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“Un nombre nuevo”

“Un nombre nuevo”

Capítulo 23

“Un nombre nuevo”

Isaías 62:1-12

1. ¿Qué garantía contiene el capítulo 62 de Isaías?

PALABRAS que los tranquilicen, los consuelen y les infundan esperanzas de restauración: eso es lo que necesitan los judíos abatidos que residen en Babilonia. Han transcurrido varias décadas desde la destrucción de Jerusalén y su templo. La tierra de Judá, situada a unos 800 kilómetros de Babilonia, sigue desolada, y parece que Jehová se ha olvidado de los judíos. ¿Qué puede mejorar su situación? Las promesas de Jehová de que los repatriará y les permitirá restablecer la adoración pura. Cuando esto suceda, calificativos como “dejada por completo” y “desolada” se cambiarán por nombres que denoten la aprobación divina (Isaías 62:4; Zacarías 2:12). El capítulo 62 de Isaías abunda en tales promesas. No obstante, al igual que otras profecías de restauración, este capítulo trata de cuestiones que trascienden la liberación de los judíos cautivos en Babilonia. El cumplimiento principal del capítulo 62 de Isaías nos garantiza que la salvación de la nación espiritual de Jehová, “el Israel de Dios”, es segura (Gálatas 6:16).

Jehová no se está quieto

2. ¿Cómo vuelve a favorecer Jehová a Sión?

2 Tras la derrota de Babilonia en el año 539 a.E.C., el rey Ciro de Persia emite un decreto que autoriza a los judíos devotos a regresar a Jerusalén para restablecer la adoración de Jehová (Esdras 1:2-4). En 537 a.E.C. llegan los primeros a su tierra, y Dios vuelve a favorecer a Jerusalén, como lo refleja el tono afectuoso de su declaración profética: “Por causa de Sión no me quedaré callado, y por causa de Jerusalén no me estaré quieto hasta que salga la justicia de ella justamente como el resplandor, y su salvación como una antorcha que arde” (Isaías 62:1).

3. a) ¿Por qué rechazó Jehová por fin a la Sión terrestre, y quién la reemplazó? b) ¿Qué distanciamiento se produjo y cuándo, y en qué período vivimos hoy?

3 En 537 a.E.C., Jehová cumplió su promesa de restaurar Sión, es decir, Jerusalén. Salvó a sus habitantes, y la justicia de estos resplandeció. Sin embargo, más adelante, los judíos volvieron a alejarse de la adoración pura; no aceptaron a Jesús como el Mesías, y Jehová acabó por abandonarlos como nación escogida (Mateo 21:43; 23:38; Juan 1:9-13). Entonces hizo que naciera una nueva nación, “el Israel de Dios”, la cual se convirtió en su pueblo especial. En el siglo primero, los miembros de esta nación predicaron con celo las buenas nuevas por todo el mundo conocido (Gálatas 6:16; Colosenses 1:23). Lamentablemente, tras la muerte de los apóstoles se produjo un distanciamiento de la fe verdadera que propició la aparición de un tipo de cristianismo apóstata, que se ha perpetuado en la cristiandad (Mateo 13:24-30, 36-43; Hechos 20:29, 30). Por siglos se permitió que esta causara oprobio considerable al nombre de Dios; hasta 1914, cuando se inició “el año de la buena voluntad” de Jehová, así como el cumplimiento principal de esta parte de las profecías de Isaías (Isaías 61:2).

4, 5. a) ¿A quiénes simbolizan Sión y sus hijos hoy? b) ¿En qué sentido ha utilizado Jehová a Sión para que “su salvación [sea] como una antorcha que arde”?

4 Hoy en día, la promesa de Dios de restaurar Sión se ha cumplido en Su organización celestial, “la Jerusalén de arriba”, que está representada en la Tierra por sus hijos, los cristianos ungidos por espíritu (Gálatas 4:26). Dicha organización es una ayudante leal, vigilante, amorosa y trabajadora. ¡Qué emocionante fue cuando en 1914 dio a luz al Reino mesiánico! (Revelación [Apocalipsis] 12:1-5). Desde 1919 en particular, sus hijos terrestres han predicado a las naciones acerca de la justicia y salvación de ella. Como predijo Isaías, han iluminado la oscuridad como una antorcha al difundir su luz (Mateo 5:15, 16; Filipenses 2:15).

