Ir al contenido

Ir al índice

Buenos ejemplos: Ezequías

Buenos ejemplos: Ezequías

Buenos ejemplos: Ezequías

Con solo 25 años, Ezequías se convierte en rey de Judá y se enfrenta a una importante decisión: debe decidir qué clase de rey será. ¿Se dejará influir por el mal ejemplo de su padre, el rey apóstata Acaz? Este nunca se arrepintió de sus pecados, ni siquiera el día de su muerte. Además de profanar el templo de Jehová y fomentar la adoración falsa, quemó en un altar pagano a por lo menos uno de sus hijos (2 Crónicas 28:1-4). Sin embargo, Ezequías no permite que la hipocresía de Acaz afecte su servicio a Jehová. Tampoco cree que está condenado a repetir los errores de su padre. Al contrario, sigue “adhiriéndose a Jehová” (2 Reyes 18:6).

¿Y en tu caso? ¿Se burla alguno de tus padres de la adoración verdadera? ¿Te maltrata verbal o emocionalmente? ¿Tiene alguna adicción? Aun así, no creas que estás condenado a repetir sus errores. Ezequías no dejó que su historial familiar condicionara su vida. Fue tan buen rey que “después de él no hubo nadie” que se le comparara “entre todos los reyes de Judá” (2 Reyes 18:5). Así que imita su ejemplo: sigue adhiriéndote a Jehová y verás que sales adelante en la vida pese a tu situación familiar.