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¿Por qué decir no a las drogas?

¿Por qué decir no a las drogas?

Capítulo 34

¿Por qué decir no a las drogas?

“EN CUANTO a las emociones soy un niño —dice Mike, de 24 años—. A veces temo a otras personas de mi propia edad, y hasta me dejo intimidar por ellas. Sufro de depresión e inseguridad, y hasta he llegado a pensar en suicidarme.”

Ann, de 36 años, se describe a sí misma como “en sentido emocional una niñita” de “poco amor propio”. Añade: “Se me hace muy difícil llevar una vida normal”.

Mike y Ann están segando las consecuencias de una decisión que tomaron cuando eran muy jóvenes, a saber, usar drogas. Millones de jóvenes hoy día hacen lo mismo... desde la cocaína hasta la marihuana, se inyectan o toman o aspiran o fuman esas drogas. Para algunos jóvenes el usar drogas es un medio de escapar de sus problemas. Otros las prueban por curiosidad. Otros las usan como alivio para la depresión o el aburrimiento. Y una vez que empiezan, muchos continúan usándolas solo por el placer que les causan. Dice Grant, de 17 años: “Fumo [marihuana] solo por los efectos que produce. No para calmarme ni por razones sociales. [...] Nunca la fumé porque otros jóvenes me dijeran que lo hiciera, sino solo porque quise hacerlo”.

De todos modos, hay buenas probabilidades de que tarde o temprano entres en situaciones que te expongan a las drogas, o quizás alguien te las ofrezca directamente. “En nuestra escuela, hasta los guardias venden marihuana”, dijo un joven. Objetos relacionados con el uso de las drogas se exhiben y venden abiertamente. Sin embargo, a pesar de su popularidad, hay buena razón para que digas no a las drogas. ¿Por qué?

Las drogas estorban el desarrollo

Considera el caso de los jóvenes que usan drogas para escapar de los problemas, como Mike y Ann. Ya vimos en el capítulo anterior que el desarrollo emocional viene como consecuencia de encararse a los desafíos de la vida, de saber reaccionar al éxito y sobreponerse a los fracasos. Los jóvenes que evaden los problemas refugiándose en sustancias químicas estorban su desarrollo emocional. No desarrollan las aptitudes que necesitan para encararse a los problemas.

Como sucede con toda aptitud, el saber resolver problemas requiere práctica. Para ilustrarlo: ¿Has observado alguna vez a un hábil jugador de fútbol (soccer)? ¡Es maravilloso el uso que da a la cabeza y los pies! Sin embargo, ¿cómo se hizo tan apto ese jugador? Por años de práctica. Aprendió a pegarle al balón, a correr con él, a hacer fintas, y así por el estilo, hasta hacerse un jugador diestro.

Es muy similar el desarrollo de aptitudes que permitan enfrentarse a los problemas. Se requiere práctica... ¡experiencia! En Proverbios 1:22 la Biblia pregunta: “¿Hasta cuándo seguirán ustedes los inexpertos amando la inexperiencia, [...] y hasta cuándo seguirán ustedes los estúpidos odiando el conocimiento?”. El joven que se oculta tras la euforia o alegría producida por las drogas ‘ama la inexperiencia’; no llega a desarrollar las aptitudes que se necesitan para hacer frente a la vida. Como dice el libro Talking With Your Teenager (Cómo conversar con su hijo adolescente) acerca de los adolescentes que usan drogas: “Nunca llegan a aprender que pueden encararse a los momentos difíciles de la vida sin tener que usar esas sustancias”.

Así vemos que Ann, quien usaba drogas como medio de escape, admite: “Por 14 años no hice frente a mis problemas”. Mike dijo algo parecido: “Yo había usado las drogas desde los 11 años. Cuando dejé de usarlas, ya de 22 años, me parecía que era un niño. En busca de seguridad, me colgaba de los demás. Me di cuenta de que había dejado de desarrollarme emocionalmente cuando empecé a usar las drogas”.

“Malgasté todos aquellos años del desarrollo —añade Frank, quien había usado las drogas desde los 13 años—. Cuando dejé de usarlas, comprendí, para mi dolor, que no estaba preparado para enfrentarme a la vida. Una vez más tenía 13 años de edad, con los mismos trastornos emocionales a que se encaran los demás adolescentes.”