5 Jehová se interesa muchísimo por sus adoradores y no se callará ni se estará quieto, en otras palabras, no parará hasta que haya cumplido todas las promesas que hizo a Sión y sus hijos. El resto ungido y sus compañeros de las “otras ovejas” también se niegan a quedarse callados (Juan 10:16). Efectivamente, no dejan de hablar del único camino a la salvación (Romanos 10:10).

“Un nombre nuevo” otorgado por Jehová

6. ¿Qué tiene pensado Jehová para Sión?

6 ¿Qué tiene pensado Jehová para Sión, su “mujer” celestial, representada por la antigua Jerusalén? Él explica: “Las naciones ciertamente verán tu justicia, oh mujer, y todos los reyes tu gloria. Y realmente se te llamará por un nombre nuevo, que la mismísima boca de Jehová designará” (Isaías 62:2). Cuando el pueblo de Dios obra con justicia, las naciones se ven obligadas a observarlo con atención. Hasta los reyes han de reconocer que Dios utiliza a Jerusalén y que los gobiernos de ellos resultan insignificantes en comparación con el Reino de Jehová (Isaías 49:23).

7. ¿Qué denota el nuevo nombre de Sión?

7 Con el objeto de confirmar que la situación de Sión ha cambiado, Jehová le da un nombre nuevo. Este denota la condición bendita y honrosa de que disfrutan los hijos terrestres de Sión a partir de 537 a.E.C. * y muestra que él reconoce que Sión le pertenece. En la actualidad, los miembros del Israel de Dios se alegran de que Jehová se complazca en ellos del mismo modo, y las otras ovejas comparten su alegría.

8. ¿De qué maneras ha honrado Jehová a Sión?

8 Una vez otorgado el nuevo nombre, Jehová le promete a Sión: “Tienes que llegar a ser una corona de hermosura en la mano de Jehová, y un turbante regio en la palma de tu Dios” (Isaías 62:3). Jehová muestra en su mano a su esposa simbólica, la Sión celestial, para que sea objeto de admiración (Salmo 48:2; 50:2). La corona de hermosura y el “turbante regio” indican que se la inviste de honra y autoridad (Zacarías 9:16). El Israel de Dios, que representa a la Sión celestial o “Jerusalén de arriba”, es un resultado notable de la intervención de la mano de Dios, es decir, de su poder en acción (Gálatas 4:26). Con la ayuda de Jehová, esa nación espiritual se ha labrado un historial extraordinario de integridad y devoción. Dios imparte fuerzas a millones de personas —tanto ungidas como de las otras ovejas— para que demuestren una fe y un amor fuera de lo común. Por otra parte, durante el Reinado Milenario de Cristo, los ungidos, que habrán alcanzado su gloriosa recompensa celestial, serán instrumentos en la mano de Jehová para conducir a la afligida creación a la vida eterna (Romanos 8:21, 22; Revelación 22:2).

“Jehová se [ha] deleitado en ti”

9. Describa la transformación que experimentará Sión.

9 La concesión de un nombre nuevo forma parte de la maravillosa transformación que experimentará la Sión celestial, representada por sus hijos terrestres. Leemos: “Ya no se dirá de ti que eres una mujer dejada por completo; y de tu propia tierra ya no se dirá que está desolada; sino que tú misma serás llamada: Mi Deleite Está en Ella, y tu tierra: Poseída como Esposa. Porque Jehová se habrá deleitado en ti, y tu propia tierra será poseída como esposa” (Isaías 62:4). La Sión terrestre está desolada desde su destrucción en 607 a.E.C. Sin embargo, las palabras de Jehová le garantizan que su país será restaurado y repoblado. Ya no será una mujer dejada por completo, y su tierra ya no estará desolada. La restauración de Jerusalén en el año 537 a.E.C. significará para ella una situación diametralmente opuesta a la anterior. Jehová declara que se llamará a Sión “Mi Deleite Está en Ella”, y a su tierra, “Poseída como Esposa” (Isaías 54:1, 5, 6; 66:8; Jeremías 23:5-8; 30:17; Gálatas 4:27-31).

