talla hierro con el podón, él ha estado ocupado en ello con las brasas; y con los martillos procede a formarlo, y sigue ocupado en ello con su brazo poderoso. También, le ha dado hambre, y por eso se halla sin poder. No ha bebido agua; de modo que se cansa. En cuanto al que talla en madera, él ha extendido el cordel de medir; lo traza con tiza roja; le va dando forma con una escofina; y con un compás sigue trazándolo, y gradualmente lo hace como la representación de un hombre, como la hermosura de la humanidad, para que esté sentado en una casa” (Isaías 44:12, 13).

13 El Dios verdadero creó todos los seres vivos de la Tierra, entre ellos el hombre. La vida consciente es un maravilloso testimonio de la divinidad de Jehová, pero, lógicamente, todo lo que Dios creó es inferior a Él. ¿Puede el hombre sobrepasar a Dios en ese aspecto? ¿Puede fabricar un objeto que sea superior a él mismo, al grado que merezca su devoción? Cuando alguien hace una imagen, se cansa y le da hambre y sed. Aunque sufre tales limitaciones humanas, por lo menos estas indican que la persona está viva. Pero el ídolo que fabrica, sin importar que le dé forma humana o quede hermoso, es una figura inerte. Las imágenes no tienen nada de divinas. Jamás ninguna ha “ca[ído] del cielo”, como si procediera de otra fuente que no fuera el hombre mortal (Hechos 19:35).

14. ¿Por qué puede decirse que quienes hacen imágenes dependen por completo de Jehová?

14 Isaías pasa a mostrar que quienes hacen imágenes dependen por completo de los materiales y procesos naturales que Jehová ha creado: “Hay uno cuyo negocio es cortar cedros; y toma cierta especie de árbol, aun un árbol macizo, y deja que se haga fuerte para sí entre los árboles del bosque. Plantó el laurel, y la lluvia misma, que cae a cántaros, sigue haciéndolo crecer. Y ha llegado a ser algo para que el hombre mantenga ardiendo el fuego. De manera que él toma parte de él para calentarse. De hecho, hace un fuego y realmente cuece pan. También se pone a trabajar en un dios ante el cual pueda inclinarse. Lo ha hecho una imagen tallada, y se prosterna ante ella. La mitad de él realmente la quema en un fuego. Sobre la mitad de él asa bien la carne que come, y queda satisfecho. También se calienta, y dice: ‘¡Ajá! Me he calentado. He visto la lumbre’. Pero de lo restante de él realmente hace un dios mismo, su imagen tallada. Se prosterna ante ella y se inclina y le ora y dice: ‘Líbrame, porque tú eres mi dios’” (Isaías 44:14-17).

15. ¿En qué sentido revela una total falta de entendimiento el que hace imágenes?

15 ¿Puede un leño que no se ha echado al fuego librar a alguien? Claro que no. Solo el Dios verdadero tiene esa facultad. ¿Cómo es capaz la gente de idolatrar objetos inanimados? Isaías muestra que el problema estriba en el corazón: “No han llegado a saber, ni entienden, porque sus ojos han sido embadurnados para que no vean; su corazón, para que no tenga perspicacia. Y nadie hace recordar a su corazón ni tiene conocimiento ni entendimiento para decir: ‘La mitad de él la he quemado en un fuego, y sobre sus brasas también he cocido pan; aso carne y como. Pero de lo demás de él ¿haré una simple cosa detestable? ¿Ante la madera reseca de un árbol he de prosternarme?’. Está alimentándose de cenizas. Su propio corazón, con el cual se ha jugado, lo ha descarriado. Y él no libra su alma, ni dice: ‘¿No hay una falsedad en mi diestra?’” (Isaías 44:18-20). Imaginarse que la idolatría puede aportar algo bueno en sentido espiritual es como comer cenizas en vez de alimento nutritivo.

16. ¿Cómo se originó la idolatría, y qué la hace posible?

16 La idolatría se originó realmente en los cielos, cuando el poderoso espíritu que se convirtió en Satanás codició la adoración que se le debe solo a Jehová. Su deseo fue tan intenso que lo apartó de Dios. Así comenzó la idolatría, pues el apóstol Pablo dijo que la codicia es idolatría (Isaías 14:12-14; Ezequiel 28:13-15, 17; Colosenses 3:5). Satanás indujo a la primera pareja humana a abrigar pensamientos egoístas. Eva codició lo que el Diablo le ofreció: “Tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. Jesús afirmó que la codicia procede del corazón (Génesis 3:5; Marcos 7:20-23). La idolatría resulta posible cuando los corazones están corrompidos. Por consiguiente, es de suma importancia que todos ‘salvaguardemos el corazón’ y no permitamos que nada ni nadie ocupe en él el lugar que en justicia le corresponde a Jehová (Proverbios 4:23; Santiago 1:14).