¿Pueden arruinarme la salud las drogas?

Este es otro aspecto que merece consideración. La mayoría de los jóvenes saben que las drogas potentes pueden matar. Pero ¿qué hay de las drogas de efecto supuestamente leve, como la marihuana? ¿Es lo que se dice sobre ellas algo que solo se use para asustar a la gente? Para saber eso, concentrémonos en la marihuana.

La marihuana (conocida también como mariguana, marijuana, hachís, cáñamo índico, grifa o hierba) ha sido el foco de atención de mucha controversia entre los expertos. Y hay que admitir que se sabe poco sobre esta popular droga. En primer lugar, la marihuana es extremadamente compleja; el humo de un cigarrillo de marihuana contiene más de 400 compuestos químicos. A un grupo de médicos le tomó más de 60 años descubrir que el humo del cigarrillo corriente causa cáncer. También pudiera tomar décadas el saber de seguro cómo pueden afectar al cuerpo humano los 400 compuestos químicos de la marihuana.

Sin embargo, después de una investigación que resultó en miles de papeles de información, un grupo de expertos del prestigioso Instituto de Medicina de los Estados Unidos llegó a esta conclusión: “La prueba científica publicada hasta el momento indica que la marihuana tiene una amplia gama de efectos sicológicos y biológicos, algunos de los cuales son, por lo menos en ciertas condiciones, perjudiciales a la salud humana”. ¿Cuáles son algunos de esos efectos dañinos?

La marihuana... lo que le hace al cuerpo

Por ejemplo, considera cómo afecta los pulmones. Hasta los más firmes defensores de la marihuana admiten que el inhalar humo no beneficia a nadie. El humo de la marihuana, como el del tabaco, está compuesto de varias sustancias tóxicas, entre ellas alquitranes o breas.

El Dr. Forest S. Tennant, hijo, efectuó un estudio entre 492 soldados del ejército estadounidense que habían usado marihuana. Casi el 25% de ellos “padecían de dolor de garganta por haber fumado el cáñamo índico, y alrededor del 6% informó que habían padecido de bronquitis”. En otro estudio se halló que, de 30 usuarios de marihuana, 24 tenían las “lesiones [bronquiales] que caracterizan las etapas iniciales del cáncer”.

Es cierto que nadie puede asegurar que estos usuarios desarrollarán cáncer más adelante. Pero ¿quisieras arriesgarte así? Además, la Biblia dice que Dios “da a toda persona vida y aliento”. (Hechos 17:25.) ¿Estarías mostrando respeto al Dador de la vida si a propósito inhalaras alguna sustancia que causara daño a los pulmones y la garganta?

En Eclesiastés 12:6 se llama poéticamente al cerebro humano “el tazón de oro”. El cerebro, que es poco mayor que el puño y pesa escasamente 1,4 kilogramos (3 libras), no solo es el receptáculo precioso de tus recuerdos, sino también el centro de mando de todo tu sistema nervioso. Con esto presente, nota la advertencia que da el Instituto de Medicina: “Podemos decir con certeza que la marihuana produce graves efectos en el cerebro, incluso cambios químicos y electrofisiológicos”. En la actualidad no hay prueba concluyente de que la marihuana cause daño permanente al cerebro. Con todo, no se puede descartar a la ligera la posibilidad de que cause daño al “tazón de oro”.

¿Y qué hay de la posibilidad de que algún día te cases y tengas hijos? El Instituto de Medicina informó que se sabe que la marihuana “causa defectos congénitos cuando se administra en grandes dosis a los animales usados en experimentos”. Todavía no se ha probado que produzca los mismos efectos en seres humanos. Sin embargo, recuerda que los defectos congénitos (como los que causa la hormona DES [dietilestilbestrol]) pudieran tomar años para manifestarse. Por eso, todavía queda por verse lo que les espera en el futuro a los hijos —y a los nietos— de los usuarios de la marihuana. El Dr. Gabriel Nahas dice que el fumar marihuana pudiera ser una “ruleta [rusa] genética”. ¿Aceptaría tales riesgos alguien que viera a los hijos como “una herencia de parte de Jehová”? (Salmo 127:3.)

