Publicación de La Atalaya
Publicación de La Atalaya
Cuando apareció por primera vez la revista conocida hoy en español como La Atalaya, en julio de 1879, se llamó Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (La Torre del Vigía de Sión y Heraldo de la Presencia de Cristo). Esta revista, defensora del sacrificio redentor de Jesucristo, se publicó para servir alimento espiritual a la casa de la fe. Cambió su nombre el 1 de enero de 1909 a The Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (La Torre del Vigía y Heraldo de la Presencia de Cristo), para recalcar más claramente su objetivo. A partir del 1 de enero de 1939 (en la edición en español desde octubre del mismo año), a fin de destacar aún más el hecho de que Cristo ya gobernaba desde el cielo como Rey, varió el título a The Watchtower and Herald of Christ’s Kingdom (La Torre del Vigía y Heraldo del Reino de Cristo). Luego, el 1 de marzo del mismo año, al cambiar a The Watchtower Announcing Jehovah’s Kingdom (lo que se reflejó en español en noviembre, cuando el título se cambió a La Atalaya... Anunciando el Reino de Jehová) dio mayor prominencia a Jehová como el Soberano Universal, quien otorgó a su Hijo autoridad para gobernar.
Al principio la Watch Tower tenía ocho páginas y salía una vez al mes. Su número de páginas aumentó a dieciséis en 1891, y empezó a publicarse quincenalmente en 1892. El formato de 32 páginas se adoptó en muchos idiomas en 1950.
El número de idiomas al que se traducía The Watch Tower fue aumentando poco a poco. En 1883 se editó en sueco un número suelto para usarlo como tratado. Entre 1886 y 1889 se imprimió una edición alemana en formato pequeño. Sin embargo, no se reanudaría su publicación en alemán de manera regular hasta 1897. Para 1916 se editaba en siete idiomas: alemán, danés-noruego, finlandés, francés, inglés, polaco y sueco. Cuando la predicación de las buenas nuevas cobró mayor ímpetu en 1922, la cantidad de idiomas a los que se traducía la revista se elevó a dieciséis. Sin embargo, en 1993 se publicaba con regularidad en 112 idiomas, los que habla gran parte de la población del mundo. Entre ellos no solo estaban el inglés, el español y el japonés, con millones de ejemplares de tirada, sino también el idioma de las islas Palaos, el tuvaluense y otros en los que solo se distribuían unos cuantos centenares de ejemplares.
Por muchos años la revista que llamamos hoy La Atalaya se vio como una publicación dirigida principalmente al “rebaño pequeño” de cristianos consagrados. Su tirada era un tanto limitada. En 1916 solo se imprimían 45.000 ejemplares. Pero a partir de 1935 se animó reiteradamente a “los Jonadab”, o “gran muchedumbre”, a obtenerla y leerla con regularidad. En 1939, cuando la portada empezó a destacar el Reino, se ofrecieron suscripciones al público en una campaña internacional que duró cuatro meses. El resultado de esto fue que el número de suscriptores se elevó a 120.000. Al año siguiente la revista se ofrecía a la gente en las calles. Su tirada aumentó con rapidez. A comienzos de 1993 era de 16.400.000 ejemplares.