Jehová apela al corazón

17. ¿Qué debería tomar muy en serio Israel?

17 A continuación, Jehová exhorta a los israelitas a recordar que, como testigos de él, se encuentran en una posición privilegiada que entraña responsabilidad. Les dice: “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te he formado. Eres un siervo que me pertenece. Oh Israel, no serás olvidado por parte de mí. Ciertamente borraré tus transgresiones tal como con una nube, y tus pecados tal como con una masa de nube. Vuelve a mí, sí, porque yo ciertamente te recompraré. ¡Clamen gozosamente, cielos, porque Jehová ha actuado! ¡Griten en triunfo, ustedes las partes más bajas de la tierra! ¡Alégrense, montañas, con clamor gozoso, bosque y todos los árboles en él! Porque Jehová ha recomprado a Jacob, y sobre Israel muestra su hermosura” (Isaías 44:21-23).

18. a) ¿Qué buena razón tiene Israel para alegrarse? b) ¿Cómo pueden los siervos de Jehová de hoy día imitar su ejemplo de misericordia?

18 Israel no formó a Jehová; él no es un dios hecho por el hombre. Todo lo contrario: Jehová formó a Israel para que fuera su siervo escogido, y cuando libere a la nación, demostrará su divinidad una vez más. Dios se dirige a su pueblo con ternura y le asegura que, si se arrepiente, cubrirá totalmente sus pecados, ocultará sus transgresiones como si fuera tras una masa impenetrable de nubes. Esta es, sin duda, una buena razón para que Israel se alegre. Por otra parte, el ejemplo de Jehová impulsa a sus siervos de la actualidad a imitar su misericordia. Un modo de hacerlo consiste en ayudar a los que han errado, con el fin de que se restablezcan en sentido espiritual, si es posible (Gálatas 6:1, 2).

El clímax de la prueba de divinidad

19, 20. a) ¿De qué manera lleva Jehová ahora su litigio a un clímax? b) ¿Qué sucesos alentadores para su pueblo profetiza Jehová, y a quién utilizará para que se produzcan?

19 Jehová lleva ahora su litigio a un clímax impactante. Está a punto de presentar su respuesta a la prueba más difícil de la divinidad: la capacidad de predecir el futuro con exactitud. Un biblista llamó a los cinco versículos siguientes del capítulo 44 de Isaías un “poema de la trascendencia del Dios de Israel”, el único Creador y Revelador del futuro y la única esperanza de liberación de Israel. El pasaje va cobrando más y más intensidad hasta alcanzar el punto culminante con el anuncio del nombre del personaje que liberará a la nación del yugo babilónico.

20 “Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador y el Formador de ti desde el vientre: ‘Yo, Jehová, estoy haciendo todo, extendiendo los cielos, yo solo, tendiendo la tierra. ¿Quién estuvo conmigo? Estoy frustrando las señales de los de habla vacía, y soy Aquel que hace que los adivinos mismos actúen locamente; Aquel que vuelve a los sabios al revés, y Quien torna hasta el conocimiento de ellos en tontedad; Quien hace que se realice la palabra de su siervo, y Quien lleva a cabo por completo el consejo de sus propios mensajeros; Aquel que dice de Jerusalén: “Será habitada”, y de las ciudades de Judá: “Serán reedificadas, y levantaré sus lugares desolados”; Aquel que dice a la profundidad acuosa: “Evapórate; y secaré todos tus ríos”; Aquel que dice de Ciro: “Es mi pastor, y todo aquello en que me deleito él lo llevará a cabo por completo”; aun en mi decir de Jerusalén: “Será reedificada”, y del templo: “Te será colocado tu fundamento”’.” (Isaías 44:24-28.)

21. ¿Qué garantía ofrecen las palabras de Jehová?

21 En efecto, Jehová tiene no solo la facultad de predecir los sucesos futuros, sino también el poder de realizar por completo su propósito revelado. Esta declaración será una fuente de esperanza para Israel. Constituye una garantía de que, aunque los ejércitos babilónicos desolarán la tierra, Jerusalén y sus ciudades dependientes se levantarán de nuevo y la adoración verdadera se restablecerá en esos lugares. Pero ¿cómo se cumplirá esta promesa?

