Aperos de labranza
A pesar de que la Biblia menciona diversas tareas agrícolas, no describe en detalle los aperos usados para cultivar la tierra. No obstante, los dibujos de aperos de labranza que se encuentran en los monumentos egipcios, así como ejemplares reales hallados tanto en Egipto como en Palestina, sirven para complementar, hasta cierto grado, lo que dice el registro bíblico. Es más, estos tienen una gran similitud con los sencillos aperos de labranza que todavía se usan en algunas zonas de Egipto y Palestina.
El arado simple de madera que todavía se utiliza en algunos lugares de las tierras bíblicas ha cambiado poco a través de los siglos, como lo muestra con claridad una comparación con las representaciones de arados encontradas en los monumentos antiguos e incluso en tablillas de arcilla. No tenía ruedas ni estaba diseñado para que volviese la tierra en los surcos; tan solo arañaba la superficie del suelo hasta una profundidad de unos 8 ó 10 cm. A excepción de la reja, que era de metal, el resto estaba hecho de madera. (Compárese con 1Sa 13:20; 1Re 19:19, 21; Isa 2:4.) La parte principal del arado era un palo, al que se agregaba la reja. En las excavaciones efectuadas en Palestina, se han hallado rejas de cobre y de bronce (en realidad, puntas de arado) en su mayor parte considerablemente melladas debido al uso. (Véase ARAR.)
El aventador, hecho, probablemente, de madera, se usaba para lanzar al viento el grano trillado con el fin de separarlo de la paja y del tamo. (Mt 3:12.)
El azadón se empleaba para limpiar la tierra de maleza y es probable que también para romper los terrones de tierra. Algunos pasajes proféticos mencionan específicamente el uso de azadones en la viña. (Isa 5:5, 6; 7:23-25.)
El bieldo, que se usaba, al igual que en tiempos más recientes, para aventar (Isa 30:24; Jer 15:7), probablemente estaba hecho de madera y tenía varios dientes curvos.
La hoz se usaba sobre todo para cosechar las espigas de grano, aunque la Biblia también habla de meter la hoz para vendimiar. (Joe 3:13; Rev 14:18.) Las hoces que se han encontrado en Israel son ligeramente curvas. Algunas de ellas son, en realidad, astillas de pedernal melladas puestas una junto a otra y afirmadas con betún dentro de un marco de madera o de hueso. También se han hallado hojas de hoces hechas de acero y unidas a un mango por remaches, una espiga o un encaje.
Las podaderas se mencionan específicamente en la Biblia con referencia a podar las viñas. (Isa 18:5.) Puesto que en las Escrituras se habla de transformar las lanzas en podaderas y, al contrario, las podaderas en lanzas, es muy posible que esta herramienta haya consistido en una hoja bien afilada, semejante a un cuchillo, atada a un mango, y puede que haya sido similar a una hoz. (Isa 2:4; Joe 3:10.)
En la Biblia no se hace mención expresa del rastrillo, pero sí se hace referencia a la operación agrícola de rastrillar como algo diferente de arar. (Job 39:10; Isa 28:24; Os 10:11.) El desmenuzar los terrones e igualar la tierra siguen siendo hoy día las funciones principales del rastrillo, aunque también se usa para cubrir con paja o hierbas la semilla y quitar la maleza. Es posible que en la antigüedad se arrastrase sobre la tierra arada una tabla cargada con peso o el tronco basto de un árbol a fin de romper los terrones y nivelar el suelo.
El trillo estaba diseñado para separar el grano de la espiga. Es probable que el apero usado en tiempos antiguos se asemejara a los dos tipos que todavía hoy se emplean en algunas partes de las tierras bíblicas. Uno está formado por tablones de madera unidos y arqueados hacia atrás en el frente. Su parte inferior está equipada con piedras afiladas o cuchillos. (Compárese con 1Cr 21:23; Job 41:30; Isa 41:15.) El que lleva el trillo va de pie sobre la rastra a fin de añadir más peso. El otro tipo tiene un asiento para el que trilla, y consiste en un bastidor de un carro cuadrangular de poca altura y dos o tres rodillos giratorios paralelos, con bandas de hierro provistas de dientes, que se encajan dentro de esta armazón. (Compárese con Isa 28:27, 28.)
Es probable, también, que se utilizase el zapapico para limpiar la tierra de maleza y para mullirla. En los días de Saúl este apero se hallaba entre las herramientas que los israelitas debían llevar a los filisteos para que se las afilaran. (1Sa 13:20, 21.) Se han encontrado zapapicos de hierro y de bronce que se asemejan en algo a los azadones modernos.