INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
El Imperio babilonio
LA CIUDAD de Babilonia causaba una honda impresión debido a sus imponentes murallas, la vía procesional, los famosos Jardines Colgantes y sus más de cincuenta templos.
Desde los albores de la historia del hombre, Babel, más tarde llamada Babilonia, llegó a destacarse como centro de la adoración que desafiaba a Jehová, el Dios verdadero. (Gé 10:9, 10.) Jehová frustró el propósito de sus edificadores confundiendo su lenguaje y esparciéndolos por toda la Tierra. (Gé 11:4-9.) Como resultado, la adoración falsa se extendió desde Babilonia a otras tierras.
La actitud desafiante de Babilonia ante Jehová acabó llevándola a su caída. Jehová la representó proféticamente como un león con alas de águila, y además predijo su caída y posterior desolación. Esto ocurrió el 5 de octubre de 539 a. E.C., cuando en una sola noche Ciro el Grande, de quien Jehová ya había predicho el nombre, tomó Babilonia. Esta cayó tal y como se había predicho, y con el tiempo se convirtió en “montones de piedras”, para nunca más ser reconstruida. (Jer 51:37; véase Isa 44:27–45:2.)