10. a) ¿Qué transformación se operó en el Israel de Dios? b) ¿Qué es la “tierra” del Israel de Dios?

10 En el Israel de Dios se operó un cambio parecido a partir de 1919. Durante la I Guerra Mundial dio la impresión de que Jehová había repudiado a los cristianos ungidos. Pero en 1919 recuperaron su posición favorecida y su adoración fue purificada, lo cual repercutió en sus enseñanzas, organización y actividades. El Israel de Dios recibió su “tierra”, es decir, su heredad o ámbito de actividad espiritual (Isaías 66:7, 8, 20-22).

11. ¿En qué sentido toman los judíos por esposa a su madre?

11 Jehová recalca la nueva posición favorecida de su pueblo al decir: “Tal como un joven toma en posesión a una virgen como su esposa, tus hijos te tomarán en posesión como esposa. Y con el alborozo de un novio por una novia, tu Dios se alborozará aun por ti” (Isaías 62:5). ¿Cómo pueden los judíos, los “hijos” de Sión, tomar a su madre por esposa? En el sentido de que los que regresen del exilio babilónico volverán a ocupar su antigua capital y a establecerse en ella. Cuando llegue ese momento, Sión ya no estará desolada, sino llena de hijos (Jeremías 3:14).

12. a) ¿Cómo ha dejado claro Jehová que los cristianos ungidos forman parte de la organización que está unida a él en matrimonio? b) ¿Por qué constituye la relación de Jehová con su pueblo un modelo perfecto para los matrimonios actuales? (Véase el recuadro de la pág. 342.)

12 Del mismo modo, en 1919 los hijos de la Sión celestial tomaron posesión de su tierra, su heredad espiritual, a la que se llama proféticamente “Poseída como Esposa”. La actividad cristiana de los ungidos en dicha tierra ha evidenciado que son el “pueblo para [el] nombre [de Jehová]” (Hechos 15:14). El hecho de que produzcan los frutos del Reino y publiquen el nombre de Jehová ha puesto de manifiesto que gozan de su beneplácito. Dios ha dejado claro que forman parte de la organización que está unida a él con un vínculo inquebrantable. Al ungir a estos cristianos con espíritu santo, liberarlos del cautiverio espiritual y utilizarlos para predicar la esperanza del Reino a la humanidad, ha demostrado que se alboroza con ellos igual que un novio con su novia (Jeremías 32:41).

“No haya silencio por parte de ustedes”

13, 14. a) ¿Cómo se convierte la antigua Jerusalén en una ciudad que ofrece protección? b) ¿Cómo ha llegado a ser una “alabanza en la tierra” la Sión de nuestros días?

13 El nombre nuevo de carácter simbólico que Jehová concede a sus siervos les infunde seguridad. Saben que él los reconoce y los considera posesión suya. Ahora Dios se dirige a ellos con una nueva ilustración, en la que los representa como una ciudad amurallada: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he comisionado atalayas. Todo el día y toda la noche, constantemente, que no se queden callados. Ustedes, los que están haciendo mención de Jehová, no haya silencio por parte de ustedes, y no le den silencio sino hasta que él fije sólidamente, sí, hasta que establezca a Jerusalén como alabanza en la tierra” (Isaías 62:6, 7). En el momento señalado por Dios, tras el retorno del resto fiel de Babilonia, Jerusalén se convierte en una “alabanza en la tierra”, pues vuelve a contar con murallas que protegen a sus habitantes. Los atalayas de los muros montan guardia día y noche para garantizar la seguridad de la ciudad y dar la voz de alarma a la población (Nehemías 6:15; 7:3; Isaías 52:8).

