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¿Cómo tener un noviazgo de éxito?

¿Cómo tener un noviazgo de éxito?

Capítulo 32

¿Cómo tener un noviazgo de éxito?

“TRAS la mayoría de los fracasos en el matrimonio hay fracasos en el noviazgo. Ese punto merece claro énfasis.” Eso dijo Paul H. Landis, investigador de asuntos de la vida familiar. La joven Louise puede confirmar la exactitud de esa declaración. Ella explica: “Mi mayor error fue enamorarme de Andy antes de ver la clase de persona que era. Nuestro noviazgo se había limitado mayormente a ocasiones en que estábamos solos. Nunca vi cómo se comportaba fuera de aquellas situaciones ‘ideales’”. El matrimonio de ellos terminó en divorcio. ¿Cuál es la clave para evitar una tragedia como esa? ¡Un noviazgo de éxito!

Antes de concertar citas

“[La persona] prudente mira bien sus pasos.” (Proverbios 14:15, Versión Moderna.) El que te enamores de alguien a quien casi no conoces es invitar el desastre... aunque esa persona sea atractiva. ¡Puede que termines casándote con alguien de emociones y metas muy diferentes de las tuyas! Por eso, es prudente que primero observes bien su comportamiento en medio de un grupo, quizás mientras ambos estén disfrutando de alguna forma de recreación.

“Sabía que si me acercaba mucho a ella desde el principio, las emociones me nublarían el juicio —explicó Dave, felizmente casado ya por diez años—. Por eso, observé a Rose desde lejos, sin que ella supiera que me interesaba. Podría ver cómo trataba a otros, o si le gustaba coquetear. En conversaciones informales con ella me enteré de sus circunstancias y metas.” También el hablar con alguien que conozca bien a la otra persona ayuda a uno a descubrir qué reputación tiene. (Compara con Proverbios 31:31.)

Las primeras citas

Después que hayas decidido quién podría ser el cónyuge apropiado para ti, pudieras acercarte a esa persona y decirle que desearías conocerla mejor *. Si ella está de acuerdo, tu primera cita no tiene que ser un acontecimiento elaborado. Tal vez una cita para una comida o hasta el salir juntos como parte de un grupo te permita familiarizarte mejor con la persona, lo cual te ayudaría a decidir si quieres continuar la relación. El mantener la situación en terreno algo informal ayuda a tranquilizar a ambos si al principio se sienten un poco nerviosos. Y al evitar expresiones de compromiso prematuras pueden minimizar los sentimientos de rechazo —o vergüenza— si uno de los dos pierde el interés.

Prescindiendo del tipo de cita que se planee, llega a tiempo, y con ropa nítida y apropiada. Muestra que puedes entablar y mantener una buena conversación. Escucha atentamente. (Santiago 1:19.) Aunque no hay reglas inflexibles en tales asuntos, el joven querrá seguir las normas locales de los buenos modales. Puede ser el abrirle la puerta a la joven o ayudarla a sentarse. Ella no debe esperar que él la trate como una princesa, sino que debe mostrar modestia y cooperar con los esfuerzos del joven. Al tratarse con respeto el uno al otro, la pareja puede establecer un modelo de acción para el futuro. Al esposo se le manda ‘honrar a su esposa como el vaso más débil’. Y la esposa debe tener “profundo respeto por su esposo”. (1 Pedro 3:7; Efesios 5:33.)

¿Es apropiado tomarse de las manos, besarse o hasta abrazarse?, y si lo es, ¿cuándo? El mostrar afecto, cuando se hace mediante expresiones genuinas de cariño y no con pasión egoísta, puede ser tanto limpio como propio. El libro bíblico de Cantar de los Cantares indica que la joven sulamita y el joven pastor a quien ella amaba y con quien pronto se casaría habían intercambiado expresiones de cariño apropiadas. (Cantar de los Cantares 1:2; 2:6; 8:5.) Pero como aquella pareja casta, ustedes dos tendrían que cuidarse de que sus expresiones de cariño no llegaran a ser indecentes ni condujeran a la inmoralidad sexual *. (Gálatas 5:19, 21.) Es lógico que las expresiones de cariño apropiadas deban hacerse solamente cuando la relación se ha desarrollado hasta el punto en que cada uno siente un compromiso para con la otra persona y parece que el matrimonio se hará una realidad. El ejercicio de autodominio por los implicados puede evitarles distraerse de una importante meta del noviazgo de éxito, a saber...