Las drogas y el punto de vista bíblico

Por supuesto, la marihuana es solo una de las muchas drogas populares. Pero es buena ilustración de que hay buen motivo para no tomar sólo por placer sustancias que afectan la mente. La Biblia dice: “La hermosura de los jóvenes es su poder”. (Proverbios 20:29.) Puesto que eres joven, probablemente disfrutas de buena salud. ¿Por qué arriesgarte a perderla?

Pero más importante aún es que tenemos el punto de vista bíblico al respecto. La Biblia dice que ‘salvaguardemos la capacidad de pensar’, que no la arruinemos mediante abusar de sustancias químicas. (Proverbios 3:21.) También exhorta: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. En realidad, es solo a los que ‘se han limpiado de toda contaminación’, al evitar prácticas como el abuso de las drogas, a quienes Dios promete: “‘Yo los recibiré.’ ‘Y yo seré para ustedes padre’”. (2 Corintios 6:17–7:1.)

Sin embargo, quizás no sea fácil rechazar las drogas.

Presión por otros jóvenes

Una fresca noche de verano, Joe y Frank, primos y amigos íntimos, hicieron un pacto. “No importa lo que los demás hagan —sugirió Joe, el menor de los dos—, nunca juguemos con las drogas.” Ambos jóvenes sellaron el pacto con un apretón de manos. Solo cinco años después se halló a Joe muerto en su automóvil debido a un accidente relacionado con las drogas. Y Frank estaba muy adicto a las drogas para ese tiempo.

¿Qué había pasado? La respuesta está en esta urgente advertencia que da la Biblia: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.) Tanto Joe como Frank se asociaron con personas que tenían malos hábitos. Su asociación constante con los que usaban drogas los llevó a usarlas ellos mismos.

El libro Self-Destructive Behavior in Children and Adolescents (Comportamiento autodestructivo en niños y adolescentes) dice: “La mayoría de las veces algún amigo íntimo es quien pone en contacto con las diferentes drogas a los jóvenes [...] Quizás su única intención sea compartir una experiencia excitante y placentera”. Mike, a quien mencionamos al principio, confirma esto así: “Una de las cosas más difíciles con que tuve que luchar fue la influencia de otros jóvenes. [...] La primera vez que fumé marihuana lo hice porque los otros muchachos lo hacían, y yo quería que me aceptaran”.

Francamente, si tus amigos empiezan a usar drogas, te verás sometido a fuerte presión emocional para que hagas lo mismo y seas como ellos. Si no cambias de amigos, lo más probable es que tú también termines usando drogas.

“Andando con personas sabias”

“El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”, dice Proverbios 13:20. Para ilustrar este punto: si tomaras precauciones para no contraer un resfriado, ¿no evitarías el contacto estrecho con personas que estuvieran resfriadas? “De igual manera —dice el libro Adolescent Peer Pressure (La influencia de unos adolescentes en otros)—, para evitar [...] el abuso de las drogas [...], tenemos que mantener condiciones equilibradas y saludables, y exponernos menos a influencias perjudiciales.”

Por eso, ¿deseas decir no a las drogas? Entonces, vigila tu compañía. Busca la amistad de cristianos que teman a Dios y que te apoyen en tu resolución de evitar las drogas. (Compara con 1 Samuel 23:15, 16.) Además, nota lo que dice Éxodo 23:2. Aunque esas palabras se dirigieron originalmente a personas que prestaban testimonio en causas judiciales, son buen consejo para los jóvenes: “No debes seguir tras la muchedumbre para fines malos”.

El que hace sin peros cuanto quieren sus compañeros es un simple esclavo. La Biblia dice en Romanos 6:16 (Nueva Biblia Española): “Estar a disposición de alguien obedeciéndole como esclavos es ser de hecho esclavos de ése a quien obedecen”. Por eso la Biblia anima a los jóvenes a desarrollar “capacidad de pensar”. (Proverbios 2:10-12.) Aprende a pensar por ti mismo, y así no te inclinarás a seguir a jóvenes descarriados.

Es cierto que quizás tengas curiosidad en cuanto a las drogas y sus efectos. Pero no tienes que contaminarte la mente y el cuerpo para saber lo que las drogas le hacen a la gente. Fíjate en los jóvenes de tu edad que usan drogas... especialmente los que las han usado por mucho tiempo. ¿Te parecen personas alertas e inteligentes? ¿Tienen buenas calificaciones en la escuela, o parecen personas de cerebro embotado, que andan distraídas, que a veces ni siquiera saben lo que está pasando a su alrededor? Los mismos que usan las drogas describen a esas personas con el término: “quemados”. Sin embargo, puede que muchos de los “quemados” empezaran a usar las drogas por curiosidad. Por eso, no debe extrañarnos que la Biblia aconseje a los cristianos que supriman toda curiosidad malsana y que “sean pequeñuelos en cuanto a la maldad”. (1 Corintios 14:20.)