14 En nuestros días, Jehová se ha valido de sus atalayas ungidos para mostrar a las personas mansas el modo de liberarse del yugo de la religión falsa e invitarlas a entrar en Su organización, donde se las protege de la contaminación espiritual, las influencias impías y el desagrado de Jehová (Jeremías 33:9; Sofonías 3:19). En dicha labor protectora desempeña un papel fundamental la clase del atalaya, “el esclavo fiel y discreto”, que suministra “alimento al tiempo apropiado” (Mateo 24:45-47). La “gran muchedumbre”, que colabora con la clase del atalaya, también contribuye significativamente a que Sión sea una “alabanza en la tierra” (Revelación 7:9).

15. ¿Por qué puede decirse que la clase del atalaya y sus compañeros sirven a Jehová con constancia?

15 La clase del atalaya y sus compañeros prestan servicio con constancia. La actitud de entrega de estas personas fieles, cuyo número asciende a millones, se hace patente en su predicación celosa, que recibe el apoyo de superintendentes viajantes y sus esposas; voluntarios de los hogares Betel e imprentas de los testigos de Jehová; misioneros, y precursores especiales, regulares y auxiliares. Ambos grupos también ponen empeño en construir Salones del Reino, visitar a los enfermos, ayudar a quienes afrontan situaciones médicas delicadas y socorrer a las víctimas de catástrofes naturales y accidentes. Muchos de estos cristianos abnegados a menudo prestan servicio literalmente “día y noche” (Revelación 7:14, 15).

16. ¿En qué sentido “no le [dan] silencio” a Jehová sus siervos?

16 Las Escrituras animan a los siervos de Jehová a orar con persistencia, a pedirle a Dios que se ‘efectúe Su voluntad, como en el cielo, también sobre la Tierra’ (Mateo 6:9, 10; 1 Tesalonicenses 5:17). Los exhorta a que “no le den silencio” a Jehová hasta que se hayan cumplido todos los deseos y esperanzas con respecto al restablecimiento de la adoración verdadera. Jesús hizo hincapié en la necesidad de orar constantemente cuando instó a sus discípulos a “que clama[ra]n a [Dios] día y noche” (Lucas 18:1-8).

El servicio a Dios será recompensado

17, 18. a) ¿Por qué pueden confiar los habitantes de Sión en que disfrutarán del fruto de su labor? b) ¿Cómo disfruta el pueblo de Jehová del fruto de su labor hoy día?

17 Al darle un nombre nuevo a su pueblo, Jehová le garantiza que sus esfuerzos no serán en vano. “Jehová ha jurado con su diestra y con su brazo fuerte: ‘Ciertamente no daré más tu grano como alimento a tus enemigos, ni beberán los extranjeros tu vino nuevo, por el cual te has afanado. Antes bien, los mismísimos que lo recogen lo comerán, y de seguro alabarán a Jehová; y los mismísimos que lo juntan lo beberán en mis santos patios’.” (Isaías 62:8, 9.) La diestra y el brazo fuerte de Jehová son símbolos de su fuerza y poder (Deuteronomio 32:40; Ezequiel 20:5). El hecho de que los utilice para pronunciar un juramento indica que está resuelto a cambiar la situación de Sión. En el año 607 a.E.C., Jehová permite que los enemigos de Sión la saqueen (Deuteronomio 28:33, 51). Pero ahora asegura que solo disfrutarán de los bienes de ella quienes tengan el derecho (Deuteronomio 14:22-27).

18 En el cumplimiento moderno de esta promesa, el pueblo restaurado de Jehová vive una gran prosperidad espiritual. Disfruta a plenitud del fruto de su labor, a saber, el incremento en la cantidad de discípulos cristianos y la abundancia de alimento espiritual (Isaías 55:1, 2; 65:14). Como es un pueblo fiel, Jehová no permite que sus enemigos menoscaben su prosperidad espiritual ni le priven de los resultados de su servicio de todo corazón. Nada de lo que se hace en el servicio de Jehová es en vano (Malaquías 3:10-12; Hebreos 6:10).