Llegar a conocer a “la persona secreta del corazón”

Un grupo que hizo un estudio informó lo siguiente en el número de mayo de 1980 de la revista Journal of Marriage and the Family: “Parece que hay más probabilidades de que un matrimonio sobreviva y prospere cuando cada contrayente posee un conocimiento relativamente completo del ser interno de la otra persona”. Sí, es muy importante que llegues a conocer a “la persona secreta del corazón” de tu compañero o compañera. (1 Pedro 3:4.)

Sin embargo, el ‘sacar’ las intenciones del corazón de la otra persona requiere esfuerzo y discernimiento. (Proverbios 20:5.) Por eso, deben planearse actividades que ayuden a ver cómo es realmente la otra persona. Aunque el ir a ver una película o escuchar un concierto pudiera bastar al principio, el participar en actividades que se presten a que haya más conversación (como al salir a patinar, a un juego de bolos o a visitar parques zoológicos, museos o galerías de arte) puede ayudarles a conocerse mejor.

Para saber cómo piensa la otra persona, hazle preguntas francas como: ‘¿Qué haces en tu tiempo libre?’, ‘Si tuvieras suficiente dinero, ¿qué te gustaría hacer?’, ‘¿Qué aspecto de nuestra adoración a Dios te agrada más? ¿Por qué?’. Estas preguntas permiten un sondeo que te ayudan a descubrir qué le es precioso a la otra persona.

A medida que se profundice la relación entre ustedes dos y consideren más seriamente el matrimonio, más necesario será que hablen con franqueza sobre asuntos importantes: qué cosas valoran sobre otras; dónde y cómo vivirán; asuntos financieros, incluso si ambos tendrán empleo seglar; si tendrán hijos o los evitarán; conceptos del papel que desempeñará cada uno en el matrimonio; y metas, tanto para el futuro inmediato como para el distante, y cómo piensan alcanzarlas. Muchos jóvenes testigos de Jehová emprenden la obra de evangelizador de tiempo completo cuando terminan su educación académica, y desean seguir sirviendo así después de casarse. Este tiempo es oportuno para que ambos se aseguren de que sus metas espirituales sean compatibles. También es tiempo de revelar ciertos asuntos, quizás del pasado, que pudieran afectar el matrimonio. Estos pudieran ser deudas u otras obligaciones que tengan. También deben considerar francamente asuntos de la salud, como si han padecido de alguna enfermedad grave, y las consecuencias de esta.

En esas conversaciones, sigue el ejemplo de Elihú, quien dijo: “Mis palabras declararán la rectitud de mi corazón; y lo que saben mis labios, lo dirán con sinceridad”. (Job 33:3, Versión Moderna.) Al explicar cómo su noviazgo la preparó para lo que ha resultado ser un matrimonio feliz, Esther dijo: “Nunca me puse a fingir ni a decir que concordaba con Jaye cuando yo no opinaba como él. Todavía no hago eso. Siempre me esfuerzo por ser honrada”.

No trates de evadir ni encubrir asuntos delicados por temor de poner en aprietos a la otra persona. Beth cometió ese error mientras era novia de John. Le dijo que creía en ahorrar para el futuro y no derrochar el dinero. John le dijo que opinaba igual. Beth no hizo más preguntas sobre el asunto, pues creía que ambos tenían el mismo punto de vista sobre los asuntos financieros. ¡Pero resultó que la idea de John de ahorrar para el futuro era ahorrar para comprarse un nuevo auto deportivo! Lamentablemente, después que se casaron quedó patente que no concordaban en cómo gastar el dinero.

Desacuerdos de ese tipo se pueden evitar. Louise, a quien mencionamos ya, dice lo siguiente al recordar su noviazgo: “Debí haber hecho muchas otras preguntas, como: ‘¿Qué hay si yo quedara encinta y tú no quisieras un bebé? ¿Qué harías?’. O: ‘Si tuviéramos deudas y yo quisiera quedarme en casa para atender a nuestro hijo, ¿cómo te las arreglarías?’. Habría notado cuidadosamente cómo reaccionaba”. Conversaciones como esas pueden sacar a la superficie cualidades del corazón que deberían conocerse antes de contraer matrimonio.