22. Explique en qué sentido se evapora el río Éufrates.

22 Los adivinos no cuentan con la inspiración de Dios, así que por lo general no se atreven a ser muy precisos en sus predicciones por miedo de que el tiempo demuestre que estaban equivocados. Jehová, en cambio, revela a través de Isaías el mismísimo nombre de aquel de quien se valdrá para liberar a Su pueblo del cautiverio a fin de que regresen a su tierra y reconstruyan Jerusalén y el templo. Se llama Ciro, y se le conoce como Ciro el Grande de Persia. Jehová también facilita detalles de la estrategia que aquel utilizará para penetrar en el sólido y complejo sistema defensivo de Babilonia. La ciudad estará protegida por altas murallas y por canales que la atravesarán y rodearán. Ciro sacará partido de uno de los principales elementos de tales defensas: el río Éufrates. Según los historiadores antiguos Heródoto y Jenofonte, Ciro lo desvió en cierto punto río arriba y, cuando el nivel de las aguas bajó lo suficiente, sus soldados avanzaron por su lecho. En lo que respecta a la protección que brinda a Babilonia, el poderoso Éufrates se evapora.

23. ¿Qué constancia escrita hay del cumplimiento de la profecía de que Ciro liberaría a Israel?

23 ¿Y qué puede decirse de la promesa de que Ciro liberará al pueblo de Dios y se encargará de la reedificación de Jerusalén y su templo? En una proclamación oficial recogida en la Biblia, el propio Ciro declara: “Esto es lo que ha dicho Ciro el rey de Persia: ‘Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová el Dios de los cielos, y él mismo me ha comisionado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que haya entre ustedes de todo su pueblo, resulte su Dios estar con él. Así, pues, que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa de Jehová el Dios de Israel —él es el Dios verdadero— la cual estaba en Jerusalén’” (Esdras 1:2, 3). De este modo se cumple totalmente la palabra de Jehová comunicada mediante Isaías.

Isaías, Ciro y los cristianos actuales

24. ¿Qué relación hay entre la proclamación del mandato de Artajerjes de “restaurar y reedificar a Jerusalén” y la llegada del Mesías?

24 El capítulo 44 de Isaías ensalza a Jehová como el único Dios verdadero y el Libertador de su pueblo antiguo. Pero, además, la profecía encierra un profundo significado para todos nosotros. El decreto de Ciro sobre la reconstrucción del templo de Jerusalén, emitido a finales del 538 o principios del 537 a.E.C., puso en marcha una serie de acontecimientos que culminaron en el cumplimiento de otra profecía extraordinaria. Al decreto de Ciro le siguió el de Artajerjes, gobernante que ordenó la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. El libro de Daniel había revelado que “desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén [en 455 a.E.C.] hasta Mesías el Caudillo”, pasarían 69 “semanas” de siete años cada una (Daniel 9:24, 25). Dicha profecía también se cumplió. Tal como esta señalaba, en el 29 E.C., 483 años después de entrar en vigor el decreto de Artajerjes en la Tierra Prometida, Jesús se bautizó y comenzó su ministerio terrestre. *

25. ¿A qué señala en nuestros tiempos la caída de Babilonia a manos de Ciro?

25 El hecho de que se liberara a los judíos fieles de su destierro en Babilonia a raíz de la caída de esta ciudad, prefiguró la liberación del destierro espiritual experimentada por los cristianos ungidos en 1919. Tal liberación demostró que había caído otra Babilonia, a la que se describe como una ramera, Babilonia la Grande, símbolo de todas las religiones falsas del mundo vistas en su conjunto. Como indica el libro de Revelación (Apocalipsis), el apóstol Juan previó su caída (Revelación 14:8). También vio por anticipado su destrucción repentina. La descripción que ofrece de la aniquilación de dicho imperio mundial cargado de ídolos guarda algunas semejanzas con las palabras de Isaías relativas a la conquista de la antigua ciudad de Babilonia por parte de Ciro. Tal como sus canales protectores no pudieron salvar a esta del ataque del rey persa, así las ‘aguas’ de la humanidad que apoyan y amparan a Babilonia la Grande ‘se secarán’ antes de su justa destrucción (Revelación 16:12). *

26. ¿Por qué nos fortalecen la fe las profecías de Isaías y su cumplimiento?

26 Desde la perspectiva actual, más de dos mil quinientos años después de que Isaías pronunciara sus profecías, podemos ver que Dios verdaderamente “lleva a cabo por completo el consejo de sus propios mensajeros” (Isaías 44:26). El cumplimiento de las profecías de Isaías es, por tanto, un ejemplo destacado de la confiabilidad de todas las profecías de las Santas Escrituras.

[Notas]

^ párr. 24 Véase el cap. 11 del libro Prestemos atención a las profecías de Daniel, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

^ párr. 25 Véanse los caps. 35, 36 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

[Preguntas del estudio]

[Ilustración de la página 63]

¿Puede un leño que no se ha echado al fuego librar a alguien?

[Ilustración de la página 75]

Ciro cumple la profecía desviando las aguas del Éufrates