19, 20. a) ¿Cómo se despeja el camino para que los judíos regresen a Jerusalén? b) ¿Cómo se ha despejado el camino en nuestros tiempos para que los mansos entren en la organización de Jehová?

19 Por otra parte, el nombre nuevo atrae a personas sinceras a la organización de Jehová. Multitudes ya han entrado en ella, y el camino sigue abierto. La profecía de Isaías afirma: “Pasen, pasen afuera por las puertas. Despejen el camino del pueblo. Terraplenen, terraplenen la calzada. Límpienla de piedras. Levanten una señal enhiesta para los pueblos” (Isaías 62:10). En el primer cumplimiento, esta exhortación probablemente se refiera a salir por las puertas de las ciudades babilónicas para regresar a Jerusalén. Los judíos liberados tendrán que quitar las piedras del camino para facilitar la marcha y erigir una señal que muestre la ruta (Isaías 11:12).

20 En 1919 se separó a los cristianos ungidos para efectuar servicio divino, y desde entonces viajan por “el Camino de la Santidad” (Isaías 35:8). Ellos fueron los primeros en caminar por la calzada espiritual que sale de Babilonia la Grande (Isaías 40:3; 48:20). Dios les concedió el privilegio de encabezar la obra de proclamar sus actos poderosos y mostrar a otras personas la manera de tomar la calzada. La tarea de limpiarla de piedras de tropiezo fue principalmente en beneficio propio (Isaías 57:14). Necesitaban tener una visión clara de los propósitos y enseñanzas divinos. Las creencias falsas son piedras de tropiezo en el camino a la vida, pero la Palabra de Jehová es “como un martillo de fragua que desmenuza el peñasco”. Con ella, los cristianos ungidos hicieron añicos las rocas con las que podían tropezar quienes deseaban servir a Jehová (Jeremías 23:29).

21, 22. ¿Qué señal enhiesta ha levantado Jehová para los que dejan la religión falsa, y cómo lo sabemos?

21 En 537 a.E.C., Jerusalén se convirtió en la señal enhiesta que invitaba al resto judío a regresar a la ciudad y reconstruir el templo (Isaías 49:22). En 1919, cuando el resto ungido fue liberado del yugo de la religión falsa, no emprendió un camino sin rumbo. Conocía su destino, ya que Jehová le había levantado una señal. ¿Cuál? La misma que se predijo en Isaías 11:10: “En aquel día tiene que suceder que habrá la raíz de Jesé que estará de pie como señal enhiesta para los pueblos”. El apóstol Pablo aplica estas palabras a Jesús (Romanos 15:8, 12). En efecto, la señal enhiesta es Jesucristo como Rey que gobierna desde el monte Sión celestial (Hebreos 12:22; Revelación 14:1).

22 En torno a él se reúne a los cristianos ungidos y las otras ovejas para que participen en la adoración unificadora del Dios Altísimo. La gobernación de Cristo vindica la soberanía universal de Jehová y bendice a la gente de bien de todas las naciones. ¿No es suficiente razón para que todos lo ensalcemos?

“Tu salvación viene”

23, 24. ¿Cómo se lleva hoy la salvación a los que tienen fe en Dios?

23 El nombre nuevo que Jehová otorga a su organización, la cual es como su esposa, tiene que ver con la salvación eterna de los hijos de ella. Isaías escribe: “¡Miren! Jehová mismo ha hecho oír esto hasta la parte más lejana de la tierra: ‘Digan a la hija de Sión: “¡Mira! Tu salvación viene. ¡Mira! El galardón que él da está con él, y el salario que él paga está delante de él”’” (Isaías 62:11). A los judíos les llegó la salvación cuando cayó Babilonia y regresaron a su tierra. Pero estas palabras apuntan a una salvación mayor. La declaración de Jehová nos recuerda la siguiente profecía de Zacarías sobre Jerusalén: “Ponte muy gozosa, oh hija de Sión. Grita en triunfo, oh hija de Jerusalén. ¡Mira! Tu rey mismo viene a ti. Es justo, sí, salvado; humilde, y cabalga sobre un asno, aun sobre un animal plenamente desarrollado, hijo de un asna” (Zacarías 9:9).