¡Observa a la otra persona en acción!

“Una persona puede ser muy amable cuando está contigo a solas —explica Esther—. Pero cuando hay otra gente alrededor quizás se vea en una situación inesperada. Puede que uno de tus amigos diga algo que a esa persona no le agrade. Ahora puedes ver cómo actúa bajo presión. ¿Se pondrá a discutir? ¿Responderá con sarcasmo?” Esther llega a esta conclusión: “Fue muy provechoso que estuviéramos en la compañía de amigos y familiares de ambos mientras éramos novios”.

Aparte de la recreación, pasen tiempo trabajando juntos. Participen juntos en obras cristianas, como en el ministerio cristiano y el estudio de la Palabra de Dios. También, hagan tareas que después llegarán a ser parte de la vida cotidiana matrimonial... comprar alimentos, preparar una comida, lavar los platos y limpiar la casa. Por hallarse juntos tú y la otra persona en circunstancias de la vida real —hasta en momentos en que ella muestre su peor aspecto— podrás ver lo que en verdad hay tras cualquier fachada agradable de la otra persona.

El joven pastor del Cantar de los Cantares vio cómo actuaba su joven amada cuando la afligía la desilusión o mientras laboraba bajo el sol candente... y sudaba y se cansaba. (Cantar de los Cantares 1:5, 6; 2:15.) Después de ver la lealtad con que ella resistió los intentos del acaudalado rey Salomón para atraerla, el pastor exclamó: “Eres del todo hermosa, oh compañera mía, y no hay defecto en ti”. (Cantar de los Cantares 4:7.) Por supuesto, no quiso decir que era perfecta, sino, básicamente, que no tenía ninguna mancha o defecto moral. Su fortaleza moral daba realce a su belleza física, lo cual compensaba por cualquier defecto de ella. (Compara esto con Job 31:7.)

Toma tiempo hacer una evaluación de ese tipo. Por eso, evita un noviazgo apresurado. (Proverbios 21:5.) Generalmente el hombre y la mujer hacen todo esfuerzo posible, cada uno, para ganarse el amor del otro. Cuando se permite que pase tiempo suficiente, los hábitos y las tendencias desagradables se manifiestan de una manera u otra. A la pareja que no solo se da tiempo, sino que también saca el mayor provecho de este, probablemente se le hará más fácil ajustarse al matrimonio. Con los ojos abiertos, emprenderán la vida matrimonial confiando en que podrán resolver los desacuerdos que surjan. Un buen noviazgo los habrá preparado para un matrimonio que tendrá éxito y será feliz.

[Notas a pie de página]

^ párr. 8 Esto aplica en países donde se acostumbra concertar citas y eso se considera conducta apropiada entre cristianos. Generalmente el varón toma la iniciativa, aunque no hay ningún principio bíblico que impida que una joven exprese modestamente lo que siente si el joven parece tímido o inseguro. (Compara con Cantar de los Cantares 8:6.)

^ párr. 10 Lee el capítulo 24: “¿Cómo evitar las relaciones sexuales antes del matrimonio?”.

Preguntas para consideración Capítulo 32

□ ¿Cuál es el fin principal de un noviazgo, y cuán importante es el noviazgo para la felicidad en el matrimonio?

□ ¿Qué puede ayudarte a conocer cómo es realmente la otra persona?

□ ¿Qué clase de conversaciones contribuyen a un buen noviazgo?

□ ¿Por qué es provechoso que los que quieren conocerse pasen tiempo juntos en medio de diversas circunstancias?

□ ¿Qué indicaciones pudiera haber de que la relación no va bien?

□ ¿Cuándo debería ponerse fin a un noviazgo?

[Comentario en la página 255]

“Parece que hay más probabilidades de que un matrimonio sobreviva y prospere cuando cada contrayente posee un conocimiento relativamente completo del ser interno de la otra persona.”—Journal of Marriage and the Family

[Recuadro/Fotografía en las páginas 256 y 257]

¿Deberíamos romper?

Al acercarse unas relaciones románticas al momento crucial en que hay que tomar una decisión, no es raro que surjan dudas. ¿Qué hay si las dudas surgen como consecuencia de defectos serios que ves en la otra persona, o de fallas en las relaciones mismas?