¡Puedes decir que no!

Un folleto publicado por el Instituto Nacional [estadounidense] Contra el Abuso de las Drogas nos recuerda: “Rechazar la oportunidad de usar una droga [...] es tu derecho. Cualquier amigo que quiera obligarte a cambiar tu decisión invade tus derechos de persona libre”. ¿Qué puedes hacer si alguien te ofrece drogas? ¡Ten el valor de decir que no! Esto no significa necesariamente que tengas que dar un sermón sobre lo malo de usar las drogas. Ese folleto sugiere que simplemente contestes: “No, gracias; no quiero fumar”, o: “No; no estoy buscando problemas”, o hasta podrías decir con sarcasmo: “Yo no trago veneno”. Si insisten en ofrecerte drogas, quizás tengas que decirles con convicción: ¡No! El hacer que sepan que eres cristiano también pudiera ser una protección para ti.

El desarrollo no es cosa fácil. Pero si tratas de evitar los problemas del tiempo del desarrollo por medio de drogas, pudieras ponerte en peligro de no llegar a ser un adulto maduro y responsable. Aprende a encararte a los problemas. Si las presiones te parecen abrumadoras, no trates de escapar de ellas usando sustancias químicas. Considera el asunto con uno de tus padres o con otros adultos responsables que puedan ayudarte a resolver tus dificultades. Además, recuerda esta exhortación bíblica: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales”. (Filipenses 4:6, 7.)

Sí, Jehová Dios te dará las fuerzas para decir: ¡No! Nunca dejes que por su influencia otros te debiliten en tu resolución. Como insta Mike: “No uses drogas. Si lo haces, ¡lo lamentarás por el resto de la vida!”.

Preguntas para consideración Capítulo 34

□ ¿Por qué empiezan a usar drogas muchos jóvenes?

□ ¿Cómo puede estorbar tu desarrollo emocional el usar drogas?

□ ¿Qué se sabe sobre los efectos de la marihuana en el cuerpo?

□ ¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre usar drogas por placer?

□ ¿Por qué es importante que vigiles tu compañía para evitar las drogas?

□ ¿De qué maneras puedes decir no a las drogas?

[Comentario en la página 274]

“En nuestra escuela, hasta los guardias venden marihuana”, dijo un joven

[Comentario en la página 279]

“Me di cuenta de que había dejado de desarrollarme emocionalmente cuando empecé a usar las drogas.” —Mike, un joven que usaba drogas

[Recuadro en la página 278]

La marihuana... ¿nueva droga maravillosa?

Se ha oído mucho con relación a que la marihuana pudiera servir para tratar el glaucoma y el asma, y para aliviar las náuseas que atacan durante la quimioterapia a los pacientes que padecen de cáncer. Un informe del Instituto de Medicina de los Estados Unidos reconoce que hay alguna verdad en esas afirmaciones. Pero ¿significa eso que dentro de poco los médicos estarán recetando cigarrillos de marihuana?

No parece probable, pues aunque algunos de los más de 400 compuestos químicos de la marihuana puedan resultar útiles, el fumarla difícilmente sería la manera lógica de ingerir como medicina esos compuestos. “El usar la marihuana —dice el Dr. Carlton Turner— sería como dar de comer a las personas pan enmohecido para administrarles penicilina.” Por eso, si compuestos que se hallan en la marihuana llegan a ser alguna vez medicinas auténticas, lo que los médicos recetarán será los “derivados o sustancias análogas”, compuestos químicos similares a esos. No sorprende, pues, que el Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos haya escrito: “Hay que recalcar que los posibles beneficios terapéuticos de ningún modo modifican la importancia de los efectos perjudiciales de la marihuana en la salud”.

[Fotografía en la página 275]

¡Ten el valor de decir no a las drogas!

[Fotografías en las páginas 276 y 277]

Escapa de tus problemas usando drogas ahora... y quizás no puedas encararte a los problemas como adulto