24 Tres años y medio después de bautizarse en agua y ser ungido con el espíritu de Dios, Jesús entró en Jerusalén montado sobre un asno y limpió el templo (Mateo 21:1-5; Juan 12:14-16). Hoy en día, Jesucristo es quien lleva la salvación procedente de Jehová a cuantos tienen fe en Dios. Desde su entronización, en 1914, también es el Juez y Ejecutor nombrado por su Padre. En 1918, tres años y medio después de acceder al trono, limpió el templo espiritual de Jehová, representado en la Tierra por la congregación de cristianos ungidos (Malaquías 3:1-5). El alzamiento de Jesucristo como señal enhiesta marcó el comienzo de una gran recolección de partidarios del Reino mesiánico por toda la Tierra. En correspondencia con el primer cumplimiento, el Israel de Dios obtuvo la “salvación” cuando fue liberado de Babilonia la Grande en 1919. “El galardón”, o “el salario”, que aguarda a los abnegados cosechadores es, o bien la vida inmortal en el cielo, o bien la vida eterna en la Tierra. Todos los que permanecen fieles pueden estar seguros de que su “labor no es en vano en lo relacionado con el Señor” (1 Corintios 15:58).

25. ¿Qué garantía recibe el pueblo de Jehová?

25 Las perspectivas son verdaderamente halagüeñas para la organización celestial de Jehová, sus representantes ungidos en la Tierra y todo el que se relaciona y colabora con ellos (Deuteronomio 26:19). Isaías profetizó: “Los hombres ciertamente los llamarán el pueblo santo, los recomprados por Jehová; y a ti misma se te llamará: Buscada, una Ciudad No Dejada por Completo” (Isaías 62:12). Hubo un tiempo en el que “la Jerusalén de arriba”, representada por el Israel de Dios, se sintió abandonada; pero eso no volverá a suceder jamás. El pueblo de Jehová disfrutará para siempre de Su amparo y Su aprobación.

[Nota]

^ párr. 7 En las profecías bíblicas, “un nombre nuevo” puede significar una nueva posición o privilegio (Revelación 2:17; 3:12).

[Preguntas del estudio]

[Recuadro de la página 342]

Un modelo perfecto para los matrimonios

Todo el que se casa tiene sus propias expectativas respecto al matrimonio. ¿Cuáles son las de Dios, el creador de esta institución? ¿Con qué objetivo la originó?

Su relación con la nación de Israel nos da un indicio. Isaías representa dicha relación como la de un matrimonio (Isaías 62:1-5). Observemos lo que Jehová Dios, el “esposo”, hace por su “esposa”: la protege y santifica (Isaías 62:6, 7, 12); la honra y valora (Isaías 62:3, 8, 9), y se deleita en ella, como muestran los nombres nuevos que le da (Isaías 62:4, 5, 12).

En las Escrituras Griegas Cristianas, Pablo evoca la descripción que hace Isaías de la relación entre Jehová e Israel cuando compara el vínculo conyugal con el que existe entre Cristo y la congregación de cristianos ungidos (Efesios 5:21-27).

Pablo animó a los cristianos a imitar en su matrimonio la relación de Jesús con la congregación. No puede haber mayor amor que el que demostraron Jehová a Israel, y Cristo a la congregación. Aquellas relaciones simbólicas constituyen un modelo perfecto para los cristianos que deseen tener un matrimonio satisfactorio y feliz (Efesios 5:28-33).

[Ilustraciones de la página 339]

Jehová llamará a la Sión celestial por un nombre nuevo

[Ilustraciones de la página 347]

En nuestros días, la clase del atalaya de Jehová no se ha quedado callada