Por ejemplo, es cierto que hasta personas que se estiman pueden tener desacuerdos a veces. (Compara con Génesis 30:2; Hechos 15:39.) Pero si casi nunca están de acuerdo, si todas las discusiones terminan en gritos o si las relaciones son solo un ciclo interminable de romper y hacer las paces, ¡cuidado! Una encuesta en que participaron 400 médicos reveló que las disputas constantes son clara indicación de “que no se está preparado emocionalmente para el matrimonio”, y hasta quizás revelen “que la pareja no es compatible”.

El descubrir defectos perturbadores en un cónyuge en perspectiva pudiera ser otra causa de preocupación. El que esa persona despliegue un temperamento violento o hasta indicios de egoísmo, falta de madurez, disposición caprichosa o terquedad puede hacer que te preguntes si querrías pasar el resto de la vida con esa persona. Sin embargo, muchos pasan por alto esos defectos o tratan de justificarlos, y parecen resueltos a lograr que la relación continúe a toda costa. ¿A qué se debe eso?

Puesto que para los cristianos verdaderos el noviazgo es un asunto serio —y así debe ser—, hay quienes piensan que están obligados a casarse con la persona con quien salen. Puede que también teman enfrentarse a ella y herir sus sentimientos. Otros quizás sencillamente teman que no podrán encontrar a ninguna otra persona con quien casarse. Pero esas no son buenas razones para prolongar un noviazgo lleno de dificultades.

El propósito del noviazgo es analizar la posibilidad de casarse con la persona con quien se sale. Y si el cristiano empieza el noviazgo de buena fe, no está obligado a continuarlo si ve faltas en él. Además, ¿no sería impropio y egoísta prolongar unas relaciones que van en deterioro por pensar que ‘quizás no encuentres a nadie más’? (Compara con Filipenses 2:4.) Por eso, es importante que la pareja se encare a sus problemas, no que los evada. Empieza por observar con detenimiento y cuidado a la persona con quien sales.

Por ejemplo: ¿Hay prueba de que la mujer implicada llegará a ser una esposa sumisa y capaz? (Proverbios 31:10-31.) ¿Ha dado prueba el hombre implicado de que mostrará amor abnegado y será buen proveedor? (Efesios 5:28, 29; 1 Timoteo 5:8.) Alguien pudiera afirmar que es siervo celoso de Dios, pero ¿hay obras que respalden esa afirmación acerca de su fe? (Santiago 2:17, 18.)

Por supuesto, si has dedicado mucho tiempo y has puesto mucha emoción en desarrollar una relación con otra persona, no te apresures a terminarla solo porque hayas descubierto que esa persona no es perfecta. (Santiago 3:2.) Pudieras llegar a la conclusión de que puedes vivir con ella a pesar de sus faltas.

¿Qué hay si no es así? Consideren juntos el asunto. ¿Existen diferencias fundamentales en sus metas o puntos de vista, o se trata simplemente de malentendidos? ¿Pudiera ser cuestión de que ambos tengan que aprender a ‘refrenar su espíritu’ y resolver los problemas con más calma? (Proverbios 25:28.) Si a uno le preocupan ciertos rasgos irritantes de la personalidad del otro, ¿admite humildemente la otra persona sus debilidades y se muestra dispuesta a mejorar? ¿O tendrás tú que ser menos sensible? (Eclesiastés 7:9.) El ‘soportarse el uno al otro en amor’ es parte vital de un buen matrimonio. (Efesios 4:2.)

Más bien que destruir su relación, ¡una conversación franca pudiera revelarles que puede desarrollarse más! Pero si el considerar las dificultades solo causa mayor tirantez entre ambos, no pasen por alto que esto es señal clara de que el contraer matrimonio muy posiblemente resultaría en desastre. (Proverbios 22:3.) Pudiera ser que la situación no mejorara después de casarse. Un rompimiento pudiera ser lo más conveniente para ambos.

[Fotografía en la página 253]

El observar la conducta de la otra persona en medio de un grupo permite conocerla sin entrar en una relación romántica con ella

[Fotografía en la página 254]

El obedecer las normas locales del decoro y los buenos modales establece un modelo de acción de respeto mutuo que puede continuar en el matrimonio

[Fotografía en la página 259]

Si está claro que un noviazgo no va bien, lo bondadoso sería tener una conversación franca en la que se explique por qué debe terminar la relación